La Mazmorra del Snarry
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La Mazmorra del Snarry... El escondite favorito de la pareja más excitante de Hogwarts

 

 La Caja en el Pastel - Capítulo I

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lady_chibineko
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La Caja en el Pastel - Capítulo I Empty
MensajeTema: La Caja en el Pastel - Capítulo I   La Caja en el Pastel - Capítulo I I_icon_minitimeMiér Feb 04, 2015 7:02 pm

Título: La caja en el pastel

Autor:
Lady chibineko (Miembro de la Orden Sirusiana y alumna de Hufflepuf en Media Noche en la Torre de Astronomía)

Disclaimer: Todos los personajes de este fanfic pertenecientes a la serie de novelas de Harry Potter son propiedad exclusiva de su autora J.K.Rowling y de la Warner Bros. Yo solo escribo sin fines de lucro y por diversión.

Advertencias: Este es un fanfic del tipo slash, lo que quiere decir relaciones chico-chico; si no es de agrado este tipo de lectura, por favor no sigan. Además pongo de manifiesto que aquí solo se toma hasta el quinto libro como referencia para los sucesos acontecidos, el sexto libro no tiene ninguna relevancia en esta historia y mucho menos el séptimo.

Anuncio: Este primer capitulo de un fic NO muy largo ha sido hecho como respuesta al reto impuesto por el cumple de Harryto por parte de la Mazmorra del Snarry: "Feliz Cumpleaños... Potter" a subirse el 31 de julio del 2011. Se lo dedico a todos los fans de esta pareja, en especial a l@s miembros de la Mazmorra (si otra vez).  Y tengo que decirlo ^^ el titulo lo ideé por ver un maratón de toda la sexta temporada de Bones... adoooooro Bones ¡YAY! (aunque no tenga nada que ver con el fic en si xD)

Y ahora al fic...

Capítulo I: La caja equivocada


Miró una vez más hacia atrás para cerciorarse de que no lo estaban siguiendo y se metió lo más sigilosamente que pudo al aula abandonada, donde era esperado por los otros con impaciencia.  El castaño por fin se permitió respirar una vez que la pesada puerta se cerró tras de él. Aunque la mueca de fastidio en su rostro decía que no estaba allí por propio gusto.

- "Remus..."- la preocupada voz del director se dejó oír- "Al fin llegas muchacho. No te siguió ¿verdad?."- le preguntó preocupado el anciano a su actual profesor de Duelo.

- "No Albus, no se dio cuenta siquiera de que estaba dejándolo solo. Está un poco loco por el inicio del próximo curso, no importa que falte más de un mes o que este sea su cuarto año como profesor, siempre sucede lo mismo."

Aquella respuesta hizo que todos los presentes en la habitación suspiraran en alivio.  Si, ellos sabían como era cuando entraba a ese estado de desesperación por el nuevo curso.

- "En ese caso, sugiero que pasemos directo al asunto señores."- tomó la palabra la profesora McGonagall- "¿Todo listo?."

A esto todo el staff... o casi todo el staff del profesorado de Hogwarts asintió, más la adición de Sirius Black que iba en calidad de interesado principal. Era su ahijado después de todo.

El motivo de todo aquello; bueno eran dos motivos en realidad: Faltaba solo una semana para el cumpleaños de Harry, ese era el primer motivo; y el segundo radicaba en lo preocupados que estaban todos por el hecho de que un joven hombre saludable y lleno de vida tuviese 'zero' vida social... y ni que decir de su vida sentimental-emocional-sexual; esa andaba enterrada tres metros bajo tierra en algún cofre olvidado bastante alejado del alcance de cualquier ser vivo o no vivo.

Y pues si, aunque estaban pecando de entrometidos, el grupo en pleno que había pasado a sentirse como la familia del joven hombre que desde hacía 4 años tenía a su cargo el curso de Defensa Contra las Artes Oscuras, había decidido hacer una especie de intervención cumpleañera en la vida de Harry Potter, el chico que vivió para vencer al Lord Oscuro en su último año de colegio para luego convertirse en un adicto al trabajo con, repito, 'zero' vida social... altamente preocupante.

