Descargo de Responsabilidad: Harry Potter no es mío, así que esto solo es un fanfictión para compartir con todos.
Resumen: Dumbledore tiene la fabulosa idea de hacer un intercambio navideño, espera que esto ayude a dos personas en especial.
Advertencias: Mención de parejas Yaoi.
Pareja: Severus/Harry.
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* Intercambio *
Por: Mireya Humbolt
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Por los pasillos podía verse la silueta, silenciosa y fugaz, apenas perceptible, la poca luz de las antorchas iluminaban un poco pero no permitían ver la identidad, aun que no era necesario, nadie en su sano juicio se le hubiera acercado a ver quien era, en primera por ser mas de las 12 de la noche, sino por que el aura que despedía, casi tangible ahuyentaba incluso a los ocupantes de varios cuadros que decoraban los fríos muros.
Un leve gruñido fue escuchado, y los pocos retratos que conservaban ocupantes optaron por irse del lugar, no era que pudieran ser lastimados, pero ninguno de ellos quería pasar las siguientes semanas esperando a que sus cuadros fueran restaurados, todo por un arranque de ira.
Y no era la primera vez, ya en otras ocasiones le habían visto enfadado, pero desde hace siete días habia alcanzado limites insospechados, como prueba eran los puntos perdidos, no solo de Gryffindor, Ravenclaw, Huflepuff, sino también de Slytherin, algunos tenían sospechas sobre el motivo, pero preferían guardarse sus comentarios, no eran los únicos que sospechaban la causa, varios maestros y alumnos que aun residían en el Castillo para celebrar la Navidad tenían sus sospechas, pero el instinto de supervivencia de cada uno de ellos les habia advertido de preguntar o indagar.
Así que desde hace siete dias en que se hiciera el anuncio de intercambio navideño y se realizara el sorteo el Profesor de Pociones y jefe de la Casa Slytherin Severus Tobías Snape Prince habia alcanzado insospechados limites de mordacidad, siendo su objetivo no solo el niño que vivió, sino todo aquel que se cruzara en su camino, eso incluía elfos domésticos, fantasmas, aun algunos de los residentes en el castillo se preguntaban si Albus Dumbledore el Director de Hogwarts no estaría rematadamente loco, pero también habían preferido guardarse sus comentarios.
El Profesor Snape dio un suave giro sobre sus pies y su mirada se poso en el paisaje de una ventana cercana, el bosque prohibido se encontraba cubierto por un hermosos blanco que brillaba con la luz de la luna, ocultando a simple vista el peligro que guardaba en sus profundidades, el lago estaba cristalizado cerca de las orillas, apenas hace dos días habia caído una nevada muy fuerte, por lo cual todo estaba cubierto por la nieve, dejo escapar un suspiro y mientras su mirada se perdía en la hermosa luna menguante su memoria viajo al momento en que todo habia comenzado hace tan solo tiene días.
No era extraño ser mandado a llamar al empezar las vacaciones de invierno, se tenia que llevar a cabo el registro de los alumnos y profesores se quedarían. Habia observado con atención la lista.
Slytherin
Draco Malfoy
Blase Zabine
Ravenclaw
Michael Corner
Luna Lovegood
Gryffindor
Harry Potter
No reviso el nombre del Gryffindor, sabia quien era el que se quedaba todos los años para pasar las fiestas navideñas en el castillo, dejo salir un bufido muy suave y entrego la lista a su compañero, el Profesor Filwich, su mirada se poso en el resto de los presentes, Minerva McGonagall, Albus Dumbledore, solo cuatro profesores para 5 alumnos. Sus labios estaban apunto de abrirse cuando escucho un suave golpe en la puerta lo interrumpió.
- Adelante.
Dumbledore tenia un extraño brillo en sus ojos al hablar, y sin poderlo evitar un estremecimiento recorrió su columna vertebral, algo malo estaba a punto de pasar, y su instinto de supervivencia le advertía para salir del lugar, pero logro controlarse al ver una cabeza cubierta de cabello negro algo alborotado, unos ojos verdes le miraron, y el brillo se intensifico, o era solo el reflejo de la iluminación?, desecho el pensamiento, una sonrisa llena de desprecio se formo en sus labios y mal de diez frases muy bien estructuradas se encontraban a punto de ser pronunciadas cuando el Director volvió a hablar.
- Pasen, pasen hijos.
