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| The Awakening. (One shot) | |
| | Autor | Mensaje |
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NiNfA0521 Aprendiz de vuelo
Cantidad de envíos : 228 Fecha de nacimiento : 21/05/1989 Edad : 35 Localización : México, DF Galeones Snarry : 19068 Fecha de inscripción : 15/02/2009
| Tema: The Awakening. (One shot) Jue Ago 06, 2009 9:40 pm | |
| ¡¡Hola!!
como ya saben:
Este fic fue escrito para el Especial Snarry, publicado por Intruders en colaboración con La Mazmorra del Snarry. Los invitamos a ver el especial Snarry con ésta y otras historias, además de mucha otra información snarry de interés en: http://www.slashzine.com/Fucked%20002/index.htm
bueno ¿Comó estan? ahhh estoy feliz, por fin subo algo a esta carpeta... y pues no será lo último... solo quiero tener las correcciones bien hechecitas para subir lo demás que tengo ^^ ahh ese no era el punto...
Betas: Mimi y Sakura (a mis queridas niñas, gracias por la paciencia ^^)
Clasificación: R
Advertencias: Universo alterno, Relación Adulto/Menor, Contenido Heterosexual.
Nota: Muchos de los personajes de la obra irán apareciendo poco a poco y aunque cambie la edad y ocupación de muchos, tendrán la misma relación con Harry que en la obra original, excepto Severus.
Disclaimer: como todos imaginaran, nada de estos personajes es mío es de una mujer muy rica que vive en Londres, solo la trama es mía y pues nada más xD
mmm bueno aqui el fic...Hasta donde recordaba, el profesor Dumbledore había aparecido en casa de sus tíos, había mencionado algo parecido a que la casa de Sirius ahora era suya… Unas cuantas palabras dichas a los Dursley… Una petición para que regresara el verano entrante.
Se iban a aparecer en no sabía qué lugar. La presión ejercida en cada parte de su cuerpo, mientras se aferraba al brazo del mago mayor, seguía presente. Sentía dolorido su cuerpo, como si hubiera sido pasado por un estrecho tubo de goma… Cuando de repente todo se borró y sintió que despertaba en una cama suave y a su alrededor todo se veía un poco distorsionado, pero aún con su nula vista por la falta de sus gafas, podía ver que todo era blanco.
Y ahí surgió el problema, ¿No era de noche? ¿No iban a aparecen en un lugar que él desconocía? ¿Qué había salido mal para estar en un hospital?
Sabía que era un hospital por el simple hecho de que olía a fármacos. El blanco de las paredes a su alrededor era muy común en los hospitales también, bueno si no era un hospital, bien podía pasar por uno.
De verdad se sentía asustado, no sabía donde estaba, no veía bien y…
De pronto una puerta se abrió, Harry se encontraba aún recargado en los almohadones, sus ojos viajaban por todas partes y el hombre frente a él lo miraba con verdadero asombro. Después de cinco años de estar en coma por fin despertó, sin esperar nada más se acercó hasta él y con una lamparita comenzó a moverla sobre sus ojos verdes que seguían sin enfocar ningún lugar en concreto, así que aquel hombre desconocido solo pensó que podría estar presentando una crisis.
— ¡Enfermera!, ¡ENFERMERA! —La voz que escuchó Harry era muy conocida, demasiado, pasó mucho tiempo rogando poderla escuchar y ahí estaba. Intentó subir sus manos para cubrir su rostro pero éstas no le respondieron, así que dejó escapar las lágrimas a la vista de aquel que tenía su misma voz, Sirius, ese fue su único pensamiento mientras sentía como más manos se unían a las del hombre y revisaban cada parte de su cuerpo.
—Parece que sólo despertó, Doctor — respondió una voz femenina que igual parecía conocida —Bueno, es un avance, por favor necesito que realice estos estudios, tenemos que ver qué tan bien están sus reflejos, si no hay músculos atrofiados… —El resto de las palabras no fueron escuchadas por Harry que solamente se limitaba a escuchar el golpeteo de la pluma del Doctor frente a él.
De verdad que se sentía confundido. No, ese no era Sirius, ¿Sirius un doctor?
No lo llegó a conocer lo suficiente, pero el hombre se le hacia más de acción, de peleas… Bueno el punto es que realmente no lo conocía bien…
—Harry, en un momento la enfermera te hará unos análisis y entonces veremos como te encuentras… Cierto, también hay que hablarles a tus familiares, nos vemos en unos minutos. Harry sólo escuchó las palabras dichas por el doctor porque lo nombró, pero se encontraba totalmente desorientado, en otro mundo completamente diferente, de verdad no creía nada de lo pasaba, quizá… Quizá si dormía un rato y despertaba, otra vez todo volvería a la normalidad, vería a sus amigos e iría a la Madriguera lo que restaba del verano…
Mientras, el hombre salió por la puerta y otra vez todo quedó en silencio sin que Harry notara diferencia alguna.
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Dos semanas, dos interminables semanas habían pasado y seguía en la clínica particular del hombre que lo vio despertar, por lo menos ahora podía hablar aunque le costaba trabajo. Afortunadamente ninguno de sus músculos estaba mal, aunque por ahora necesitaba ejercicios diarios para devolverles la movilidad. Todavía estaba en shock, no había dicho nada aun porque no preguntaban nada y se rehusaba a interactuar más de lo necesario, pero de verdad que no entendía cómo de un momento a otro había terminado ahí.
El doctor Sirius Black, la enfermera le había dicho su nombre, le había traído un par de anteojos y ahora todo se veía más claro.
La habitación en la que estaba no tenía ni un solo paciente más, una gran ventana se encontraba en uno de sus costados y en un sillón estaba su tía Petunia con cara de pocos amigos. La verdad es que ambos sabían que sólo estaba ahí por compromiso, pero qué más podían hacer, aún no le hacían preguntas y menos le daban explicaciones. Sólo debía esperar a que entrara de nuevo el doctor y ya.
