Una suave sonrisa jugueteaba por mi boca, mientras que la sangre subía salvajemente a mis mejillas y mi corazón latía tan desbocado que sentí por un momento que se me iba a salir del pecho.
-Severus- volví a susurrar y sentí que en mis ojos se prendía una chispa.
¿Qué era lo que acababa de suceder? Sentía que mis pies ya no tocaban el suelo y que los pedazos de mi corazón se volvían a juntar lentamente. Volví a sentir la lujuriosa sensación del aire en mis pulmones resecos y mil mariposas me llenaron al instante el estómago como por arte de alguna extraña magia “Amor…” murmure en mi fuero interno.
Las imágenes, los recuerdos, las sensaciones me volvieron a azotar la mente. Instintivamente me lleve una mano a la boca, tocándome suavemente con un dedo mis labios hinchados. Tenía una agradable sensación en el cuerpo… era una sensación que no sentía desde hace ya bastante tiempo… sentía como si volviera a estar lleno de algo… lleno de eso que me faltaba desde el día en que él se fue. Parecía como si la felicidad me hubiese regresado de golpe.
-Severus- Murmure de nuevo, gozando de la agradable sensación que esa simple palabra me daba al pronunciarla
Oleadas de diferentes sentimientos me llegaban por todos lados, cada una causaba un distinto frenesí que mi cuerpo aceptaba gustoso a su paso. Cada una era algo indescriptible… algo que no había sentido desde hace ya mucho tiempo.
Extrañe su cercanía en mi cuerpo, sus labios sobre los míos, sus manos en mis caderas y el olor que el desprendía. La dolorosa pero justa sensación que todo eso dejaba a su paso. Me estremecí solo de recordarlo.
¿Qué había sucedido?... mi cabeza se lo preguntaba inconscientemente esperando una respuesta que nunca llegaría… una pregunta sin sentido… una pregunta que no esperaba ser respondida por mis pensamientos ni por mi boca.
Realmente eso no importaba demasiado… o eso era lo que yo quería sentir en el momento… la simple dicha que causaron sus labios sobre los míos por esos segundos valía para tener todas las incógnitas posibles…
Respire varias veces más antes de poder ponerme de pie completamente. Aun recargado en la pared no sabía bien si me estaba engañando o no, pero sentía como si mis pies no estuvieran en el piso, me sentía extrañamente con una sensación de caída libre…
No sentía en el cuerpo otra sensación que no fuera la de mi corazón que se aceleraba con cada uno de los recuerdos y las sensaciones dejadas. Ese corazón que había dejado de latir hace tanto tiempo por fin podía volverlo a sentir sin ningún dolor al alcance.
Extrañamente el hoyo en mi pecho desapareció… pareciese como si este nunca hubiera estado… como si nunca hubiese existido tal dolor.
Camine ausente por los pasillos, a paso lento ya que tenía mil cosas en la cabeza por las cuales empezar a pensar.
¿Qué había sucedido? De nuevo la pregunta azotaba en mi cabeza pero aun sin recibir una respuesta. Me negaba a conseguir respuestas… ya que sabía realmente que en el momento en el que las consiguiera todo lo que sentía en este instante desaparecería como el polvo que desaparece con el viento.
La pequeña sonrisa aun no abandonaba mis labios… la ausencia dejaba su propio sabor amargo que me llenaba toda la garganta… era como haber consumido droga… y ahora era cuando empezaba a sufrir sus efectos… no queriendo que llegaran las consecuencias.
Camine sin rumbo por los pasillos, intentando perderme de nuevo en las diapositivas que pasaban por mi mente… ¿Qué significaba este beso?... esa pregunta rondaba fugitivamente por mi cabeza… pero como antes… me negaba a darme respuestas… no quería que el efecto de la droga terminara todavía.
Por fin llegue a la habitación de Louis me sentía aun en las nubes cuando entre Louis dormía, mejor para mí porque si hubiese estado despierto probablemente se habría dado cuenta de lo distraído que estaba.
Me deje caer en el sillón al lado de la cama de hospital y solté un suspiro demasiado largo sin quitar la boba sonrisa de mi cara… “Me beso… Severus me beso…” me repetía internamente, como intentando grabarme esas palabras sobre mi cerebro… intentando grabar hasta el más mínimo detalle de nuestro corto encuentro.