Sus ojos se estrecharon levemente al ver le entrar, una sudadera algo grande de color café oscuro, su pantalón algo gastado de color azul marino, nada elegante, algo muy común, pero su mirada no podía apartarse de la piel del cuello y el hombro que eran visibles, por un momento algo parecido a una punzada le hizo apretar con fuerza la mano derecha hasta quedar sus nudillos blancos.
Rápidamente el joven Gryffindor se adentro seguido por los otros jóvenes que residían en el castillo, los dos Ravenclaw vestían sus uniformes de invierno, por el contrario los Slytherin llevaban elegantes túnicas, Draco Malfoy tenia una en color verde oscuro con decorados en plata y Blase Zabini una azul oscuro con adornos en oro.
- Bien, bien - todas las miradas se posaron en el Director – me alegro que hayan podido venir, he estado pensando que con motivo de las festividades deberíamos llevar a cabo una pequeña actividad de interrelación Profesores y Alumnos- no fue el único que parecía apunto de hacer del conocimiento de todos lo que pensaba de sus dichosas ideas sobre el compañerismo, pero la sola mirada del Director logro callarlo, no solo a el también a al joven Gryffindor que empezó a poderse pálido – después de mucho pensarlo creo que lo mejor seria un pequeño intercambio navideño – el brillo en esos ojos azules logro hacer temblar a todos – por medio de un sorteo – ahora si los alumnos tenían cara de asco mirándose unos a otros, pero El profesor de Pociones sentía que todavía faltaba – se mantendrá en secreto el destinatario, para que sea una sorpresa – si definitivamente algo muy malo estaba a punto de ocurrir, y estaba seguro que no era el único que tenia este presentimiento, una mirada a sus compañeros mostró que también estaban incómodos – espero que esto ayude a conocerse mejor.
Y en ese instante el Director saco una caja que tenia una abertura y se la paso al Joven Malfoy quien les dedicaba a todos una mirada de completa y absoluta desconfianza, nadie se habia atrevido hablar, o replicarle nada al Director, todos sabían que seria inútil al final acabarían haciendo lo que el quería, los alumnos por obligación y los profesores, bueno por el mismo motivos, y de esa forma lentamente cada uno de los alumnos empezó a sacar un palito, cada uno de ellos mostrando diferentes tipos de emociones, pero sin duda la del joven Gryffindor fue la que llamo la atención, no todos los días se vea alguien pasar de blanco al rojo con tanta rapidez, mas cuando fue su turno poco sabia que su presentimiento se haría realidad, y tal vez debería haber salido del lugar cuando tuvo la oportunidad.
“Harry James Potter” leyó una vez mas el papelito, con la pequeña ilusión que tal vez si lo leía varias veces cambiarían las letras, hubiera preferido a cualquiera, menos al mocoso Gryffindor, dejo salir un gruñido, su magia fluyo envolviéndolo, sus ojos brillaron con furia, llevaba siete días intentando averiguar que demonios le daría al niño, según el Viejo-Come-Caramelos habia dicho “Un regalo de buena voluntad, usen lo que saben sobre la persona” el problema es que el no conocía al mocoso arrogante, sabia que le gusta el Quidditch, mas estaba seguro que sus amigos le regalarían algo relacionado con ese tema.
Además el era Severus Snape, se rehusaba a dar algo común y corriente, pues el era un Slytherin y siempre eran los mejores en todo, sin poderlo evitar sus pasos lo llevaron hacia la torre de Astronomía aun pensando en que mas sabia acerca del mocoso, era pésimo en pociones, un desastre natural, bueno no ayudaba mucho que algunos de sus Slytherin arrojaran furtivamente algún ingrediente de mas, pero aun así no era alguien que supiera apreciar la creación de una buena poción, así que algún ingrediente sobre pociones estaba descartado.
Habia escuchado una vez que estaba bien era bueno en Defensa Contra las Artes Oscuras, bueno era el maldito niño-que-vivió, tenia que serlo, también sabia que era el heredero de los Black, y dentro de su herencia estaba una de las mejores colecciones de libros sobre Artes Oscuras, así que algo relacionado con ese tema estaba fuera de discusión.