El momento de la verdad llegó mucho antes de lo esperado, por la puerta entraron tanto Sirius como un hombre alto, con un aire misterioso alrededor de él, lo conocía, demasiado para su gusto.
Lo sorprendente de la escena es que tanto Sirius como aquel hombre no se golpeaban… aunque viendo mejor la escena no parecían muy cómodos el uno con el otro.
—Muy bien, Harry, él es el Doctor Snape.
—Buenas tardes. —Harry se encontraba pasmado, todo a su alrededor parecía complicarse más.
Tenía ganas de gritar, de arrojar cosas, de desahogarse, lo poco que había en la habitación no iba a ser suficiente y menos con sus fuerzas actuales. No había sentido tal desesperación desde que todos le decían que se calmara, desde que Sirius había muerto y le decían que lo aceptara… su mente podría estarle jugando una mala pasada… no, eso no existía, era un sueño extraño, eso era todo. Mañana despertaría de ese sueño que se estaba volviendo pesadilla.
En cualquier momento despertaría y todo seguiría en su lugar.
—Muy bien Harry, ¿qué es lo último que recuerdas?
—¿Perdón?
—Señor Potter, necesitamos saber que es lo último que recuerda —La misma voz, el mismo tono frío y ese veneno en su apellido, bueno algunas cosas no cambian, ni en los sueños.
—Pues… —Harry no pudo evitar mirarlo con odio, con esa mirada que sólo tenía reservada para él—. Estaba en casa de mis tíos, iba a no sé dónde con el profesor Dumbledore… Nos íbamos a aparecer y de repente…
—¿Cómo es eso de aparecer? —Snape dio una mirada incrédula y hasta cierto punto burlona al chico frente a él.
—No me interrumpa… Y sí, aparecer, así, simplemente desear estar en otro lugar y ya… Después del último comentario del hombre Harry bajó la mirada y se abrazó a sí mismo, no tenía por qué soportar a ese… Ese… Cretino. Interminables segundos pasaron en los que nadie dijo nada, hasta que Sirius una vez más retomó la palabra.
—Harry, por favor continúa.
—No, además él no tiene por qué estar aquí, preferiría sólo hablarlo contigo.
—Harry, de verdad el Doctor no estaría aquí si no fuera indispensable… Por favor, sólo queremos ayudarte…
—Está bien. —Harry cedió, de verdad que Sirius siempre había sido una influencia en él—. Hasta donde recuerdo El profesor Dumbledore me dijo que me agarrara bien de su brazo y de repente todo mi cuerpo fue oprimido… Sólo eso…
Los adultos a su alrededor se quedaron callados meditando las últimas palabras del chico. —Harry, ¿No recuerdas un viaje fuera de la ciudad con tus padres?
—¿Mis padres? Pero… Pero ellos están muertos desde que tengo un año… —Si era broma de verdad que no le hacía la más mínima gracia.
Ahora sí, la cara de incredulidad de los presentes fue más que evidente. Petunia hizo un bufido y sin media palabra salió de la habitación para, mientras los doctores no se dignaban a verse, Snape se acercó hasta Black con una mueca disconforme y susurrándole unas palabras al oído salió también por la puerta.
—No, Harry, Lilly y James te llevaban a una especie de parque acuático, a unas dos horas de tu casa. Eso pasó cuando tenías once años, ¿De verdad no lo recuerdas?
Harry se quedó callado, de verdad que él no recordaba absolutamente nada de lo que en ese momento le decía, sus padres ¿vivos?
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Harry se encontraba sentando en la silla de ruedas que debía ocupar mientras la movilidad y fuerza de sus piernas fuera suficiente para ocupar unas muletas: “todo por pasos Potter, todo por pasos”, eso le había dicho la enfermera, que según sus recuerdos, no era otra que, Madame Pomfrey. Se lo había dicho una tarde que estaban en sus terapias, de verdad que se sentía extraño. Le habían contado su vida por pedazos, aún quedaban muchas cosas por decir, pero por ahora, se encontraba consciente de que aquello era demasiado real para tratarse de un sueño, demasiado palpable y ahora más que nunca deseó que fuera un sueño.
Extrañaba a sus amigos, extrañaba lo que ya conocía, y ahora se lamentaba el hecho de saber que vivió once años de su vida lo que siempre deseó y no podía recordarlo, era frustrante. Una de esas tardes había explotado y, mientras gritaba todo lo que su garganta le daba, había tirado todo lo que en la habitación se encontraba y estaba a su alcance desde la cama.
Por desgracia cayó de la cama y se lastimó. Sólo cubrió su rostro mientras lágrimas amargas salían de sus ojos, no era por el dolor físico, era más bien que la frustración había encontrado otro escape. Para cuando Sirius se había enterado del desplante del adolescente, una de las enfermeras ya le había dado un ligero sedante y estaba de nuevo en su cama.
Sirius no le había mencionado nada del incidente, sólo le dijo unas cuantas cosas más, como que él fue muy amigo de sus padres, que en muchas ocasiones los visitó. Le dijo cómo era su habitación en su casa, le contó muchas de sus aventuras en el colegio con su padre y otro chico que querían mucho, los tres siempre fueron como hermanos, le dijo, y además le informó que pronto irían a vivir juntos.
Bueno por lo menos esa tarde lo llevarían a ese otro lugar, más confortable, o eso le había dicho Sirius, por lo hablado con él sabía que por lo menos en esa nueva realidad también era su padrino. Irían a su casa, a la casa que compartía con un amigo del colegio, el hombre estaba muy entusiasmo de presentárselo, aunque si todo era según sus recuerdos, ya sabía a quién esperar. Madame Pomfrey se haría cargo de él también en su nuevo hogar. La tutela era de Sirius y aunque tía Petunia venía unos minutos al día no le decía nada, sabía que alguien la obligaba, eso era seguro.
