27º Capítulo: Aurora Snape Potter
Cuando la casa Potter estalló entre gritos, advertencias, pedidos de cuidado y demás, el único que no parecía poner atención a nada fue Rudy.
Scorpius llegó a eso de las ocho de la noche, reunió a la familia y les dijo del tipo que había secuestrado a Damián. El chico entró casi en un estado de pánico, Neville tuvo que llevarlo a su habitación y ayudarlo a quedarse dormido mientras lo abrazaba y le recordaba que él estaba ahí para cuidarlos y que lo amaba más que a nada.
-Entonces ese desgraciado puede entrar al colegio y atacar a mi hijos en cualquier momento -dijo Harry. Molesto y preocupado por la seguridad de sus hijos y nieto.
-Tranquilo, Harry -le dijo Severus, mientras lo atraía en un abrazo -, no dejaremos que se acerque a él.
-¿Pero cómo? -Preguntó Neville, que venía bajando las escaleras, luego de haber dejado a su pareja durmiendo.
-Tiene que haber un lugar lo suficientemente seguro como para mantenerlo lejos lo que queda de su embarazo.
-Levi tienen razón -dijo Severus -, pero los únicos lugares con protecciones resistentes son los colegios, y ese tipo ya pasó las barreras de Hogwarts.
-Pero aún quedan otras dos.
Todos se giraron para ver a Rudy, que aún seguía de brazos cruzados, apoyado en el marco de la puerta.
-No podemos mandar a tu hermano a otra escuela. No sin protección -dijo Severus.
-Entonces yo me voy con él -le respondió el chico.
-¿Cómo que te irías tú? -Le reprochó Scorpius, aun sin darse cuenta de la rabia de su pareja.
-Tengo que proteger a mi hermano -dijo sin cambiar su actitud.
-No es necesario que hagas eso, Rudy -le dijo Neville -. Si hay que enviar a Damián a otra escuela, yo pediré mi traslado.
-Esperen un momento -dijo Harry -. Ya dan por hecho el que mi hijo se tiene que alejar.
-Y es lo mejor para él, Harry -dijo Severus sin poder sostenerlo de nuevo. Ya que Harry, al darse cuenta de sus palabras, se había alejado de su abrazo -. Todo es por el bien de Damián.
-No me parece -le respondió Harry -. No quiero que Damián este lejos, cuando ese tipo ande por suelto por ahí.
-Pero con la llegada de Aurora, tendrás que volcar tu protección por ella. Recuerda que ese tipo no dijo en ningún momento que no le interesaba su hija.
-¡Casi la mata en el vientre de María! -Le gritó a su pareja -No quiero que alejen a mi hijo.
Severus negó con la cabeza cuando vio que Harry subía por la escalera y les dejaba con la palabra en la boca.
-Me retiraré y empezaré a ver los papeles de traslado -dijo Neville, sin dar un paso atrás en su decisión.
-Harry no ha dado su autorización.
-Es mi pareja e hijo del que hablamos. No dejaré que ese demente se les acerque, y si tengo que alejarme con ellos por un tiempo, así lo haré.
Levi acompañó a Neville a la salida. Entendía perfectamente lo que sentía su profesor. Él no podría hacer otra cosa si la vida de Hugo corriera peligro. Se aseguraría de alejarlo de todo mal.
En la sala quedaron sólo Rudy y Scorpius, ya que Severus había subido a hablar con su pareja.
El rubio miraba a su pareja de manera analítica. Había notado algo cuando lo saludo al llegar. No le respondió al beso ni el “hola”. Fue raro y no lo tomó en cuenta por contarles a todos lo que había descubierto cuando estaba con Hagrid. El asunto ahora es que había propuesto irse con su hermano a otro colegio. No le importaba el que lo dejara aquí. Ah, pero eso lo arreglaría ahora mismo.
-Tú y yo tenemos que hablar -le dijo con seriedad.
-Ah, ahora si quieres hablar conmigo -Rudy se volteó y caminó al patio de la casa. Estaba seguro de que la discusión iría para largo.
***
En la habitación de Harry y Severus, estos dos trataban de poner en orden las ideas de cada uno.
-Es lo mejor para Damián.
-Lo mejor para mi hijo es permanecer a mi lado -dijo Harry cruzando sus brazos frente a su cuerpo -. No entiendes que no puedo permitir que se vaya.
-¿Y qué crees que hará Longbottom si no lo dejas llevárselo?
-Me importa un soberano pepino lo que él diga. Damián es mi hijo y no puedo permitir…
-Ya basta -dijo Severus, sosteniéndolo de ambos brazos -. Estas perdiendo el control de la situación.
-Es de mi hijo del que hablamos.
-Nuestro hijo, Harry -lo soltó y lo hiso sentarse en la cama, mientras él ocupaba el lugar del lado -. Nuestro hijo que tiene su propia familia.
-Aun no…
-Aun no la tiene completa, pero tiene una pareja que lo ama y que quiere velar por él, y un hijo en camino. A eso yo le llamo familia.
-No quiero que este lejos -se abrasó a su pareja, que empezó a pasar sus manos por su cabello-. Es mi hijo, lo traje al mundo, lo vi crecer y hacerse un chico responsable.
-Pero ahora está enamorado y le dará un hijo al hombre que ama. Tienes que entender que las cosas cambian, que no siempre se podrá hacer lo que tú quieres con respecto a los chicos. El mismo Rudy, en este momento debe estar teniendo una gran discusión con su pareja, pero nosotros no podemos interferir en ello tampoco. Cuando Levi se va tras ese niño… ni siquiera ahí interferiremos por ahora.