Suspire una vez más… su perfume aun me llenaba… no era acido ni cítrico, ni dulce ni almizclado… era simplemente único. Y ese delicioso perfume aún seguía en mi boca danzando como palabras al viento.
Suspiros… suspiros por Severus, suspiros por lo que había sucedido… suspiros por cómo estaba… suspiros por la vida… lo que había sucedido era como un simple suspiro… que fácil llego… y fácil se fue.
Me quede dormido con aquella sonrisa en mi cara... aquella sonrisa que hace tanto que no aparecía en mi rostro… aquella sonrisa con la que torpemente me sentía ansioso y feliz. Aquella sonrisa que sabía perfectamente que desaparecería cuando me despertara por la mañana… aunque realmente no me importaba… aunque deseara con mi alma no despertar jamás.
En mi mente vagaban las imágenes… su boca contra mi boca… nuestras lenguas moviéndose en una danza sin final… una danza que pudo haber seguido… pero por desgracia no lo hizo. Sabía bien que mientras dormía también suspiraba una y otra vez… llegue a pensar que los suspiros nunca se irían… ¿Cómo se podían ir si soñaba con ellos todo el tiempo?
Abrió los ojos lentamente esperando a que la realidad me callera encima, mirando aun al techo… pero todo lo que escuche fue silencio… un silencio profundo y cómodo… me relaje al instante… quedándome un poco más en la posición en la que me encontraba.
Levante un poco la cabeza y ahogue un grito cuando vi quien me estaba observando desde el otro lado del cuarto.
Diana estaba con una expresión seria en su cara… parecía enojada… tenía sus bracitos cruzados sobre su pecho y me veía fijamente.
-Hola Diana- Cuchichee intentando reprimir la sonrisa boba en mi cara.
No dijo nada y se acercó con sus andares de bailarina hacia un lado mío.
-Necesito hablar contigo- Murmuro en mi oído.
Yo asentí y me pare de la silla, intentando estirarme un poco antes de salir por la puerta. Diana salió detrás de mí y la cerró detrás de ella.
Me recargue en la pared del pasillo con los brazos cruzados en un abrazo a mí mismo intentado darme un poco de calor a causa del frio.
La expresión de Diana no cambio ni un instante… aun parecía molesta… y me observaba detenidamente. Suspire de nuevo con impaciencia…, Diana por fin hablo.
-Lo besaste – Dijo con tono acusador.
Me quede petrificado, no me impresionaba que ella lo supiera… me impresionaba su actitud… no parecía nada feliz.
-Harrison James Potter, lo besaste- Dijo con tono aún más brusco.
-Si…- Murmure reprimiendo la sonrisa que luchaba por dibujarse en mi cara.
-¿Cómo pudiste? ¿Por qué lo hiciste?- su voz empezó a subir de tono- No lo puedo creer… ¿Por qué hiciste algo así?
Yo la observaba con los ojos abiertos como platos y mis mejillas encendidas.
-¿A qué te refieres Diana? ¿No era eso lo que querías?- Me empecé a enojar- ¿Por qué nos mandaste solos entonces? ¿Por qué me dejaste solo con él en Paris? ¿Por qué?
Diana se quedó petrificada viéndome con su cara inescrutable… tuvo que respirar lentamente para poder hablar… sentía que en algún momento de esto… alguna de las dos iba a explotar.
-Harry,- Dijo mi nombre entre dientes- Te has dado cuenta de lo que hiciste ¿Cierto?... Severus le ha sido infiel a Andre por tu culpa… y tú a su vez le has sido infiel a Sebastián por su culpa… ¿Estas consciente de las consecuencias de sus malditos actos?- Chillo furiosa.
Al fin, como lo esperaba la realidad me cayó encima… sin aviso… una sensación demasiado extraña empezó a recorrer mi cuerpo haciendo que la felicidad se fuera lentamente… parecía como si me estuvieran drenando el cuerpo.
Infiel… intente entender esa palabra… lentamente encontré su significado… y lo último que yo quería fue lo primero que sentí… culpabilidad… culpabilidad por haber engañado a Sebastián… enojo… enojo por saber que gracias a mi Severus le fue infiel a Andre… odio… odio a mí mismo por haber dejado que la situación se me fuera de las manos, y por ultimo… felicidad… aunque hubiese sido un poco… no sabía por qué… pero ese sentimiento seguía rondándome.