La enfermera llegó cuando el sol se estaba poniendo. Por la ventana se podía ver el azul mezclándose con el anaranjado, amarillo y uno que otro tono morado. Era de verdad hermoso.
—Vamos Harry, el doctor Black y el señor Lupin están esperándote.
Mientras Harry era conducido hacia los dos hombres, no pudo evitar sentirse un poco mal ya que, aún con todas las atenciones que recibía por aquel que considero su padre, quería regresar a su mundo, quería ayudar a vencer a ese monstruo que le había arrebatado todo, la posibilidad de vivir con sus padres y que a lo largo del colegio, le había puesto trabas.
Pero otra parte de él sólo pensaba el por qué no disfrutar lo que tenía ahora. Estaba junto a Sirius, viviría con él y a lo mejor podría recordar a sus padres.
Harry llegó con la enfermera al auto que lo llevaría a casa de Sirius. Remus era otro, sus ojos dorados estaban llenos de una vitalidad sorprendente, no había ni un solo rastro de las cicatrices en su cara; la ropa que llevaba no era andrajosa como la que era habitual verle, sino todo lo contrario, era de un corte elegante, iba de color arena, que sólo resaltaba más el color de su cabello y ojos. Sirius, por otra parte, no se quedaba atrás. Hasta ahora, Harry sólo lo había visto con batas blancas, no apreciaba bien su ropa y esta vez lo vio con todo el cabello suelto. Su larga cabellera negra caía sobre una chamarra de cuero negro, la camisa negra tenía varios botones desabotonados y unos jeans azul marino un poco usados remarcaban bien algunas partes de su anatomía.
Se sintió perturbado, y sobre todo, avergonzado. Su ropa era varias tallas más grandes y estaba desgastada, nunca le pareció importante fijarse en cada parte de su vestimenta, pero esta vez sintió que desentonaba con los otros dos hombres.
—Mucho gusto, Harry, lo que Sirius dijo era verdad, tus ojos tienen el mismo brillo que los de Lily… Y eres idéntico a tu padre.
—Hay una cosa que no me queda claro, ¿lo conozco de antes?
—Por supuesto que no, cuando tú naciste estuve mucho tiempo fuera del país. —Remus sabía que el chico no recordaba nada, así que no le sorprendió en absoluto la pregunta.
—Ahora vamos a casa, no creo que se quieran quedar por siempre aquí ¿o sí?
El camino a la casa de Sirius fue de lo más tranquilo. Los dos hombres se unieron, bueno, Sirius hablaba mientras Remus contaba pequeños detalles y asistía a lo que su amigo decía. Comenzaron a contarle a Harry varias anécdotas de cuando conocieron a sus padres y de cómo James y Lilly terminaron juntos; también le contaron que Snape era muy amigo de su madre y desde que se relacionó con ellos, Lilly y Snape se alejaron.
En casa de su padrino, los recibió una mujer alta y atractiva. Tenía un aire muy familiar para Harry, y cuando le dijeron su nombre, sus ojos se ensancharon y emocionado dijo su nombre.
—Hola, soy Harry…
—Sí, lo sé, estos dos no han hablado de otra cosa que no seas tú. De verdad me empezaba a poner celosa. —Hermione lo miró con una enorme sonrisa. Ella era la prometida de Sirius, se enteró por lo que le habían contado en los últimos minutos y era Bióloga, compañera de trabajo de Remus y, aunque era varios años menor que ellos, era muy buena en su trabajo.
Harry sólo sonrió al notar esa mirada enfadada que ya también conocía, era muy parecida a la que le daba a Ron cuando decía una burrada.
De verdad que no creyó encontrárselos, pero teniendo en cuenta que hasta hoy había reencontrado ya a seis personas conocidas. ¿Por qué no una más se podría? De verdad que eso le alegraba el día, quizás una tarde conocería de nuevo a Ron, pero ¿Sería de su edad? ¿Cómo sería su vida?
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| Tema: Re: The Awakening. (One shot) Jue Ago 06, 2009 9:42 pm | |
| Todo se acomodaba a pasos agigantados en su nuevo mundo. Se encontraba más animado y casi completamente seguro que todo aquello era real, aunque a veces le asaltaban algunas dudas que aparecían cada vez menos.
Era jueves, Harry ya estaba más recuperado y Hermione le había dicho que, por estar tanto tiempo en coma, necesitaba a alguien que lo orientara y escuchara. Así que lo llevó al Psiquiatra, aunque no era muy fuerte su caso era recomendable. La sorpresa había sido que, al llegar al consultorio, el hombre que se sentó frente a él no era otro que Severus Snape.
—Señor Potter, parece que por fin me honra con su presencia… —Severus estaba detrás de su escritorio mirando a Harry como siempre lo hacía, con desprecio.
—Señor, ¿por qué si no nos soportamos tengo que estar aquí?…
—No llevamos ni una hora juntos y ya me habla así… Lo siento Potter, pero aunque a mí tampoco me causa un tremendo placer ser su consejero, tenemos que atenernos a que su caso me fue asignado y no soy de los que deja las cosas de lado.
Harry guardó silencio, además de tener que soportar sus palabras sabía que tenía que hablar, pero mientras, podía simplemente quedarse frente al hombre y no decir nada, no hasta que él diera el primer paso.
La tensión que se fue creando minuto a minuto era palpable en el ambiente. Ninguno cedería y lo sabían. Pasaron alrededor de cuarenta minutos y Harry había recorrido con la mirada cada parte del despacho y el hombre frente a él. Como era habitual en sus recuerdos, vestía un traje negro, pero la diferencia era que éste tenía finas líneas grises, su cabello más largo de lo habitual estaba recogido en una pequeña coleta en la nuca y algunos cabellos caían descuidadamente sobre su rostro enmarcándolo; además, su textura no parecía grasosa, quizá eran ciertos los rumores de que su cabello lucía grasoso por la continua exposición a las pociones.
