Los años no trascurrían igual para su maestro, quien seguía luciendo el cabello negro azabache más lustroso que nunca, y si se acercaba lo suficiente, Harry estaba seguro que podría comprobar que las líneas de sus ojos seguían siendo las mismas de años pasados. La diferencia suponía en que ataviado con elegantes túnicas el hombre se imponía y en ese instante Harry estaba desnudo para él, aunque Snape no pudiera verle como Harry, para él solo era medianoche.
Snape se acercó a él con pasos lentos, cosa que no hacía más que poner a prueba los nervios de Harry. Snape, sin mediar palabra, puso frente a él un frasco con lo que aun en su inmensa torpeza en la materia, Harry adivino que era la poción multijugos, imaginando que no debía hacer preguntas la debió sin tener dudas.
Convertirse en sí mismo no fue tan desagradable, estaba acostumbrado a su complexión, pero si se sorprendió al notar la vista de Snape oscurecerse ante su cuerpo desnudo.
El hombre lo rodeó, dejando caer sus ojos en cada fibra de su ser. No quiso reprimir un escalofrió y pronto sintió el duro y forzado agarre del hombro a su cintura mientras susurraba en su oído.
—Cada vez te pareces más a él… Esta noche quiero que olvides tu nombre, eres Harry Potter ¿De acuerdo?
—Sí, señor.
Esa respuesta surgió de forma automática para Harry, quien siempre estuvo acostumbrado a guardar un poco de respeto al ex jefe de la casa de las serpientes. Más en ese momento, para Snape fue una señal clara de que había entendido sus deseos.
El hombre se las había arreglado para acoplar sus cuerpos de tal forma que Harry no sólo se sentía terriblemente excitado por la succión fuerte y nada considerada que aplicaba Snape a su cuello, sino también por la inminente erección que se erguía sobre la túnica del hombre, y se las arreglaba para meterse entre sus nalgas.
Eso no continuó por mucho tiempo. Harry volvió a sentir presión sobre su brazo y se sintió arrastrado y postrado de rodillas frente a la cama. Snape se auto gestionó el puesto frente a él. Para deleite de Harry, el hombre ya se había deshecho de su estorbosa vestimenta.
No necesitó indicación alguna. Levantando la vista para encontrar los ojos de Snape, luego los fijó de nuevo en su objetivo, de pronto entusiasmado.
Llevó su boca hasta el miembro que estaba frente a él, usando su lengua para recorrerlo, mientras que sus manos tenían la tarea de sensibilizar los testículos de su amante.
A Snape se le hacía difícil no perder el control y eso sólo avivaba las caricias de Harry, succionando más fuerte y siempre y cuando Snape diera señales de necesitarlo, introduciéndolo más en su boca.
Ese juego duró lo suficiente. Snape lo apartó cuando le faltaba poco para el orgasmo; eso no desanimó a Harry, quien por el contrario, en vez de esperar a que se lo pidiera, se levantó, tomando su lugar a horcajadas de Severus.
El hombre subió ambas manos desde su cintura hasta la parte alta de su espalda, para luego descender y empujarle hacia abajo, penetrándole sin preparación alguna. Dejó escapar un chillido de dolor pero pudo disfrazarlo como un gemido de satisfacción.
El hombre se recostó en la cama, utilizando los brazos como almohadas, mientras observaba el rostro intensamente avergonzado de Harry, quien esperaba cualquier indicación suya.
—Vamos Potter danza un poco, quiero ver cómo te pierdes en mi cuerpo una y otra vez.
Harry no pudo identificar si fue el tono o la forma en que fueron dichas esas palabras, pero rápidamente se encontró obedeciendo, subiendo y bajando sobre el pene de Snape, siendo golpeado por infinidad de sensaciones mientras que buscaba un punto ciego donde apoyarse, Snape sostuvo sus caderas, dejando su cómoda posición y uniéndose al movimiento. Harry se permitió poner las manos en su hombro y aumentar el ritmo de la penetración.