Golpeo levemente su pie contra la pared, claro que después de asegurarse que nadie lo viera, tenia una imagen que cuidar, de pronto la imagen de una cabeza cubierta de cabello negro y desordenado vino a su mente, una mueca de desprecio se instalo en su boca con rapidez, al niño no tenia el mas mínimo conocimiento de etiqueta y educación, al parecer su amada familia habia olvidado enseñarle como cuidar de su atuendo, sabia lo que los alumnos pensaban de el como “Murciélago Grasiento”, pero el tenia que estar incontables horas haciendo pociones supervisando mocosos incompetentes que no sabían seguir correctamente las instrucciones para elaborar una poción, así que tenia que usar un tipo de poción especial sobre su cabello que le daba la apariencia de grasoso, pero gracias a dicha poción no habia terminado calvo.
Sus pasos se detuvieron de pronto, una sonrisa burlona se mostró en sus labios, al tener una idea del regalo perfecto para el mocoso, estuvo a punto de carcajearse, de no ser por que recordó que habia un cuadro a solo unos metros de la entrada de la torre de Astronomía que correría inmediatamente para avisarle a Director sobre tal acontecimiento, así que solo volvió a tomar el control sobre sus emociones y empezó su caminata hacia los calabozos, mañana iría comprar el dichoso regalo.
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Y sus sueños se vieron frecuentados por una figura que le abrazaba con ternura, pero era demasiado difusa para darle una identidad, demasiado cansado para buscar identificarla dejo que el cansancio lo rindiera relegando el sueño al fondo de su conciencia, donde quedo guardada junto a otras que desde hace varios meses le acompañaban en sueños y al llegar la mañana volvían a ocultarse en su conciencia esperando el momento para ser traídas a la realidad.
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Mientras en lo profundo del Castillo, donde hace algunos años un basilisco se encontraba morando, un joven sostenía entre sus manos el regalo para el intercambio navideño, sus mejillas teñidas de un suave carmín, sus ojos llenos de ilusión y una sonrisa algo tonta en sus labios.
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Y la Fiesta de Navidad de Hogwarts siempre habia sido de las mejores, y este año no era la excepción, todos estaban reunidos en el Gran Salón, donde habia varios adornos navideños, tres arreboles de navidad con hermosas hadas que daban un toque de ensueño, dos chimeneas que añadían un toque hogareño y cogedor, la comida habia sido retirada hace un par de horas, todos estaban muy satisfechos los elfos al parecer se habían superado con los platillos, para festejar el evento principal que se llevaría acabo, el Primer Intercambio Navideño de Profesores y Alumnos.
El Profesor Filwich estaba platicando con Potter mientras jugaban un partido de ajedrez, mientras la Profesora McGonagall estaba conversando con el Joven Corner y Zabine sobre unos conceptos de Transfiguración, el Director se encontraba muy a gusto con un incomodo Malfoy y Lovegood, y muy en un rincón el Profesor Snape quien solo esperaba ha que se hiciera el dichoso intercambio y pudiera largarse del lugar.
Las 12 de la noche marco un reloj colocado arriba de una de las chimeneas, todos empezaron a reunirse cerca de la misma, algunos alumnos se notaban nerviosos, en especial cierto Gryffindor que parecía temblar en algunos momentos.
- Bueno ha llegado el momento esperado – El Director mantenía una sonrisa deslumbrante – Cada uno recoja su regalo que se encuentra bajo el Árbol de Navidad.
Sus ojos brillantes y alegres solo lograron poner más nerviosos a los alumnos quienes empezaron a acercarse a la pila de regalos, seguidos de algunos maestros.
- Minerva McGonagall – pronuncio Draco Malfoy
El paquete estaba envuelto en papel de color verde con un moño de color plata, el joven tuvo que admitir que la profesora al menos habia tenido la decencia de no envolverlo en los colores de Gryffindor, mas al abrirlo su aliento quedo atrapado sin poder pronunciar palabras, una hermosa espada estaba ante sus ojos, no era ostentosa, todo lo contrario era sencilla, mas lo que le tenia cautivado era el hermoso grabado en la empuñadura con el emblema de su familia, no pudo evitar mirar a la Profesora y mostrar una pequeña sonrisa de agradecimiento, aun que sus ojos eran brillantes, algunos sospechaban que estaba conteniendo las lagrimas, mas nadie dijo nada.
- Blase Zabini – murmuro Luna Lovegood al leer la tarjeta.
Ella tenia entre sus manos un pequeño paquete de color plata, lo abrió con sumo cuidado para revelar una cajita, en el interior encontró un hermoso rubí incrustado en un collar de plata, ella sonrió y otorgo un beso en la mejilla del joven mago, para sorpresa de todos incluso de Zabini quien tenia los ojos muy abiertos y parecía estar sin palabras por el momento.