Por otro lado la habitación era elegante, un escritorio color caoba, con un letrero de cristal con su nombre, algunos cuadros de diversos paisajes adornaban una pared; mientras en otra había un enorme ventanal que no dejaba lugar a otra cosa y justo detrás del hombre, como era habitual en cualquier consultorio, sus diplomas y títulos. Las paredes eran de un color champagne, mientras el piso era de madera y los sillones de piel negra.
De verdad que Harry había memorizado parte por parte el consultorio. Lo extraño del lugar era la falta de libros…
—Disculpe, pero ¿no tiene libros aquí?
Severus sonrió imperceptiblemente. De verdad que ese silencio había durado más de lo que creyó posible, pero le dio tiempo de examinar al chico. Sus gemas verdes eran lo que más le gustaba observar, iguales a las de ella, pero ese parecido a James le gritaba que de una vez por todas acabara con la tortura y lo echara de su consultorio.
—En esta habitación no, pero al lado tengo una especie de biblioteca donde los guardo.
—Ah…
Harry no creía que pudieran decir más de tres frases completas sin terminar peleando, pero se recordaba a cada minuto, que ese no era el Snape que recordaba, por muy parecido que fuera en sus expresiones.
—Ahora bien, tenemos aún quince minutos, así que, que tal si hacemos algo productivo. No creo que viendo mi oficina avancemos mucho ¿o si Potter?
Demasiado bueno para ser verdad, de nuevo esa mirada gélida y palabras cortantes, bueno que perdía haciendo lo que le pedía.
—¿Me puede contar que fue lo último que recuerda de sus padres?
—Ya le dije que no los recuerdo, según yo sabía, cuando cumplí un año ellos murieron…
—¿Entonces, cuantos años cumplió este año?
—Pues mañana cumplo los dieciséis… —Harry se extrañó por esa pregunta.
—Mmm, ¿le dijeron eso? o ¿ya lo sabía?
—Ya lo sabía ¿A dónde quiere llegar?
—Pues bien, dice en su expediente médico que estaba por cumplir los once años cuando paso el accidente… Así que me extraña que esté tan seguro de su edad…
—Pues es que yo no recuerdo ningún accidente, yo recuerdo que iba a ir a pasar el verano con uno de mis mejores amigos, cuando el profesor Dumbledore me dijo que iríamos a otro lugar, me pidió que lo tomara del brazo e íbamos a aparecernos…
—Esa parte me parece curiosa, porque las “apariciones” no existen. Eso es cosa de fantasía, ciencia ficción…
—Pero si existe… No lo estoy inventando… —Harry se estaba impacientando, ¿Qué no entendía que era verdad?
—Cuénteme más de esta vida que soñó.
—¡No lo soñé! —contestó Harry con un gruñido—. De verdad pasó… Estudio en una escuela de Magia y Hechicería, usábamos varita para realizar hechizos…
—¿Cómo es eso? ¿De verdad cree en esos trucos baratos? —Severus se sorprendió de hasta dónde la mente de Potter lo estaba engañando, decía cada palabra con más seguridad que la anterior.
—Así como le digo ¿Qué no me escucha? Usted estaba ahí, era mi profesor de Pociones, Sirius era mi padrino y por mi culpa… Iba a la Madriguera a pasar el verano con mis mejores amigos…
—Black aún es su padrino ¿No estará confundiendo las cosas? Potter, entienda que pasó cinco años postrado en una cama, aún usa muletas, aunque su recuperación ha sido rápida…
— ¡Escúcheme! Yo soy un mago…
—Potter, ¡No me levante la voz! Sí le estoy escuchando, pero tenga en cuenta que nada de lo que dice es realidad, sólo fue una alucinación, una especie de sueño que su mente creó mientras estaba en coma. Y por hoy la sesión acabó. Vaya afuera y pídale a la secretaria una cita para dentro de quince días. —Snape arrugó el entrecejo mientras veía al chico rabiar.
—Usted no me cree ¡No sé por qué me esfuerzo en contárselo! —Como pudo Harry se levantó con ayuda de las muletas y aunque casi cae al pararse rápidamente se apoyó en el respaldo del sillón y caminó hasta la puerta tan rápido como le fue posible y al cerrar la puerta la azotó.
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Harry se encontraba harto, cada sesión era igual o más desastrosa que la anterior, Snape era todo un caso. Además de ser igual o más cretino que el que conocía, le confundía. Una parte de ese hombre le trataba con la punta del pie, pero a veces sus ojos negros le traspasaban como si tuviera rayos x integrados. Veían demasiado adentro poniendo sus nervios de punta.
De verdad que no sabía por qué se sentía así, pero una cosa era segura, no quería verle, no más, no aún. La semana anterior le había visto y como, según el hombre no veía ningún progreso después de tres interminables meses, tendrían que verse más frecuentemente.
Por otro lado el vivir con Sirius era más que agradable, al principio pensó que sería una carga para los enamorados, pero esa idea fue desechada rápidamente. Hermione seguía siendo Hermione y por lo tanto todo seguía igual. Aunque lo único que pasaría sería que tendría una temporada solo con Remus, cuando finalmente se casaran.
Remus y Sirius le habían hecho de profesores particulares y más que ellos, Hermione. En abril del año entrante se casaría con Sirius así que para poder arreglar todo lo de la boda dejó el empleo hasta después de la luna de miel, así que ahora estaba en su habitación con un enorme libro por leer, era de Historia contemporánea. Ella le dijo que hiciera un resumen de cinco hojas de dos temas en particular.
Pero simplemente no se lograba concentrar, en tres horas más estaría de nuevo frente a él y después de tanto tiempo ya le había contado entre gritos y reproches su vida en el mundo mágico, sin omitir detalles insignificantes como su primera clase juntos.
