gabrielle62
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| Tema: capítulo 3 Volviendo a vivir Lun Jun 02, 2014 4:46 pm | |
| Quiero ver en tus ojos el destello, la inquietud de mi fibra, el rocío en tus manos asidas a mi río, el recodo en que habita lo más bello. Quiero ser en la sangre de tu sello hoja hueva en el vaso antes vacío, ser, amor, tu sabor en el estío, la delicia en el pulso de tu cuello. Quiero andar tu sudor y tu saliva, atreverme a probar el agua viva que en tu beso refleja la dulzura Del estanque aromado y su tersura; agua rauda y ardiente que cautiva brillo de agua que colma mi hendidura.
ETHEL KRAUZE (México, 1954)
OoO
Solo sus hijos y Hermione aprobaban su relación con Severus. Harry no había esperado que acogieran a su pareja con los brazos abiertos, no al principio al menos, pero sí había confiado en que el tiempo calmara las cosas hasta llevarlas a un punto de aceptación razonable.
Pero al parecer, esperaba demasiado. De Ron no le sorprendía pues aún no olvidaba las humillaciones a las que le había sometido el profesor Snape mientras estudió en Hogwarts, pero no esperaba que su ex mujer reaccionase como lo había hecho.
Ginny se había presentado en Hogwarts furiosa. Harry que la conocía muy bien, la condujo a sus aposentos y una vez allí la pelirroja le enfrentó muy enfadada, Harry no entendía por qué.
—Y bien Harry… espero una explicación.
—¿Acerca de…?—preguntó el joven de ojos verdes, cruzando los brazos sobre el pecho e intentando armarse de paciencia.
—James me contó que es la comidilla de todo Hogwarts tu relación con Snape. ¿Es cierto que te acuestas con él?
Las relaciones entre el mismo sexo, no eran mal vistas en el Mundo Mágico. Así que ese no podía ser el problema, pensó Harry
—No me gusta nada tu tono Ginny, así que si quieres hablar conmigo respecto a mi relación con Severus, primero baja la voz—dijo lo más calmado que pudo, intentando calmar la ira que crecía en su pecho.
—Harry me importas, tanto que no soporto la idea de que ese maldito te haga daño y estoy segura de que te lo hará—dijo la pelirroja convencida.
—Severus no es como crees, él ha cambiado mucho y me quiere de verdad.
—El zorro cambia de pelaje pero de costumbre no. ¿Y como estás seguro de su amor? Seguro que tiene algún motivo oculto.
Harry se contuvo a duras penas de echarla de allí sin más, no entendía la actitud de su ex esposa. Masculló entre dientes:
—Cuidado con lo que dices Ginny estás hablando del hombre que amo…
—Pero Harry, él es malvado y retorcido… además fue mortífago. ¡Recuerda como nos trataba!— Ginny se había acercado a Harry de nuevo y agarrado de ambos brazos acercándose a él como si fuera a zarandearlo o…¿besarle?—podríamos intentarlo de nuevo tu y yo…Aún te quiero Harry.
El desconcierto y la ira que vió en los ojos verdes hizo que le soltase de inmediato.
—Es cierto que Severus cometió errores ¿Y quién no? Si a alguien hizo la vida imposible mientras estudié en Hogwarts fue a mí, lo recuerdo perfectamente, pero también me salvó incontables veces, y prestó un gran servicio a la Orden, recuerda también eso, todo el mundo merece una segunda oportunidad, y él más que nadie—aseveró convencido.
>>Por otra parte, fuiste tu quién me pidió el divorcio. Nuestra relación como pareja llevaba más de un año rota cuando decidimos de mutuo acuerdo separarnos, lo nuestro es pasado Ginny.
—Pero Harry… nada va bien desde que nos separamos…—sollozó.
—¿Y tu nuevo novio de la redacción?
—Eso es agua pasada…—contestó con voz apenas audible.
—Entiendo—repuso Harry conteniendo a duras penas la calma mientras paseaba a grandes zancadas por la estancia con las manos hundidas en los bolsillos de su pantalón. —. Te has enterado de que estoy con Severus, y eso es tan intolerable para ti que estás dispuesta a volver conmigo solo para que no esté con él.
>> A lo mejor piensas que nuestra separación me ha trastornado o algo así, y has venido corriendo a rescatarme, porque el pobre Harry no sabe hacer nada por sí mismo…—bufó Harry.
—No es eso…—intentó defenderse la joven mujer, pero sí que lo era, al menos en una gran parte. No soportaba la idea de que Harry rehiciese su vida con aquel hombre, su desconfianza hacia él era real, y Ron había potenciado ésta aún más con su insidia.
—Yo creo que sí lo es y francamente no tiene caso. Amar es desear la felicidad del otro aunque sepas que no es para ti. Yo me alegré por tu felicidad Ginny, pero tú eres incapaz de alegrarte por la mía. No sé realmente qué es lo que tanto te molesta, pero tendrás que hacerte a la idea, porque Severus es parte de mi vida y espero que lo sea para siempre.