Pegado a la oreja de Snape, jugando con la piel sensible del cuello, lo escuchó gemir, sonriendo mientras dejaba caer un tímido beso detrás de la oreja, se permitió suspirar mientras los movimientos del hombre lo aturdían, no solo tenía una gran habilidad para encontrar su próstata, sino también para acariciar su pene, que le estaba mandando señales de que esta deliciosa agonía no se prolongaría demasiado.
El hombre le levantó deteniendo un momento las embestidas, Harry soltó un gemido de descontento y el hombre tuvo la desfachatez de reírse en su cara.
—Solo un momento pequeño león, te vas a correr mirándome a la cara —fue lo que expresó el mayor suavemente en su oído. Eso sólo incentivó a Harry a aceptar la nueva posición.
Con Snape arrodillado sobre la cama, penetrándole, era difícil no querer algo de movimiento. Pero logró contenerse, y una vez que sintió sus piernas sobre los hombros del maestro, no perdió tiempo empujando hacia abajo. Severus prosiguió el ritmo, acelerándolo mientras los segundos pasaban para ellos.
—Córrete para mí, pequeño Ámbar —fue una petición tan sensual cómo fue posible hacerla.
Harry empezó a sentirse tan sofocado que supo que pronto todo este ambiente terminaría. No concentrándose en nada más que el rostro sudoroso y agitado de Severus llevó sus manos hacia arriba buscando las del otro hombre, quien consideradamente apretó las suyas y dio la última estocada que necesitaba para rendirse ante al orgasmo, apretando sus paredes internas y arrastrando con él a Severus.
—Severus —se permitió susurrar Harry abrumadoramente.
Recibió con los brazos abiertos el cuerpo de Severus, quien se acomodó de tal forma que pudieron permanecer uno junto al otro por largo tiempo sin dejar de tener sus cuerpos unidos.
Harry empezaba a sentirse con ensoñación. Cuando sintió que el cálido cuerpo del mayor se retiro de su lado, abriendo los ojos y enfocándolos, se dio cuenta que el hombre empezaba a vestirse.
No tardó en estar de nuevo frente a él, esta vez con la varita en alto, cosa que hizo a Harry sentirse sobresaltado.
—Potter usted puede ser el maestro de la mentira en el ministerio de magia pero a mí no me engaña. Deje de fingir y dígame ¿cómo consiguió llegar hasta a mí? —Snape le miraba sin una pizca de consideración y se notaba determinado. Harry como pudo respondió a la pregunta del hombre.
—Por Medianoche —Harry bajó la vista para encontrarse sin ropa y más sonrojado aún levantó el rostro, decidiéndose a seguir hablando—He estado buscándolo, no puedo sacármelo de la cabeza, pero di con su amante y él me contó, bajo mucha presión, sobre sus encuentros y sobre lo que usted “me hacía”, y quise probarlo, porque he tratado de negarlo, pero es imposible —admitió Harry mirando para los lados, intentando que las lágrimas no se hicieran presentes— Siempre me ha gustado.
—¿Esto es una penosa declaración de amor? —preguntó el hombre apartando la varita sin dejar baja la guardia.
Harry miró de forma herida a Snape, levantándose arrebatadamente y dirigiéndose hasta donde su ropa había quedado desperdigada.
Ya con los pantalones puestos y la camisa a medio abrochar, volvió el rostro a Snape, quien no había dejado de observar sus acciones.
—Sí, soy un crio enamorado ¿Satisfecho? Pensé que había quedado claro, deje que usted satisficiera su deseo privado de mí. He de decir que fue amable. Me contaron muchas anécdotas sobre usted —admitió mirando a Snape a los ojos, notando como éstos no mostraban signos de que alguna emoción acudiera al hombre.
—Los cuentos son solo eso, Potter —sin apartar la vista y con una sonrisa de suficiencia, Snape admitió— Me di cuenta que era usted, impulsivo, cariñoso y sincero. Eso no se puede comprar en un prostituto —aclaró Severus, haciendo que Harry sonriera para su deleite.
