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 | Tema: Death Eater takes a Holiday. Capítulo 8. Umm... capítulo 8  Dom Abr 12, 2009 12:33 pm | |
|  Death eater takes a holiday
Capítulo 8Umm... capítulo 8
—¿Harry? ¿Estás acostado, compañero?
Harry permaneció quieto a pesar del encantamiento de silencio. Al no escuchar respuesta, Ron intentó abrir las cortinas, pero encontró que estaban cerradas con magia. Instantáneamente, miró hacia la mesilla de noche para ver si estaba allí la condecoración de Sirius; no la encontró. Habían pasado varios meses desde la última vez que Harry se encerrara en su cama buscando privacidad. Ron debía respetar su aislamiento y permitirle que se afligiera un poco.
—Te veré más tarde, Harry; mucho más tarde.
Harry rió entre dientes. Sólo podía imaginar lo que su amigo estaría pensando hacer con Hermione. Quizás tenían algo de polvos floo.
Regresó la mirada hasta Sev, para encontrarlo con los ojos abiertos. Sonrió.
—Todo está bien, no puede oírnos— se sentó a horcajadas sobre él—. Me alegra que despertaras.
—¿A si?— con sus manos, trazó círculos sobre el pecho de Harry, para luego bajar hasta posarlas sobre sus caderas—. Cuéntame porqué— bromeó, retorciéndose bajo el duro y esbelto cuerpo.
Harry apretó sus piernas alrededor de las caderas del otro.
—Porque te deseo, por eso— presiono sus erecciones, una contra otra—. Te has recuperado; genial.
El chico de ojos negros se incorporó, con Harry todavía sentado a horcajadas sobre él. Lo levantó para ubicarse en el centro de la cama. Era impresionante lo fuerte era, y el Gryffindor se preguntó cuan fuerte sería el Sev mayor. ¿Tendría el mismo estómago plano y fuerte como tabla de lavar? Estaba distraído examinando los músculos de Severus cuando se dio cuenta que éste le estaba hablando.
—¿Cómo te gustaría, así o que me diera la vuelta?— le preguntaba con su profunda voz seductora, enviando estremecimientos a lo largo de su espina dorsal, al mismo tiempo que sentía su cálida respiración sobre su cuello.
Harry hizo su mejor esfuerzo por sonar tan sexy como Sev, pero el sonrojo no ayudaba.
—Quiero que tú… estés arriba— dijo, mientras caía, llevando a Sev con él. Éste lo miró, interrogante.
—¿Estás seguro?— sonrió—. Sabes que el lunes, una vez que yo vuelva a ser el bastardo mordaz de siempre, puede que no te permita que me poseas. Podrías querer tomar ventaja ahora que todavía puedes.
Harry soltó una risita nerviosa.
—No sé exactamente qué hacer— Harry enrojeció mientras se atoraba con las palabras.
—¿Nunca antes has estado arriba?— era más una afirmación que una pregunta. Harry asintió con la cabeza en señal de confirmación—. ¿Sólo has estado abajo? O…— Harry se mordió el labio—. Harry, ¿nunca has hecho nada?— preguntó con incredulidad—. ¿Cómo puede ser? Tienes que haberlo hecho con alguien, me diste la mejor mamada de mi vida. ¿Eres tan confidente y nunca…?
—Severus, tú y yo somos inabordables por diferentes razones. He estado con algunos, pero sólo me di cuenta que no estaba interesado en las chicas hace un año o algo así. ¿Sabes lo difícil que es encontrar alguien que sea gay sin que se entere toda la escuela? Hay que encontrar una persona lo bastante inteligente como para que sea discreto. Siempre hay la posibilidad de que cualquier cosa que yo haga hoy amanezca mañana en los periódicos— dijo la última parte con desprecio. Empezó a jalar un hilo suelto de las sábanas—. Conseguí encontrar unos pocos que valían para pasar un rato, pero ninguno especial.
Levantó la vista para ver la reacción de Sev, pero se encontró con que éste era incapaz de formar las palabras.
¿Era él especial?, pensaba Severus internamente.
—Harry, ¿estás seguro? Quieres que yo tome tu…
Harry lo interrumpió con un beso.
—Te quiero. Estoy seguro. Eres especial— puntualizó cada oración con un beso.
