Penumbras. Capitulo 21: Reconstruccion de escena.

Última edición por Majo-san el Lun Jul 07, 2014 3:29 pm, editado 2 veces

Capitulo 21: Reconstitución de escena.

Severus se vio entrando en la casa de los supuestos tíos de Potter. Los tipos en general no le tomaron en cuenta, más que para advertirle que no se le ocurriera hacer magia (o cosa de fenómenos, según Vernon Dursley) dentro de las paredes de su digno hogar.
Harry no los había tomado en cuenta y en cuanto pudo se escabulló al que parecía ser su cuarto.
Severus se pasó cerca de quince segundos, mirando a través de la alcoba. El lugar no tenía mucho que apreciarse. La cama junto a la muralla y un viejo ropero que casi se caía por si mismo. El piso crujía y las cortinas de la ventana no eran mas que finas telas por donde seguramente entraba el frió en invierno.
Vio como el ballenato primo de Potter, entraba en la habitación y amenazaba a Harry, pero sólo se batieron a duelo verbal, del que obviamente salió vencedor el adolescente obeso, que terminó por empujar a Potter y dejarlo en el suelo.
Se paseó por otros pasajes de la memoria de Potter y vio con repulsión como trataban al chico. Nunca se imaginó que algo así podría pasarle al hijo de su amo. Lo trataban peor que a un elfo domestico, y eso ya era decir mucho.
Llegó a la escena que parecía ser la última en la memoria del muchacho.
Los adultos de la casa se despidieron de su hijo y a Potter le mandaron una mirada fría y con la clara advertencia de que no hiciera nada indebido.
¿Qué podría hacer, si con suerte se alimentaba a diario?
Unos minutos más tarde, los amigos del primo llegaron a la casa y escuchó como se acercaban a la habitación.
La puerta de abrió de repente y por ella entraron cuatro adolescentes. Ninguno de ellos le dio buena espina. No eran más que un montón de matones que se parecían guiar por el primo de Potter.
—¿Que quieres ahora, Dudley? —Severus vio como se paraba con parcimonia, tratando de mostrar fastidio, del cual no estaba muy seguro que sintiera.—Dije que no te molestaría en nada. Que ni siquiera notarias mi presencia.
—Bien. Pues resulta que me importa muy poco lo que tú tengas por decir —El tipo realmente parecía tener malas intenciones, más que nada cuando se apartó de la entrada, dejando pasar a los otros tres adolescentes —¿Recuerdas lo que me hiciste el año pasado?
—Dudley, yo no te hice nada a ti. —parecía que el pánico empezaba a consumirlo, por lo menos eso fue lo que sintió en sus palabras.
—Desafiaste a mis padres al irte a ese lugar de nuevo. —Le dijo altanero.
—Tengo que estudiar, idiota. —Eso le logró sacar una sonrisa de lado a Severus. Parecía que el espíritu Gryffindor de Potter, por fin salía a flote.
—Sabes a lo que me refiero, fenómeno.
Severus vio como empezaban a acorralarlo de apoco. Eran cuatro contra, una clara desventaja y mucho más cuando iban armados. Vio en la habitación, tratando de ver donde demonios dejó Potter su varita y la encontró sobresaliendo por debajo de la almohada.
—Déjenme en paz.
Severus se volteó nuevamente para ver como dos de los tipos lo sujetaban, uno por cada lado.
—Pásame la navaja. —Pidió el primo de Potter, y como era obvio, el otro tipo que portaba el arma, se la entrego casi con honor.
El adolescente torpe balanceaba el cuchillo de un lado al otro, mostrándoselo a Potter y pasándoselo de mano en mano, como si estuviera mostrando grandes habilidades. Nada más patético.