Es que si hasta le gritó que lo odiaba… el por qué, ni él lo sabía… sólo había gritado entre verdades que creía y otras cosas más que le vinieron a la mente. Pero ahora en ese momento se sentía arrepentido de semejante cosa, no lo odiaba, simplemente no sabía qué pensar con respecto a él.
Tan hundido en sus pensamientos estaba que no vio cuando Hermione se acercó hasta él y se sentó a su lado.
—¿Cómo va el resumen? Por lo que veo no has avanzado mucho, Sirius dijo que si lográbamos un buen avance a lo mejor el año entrante podrías ir al escuela con chicos de tu edad, pero si no avanzas ni en esto tan simple ¿Cómo quieres que pensemos siquiera en dejarte en una escuela?
—Herms, lo siento, es sólo que no tengo ánimos para escribir…
—¿Y qué es lo que te sucede? Por lo que he notado tiene que ver con el Doctor Snape ¿no? Se que es difícil de llevar pero deberías intentar llevarte mejor con él, por tu bien.
—Pero es que…
—Nada de peros, Harry, de verdad entiende que el Doctor está para ayudarte y, aunque Sirius también tiene algo en su contra, tienen que aceptar que por algo el señor Dumbledore confía tanto en él y te asigno a él…
Hermione siguió con su explicación una media hora más, o por lo menos así lo sintió Harry. Hasta donde le habían contado, Dumbledore era el director del colegio al que habían asistido Remus, Sirius, James, Lilly y Snape, pero aún mantenían cierto contacto con él. Harry aún no lo conocía, pero por lo visto Hermione, sí.
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Para cuando Harry entró al consultorio, Snape tenía cara de pocos amigos. Esa mirada que lo traspasaba, algunas otras veces estaba helada, como en ese momento. Los dos estuvieron en silencio por varios minutos, hasta que el hombre mayor se paró de su asiento y colocándose de frente al chico, le miró directo a los ojos.
Su mirada traspasaba a la verde y Harry no pudo hacer otra cosa que sonrojarse. Un leve asomo de sonrisa se dio en las facciones del mayor que se retiró un poco y dándole la espalda miró por la ventana.
—Ahora, Señor Potter, en estos tres meses hemos intentado que usted supere esos recuerdos. He intentado de todo, el hablar, aunque ciertamente no puedo nombrar hablar a nuestras pequeñas discusiones ¿o sí? —Harry sólo hizo un pequeño sonido en aprobación y Snape giró y se recargó en el marco de la ventana— Así que intentaré un poco de medicación.
—Pero de verdad yo no tengo nada, sólo lo hace para fastidiarme…
—Como siempre, esta a la defensiva… No puede escuchar antes de decir ninguna cosa antes… —el hombre mayor suspiró y volviendo a la pose altiva, siguió con su discurso—. Hoy quiero que intente decirme por qué aún cree que esto no es real
—Si es real, pero lo que viví también lo fue…
—No, señor Potter no lo fue, sólo es una ilusión ¿Cuántas veces más tengo que decirlo para que comprenda? O es que simplemente ¿no quiere entenderlo? Es un egoísta que no ve que esta lastimando a las personas a sus alrededor… Pero sabe, no tengo por qué decirle, si usted lo sabe todo, ¿no es así?
Harry se sintió herido por las palabras y parándose de su asiento miró al hombre con rabia y acercándose peligrosamente le robó un beso…
Severus que, de verdad no se esperaba en lo más mínimo esa acción, sólo se quedó pasmado y escuchó que la puerta de su despacho se abrió, antes de que ésta se cerrara tomó al chico del brazo y lo hizo sentarse una vez más en la silla.
Necesitaban hablar, no sólo de lo que acababa de hacer Harry, si no también del hecho de que se aferraba a esos recuerdos que no eran más que una buena idea para un libro de fantasía, o varios, por lo que había contado Harry.
—Muy bien, Potter, me puede decir ¿Qué fue lo que acaba de pasar?
—Estoy harto de que sólo intente hacerme pensar lo que usted cree correcto. Me voy, hoy no tengo ánimos de nada…
—No es lo que usted quiera, o crea correcto. Ciertamente no es muy normal ir pregonando que la magia existe, que los duendes son banqueros, que un hombre con un toque de varita puede llegar a matar a cientos de personas, ah es cierto, para usted nada es imposible ¿no? No debí de olvidarme que hablaba con el salvador de un mundo inexistente… —Las últimas palabras de Severus fueron dichas en un tono peligrosamente susurrante.
Harry harto de la situación, se paró y acercó una vez más a la puerta y desasiéndose una vez más del brazo que intentaba retenerlo, corrió por el pasillo, haciendo oídos sordos a los reclamos de Snape y al llamado de su amiga. Corrió y corrió saliendo del enorme edificio, las personas a su alrededor miraban preocupadas al tan disparatado chico que, aunque tropezó más de una vez con alguna persona o cosa siguió su camino. Afortunadamente sin ninguna herida llegó a un parque, era muy grande.
Sus pensamientos aun seguían girando en torno al beso que le robo al hombre mayor, pero es que no lo pensó ni dos veces, cuando ya estaba justo enfrente de él y sus labios sobre otros más cálidos que lo que alguna vez imagino.
Sabía que el hombre lo confundía pero el por qué aun no llegaba totalmente a su mente, o por lo menos aun no lo quería aceptar. Ahora sólo caminaba tranquilamente mirando sus pies, sus dedos rozaban ocasionalmente sus labios pensando una y otra vez por qué y qué lo había impulsado a hacer semejante cosa. Tan absorto estaba en sus pensamientos que no se dio cuenta que alguien frente a él se paraba en seco para esquivarlo y por la rapidez y fuerza que llevaba, no lo logro y ambos cayeron en el pasto.
