Fanfic - Lo que no tuve valor de amar - Prologo

habitaciones. Estaba a punto de escuchar su voz suplicante mientras veía como se retorcía sus manos de manera nerviosa, con las mejillas tintadas de rojo y sus ojos recelosos a mi mirada.

- E-esto...yo...

- Escúpalo de una maldita vez, Potter - mascullé irritado.

- ¡¡S-soy un veela!!

- Y a mi que, Potter.

- P-pues que tu eres mi pareja y-y yo estoy... en celo...

Dijo esas palabras atropelladamente mientras iba bajando el tono de su voz hasta acabar en apenas un susurro. Arqueé una ceja ¿acaso me veía con cara de estúpido? Seguro que el maldito se había inventado toda esa patraña para conseguir un polvo. Sinceramente no me importaba y si lo veía así, sonrojado y nervioso tampoco me parecía tan mal plan. Quizás... por una noche podría olvidar que es un sucio y arrogante Potter.

- S-Si quiere me voy... -su voz hizo que volviera de mis pensamientos. Vi como iba a decir algo más pero preferí acallarlo chocando mis labios contra los suyos.

Fue un beso apasionado y algo torpe, mientras que Potter pasaba sus manos tras mi nuca, abandonándose por completo entre mis brazos. Me incliné para tomarle de los muslos y alzarlo, enrollando sus piernas al rededor de mis caderas mientras entraba en mi habitación, y me aseguraba de cerrar la puerta.

En esa posturalo llevé hasta mi cama de sabanas verde bosque, y me tumbaba sobre el, siguiendo nuestro beso desesperado y anhelante, a veces intermitente por la traición del aire. Era más que obvio que ambos lo necesitábamos, así que ninguno se hizo de rogar. Las marcas de mis besos y mordidas en el cuerpo de Harry eran cada vez más y las prendas de ropa iban desapareciendo con velocidad.

Para cuando me quise dar cuenta me encontraba retirando mis dedos de la entrada de Harry, quien suplicaba gimotéate.

- ¡P-por favor!¡T-Te necesito dentro!

Esas palabras fueron directas a mi erección, mientras volvía a colocarme entre sus piernas y me hundía en su interior mientras le oía gemir deplacer. Poco después empezaron las embestidas y sus dulces gemidos empezaban a llenar la habitación, embriagándome en su manera de abandonarse en mis brazos, de como tenia sus talones cruzados tras mis caderas, de como se aferraba a mi como si fuera la salvación de alguno de sus demonios. Pero no pensaba admir nada de eso.

Pero lo que fue la verdadera perdición de mi cordura fue escuchar mi nombre por primera vez en sus gemidos, ahí supe que estaba perdido, que el placer nos había consumido a los dos, que el anhelo nos había vencido.

No estuvimos mucho mas antes de que el se corriese entre nosotros y yo en su interior.
Me dejé caer a su lado mientras los jadeos de ambos se mezclaban. Entonces me volvió a besar, pero esta vez fue con cariñoy ternura.

Me separé de el y le miré mientras volvía a la realidad. Bien, acababa de hacerlo con el hijo de la persona que mas odio y de mi primer amor. No ha sido tan malo, pensé. En ese momento me di cuente que si permitía que volviese a ocurrir algo así no podría rechazarlo.

- ¿Entonces aceptas ser mi pareja veela? - oí su voz esperanzada e ilusionada,esperando un "si" de mi parte. Pero opté por mantener el recuerdo y no dejarme consumir por Potter.

- No, Severus Snape te niego como mi pareja veela. - dije convencido de que era solo para completar la escusa que había puesto delante de mi puerta hacía apenas unas horas.

Pero cuando me volví hacia el ví dolor en sus ojos. Entonces me di cuenta de que decía la verdad. Pero que mas da ¿no? Ya encontraría a alguien que pudiera suplantarme. Además ya era tarde para retenerlo, le vi vestirse y correr hacia su cuarto.

Ojalá hubiera aceptado. No sabía lo que me esperaba con mi amigo Remor por negar que quizás podía llegar a interesarme por ese ojiverde.

Capítulo 1

Y ahora me encontraba corriendo por los largos corredores de Howarts, en dirección a la torre de astronomía mientras en mi mente retumbaban las palabras desesperadas de Longbottom; "H-harry, el se ha suicidado."

No podía ser verdad, seguro que solo era una táctica para que le hiciera caso, pero joder si había funcionado. Mis apresurados pasos llegaron rápidamente a la torre que parecía aguardar en un silencioso duelo, haciendo que mi mano temblara al tomar el pomo de la puerta y que lo girara para confirmar el temor que oprimía mi corazón.

