La magia de tu amor. OneShot

Temática: Objetos/Animales

Clasificación: PG

Pareja: Severus/Harry

Disclaimer: Todo el mundo de Harry Potter pertence a J.K. Rowling

Advertencias: Slash

Resumen: Severus y Harry se llevan cada vez mejor tanto que se han enamorado profundamente ¿llegaran a estar juntos?

Respuesta al Reto de One shots y/o fanarts D.I.S. 2015 propuesto por La Mazmorra del Snarry


La magia de tu amor


El aula de pociones se encontraba llena de vapores, cuyos colores y formas salían de cada caldero haciendo un verdadero esfuerzo el ver a los lados. Todo, gracias a que el profesor Severus Snape tenía a sus estudiantes de séptimo año, de las casas Gryfindor y Slytherin, rindiendo sus EXTASIS y, para asegurarse de que el esfuerzo de las notas fuera individual, cada alumno tenía una poción diferente que realizar. Es probable que no fuera muy justo, pero era Snape así que a nadie sorprendió. Los estudiantes aceptaron de buenas a primeras, ya que discutir con el hosco hombre de nada les serviría. Además, ahora que Voldemort ya no estaba y se respiraba la paz, no tenían ganas de discutir cuando ya casi se graduaban.


Harry Potter había cumplido con su destino en plena Navidad, cuando confirmaron que Dumbledore destruyo el último de los horrocruxes, el relicario. Ese que había pertenecido a Salazar Slytherin y terminó en posesión de Regulus Black. El hombre cara de serpiente, furioso al sentir que sus defesas caían y al descubrir que sus preciados objetos mágicos ya no lo resguardaban y, dicho sea de paso mas que furioso, ataco el castillo con todo, dispuesto a probar que era más fuerte que el chico que vivió. Lo cual le fallo, pues gracias al entrenamiento con su profesor de pociones, Harry pudo acabar con la amenaza del mundo mágico, sin tantas bajas como habían temido en un principio.


Y ahora el joven estaba terminando sus estudios. Harry se espabiló un poco, para dejar de pensar en la guerra y centrarse en su Poción multijugos. Ya estaba totalmente lista por lo que solo basto apagar el fuego, embotellarla y dársela al pocionista. Su nota seguramente sería alta, pues ese último año estuvo muy metido en sus estudios, principalmente por la inminente guerra. El timbre sonó y Snape se dispuso a dar por finalizado el examen práctico. Los estudiantes se marcharon, contentos de que finalizara su examen y ya estuvieran libres de presión. Harry miro una vez más al profesor, sonrió esperanzado y se fue con sus amigos.


Otro punto que le mantenía pensando en la guerra, eran sus sentimientos sobre su profesor de ojos negros. Durante los meses que paso entrenándose con el Slytherin, su odio y animadversión se vieron sustituidos por la admiración y el respeto. Los conocimientos del adusto ojinegro dejaron a Harry gratamente asombrado, su valentía a la hora de no flaquear por nada ni nadie le habló a Harry de la naturaleza de carácter del hombre en cuestión. Cada pequeño rasgo, cada manía, cada gesto, lo dejaban con ganas de conocerlo más. Inclusive una simple partida de ajedrez mágico donde entrenaba sus habilidades deductivas y estratégicas o jugar a perseguir la snitch con el fin de mejorar sus reflejos visuales para que nada lo tomara por sorpresa, lograban arrancar sonrisas de Harry al ver el esfuerzo y determinación del adulto, junto con la admiración que este empezaba a sentir por el joven. Fueron días difíciles, sobre todo las reanudadas clases de oclumancia pues para acudir debía usar la capa de invisibilidad y el mapa del merodeador ya que solían ser fuera del horario escolar y no debía ser visto por nadie. En ese tiempo se conocieron mejor, llevándose sorprendentemente bien inclusive para ellos mismos. Harry termino irremediablemente enamorado de Severus, de cada parte de él, por más irritante que sea.


Recordaba con cariño la única ocasión en que Severus dejo de lado su hostil forma de ser y le regalo una sincera risa que cautivo para siempre el corazón del joven de ojos verdes.