Vio como el terror se apoderaba de la cara del joven mago, mientras miraba alrededor algo con que defenderse, sin dejar nunca de moverse, tratando de sacarse del agarre del idiota ese.
—¡Potter! —Gritó Severus.
Aun sabiendo que era inútil advertirle, no pudo mas que gritar para llamar la atención del chico.
El gordo le había rasgado la piel a través de la ropa y al tratar de alejarse, el cuarto chico en la habitación, le enterró el cuchillo por el costado.
Vio como parecía perder a conciencia por un instante y como trataba de quitarse el puñal, parecía doler más que tenerlo incrustado, por que sus ojos se abrieron ante el agonía.
Los idiotas sólo se reían de su desgracia.
Vio como se estiraba y lograba alcanzar la jaula, que rodó por el suelo y se abrió para liberar al ave de Potter.
—¡Ve por ayuda, Hedwig! ¡Trae a alguien!
La emplumada pareció entender perfectamente, porque salio rauda por la ventana y se perdió en la distancia.
—¿Qué hiciste, mierda?
El primo de Potter parecía aun más furioso que antes. Se acercó en un par de zancadas y lo sostuvo del cabello, para luego levantarlo y tenerlo a un palmo de distancia, sólo para terminar dándole un fuerte golpe en la cara que lo lanzó por el suelo, hasta chocar con la pared.
Potter trataba infructuosamente de ponerse de pie, pero nunca soltaba su sangrante herida.
>>Potter, Potter, Potter — Le canturreó mientras se dejaba caer sobre la cama y se apoyaba con las manos en las rodillas —¿No sabes acaso, que no saldrás bien librado de esta?
Los mocosos alrededor se reían ante las palabras del que parecía ser su líder.
El gordo les miró con seriedad y les movió la cabeza en dirección a Potter.
Uno de los tipos de hizo tronar sus dedos, mientras se acercaba casi a saltos hasta donde se encontraba Potter.
Severus, sin poder hacer nada, vio como le pateaban contra la muralla, golpeándole por donde pudieran. La rodilla de Potter sonó de manera seca al fracturase cuando le pisaron con fuerza. Se retorcía cuando le golpeaban los genitales y el estomago, pero no alcanzaba a recuperarse cuando una nueva lluvia de golpes le llegaba en la cara y el pecho.
Los gritos de Potter llenaban el ambiente, pero los adolescentes parecían animales sedientos de sangre, parecían disfrutar el dañarlo y ponían más énfasis en sus golpes.
El primo de Potter parecía ser el que mas disfrutaba. Severus notó que se movía en su puesto y con horror vio como en un momento, una de sus manos viajo a su entrepierna. El enfermo parecía excitarse con el dolor de Potter. Se acariciaba y gemía.
Severus no quería seguir mirando, pero tenía que saber que más pasó en esa habitación.
En un momento, uno de los chicos tomó nuevamente el puñal y lo clavó en el pecho del mago.
Severus supuso que esa era la herida que estuvo a un paso de matarlo, pero que por milímetros no llegó a su objetivo.
El cuarto empezó a temblar. Las paredes vibraban y las cosas que había dentro del ropero, se salieron de su refugio, para caer esparcidas por el suelo.
Los adolescentes parecían no darse cuenta de lo que pasaba a su alrededor, por que en el gordo seguía en la cama, masturbándose ante la cruenta imagen. Y los otros tres ahora se divertían arrastrando a Potter hasta el centro de la habitación.
Vio como el que había enterrado el cuchillo se sacaba la camisa y la arrojaba a un lado.
—¿Me dejas tomarlo, Dudley? —Le preguntó mientras empezaba a desabrocharse el pantalón.