- "Tengo los hechizos precisos para que todo este perfecto."- anunció Flitwick orgulloso, a lo que los demás asintieron complacidos.

- "Se tendrán resultados inesperados pero favorables para el inicio del próximo curso."- se escuchó decir a una voz media espectral.

- "Eso esperamos Sybill, en realidad lo esperamos."- Albus contestó a las palabras de la profesora de Adivinación.

- "¿Esperar que?."- preguntó la bruja confundida y el director alzó una ceja esperanzada.

- "El resultado de nuestro 'regalo' para Harry por supuesto."

- "Ah, eso. Puedo ver claramente lo desastroso que va a resultar todo. Es más, pronostico que comenzará el próximo curso con varios accidentes en el aula de Defensa."

El viejo director estuvo a punto de replicar algo cuando alguien más lo cortó.

- "Entonces."- intervino Sirius ansioso- "Esta todo listo. Encontré a la persona indicada para 'el asunto', ella esta realmente emocionada ante la perspectiva de una cita con mi ahijado y piensa darle una noche de esas que lo van a hacer querer más, de eso estoy seguro."- y luego el animago añadió un poco acojonado- "Si con esto no despierta su líbido juro por Merlín que no sé con que más podremos despertárselo."

Más de uno asintió con aire preocupado. ¿Mencioné que eran una entrometida familia, altamente preocupada por la salud psicológica y sexual del más joven del lugar?. Si, lo mencioné.  Solo para dejarlo en claro.

- "De acuerdo, de acuerdo... tenemos a la chica, la caja para meter a la chica, el pastel para cubrir la caja ya fue ordenado a los elfos del castillos, los hechizos para evitar que Harry pueda librarse de la señorita ya están preparados.  Me parece que casi esta todo, solo falta ultimar los detalles para lograr ingresar el pastel a la habitación de Harry... Poppy estas en eso; y luego cruzar los dedos."- Minerva señaló algo nerviosa, pero con suerte esta vez todo saldría bien.

- "Si, si ya lo creo. Como el intento de cita a ciegas de San Valentín fue todo un éxito o la idea de llevarlo a un cabaret por Año Nuevo lo dejó ¿como dijiste que lo dejaría Sirius? ¿Queriendo más?."- sentenció Remus algo mosqueado al final.  La verdad era que se sentía mal tratando de manipular tanto la vida del chico, pero el único en el grupo que pensaba que Harry debía de hacer las cosas a su propio ritmo era él, y como minoría salía perdiendo.

Seguro Severus hubiese opinado por dejar a Harry solo también... eso si el profesor de Pociones tuviese voz o voto, pero desde que nunca estuvo incluido en el preocupado grupo inmiscuido en la vida del ojiverde, bien eso lo dejaba sin apoyo.

- "Tampoco es para que seas tan dulce y optimista Moony."- repuso un sarcástico Sirius.

- "Lo siento Paddy. Es solo que..."

- "Lo entendemos Remus."- intervino Dumbledore- "Pero estamos preocupados, todos nosotros."- con un movimiento de manos señaló a los presentes- "Tienes que entender que lo menos que podemos hacer es intentar verlo feliz."

Remus resopló y asintió. Si, todo era por Harry.  La siguiente hora el plan fue repasado una y otra vez para asegurar que ni Hagrid metiese la patota al final.

~.~.~.~.~.~

31 de Julio - 17:48 hrs.

