La Mazmorra del Snarry
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La Mazmorra del Snarry... El escondite favorito de la pareja más excitante de Hogwarts

 

 Mi único amor. Capítulo IX. Verdades

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Sol
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MensajeTema: Mi único amor. Capítulo IX. Verdades   Mi único amor. Capítulo IX.  Verdades I_icon_minitimeMiér Nov 18, 2009 4:35 pm

Título: “Mi Único Amor”

Personajes: Harry Potter/Severus Snape

Disclaimer: Los personajes no me pertenecen, son de propiedad de J.K. Rowling, sólo los tomo prestados para divertirme con ellos, no percibo ningún beneficio económico.

Advertencia: Este es un Universo Alterno, los personajes se escaparon del Potterverso y aceptaron ser protagonistas de esta historia en un mundo sin magia.



Adaptación de la novela de Barbara Cartland



Capítulo 9. Verdades


Esa noche había sido la más larga de su vida, durante eternas siete horas estuvo junto al teléfono, esperando que los hombres que se habían llevado a Harry llamaran para pedir dinero a cambio de su libertad, eso aún no sucedía y comenzaba a desesperarse. Rogaba que con la llegada de la luz del día se abriera una esperanza de que pronto Harry regresaría a su lado.


Lucius por su parte había dormido en el sofá, Severus durante incontables ocasiones le había ofrecido la habitación de Harry para que descansara, pero el rubio se había negado en rotundo a dejar la sala. Charly había insistido en quedarse junto a ellos y en ese momento dormía en la habitación de Severus. Eran las siete de la mañana, habían pasado muchas horas desde que se habían llevado a Harry, cada minuto avanzaba lentamente aumentando la angustia en el corazón de Severus.


La mirada del hombre de ojos negros vagaba por el espacio cuando Lucius se incorporó en el sofá luciendo evidentemente cansado, luego de guardar silencio por largo rato se puso de pie y dijo que iba a la cocina a preparar café. Severus estaba seguro de que Lucius jamás en su vida había preparado café, era evidente que la desaparición de Harry lo tenía acongojado por más que intentara esconderlo; recordó el momento en que había visto a Lucius y Harry bailando, el corazón se le oprimió dolorosamente otra vez, sin embargo, ese sentimiento mezcla de celos y amargura se desvanecía ante el dolor y el miedo de que a Harry le sucediera algo malo, nadie tenía la culpa de que en el chico se despertaran esos sentimientos por su amigo, le constaba mejor que a nadie la forma correcta en que Lucius se había conducido desde el principio con Harry, si el amor se había despertado en el corazón del chico nadie tenía la culpa de ello, sólo había sucedido, tal vez era el destino.


Permaneció sentado en el mismo lugar por largo rato, hasta que vio a Lucius regresar con una bandeja cargando con unas tazas de café. Silencioso aceptó la taza que le tendió el rubio y sorprendido comprobó que el café sabía bastante bien.


—No sabía que prepararas tan bien el café —dijo Severus luego de beber el primer sorbo.

—No sabía hacerlo… en una ocasión Harry me explicó como se preparaba un buen café… pensé que no le había puesto mucha atención aquella vez, pero ahora comprobé que en realidad no me perdí detalle de su explicación cuando me la dio.


El corazón de Severus se apretó al oír esto.


—Imaginó lo que Harry estará sufriendo en manos de esos sujetos… y pensando en que tal vez no vuelva a verte —dijo Severus.


Lucius miró a Severus con rostro confuso, no entendía el sentido de las palabras de su amigo y cuando iba a preguntar al hombre de ojos negros por que decía eso, la intención quedó suspendida por la llegada de Charly a la sala.


—¿Papá no ha llamado aún?


Severus volvió el rostro hacia Charly.


—No todavía… quizá tú puedas llamarlo a ver si averiguó algo de ese sujeto —dijo Severus.

—Lo haré enseguida —dijo Charly, tomando su teléfono móvil que había dejado sobre la mesa.


