La Mazmorra del Snarry
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La Mazmorra del Snarry... El escondite favorito de la pareja más excitante de Hogwarts

 

 Manos de Santo. Cuerpo de Demonio. Capítulo 3: El Secreto // Lorient; Snarry-Lucid

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Snarry-Lucid
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Manos de Santo. Cuerpo de Demonio. Capítulo 3: El Secreto // Lorient; Snarry-Lucid Empty
MensajeTema: Manos de Santo. Cuerpo de Demonio. Capítulo 3: El Secreto // Lorient; Snarry-Lucid   Manos de Santo. Cuerpo de Demonio. Capítulo 3: El Secreto // Lorient; Snarry-Lucid I_icon_minitimeJue Nov 03, 2011 8:13 am

Bueno, pues finalmente os traigo el primer capítulo xDDD; espero que me haya quedado lo suficientemente largo para que disfruteis de él xDDDD. Antes de nada, este fic está dedicado completamente a Majo-san!!!!! >o<, todavía te debo la segunda parte del regalo de amigo secreto, asi que como no sé continuarlo, te dedigo este xDDDDD



Segundo: Ninguno de los personajes nombrados en la historia me pertenecen a mi si no a J. K Rowling; menos los hermanos Walker xDDD, a ellos me los inventé sobre la marcha jajajajajajajajajajaja



Tercero: Fic completamente Snarry, es decir: Severus Snape x Harry Potter - No sé si habrá secundarias, eso lo decidiré según escriba xDDDD



Cuarto y último: es mi segundo fic de esta pareja y la verdad es que me cuesta mucho por lo que ser bueno y buenas conmigo xDDDDD; también me he basado en mis estudios para hacer este fic, al menos el sitio donde va a estar centrada la historia xD.

También mencionar que este fic se está creando gracias al: "DÍA INTERNACIONAL DEL SNARRY"; disfrutad el mío y todos los que vengan detrás o delante... xDDDD

Y ahora sin más dilación el primer chapter ^^



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CHAPTER 3: El Secreto


Ese fue el primer encuentro que tuvieron nuestros protagonistas, fue de lo más normal, como cualquier persona que va en busca de trabajo. La primera impresión que tuvieron de ambos no fue la peor, pero es irá mejorando con el paso de los días, aun que… Severus seguirá mostrándose frío, calculador y un poco bastardo. Pero bueno… sigamos con ello, que lo que viene ahora está bastante interesante, os lo aseguramos.

FLASH BACK

Hacía ya un mes y medio que Jonas había entrado a trabajar a aquel famoso centro, y la verdad es que se llevaba bastante bien con sus compañeros, eran todos muy amables y era muy divertido estar allí. Aun que todavía le costaba acostumbrarse al temperamento tan bipolar que sufría en muchas ocasiones su jefe, pero sus compañeros le dijeron que no se preocupara, que solo tenía que dejar que pasara el tiempo y le parecería algo de lo más normal todo aquello.

Y no lo discutió; por otra parte desde que entró no dejó de tener clientes por diversos motivos, a pesar de que estaba más en la zona de fisioterapia, también trabajaba con los esteticista en masajes de aromaterapia, relajantes, hasta en una ocasión, una de sus compañeras le enseñó el “arte” de las uñas de porcelana y de gel. Aquello le pareció bastante divertido, por lo que no negó el aprenderlo, y para practicar con ello se las hizo a Hermione Granger, la joven que atendía en recepción y la cual quedó encantada por la forma tan hermosa y elegante que quedaron. Muchas de las clientas desde entonces empezaron a pedir que fuera el joven de ojos bicolor quienes las hiciera dichas uñas; el muchacho por supuesto no se negaba, y como decía su jefe, que era mejor, así habría más ventas y por lo tanto más dinero.