Harry miró asombrado al chico pelirrojo y pecoso encima de él, una enorme sonrisa se formó en su rostro y sin importarle la reacción del otro lo abrazo olvidando las conclusiones de sus pensamientos, mientras Ronald se quedo en shock.
—¿Eh?… disculpa, pero no te conozco. —Ron se alejó de él y cayó sentado a lado de Harry. Harry al ver su expresión comenzó a reír frenéticamente, el chico pelirrojo sonrió y comenzó a reír con el moreno, no sabía por qué, pero su risa era contagiosa.
—Mucho gusto, me llamo Harry Potter —Harry extendió su mano con una amplia sonrisa en su rostro y sus gemas resplandeciendo con una luz muy propia de él y Ron la estrecho con gusto. —Un gusto, Ron Weasley ¿Oye, por qué me abrazaste tan sorpresivamente?
—Ah, disculpa, es que eres igual a un amigo muy querido y tengo tiempo de no verlo…
—Disculpa aceptada, además estamos en el piso porque te tiré, así que tú deberías disculparme a mí, ¿no crees?
—No, yo tampoco me fijé.
La plática entre Ron y Harry siguió por varios minutos más. Harry de verdad había extrañado esa familiaridad, la complicidad que desde el primer día había surgido entre ambos. El tiempo pasó volando, por lo menos en este lugar. Ron aun era el penúltimo de su familia y aunque Harry casi no hablo de él, se deleitó escuchando a su nuevamente amigo.
Tres horas habían pasado sentados en el mismo lugar, cuando Ron vio su reloj y sólo pudo disculpase. Era tarde y su mamá estaría preocupada, le dio su número de teléfono y su dirección, vivía a solo dos calles de la zona en el que se encontraban.
Harry se paró y se dio cuenta de que difícilmente podría llegar a casa de Sirius caminando. Eso sin contar el sermón de Hermione al irse sin esperar y sin decir nada.
Con pasos lentos y relajados, regresó al consultorio y sin media palabra vio la mano de la chica estamparse en su mejilla y al mirarla a los ojos vio lágrimas de preocupación y un alivio casi imperceptible para cualquiera, sólo se sobó un poco y la siguió hasta el coche que los regresaría a casa.
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| Tema: Re: The Awakening. (One shot) Jue Ago 06, 2009 9:43 pm | |
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Cuando llegó a casa, Hermione le dio una bolsita con un frasco de unas tabletas azules. Le dijo que Snape había dicho que tomara dos cada doce horas, de verdad que se encontraba molesta, aun no le dirigía la palabra ni una sola explicación le pidió. Subió a su habitación y se tumbó en la cama. Las siete de la noche, Sirius no tardaría en llegar, se desplazó hasta la cocina y tomando un vaso de agua, subió con él otra vez a su habitación.
Quería hablarle a Ron, pero aun era muy pronto, tampoco quería que lo creyera un psicópata, aunque conociéndolo hablaría un rato más con él. Esperó a que dieran las ocho de la noche y desasiéndose de los audífonos con los que escuchaba una melodía tranquila a base de una voz femenina y guitarra acústica, tomó el vaso de agua y dos de las pastillas, las metió en su boca y con un poco de dificultad las trago.
Un toque tranquilo se escucho en la puerta entre abierta y un “pase” de parte de Harry le dio la entrada a Remus, que tranquilamente se sentó en la silla del escritorio de su cuarto.
—Harry, Hermione me contó lo que sucedió en el consultorio, ¿Por qué saliste así?
—No fue mi intensión dejarla así, sólo quería unos minutos a solas, de verdad que no volverá a pasar, lo prometo…
—Bueno, pero dime ¿dónde te metiste tanto tiempo? Que mira que tres horas no son unos minutos —Remus sonrió al ver que el adolescente se sonrojaba al saber que tenía razón.
— ¿Sí ves que cerca hay un parque? —Remus asistió— Pues me tope con un chico pelirrojo, se llama Ron y pues, estuvimos platicando durante todo ese rato, de verdad que me recuerda a mi amigo —Harry le había contado tanto a Sirius, Herms y Remus lo sucedido, así que no le costó comprender el por que de su felicidad— y mira me dio su teléfono y dirección.
—Bueno, me alegro por que tengas un nuevo amigo, ya veremos si Sirius lo ve igual después de lo que Hermione diga ¿no crees? ¿Y cómo van tus sesiones con Snape? Otra vez pelearon —La manera de hablar de Remus no preguntaba, aseguraba lo que paso.
—Pues más que eso… Estoy seguro que recuerdas que te dije que no sé que pasa con él ¿no?... Pues lo besé… —Harry intentó en vano no sonrojarse así que sólo hizo como si tallara uno de sus ojos para ocultarlo de la vista del hombre mayor.
—Eso sí me sorprende, pero no le digas a Sirius que ahora sí te metería en un hospital psiquiátrico. Ya verás que cuando menos lo sientas, esa confusión pasara a segundo plano y sabrás que es lo que sientes.
El resto de la noche pasó sin mayores problemas, y como había dicho Remus, cuando Sirius llegó y se entero de lo que pasó por boca de Hermione, primero lo “regañó” y cuando Harry le platicó, omitiendo detalles, lo que pasó se emociono por la noticia de Ron y gruñó cosas intangibles acerca de Severus. Le dijo con respecto a Ron que podría llevarlo a casa cuando lo quisiera y con la mirada vigilante de Hermione agregó que nunca más volviera a hacer algo semejante.
*-**-**-**-**-*
Las pastillas no le ayudaron mucho, de verdad él se sentía igual que sin ellas, eso sí sus explosiones eran menos frecuentes que en un principio; aunque él se lo atribuía a que prácticamente él y Ron la pasaban juntos. Era buena terapia para él regresar a casa cansado y desgastar sus energías con Ron.
Hermione les dijo que deberían estudiar juntos, a fin de cuentas, Ron era tres años mayor y podría enseñarle nuevas cosas a Harry. Le hicieron caso omiso y terminaron jugando ajedrez, fútbol y haciendo un sin fin de cosas que no tenía mucho que ver con cuestiones académicas.