- Draco Malfoy – anuncio Filius Flitwick
El regalo esta envuelto en un papel de color azul oscuro con un hermoso moño de color plata, dio un suave cabeceo hacia el joven Malfoy para después con un suave movimiento de varita desaparecer la envoltura dejando al descubierto un libro, “Los hechizos ocultos de Merlín”, el pequeño Profesor toco con reverencia y admiración las letras, era sin duda uno de los pocos libros que existían sobre Merlín, algunos incluso atestiguaban que el mismo Merlín habia ayudado a su creación.
- Michael Corner - comunico Minerva McGonagall
El paquete estaba envuelto en un papel de color rojo y moño dorado, las mejillas del joven Corner estaban teñidas de suave carmín, en el interior la Profesora encontró un hermoso tratan escocés, sus manos pasaron suavemente por el tejido reconociendo la tela como de las mas finas de su tierra natal, una pequeña sonrisa fue la respuesta de la profesora ante el obsequio, lo cual logro que las mejillas del joven adquirieran un tono rojo mas intenso.
- Luna Lovegood.- hablo Albus Dumbledore con jovialidad
El paquete no era muy grande y el papel era de color café con un mono color rosa fosforescente, sin duda muy de acuerdo a los gustos del Director, todos pudieron ver como el brillo de los ojos del director fue casi de locura al mostrar ante todos el contenido de su obsequio, habia mas de 12 pares de calcetines de diferentes colores, con dibujitos que se movían, los habia desde con motivos navideños hasta con imágenes de snich o pequeños tornados, el abrazo que le dio a la joven Lovegood fue la confirmación de que sin duda al Director le habia encantado su regalo, mas de uno pensó que sin duda el sorteo habia sido muy adecuado al menos para esa pareja.
- Albus Dumbledore – murmuro Michael Corner con reverencia y preocupación.
Conociendo al director nadie se sorprendió que el obsequio estuviera envuelto en un papel rojo brillante con un moño amarillo canario, habia también unos duendes navideños que cada ves que intentaba el joven abrir el regalo le dedicaran una Mirada de enfado, mas cuando logro abrirlo no pudo evitar que las lagrimas cayeran por sus mejillas, “Sanador de mente y alma” una de las pocas copias existentes, muy pocos sabían sobre sus deseos de ser sanador, el joven habia abrazado al viejo Director entre lagrimas sin poder pronunciar palabras, solo débiles sollozos, nadie le interrumpió por un buen rato hasta que vieron que el joven logro volver a tener bajo control sus emociones.
- Filius Flitwick – pronuncio con voz suave y elegante Blase Zabini
La envoltura era de color negro con estrellas y un moño color plata, dentro habia un juego de túnicas de duelista profesional, el joven quedo extasiado al tocar el material del tejido, una sonrisa y cabeceo fueron suficientes para mostrara que el obséquielo era de su agrado.
- Severus Snape- gimió Harry Potter mas nadie lo escucho de lo bajo que hablo
El papel era rojo con un moño de color plata, y en el interior un libro, “Tradiciones y Etiqueta de Sangre Pura”, el no pudo evitar fruncir levemente el seño mas al abrir en la primera pagina habia un mensaje con una letra muy familiar para el “Espero esto le enseñe las bases para mantener una presentación y costumbres adecuadas Potter” la pequeña S.S. del final no habría sido necesaria, sus ojos verdes se reunieron con los negros que lo miraban, mas no parecían tener el destello de desprecio que siempre lo caracterizaban, el joven mago bajo la cabeza un poco ocultando su rostro y dándose la vuelta hacia el árbol, ahí estaba un paquete en color verde oscuro y moño blanco, con cuidado lo tomo y se acerco al Profesor de Pociones.
-Potter – anuncio el Profesor Snape
Todos habían volteado por fin a ver el paquete, no era muy grande, con algo de brusquedad desgarro el papel mientras el joven seguía sosteniendo su propio obsequio ocultándolo de los demás.
Severus Snape se habia jactado siempre de ser un hombre que jamás podía ser tomado por sorpresa, así que no mostró ninguna emoción al ver dentro un libro, o al menos eso parecía mas al abrir la portada sus ojos se habían abierto visiblemente y sus labios se habían abierto dejando salir un pequeño jadeo, algunos no pudieron evitar acercarse para ver que habia logrado causar tal reacción.