No había oprimido aún el botón cuando el teléfono sonó y procedió a responder presuroso.


—¡¿Papá?!... dime… ¿ya sabes algo?


Severus y Lucius se pusieron de pie enseguida, sus rostros mostraban la misma ansiedad, mientras Charly oía con atención lo que decía su padre a través del teléfono. Finalmente cortó la comunicación y miró a Severus.


—Papá vendrá para acá… dijo que estuvieses listos para partir… dijo que encontró a ese hombre, sí existe… J.R. Lupin es su verdadero nombre y es abogado.


Severus y Lucius intercambiaron una mirada de preocupación.


—Bien… hay que darse prisa, tomaré una ducha rápida —dijo Severus mientras salía hacia la habitación, Charly fue detrás de él.


Aquella ducha para Severus no tenía ninguna relación con el aseo personal, era lo que menos le preocupaba en ese momento simplemente necesitaba tener la cabeza despejada para enfrentar lo que fuera a suceder. Cuando salió de la ducha luego de bañarse en tiempo record se encontró a Charly en su habitación, el muchacho deseoso de ser útil en todo ya le había buscado la ropa que necesitaba y luego de besarlo con prisa había corrido hacia la ducha. Severus apenas había terminado de acomodarse la ropa cuando vio a Charly regresar envuelto en una toalla de baño diciendo que Lucius acababa de entrar a la ducha, eso le preocupó, el padre de Charly llegaría en cualquier instante y él no quería retrasarse ni un segundo, salió de la habitación cuando el muchacho pelirrojo apenas se había comenzado a vestir con prendas que reconoció como propias.


Las tazas del café habían quedado abandonadas a medio beber en la mesa, y sólo por hacer algo las llevó a la cocina y luego regresó para dar vueltas por la sala. Charly no tardó en llegar a su lado. Uno minutos después entraba Lucius, con el cabello mojado cayéndole unos centímetros debajo de los hombros, y al igual que Charly vistiendo su ropa.


—Te vez bien con mi ropa —dijo Severus dándole una mirada rápida al rubio.

—Es una suerte que te guste el color negro igual que a mí —respondió Lucius.

—Pero de seguro que ahora tu color favorito es el verde —dijo Severus casi sin pensar.


Lucius le miró con extrañeza lo mismo que Charly y justo cuando el rubio iba a preguntar a que se refería la campanilla que anunciaba la llegada de Arthur sonó y Severus se precipitó hacia la puerta.


—Ah que bien… ya están listos, entonces nos iremos enseguida —dijo Arthur entrando a la sala.

—¿Qué fue lo que averiguó de ese hombre? —preguntó Severus.

—Bueno… el nombre existe y es de un abogado… aunque cabe la posibilidad de que lo haya usurpado… averigüé la dirección de la oficina privada donde presta servicios, desgraciadamente no pudimos conseguir una fotografía, eso nos hubiese ahorrado tiempo… ya sabríamos si el sujeto que vino hasta aquí diciendo que buscaba un apartamento es el mismo… sólo lo averiguáremos cuando usted lo vea.

—¿Está lejos esa oficina? —preguntó Severus.

—No tanto…

—Espere un momento… cree que hacemos bien en ir hasta allí… y si es el hombre que lo secuestró avisa a sus cómplices y eso pone en peligro a Harry —razonó Severus.

—Lo he pensado —dijo Arthur —, pero creo que daríamos un golpe maestro si lo tomamos por sorpresa… de esa forma no podría ponerse en contacto con sus cómplices.

—Pero eso podría ser muy arriesgado —dijo Lucius y Severus asintió con la cabeza en señal de pensar lo mismo.

—La idea es que esto no se prolongue más tiempo… mientras más horas pasen más peligro podría correr el muchacho —dijo Arthur.


Severus luego de pensar un instante asintió, era necesario acabar con eso lo antes posible.