Ya se acercaba navidad y el frío comenzaba a hacerse presente. De verdad que para Harry ese tiempo había sido productivo, cada día se acordaba menos de su otra vida y estaba más interesado en hacer algo con la nueva.
Pero ese día era el peor de toda la semana, tenía terapia y aunque el hombre le aceleraba el corazón y tenía la necesidad de estar en la misma habitación que él, averiguar cada secreto que se escondía detrás de esa mirada negra, debelar sus misterios; también quería estrangularlo, que de una vez por todas dejara de ser ese cretino que solo le amarga el resto de la tarde con sus palabras, de escuchar sus criticas que más bien eran para su padre y no le ayudaban en nada.
Unas horas después Harry estaba una vez más frente al hombre mayor. Aunque ya estaba adaptado a su nueva realidad, no entendía muy bien el hecho deque el hombre aun no lo dejara en paz. Se encontraba de espaldas a este, le había gritado que era igual o más fastidioso, arrogante y engreído que su padre, que al igual que él solo creía que el mundo giraba a su alrededor.
—Potter, déjese de niñerías. ¿Cree que ignorándome otra vez podrá salir de aquí? Así no atienda a nadie más, hoy me va escuchar… —Aunque Severus era igual de odioso que siempre no entendía por qué lo retenía más del tiempo necesario.
Seguía espaldas a él y no iba a ceder, aun no. Cuando Snape quería sacar el tema del beso a colación, lo hacía de manera sutil y entonces Harry volvía una vez más con la profecía y la muerte inminente de Voldemort, no quería recordar lo acontecido en esas cuatro paredes.
—¡Potter! —Severus gritó frunciendo el seño, unas arruguitas entre sus cejas se dejaron ver más claramente de lo habitual y Harry salto en su lugar, el hombre se estaba cabreando, de verdad que sí. Hasta hoy había controlado mucho su carácter, pero parecía que hoy no se esforzaba.
Harry instintivamente dio pasos hacia delante pero el hombre mayor no estaba dispuesto a dejar que una vez más lo dejara con la palabra en la boca.
Entre tropiezos y demás desventuras Harry terminó en el suelo y se golpeo la cabeza en una pata del escritorio perdiendo el conocimiento.
Imágenes de mucho tiempo atrás pasaron en su mente. Se vio a si mismo como un niño de once años, iba atrás de una camioneta azul marino, su madre y padre iban adelante, los tres cantaban una melodía muy pegajosa que sonaba en la radio, cuando justo frente a ellos un enorme camión se movió y estrellándose frente a ellos su padre voló frete al parabrisas y lo atravesó, mientras ella quedaba de frente solo sostenida por el cinturón de seguridad su cabeza caía a un lado sin señales de moverse. Él vio una enorme barra de metal en su pantorrilla y sangre, sangre suya por todos lados… Un hombre sacándolo del auto cuando este comenzaba a arder por la parte delantera del carro… Sangre en su cabeza…
Más y más imágenes en su mente pasaron a mayor velocidad, cumpleaños con sus padres y padrino, fiestas en común, clases en una escuela con un ridículo uniforme, días en una casita blanca, peleas absurdas, sus padres queriéndolo, una chica pelirroja de su edad y clase, una niña mayor con frenos y cabello revuelto dándole un helado, fotos de los amigos de su madre y padre, en fin su vida paso por su mente y ahí entre todas esas imágenes vio al director Dumbledore, un libro azul que este le regalo, la razón de sus alucinaciones, se aclaró en su mente…
*-**-**-**-**-*
Para cuando despertó una vez más estaba en una habitación blanca, al parecer tenia una venda en la cabeza que le apretaba y su vista era tan mala como siempre, a su lado Hermione le tendió sus lentes y lo miro con alegría.
—Es bueno verte despierto. —La chica no se contuvo y con la manga de su suéter secó unas lágrimas y abrazó a Harry dulcemente.
—Hola, compañero, mira que pasar la primera nevada aquí no creo que sea muy divertido. —Ron también estaba presente y por la puerta entraron tanto Sirius como Remus.
—Hola, Harry, nos tenías preocupados, dos días y nada de querer despertar. —Comentó Remus con una pequeña sonrisa.
—¿Ya han pasado dos días? —de verdad que se sentía un poco entumecido, pero dos días en el hospital era mucho.
Después de que lo dieran de alta, ese mismo día regresó a su casa y con el resto de su nueva familia cenó tranquilamente en la mesa, para cuando dieron las ocho, tanto Ron como él fueron a descansar a su cuarto. De verdad que Harry estaba esperando ansiosamente ese momento para poder preguntarle una duda que le había carcomido parte del día.
Ron por su parte lo había visto un poco ansioso todo el día, así que se sentó sobre la cama esperando ver si su amigo le decía o no algo al respecto.
—Ron, ¿Te puedo preguntar algo?
—Ya lo estas haciendo, pero puedes preguntar lo que quieras, además de la pregunta anterior. —Sonrió mientras Harry lo miraba un poco mosqueado por el primer comentario.
—Bueno, ¿qué fue lo que paso?
—Pues, ¿qué no lo recuerdas? —Mientras Harry negaba levemente, Ron se había parado y claramente se veían que el pelirrojo era mucho más alto que Harry, lo empujó levemente por los hombros para que sentara en la silla atrás de él, lo miró desde arriba unos segundos, se volvió y se sentó una vez más sobre la cama—. Pues estabas en terapia… Con ese doctor… ¿Cuál era su nombre?
—Snape, de eso si me acuerdo, discutimos, otra vez ¿Y luego…?