Severus Snape se encontraba muy concentrado levitando una caja especial de tamaño grande del juego de cajas mágicas en el que acostumbraba guardar arbustos completos de ciertas plantas mágicas que solo podían hallarse en el bosque prohibido y para cuyo uso se necesitaba que la planta en cuestión se mantuviese viva y en perfectas condiciones, para lo cual el interior de dicha caja se encontraba revestida con ciertos hechizos que garantizaban que todo lo que entrase se mantuviese en las mismas condiciones en las que entró hasta que la caja fuese abierta de nuevo.  Eso garantizaba que la temperatura, humedad y cantidad de oxigeno no variaran en absoluto para el espécimen durante su traslado al lugar deseado sin importar si solo se trataba de unos minutos o varios días.  Asimismo poseía otro hechizo que evitaba, en el caso de plantas que emitían chillidos o ruidos diversos, que nada proveniente del interior se escuchase en el exterior.  Y por supuesto otro más que evitaba que cualquier planta con un mínimo de magia pudiese hacer uso de esta para liberarse de modo alguno (porque si, hay plantas mágicas que pueden hacer uso de reacciones químicas o físicas mágicas para liberarse, como por ejemplo el Rayo de Zeus, raro arbusto mágico que solo crecía en los montes más altos de Grecia, de madera y hojas platinadas con extraños frutos circulares que al llegar a la madurez estallaban al caer del árbol creando no solo un efecto luminoso parecido al choque de un rayo contra el suelo, sino que también era igual de destructivo.  El uso de su fruto era ideal para pociones fortificantes, las hojas frescas eran altamente requeridas en pociones curativas en caso de mordedura de ciertos animales ponzoñosos y la madera se utilizaba para la fabricación de muebles mágicos finos.  Y el uso de las raíces... aún quedaba tanto por descubrir según cierto oscuro pocionista)

Severus Snape adoraba su juego de cajas mágicas. Hacían que su trabajo como maestro pocionista fuese no solo mejor, sino casi perfecto.  Ingredientes frescos, conseguidos bajo las condiciones exactas requeridas según sus propias necesidades y a un bajo costo al ir él mismo a buscarlas.  Además por supuesto de darle un poco de emoción a su vida, ya que desde que acabase su papel como espía para el lado de la luz la verdad era que la rutina hasta se le hacia un poco monótona.

Así que allí estaba, bastante concentrado en mantener la levitación y agradecido por la quietud que le brindaba el castillo vacío a falta de estudiantes.  El día no podía arruinarsele por nada del mundo, ni siquiera por la celebración del cumpleaños del profesor de DCAO puesto que al parecer, milagrosamente, ese año no habría ninguna y por lo tanto ese viejo mañoso del director no estaría tratando de instarlo a ir, en contra de su voluntad, de nuevo.

Y mientras transitaba por un corredor de la primera planta razonó que el motivo de dicho milagro le importaba un comino.

Tal vez no debió de haber dejado sus pensamientos seguir ese rumbo, puesto que aquello le valió desconcentrarse un poco haciendo que la caja se ladeara un tanto y una de las esquinas chocara, de manera bastante leve por cierto, contra el suelo.  Snape paró su marcha renegando el que incluso sin estar presente Potter le ocasionase problemas y depositó suavemente la caja en el suelo para proceder a su revisión.  Nada por fuera, estaba de suerte... mejor también revisar por dentro, que esas cajitas no podían tener ni una grieta en la madera por pequeña que fuese o se volvían inútiles. Ladeó la caja y se metió, varita en mano prendida con un Lumus activo que le ayudo a revisar la superficie interna de la caja a conciencia.  No, ni una pequeña rayadura constató con un suspiro de alivio.

Murmuró un Nox suave y estaba a punto de salir de la caja cuando la tapa de esta fue colocada de pronto, sellando la caja de manera inmediata al tiempo que una estrepitosa risa se dejaba oír en el exterior.  ¡Peeves!.  La varita fue prendida de nuevo, Snape de pronto sudaba la gota gorda, aquello no le gustaba para nada.

Si señoras y señores, magos y brujas del mundo.  Ese maldito espíritu había logrado lo que nadie había logrado antes.  Severus Snape acababa de ser encerrado sin posibilidades de escapar de dicho encierro.

~.~.~.~.~.~

31 de Julio - 18:58 hrs.