****Recuerdo****


Estaban en la Sala Multiusos o, como mayormente la conocen todos, la Sala Multipropósito. Habían estado entrenando con los hechizos no verbales, pronto Harry se iría de vacaciones por Navidad y Severus quería que los tuviera dominados antes del receso escolar. La rápida forma de aprender del adolescente, dejaron asombrados al maestro y, porque no decirlo, muy satisfecho también. La sed de conocimientos y las ganas de hacerlo bien, la determinación y coraje del Salvador del Mundo Mágico había despertado en Severus su admiración y respeto. Las charlas después del entrenamiento, le abrieron los ojos ante la verdadera forma de ser del muchacho, lo que le hacía lamentar el trato dado los años anteriores. Harry era una caja de sorpresas, podía ser ingenuo e inocente un momento y al segundo siguiente temerario y osado, una combinación que le endulzaba el ser. Otra cosa que el pocionista pudo notar, durante los entrenamientos físicos, era la belleza natural del joven, una perturbadora mezcla de sentimientos como el deseo y la ternura dejaron a Severus sin aliento. Harry no era muy consciente de su atractivo y eso no dejaba de preocupar al profesor, quien podía intuir sin mucho problema, que tendría a más de la mitad del alumnado tras él. No que el chico diera mucho interés a ello, pero Severus creía que en cuanto la amenaza de Voldemort desapareciera, daría rienda suelta a sus hormonas reprimidas. Entonces Severus no tendría ni la mitad de atención que tenía en esos momentos, pues ¿Quién se fijaría en un hombre con tan poco atractivo?


―…entonces fue cuando Hermione me conto del giratiempo y ¿Snape, estas prestando atención? ―pregunto sonriendo pero fingiendo un mohín molesto por la falta del adulto.


― Lo siento, señor Potter. Me distraje un momento, pero le aseguro que escuche muy bien como se sorprendió por lo de su amiga. ―le sonrió conciliador tratando de que pasara desapercibido el cariño y ternura que el gesto despertó en él. Mirando con reproche el puchero del chico.


― Jajajaja…La verdad nunca espere que existiera algo como aquello, la magia siempre logra sorprenderme.


―¿Sera bueno o malo al final? ―aparentando molestia por la sonora carcajada, Severus lo miraba con un brillo jocoso.


― Supongo que es bueno no saberlo todo, así cuando descubres cosas nuevas es mucho más emocionante.


―¿Cómo cuando conoció a Rita Skeeter y su pluma a vuelapluma? ―se acerco para hacerle cosquillas y escucharlo tratar de responder al mismo tiempo. Como amaba el sonido armonioso de la inocencia y dulzura de su pequeño gryffindor.


―Esa…jajajaja…mujer…es...jajajaja…odiosa….jajaja… ¡Pare, Snape, mis costillas! ―las lágrimas que caían eran limpiadas amorosamente por su profesor que le miraba embelesado, mientras que el corazón de Harry bailaba feliz por sus atenciones.


― De acuerdo. ―el ojinegro se detuvo y lo ayudo a recomponerse―. ¿Y qué objeto si le gusta?


― El desiluminador de Dumbledore.

―¿Finalmente ha logrado usarlo sin problema?

― Si, me llevo bastante pues no esperaba que tuviera más funciones que la de prender y apagar luces. ―sonrió apenado.


― Un consejo, Potter. Cuando se trata de nuestro querido director, nunca espere simpleza.


― Mas bien extravagante, está muy loco ese hombre.


La risa sincera y divertida del jefe de las serpientes se escucho por el recinto llegando a lo más profundo de su corazón. Se podía decir que traspasaba todos sus sentidos y llenaba de dicha cada parte de su ser, feliz de conseguir hacerlo reír. Harry termino por aceptar que estaba profundamente enamorado del amante de las pociones, su sola presencia lograba iluminar su día.


****Fin del Recuerdo****


Tan ensimismado en sus pensamientos y recuerdos estaba que no se dio cuenta cuando choco contra el protagonista de ellos. A punto estuvo de caer de culo al suelo cuando unos brazos fuetes lo sujetaron a tiempo.