No es que fuese un avaricioso, pero siempre miraba por el bien de su negocio y… como todo autónomo cuantas más ventas hubiese pues mucho mejor. Además que como le decía Hermione, había sido una gratísima adquisición, puesto que toda el área femenina venían casi expresamente por él; aquello siempre le causaba gracia a Jonas, sobretodo cuando las clientas intentaban coquetear con él, pero todos los esfuerzos de las mujeres se vio decaído cuando el muchacho les informó que era gay. Ante aquella declaración sus compañeras empezaron a reír, claro está cuando estuvieron solos al final de la jornada, comentando como se había sentido las clientas, su decepción y esas cosas.

Lo que no se llegó a esperar Jonas fue, uno de sus clientes. Ese día le había tocado completamente en la zona de fisioterapia, era uno tras otro los clientes que entraban y salían de las cabinas de la zona nombrada. El último cliente del día dejó completamente paralizado al muchacho pelirrojo, pero no hizo ningún movimiento o expresión que pudiera delatar su nerviosismo.

--Vaya si me costó encontrarte –dijo el cliente con una sonrisa que brillaba en las penumbras agradables de la cabina- has sido muy retorcido en esta ocasión, ¿qué crees que debería decirle al señor? –preguntó en esta ocasión aquella persona.

--Discúlpeme, pero no entiendo lo que me está diciendo –dijo tranquilamente Jonas mientras comenzaba a preparar las cremas, gotas y utensilios que utilizaría en aquella ocasión.

--Sabes que a mí no puedes engañarme, nos conocemos desde hace muchísimos años, da igual lo que te hagas, siempre serás el mismo, tus expresiones no las puedes cambiar –le indicó mientras se acercaba hacía él quién todavía estaba de espaldas.

--Insisto…, no sé de que me habla –dijo mientras se giraba para luego percatarse que estaba a escasos cm de él por lo que tuvo que retroceder un poco al no esperárselo chocándose con el “ayudante” (1)- ¿Podría alejarse un poco? –preguntó el muchacho mirando fijamente al cliente.

--Antes no te molestaba que me acercase de esta forma –dijo con una sonrisa algo ladina y sin una pizca de inocencia- al contrario, te encantaba que estuviera así –le volvió a decir acercándose más y más.

--¡Ya está bien! –gritó finalmente el muchacho empujándola- ¿¡Qué es lo que quieres!? –preguntó bastante exaltado una vez hubo alejado a la persona.

--Lo sabes perfectamente, el Señor nos mandó a buscarle y llevarle de vuelta a la casona. Eso es lo que quiero, que vuelvas –dijo cansinamente como si fuese un diálogo que se supiera de memoria y que repitiese muchas veces.

--Pues dígale a “SU SEÑOR” que se quede esperando y sentado, por que yo no pienso volver –le espetó seriamente con una mirada llena de furia mientras apretaba fuertemente sus puños.

--Siempre dices lo mismo y al final vuelves con el rabo entre las piernas a él –dijo burlón mientras comenzaba a reír cruzándose de brazos sin dejar de mirarlo.

--Estás colmando mi paciencia, Draco. ¿Por qué no te vas y haces como si no me hubieras visto? –preguntó tontamente sabiendo la respuesta sin duda alguna.

El otro solo comenzó a reír aun más alto y escandaloso; sin dejar de reír levemente se desprendió de sus ropas y se tumbó en la camilla portando en su cuerpo simplemente unos cómodos y caros boxers de color verde oscuro, casi llegando al negro. Con un molesto y notorio gruñido, Jonas tuvo que colocar nuevamente las cosas acercándolas a la camilla, específicamente a su lado para tener las cosas a mano y no tener que moverse mucho. Comenzó con una exploración rápida de la zona que había pedido a tratar, espalda y piernas; tenía que reconocer que las piernas las tenía completamente cargadas y se sorprendía de que pudiera andar de tal y como las tenía. Por otra parte, su espalda estaba bastante contracturada y dudaba de que no le hubiera dado algo de ciática.

