Quiero Saber Lo que Es el Amor. Capitulo 3. Un nuevo Profesor

Última edición por Sol el Jue Feb 25, 2010 11:21 am, editado 2 veces

Título: Quiero saber lo que es el amor

Pareja: Harry Potter/Severus Snape

Disclaimer: Los personajes no me pertenecen, son de propiedad de JK Rowling, sólo los tomo prestados para divertirme con ellos, no percibo ningún beneficio económico.

Advertencia: Mpreg, Otras, Post Deathly Hallows.

Resumen: Luego de dos años de ausencia Harry regresa a Hogwarts con una inesperada y extraña propuesta para su director, Severus Snape.

Capítulo 3. Un nuevo profesor

A la mañana siguiente Harry despertó más tarde, pero no más relajado, tal parecía que el haber planteado su problema a Snape, no le había ayudado a aliviar la carga emocional que significaba para él estar a punto de perder su magia. El profesor había aceptado ayudarle y era eso lo que más asombro le causaba a Harry, había estado seguro de que el hombre de ojos negros ni siquiera le daría la oportunidad de explicarse, que al oír hablar de que deberían mantener relaciones sexuales simplemente lo enviaría de paseo y con una recomendación de visitar a un Psicomago.

No había dudas de que estaba en una situación desesperada. Recurrir a Snape era lo único que había quedado, aunque ya no tenía los mismos sentimientos de odio hacia su ex profesor de Pociones, tampoco podía decir que le parecía encantador. En ese punto justamente era en el que Snape había insistido, físicamente era bastante feo y que decir de su personalidad, a pesar de esos dos años transcurridos no había dejado de ser el mismo hombre apático y frió que él recordaba.

Pero el miedo y la angustia que sentía al pensar en el grave problema que lo aquejaba, le daba valor para asumir el tremendo sacrificio que sería entregarle su cuerpo a Snape. Lamentaba más que nunca el no tener experiencia en ese tipo de cosas, eso le hubiese facilitado mucho todo, pero siendo tan ignorante como era en el asunto; sabía que sería más desagradable, tal como le había advertido Snape. Sin embargo, eso poco importaba ya, había vivido cosas difíciles, se había entregado a la muerte la noche de la batalla en Hogwarts, tener sexo con Snape no podía ser peor que eso, pensaba el muchacho.

Estaba agotado, no sólo físicamente, sino también de la mente. Por lo mismo no tuvo ánimos de levantarse enseguida, le hubiese gustado quedarse en la cama sin tener que pensar en nada el resto de su vida. Pero era justamente eso en lo que más debía pensar, en su vida, en el tremendo desafío que tenía delante. En ese mismo instante se apareció Kreacher en la habitación con la bandeja del desayuno, Harry se incorporó en la cama.

——Buenos días señor Harry Potter, Kreacher le ha traído el desayuno como es su deber.

——Gracias Kreacher, no tenía ganas de levantarme para ir a la cocina por comida.

——El señor Harry Potter no debe preocuparse por eso, Kreacher se encargará de atenderlo. El director le ha dicho a Kreacher que de ahora en adelante su obligación será sólo atender al señor Harry Potter, que se quedará aquí en la escuela.

——Sí es cierto, me quedaré un tiempo… bastante largo supongo.

——¿Dará clases aquí señor? ——preguntó el elfo curioso.

——Eh… bueno no exactamente Kreacher, aunque me hubiese gustado hacerlo, pero no puedo y él dijo que para variar el puesto quedó vacante otra vez.

De pronto se escucharon unos golpes en la puerta de la habitación. Kreacher se apresuró a abrir, la figura de Snape apareció frente a Harry que se quedó estático en la cama.

——Kreacher, déjanos solos ——ordenó Snape ——, debo hablar con el señor Potter.

El elfo dirigió su mirada interrogante hacia Harry. Snape iba repetirle la orden, pero comprendió la duda del elfo, su verdadero dueño estaba de regreso y sólo de él podía recibir órdenes directas.

——Kreacher, puedes marcharte, muchas gracias por traerme el desayuno.

——Sí señor ——respondió el elfo y al instante desapareció.