Volví a sentir el espectro del hueco en mi pecho a la espera de cualquier cosa para poder abrirse realmente.
Me deje caer lentamente hacia el piso… resbalándome con mi espalda mientras las lágrimas intentaban inundarme los ojos. Sentí unos pequeños brazos rodeándome los hombros… pero no les preste demasiada importancia. “¿Qué he hecho?” la pregunta misma me ahogaba la cabeza… ahora si era hora de empezar a conseguir respuestas.
-Harry.- Murmuro Diana ahora un poco más calmada- Lo siento… siento que te hayas ilusionado de esa manera…
Yo no era capaz de decir palabra alguna… sentía de nuevo que mi corazón se iba rompiendo lentamente dentro de mí.
-Se lo dije- Musito con su voz de soprano- Por eso peleamos en Paris… cuando bajaste a la sala… le dije que no te ilusionara… le dije que te dejara en paz si su deseo era casarse con Andre… pero no me escucho. Y justo cuando venía hacia acá… fue cuando tuve la visión de todo lo que sucedió.
Deje de escuchar cuando dijo lo de Andre… sus palabras en si después de ahí dejaron de tener sentido para mí. El agujero en mi pecho se abrió de nuevo haciendo que todo el aire que lujuriosamente había guardado antes se saliera como cuando un globo se poncha.
Mis sollozos eran cada vez más altos, me ahogaban… al igual que mis lágrimas… me tuve que tomar de ambos costados porque sentía como si me despedazaran por dentro.
-¿Por qué lo hizo?- Solloce con la cara enterrada en el hombro de Diana.
Se quedó en silencio… tenía que decirme la verdad… lo tenía que hacer… si me iba a matar… que lo hiciera ahora.
-Dímelo- Solloce de nuevo mirándola a los ojos.
-El… bueno… el…- Suspiro- Él lo hizo porque… se enteró de que eras novio de Sebastián… y…- Bajo un poco más la voz- Lo hizo para ver que sentías…
-¿Y qué más?- Murmure tan bajo que ni yo mismo me pude escuchar del todo bien.
-Para… que no lo pudieras olvidar… y que no pudieses estar con Sebastián… de la manera en la que… tú sabes estuviste con el- Murmuro suavemente.
No dije más… los sollozos volvieron a salir por mi boca… las lágrimas de nuevo desbordaron mis ojos… y las oleadas de dolor me empezaban a dejar atolondrado… con qué facilidad podía irse todo al caño… unos minutos antes era la persona más feliz sobre la faz de la tierra… y ahora era el muñeco de trapo más roto que se podía encontrar.
Me utilizo, me ilusiono, me beso…. Y luego volvió a romperme… él era la persona más egoísta que pudiera haber conocido en toda mi vida… Severus Snape era la persona más malditamente egoísta que existía.
Las lágrimas aun salían por mis ojos, no las podía parar, ni era algo que yo deseara realmente ya que era la única manera de desahogarme… “Estúpido si pensaste que realmente iba a dejar a Andre por ti… Idiota!!!” una fría voz me decía en el fondo de mi cabeza… muy en el fondo de mi corazón yo lo deseaba de esa manera… aunque ahora la realidad me dijera cosas diferentes.
Los bracitos de Diana aún seguían alrededor de mi… intentando protegerme… aunque por desgracia aquí la única amenaza era yo mismo… yo era el que siempre me lastimaba…. Era una amenaza andante.
Respire profundamente como intentando tomar todo el aire que me faltaba de los pulmones… aunque sabía perfectamente que eso no iba a servir de nada… tendría esta maldita sensación hasta que me muriera.
Era imposible que me sacara las imágenes de la mente… no podía… y muy en el fondo tampoco lo quería… el simple hecho de intentar sacarlas me dolía más que el recordarlas… aunque no supiera del todo bien la razón por la cual pasaba esto.
No supe bien cuanto tiempo me la pase sollozando en el piso, hecho un ovillo con mi cabeza en el regazo de Diana… y de nuevo… no era algo que realmente me importase… mi vida de nuevo ya no tenía sentido alguno… todo se había esfumado.
-Harry- La vocecita de Diana me saco de mi cabeza por unos momentos.
-Humm…- Conteste.
-Vamos a casa- Murmuro.
Me tense al instante… Diana realmente tendría que estar loca si pensaba que yo iría a casa con Severus ahí… no lo podría ver a la cara… no podría… no… esto no podía estarme pasando.