No hizo ningún comentario puesto que con solo sus movimientos de manos en diferentes zonas de donde iba a empezar su trabajo, Draco comprendió perfectamente a que se refería y que tendría que aguantarse puesto que le iba a doler bastante. En esos momentos ya no eran dos personas que se conocían, si no, un profesional que estaba atendiendo a un cliente cualquiera a pesar de que no lo fuese. Se podía escuchar claramente bastantes quejidos por parte del muchacho tumbado en la camilla, apretando varias veces sus puños y relajarse casi al instante; pero no podía evitarlo, aquel tipo de trabajo era muy sufrido y más aun por el cliente puesto que es el que tiene los problemas y si no se trabajan bien, puede acabar aun peor, al igual que si no se tiene cuidado y se vigilan los dolores que se pudiera llegar a tener.

--Siempre lo diré, tienes unas manos que me vuelven loco –dijo Draco con la cabeza ladeada, con los ojos cerrados y momentáneamente relajado.

--Y yo disfrutaré de escuchar al gran Draco Malfoy decir algo que él nunca podrá hacer o tener –dijo con saña Jonas sonriendo ampliamente mientras sus manos viajaban hacía una de las varias contracturas que tenía en las lumbares.

--¡Ah!... maldito –masculló mientras sus manos se aferraban a la sábana que cubría la camilla- Eres un rastrero…

--¡ah!, ¡ah!, soy un profesional –dijo cortándole sabiendo perfectamente que iba a soltar su nombre y no podía permitirlo.

El otro no dijo nada y bufando claramente molesto volvió a girar el rostro, sin mirar a Jonas, volvió a relajar su cuerpo dejando trabajar al mayor quién poco a poco, paciencia y habilidad, comenzaba a quitar las contracturas de mencionada zona. Aun que para que desaparecieran por completo, o al menos durante una larga temporada, tendría que ir más veces, pero por el momento disfrutaría aquello mientras durara.

Al cabo de una hora y cuarto la puerta de la cabina se abrió dando paso al joven llamado Malfoy, de cabello rubios platinados, ojos grises perlados y una piel blanca envidiable; seguido del nombrado fue Jonas quién le condujo hasta la entrada donde le cobrarían como a cualquier otro cliente sin que nadie supiera lo sucedido en la sala que ambos había ocupado con anterioridad.

--Ha sido un placer… “Jonas” –dijo Draco con una sonrisa ladeada mientras terminaba de pagar- Seguramente nos veamos otra vez, muy pronto –informó sin dejar de sonreír.

--El placer a sido mío señor Malfoy –dijo con una sonrisa tranquila mientras despedía al joven acompañándolo a la salida- Más vale no le digas nada –le susurró de forma que solo él pudiera escuchar a la par que el abría la puerta educadamente- Espero que sea verdad –contestó ahora ante las palabras dichas anteriormente por el rubio platinado.

Sin decir más palabras ambos se despidieron como cliente y profesional, posteriormente de cerrar la puerta Jonas se internó dentro para ir a la sala de descanso. Nada más entrar se acercó con rapidez a la ventana observando al joven que recientemente se había marchado esperando en la plaza; a los pocos segundos apareció un coche negro, según podía observar… un “Mercedes”. Chasqueó la lengua molesto para luego sonreír divertido pensando que aquel muchacho nunca cambiaría…

--¿De qué conoce al señor Malfoy? –preguntó una voz potente desde la puerta de la sala en la que se encontraba provocando que Jonas diera un ligero bote de la impresión.

--Snape…, que susto me dio jefe –comentó al de ojos bicolor suspirando de alivio- Pues de nada señor –dijo con tranquilidad ante la mirada inquisitiva que le lanzaba su superior.

--Draco Malfoy es mi ahijado y nunca permitiría que nadie le hiciera un masaje a menos que tenga confianza con esa persona o que conozca a esa persona –miró aun más inquisidor al muchacho sabiendo desde hace tiempo que había algo que no cuadraba en él- ¿De quién o de qué te estás escondiendo? –preguntó tajantemente exigiendo en sus palabras una respuesta.