—¿Desde cuando te gusta?
—¿Qué?
—No te hagas el tonto Harry y contéstame, ¿Desde cuando te sientes atraído por él?—Aquella pregunta descolocó a Harry por completo. ¿Adonde quería ir a parar Ginny?
—Eso no viene al caso…
—Entiendo…te gustaba desde Hogwarts, incluso cuando salías conmigo te atraía…
—¡Me casé contigo porque te amaba Ginny, y lo sabes! ¡Estás diciendo tonterías!—Harry no podía creer lo que oía.
—¿De veras? Pues… ¿Sabes qué Harry? no puedo dejar de preguntarme si te hubieras casado conmigo si Snape no hubiese desaparecido…
—Veo que Ron ha hecho un buen trabajo contigo, él le detesta y eso parece ser para él más importante incluso que nuestra amistad…Si tú no conoces la respuesta no tengo nada más que decirte Ginny.
—Haz lo que quieras Harry, pero mis hijos no seguirán en Hogwarts mientras…
—¡Ya basta!—estalló Harry, su paciencia se había terminado— ¡No mezcles a los niños en esto! No sé a qué viene todo esto, pero es mi vida y es mi decisión, los niños son felices aquí y no permitiré que por una paranoia tuya los alejes de mí.
—Eso ya lo veremos… —gritó la pelirroja fuera de sí.
—No sé porque haces esto, no te reconozco, —dijo Harry con amargura—pero si intentas negarme a mis hijos, te juro que haré todo lo que esté en mi mano para evitarlo. Jamás aceptaré eso. No tienes razón Ginny, ni ningún motivo para hacer algo así.
Estaba confuso, él no la cuestionaba, entonces… ¿Por qué Ginny se sentía con derecho a decirle lo que debía hacer con su vida? Muy a su pesar tuvo que reconocer que la había permitido cosas en el pasado, que no debería haber tragado, pero Ginny era impetuosa, tenía el mismo carácter que su madre, explotaba, decía lo que tenía que decir y después iba perdiendo fuerza, como un globo cuando se deshincha…
Él solía decirle que tenía un cuarto de hora que no había quien la aguantase, esa era su parte mala, pero luego tenía muchas cosas buenas que compensaban con creces sus estallidos. Y éste era uno de ellos, al menos eso esperaba Harry, por el bien de todos.
Realmente Ginny nunca había pensado hacer algo como alejar a los niños de Harry, pero estaba furiosa, las cosas no le habían salido como pensaba, le dolía que Harry ni siquiera tomase en consideración volver con ella.
No podía pensar con claridad.
Ron, había intentado convencerla de que Harry estaba con Snape solo por que no soportaba la soledad.
Ahora veía claro que eso no solo no era cierto, sino que Harry estaba realmente enamorado de Snape. ¡Mataría a Ron en cuanto lo tuviese delante por alentarla a intentarlo de nuevo con Harry!
—Lo siento—sollozó— ¡No lo dije en serio! Es que no soporto la idea de perderte definitivamente y si estás con él…
Harry la abrazó y le acarició el cabello.
—Siempre estaré para ti Ginny, eso no va a cambiar. Por favor dale una oportunidad—por toda respuesta, Ginny emitió un gruñido.
>> La vida sigue Gin y ésta nos ha dado una nueva oportunidad a todos, también a Severus, encontrarás alguien que te ame como mereces, si ese estúpido no supo hacerlo, peor para él—dijo consolador.
—Tienes razón, Stephen fue un fiasco, no me merecía—lloró, refiriéndose a su ex novio—. Aun así… ¡No entiendo como Minerva dejó su puesto en Hogwarts para cedérselo a Snape!—resopló cambiando de tema y haciendo un mohín.
Harry rodó los ojos…
—Porque Dumbledore lo quiso así, dejo instrucciones a Minerva para que cuando ella ya no pudiese ostentar su cargo buscase a Severus para que lo ocupase él. Minerva está enferma Ginny y quiere disfrutar de los últimos años que le quedan.
>>Ella y yo éramos los únicos que sabíamos que Severus seguía con vida, y solo ella sabía donde buscarlo, pues a mí nunca me lo dijo.
—Siento lo de Minerva ¿Es grave?—preguntó preocupada, rehaciéndose. Apreciaba mucho a la rigurosa mujer.
—Me temo que sí Ginny—suspiró Harry.
—Iré a verla mañana mismo con mamá, lo siento de verás. Es una gran mujer.
—Sí, lo es—corroboró Harry.
—¿Por qué nunca me contaste que Snape seguía vivo? ¡Tu le salvaste la vida, y nunca me lo dijiste!—dijo Ginny con las lágrimas asomando de nuevo a sus bellos ojos castaños.
—No podía hacerlo. Le prometí que no se lo diría a nadie.
—¡Era tu esposa, por Merlín…! Siempre has sido igual…tu y tu maldito sentido del honor y del deber.
—Ya me conoces…
A su pesar Ginny soltó una risilla, y le revolvió aún más el indomable cabello.