El cuerpo de Harry yacía en el suelo, con un diario cerca de el y un vial vacío junto a este. Corrí a abrazar su cuerpo que se enfriaba por momentos y le contemplé mientras las lagrimas cristalizaban mis ojos. Su rostro se veía pálido, con los ojos hundidos y adornados con oscuras ojeras y con una expresión que decía que al fin había encontrado la tranquilidad que parecía que era desconocida por su maltratado y huesudo cuerpo.

Otra vez se repetía la historia, yo abrazando el cuerpo de la persona que nunca tuve el valor de amar como era debido. No intenté contener mis lagrimas aunque sabía perfectamente que no tenía derecho a dejarlas salir.

Era desgarrante, hacía apenas unas semanas había decidido aceptarlo pero ahora, ya era demasiado tarde.

Le estreché entre mis brazos mientras me permitía tomar con manos temblorosas el diario que restaba junto a él. Pasé las páginas hasta que leí una fecha que recordaba perfectamente y empecé a leer antes de que mis lágrimas corrieran la tinta.

15 de Septiembre

Esta noche te he confesado que eras mi mitad veela, y después me has hecho el amor. Y aunque me hayas rechazado se que al final me aceptarás. Y pienso esperarte por mucho que me duela el alma. La esperanza es lo último que se pierde.

21 de Septiembre

Hoy he descubierto que espero un hijo tuyo. ¡Estoy muy feliz!

He intentado decírtelo pero te has negado a escucharme. Se que es porque soy hijo de James, pero se que al final no te importará y querrás a nuestro bebé tanto como yo.

23 de Octubre

Primer mes de embarazo. Por suerte no estoy teniendo náuseas ni vómitos aunque si que estoy más cansado y hambriento. Conseguí darte una carta con las primeras ecografías, pero las rompiste sin mirarlas. Me duele el pecho cuando haces cosas así.

22 de Noviembre

Ayer les conté a Ron y a Hermione mi situación pero parece que no quisieron aceptarme. Han cortado todo lazo conmigo. También rompiste la segunda ecografía. Me siento sólo y cansado... pero debo vivir por nuestro garbancito.

Pasé las páginas mientras mi corazón se resquebrajaba a velocidades alarmantes.

19 de Marzo

Hace unos días cumplí los 6 meses de embarazo y ahora se que espero una niña muy saludable. Ayer intenté decírtelo pero se ve que sigues rompiendo mis cartas y me pegaste una bofetada antes de que pudiera decírtelo.
Me duele mucho el corazón, pero como Neville me dijo debo aguantar por mi pequeña.

17 de Abril

Ahora mis ojos son negros, como los tuyos. Me gusta mirarme al espejo y verte a ti.
Desde hace dos semanas Luna no es capaz de estar a mi lado sin romper en llanto. Dice que duele. Creo que siente mi dolor, pero yo ya me he acostumbrado.

19 de Mayo

He conocido a tu madre. Es muy buena y dice que me va a ayudar a partir de ahora. He decidido que mi niña se llamara como ella.
Mandé a Dobby a consultartelo por mi dolor de espalda y piernas. Se ve que le echaste de mala manera ya que intentó castigarse.

10 de Julio

Nuestra preciosidad nació el 28 de Junio. Por suerte ya había acabado los exámenes y aunque rompí aguas en clase de herbología me movilizaron rápido a San Mungo. Estuve sólo en el parto. Esperaba que llegases pero fue en vano.
Pasaré el verano en la casa de tu madre.

1 de Septiembre

Te he visto otra vez en Howarts. Me duele y estoy muy cansado. Dudo que aguante mucho más.

15 de Septiembre

Esta tarde he decidido marcharme. Los libros dicen que un veela sin su pareja no dura más que un mes y medio. Yo he aguantado un año, te he dejado la custodia de la pequeña  Eeilen. Si la niegas la custodia pasa a Neville, el ha sido el que más me ha ayudado. Creo que puedo marcharme ya.

Yo le había asesinado. El me había dado una familia, uno de mis sueños más profundos y yo se lo había pagado ignorandolo. Me había amado y ahora no podía hacer más que llorar sobre el cuerpo que yo mismo había masacrado. Besé su frente, sus mejillas y finalmente sus fríos labios.
Mecía su cuerpo mientras el remordimiento me corroía por dentro. Tome el vial de veneno que ayudó en su muerte "¡Al fin hice bien una poción bien Sev!" Estaba escrito en una notita.

Cargué su cuerpo en mis brazos y  me dirigí al cuarto individual que sabía que le habían dado el curso anterior.