Hagrid estaba entrando al castillo dispuesto a recoger la caja del pastel para llevarla a las cocinas para que los elfos le tomaran las medidas y empezaran a armar alrededor de esta, el pastel que sabía que a esas horas debía de estar terminando de hornearse.  Iba pensando el semigigante sobre el excelente plan que habían ideado entre todos esta vez y en lo orgulloso que se sentía de colaborar ahora si de manera tan maravillosamente activa y con un papel tan importante, cuando tropezó con esta enorme caja en medio del pasillo... si, lo suficientemente grande para albergar a la futura cita de Harry.

- "¡Oh! Que considerado es Dumbledore, si... debió de haber sido idea de él.  Dejaron la caja a medio camino para evitarme tener que ir hasta el despacho del profesor Flitwick a recogerla.  Si, gran hombre Dumbledore... tan inteligente."- se dijo a si mismo el guardabosques con una sonrisa, y si llegó a preguntarse porque a medio camino la pregunta se le contestó sola al cargar la caja- "Que pesada... debe de estar hecha de muy buena madera.  Excelente elección, muy buena.  Muy, muy buena."- siguió balbuceando mientras se encaminaba con dicha caja en dirección a las cocinas, sin saber que en su interior el profesor de Pociones pataleaba, golpeaba e insultaba sin resultado alguno.

Llegó a las cocinas y dejó con cuidado la caja en el suelo, no quería dañarla y así echar a perder el trabajo del profesor de Encantamientos. Un hombre pequeño pero en opinión de Hagrid muy poderoso y de gran corazón.  Un excelente profesor, colega y amigo.

- "Traigo lo que faltaba para el encargo de cumpleaños de Harry Potter, ustedes saben... la gran sorpresa.  Una excelente sorpresa en mi opinión."- balbuceó contento como siempre el semigigante ante el jefe de elfos domésticos de la cocina, el cual lo miraba con poca emoción en sus redondos ojos- "Si bueno, la dejaré aquí para que tomen las medidas, y una vez que la persona que tiene que estar adentro lo este... ustedes saben, la sorpresa de la sorpresa, bien ustedes entienden.  Si bueno, entonces podrán armar el pastel alrededor.  Yo vendré en unas dos horas para llevar el pastel a la habitación de Harry, será emocionante."- terminó de decir el semigigante con una sonrisa.

El jefe de elfos solo suspiró y asintió.  Y una vez que Hagrid se hubo retirado, indicó a los elfos encargados de la tarea las indicaciones que le habían sido dadas.

Los elfos encargados miraron la caja, la sopesaron magicamente y se dieron cuenta que ya estaba ocupada.  Entonces el pastel debía de ser armado apenas los bizcochos se enfriasen, porque los habían sacado del horno 20 minutos antes de que el profesor Hagrid llegase con la caja.  Bien, nada complacía más a los elfos que tener el tiempo suficiente para hacer bien su trabajo... así que trabajar.

~.~.~.~.~.~

31 de Julio - 21:06 hrs.

Sirius, Remus y Hagrid llegaron a las cocinas solo para deleitar sus ojos con un precioso pastel de bizcocho de vainilla, cubierto de crema chantilly y decorado con frutas frescas de 9 pisos de alto.  Una belleza que según Sirius escondía a otra belleza, el regalo ideal para cualquier hombre que cumpliese 25 años (que eran los que cumplía Harry).

Preguntaron si la persona ya se encontraba al interior de la caja y los elfos contestaron simplemente que si, que por eso el pastel ya estaba armado por fuera.  Sirius no cabía de gusto en si mismo. Hagrid también se sentía satisfecho.  Remus aún estaba gruñón y así lo dejo entrever con algunas palabras, decidiendo guardarse todo el resto para después puesto que su sexto sentido lobuno le decía que el tiro a Sirius le iba a salir por la culata y entonces ¡JA! iba a disfrutar de ello.