Diana noto mi estado y murmuro tan bajo que dude por unos segundos haberla escuchado bien.
-Prometo que no se te va a acercar, te lo prometo… pero vamos… necesitas dormir y Louis no te puede ver así si despierta- Hizo un mohín- Mañana vendremos por el para llevarlo a casa. Te prometo que Severus ya no te va a molestar.
Lo dude un poco, pero había tanta sinceridad en sus ojos que no pude dudarlo… aparte... estaría solo algunas horas… ya era tarde así que solo llegaría a dormir y luego a volverme a ir.
-Si vamos- Dije aun con la voz quebrada por las lágrimas que caían por mis mejillas.
Esto era otra prueba que se me presentaba, sabía perfectamente que me tendría que acostumbrar a verlos juntos… a ver a los dos tomados de la mano… y ver en sus dedos los anillos que demostraban que estarían juntos por siempre…
Mientras caminábamos por los pasillos en silencio sentía que de nuevo el mundo se me caía encima… la sensación que había tenido antes de felicidad se había esfumado por completo y ahora su lugar era tomado por la misma maldita sensación que tenía desde hace seis meses… esto no podía estar sucediendo de nuevo. Me negaba a aceptar que esto estuviera sucediendo de nuevo… todo esto debía de ser una pesadilla. Lo sabía… una maldita pesadilla.
Salimos y una tenue lluvia caía sobre nosotros, el aire soplaba fríamente… me dieron escalofríos inconscientemente.
Llegamos al Porche de Diana y me subí en el asiento del copiloto… aun ausente y en el estado de tensión en el que me encontraba… aun no era realmente consciente de lo que estaba haciendo… ni tampoco lo quería… quería seguir con la maldita idea de que todo esto era una pesadilla e iba a despertar de un momento a otro en mi cuarto… lo deseaba más que nada.
Salimos del estacionamiento a 160 km/h… en otras circunstancias me hubiese asustado de la velocidad… pero ahora era algo que realmente no me importaba… apoye mi cabeza en el asiento y cerré los ojos, dejando que otras dos lagrimas me salieran de los ojos… las cuales se confundieron con las gotitas de la lluvia que aún tenía en mi cara.
-¿Harry?- Dijo Diana dubitativamente.
-Si- Murmure muy bajo para que la voz no se me rompiera.
-Por favor olvídalo- Dijo con tono de súplica.
Analice sus palabras… olvidarlo… si hubiese tenido energía me hubiera reído… olvidarlo… eso nunca iba a ocurrir… si lo olvidaba mi vida dejaría de servir… era lo único que me mantenía a flote… aunque fuera una simple ilusión.
-No puedo- Susurre muy bajito.
-Si puedes- Dijo con tono ansioso- Si puedes Harry, si él lo hizo, tu deberías de hacer lo mismo… tienes a la persona perfecta para olvidarlo.
Las palabras de Diana me azotaron… “si él lo hizo…” ósea que el si me había olvidado… la herida en mi pecho se estremeció ante esas palabras. Pero lo peor es que me empezaba a acostumbrar al dolor que provenía de mi pecho… al dolor del que tanto había huido… y ahora simplemente me hundía en él.
-¿Harry?- Chillo Diana.
-¿Si Diana?- Dije en un jadeo, intentando recobrar el aire.
-Inténtalo por favor- Dijo con tono de súplica.
Tome aire, estas palabras sabía que me iban a doler… pero tenía que decírselo a Diana tenía que descargarme con alguien.
-No puedo Diana- Suspire- Prefiero seguir sufriendo, y llámame masoquista si quieres, antes de olvidarlo… él es la única razón en mi vida que aún me mantiene a flote… es lo único que realmente tiene algo de valor en mi vida. Y aunque él se case… siempre va a ser el más único y gran amor de mi existencia.
Diana se quedó analizando todas mis palabras, con una expresión inescrutable… su ceño se fue frunciendo poco a poco hasta que quedo una arruga en su frente marmolea…
-Sabes bien que no te puedes pasar la vida así Harry.- Dijo con enojo- No por el… no después de lo que te hizo.
-No puedo Diana- Me seguía negando mentalmente a la idea.
-Escúchame- Chillo- Si puedes… tienes que hacerlo… tienes que demostrarle… y tienes a Sebastián… ¿No crees que él se merece también una oportunidad? ¿No crees que tú te mereces una oportunidad para ver si puedes seguir sin Severus?- Escupió el ultimo nombre como si fuera una maldición.