Cuando salieron del apartamento se encontraron con un automóvil que esperaba por ellos, Arthur se sentó junto al chofer y los demás en el asiento trasero, el padre de Charly le entregó la dirección al hombre y emprendieron la marcha rápidamente.


&&&&&&&&&&


Eran casi las nueve de la mañana cuando Sirius finalmente entró a la oficina silbando una alegre melodía, Remus sólo le dio una mirada de reojo y sonrió para sus adentros. Aquella era la primera vez en años que veía a su amigo alegre y estaba seguro que esa alegría se debía a Hermione. Algo especial había sucedido la pasada noche cuando había acompañado a la muchacha hasta su casa. Sirius había regresado algo tarde, según le explicó se había quedado conversando con la chica, pero Remus apostaba todo a que no sólo habían conversado, pues notaba un brillo especial en los ojos de su amigo, un brillo que hacía años se había extinguido en esa mirada.


De seguro que cuando Hermione llegara se vería tan feliz como lo estaba Sirius, era una suerte que el apartamento y la oficina estuviesen juntas, en realidad pagaba por dos apartamentos de aquella vieja casa victoriana de tres plantas transformada y dividida en seis apartamentos pequeños. Usaba uno como vivienda y el otro como oficina, era bastante cómodo pues no debía gastar dinero en traslado diario, un ahorro que le venía bien. Hermione no sólo se ocupaba del trabajo de la oficina, también colaboraba con los asuntos del que era el hogar de los dos hombres.


—Pensé que dormirías hasta tarde —dijo Remus a modo de saludo.

—Tantos años de prisión me hicieron ciertos hábitos imposibles de cambiar a estas alturas —dijo Sirius.

—Sí me imagino… no me contaste como te fue anoche con Hermione.

—No hay nada que contar —dijo Sirius cortante.

—Vamos Sirius… te conozco demasiado… no puedes engañarme, en todo caso me alegra saber que por fin decidiste tener algo en serio con Hermy.

—La verdad aún no estoy muy seguro de que esto sea correcto.

—¿Por qué no?

—Hermione tiene sólo veintidós años… además con mis antecedentes ni siquiera puedo conseguir un trabajo decente.

—Sirius… siempre dices lo mismo, nunca harás nada si sólo piensas en eso… además no creo que sea correcto que hayas ilusionado a Hermy.

—No te equivoques Remus, fue ella la que me acorraló anoche… intenté convencerla de que yo no soy apropiado, pero no lo logré… esa chica sabe lo que quiere.


Remus no pudo evitar reírse.


—No puedo creerlo… así que Hermy tomó la iniciativa y te sedujo… me parece bien que haya seguido mis consejos.

—¿Tus consejos?

—Sí, le aconsejé que fuera audaz porque si se ponía a esperar que tú reaccionarás ella terminaría con el cabello blanco y usando bastón.

—Pues la verdad te hizo caso… fue muy audaz, en realidad fue genial, maravillosa… me hizo sentir como de veinte.

—Eso está bien… siempre supe que Hermy era la chica ideal para ti.

—Pero de todos modos no puedo dejar de pensar en su familia, que dirán sus padres cuando sepan que está de novia con un ex convicto que la aventaja por dieciséis años.

—Hermy es una chica totalmente independiente, la conozco desde que llegó a Londres hace cuatro años, además según sé sus padres no son para nada convencionales, así que por eso no debes preocuparte.


Sirius asintió con la cabeza pues estaba seguro que Hermione sólo traería alegría a su vida, pero no por eso dejaba de pensar en Harry.


—Dentro de dos días será el cumpleaños de Harry —dijo de pronto Sirius.


Remus no se asombró con el brusco cambio de tema, estaba acostumbrado, Sirius no podía olvidar por mucho tiempo ese asunto de Harry que tanto le preocupaba.


—Sí, se acerca la fecha peligrosa creo que debemos seguir vigilando sus pasos… sería bueno que hoy diésemos una vuelta por el apartamento, no creo que resulte raro que regrese por ahí… quizá podríamos ir juntos sería una buena ocasión para que Harry te conozca por fin.