― Esperaría que ahora que el Señor Tenebroso ya no está, su cabeza se centraría mas en el mundo que lo rodea. ―el susurro contra el oído del joven se sintió como sensual y logro estremecerlo de pies a cabeza, algo que Severus noto encantado.


― Bu-bueno… ese es su problema, ya debería saber que me gusta divagar. ―soltó con una risita contenida.


―¿Tendré que castigarlo por la impertinencia de su cometario, señor Potter? ―le miro sugerente.


― Bueno, ya que lo menciona, ―se le acercó mas para jugar con los botones de la camisa― siempre puede usar la imaginación para hacer los castigos más interesantes ¿no le parece?
Severus lo cerco entre la pared y su cuerpo, mientras lo miraba como bestia en celo y restregaba su cadera con la del joven.


― Después de la gradación, en mis habitaciones privadas. ―se inclino para besar con desenfrenada pasión, el cuello que Harry le ofreció.
Unos minutos más tarde, el chico estaba solo en el corredor y con un notorio bulto entre las piernas, además de la sonrisa embobada de sus labios.


La ceremonia de graduación ya había finalizado y la fiesta de egresados se estaba llevando a cabo, Harry tuvo mucho cuidado en no toparse con sus amigos, pues no pensaba quedarse más tiempo. Finalmente su estatus de estudiante había finalizado y ansiaba llegar a las mazmorras donde el dueño de sus más placenteros sueños ya debía estar allí. Logro salir del Gran Salón y, aprovechando que no había nadie que lo detuviera, corrió hasta el lugar de encuentro.


Tuvo que detenerse a respirar antes de arreglarse la túnica y tocar a la puerta. Estaba tan nervioso como ansioso, algo que Severus, quien le abrió enseguida, noto con facilidad. Harry se le quedo viendo con adoración mientras entraban al pequeño saloncito previo al dormitorio del adulto. Severus vestía sus mismas botas y pantalón pero llevaba una camisa azul claro, un saco de un tono más oscuro y la túnica negra tenía una exquisita textura con diseños en color azul oscuro que resaltaban el tono de piel y los brillantes ojos ónix.


― Luces muy apuesto, Severus. ―Harry dejo de lado su timidez, pues había deseado esto por mucho y no dejaría que esta lo aminorara.


― Y tú, mi pequeño leoncito, te ves como ángel. ―le sonrió coqueto entregándole una magnolia de cristal encantado.


― Es bellísima, gracias. ―sentía las mejillas muy coloradas, pero aun así se sentía feliz y le sonrió con sinceridad.


― Espero no te moleste que me tomara la audacia de preparar una velada para los dos.

― Claro que no, Severus. Me intrigas ¿Qué vamos a hacer?

― Ya veras, sígueme.

‘Hasta el fin del mundo’ peso Harry.


Salieron entonces de las mazmorras hasta el hall de entrada, pasaron por los terrenos hasta los invernaderos, caminaron un poco mas allá de estas hasta donde Harry pudo notar una vieja torre destruida por completo, pero que seguramente fue esplendida en otros tiempos. Severus lo llevo a su interior y, de pronto, parecía que el lugar tenía vida.


La tierra estaba cubierta de un bello pasto cuyo rocío lo hacía brillar a la luz de la luna, las miles de haditas y luciérnagas, brillaban hermosamente, recorriendo el largo de las enredaderas en el escaso techo y olfateando el aroma de las flores que había en las rotas paredes. Una fuente de piedra con un bello querubín se encontraba en el centro del lugar donde los pececitos multicolores nadaban felices junto a las haditas que danzaban en las orillas. Un árbol de roble, imponente y esplendido, se dejaba ver al fondo donde una mesita con mantel e cuadrille y dos sillas los estaban esperando. Harry se volteo a ver a su amado y le sonrió encantado por tanta belleza. Severus lo tomo de su mano con todo el amor que tenia y los condujo hasta la mesita.


― Te esmeraste, Sev. Me fascina enserio, es hermoso.

― Yo solo puse la mesa, Harry, todo lo demás ya estaba. Lo encontré por casualidad hace dos noches. ―ignorado el calorcito que le dio por el apodo cariñoso, le coto como fue que dio con tan bello descubrimiento.