Entre Hagrid y Remus levitaron con cuidado el pastel mientras Sirius iba a avisarle a la enfermera Pomfrey que ya podía ir a buscar al cumpleañero con 'carácter de urgencia' ya que necesitaba practicarle nuevamente una prueba de la serie de test que se realizaban todos los profesores antes del inicio de cada curso, en la cual ella había descubierto un resultado algo dudoso.  Tratándose del curso y la seguridad de los estudiantes era imposible que Harry dijese que no.

Y efectivamente, Harry no dijo que no. Con lo histéricamente perfeccionista que se ponia con cada inicio de curso lo primero que hizo fue salir pitando a la enfermería del colegio dispuesto a que no saliese nada mal antes de iniciar las clases.  Y eso fue perfecto porque Hagrid y Remus solo tuvieron que esperar cinco minutos a que la ráfaga en que se había convertido el profesor de DCAO les diese la oportunidad de meterse a dejar el pastel.

- "Sigo pensando que esta es una invasión de la privacidad de Harry que ha ido demasiado lejos."- protestó una vez más el profesor de Duelo, aunque esta vez con un aire ya aburrido y es que nadie le hacia caso.

- "No seas aguafiestas Moony."- rezongó Sirius llegando como bólido y traspasando la puerta, las manos llenas de sobres con tarjetas de felicitación.  Ese año le iban a dejar las tarjetas sobre el pastel y a sabiendas de que el joven siempre abría la de Sirius al final era en esta tarjeta que estaban dejando las indicaciones acerca de la sorpresa extra, la cual no debía de ser sacada hasta después de la medianoche, según Sirius para hacer más emocionante todo, pero la verdad era que había una razón mayor para dicho pedido.

- "Pero... pero, yo no se como se han podido prestar todos para esto Sirius. ¡Es casi violación!. Prácticamente vas a obligar a Harry a tener sexo con una desconocida para que pueda recuperar su libertad!.  No, lo siento pero no me pongan esas caras, eso de poner un hechizo para evitar que quien salga del pastel y el cumpleañero tengan que tener 'intercambio de fluidos corporales' para que puedan salir de la habitación si es que la del pastel no felicita a Harry dentro del día del onomástico no solo es increíblemente rebuscado, sino también MUY enfermo. ¡Me oyó señorita!, aun no puedo creer que no solo no logré que pararan con esta idiotez ¡Sino que me inmiscuyeron! ¡Me hechizaron para que los ayude y para que no pudiese decirle nada a Harry! ¡Eso también es una violación de MIS derechos y apenas termine todo este ridículo circo me voy a quejar con quien haga falta! ."- se lamentó el licántropo, logrando que el semigigante se sintiese mal por lo que hacia, puesto que visto desde esa perspectiva no sonaba tan bien.

Pero Sirius solo desmereció las palabras con un gesto.

- "¡No lo escuches Atala! ¡Estás haciendo un bien!."- se dirigió Sirius al pastel, puesto que se suponía que la elegida, que efectivamente se llamaba Atala, podía escucharlo desde dentro del pastel- "Y ya deja de quejarte Moony, créeme que cuando Harry vea a Atala será de todo menos una 'violación' como tu dices."

Y lo peor era que SI estaban siendo todos escuchados por quien estaba dentro del pastel.  Severus Snape estaba aún más pálido de lo normal y sentía que le faltaba el aire ¡Sexo con Potter!. Pero es que aquello era el colmo.

- "¡Yo no pienso revolcarme con el niñato dorado de Albus! ¡Déjenme salir de aquí panda de imbéciles!."- gritó a todo pulmón cuando encontró la voz, pero era inútil puesto que él mismo sabía que nadie lo iba a escuchar.

- "Además no necesitan en realidad llegar a... bueno... tener relaciones."- comentó Hagrid muy nervioso de pronto- "Puede ser un poco menos, el profesor Flitwick dijo que con llegar a... bueno... usted me entiende profesor Lupin, un poco más que besos, un poco menos que lo otro... seria suficiente."