—Me gustaría mucho, pero y Snape.

—¿Qué pasa con él?

—Podría reconocerme.

—No digas tonterías Sirius eso es imposible.


De pronto la conversación de los dos hombres quedó interrumpida por la entrada de la secretaria de Remus.


—Buenos días Remus —dijo la chica para luego mirar a Sirius y sonreírle sin ningún pudor —, hola Sirius.


El hombre de cabello negro sonrió y tomando la iniciativa se acercó a la chica y la besó suavemente en los labios.


Remus les miró sonrientes y levantó su pulgar en señal de aprobación cosa que provocó la risa de la recién formada pareja. Justo cuando Hermione iba a comentar algo fue interrumpida por el sonido de la campanilla, de inmediato se dirigió hacia la puerta, no dejó de extrañarle que tan temprano llegara alguien. Abrió la puerta y se encontró con un hombre pelirrojo que usaba anteojos.


—Buenos días señor.

—Buenos días señorita… estoy buscando al señor Remus Lupin —dijo Arthur Weasley.

—Ah… sí señor aquí se encuentra —dijo Hermione al tiempo que abría más la puerta.


Arthur Weasley dio un paso dentro de la pequeña oficina.


—Buenos días… soy Remus Lupin.


Arthur observó con atención al hombre, era tal cual se lo había descrito Severus Snape.


—Me llamo Arthur Weasley.

—Un placer…


Remus no pudo terminar la frase pues con gran impacto vio que tras el hombre pelirrojo la figura de alguien que él conocía muy bien se adentraba en su oficina.


Severus en apenas un segundo reconoció al hombre que había estado en el departamento hacía unos días y por un instante lo miró con odio para enseguida echarse encima de él y tomarlo violentamente por el cuello. Naturalmente que la reacción de Sirius fue instantánea y se lanzó en defensa de su amigo. Charly reaccionó instintivamente y trató de proteger a Severus del ataque de Sirius. Inclusive Lucius se precipitó sobre Severus para hacer que soltara a su victima, sin embargo no tuvo éxito, por lo que Arthur sacó su arma de servicio para instar a todos a que se tranquilizaran.


—¡Ya basta! ¡le dije que yo me encargaría de esto! —le dijo a Severus.


Sirius se apartó y miró a Arthur con preocupación y recelo. Remus con el rostro casi amoratado a causa de la falta de aire, cayó de rodillas al suelo, respirando con dificultad. Severus retrocedió con el rostro pálido y encolerizado.


Hermione salió de su asombro y corrió hacia el lado de Remus furiosa.


—¿Cómo se atreve a entrar de esa forma? ¿Quiénes son ustedes? Llamaré a la policía de inmediato —dijo Hermione con voz chillona y amenazante.

—Eso no será necesario señorita… yo soy de la policía —dijo Arthur Weasley mientras sacaba su identificación y la mostraba a la muchacha de ojos castaños.


Hermione palideció y buscó interrogativa la mirada de Sirius, que a su vez la miró nervioso.


—Este es el tutor de Harry —dijo Sirius mirando con cierto desprecio a Severus que arrugó el ceño al oír el tono enfadado y desafiante del hombre.


Hermione abrió la boca, pero ni una palabra salió de ella.


Por su parte Remus ya más recuperado se puso de pie. Sólo en el momento en que Remus apartó el cabello castaño que cubría parte de sus facciones y miró a Severus tan desafiante como lo hacía Sirius, Lucius abrió los ojos con asombró, de inmediato recordó a ese hombre como el que lo había impresionado gratamente la primera vez que había asistido a un club nocturno junto a Severus y Harry, recordó que lo había visto toparse con Harry al pie de la escalera en aquel local , recordaba la sonrisa encantadora que se había dibujado en la cara de ese hombre al mirar a Harry, sonrisa que a él había impresionado en grande, pero que luego con algo de desazón lo había visto desaparecer en medio de la apretada multitud que invadía el lugar.