Snape cerró la puerta de la habitación. Esperó que esto provocara alguna reacción involuntaria en Harry, que mostrara algo de aprensión, pero el muchacho se mantuvo imperturbable.

——¿Qué sucede señor?

——Potter, anoche pasé la mayor parte del tiempo dándole vueltas a este asunto ——dijo Snape.

Harry temió que el hombre dijera que lo había pensado con más calma y desistía de ayudarle.

——Señor, por favor no diga que cambió de opinión.

——Potter no tienes idea de lo tentado que me siento a decirte que simplemente no puedo aceptar tu proposición.

——Pero usted anoche dijo que me ayudaría, ¿por qué duda tanto? Le dije que podría hablar con el Medimago que me dio la poción de fertilidad.

Snape se pasó la mano por el rostro.

——Potter, siempre he vivido sin tener que ocuparme de nadie, sólo dedicado a mi labor de profesor, de espía luego del regreso del Señor Tenebroso; no conozco otro modo de vivir, estos dos años siendo director de la escuela no han cambiado mucho mi estilo de vida.

Harry no pudo ocultar la decepción que le produjeron esas palabras y eso provocó un instantáneo y extraño arrepentimiento en Snape.

——Voy a ayudarte Potter, no he dicho que no lo haré, sólo quiero pedirte que tengas un poco de paciencia conmigo, todo esto ha sido muy inesperado.

El muchacho de ojos verdes se asombró no sólo con estas palabras, sino con el tono de las mismas, completamente desprovistas de sarcasmo o dureza.

——Créame que percibo su sentir, realmente lo comprendo y no tengo intención de hacerle las cosas más difíciles. Sé que vine a irrumpir en su vida con una petición que escapa de todo lo que es sensato y entiendo que no es sencillo, usted tiene una vida ya hecha.

——Me alegra que lo comprendas ——dijo Snape ——. Quería pedirte que le escribas a ese Medimago, me gustaría hablar con él pronto… si es posible.

——Lo haré ahora mismo, él siempre ha estado dispuesto a venir en cuanto yo se lo pida.

——Bueno estaré esperando. Después que desayunes acércate a mi despacho en las mazmorras, hay algunas cosas que debemos discutir con respecto a tu estadía aquí.

——Esta bien.

Snape hizo un movimiento de cabeza que pretendió ser un saludo y salió de la habitación. Se había dirigido hasta ahí con la intención retractarse de su promesa de ayudar, pero al ver esa mirada esmeralda cargada de decepción y angustia simplemente le había faltado valor. Eso era muy extraño porque él era muchas cosa, pero no cobarde, sin embargo sentía que esa situación pondría a prueba precisamente lo que siempre había sido su mayor fortaleza, su valentía.

*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~

Última edición por Sol el Jue Feb 25, 2010 11:22 am, editado 1 vez

Snape llegó a su despacho sintiéndose decepcionado de sí mismo. No entendía porque le había faltado valor para simplemente expresar que no tenía ganas de meterse en semejante embrollo, y decirle a Potter que fuese a pedir ayuda a otro. Quizá todo se debía a que su cerebro aún estaba medio embotado con todo lo sucedido en las últimas horas.

Encendió el fuego de la chimenea y se acomodó en su sillón favorito. Había tenido la creencia de que esas vacaciones las viviría de una forma relajada, pero ya no era posible. Maldijo su suerte, había tenido bastantes problemas en su vida y ahora que creía haberse ganado una existencia sosegada resultaba que todo se volvía un caos. También podía ser que estuviera exagerando, el caos de su vida había sido el Señor Tenebroso en realidad. Este asunto de Potter no podía ser peor que eso, ¿o sí?

*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~

Harry por fin llegó a las mazmorras luego de una hora. Antes de que golpeara la puerta esta ya se había abierto, enseguida vio a Snape sentado en aquel escritorio que había ocupado por tantos años. El muchacho se acercó con decisión y se quedó esperando a que el hombre por fin le prestara atención.

Snape sin mirar al muchacho le indicó que se sentará. Harry obedeció silencioso.

——Potter comprenderás que como Director de la escuela debo velar porque todo se mantenga en su lugar.

——Por supuesto que lo comprendo, Director.