—Demasiado bien, de hecho.
—Perdón… ¿Interrumpo?—Severus acababa de entrar en la estancia y les contemplaba con una ceja alzada, sin entender muy bien qué hacía Harry abrazando a su ex esposa.
—¡No! Ya me iba…Todo suyo profesor Snape—dijo la pelirroja abochornada, intentando ser cortés…
Ya en el umbral de la puerta se volvió y dijo muy seria…
—Cuídelo bien profesor, es el padre de mis hijos.
Sin más la pelirroja cerró la puerta bruscamente tras ella.
—Todo un carácter—murmuró Severus— ¡Y parecía una mosquita muerta!
Harry soltó una carcajada.
—Severus, no te burles de la madre de mis hijos.
—Vale.
Harry dio la espalda a Severus y fue hasta la ventana, su pareja le siguió.
—¿Me lo quieres contar?
—Tal vez luego…
Severus le abrazó por la cintura mientras se pegaba a él y hundía la nariz en su cabello, aspirando su aroma mientras ambos observaban a través del ventanal como la primavera había llegado a Hogwarts, y el manto blanco que cubría todo apenas quince días antes, daba paso una vez más a la estación de la renovación y el renacimiento.
Reverdecían los árboles y los prados, terminaban los fríos y empezaba el buen tiempo, los campos se llenaban de flores, un fresco aroma inundaba el aire y todo lucía más alegre.
Exactamente eso le ocurría a Harry. En su corazón era primavera y no iba a permitir a nadie que no le dejara disfrutar de su futuro junto a Severus.
Estaba contento y enamorado y hacía demasiado tiempo que no se sentía tan bien…
Era feliz, y sonrió ante lo poco que le importaba realmente lo que Ginny o Ron opinaran sobre él y Severus. Por supuesto que preferiría mil veces que lo aceptasen, pero todo llegaría, el tiempo era un bálsamo formidable, y Ron un cabezota incurable pero todos los Weasley apreciaban sinceramente a Harry, aunque ahora estuviesen molestos con él, tenían demasiadas vivencias en común. El tiempo se encargaría de poner cada cosa en su lugar.
En este preciso instante los labios y la ardiente lengua de Severus hacían maravillas en su cuello, impidiéndole pensar, en nada que no fuera hacer el amor apasionadamente con él, dejándose llevar por la marea de sensaciones que inundaban sus sentidos ante las expertas caricias de su amante…
Severus no sabía lo que había sucedido entre la pelirroja y su pareja, pero entendía que Harry necesitaba hacerlo en este mismo instante. Su entrega sin reparos así se lo decía y para él no existía mayor placer que hacerle gemir…
Rozó su incipiente erección contra las exquisitas nalgas de Harry para hacerle sentir su dureza mientras le despojaba de la camisa y acariciaba sus pezones. Su ardiente lengua aleteó traviesa junto a su oreja y Harry se estremeció y posó la cabeza en el hombro de Severus exponiendo aún más su cuello.
—Te necesito dentro, por favor…—La excitante súplica de Harry, le puso a mil. Desabrochó sus pantalones y los bajó de un tirón junto con la ropa interior hasta sus pies, al tiempo que liberaba su pene de la insoportable presión que el calzoncillo y el pantalón ejercían sobre él.
Harry se apoyó en la ventana y abrió sus piernas lo más posible, rogando interiormente, en la poca cordura que le quedaba, que nadie les viera.
Severus se arrodilló y amasó, y mordisqueó el exquisito culo a placer. A continuación perdió su candente lengua en su ano y todo se volvió borroso para Harry. Con una floritura de su varita, lubricó el ano de Harry convenientemente, preparándolo para recibirlo.
Harry gimió ante la fría y agradable sensación que inundaba su interior, pero ya Severus había introducido uno de sus dedos dentro de él, mientras con la otra mano, primero le apretaba los huevos, luego acariciaba su perineo y a continuación le masturbaba.
Casi gritó, pero Severus aunque estaba más que dispuesto a complacerle, quería hacerlo bien, tomarse su tiempo…y mientras le acariciaba el glande, introdujo otro dedo más en su ano y empezó a follarle con ellos.
Harry se tensó y jadeó con voz ronca cuando los dedos rozaron su próstata.
—¡OhMerlimmierdajoderhostia...!
Sabiendo que Harry no aguantaría mucho más, se apresuró a entrar en él. La estrecha calidez de Harry le envolvió presionando su erección, Severus salió casi por completo y embistió de nuevo con fuerza, entrando y saliendo del aterciopelado interior una y otra vez.
Los dos jadeaban y gemían de placer.
Harry fue el primer en venirse. Severus apretó los dientes y con un gruñido mientras le mordía con fuerza en el hombro, se vino poco después.
Permanecieron aún un rato unidos aún tras alcanzar el orgasmo.
Harry separó sus manos de la ventana y rodeó con sus brazos en cuello de Severus aún sin permitirle salir de él, buscando su boca.
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