Al entrar en este sólo se oia el llanto de un bebé. Mi hija. Dejé a Harry sobre su cama, quizás esperando que así despertaría de su eterno sueño y me asomé a una cuna de color rosado y me encontré con la niña más preciosa que el mundo podría llegar a concebir.

Una pequeña niña albina y de ojos verde oscuro. La tomé en brazos mientras mis lágrimas fluían con más intensidad. Había matado a su papi. Y le había arrebatado a este la oportunidad de ver crecer a su hija, oír sus primeras palabras, de ver sus primeros pasos, de saber en que casa quedaría...

Mi vista nublada por culpa y reproche reparó en la última nota que leería de su difunto padre: "Creo que tanto pelo negro hizo efecto contrario."

Epilogo - Opción 1: Good Ending

Este es un final alternativo en el que se desarolla un buen final.
Dos semanas después



Pov Harry

Nada mas abrir los ojos me encontré con un frío techo blanco, no tenía muy claro donde me encontraba, y lo único que podía sentir claramente era el enturmecimiento sobre mi cuerpo.
Me incorporé con cuidado y miré a mi alrededor empezando a ubicarme; me encontraba en la camilla de un hospital y al parecer no estaba sólo. En un rincón de la habitación se encontraba Severus dándole el biberón a nuestra pequeña Eeilin, que parecía estar feliz en los brazos de su padre.

Así que al final había ido al cielo, era agradable saber que esa sería la escena que viviría en la eternidad, el sueño que no se cumplió en vida.

- Buenos días Sev - dije sonriendo.

Severus me miró, percatándose de que había despertado, pero su rostro no demostraba felicidad, tan sólo cansancio, remordimiento y culpa. ¿Porque tenía esos sentimientos el Snape de mi cielo? Se acercó a mi y tomé a mi pequeña en brazos, besándole la frente y escuchando su risa, la que me había hecho tan inmensamente feliz en esos últimos meses de martirio y angustia.

- Harry, yo... Se que no soy digno de esto, se que te tuve muerto en vida tan sólo porque no pude tragar mi orgullo y ahora veo que me has entregado lo que más he anhelado en esta vida... por eso y mi estupidez, por favor perdóname...

- ¿Porque te disculpas? -estaba confundido, ¿porque sus ojos estaban llenos de lágrimas? En el cielo no hay tristeza, no hay llantos- Esto es mi cielo, no tienes porque disculparte, lo que en vida pasó en vida se queda.

- ¿Qué dices Harry? -pregunto riendo de manera desesperada- tu estas vivo, hiciste mal la poción.

Con esas palabras fui devuelto a la fría realidad, empezando a sentir el entumecimiento en mi cuerpo y ese dolor sordo sobre mi pecho, el cual ya estaba acostumbrado a sentir. Así que mi intento de suicidio no salió bien. Miré a Severus a los ojos, su rostro estaba borroso ya que no tenía mis gafas puestas pero podía ver claramente como estaba roto por dentro y como se castigaba a si mismo por el motivo de dicho sufrimiento.

- Por favor, perdóname, lo siento tanto...

No estaba preparado para aceptar esas disculpas. Mi cabeza gritaba que no lo hiciera, oía mi voz y la de Neville reprendiéndome. Necesitaba arañar unos minutos al reloj y serenar mi corazón, meditarlo bien un poquito más, así que cambié de tema al primero que me pudo venir a la mente.

- Así que has conocido a Eeilen ¿os habéis llevado bien? -pregunté tomando mi ahora nueva personalidad, la dulce y comprensiva o como decía Nev la de "mami-hornea-galletas".

- Sí, aunque es un poco glotona se ha portado muy bien.

- Tiene su peluche?

- Sí. ¿pero por que un cerdito?

- No lo se, vas a tener que preguntárselo a Albus ya que fue el que lo trajo a San Mungo como regalo nada más acabara de nacer.

- Ya veo...

- ¿Le leíste el libro de cuentos?

- Si, me lo dio Longbottom. ¿Tenían que ser muggles?

- ¡Pues claro que si! Son mejores que los magos, describen la magia de manera... ¡Magica! -dije antes de empezar a reír con el.

Fue una lastima que esas risas no duraran mucho antes de que las suyas se volvieran algo desesperadas mientras sus ojos se volvían vidriosos antes de tomar mi mano libre y clavar sus ojos en los míos, enfrentando los diferentes negros. Las risas cesaron.

- Harry... -dijo aguantando el llanto- Te quiero... y siento tanto haberte hecho pasar por tanto solo... por favor perdóname, dame al menos una oportunidad... -su voz sonaba rota y desesperada por toda la habitación- solo una, permite que te compense por todo, permite que te quiera...