——Tu presencia aquí debe se explicada de alguna forma, hubiese sido de gran ayuda que pudiera contratarte como profesor, pero en tus circunstancias es muy poca la magia que puedes practicar.

——Hubiese sido genial ser profesor de Defensa ——comentó Harry.

——Lo dices porque sabes que debo contratar un profesor para esa asignatura ¿No es así?

——Sí, pero como usted ha dicho mi situación no me permite hacer mucha magia.

——Ojala tuvieses habilidad en Pociones, para eso se necesita más conocimientos que magia en sí.

——Pero siempre fui un desastre.

——Exceptuado el sexto curso ——recordó Snape, pero enseguida se arrepintió de hacerlo.

——Así fue, pero el merito no fue mío, fue gracias a su libro.

——Un libro que jamás debiste utilizar Potter, tenía conocimientos demasiado avanzados para alguien como tú.

——¿Alguien tan idiota como yo, quiere decir?

——No he dicho eso Potter. Me refiero a que eran peligrosos, y tú siempre fuiste demasiado imprudente. Casi mataste a Draco Malfoy con el <em>Sectusempra.</em>

——Jamás imaginé que le causaría aquello, no fue mi intención lastimarlo a ese punto.

——Por supuesto que no Potter, un Gryffindor como tú está sólo lleno de buenas intenciones.

——¿Se burla de mí?

——No Potter, no me burlo, estoy hablando en serio. Ustedes los Gryffindor siempre quieren hacer lo correcto y están dispuestos a inmolarse.

Harry pensó que Snape a pesar de ser Slytherin y además ex Mortífago, había hecho prácticamente lo mismo durante casi toda su vida, después de que había renunciado a Voldemort.

——Usted hizo algo parecido.

Snape miró hacia otro lado con aire indiferente.

——No hablábamos de mí Potter, sino de ti. Utilizaste los hechizos de ese libro contra mí también.

Harry bajó la vista intentando ocultar la vergüenza que le provocaba ese recuerdo. Se sentía como un perfecto idiota.

——En todo caso no te culpo, las circunstancias de esa noche… Supongo que era lógico que desearas matarme. Pero será mejor cambiar el tema, yo mismo te dije que no deseaba hablar del pasado.

——A veces no es tan malo hablar del pasado ——repuso Harry ——. Y en nuestro caso, pues creo que ayudaría a que… bueno… a…

——No es necesario Potter, ya te lo dije antes, es mejor olvidar todo eso, no debí mencionar lo del libro.

——No me incomoda hablar de esas cosas, creo que nuestra relación será más fácil si todo lo que pasó antes queda resuelto.

Escuchar decir “nuestra relación” no era algo fácil para Snape, no dejaba de provocarle inquietud.

——Es mejor que volvamos al presente Potter. He buscado alguna cosa que pueda justificar tu presencia aquí en la escuela, pero no encuentro ninguna que no tenga que ver con lo de ser profesor.

——¿No existe ninguna otra asignatura en la que necesite un profesor?

——Ninguna Potter, sólo Defensa ——respondió Snape pensativo ——, tal vez…

——¿Se le ocurre algo? ——preguntó Harry.

——No sé… es sólo una idea, pero creo que dependería mucho de quien sea el nuevo profesor de Defensa.

——No le entiendo.

——Bueno tal vez… si luego de contratar al nuevo profesor de Defensa hablo con él, podría tomarte como un ayudante.

——No creo que le sirviera de mucho, no podré hacer magia después de llevar a cabo el rito.

Snape sintió un involuntario pinchazo al escuchar la palabra rito y recordar en que consistía el famoso asunto.

——Pensaremos en algo Potter, de alguna manera arreglaremos esto. Estoy esperando la llegada del nuevo profesor de un momento a otro.

——Pensé que aún no había encontrado a nadie.

——Nadie había respondido a la solicitud hasta ahora, me acaba de llegar una lechuza de un mago que está interesado en el puesto. Se presentará de un momento a otro.

Harry pensó que aquella cuestión era la menos complicada de todas las que tenía por solucionar.

——¿Ya le escribiste al Medimago? ——dijo de pronto Snape.

——Sí, aquí está la carta ——respondió Harry ——. Ahora mismo voy a enviarla.

——Hazlo Potter, mientras más pronto mejor.