Remus paseó su mirada rápidamente por las personas que acompañaban a Severus, naturalmente que reconoció a ese hombre rubio que había visto junto a Severus y Harry hacía unas semanas atrás, sólo la noche anterior había estado pensando en ese hombre y ahora lo tenía frente a él, sin embargo hizo un esfuerzo por no mirarlo a los ojos, aunque sintió que la mirada de él se clavaba de forma insistente en su persona.


—Bien… ya que usted es policía… explíqueme porque llegan aquí de esa forma ¿Esto es oficial? Porque si no lo es voy a quejarme por invasión de…

—¿Qué hiciste con Harry miserable? ¿Cuánto dinero quieres? —escupió Severus con profundo odio.


Remus parpadeó con asombro y miró a Sirius temeroso. Sirius olvidando cualquier tipo de prudencia se precipitó hacia Severus.


—¡Harry!... ¿Por qué vienes a preguntar aquí por Harry? ¿No se supone que eres su tutor, que es tu responsabilidad saber donde está?


Severus quedó asombrado por el tono y las palabras de ese hombre.


Sirius se volteó a mirar a su amigo, sus ojos revelaban el mismo temor repentino que Remus, cosa que no pasó inadvertida para Severus y los demás.
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MensajeTema: Re: Mi único amor. Capítulo IX. Verdades   Mi único amor. Capítulo IX.  Verdades I_icon_minitimeMiér Nov 18, 2009 4:36 pm

—Remus…—dijo Sirius con evidente temor en la voz.

—No puede ser —fue toda la respuesta de Remus.


El intercambio de esas breves palabras entre los dos hombres provocó extrañeza y preocupación en todos.


—¿Qué está pasando? ¿Quiénes son ustedes? —apremió Severus.


Arthur decidió poner orden.


—Por favor, déjeme manejar esto —pidió a Severus y dirigiéndose luego a Remus —, usted estuvo hace unos días en el apartamento de este señor… dijo que buscaba una vivienda en el sector, pero yo creo que eso sólo fue una excusa para acercarse al protegido de él, Harry Potter… el muchacho fue secuestrado anoche y usted es el principal sospechoso señor.

—¡Dios no puede ser! —dijo Remus mientras se tomaba la cabeza.


Sirius reaccionó de forma similar, Severus al ver esto comprendió al igual que los demás que esos hombres algo sabían, pero que no eran los directos responsables del secuestro de Harry.


Remus se dejó caer abatido en su sillón, mientras que Sirius dio un golpe de puño al escritorio de Remus haciendo que todos se sobresaltaran.


—¡Maldición! Esto no puede estar sucediendo… ese maldito otra vez se salió con la suya Remus… ¡Maldito Peter! ¡Mil veces maldito! —terminó Sirius con furia descontrolada golpeando el escritorio varias veces.


Hermione le miró con angustia y corrió a abrazarlo.


—¿Quién es Peter? ¿¡Por Dios que está pasando!? —dijo Severus lleno de temor.


Remus levantó el rostro hacia Severus.


—Me llamo Remus Lupin… el es Sirius Black, padrino de Harry.


Severus miró al hombre que abrazaba a la chica con asombro.


—Padrino —repitió Severus y luego recordando algo muy lejano, miró a Sirius con una mezcla de odio y miedo —, padrino de Harry… tú… tú fuiste quien causó la muerte de Lily, la madre de Harry.


Arthur, Lucius y Charly miraron con asombro a Sirius.


—¡No fui yo!... fui acusado injustamente… pasé dieciséis años en prisión acusado de un crimen que no cometí… yo no los maté… James era mi hermano —terminó diciendo Sirius mientras se apartaba de Hermione y se derrumbaba sobre la silla.

—El causante del accidente que les quito la vida a James y Lily… fue Peter Petigrew, por favor siéntense, esta historia es larga —dijo Remus mirando a todos.


