a) Título del fanfic: Sedúceme tú.
b) Autor (a): Araleh Snape
c) Link a la historia:
http://www.slasheaven.com/viewstory.php?sid=32363&ageconsent=ok&warning=5d) Fragmento que deseen recordar del fanfic en cuestión.
— ¿De verdad se encuentra bien? —le preguntó rozando con sus dedos una herida en la sien del profesor.
— Eso no es nada para mí, Potter. El cuerpo sana rápido, y le aseguro que en pocos días cualquier herida o lesión habrá quedado en el pasado. Ahora, si me permite, tengo asuntos que arreglar antes de irme
— ¿Irse? —repitió volviendo a sujetarle del brazo impidiéndole ponerse en pie.
— La guerra ha terminado, sinceramente no encuentro nada que me haga quedarme por estos lugares.
— Pero…
— No hay nada aquí para mí, Potter. —reafirmó sonriendo resignado—. En cuanto termine el ciclo escolar, podré irme a buscar una vida propia.
Severus se deshizo suavemente del brazo de Harry y prosiguió su camino hacia las mazmorras. Harry se le quedó mirando en silencio, admirado por la forma de caminar tan altiva de alguien que evidentemente se sentía solo. (....)
— ¿Harry, te sientes mal? —preguntó Hermione, preocupada por la expresión dibujada en la cara del ojiverde.
— Ya sé… —jadeó casi sin aire—… ya sé qué regalarle a Severus Snape… ya sé qué necesita.
— ¿Y podemos saber qué se te ocurrió?
— Una cita… ¡vamos a conseguirle una cita! (...)
Severus le miró bufar volviendo a poner el vaso en la mesa, obviamente esa bebida era demasiado fuerte para Harry, sonrió ligeramente mientras él también probaba de su coñac, hizo una seña y enseguida aparecieron los platos del postre con un flan de cerezas.
— ¿No se lo comieron? —preguntó sorprendido.
— Me agradaba la compañía que me consiguió para esta noche, Potter, pero no tanto como para compartir el postre de una cena tan deliciosa. Un postre especial debe saborearse con alguien especial… ¿quiere comerlo usted conmigo?
— Sí, me encantaría. —afirmó buscado un cuchillo para partir un par de rebanadas, Severus tan solo sonrió con ternura al ver que Harry continuaba sin captar sus indirectas.
(...)
El chico sonrió comiendo de la fruta, estaba tan entusiasmado que no le dio tiempo de separar la emoción que sentía por la nueva oportunidad… del estremecimiento que le provocó comer de la mano de Snape.
Severus tomó la rosa que flotaba sobre la mesa y la colocó frente a Harry.
— Es suya, por el esfuerzo que ha hecho para que esta primera cita sea tan grandiosa.
Harry sonrió aceptando la flor, era la primera que le regalaban en su vida… y le parecía mucho más hermosa viniendo de la mano de Snape.
Severus notó complacido la mirada que Harry enviaba a su rosa y pensó que aún podían disfrutar de unos minutos más para ellos.
(...)
— Exquisito, Potter… mis felicitaciones.
— Muchas gracias ¿y la cena, le gustó también?
— Bastante, pero creo que empiezo a disfrutar más del postre que de una buena comida.
— No me imaginé que resultara goloso, Profesor. —rió divertido.
— Tal vez, de repente, me estoy haciendo adicto a la dulzura.
Harry rió, aunque no había captado del todo la intención que puso el Profesor en sus palabras. Dejó de hacerlo cuando Severus tomó la rosa plateada y nuevamente se la ofreció. (...)
— Tal vez… —le dijo mientras se inclinaba y pasaba un brazo por el respaldo de la silla de Harry—… tal vez yo no me interese en un Slytherin, sino en un Gryffindor.
Harry tenía tan de cerca los ojos oscuros de su Profesor que su rostro adquirió un semblante ensoñador mientras pensaba en qué Gryffindor tan afortunado podría fijarse Severus Snape. (…)
— Escuche, Potter… —le dijo sujetándolo de las manos—… vaya como vaya la cita de esta noche, se irá antes del postre, ese es para nosotros, así que ahora diríjase a mis habitaciones y ahí espere el momento en que termine la cena.
Harry dudó un poco, pero tenía que aceptar que no quería marcharse, así que asintió cambiando el rumbo de sus pasos hacia las habitaciones de Severus.
Volvió a ocupar un lugar en la alfombra junto a la puerta, pero mientras lo hacía, buscó a su alrededor, debía haber otra salida por ahí en caso de que fuera necesario desaparecerse, lo último que quería era quedarse a presenciar que alguien más entraba a esa recámara. (…)
— Profesor…
— No tiene porqué ofrecer nada por una cita para mí. —siseó amenazante.
— Lo lamento. —se disculpó bajando la mirada.
Severus no respondió pero continuó su camino hasta quedar frente a su alumno, suavemente le obligó a levantar el rostro para mirarlo.
— Si realmente quiere conseguirme una cita con quien me gusta, deje de hacer y decir tantas payasadas… ¡y consígame esa cita con usted!
Harry parpadeó un par de veces creyendo haber entendido mal, pero enseguida sintió como un brazo lo rodeaba por la cintura atrayéndolo casi con violencia hacia el cuerpo de su profesor.