-Admite que ahí si quieres interferir -le dijo un poco más relajado.
-Tu hijo se lo come con los ojos y Weasley parece querer fulminarlo de la misma manera.
-Pero lo quiere mucho. No sería capaz de hacerle nada malo.
-Lo mismo que Longbottom y Damián.
-Oh, Sev -enterró la cara en el cuello de su pareja -. Me duele el que se aleje de mí.
-Lo sé, pero tienes que ver por su bien -lo hizo mirarlo a los ojos y lo besó - ¿Harás lo que sea mejor para tus hijos, incluyendo el dejarlos ir?
-Lo haré, pero me dolerá mucho.
-Y yo estaré ahí por ti.
-Lo sé. Siempre he sabido que puedo contar contigo para todo -lo besó para demostrarle cuanto lo amaba y cuanto confiaba en él.
***
Las cosas en el jardín de la casa no estaban para nada bien. Scorpius trataba de explicarle a su novio de mil y un maneras de que no se olvidó de él, pero el chico era intransigente.
-No puedes decirme algo así, amor.
-No me llames así, Scorpius. Estoy demasiado molesto como para aguantar que me hables de amor cuando no has hecho más que dejarme en el olvido todo este tiempo.
- ¿Cómo podría olvidarte? Creo que nadie en Hogwarts podría hacerlo -se le fue acercando de manera predadora -Eres candente, deseable -llegó a su lado y lo sostuvo por la cintura, sosteniendo su mano de la misma manera que la primera vez que lo besó -, hermoso, y completamente mío.
-¿Ahora si te das cuenta de que soy tuyo? Porque déjame decirte que…
-Oh, ya deja de darle vueltas a eso y déjame besarte.
-¿Y por qué debería? -Le dijo poniendo una mano en el cuello de su novio y hablando casi sobre sus labios -Me dejaste por casi un mes y ahora bienes a pedir un beso.
-No. Te exijo que me dejes comerte esa deliciosa boca tuya para que veas cuanto deseo que me perdones.
Rudy sonrió de lado. Le era imposible el pelearse con Scorpius cuando actuaba de esa manera tan dominante. Se acercó y terminó por darle lo que le pedía. Sentir la respiración de Scorpius golpear contra su rostro era simplemente genial y su sabor, oh, que delicia. Quizás hubieran llegado a más, pero un carraspeo los interrumpió.
Severus estaba parado frente a los chicos, sin muy buena cara. Algo que ciertamente extrañó a Rudy, porque sabía que su padre aprobaba su noviazgo.
-Van a operar a María.
No hubo más que decir, sabían que esa sería una larga noche y que sería una de las peores.
Cuando todos llegaron al área de maternidad de San Mungo, ninguno tenía la cara de una persona que estaba ahí para recibir a la nueva y pequeña adquisición de la familia, porque sabían que con la llegada de Aurora, la muerte de María era inminente.
Las horas pasaban y Theodore no salía a decirles nada.
A estas alturas, ya todos los que conocían a María en el mundo mágico estaban en la recepción del hospital. Los Malfoy estaban en el lugar, haciendo compañía a sus amigos y parejas.
Severus no se alejó en ningún momento de su pareja, sabía que Harry se derrumbaría en algún momento y él estaría ahí para sostenerlo. Como se lo propuso desde el momento en que encadenó su vida a la de aquel niño que era hace años.
De repente las puertas se abrieron. Todos dirigieron sus miradas al lugar, por donde una enfermera venía con el pequeño bulto en brazos.
Harry se acercó casi flotando y extendió los brazos y la pequeña fue dejada entre ellos.
Severus se acercó y lo abrazó por la cintura, corrió las mantas y pudo presenciar a su hija por primera vez. Piel clara y cabello de un imposible negro. O si, esa niña era toda una Snape Potter y nadie podría decir nunca lo contrario.
-Señor Potter -le habló la enfermera -, el doctor Nott autorizó a que entre al área de operación.
Harry asintió y le entregó su hija a Severus, descendió para besarla en la frente, mismo beso que recibió el de parte de su amante.
-Ve con ella -le dijo con fuerza -, yo cuidaré de Aurora.
Harry asintió y entró al área de operaciones. Escuchó como todos decían lo hermosa que era su hija, antes de que las puertas se cerraran.
Siguió a la enfermera hasta pabellones y entró para ver a su amiga en la camilla. Dormía plácidamente y Theodore Nott estaba a su lado.
-La despertaré por última vez, Potter. Estaré aquí para atestiguar el traspaso de la niña.
Harry asintió, no se creía capaz de decir nada más en ese momento.
La vio abrir los ojos y hacer una mueca ante la luz.
-Hola, amiga -le dijo aguantando las lágrimas.
María desvió su mirada para enfocarla con la de Harry.
-¿Ya nació? -Preguntó con un hilo de voz.
-Sí. Es realmente hermosa.
-Cuídala, Harry -le dijo entendiendo que era el final -, es tu hija ahora, tuya y de tu pareja.
-La cuidaremos porque es nuestra hija, sin importar lo que el mundo diga.
María sonrió por última vez. Harry dejó que las lágrimas por fin cayeras. Theodore Nott anotó en el informe a Aurora Snape Potter, hija de Severus Snape y Harry Potter. Al terminar, firmó el acta de defunción de María Williams.
Continuará…
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