La imagen de una niña de cabello rojo y ojos verdes estaba abrazando aun niño de cabello negro y ojos del mismo color, ambos estaban sonriendo y frente a ellos un pequeño pastel que decía “Feliz cumpleaños Sevi”.
Una mano temblorosa recorrió las facciones de aquella carita, con cuidado casi reverencia, grabando en su memoria esa expresión de felicidad de ambos niños que sonreían sin temor ni preocupaciones, en sus rostros solo habia felicidad e ilusión.
Pero lo que ocasiono que casi perdiera el aliento fue las letras bajo la foto, conocía esa escritura, a pesar de los años jamás la olvidaría.
“Querido Sev.
Espero te encuentres bien, este álbum te lo regalo con los momentos mas felices de mi vida, quiero que sepas que te perdono por nuestra pelea cuando niños, en este momento que me encuentro sosteniendo a mi pequeño mientras duerme, me doy cuenta de lo infantil de mi conducta al no escuchar tus explicaciones y aceptar tus disculpas, quiero que sepas que poco después del incidente, quise hablar contigo, pero a pesar de ser una Gryffindor, no tuve el valor.
Al salir de Hogwarts escuche rumores de que te habías convertido en mortifago, no puedes imaginarte cuantas noches me la pase llorando, pues me sentía y aun me siento culpable, no puedo evitar pensar que tal vez si hubiéramos seguido siendo amigos tu nunca habrías caído en sus garras, aun ahora me duele el pensar por los momentos que tienes que pasar siendo un espía.
Quiero pedirte perdón por no haber sido una mejor amiga, siento que te he fallado, quisiera volver en el tiempo y cambiar mis palabras, quisiera hacer tantas cosas, pero eso es imposible, solo puedo rezar y esperar que pronto esta guerra termine y pueda decirte estas palabras frente a frente y tal ves tomando un delicioso café a tu lado.
James también quiere pedirte disculpas por sus acciones del pasado, se que es difícil para ti creerlo, pero ha madurado, ya no es el chico arrogante y atolondrado, ahora es un hombre que ha visto la verdad de la vida, la crueldad de la guerra, y conoce los sacrificios que haces, ambos estamos agradecidos por tu ayuda y apoyo a la causa.
Espero que puedas perdonarnos y en un futuro aceptar ser nuestro amigo, yo espero con ansias que eso ocurra, me gustaría tanto que fuera tu el que enseñara a mi hijo sobre pociones, o contaras sobre el Mundo mágico igual que lo hiciste conmigo, estaré esperando con ansias que ese momento llegue y encuentres a la persona que pueda cuidar y amarte, tal vez quieras brindarnos la oportunidad de ser sus padrinos.
Con todo mi cariño y agradecimiento de mi esposo.
Lily Potter.
P.D. Snape gracias por avisarle a Dumbledore que el Señor Tenebroso conoce sobre la profecía y darnos la oportunidad de proteger nuestro hijo. JP.”
Sus manos temblaban, paso a la siguiente pagina, su corazón junto al del Director dio un vuelco, una niña de once años se encontraba sentada junto a un joven de la misma edad, los emblemas de sus casa visibles, Gryffindor y Slytherin, ambos juntos se movían, parecían conversar sobre algún tema mientras estaban sentado frente a varios libros que consultaban.
Todo alrededor habia dejado de carecer de importancia, cuando vio la imagen de una joven pareja de 14 años vestidos con una túnica de gala, ambos bailando frente aun chimenea que la Profesora McGonagall reconoció, recordó que ese año Lily y Severus habían sido los únicos en quedarse para las fiestas de navidad, ella jamás supo que Severus habia entrado en la sala común de Gryffindor, sus ojos se llenaron de lagrimas al ver las caras de felicidad de ambos, tan jóvenes, tan inocentes, con tantas ilusiones, sueños y esperanzas, el mundo era de ellos y unas simples palabras lo habían arruinado todo, su corazón dolía, y no era la única.