Harry probó acercarse lentamente y cuando estuvo frente a él, preguntó mirando a los ojos.
— ¿Me está diciendo que fue gentil porque se trataba de mí? —sin poder apartar la vista, aun cuando se sentía sumamente abochornado.
—Le puedo jurar que hice el amor con usted —Harry cerró los ojos agradado, queriendo conservar ese momento en su memoria y de repente sintiéndose muy falto de valor
>>—Es hora de que me vaya Potter; esto es demasiado bueno para que se repita. Usted y yo tenemos lugares diferentes en esta historia, yo represento todo lo opuesto de usted, la desesperanza —caminando hacia la salida, Severus pidió el ascensor.
Harry, volteando y sin esforzarse en esconder las lágrimas que bañaban su rostro, aprovechó esos instantes para acercarse al hombre. Notando que el mayor no pensaba impedirlo, llevó sus labios hasta el rostro amado, donde fueron recibidos por otros labios y una lengua hambrienta y juguetona que se encargó de hacer más corto el paso del tiempo.
Snape no levantó la vista del suelo una vez en el ascensor y Harry solo pudo permitirse ser débil y caer al piso de la habitación, llorando sin consuelo. Era la persona más cobarde del universo. Mirando hacia al lecho que habían compartido, Harry susurró:
—Perdóname Severus por no ser tan fuerte para irme contigo.
|||[Harry]°°[Severus]|||
Esa noche permaneció seguro en su despacho, dejando brotar todo el dolor. Severus jamás lo buscaría de nuevo, estaba seguro, sin embargo había cosas con las que el mismo no podría vivir nunca y una de ellas era el recuerdo que el hombre con quien despertaba todas las mañanas era un asesino. Lo deseaba y ahora más que antes, pero no era tiempo para un futuro entre ellos, tal vez, nunca lo seria.
Fue en la mañana cuando decidió que estaba cansado de vivir así, sin hacer realmente algo que le apasionara. Hermione tenía razón, siempre la había tenido.
“La mentira tarda cien años en lo que la verdad la alcanza en un minuto” reflexionaba Harry mientras desocupaba su oficina en el departamento de seguridad mágica.
Haciendo un recuento de su vida, había decidió hacer algunos cambios, el primero era deshacerse de su carrera como Auror y probar algo que llenaba su vida de magia, el Quidditch.
Dejando el pergamino con su renuncia y apagando las luces de la actual oficina vacía, no sintió pena alguna. Era un cambio al que estaba preparado y no sentiría arrepentimiento alguno.
Una vez en el ascensor, notó que Kingsley se despedía a lo lejos con un asentimiento de cabeza, Harry le imitó, totalmente seguro que su tiempo allí no había sido desperdiciado, pero era tiempo de buscar otros rumbos.
|||[Harry]°°[Severus]|||
Apenas colocó un pie fuera del ministerio, la brisa y el descontrol le golpeó con fuerza. Tiritando, metió las manos en los bolsillos del pantalón y se dispuso a dejar correr sus lágrimas libremente. Estaba lleno de dolor.
Fue entonces cuando se percató de que había algo que antes no estaba. Vaciando sus bolsillos sostuvo entre sus manos un pedazo de pergamino; confundido y lleno de interés apartó las lágrimas, desplegándolo para leer.
Harry
Pagar por cada lágrima y quedar debiendo es poco.
Quererte a cada instante puede parecer algo muy simple.
Amarte y dejarte libre es lo que te concedo.
Porque temo que no tengo nada mejor que darte.
Porque peligro y no estamos en el mismo bando.
Te seguiré anhelando como el sueño más hermoso y extraño.
Te hicieron para que me enamorara.
Me hicieron para amarte.
Pero no para estar juntos.
Una vez más eres libre, yo seguiré en las sombras, amándote.
Severus Snape
PD: Harry ¿Qué es para ti lo más importante?
—Libre —sin despegar la vista del papel, respiró profundo y fijando la mirada al frente, donde las calles oscuras lograban imponerse ante la escaza luminaria, susurró—No sin ti.