Me dolía verle suplicar así, roto de culpa y remordimiento, aunque una pequeña parte de mi se sentía un poco mejor al verle así, al notar que se arrepentía. No sabía si era lo correcto, si no estaba actuando como un idiota enamorado al querer confiar en el, pudiendo ser que esas palabras que me había dicho solo fueran por lastima o por la responsabilidad de nuestra hija. Aun así me lo permití a mi mismo. Permití la posibilidad de que ese hombre pudiera romperme de nuevo. Y acepté.



Seis años después

Pov Eeilen Snape Potter



Ayer fue mi cumple numero seis y ¡estoy muy feliz! Hoy como regalo Papi ha perdonado a Papá por fin. No se de que le ha perdonado pero desde que recuerdo Papá pedía a Papi perdón tres veces al día, pero no había hecho nada malo. Siempre que lo decía Papá parecía triste y hoy al fin Papi le ha dicho que no hacía falta que se lo pidiera mas, que le perdonaba. Papá ha llorado de alegría.

¡Este ha sido uno de los mejores regalos de cumple! Y aunque Papi va a regalarme una hermanita (que tiene en su grande barriguita) este nos gusta más a Albus (tiene 4 años) y a mi porque Papá ya no estará mas triste. Nunca jamás.

Notas del capítulo:
Si os gustó como acababa en el anterior capítulo os recomiendo que no leáis este. Si creéis que Severus no merecía ese final o simplemente os gustan los malos finales, adelante.

Severus PoV

Y entonces desperté. Desperté de ese hermoso sueño en el que Harry salía con vida, y sinceramente, prefería vivir soñañdo que vivir con su partida.
Pero debía levantarme y seguir viviendo por mi hija. Mi pequeña y hermosa Eeilen. Había tomado su custodia y me había retirado de mi cargo como profesor y ahora me dedicaba a vivir por y para ella. Sabía que le debía eso, yo le había arrebatado a su padre, y a este le había privado de saber que su primera palabra fue "cedito" por su peluche, de sus primeros pasos, de cuando tuvo su primer accidente mágico y había puesto a su amado peluche de colores cambiantes.

Era muy buena niña, demasiado, y todo me hacía sentir culpable. No merecía esa pequeña familia, y sabía que no debía prohibirle que preguntase por Harry, por su papi, pero aún así lo hacía. No sabía mucho mas de lo que le había contado su padrino Neville y su esposo Theo. Y eso era prácticamente nada.

Cada día se parecía más a Harry en su actitud y sus ojos... Dios mío, eran la perfección de la unión que tuvimos Harry y yo. Cada día me dolía más verlos.

Hoy era el día en que Eeilen cumpliría 15 años, y andaba muy inquieta porque al fin vendrían su padrino y sus hijos, con los cuales se llevaba cómo si fueran sus hermanos.

Yo seguía buscando en la alacena donde había escondido el regalo para mi hija cuando escuche un grito ahogado provinente desde el salón. Dejé lo que estaba haciendo y fui al lugar de dónde venía el grito, para encontrarme a mi albina leyendo ese diario.

No sabía como lo había encontrado pero por su expresión supe que nada volvería a ser lo mismo.

- ¿Q-que es esto? - murmuró mientras se levantaba del sofá y me miraba con sus hermosos ojos llenos de lágrimas que ya corrían por sus mejillas.

- Hija, puedo explicarte... -intenté aferrarme a lo que fuera.

- ¿¡Explicarme que papá!? ¡¿Que papi aguantó lo indescriptible por ti y no tuviste siquiera el valor de mirarle?!

No intenté contener mis propias lágrimas, pero no podía responder ya que estaba en lo cierto.

- Así que todo lo que pone este diario es verdad... papi me quiso... me quiso con todo su corazón y me trajo al mundo a pesar de todo -dijo con melancolía para cambiar al odio - y tu... TU LE ASESINASTE

Un sollozo salió de mi garganta mientras caía al suelo de rodillas.

- PUDISTE HACER ALGO, SALVARLE ¡PERO NO! -vi como esas palabras eran suyas, pero también de Harry, de mi Harry- ¡NO TIENES PERDÓN! Lo que sufrió...

- Hija mia, por favor... no hay día en que no me martirice por ello -intenté aferrarme a cualquier posibilidad de conservarla mientras caía de rodillas, llorando.

- ¡NO! Yo ya no soy más tu hija. Me voy a vivir a casa del tío Neville.

Y con la sentencia que precedió el portazo me di por vencido. Encontré rápidamente un espejo y me apunté a mi mismo con mi varita.

- Avada Kedavra.