Harry escucho cada cosa y, mientras, degustaba la deliciosa comida que Severus pidió a los elfos del castillo. Estuvieron charlando amenamente durante mucho tiempo, para que al terminar Severus convocara un violín y le hechizara para bailar el vals que tanto deseaban ambos. El momento fue mágico, perfecto en todo sentido. Harry no podía despegar sus ojos de los amorosos orbes de ónix, Severus no podía sentirse mas contento y, a su vez, miraba al gryffindor con verdadera devoción. El mundo de afuera dejo de existir, solo ellos estaban, solo ese momento tan especial y ansiado por mucho tiempo. La dulce melodía sonaba como incitándolos a besarse y no quisieron decepcionarla, conforme la música moría ellos acercaban mas sus rostros. Hasta que, con la última nota, el beso se materializó.


Una descarga eléctrica muy placentera les recorrió la columna mientras se sonrojaban por los abrumadores sentimientos que transmitía esa simple caricia. Severus mantenía al joven firmemente agarrado de la cintura con la mano derecha y la nuca con la izquierda, lo cual Harry agradeció, pues sus rodillas cedieron y tuvo que sostenerse de los hombros del slytherin para no caer. Al cabo de unos minutos se separaron para respirar y el deseo palpable en la mirada contraria termino de darles el último incentivo.


Severus fue recostado a Harry en la manta que reemplazo a la mesa, donde unos cojines verdes y rojos, se antojaban muy cómodos. Volvió a besar al tiempo que desabrochaba la túnica verde oscuro, la dejo a un lado y se dedico al cuello desatando los cordones de la camisa de poeta que acentuaban el traje victoriano que el pulgoso Sirius Black mando para su Harry. Al ver que la camisa le era arrebatada, el ojiverde volteo los papeles y fue él el que besando el cuello de su pocionista, fue retirando la túnica y el saco. Los suaves jadeos salían de las sonrosadas bocas, mientras el aliento chocaba con deleite la piel ajena. Severus se sentía en las nubes, las manos de Harry acariciaban sus hombros, pecho y espalda con suma inocencia, mientras que las suyas exploraban expertas y amorosas la espalda de su amado niño. Volvió a invertir los roles, cuando el chico le saco los zapatos y las medias antes de sacárselas a sí mismo.


― Eres lo más hermoso que me ha pasado, Harry, espero que disfrutes de esta primera vez.


― Lo hare, Sev. Tus ojos me lo dicen, mi bello príncipe mestizo. ―suspiro enamorado, acariciando la mejilla del profesor. Severus se permitió disfrutar del gesto un poco ates de decidirse besar esos botones rosados del pecho ajeno.


Los jadeos se hicieron dueño de la boca de Harry con cada lamida, mordida y beso de la boca de su serpiente. No podía ni quería evitarlos, algo que enloquecía de placer al ojinegro, que su Harry gozara tanto como él con esas caricias. Sus intimidades ya estaban sumamente estimuladas, pero ninguno tenía prisa por acelerar las cosas. Y tanto Severus como Harry querían que esa noche fuera especial. Que al recordarla les hicieras sonreír enternecidos y enamorados. Después de todo, para noches desenfrenadas tendrían toda una vida de saciedad, pues si de algo estaban seguros, es que jamás se separarían. Esa noche iniciaba su vida juntos, prospera y bella.


Si, definitivamente Harry la recordaría para siempre con inmenso cariño. La magia del amor de Severus Snape llenando cada poro de su cuerpo, cada parte de su alma y cada rincón de su corazón. El mejor comienzo para la mejor aventura de toda su vida.


****Fin****



Espero que lo disfrutaran les dejo un abrazo y un beso, nos leemos a la proxima.

muchas gracias chicas, me alegra que les gustara y que te calmara Ara :3

me encantó, está tan dulce como el azúcar. Jamás me imaginaría a Severus haciéndole cosquillas a Harry, pero me pareció tan tierno xD Gracias por la historia

gracias Neki, me alegra que te gustara es que ya ves Sev es muy tierno con su niño mucho amor en el aire