- "¡Sigue siendo abuso!."- se quejó Remus.

- "¡Que abuso ni que ocho cuartos. Y nada de hacer solo puntuaciones, es este partido de Quiddicth Harry tiene que atrapar la snitch ¡Escuchaste Atala! ¡Cuento contigo!. Y ahora vamonos."

Y Severus escuchó la puerta cerrarse tras el ruido de unas pisadas.  Volvió a sentir terribles escalofríos recorriéndole la espina dorsal, aquello NO era bueno bajo ningún concepto.

*Merlín bendito, ayúdame.* pensó con desazón ¿Como era que su perfecto día se había convertido en ESO?. Lo peor de todo es qe no sabía ni que hora era... estaba perdido.

~.~.~.~.~.~

31 de Julio - 21:44 hrs.

¿Fue su impresión o Poppy trataba de mantenerlo en la enfermería?.  Esa fue la pregunta que rondó una y otra vez la mente de Harry mientras volvía a sus habitaciones a paso rápido luego de una huída exitosa. Apenas faltaba un mísero mes para empezar el curso y todo debía de estar perfecto como siempre así que su tiempo era lo único que no se permitía perder durante las vacaciones, siempre lo utilizaba integro para planear el año completo de principio a fin.

Dio la contraseña al cuadro que cuidaba la entrada a sus aposentos y entró a estos centrado únicamente en seguir con su trabajo, aunque algo le decía que había algo diferente con la habitación.  Normalmente ignoraba esas sensaciones hasta tener tiempo de desentrañar problemas... después de iniciadas las clases; pero realmente algo estaba bastante fuera de lugar.  Dio una vuelta sobre su sitio y sus ojos se agrandaron al máximo.

- "¡WOW!... ¿como llegó ese pastel aquí?."- se preguntó curioso a si mismo.

Dentro de la caja Severus estrelló su cabeza contra la madera.

- "Le salieron patas y caminó por si solo Potter ¿de que otra manera?. ¡Lo trajeron estúpido!."

Harry se acercó y no resistió la tentación de darle una probadita a la crema mediante un dedazo. Hmmm, crema chantilly, adoraba la crema chantilly.  Vió sobres en el penúltimo piso del pastel, los tomó y leyó el enunciado escrito en el pastel que estaba escondido por los sobres.

Feliz cumpleaños Harry, esta es tu celebración de cumpleaños.

- "¿Es mi cumpleaños?... Merlín, lo había olvidado."- exclamó el chico entre ausente y sorprendido.

- "Oh por Morgana, esto no me puede estar pasando a mi.  Por favor, que me de un ataque cardíaco antes de que pase la media noche."

- "Debe ser porque no me han perseguido hoy para celebrarlo.  ¿Será que por fin Sirius dejó sus planes de emparejarme?... eso espero.  No se porque me es tan difícil decirle que soy gay, se supone que los Gryffindor somos valientes.  En fin, esto me alivia las cosas."- le dio otro dedazo al pastel- "Rico, rico.  Ahora a trabajar, esas clases no se van a planear solas. Pastel luego."- se dijo a si mismo muy campante mientras se alejaba rumbo a su escritorio.

Y mientras tanto Severus, quien había disfrutado imaginando la cara del pulgoso de enterarse de la orientación sexual de su queridísimo ahijado, de pronto se sintió horrorizado.

- "¡Vuelve aquí mocoso atorrante! ¡Sácame de este maldito lugar ahora mismo, pedazo de cabeza de chorlito! ¡Potter! ¡Potter!."- pero Potter no lo escuchó.

~.~.~.~.~.~

31 de Julio - 22:59 hrs.

Harry no podía quitar sus ojos del pastel. Era cierto que actualmente el trabajo era lo primero en su vida, pero el dulce lo estaba tentando.  Además todas esas tarjetas le decían que tenía gente que lo quería y se preocupaba por él, y él no correspondía a esa preocupación y cariño pues ni leía las misivas. Y algo le advertía que le iban a preguntar si le gustaron las felicitaciones a primera hora de la mañana... pero el trabajo. Bien, siempre podía mentir y decir que si... claro que le iban a pedir 'LA prueba'.  Suspiró dirigiéndose hacia el pastel, buscando entre las tarjetas y entre dedazo y dedazo a la crema, separando la de Sirius.