—Todo tuyo —le respondió el gordo, sin dejar de mirar ni acariciarse.
Severus no quería pensar en ese momento. No sabía hasta que punto había llegado el ataque, pero la idea de ver como violaban a Potter y no poder hacer nada, le retorcía el estomago.
El adolescente fue a desabrochar el pantalón de Harry, pero la mano del herido tomó con fuerza su muñeca.
Severus vio como los ojos de Potter empezaban a cambiar de color. Se paseaban por todos los colores, como si fuesen tornasol. Hasta que quedaron completamente negros.
Lo vio inclinar la cabeza hacia un lado y como con la mano libre, apuntaba hacia la puerta y esta se trababa, haciendo lo mismo con la ventana.
Los adolescentes lucían aterrados. El gordo se había puesto de pie y corrido hacia la puerta, pero nada podía hacer ante la magia natural de Potter.
Harry se puso de pie. Al parecer, el dolor de las heridas le era indiferente. Miró al tipo que aun tenía su miembro afuera, y que ahora caía flácido entre sus piernas.
Severus presencio la casería mas brutal que jamás halla imaginado, ni siquiera estando tantos años al servicio de Lord Voldemort.
Ellos normalmente llegaban y mataban a base de maldiciones o torturas, pero nunca nada como lo que veía ahora.
Potter sostenía al tipo por el cuello, levantándolo unos centímetros del suelo, pese a su enorme diferencia de porte, ya que claramente, Potter era el mas bajo en la habitación.
Le vio mirarlo sin ninguna expresión y como tomaba el miembro del chico con la mano libre y de un solo golpe lo quebraba y luego lo arrancaba.
Los gritos de horror de los demás y el de dolor del chico, llenaron la habitación.
—¿Querías meterme esto?
Esa voz no era la de Potter, Severus estaba seguro de ello. Era mas fría y ronca. No como la suave y cristalina que normalmente tenía.
Vio como pese al dolor de ser castrado, el chico no perdió el conocimiento. Y por un momento, quiso que el chico se desmayara o muriera rápidamente.
Harry, aun con el pene del tipo en la mano, se lo metió al chico en la boca, ahogándolo con su propio falo ensangrentado. Luego, puso la mano en el estomago del tipo y susurró lo que pareció ser un Bombarda.
Severus entendió por que las viseras del chico estaban en la muralla cuando llegó a buscar a Harry. Había hecho explotar al adolescente y luego de eso, tiró el cuerpo a un lado, como si no hubiera acabado de matarlo a sangre fría.
Los otros tres se apretujaban contra la puerta, arañándola, golpeándola, tirando del picaporte.
Harry se les acercó y uno por uno pareció jugar con ellos. Nunca cambio su expresión. Por lo menos, no hasta que su primo vio la varita en la cama y se arrastró hasta ella, dejando una huella de sangre en su camino. La tomó y apuntó a Harry con ella, como esperando lograr hacer magia.
—¡Aléjate, monstruo!
Harry parecía no importarle lo que dijera Dursley, por que se acercó casi en un segundo y le sujetó del cuello.
—¿Te gustó verme sufrir, primo? —Su voz parecía volver a ser la de él, pero su mirada no cambio —¿Qué sentiste? —Severus vio como agarraba el paquete de su primo. Pensó que quizás haría lo mismo que con el otro tipo.
—¡No me toques!
El gordo se aterró y con fuerza rompió la varita de Harry.
Potter soltó al adolescente, dejándolo caer al piso como un costal y su cuerpo comenzó a brillar. Una onda expansiva salió de su cuerpo, removiendo todos los cimientos de la casa.