Draco Malfoy alcanzo a ver una imagen donde cinco jóvenes sonrientes y felices, se movían y hacían muecas a la cámara, una de las personas era una mujer de cabello largo y suavemente rizado que parecia estarlos regañando, un joven de cabello algo largo y sujeto a la nuca tenia sujeto por los hombros de cada lado a dos chicos una de aspecto cansado que le pareció familiar al profesor Lupin, y otro que era el vivo retrato de Potter, un poco a tras y algo amedrentado un chico de aspecto algo cobarde que identifico como Peter Pettiwe, y al fondo casi oculto en una columna solo por unos momentos visible un joven de cabello negro y ojos negros, quien al ver que la chica se volteaba hacia donde el estaba se ocultaba en un pilar, fue en ese momento en que lo reconoció, esos eran los famosos merodeadores que alguna vez habia escuchado mencionar a su padre, ahí podía ver a la madre y padre de Potter, a su padrino, al hombre lobo, al traidor y su mirada se poso el Profesor de Pociones quien no habia dejado de mirar la imagen.
Pero todos contuvieron su aliento al ver una imagen donde aparecían varios adultos, los Profesores y Director tuvieron que apartar la mirada ante el dolor de la imagen, los jóvenes tuvieron que leer las letras escritas en el margen de la fotografía “Orden del Fenix 1980” no fueron necesarias las palabras ellos los comprendieron, en esa foto estaban los que habían luchado la primera guerra contra el Señor Tenebroso, y casi todos ellos se encontraban muertos.
Mas la ultima imagen quedo grabada en la mente de todos y logro hacer que el profesor Snape cerrara el álbum con fuerza, la ultima foto de Lily, James y Harry Potter, donde el pequeño aparecía con un traje de diablito – con todo y tridente- fechada con el mismo día en que ambos padres murieran, seguramente la foto habia sido tomada antes de que el Señor Tenebroso los atacara, la única imagen de ellos antes de morir, mas la pequeña tarjeta que estaba junto a la foto habia sido lo que habia roto las fuerzas del hombre, “Sev, espero que estés bien, nosotros estamos a salvo, espero que este regalo de navidad logre volver a construir el puente de nuestra amistad”.
La carta mostraban que en algún momento Lily Potter habia tenido la intención de enviarle la foto, nadie pudo hablar por un largo rato, para cuando el profesor levanto la mirada y busco al Gryffindor descubrió que era el único que no se encontraba en el lugar, una vez mas esa sensación de dolor se apodero de su corazón y salio del lugar sin escuchar a los que le llamaban.
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Habia corrido por los pasillos sin conocer su destino, solo guiado por su instinto, cada imagen que habia en el álbum se habia quedado grabada en su memoria, Lily lo habia perdonado, el la habia amado, ella habia sido como una hermana para el, era verdad, cuando habia perdido su amistad todo su mundo colapso, su soledad y rencor hacia los merodeadores le impidió ver el peligro de convertirse en un sirviente de Lord Voldemort, pero el saber que su querida Lily se habia casado con Potter fue mas doloroso, esa misma noche su brazo fue marcado y su alma encadenada, siempre habia pensado estar enamorado de ella, pero con el tiempo supo que la amaba pero solo como una hermana, su única familia.
El día que se entero que el Señor Tenebroso quería matarles junto a su pequeño no dudo suplicar por su vida, incluso le traiciono convirtiéndose en un espía, poco era el precio a pagar por su seguridad, habría muerto por ella, incluso por Potter y su hijo.
La muerte de Lily lo habia casi llevado a la locura, la desesperación habia dominado su mente, solo Albus habia logrado que reaccionara, al recordarle que el pequeño seguía con vida, ese pequeño que era el único recuerdo de su hermana, se juro protegerlo, hacer que ese pequeño no fuera como su padre, alguien arrogante y alborotador, que ese niño no tendría que cometer los mismo errores que su padre para convertirse en un hombre de valores y convicciones, se juro que en cuento el niño se presentara en Hogwarts se encargaría de que creciera con responsabilidad e integridad.
Mas cuando lo habia visto entrar se sintió decepcionado, era el vivo retrato de su padre, y solo los ojos eran idénticos a los de Lily, sabia que el niño era diferente, que su forma de actuar era imprudente, así que lo habia tratado con dureza, tenia que proteger al hijo de Lily Potter, pero no habia podido evitar que año con año se viese envuelto en peligros cada vez mayores.
La batalla final habia cobrado muchas victimas, el habia estado en coma casi dos meses por el veneno de Nagini, pero lo que habia logrado sorprenderlo es enterarse que Potter no habia dejado de ir a visitarlo diariamente, y desde ese día algo habia tomado fuerza, se habia negado a aceptar que sus sentimientos habían cambiado, los habia dejado sepultado bajo el odio que sentía a James Potter, pero ahora que ese sentimiento habia sido desechado gracias a la pequeña carta que venia en el álbum ese sentimiento había salido a flote.