—Y al parecer la cosa se puso agresiva porque me contó Hermione que salió contigo en brazos, estabas sangrando. Y pues terminaste en el hospital, Sirius estaba de lo más insoportable de verdad, que si no fuera por Remus estoy seguro que le partía la cara al Doctor ese… y en el segundo día de tu estancia en el hospital, unas tres o cuatro horas antes de que despertaras… le pedí permiso a mi mamá para quedarme contigo en el hospital y pues en resumen eso fue todo. Ron se tiró tranquilamente en el colchón y miro el techo distraídamente —Harry, ¿Por qué discutían?
—Nada en especial... —Mentía, pero que más podía hacer, decirle que se negaba a aceptar frente a el hombre y frente a él, el por qué del beso.
*-**-**-**-**-*
El viernes siguiente aun tenía un sinfín de dudas que le asaltaban a cada minuto, y el hombre frente a él no ayudaba. Aunque sus expresiones decían que estaba enojado, sus ojos tenían un leve brillo, el por qué, Harry lo desconocía.
Harry estaba sentado en el sillón negro y justo enfrente estaba Snape parado con pose altiva.
—Potter —Harry no pudo evitar brincar levemente, Severus sonrió sutilmente— parece que lo asusto, señor Potter.
—Eso no es verdad… Sólo me tomó por sorpresa… Eso es… Todo —Harry comenzaba a dudar de sus propias palabras mientras Snape se acercaba levemente.
El hombre mayor aprovechó su duda y se acercó hasta él aun más rápido, rozando sus labios con los del menor, no cerró los ojos, al contrario los dejó bien abiertos, la mirada de los ónices era de un predador, de desafío, se separó unos centímetros esperando alguna reacción. Y Harry se sintió totalmente dispuesto a hacer lo que fuera por otro roce más con esos labios.
La sensación de mariposas en su estómago era increíble, los torrente de adrenalina, de saberlo prohibido, le hicieron seguir cada impulso que venía como una cascada, y pasando los brazos por el cuello del mayor besó una vez más los labios de Severus.
Se encontraron varios minutos entre pequeños besos, que cada minuto intentaba traspasar al otro, entonces sin ser conscientes de nada a su alrededor, la puerta se abrió dando paso a un más que choqueado Sirius, tras él venían Hermione y Ron que parecían intentar calmar al primero en entrar.
— ¿Qué esta pasando aquí?
—Nada… —Harry empujó al hombre mayor, pero Severus no estaba muy dispuesto a ceder. —… que te importe —Concluyó Severus.
Las reacciones no se hicieron esperar, pero a Severus no le importó mucho, jalando a Harry del brazo atravesó la puerta y caminó trayendo a rastras al chico que intentaba seguirle el paso sin tropezar.
Bueno, por lo menos ya estaba seguro de lo que sentía y se sentía más que feliz por ver que su enamoramiento, por llamarlo de alguna manera, era correspondido, sabía que los siguientes días seria el terror pero con la certeza que estaría él para ayudarlo nada le importó. Podían venir y decir misa y él seguiría más que feliz al ver que su vida por fin, después de todo, encontraba un camino el cual seguir, sonrió y rió alegremente.
— ¿De que te ríes? ¿Qué no vez los problemas que en los que nos metimos?
— ¿Te arrepientes? —Preguntó con cierta desilusión Harry.
—En absoluto.
Eso era todo lo que necesitaba para poder seguir con el plan que su mente había creado en los últimos segundos.Bueno aquí esta ahora si, es hora de irme ^^ cuidense mucho y que tengan una linda semana | |
| | | Yuki Fer As de oclumancia
Cantidad de envíos : 1504 Fecha de nacimiento : 07/04/1992 Edad : 32 Galeones Snarry : 108296 Fecha de inscripción : 30/07/2011
| Tema: Re: The Awakening. (One shot) Sáb Dic 17, 2011 1:47 pm | |
| woahhhhhhhhhh eso si ke es un final espectacular...XD jjajaj y el sueño no ps me quede asombrada me gusto mucho felicidades sensei..n_n para ser un one shot esta un poco largo me hubiera gustado que fuera maaaaas largo pero supongo ke perderia la esencia..n_n otra vez me gusto..n_n | |
| | | NiNfA0521 Aprendiz de vuelo
Cantidad de envíos : 228 Fecha de nacimiento : 21/05/1989 Edad : 35 Localización : México, DF Galeones Snarry : 19068 Fecha de inscripción : 15/02/2009
| Tema: Re: The Awakening. (One shot) Dom Dic 18, 2011 7:36 pm | |
| sensei? nyaaa gracias -////- de verdad que no sabes como me emociona estos lindos mensajes y más ahora que la musa anda floja xD espero que esto ayude a que aproveche más las vacaciones xD muchas gracias por leer y emocionarme así ^^ siii quedo algo larguito pero pues creo que tiene justo que necesitaba para plasmar bien la idea ^^ muakkk | |
| | | Yuki Fer As de oclumancia
Cantidad de envíos : 1504 Fecha de nacimiento : 07/04/1992 Edad : 32 Galeones Snarry : 108296 Fecha de inscripción : 30/07/2011
| Tema: Re: The Awakening. (One shot) Lun Oct 15, 2012 4:19 pm | |
| ohhh senseiii regrese despues de casi un añoo peroo no ehh visto otro fic tuyo...=( ojala y te animes a seguir escribiendo...u_u....seria una pena k vos no volvieras a escribir tan hermosa historia..u_u | |
| | | NANNDYTA Duelista
Cantidad de envíos : 720 Fecha de nacimiento : 27/07/1991 Edad : 33 Galeones Snarry : 132566 Fecha de inscripción : 14/10/2012
| Tema: Re: The Awakening. (One shot) Jue Feb 26, 2015 7:41 pm | |
| Interesante propuesta, que todo sea solamente un sueño, ya me imagino todo lo que incordiará Sirius ante la relación de la linda parejita. | |
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| Tema: Re: The Awakening. (One shot) | |
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| | | | The Awakening. (One shot) | |
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