Harry no comentó nada más y se levantó de la silla.

——Bueno profesor en cuanto reciba la respuesta del Medimago se lo diré.

——Estaré esperando.

*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~

Snape después de ese breve encuentro de la mañana con Harry no volvió a verlo, el muchacho estuvo encerrado en su habitación todo el día y él no quiso hacer nada para cambiar eso. Había creído que lo vería deambulando por los pasillos del solitario castillo o en los jardines, pero no, cuando en la noche fue a dormir la presencia del muchacho de ojos verdes no se había hecho sentir durante aquella jornada.

El hombre pensó que era muy posible que Potter creyera que mientras menos se vieran más cómodo se sentiría él, pero no era así. El hecho de no verlo no aliviaba ni un poco su preocupación por el asunto en el que se había metido, estaba ahí, martillándole la cabeza sin descanso. Esperaba que con el pasar de los días aquello dejara de pertúrbalo tanto como en ese momento, sólo era cuestión de hacerse a la idea, debería apelar a toda su fuerza de voluntad para dominar su inquietud.

*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~

A la mañana siguiente Harry despertó sintiéndose mejor. Parecía que el estar en el castillo había ayudado a aliviar en parte la preocupación que sentía debido a su compleja situación. La parte más difícil ya había sido salvada, Snape había aceptado. Ahora sólo debía esperar a que el Medimago viniera hasta Hogwarts, y estaba seguro que eso sucedería de un momento a otro.

El día anterior había estado encerrado todo el día en la habitación que le había asignado Snape. Se había sentido más cansado de lo habitual, pero esa nueva mañana estaba muy animado y decidió salir a recorrer los jardines de la escuela, además deseaba aprovechar de poner unas flores en la tumba de Dumbledore.

Venía ya de regreso cuando a lo lejos vio una figura alta vestida toda de negro que subía los peldaños de piedra de la entrada principal al castillo. De inmediato imaginó que se trataba de la visita del aspirante a maestro de Defensa para el inicio del próximo curso.

Decidió alargar su paseo por los jardines de la escuela. Observó la cabaña de Hagrid, reconstruida tras el voraz incendio del sexto curso. Aquellos recuerdos le llenaban de tristeza, pero era la suya una pena mezclada con resignación. Decidió alejarse de ahí para ir hasta los invernaderos, cuando ya estaba por llegar vio que una lechuza volaba en dirección a él, su corazón se aceleró de golpe, era la respuesta que esperaba desde el día anterior.

Rompió rápidamente el sello de la carta y comprobó que era efectivamente del medimago que le proporcionaría la poción de fertilidad, sin pensarlo un segundo corrió hacia el castillo para darle la noticia a Snape. El medimago se presentaría dentro de tres días para explicarles a Harry y a quien sería depositario de su magia de que se trataba el asunto en detalle.

Harry subió hasta el quinto piso suponiendo que Snape debía estar en el despacho del director pues era lógico que recibiera ahí al aspirante a profesor de Defensa. Cuando daba la vuelta al pasillo donde se encontraban las gárgolas de piedra la prisa que llevaba le hizo chocar con alguien, perdiendo el equilibrio cayó sobre esa persona. Por un segundo creyó que se trataba de Snape, pero cuando escuchó la voz de éste un poco más atrás comprendió que estaba sobre otra persona.

——Potter ——dijo Snape moviendo la cabeza en señal de negación ——. Ya que acabas de arrojar al piso al nuevo profesor de Defensa, aprovecho el momento para presentártelo.

El rostro del muchacho se tiñó de rojo intenso al mirar a quien yacía bajo su peso. Los ojos de aquel hombre eran de un azul tan intenso que Harry estaba seguro no haber visto jamás. Aquella situación pareció divertirle al desconocido porque en sus labios se dibujó una espontánea sonrisa.

Harry sintiendo que su rostro enrojecía más y más se dio prisa en apartarse del hombre y le ayudó a levantarse del piso.

——Lo lamento mucho señor.

El hombre sonrió cálidamente y observó por algunos segundos el rostro sonrojado del muchacho.