Sacó sin prisas la tarjeta, que para no variar tenía un Grim (todos los años era un Grim cumpleañero diferente) y la abrió para leerla.  Dos minutos después todos los colores habían abandonado el rostro del joven hombre ¡Sirius había metido a alguien al pastel!.  Y no, lo primero que se le vino a la cabeza no fue matar a su padrino, eso fue lo segundo. Lo primero que se instauró en la mente del ojiverde fue un inmenso temor a que el idiota de Sirius dejase a una persona dentro de un espacio tan pequeño ¡SIN OXIGENO!. Si, la existencia de la magia se le olvido por completo cuando luego de una minuciosa exploración rápida notó que no habían agujeros para respirar.

- "¡Tranquila señorita! ¡Ya la saco!."- comenzó a buscar la manera de deshacer ese lío.

Sacó la capa superior del pastel... la capa siguiente estaba completa. Con las manos llenas de chantilly y pastel buscó donde poner el trozo que había sacado que resultó siendo el sillón, que ahora también estaba embadurnado de crema chantilly.  Procedió a hacer lo mismo con la segunda capa, los papeles sobre su escritorio necesitarían algo de magia para limpiarse din duda, pero aquello no importaba en el momento ¡Debajo estaba la parte superior de la caja!. Harry buscó la manera de abrir la tapa, nada servía.  Solo entonces se le ocurrió que podría ser que solo se abriese con magia... ¡Magia! ¡Donde carajos estaba su varita!.

- "¡Alohomora!."- chilló apuntando al pastel ni bien su mano llena de crema logró asir el pedazo de madera.

Y la tapa de la caja se desencajó y menos de un segundo después salía volando de lado, dejando ver a la persona menos esperada por Harry en ese momento.

- "¡¿Snape?!."

- "¡Feliz cumpleaños!"

- "¿Que?."

- "¡Feliz cumpleaños, maldita sea Potter! ¡Tan solo diga gracias!."

- "¡Gr... gracias!."

Uf, pero cuanta alteración. Sin embargo ni bien dijo el menor gracias el alma le volvió al cuerpo a pocionista.  Apoyó las manos en un extremo de la parte superior de la caja y con un movimiento rápido logró salir del interior, aunque eso si... una buena parte de la crema quedó adherida a su siempre negra túnica y sus manos se llenaron de paso también de bizcocho.

Snape sin embargo pareció restarle importancia a aquello y se dirigió hacia la salida.  Sin embargo, la puerta no abría. El pocionista palideció, empezó a sudar frío de nuevo.  Intentó salir con más ahínco. Nada.

- "Ya... ya paso la medianoche."- fue la conclusión a la que llegó el pobre hombre casi comenzando a temblar. Y digo casi, porque es que era Snape, ni bajo esas circunstancias podía dejarse flaquear.

- "Esto... no, mi reloj dice que faltan como 40 y tantos minutos."

- "¡Entonces quite la maldita traba de la puerta Potter y déjeme salir!."

- "¡Pero si yo no estoy haciendo nada!."

- "¡Ya lo saludé! ¡Se supone que ya debería de poder irme!."

- "Oh... eso, aqui en la tarjeta de Sirius dice que mi... mm, regalo... no podrá dejarme mientras dure mi cumpleaños. Creo que entendió mal a Sirius en todo caso... ¿Como se dejó convencer?."

Por su parte, a Snape le entraba por segunda vez el alma al cuerpo... Maldito el pulgoso, maldito el viejo manipulador y malditos todos los demás mojigatos manipuladores del lugar.