Un jadeo brotó de su garganta ante el inesperado placer que sintió y que aumentó el calor de todo su ser.
Todo sucedió en un segundo, Harry cerró los ojos cuando su boca conoció un nuevo sabor. La firmeza con que Severus le sostenía por la cintura era tan intensa que incluso le levantó del piso quedando de puntillas. Harry llevó sus manos hacia los hombros del Profesor para sujetarse, ni notó que estaba temblando visiblemente, era demasiada la emoción… demasiadas las sensaciones.
Olvidaron de inmediato que no estaban solos, simplemente se concentraban en ese beso que hasta ese momento supieron cuanto deseaban.
Los cinco chicos presentes habían quedado petrificados por la escena, sus expresiones eran de absoluto asombro y no podían dejar de mirar aquel beso, sorprendidos por la avasalladora pasión que demostraba el siempre frío profesor de pociones. Fueron testigos de cómo conseguía que Harry se derritiera entre los fuertes brazos que ya se habían adueñado del ojiverde.
El silencio de la sala común sólo se rompía con las succiones y jadeos de ambas gargantas, del roce de la ropa, de los gemidos que gritaban por más.
Severus fue bajando a Harry para que quedara bien plantado en el piso mientras deslizaba sus manos hasta el rostro del ojiverde para acariciarlo al tiempo que iba separándose lentamente. Le gustó ver que el chico se estaba resistiendo, que buscaba afanosamente prologar el contacto y también había llevado sus manos hacia las mejillas de Severus esperando recontinuar el beso.
Cariñosamente Severus colocó sus manos sobre las de Harry para apartarlo, y sonriendo triunfante, le susurró…
— Usted dirá si quiere probar más. (…)
— Debo dar por asentado que esta cita sí funcionó ¿verdad? —dijo Harry.
— Bastante bien, diría yo. Supongo que ahora querrás oír que ya no me iré.
— En realidad, eso ya no me importa. —aseguró apoyando su mentón en el torso de Severus—. Cuando te reúnas con Dumbledore puedes darle la respuesta que quieras, ya no me entrometeré.
La sonrisa de Severus titubeó con las palabras de Harry, pero se esforzó por mantenerla, sin poder creer que el sueño durara tan poco tiempo.
— ¿Ya no te importa si me voy?
— No, puedes irte cuando quieras y a donde quieras. —dijo encogiéndose de hombros.
— Oh, vaya, creí que estabas interesado en…
— Escúchame bien, Severus, no me importa si quieres irte porque a partir de hoy vas a tener que llevarme contigo a todos lados
Severus rió aliviado.
— Así es. —prosiguió Harry—. Desde mañana, cuando las personas te vean dirán “¿Qué es esa cosa tan horrible que trae el Profesor Snape colgando de su cuello?”…. y alguien responderá “Ah, pero si es Harry Potter, dicen que desde que el Profesor le besó, el pobre chico ya no puede vivir sin él”
Severus volvió a reír, nunca en su vida se había sentido tan feliz.
— No te rías. —dijo Harry con gravedad—. Es en serio, no voy a poder vivir alejado un centímetro de ti… ¡voy a querer besos y besos y más besos a cada momento!
— Vaya ¿y todo eso porqué se me ocurrió besarte?
— Así es, ha sido una irresponsabilidad de su parte, profesor, no tener en cuenta el poderío de uno solo de sus besos. Ahora va a tener que resignarse a verme todos los días de su vida y besarme siempre, hacerme el amor todas las noches y regalarme sonrisas para que yo pueda vivir feliz. Y todo, yo yendo colgado de su cuello, agobiándolo con caricias, saturándolo de besitos y gruñendo a todo aquel que se atreva a querer bajarme.
— Deberé abstenerme de volver a hacerlo con nadie más, no creo poder ir por la vida con dos bultos colgando de mi cuello.
— Ah, eso no sucederá nunca, porque el primer bulto se comería al segundo bulto si se le ocurre querer quitarle su lugar, un lugar que yo quiero solo para mí… y para toda la vida ¿eh?
— Eso suena a bastante tiempo.
— ¡Siglos y siglos de tiempo!... porque este bulto ya no encontraría un sitio en el mundo si no tiene cerca al hombre de ojos negros que tanto ama.
— Y dígame una cosa… ¿usted cree que ese primer bulto quisiera casarse conmigo?
Harry se puso serio al escucharle, ambos permanecieron mirándose a los ojos por unos segundos, finalmente Harry sonrió antes de recostar su cabeza en el pecho de Severus, abrazándole enamorado.
— ¡Hasta que me lo pides!... Eres lento para entender las indirectas, Severus
e) Razones por las que recuerdan ese fragmento en especial.
El de hoy es de una muy conocida autora de Snarry, esta historia en especial me pareció muy dulce e inocente ( en general las historias llenas de miel son mis favoritas, aquellas que desbordan sentimientos) me encanta el Harry despistado y el Sev que no duda en seducir aunque claro, harry ni se entera jajaja y después al final aun tiene cara de decirle lento a sev, me pareció muy gracioso.
Lo fragmentos aqui presentes, son diversos, mostrando la motivación de Harry, su manera de ser tan despistado y el desenlace tan sexy en que Sev exige su cita, me encanta por eso merece ser recordado