Y sabia donde encontrarle, no necesitaba preguntar a pinturas o lanzar algún hechizo de seguimientos, el siempre habia sabido a donde acudir para encontrarlo, sabia cuando estaba triste, o necesitaba consuelo, aunque el no pudiera dárselo, sabia de las caminatas nocturnas junto al lago para alejar las pesadillas, sabia el motivo de sus lagrimas.
Lo distinguió a lo lejos, recargado en un árbol junto al lago congelado, sus pasos silenciosos lo condujeron a su lado, no necesitaba verlo para saber que en sus brazos estaba el libro que le habia regalado, con suavidad se quito la capa para colocarla sobre los hombros del joven, los hermosos ojos verdes le observaron, el sabia la pregunta que no habia sido pronunciada.
Lo sabia, siempre lo habia sabido, desde que lo habia visto entrar en el Gran Salón a sus once años, habia tratado de negarlo y olvidarlo, pero era imposible, pues no podía engañarse eternamente, su alma gemela le necesitaba, igual que el a ella.
La suavidad de sus labios le maravillo, sus manos recorrieron la pequeña cintura, supo que sus cuerpos se amoldaban perfectamente, y mientras la nieve empezaba a caer, su cuerpo se encargo de darle la respuesta que ambos habían conocido.
Y ambos sabían que ahora ambos tendrían que luchar la batalla mas importante de sus vidas, la que les daría el futuro que ambos querían.
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En una de las torres del castillo uno Viejo-Come-Caramelos sonreía, una lagrimas marcaron sus mejillas, al ver a quienes consideraba unos hijos por fin aceptar sus sentimientos, al darse la vuelta y empezar el camino hacia sus habitaciones una sonrisa se dibujo en sus labios, guardo en uno de sus bolsillos una vieja cámara, seguramente esa imagen seria perfecta para iniciar un nuevo álbum familiar.
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- Gryffindor ¡
El Grito del sombrero seleccionador habia resonado por todo el salón, varios alumnos y Profesores dirigieron su mirada hacia el Profesor Severus Snape, todos conteniendo el aliento ante lo que ocurriría.
Una pequeña de once años se levanto, su hermoso cabello negro largo a los hombros, sus ojos de un verde oscuro casi negro pero brillantes estaban ocultos tras una gafas de montura negra pero elegante, una orgullosa sonrisa en los labios delgados y delicados.
Un leve cabeceo fue lo único que recibió la pequeña quien dejo ver una sonrisa aun más hermosa, con paso elegante y sofisticado tomo asiento en su mesa correspondiente, entonces la selección continuo.
Y nadie se esperaba que la hija del Jefe de la Casa Slytherin fue asignada a Gryffindor, bueno el Profesor estaba casado con un ex-Gryffindor, pero todos o al menos la mayoría esperaban que fue enviada a Slytherin, menos el Director quien seguía mostrando una sonrisa deslumbrante.
Severus Snape Profesor de Pociones y Jefe de la Casa Slytherin en ese momento era un hombre feliz, poco le importaba que su hija fuera una Gryffindor, el ya se lo sospechaba, ella era leal y valiente, centrada y organizada, sin duda lograría poner a raya a esos Gryffindor, una sonrisa se formo en sus labios, o claro que conocía a su hija, y también los hechizos que le habia enseñado, los leones pronto conocerían el temperamento de su princesa.
Sintió una mano sobre la suya y giro su mirada para ver a su esposo Harry James Potter Profesor de Historia, quien tenia ocho meses de embarazo, su hijo, por que ya le habían confirmado que era varón, nacería en menos de un mes, no habia sido fácil su matrimonio, pero ambos habían aprendido a tratarse con amor y respeto, habían tenido sus altibajos, y sabia que aun los tendrían, pero su amor lograría que todas esos tropiezos valieran la pena por vivir juntos, apretó suavemente la mano de su esposo y espero a que el Director diera el discurso de apertura.
- Un año mas a iniciado y …
Su mirada se poco en su hija por unos momentos mientras mantenía la mano de su esposo, sin poderlo evitar se dejo llevar al recuerdo de un álbum al cual agregaría la foto del Gran Salón cuando el sombrero seleccionador habia asignado a su hija a Gryffindor, una foto mas al Álbum Familiar Snape-Potter.
“Quiero decirte que te amo, con mis caricias y besos”
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