- "¡¿Convencer?! ¡Yo no debería de estar aquí! ¡Peeves! ¡El estúpido de Hagrid se equivocó de caja! ¡Argh!."- el hombre estaba ahora pasando a una siguiente etapa de desesperación y no pudo evitar poner sus ojos sobre la caja... ¡Su caja! estaba... estaba- "¡La llenaron de pastel! ¡Mi preciosa caja esta llena de pastel!."

- "¡La limpiaré!."- exclamó el menor tratando de arreglar el entuerto, lo que no dijo fue que lo haria una vez que el pastel se terminara, pues no había manera de que pudiese deshacerse de este de otra forma gracias al profesor de Encantamientos, de lo que se había enterado gracias a la tarjeta de Sirius también... ese fue un pensamiento tipo flash que le llegó de la nada y que gracias a todos los hados no exteriorizó porque seguro que Snape le saltaba a la yugular en ese preciso instante.

El mayor cerró los ojos, suspiró.

- "Necesito ir al baño."- dijo de pronto, bastante abatido. Más de cinco horas metido en una caja no era bueno para tu vejiga.

Harry señaló hacia el fondo de los aposentos y Snape se encaminó hacia donde el hombre joven señalaba.  De alguna manera luego de dos pasos recobró el porte y la túnica llena de chantilly por la espalda hizo fru fru.

Harry miró el desastre que se había hecho en la salita de sus aposentos.  Pensó en constatar si lo del pastel era cierto, lanzó un hechizo y el chantilly regado por todos lados desapareció pero las capas de pastel en su sillón y escritorio no.  Invocó un platito con cubierto y luego otro... en algún momento tenía que empezar a acabar el pastel.  Lo pensó un momento, apareció otro platito con cubierto y un par de fuentes. Colocó cada capa extraída del pastel por cada fuente y luego partio un par de trozos que fueron a parar a los platitos.

5 minutos después Snape regresó más recompuesto y miró a Potter con hastio, el cual aumentó cuando el chico le ofreció el postre.

- "¿Intenta inducirme un coma diabético Potter?."- preguntó al ver el platito.

- "¿Quiere su caja no? La tendrá cuando acabe el pastel."- si, el pastel de nueve pisos.  Snape lanzó dardos venenosos por los ojos, y antes de que pudiese lanzarlos también por la boca Harry le extendió la única tarjeta que había leído ese día.

Snape leyó y solo porque el ojiverde retiró rápidamente dicha tarjeta, esta no terminó hecha pedacitos.

- "Es demasiado dulce para mi."- gruñó Snape.

Harry miró la porción de Snape, con su cucharita quitó la capa de chantilly de los costados poniéndola en su propio plato y volvió a extenderle el postre al hombre que sin ganas se dejaba caer en el sillón de al lado aceptando el platito y comiendo con desgana en completo silencio.  El reloj del castillo sonó en esos momentos anunciando la llegada del 1ro de Agosto, el cumpleaños de Harry Potter oficialmente había terminado.

Harry suspiró.  Si había entendido bien entonces había habido un montón de equivocaciones ese día por parte de los perpretadores de aquella celebración cumpleañera.  Como fuese, aquel en realidad no era problema suyo.

Ese, definitivamente, había sido el cumpleaños más raro que había tenido. Sin duda alguna.

Y su sexto sentido le advertía que se preparase.

Aquello aún no acababa.



Fin del primer capítulo


Capítulo II


Notas de la autora:


Wiiiii, el primero de tres capítulos cortitos ^^ espero que les guste el fic.  Pronto, muy pronto estaré subiendo el resto porque estoy con la musa al máximo.  Dedicado a tod@s aquell@s que gustan del humor, habrá mucho en los dos próximos capítulos.

Gracias por leer y una vez más ¡Happy B-day Harrito!.

Con muuuucho miaulove

chibineko chan
(Miembro de la Orden Sirusiana)
(Alumna de la casa de Hufflepuff en Media Noche en la Torre de Astronomía)

~.~.~.~.~.~


Campaña de NO AL PLAGIO

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