Severus se vio arrojado a la realidad. Seguramente Harry se había desmallado en ese momento y por eso fue expulsado de su mente.
Sentía un odio tremendo por los muggle.
Tenía la necesidad de matar y cobrar venganza por el niño que dormía en la cama, pero sabía que el Lord querría tener ese privilegio. O como él mismo dijo en la casa de los Dursley, ese “privilegio” lo tendría Potter.
Se acercó a la cama nuevamente y por instinto acaricio la mejilla del adolescente.
—Ya haz sufrido demasiado. No es bueno que recuerdes algo que no eres.
Apuntó con su varita y luego de barios minutos terminó su trabajo.
Había borrado los recuerdos del Harry psicópata y asesino, dejándolos solamente hasta cuando casi perdía la conciencia en medio de los golpes y cuando estuvo a punto de ser violado. Pensó por un momento en borrar también ese recuerdo, pero eso le demostraría lo bestia que eran los muggle. Sería una lección a futuro para él.
Al terminar de modificarlos, tomó su propia varita y apuntó a su cabeza extrayendo sus recuerdos y encerrándolos en un tubo de ensayo. Esos recuerdos irían a caer a manos del Lord.
Ahora lo importante era hacer volver a Harry, sanar sus heridas y entrenarlos.
>>Nunca mas sufrirás algo así. Te lo prometo —le susurró al oído y luego de suministrarle un calmante salió de la habitación.
Caminó con tranquilidad, analizando sus últimos momentos, hasta que terminó apoyándose en una de las murallas y sin poder evitarlo, vomitó todo el contenido de sus estomago.
No sintió cuando unos pasos se acercaron y no vio cuando el gran charco en el piso fue eliminado, sólo de dio cuenta de que no estaba solo, cuando un hechizo le envolvió y se sintió limpio de nuevo.
—¿Qué fue lo que pasó?
Severus reconoció la voz de su amo, pero no fue capas de voltear a verlo. Se arrodilló frente a él, sin levantar la mirada en ningún momento, y le tendió el tubo de ensayo.
—Ingresé en la mente de su hijo, mi Lord —Le dijo al tiempo en que sentía sus manos libre del cristal.
—¿Esto es lo que pasó?
Severus logró levantar la mirada y el Lord reconoció la rabia en sus ojos. La furia que le envolvía cuando se unió a sus filas por primera vez. Le gusto esa expresión, pero le aterró el contenido del vial.
No necesitó respuestas, simplemente caminó en dirección a su despacho y dejó caer el contenido en un pensadero ubicado en medio de la habitación.
Severus vio desde la puerta como se sumergía y como, luego de unos minutos, emergía de el para apoyarse con las manos en la orilla del instrumento mágico.
Podía sentir la magia revolotear por el lugar. Como las cosas empezaban a estallar y en un momento Lucius, Black y Lupin estaban a su lado.
—¡Los quiero a todos muertos! —Gritó con furia.
Severus se arrodilló frente a Lord y sabía que Lucius haría lo mismo, pero lo que le extrañó, fue ver que Lupin y Black también lo hacían. Seguramente el Lord les había demostrado que si eran mortífagos, pero es ese momento, lo más importante era no ser receptor de la fuerza del Lord.
>>¡Quiero que vayan por ellos y los traigan a mi!
El Lord salió de la sala y se encaminó a la habitación de Harry, pero antes de llegar vio que Severus le seguía.
—Mi señor, debo comunicarle algo —le habló con respetó.
—Habla, Severus —Le dijo mirándolo y deteniendo sus pasos.
—Me tomé la libertad de borrar los últimos recuerdos de Potter. No creo que sea conveniente para su salud mental, ver en lo que se esta convirtiendo tan de golpe.
—¿Desde donde borraste? —Le dijo serio, cruzando sus brazos frente a su pecho.
—Desde que su magia de descontroló. Todo lo anterior esta intacto.
—Bien. Eso le llenara de rencor y será más fácil para él llenarse de odio contra esas asquerosas alimañas.
Severus inclinó la cabeza y regresó sobre sus pasos. Había dejado a los otros tres en el despacho, viendo sus recuerdos.
Lupin le dijo que el Lord tenía el pensadero ahí, por que le había mostrado sus recuerdos. El como le servían cuando recién salieron de Hogwarts y como fue que se llevó a cabo el nacimiento de Harry. Ahora le tocaba a él el verlo, pero no lo haría. Creería sin ver. Se llenaría de odio como dijo el Lord y protegería a ese niño a costa de su propia existencia.

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Pobre Harry, sentí mucha pena por el, y si deben pagar por lo que le hicieron, lo bueno es que Harry no recordara lo que hizo por que creo que seria algo muy traumatico para el.

claro que es traumatico, pero para eso está Super Severus para protegerlo de él mismo XD

super severuss hahahaah pero supongo que tarde o temprano tendra que afrontar los hechos harry...digo tendra que saber en lo que se esta convirtiendo...u_u

si es por mí no lo hará, aunque uno nunca lo sabe, pero creo que ese fue el despertar y la muerte del Dark Harry

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» Penumbras. Capitulo 10: El secuestro.
» Penumbras. Capítulo 28: El regreso.
» Penumbras. Capítulo 30: El reencuentro y los que se van
» Penumbras. Capítulo 31: La conversación