——No te preocupes, sólo ha sido un accidente sin mayor importancia. Soy Darrel Foster, el nuevo profesor de Defensa como ha dicho el director ——dijo el hombre tendiéndole la mano a Harry que aún estaba avergonzado.

——Mucho gusto señor ——respondió Harry aceptando la mano del nuevo profesor de Defensa.

——¿Algo muy importante debió suceder para que corriera por los pasillos de la escuela como en los viejos tiempo Potter?

Harry no le gustó nada el tono y las palabras de Snape, le hacían sentir como un estudiante otra vez.

——Necesitaba hablar con usted director de un asunto muy urgente.

Snape comprendió al instante.

——Espéreme en el despacho Potter, acompañaré a nuestro nuevo profesor a sus aposentos ——dijo Snape con tono neutro.

Darrel Foster le dio una mirada a Harry y le sonrió con una simpatía que el muchacho correspondió.

——Hasta pronto Harry, espero que nos veamos por ahí.

——Eh sí, claro profesor, estaré aquí en la escuela por un buen rato ——dijo Harry dándole una mirada de soslayo a Snape que permanecía con rostro indiferente.

*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~

Harry se sintió algo extraño y emocionado al entrar al despacho del director. Snape había mantenido todo de la misma forma, nada había cambiado. Los objetos que habían pertenecido a Dumbledore estaban en el mismo sitio. Harry sintió un escalofrío, le pareció que de un momento a otro vería al anciano director sentado en su alta silla, sonriéndole como antaño. Pero no, era imposible, Dumbledore sólo podía sonreírle desde el cuadro colgado en la pared y en ese momento no estaba en el.

Varios cuadros de los antiguos directores de Hogwarts estaban vacios. Sin querer Harry se encontró rememorando aquel momento triste de la muerte de Sirius y toda la conversación que sostuvo esa noche con el director. Aún le avergonzaba recordar, pese a los años transcurridos, como había destruido los objetos de Dumbledore, y éste ni se había inmutado por ello. Había vivido muchos momentos importantes en esa oficina. Se acercó a la ventana para mirar hacia el campo de Quiddich y le vinieron los recuerdos de eso momentos felices aunque breves que había vivido montado en su escoba intentado atrapar la escurridiza Snich dorada.

Simplemente se dejó llevar por los recuerdos. Vivió momentos tan felices y otros tan dolorosos en la escuela. Lo único que rescataba de su actual vida era la paz que había logrado tras cumplir su deber venciendo a Voldemort. Continuamente se decía que de una vez por todas debía dejar atrás esos recuerdos dolorosos y conservar sólo lo bueno. Hizo un esfuerzo por recordar su primer partido de Quiddich, habían pasado diez años, ahora tenía veintiún años, su corazón había envejecido.

Estaba casi seguro que esos dos años en pos de una cura para la pérdida de su magia, era una excusa. Tras acabar con su enemigo parecía que las motivaciones de su vida habían terminado, el futuro no lo percibió luminoso como había imaginado que sería.

Sufrió un sobresalto cuando escuchó la puerta del despacho abrirse. Snape entró al lugar con paso lento, miró de forma inquisidora al muchacho que comprendió.

——Siento mucho lo sucedido con el nuevo profesor.

——No es necesario que te disculpes conmigo Potter. Al profesor Foster no le importó y a mí mucho menos ——respondió Snape.

Harry guardó silencio. Trataba de imaginar como llegaría a efectuar ese rito con aquel hombre que era la frialdad misma, iba a necesitar no sólo valor, sino también audacia.

——¿Y bien? Supongo que tanta emoción y ansiedad se debían a que has recibido la carta que esperabas.

——Sí, así es.

——¿Cuándo vendrá?

——Estará aquí pasado mañana para hablar con usted.

Snape asintió brevemente. Harry no sabía que más decir, la frialdad de Snape no le facilitaba las cosas así que optó por hablar de otro asunto.

——¿Ha pensado en alguna tarea de la que me pueda encargar mientras estoy aquí? ——preguntó Harry.

——Casi sin que puedas hacer magia no se me ocurre nada aún, Potter.

——Podría dar clases de vuelo ——dijo Harry mirando por la ventana hacia el campo de Quiddich.

——La señora Hooch no ha pensado en dejar el cargo, aunque no creo que te rechazara como su ayudante.