Severus miró a Lucius dudoso aún, pero el rubio asintió con la cabeza dando a entender que debía oír a ese hombre.


Arthur y Charly permanecieron de pie, mientras que Hermione se acercó al lado de Sirius y tomó su mano en señal de apoyo.


—Sirius, Peter, James y yo nos conocimos en un orfanato, ahí crecimos, nos hicimos inseparables fuimos los mejores amigos, nos convertimos en adultos y aún así continuamos siendo inseparables. Un año después de dejar el orfanato, James conoció a Lily… le bastó verla una vez y se enamoró enseguida y ella también lo quiso de inmediato, sin embargo James era muy celoso y tenía celos de ti —dijo Remus mirando especialmente a Severus.

—Yo quería a Lily como una hermana —dijo Severus.

—Lo sabíamos… Lily decía que eras su mejor amigo, pero lo cierto era que James sentía celos de cualquiera que estuviera cerca de Lily… inclusive a veces se ponía celoso de Sirius.

—Esas eran tonterías de James, él sabía que yo estaba feliz de que él y Lily se amaran —dijo Sirius como si viera ese lejano recuerdo.

—Claro que lo sabía —dijo Remus —, pero eso no evitaba sus celos, inclusive se ponía celoso de mí y de Peter.

—Las pocas veces que nos topamos James jamás me miró bien —dijo Severus.

—James no tenía nada en tu contra, sólo eran tonterías… el hecho de no haber tenido familia lo hacía muy inseguro siempre temía perder el amor de Lily —dijo Remus —, por eso cuando llegó ese hombre hablando de aquella herencia… James tuvo miedo de que eso lo separara de Lily.

—¿Herencia? —preguntó Severus extrañado.

—Sí... resultó que era el hijo natural de un hombre perteneciente a una familia muy rica, recién en ese momento James supo que su madre había sido abandonada por su padre para casarse con una mujer de su misma clase social, la madre de James murió al nacer él, saber eso hizo que James rechazara esa herencia.

—Yo no estaba de acuerdo —dijo de pronto Sirius —, yo quería que James aceptara el dinero, discutimos varias veces por ello, pero pasó un año y James no dio luces de querer cambiar de idea, el abogado dijo que debía aceptar el dinero o perdería la herencia. Pasó tiempo James y Lily se casaron, después nació Harry, entonces yo volví a insistir en que James aceptara su herencia, él no quería seguía empecinado en rechazarla, fue una tontería no debí presionarlo, debí aceptar su decisión.

—El abogado le propuso a James que aceptara la herencia e instruyera un fideicomiso para Harry, le dijo que era una forma de asegurar el futuro de su hijo —dijo Remus.

—¿Quieres decir que existe un fideicomiso a favor de Harry? —preguntó Severus asombrado —. Yo soy el tutor de Harry y jamás supe que hubiese un fideicomiso a su favor y supongo que la hermana de Lily tampoco lo sabía.

—James le pidió a Sirius que fuera el albacea de Harry, pero ya habían discutido tanto por causa de ese dinero que Sirius se negó —dijo Remus.

—Esa fue la primera vez que James y yo nos peleamos de verdad… sucedió en la misma oficina donde trabajaba James, mucha gente nos vio discutir, por eso cuando sucedió el accidente todas las sospechas cayeron sobre mí —dijo Sirius con amargura —, fui acusado de asesinar a mi mejor amigo y a su esposa.

—Después de esa discusión con Sirius el abogado le aconsejó a James que buscara a otra persona para hacerla albacea, James recurrió a Peter… ese fue el principio del fin para James —dijo Remus.

—¿Quién fue entonces el causante de la muerte de Lily? —preguntó Severus.

—Peter —respondió categórico Sirius —, después que fui condenado, me visitó en prisión y me confesó llorando que él había provocado el accidente de James y Lily.

—Los mató por el dinero —dijo Severus.