—Tú sí que eres especial— contestó Sev, con esa seductora voz que hacía que Harry se derritiera. Apartó el cabello de su frente para exponer su cicatriz—. No sé porqué el resto del mundo piensa que eres especial— musitó, pasando un dedo lo largo de la sombra en forma de rayo—. Pero sé que eres especial por mis propias razones.
—Sólo soy Harry.
—Apostaría que nunca has sido ‘sólo Harry’— lo atrajo para besarlo nuevamente—. Fuiste agradable, aunque llegué a tu sala común a invadir tus vacaciones. Oh, aguarda; eso fue porque pensabas que yo era sexy— bromeó—. Podrías haberme ignorado después, pero no lo hiciste, ni siquiera porque yo era alguien que no te importaba.
—¿Ahora sientes que importas?— preguntó Harry, sonriendo alrededor del pezón que acababa de atrapar.
—Ohh, sí. Deja eso, es tu turno— Sev puso una almohada bajo su cabeza, tomó un pedazo de chocolate y lo apretó. Harry observó con anticipación. Severus abrió la mano para mostrar el chocolate, ahora derretido. Frotó un largo y delgado dedo en el chocolate y pintó cada pezón de Harry, para luego bajar a lo largo de su torso y alrededor de la sensible piel cerca de las caderas del Gryffindor, haciéndolo jadear.
—¿Cosquillas?
El chico asintió y Sev almacenó la información para otra oportunidad.
Harry observó como su amante lamia y chupaba de sus tetillas el dulce endurecido, dejándolas sensibles, duras y rojas. Continuó hasta que toda traza de dulce fue lavada de su ahora tembloroso cuerpo. El Gryffindor estaba duro como roca y dolido por la necesidad. Severus apenas rozó su miembro a favor de sus piernas, una lengua viajando a lo largo de los muslos internos. Al no haber tenido idea previa de que esto se sentiría tan bien, Harry sólo se acostó y disfrutó, emitiendo gemidos que animaban a Sev a seguir. La lengua caliente se deslizó por sus bolas, llevándolas hasta una boca ardiente, liberándolas sólo para subir hacia su miembro.
Harry resistió la urgencia de empujar las caderas, mientras Sev movía la lengua antes de tomarlo completamente.
—Oh, oh, Severus— jadeó—. Sí. Oh, por favor, no te detengas.
El otro sonrió, aún rodeando su dureza, y zumbó, disfrutando el sonido que hizo el chico ante sus atenciones.
Fuertes manos masajearon caderas y las piernas fueron levantadas y separadas suavemente. Harry se concentró en la gloriosa sensación de una larga y ardiente lengua deslizándose más y más abajo, girando alrededor de su saco, y seguir bajando aún, suavemente. Severus levantó la vista al escuchar como tomaba aire bruscamente.
—¿Todo bien, Harry?
Asintió, demasiado avergonzado como para confesar que nunca se le había ocurrido que alguien pudiera hacer eso, o que eso se sentiría tan bien.
>>¿Quieres que me detenga?
Severus iba a agregar que si no estaba listo no había problema, cuando Harry lo interrumpió.
—No, no te detengas. Yo… no te detengas.
Severus comprendió y continuo. Harry estaba tan cerca, y necesitaba más. Le preguntó qué tenían en la habitación que pudiera usar como lubricante. Harry liberó el hechizo que tenían las cortinas de la cama de cuatro postes y fue hacia el colchón de Neville. Ignoró la revista con fotos de brujas en poses sexys y tomó lo que estaba buscando.
Se sorprendió cuando regresó a la cama para encontrar a Sev sosteniendo uno de los recipientes con pociones que había en su mesilla de noche.
El Slytherin lo preparó con una mezcla de aceite y poción contra el dolor. Harry se relajó mientras el otro susurraba palabras de aliento.
—Respira.
Cuanto estuvo seguro que Harry estaba listo, entró en su interior; observó su rostro buscando dolor o arrepentimiento, pero no encontró nada. Sabía que lo estaba hiriendo al menos un poco, pero los ojos verdes solamente mostraban pasión y confianza, sin apartarse de Sev ni por un segundo. Atrajo a Harry para besarlo, estando ya completamente enterrado en él, y comenzó a dar lentas y suaves embestidas. Estaba ligeramente sorprendido al poder resistir tanto como quería. Sospechaba que la poción que había administrado al Gryffindor también tenía un efecto adormecedor sobré él y lo agradecía.
