24º capítulo: En coma
Harry sintió como las protecciones de la casa cedían y sus ojos no se despegaron de quienes aparecían en medio de la sala.
-¡Damián!
Harry no esperó ni siquiera a que terminara de estabilizarse cuando se había lanzado contra su hijo. Las lágrimas cayeron al instante en que sus brazos rodearon el cuerpo de su hijo menor.
Los demás sólo eran meros espectadores del encuentro entre padre e hijo.
Harry lo alejó de su cuerpo y lo miró de arriba abajo.
-¿Te hizo algo? ¿Te golpeó? ¿Te…?
-Papi. No me hizo nada. No te preocupes -le dijo abrazándolo nuevamente. No quería volver a perder de vista a su padre -, Neville me salvó y mi padre llegó justo a tiempo.
-¿Neville? -Preguntó mirando hacia atrás. Viendo que el hombre no había llegado con ellos - ¿Qué pasó con él?
-Ahora debe estar en San Mungo -le dijo Severus llegando hasta ellos -. El tal Mathew lo atacó antes de que pudiera escapar.
- ¿Por salvar a Dami?
-No creo que sólo sea por eso.
Todos quedaron mirando a Dami y éste quiso que la tierra se abriera y se lo tragara.
-¿Por qué dices eso, Sev? -Le preguntó Harry, sin soltar el brazo de su hijo.
-Por qué antes de atacarlo, le dijo a Damián, que la próxima vez…
- ¿La próxima vez, que?
-Bien… no creo que esto sea algo que tenga que escuchar toda esta gente.
Recién en ese momento todos reaccionaron. Los miembros de la orden se dirigieron al cuartel en Grimmauld Place n° 12 y los Malfoy Lupin se dirigieron a su mansión.
-Me alegro que haya aparecido tu hijo, cachorro -Remus abrazó a Harry y le dio la mano a Severus.
-Yo me iré con ellos. Hay muchas cosas que tengo que hablar con mi dragón -Sirius se acercó a Harry y lo abrazó fuertemente -. Me alegro de volver a recordarte. Ya tendremos tiempo de hablar -besó su frente y se despidió de Severus con una palmada en el hombro.
Cuando todos se habían ido, sólo quedaron Harry, Severus y los trillizos.
Levi había tenido una reacción al Crucio que le había lanzado Mathew, pero no pasaba de eso.
-Ahora sí -dijo Harry, sentando a su hijo menor entre él y Severus. Mientras que los otros chicos se sentaban al frente - ¿Qué fue lo que dijo ese hombre?
-Damián -lo llamó su padre - ¿Quieres decir tú, lo que pasó en ese lugar?
El chico lo miró y luego de pensarlo un momento asintió.
-Cuando ese tipo me trasladó llegamos al ministerio. Recuerdo que estuvimos ahí cuando fue el juicio en que liberaron a mi padre. Después llegamos a una cabaña, gracias a un traslador que tenía preparado una mujer… creo que su nombre era Alexis Dolo… algo. No lo recuerdo bien, pero quien me secuestro se llama Mathew Macnair.
-Seguramente debe ser algo de Walden Macnair.
-Sigue, Damián -le dijo Harry.
-Cuando llegamos a una cabaña en el bosque, me hicieron tomar nuevamente la poción para inhibir la magia, pero Macnair me dio a beber otra poción.
-¿Cuál? -Preguntó Harry, al ver como la voz de su hijo se iba apagando al tiempo que la conversación avanzaba - ¿Qué fue lo que te dio?
-La misma poción que le dio a María -un jadeo se sintió en la sala y no supo bien de quien era-. Me dio la poción que inventó. La poción de fertilidad que le dio a María.
-Dami -Harry lo abrazó contra su cuerpo, tratando de reprimir las lágrimas de impotencia que querían caer-, dijiste que no te tocó…
-Y no lo hizo. No tuvo tiempo -respiró fuertemente, no sabía cómo reaccionarían sus padres con lo que vendría -. Cuando me encontraba en la celda donde me dejaron, alguien más fue capturado y dejado conmigo, pero inconsciente.
-Neville.
-Sí, papi. Fue dejado en el mismo lugar que yo y cuando despertó me entregó el camafeo.
-Me di cuenta que no estaba -dijo Severus -. Entonces fue él quien se lo llevó.
-Lo accioné enseguida, pero aún quedaba el problema de que Macnair llegaría y querría… bueno, ustedes saben -les dijo avergonzado.
-Pero no te pasó -le dijo Levi con seguridad, la que fue perdiendo poco a poco - ¿Por qué no te tocó, verdad?
-No. Como dijo papá, estaba furioso por que no alcanzó a completar su plan. No me pudo violar y dejarme embarazado.
-Qué bueno. Aun eres muy pequeño para tener un bebé -le dijo Harry, pero notó como su hijo bajaba la cabeza.
-Ay, papi. Lo siento mucho -le dijo abrasándolo -, pero no sabíamos si alcanzarían a llegar antes de que Macnair viniera por mí.
- ¿Qué hicieron, Damián? -Le dijo Severus, entendiendo un poco la actitud de su hijo cuando ese hombre atacó a Longbottom.
-Me entregué a Neville -un jadeo nuevamente por alguien de su familia -. Juro que lo amo y sé que también me ama.
-Entonces tú -Rudy tenía la mandíbula casi en el suelo.
Todos en Hogwarts habían notado lo excesivamente bien que se llevaban Neville Longbottom y Damián Snape, pero nunca se imaginaron que el profesor de pociones correspondería a los (evidentes) sentimientos del menor de los trillizos.
-Estoy seguro que llevó a su hijo en mi vientre, pero ahora -sus ojos se llenaron de lágrimas-, ahora él está en San Mungo. Ese hombre logró dañarlo.