——Para volar no necesito usar magia ——respondió Harry con cierto entusiasmo.

——Es cierto. El problema Potter, es que se supone que estarás embarazado dentro de poco y no creo que sea muy prudente de tu parte subirte a una escoba y yo sería más irresponsable si te lo permitiera.

El entusiasmo de Harry se desinfló como un globo.

——Creo que tu única alternativa será que ayudes en la asignatura de Pociones.

——Jamás tuve aptitudes para eso y no creo que comience a adquirirlas ahora.

——Tu problema con esta asignatura siempre fui yo, con el profesor Slorghon no tuviste ningún inconveniente.

——Usted me había dicho que tal vez después de contratar al nuevo maestro de Defensa hablaría con él para que yo le ayudara.

——Lo estuve pensando mejor Potter y no creo que vaya a dar resultado. Cómo le ayudarás si no puedes hacer magia ——respondió Snape.

Sin embargo, esta razón esgrimida por Snape no era del toda cierta. Después de ver lo atractivo que era el nuevo profesor y ese pequeño accidente que había protagonizado el muchacho al caer sobre Darrel Foster y la forma tan especial en que éste le había sonreído al “héroe”, desechó la idea, más aún cuando notó que Harry le miraba embobado.

Se hizo un silencio en el despacho. Harry pareció perderse en sus pensamientos por un instante y Snape le observó de pies a cabeza sin evitar pensar en lo mucho que había cambiado Harry en esos dos años. Era más alto, su cuerpo había perdido esa excesiva delgadez de antaño; las facciones del rostro era muy atractivas, mucho más de lo que Potter parecía darse cuenta pensó Snape.

De pronto Harry pareció volver en sí y tornó sorpresivamente la vista hacia el profesor y se percató de que el hombre le observaba con fijeza, el muchacho bajó la vista al parecer avergonzado.

Snape por su parte también se sintió incomodo al ser atrapado en esa flagrante observación y de inmediato se volteó para ir hasta su escritorio, se sentó en su sillón de Director.

——Supongo Potter que de todos modos la asignatura de Pociones te resultara menos aburrida que Historia de la Magia con el profesor Binns.

Harry miró a Snape sin entender si el profesor estaba bromeando, esto último le parecía poco probable. Se quedó silencioso observando al hombre con el que dentro de muy poco tiempo debería hacer el amor, un inevitable frio le recorría de pies a cabeza cada vez que lo pensaba.

Snape por su parte estaba seguro de comprender los sentimientos del muchacho, si él hubiese tenido algún modo de evitarle al muchacho y al él mismo esa situación sin duda lo haría.

De pronto a Harry le vino otra idea a la mente, una que hasta entonces ni siquiera había previsto.

——Profesor, puedo hacerle una pregunta ——dijo Harry.

——Adelante ——concedió Snape.

——¿Cómo será nuestra relación? ——preguntó el muchacho mientras se acercaba al escritorio.

La pregunta a Snape le sonó bastante extraña, pues creía que todo estaba muy claro al respecto.

——Lo siento Potter, pero creo que no te comprendo.

——¿Se casará conmigo?

El hombre de ojos negros no había pensado en eso hasta el momento. Miró por algunos segundos a Harry, segundos que al muchacho le parecieron eternos.

——¿Matrimonio? ——preguntó Snape ——. No imaginé que además de todo esperarás un anillo y boda.

Harry comprendió que había sido un error preguntar eso. Ya estaba exigiendo demasiado de Snape, este pensamiento le hizo enrojecer de golpe y no supo que decir por algunos segundos, pero luego recuperó el aplomo.

——Lo siento, fue una pregunta estúpida, ya le he pedido demasiado… Realmente lo lamento, con su permiso director ——dijo Harry y se volteó para salir del despacho a toda prisa.

Snape se quedó mirando la puerta por algunos segundos. Estaba bastante impresionado, jamás imaginó que la palabra “matrimonio” saldría de la boca de su antiguo alumno. Ayudarle a concebir un hijo era una cosa, pero unirse a él por medio del matrimonio era algo diferente, aquel lazo en el mundo mágico era para toda la vida, y eso era mucho más de lo que se sentía capaz.

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