Me quede callado… sabía perfectamente que tenía que intentarlo… solo que algo muy, muy dentro de mí me decía que no… tenía miedo… miedo de que Severus dejara de aparecerse en mi cabeza… miedo de dejar de recordar su gélido aliento, su tacto frio… la sensación de su pecho pétreo contra mi… sus brazos rodeándome… su aterciopelada voz. Tenía miedo.
-No puedo Diana- Solté- Tengo miedo- Dije aun con los ojos cerrados.
-¿Miedo de que?- Murmuro.
-De que Severus se me borre del pensamiento- Al decir esto dos lagrimas gordas me salieron de los ojos- Tengo miedo de que tarde o temprano… si lo olvido… dejare de amarlo… y no puedo hacer eso. Simplemente no puedo.
-Harry.- Murmuro Diana- Sé que al principio va a ser duro porque lo amas… pero tienes que aprender a vivir sin el… tiendes que dejarlo atrás… yo lo amo como hermano. Pero lo que está haciendo no tiene nombre- Su voz se escuchaba enojada.
-Lo intentare- Suspire, aun no sabiendo conscientemente que era lo que había dicho.
-Bien,- Suspiro de alivio- Inténtalo con Sebastián, es un gran chico…
-Sí, lo es- Dije cuando más lagrimas se escapaban por mis ojos.
No dijimos nada más en todo el camino… ni yo abrí los ojos, me era más fácil enfrentar la realidad de esta manera… a tientas. El agujero en mi pecho se había abierto de nuevo, aunque el dolor ya me era demasiado familiar.
El repiqueteo de la lluvia en el auto era lo único que se escuchaba de fondo cuando entramos por el caminito de piedras en la casa de los Snape.
Mi estómago se tensó al instante y una gota de sudor me surco la nuca, “Estúpido… nunca debiste de haber aceptado venir ¿En qué demonios pensabas Harrison James Potter?” me regañaba internamente.
Nos estacionamos entre el descapotable rojo de Remus y el Jeep de Lucius, por desgracia vi también ahí el volvo… eso solo significaba que Severus estaba en casa.
Baje del auto rígido… y Diana llego a mi lado en un abrir y cerrar de ojos, me tomo de la mano y murmuro.
-Todo va a estar bien, yo te voy a proteger.
Sus palabras me dieron un poco de seguridad, aunque no sirviera de mucho.
Entramos a la casa por la puerta del garaje y al instante sentí dos grandes brazos rodeándome y dejándome sin respirar.
-¡¡¡Hermanito!!!- Grito Lucius mientras me abrazaba tan fuerte que casi me rompía los huesos.
-Lucius… no… puedo… respirar…- Dije entrecortadamente.
-Uh… lo siento- Dijo mientras me ponía en el piso pero no dejo de abrazarme… aunque ya no con tanta fuerza. -Harry.- Murmuro en mi oído- Te prometo que no te va a volver a lastimar lo prometo.
Me tense al instante, ¿Por qué Lucius había dicho eso?... mi mente voló en un millón de conjeturas, pero una voz me saco de mi mente antes de que pudiera dejar volar mi imaginación.
-Harry- La voz maternal de Eileen me llamo desde detrás de Lucius.
-Eileen- Dije zafándome del abrazo de Lucius y corriendo hacia ella para abrazarla.
-Cuanto me alegra que estés bien- Dijo en medio de un sollozo.
-Lo siento- Dije también con lágrimas en los ojos, Eileen no se merecía esto… que estúpido fui al irme… terminaba hiriendo a todos.
-Bueno, bueno basta de cursilerías- Dijo Lucius desde mi espalda como un niño pequeño. Yo solo reí.
-Vamos arriba Harry- Dijo Diana tomándome de un brazo.
Yo solo asentí con la cabeza, pero en ese momento sentí a Diana tensarse a mi lado y a Lucius que se ponía delante de mí.
-Déjalo en paz- Gruño Lucius.
Yo no podía ver quien estaba en las escaleras, pero tenía una idea demasiado cercana de quien podría ser.
-No- Dijo una voz demasiado familiar para mí.
Y en ese momento… mi cuerpo dejo de funcionar, el aire se me fue y me encontré de nuevo en un abismo negro.