Harry echó a correr por las calles, huyendo del pasado que le hacía infeliz. En algún momento desapareció, seguro de su destino, y cuando quiso darse cuenta, estaba otra vez en la misma habitación de ayer.
Severus esta vez estaba sentado en la cama, esperándole. Sonreía como satisfecho de haber logrado hacer que estuviera allí.
Severus habló:
—¿Acaso no es el amor importante? —sin dejar de mirarle intensamente—no me dejes ir. Solo.
—El amor es lo más importante y por eso tienes que irte sin mí, de otra forma te traicionare ¡joder! Soy tan predecible; yo no puedo amar a un asesino al que no se le ha hecho justicia —se sinceró Harry, intentando controlar su respiración.
—Yo no soy un asesino. Yo no maté a Luna Lovegood y nunca me hubiera atrevido, porque tú la querías como una gran amiga y sería incapaz de lastimarte —confesó Severus sin apartar la mirada de Harry.
—Entonces ¡habla! Es tan fácil decir la verdad —rogó desesperado Harry acercándose a Severus, temiendo que se fuera a ir.
—No lo es. Yo llevo ahora la cruz que tu amiga llevaba y si digo la verdad, todos se alzarán contra mí, y sí, soy un egoísta Harry, pero quiero vivir para estar contigo —aseguró Severus, tomando suavemente la mano de Harry y besándola.
—¿Compartirás ese secreto conmigo?
—No, tu ya tuviste una guerra para toda una vida y a esto necesito buscarle una solución sin que te entrometas; tu no podrías sobrevivir a mi realidad, seria tu perdición y la mía.
Harry fue abrazado por Severus quien dedico esos minutos a besarle y hacerle olvidar la angustia.
Cuando el abrazo se soltó, Harry retrocedió asustado y Severus se apartó abrumado, susurrándole ahora con mayor razón a su joven amante.
—Vendré por ti cuando sea inevitable o si las cosas salen bien, cuando él no vuelva a ser una sombra en tu vida.
Harry asintió sin poder hacer nada para evitarlo, se dejó caer en la cama, viéndolo irse esta vez indefinidamente, totalmente seguro ahora que había motivos primordiales.
Harry estaba casi, casi ó completamente seguro de haber visto una sombra roja en los ojos de Severus que sin duda alguna aminoraron todas sus esperanzas, pero por encima de ellos estaban los bonitos y expresivos ojos negros, quienes ahora estaban impuestos y le hacían sentirse seguro.
Seguro que la victoria no pertenecía a quien había jugado con cartas prestadas, sino de quien jamás se rendía por nada y menos cuando había motivos por los cuales luchar hasta morir.
Eso mismo se prometió Harry para sí mismo, luchar por amor hasta desfallecer, jurando que sus próximas cicatrices las recordaría como la consecuencia de algún momento donde las acciones no tenían importancia, porque vivir y amar seria desde hoy su propósito de vida. Al final ambos reirían por Luna, por Severus y por él mismo, borrando con ello cualquier huella del pasado.
|||[Harry]°°[Severus]|||
Notas finales:
Jamás había escrito algo con tanta emotividad e inspiración, en solo tres horas salió todo esto. Me gustaría que siempre sucediera igual. Gracias por leer, espero que a pesar de lo fuertecillo que pudo haber estado, hayan logrado conseguir cabida para el romance. He pensado que sería bonito darle una continuación, no necesariamente larga, pero sinceramente no cuento ahora con el tiempo que desearía tener para escribir, espero poder seguirla pronto, más le pido encarecidamente que no me presionen, porque la llevo muy dificil con algunas materias este semestre ¡Bendito crecimiento académico! Quien me mando a mí a estudiar.
Lo dejare en proceso, como mi promesa de darle un mejor final. Snapy, Marian, o cualquiera que sea tu Nick aquí en Slasheaven, te doy las gracias por ser mi beta para esta historia y seguramente para las venideras, me gustaron los cambios que hiciste, mejoran bastante la lectura.
Valethsnape.
Capitulo 2