--Así que, ¿ese muchacho es su ahijado?, es muy majo –dijo sonriendo tranquilo evitando alguna posible sospecha. Aun que… después de aquella pregunta enmudeció sorprendido- Ni una cosa ni otra, señor –dijo lo más tranquilo posible.

--¡No me mienta! –exclamó entrando en la sala y cerrando tras de sí la puerta para no ser interrumpidos- ¡Quítese esas lentillas de inmediato, son demasiado obvias! –le dijo malhumorado mientras le señalaba- ese color de pelo tampoco es suyo natural; esos signos son una clara declaración de que está escapando de alguien –le aseguró firmemente.

Ante aquello Jonas no pudo decir nada, simplemente estaba asombrado por la rápida percepción que tenía el hombre; y después de escuchar aquello no dudaba que le había calado el mismo día en que llego pero entonces… ¿por qué se lo preguntaba ahora? La verdad… es que estaba bastante confuso, ya no sabía que pensar de su jefe puesto que… si conocía a la familia Malfoy también tendría que conocerlo a él y ese es un lujo que no podía permitirse; si descubría quién era seguramente le obligaba a volver a aquel lugar tan infernal y era algo que no quería.

Derrotado bajó la cabeza y los hombros- No puedo decírselo, señor –dijo sinceramente el muchacho completamente alicaído- Usted no sabe lo que puede pasar si le digo quién soy –dijo negando con la cabeza, con voz firme aun que melancólica.

--¡No voy a poner en riesgo mi negocio por sus majaderías! –le espetó mientras se acercaba a él y le echaba para atrás la cabeza provocando que el cabello estuviera completamente fuera de su rostro ocasionando que el de ojos negros se fijaran en algo bastante peculiar en la frente del muchacho- ¿Por qué llevas tanto maquillaje en la frente si casi no se te ve con la mata de pelo que tienes? –preguntó mientras alzaba su mano libre para retirar el sobrante “Pote” (1) que había en la piel.

--¡No! –exclamó el muchacho echándose para atrás llevando ambas manos a la frente como si quisiera protegerla- No haga eso, por favor –pidió nuevamente retrocediendo más y más.

--Está colmando mi paciencia, así que… o, me dice la verdad, o, le digo al joven Malfoy que me la diga él. Por que, por mucho que me diga que no se conocen… se ve a la legua que lo hacen y desde hace bastante. No puede engañarme –dijo cruzándose de brazos y sonriendo vencedor.

Jonas sabía que estaba perdido, miró al hombre sintiendo que la sangre se le iba del rostro quedando completamente pálido y asustado. No sabía que hacer, sus brazos cayeron a ambos lados de su cuerpo en signo de derrota mientras se mordía el labio inferior sin dejar de mirarlo. ¿Qué hacer? Eso era lo que se preguntaba el menor de la sala.

Sin pensárselo mucho se acercó a uno de los armarios de la sala sacando de la misma un paquete de toallitas desmaquillantes comenzando a quitar el exceso de maquillaje en su rostro mostrando lo marcado que estaba el mismo. Lo primero que vislumbró Severus fue una cicatriz en la mejilla derecha la cual parecía tener bastante tiempo; posteriormente vio otra en la frente la cual al verla comenzó a abrir grande los ojos ante lo que significaba sobretodo aquella forma tan peculiar que sabría a quién pertenecía con solo verla una vez. Después de ello mirándose en un espejo y tomando de su bolsillo del uniforme un tarrito con dos soportes se desprendió de las lentillas que tenía dejando ver el verdadero color de sus ojos.

Una cicatriz en forma de rayo en la frente y unos ojos tan verdes como la esmeralda eran reconocibles en todo el mundo. Aun que no tuviera su verdadero tono de cabello sabía perfectamente quién era, y lo más importante como peligroso, a quién “pertenecía” aquella persona que se hallaba delante de él en esos momentos.

--Harry Potter…





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Antes de nada:

Pote(1): Es llamado de forma bulgar al maquillaje.


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