—No, no lo hizo por el dinero —dijo Remus —, después que James confió en él para el asunto de esa herencia Peter comenzó a perder la cabeza, estaba enamorado de James… odiaba a Lily, pero por supuesto que lo ocultaba muy bien, nosotros jamás lo sospechamos, cuando visitó a Sirius en prisión le confesó que él había manipulado el automóvil de Lily, su intención era provocarle un accidente, estaba totalmente loco, creía que desapareciendo Lily él tendría una oportunidad con James, pero no contó con que esa noche James iría por Lily al trabajo para regresar en el auto de ella a la casa, pues el suyo lo había llevado al taller esa mañana.

—Entonces ese sujeto mató a los padres de Harry… ¡por Dios! tal vez pretenda hacer lo mismo con Harry —dijo Severus sintiendo que el mundo se le derrumbaba.

—No creo que desee matarlo —dijo Sirius categórico —, Harry es igual a James.

—¿Y eso que significa? —preguntó Severus.

—Creo que Peter se llevará a Harry muy lejos, deseará tenerlo de la forma que nunca pudo tener a James —dijo Sirius.


Estas palabras causaron el mismo efecto en todos los que oían. Severus se levantó de la silla espantado, Lucius miró a Charly y Arthur que también habían comprendido.


—Ese demente no está solo en esto, tiene un cómplice… el sujeto que manejaba el automóvil anoche —dijo Severus.


Sirius y Remus intercambiaron una mirada, no estaban seguros, pero tenían una leve sospecha de quien era el cómplice de Peter,


—El cómplice de Peter debe ser el mismo abogado que hace años buscaba a James por esa herencia, fue él quien sugirió a James que nombrara albacea a Peter, estoy seguro que fue él quien ideó lo del asesinato, ellos planearon la muerte de Lily en conjunto —dijo Sirius.

—Recuerdas como se llamaba ese abogado —preguntó Severus.

—Tom Riddley… era un hombre alto, calvo… lo reconocería en cualquier parte —dijo Remus.


Arthur se puso de pie, el asunto era más complicado de lo que había creído, era necesario desplegar todos los mecanismos que permitieran encontrar a ese chico antes de que algo irreparable sucediera.


—Ahora mismo comenzaremos las averiguaciones con respecto a esos dos sujetos, necesito que me escriba sus nombres —dijo Arthur mirando a Remus.

—Claro —dijo Remus y se dirigió hacia su escritorio para anotar en un papel, luego se lo tendió a Arthur.

—Soy policía de Scotland Yard, nos especializamos en este tipo de investigaciones, estoy seguro que tendremos éxito —dijo Arthur con tono confiado.


Remus y Sirius después de esa conversación no sabían muy bien que hacer, en realidad presentían que no podrían hacer mucho, sólo esperar a que ese hombre pelirrojo encontrara alguna pista que los llevara a Harry. Severus estaba igual que ellos, totalmente perdido, aterrado al pensar que ese tipo podía lastimar a Harry y de la peor forma. Lucius le dirigió unas palabras intentando tranquilizarlo pero no tuvo éxito, en realidad él estaba temeroso de lo peor igual que todos.


Severus decidió regresar al apartamento, aunque ahora ya sabía que esos sujetos no llamarían pidiendo dinero, necesitaba estar ahí donde estaba latente la presencia de Harry. Se despidió de Remus y de Sirius, pero sin atreverse a darles la mano.


Lucius antes de salir miró a Remus y esta vez sus miradas sí se cruzaron, sin pensarlo le tendió la mano, Remus la aceptó y mientras su mano era oprimida un estremecimiento lo invadió al sentir el contacto de esa piel suave y cálida, antes de soltarlo volvió a mirar al rubio a los ojos y lleno de asombro notó que Lucius mostraba una franca admiración, cosa que hizo que su mejillas se ruborizaran un poco, la respuesta a ese rubor fue una sonrisa radiante de parte del rubio.
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