-¡Oh, pequeño! -Harry lo abrazó contra su cuerpo -No te preocupes. Él estará bien y lo podrás ver pronto.
Severus se puso de pie y caminó al segundo piso. Sin decir absolutamente nada.
-¿Qué le pasa a papá?
-No lo sé -dijo Harry dejando a Dami con sus hermanos -. Iré a hablar con él y ustedes se quedaran juntos ¿Bien? -Vio que sus hijos asintieron y salió de la sala.
Cuando Harry llegó al segundo piso, se dirigió a su habitación. Era el único lugar donde podría estar Severus, pero no lo encontró allí. Caminó un poco más y vio que la puerta de la habitación de Damián.
-Amor -lo llamó y pudo darse cuenta del dolor en la mirada de su pareja - ¿Qué pasa, Sev?
-No sé -dijo sentándose en la cama, con una fotografía de Damián en las manos -. Creo que no sé cómo afrontar que uno de mis hijos vaya a tener un bebé.
-Severus -se sentó a su lado y agarró su mano -, Dami estará bien.
-Esta embarazado, Harry -le dijo sin resignación -, tiene 15 años.
-Los mismos que tenía yo cuando los tuve a ellos.
-Bien -se dejó caer de espaldas y arrastró a Harry con él -. No puedo decir que eso me tranquiliza. Ese tipo aun anda suelto.
-Pero nuestro hijo y nieto nos tienen a nosotros par que los protejamos.
-No pudimos hacer nada cuando se lo llevaron la primera vez.
-Severus Snape -se sentó y miró a su amante a los ojos -. Sé que estas aterrado de que algo le pueda pasar a los chicos, pero también tienes que entender que no podremos estar vigilándolos a cada segundo. Ellos tienen que vivir su vida y nosotros tratar de protegerlos desde afuera.
-Lo sé -se incorporó y lo besó en los labios.
-¿Padres? -La voz de Levi desde la puerta los hizo voltear -El señor Nott está por la red flu. Te necesitan en San Mungo.
Harry se puso de pie rápidamente y casi corrió a la chimenea, seguido de su familia.
***
Cuando los Snape Potter llegaron al lugar. Blaise Zabini y Theodore Nott los estaban esperando en la entrada de la habitación donde tenían a María.
-¿Qué pasó?
-Hay problemas -le dijo el doctor -. Ya hablamos con ella. Necesitábamos saber qué es lo que ese hombre le había dado y descubrimos algo malo.
-¿Qué pasa con mi amiga?
-Al parecer ese sujeto le dio a beber más cosas y tenemos problemas con el asunto del bebé.
-No entiendo bien.
-Bueno -miró a su pareja para que se llevara a los menores al despacho y él sólo se quedó con Severus y Harry -. Sé que no será fácil. Ella ya sabe lo que te voy a decir, pero aun así sé que te dolerá -caminó un poco más allá con ellos -. Tu amiga no soportará el embarazo.
-¿Cómo que no lo soportará? -Harry sentía un nudo en la garganta y se negaba a entender lo que el hombre frente a él le decía.
-Alguna de las pociones que le dio, hará que el bebé la deje sin magia.
-Pero María no es bruja.
-Exacto -dijo como si fuera obvio -. Por eso mismo. Su cuerpo no va a resistir el embarazo, muchísimo menos el parto.
-¿Qué se puede hacer? -Preguntó Severus, al ver que era imposible que Harry hablara. Estaba demasiado impactado.
-Nada. Lo lamento, pero no se puede hacer nada más. La tenemos en un coma inducido y sólo la despertaremos cuando Potter quiera hablar con ella… por última vez.
-Quiero verla -Dijo Harry, sintiendo que su cabeza estallaría al sentir la opresión que su cerebro ejercía -. Ahora.
Nott asintió y caminó con ellos al interior de la habitación.
-Escucha bien, Potter. Sólo la podré hacer reaccionar por tres minutos, sin que su vida y la del bebé se vayan en el proceso, por lo que tendrás que decirle todo lo que quieras en este tiempo.
-Sólo tres minuto. Bien -no estaba para nada convencido, pero no le quedan muchas opciones.
Nott apuntó el cuerpo de María que estaba en la camilla y la mujer empezó a abrir los ojos lentamente.
-Harry -su voz sonaba realmente como un suplicio. Se notaba que le costaba muchísimo el tan siquiera respirar -. Necesitaba despedirme.
-No digas eso, amiga -se sentó a su lado y la tomó de la mano. Mientras Severus y Nott se encontraban más alejado -. Estarás bien.
-No. No lo estaré. Moriré y mi bebita se quedara sola.
-No se quedara sola amiga… tú la cuidaras -las lágrimas no dejaban de caer por sus mejillas -. Veras lo hermosa que será y lo fuerte…
-Harry… -su vos se ahogó por unos segundos -cuídala por favor.
-La cuidaremos juntos -cerró los ojos y se mordió el labio inferior que le tiritaba, para no soltar su llanto de golpe -. Estarás bien… por favor.
-Aurora… -tomó aire, poco a poco se iba durmiendo -Aurora Potter o… Snape. Será vuestra.
-Se llamará Aurora Williams…
-No. Mis padres no lo… aceptaran -lo vio a los ojos y le sonrió -. Siempre te quise mucho… Harry serás un buen… padre.
-María… -vio como un rayo le pegaba a su amiga -. Adiós, amiga.
Severus apareció por atrás y lo abrazó con fuerza dejando que llorara todo lo que tenía que llorar.
En la cama quedaba el cuerpo de la mujer. En su vientre venía un bebé que necesitaría mucho amor.
Severus la miró y lo decidió. En unos meses más, nacería Aurora Snape Potter.
Continuará…
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