Harry se movió sobre la almohada bajo sus caderas, la boca ligeramente abierta. Emitió los más dulces sonidos de pasión; contuvo la respiración cuando Sev consiguió embestir contra ese maravilloso punto en su interior que ni siquiera sabía que existía hasta ese día. De nuevo, una ardiente respiración en su cuello.
>>Tan caliente, tan apretado— susurró Sev en su oreja.
Harry alzó las caderas, incapaz de exponer con palabras su necesidad de más. Sev lo complació, embistiendo más rápido y duro, tomándolo para masturbarlo al mismo ritmo de sus embestidas, llevándolo al fin. La sola expresión en el rostro de Harry ya lo acercó a él al precipicio. Sus ojos parecían taladrar su alma. El rostro del Gryffindor resplandeció; su cabello derramado contra la almohada enmarcando su cara. Lamiendo sus ahora secos labios, Harry engarzó sus verdes ojos con los ónices sobre él, mientras Sev embestía una última vez. Con un grito, colapsó agotado sobre la ahora temblorosa masa bajo él. Se acostó sobre Harry, su corazón todavía golpeteando, mientras su amante lo abrazaba estrechamente. Lo sostenía como si fuera a desaparecer si lo dejaba ir. Tembló de emoción mientras, lentamente, Sev corrió la mano por su rebelde melena, acercándolo más todavía. Enredados uno con el otro, durmieron en paz durante el resto de la noche. Ron despertó temprano ese día, maldiciendo el dolor de espalda que sufría por haber dormido en un sofá. Se arrastró escaleras arriba rumbo al dormitorio, con la intención de conseguir algunas horas más de sueño. Al entrar a su cuarto notó que la Orden de Merlín de Sirius estaba de regreso en su lugar en la mesilla, junto con un vial medio vacío de poción analgésica.
“Oh, mierda”, pensó. Harry había tenido otra pesadilla y no había estado allí para ayudarlo. Su amigo nunca había tomado medio vial solamente.
Lentamente, retiró la cortina, para verificar si Harry estaba durmiendo profundamente. Al principio, no estuvo seguro de lo que veía, hasta que se dio cuenta que era un pie. Su amigo estaba durmiendo con la cabeza en el lado equivocado de la cama. El pie era pálido, lo que le asustó al pensar que el episodio había sido muy malo y sólo había tomado medio vial de poción. Pero entonces notó que el otro pie era bronceado… los otros dos pies. Los ojos de Ron se abrieron como platos mientras retiraba completamente las cortinas, obteniendo una vista completa de Harry y Severus, enredados y desnudos.
Llevó una temblorosa mano hasta su boca recitando un mantra silencioso.
—Oh, mi Dios.
“Harry y Snape”
>>Oh, mi Dios.
“Desnudos”
>>Oh, mi Dios.
¿Qué, en el nombre de Merlín, estaba pensando Harry? Sabe que es Snape”, continuó diciéndose a si mismo mientras intentaba apartar la vista de las figuras desnudas delante de él.
Antes de cerrar nuevamente las cortinas, miro al pie de la cama el rostro de Harry enterrado en un lado de Snape. Había visto a su amigo dormir miles de veces en los últimos siete años, pero nunca su rostro había mostrado tanta paz. ¿Paz con Snape?
>>Oh, mi Dios.
Se congeló cuando Severus se estiró. El dormido paso un brazo sobre Harry, atrayéndolo hacia él en un gesto protector. Harry no se despertó; sólo acurrucó su cabeza contra el cálido cuerpo a su lado. Agradeciendo que ninguno de los dos despertara, Ron cerró las cortinas y trepó a su propia cama. No habría más sueño para él esa mañana.
Siempre había insistido en que Harry nunca le contara detalles de sus encuentros cuando salía de noche. Aceptaba lo que era, pero no podía evitar avergonzarse cuando pensaba en su mejor amigo besando a otro tío. Y ahora lo había visto acostado y desnudo, desnudo junto a Snape, de toda la gente. Cayó en la cama pensando el modo en que podría convencer a Harry de que le lanzara un obliviate, sin tener que contarle que los había visto juntos.
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| | Tema: Re: Death Eater takes a Holiday. Capítulo 8. Umm... capítulo 8 Vie Oct 02, 2015 12:23 pm | |
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