alisevv
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| Tema: Death Eater takes a Holiday. Capítulo 14. Sonidos de pasión Dom Abr 12, 2009 4:05 pm | |
| Death eater takes a holiday Capítulo 14Sonidos de pasión Severus despertó de su sueño, aunque no había dormido mucho tiempo. Había estado acostado junto a Harry largo rato, observándole dormir; se veía tan joven mientras dormía. Quizás era la falta de los lentes. Incluso con los lentes, se veía muy joven para su edad. Si preguntó si Harry era muy maduro para su edad, o si sería que él mismo no lo era. Quizás era el hecho de que no tenía preocupaciones y Harry sí. Decidido, escribió una nota. Había encontrado una nota en su bolsillo, escrita por su yo más viejo, que decía: Descubrir que sucedió la última vez con relación a Minerva. Desde entonces, había estado añadiendo preguntas al pergamino. Eran pregón tas que no sabía si su yo mayor conocería o no. Toda la tarde sin Harry le había dado oportunidad de reflexionar, sobre su vida y sobre el hecho de ser profesor.
Aunque no podía recordar muchas cosas acerca de su vida, no había esperado ser un docente de profesión. Disfrutaba con las pociones y esperaba desarrollar una carrera en la materia, pero había deseado más. No ser sólo un profesor. Los fabricantes mediocres de pociones eran profesores. Él deseaba ser un Maestro. No es que sintiera que enseñar fuera algo inferior a él, pero se decepcionaba de si mismo por no haber sido capaz de recorrer todo el camino. Quizás esa fuera un nuevo objetivo para él. ¿Qué había pasado en su vida para impedirle alcanzar su vieja meta, y por qué podía recordar dicha meta y no otros detalles de su vida?
El hechizo de Dumbledore no había borrado su memoria indiscriminadamente, todo había sido muy bien pensado. El anciano dejó que recordara, convenientemente, sólo lo que él deseaba.
“Quizás también quería yo considerara que no había alcanzado mi meta”, reflexionó. “Es divertido cómo me mira, cual si fuera un halcón. No creo que supiera que Harry era gay cuando montó toda este lío”
Se debería haber sentido insultado por la falta de confianza por parte del anciano, pero lo conocía demasiado. Él había sido un adolescente lujurioso. Al momento que posó sus ojos en Harry lo había deseado, y el Gryffindor se había quedado inmóvil en el momento en que él entró. Supo al instante que Harry también lo estaba valorando. Había sido evidente por su gran boca abierta. Se echó a reír ante el recuerdo.
Harry había estado tan despreocupado ese primer día. Sev se sentía como si estuviera ante un jugoso filete de carne al que estaba demasiado feliz de poder enterrarle el cuchillo. Harry estaba excitado y ansioso, pero no le permitió ningún avance esas primeras horas que habían compartido como extraños. ¡Cuánto había cambiado en apenas unos días! Sus pensamientos se vieron interrumpidos por el gruñido de su estómago. Miró a Harry. Levantó su mano y se giró para poder observar mejor su reloj. Casi la hora de cenar. Decidió despertar al sexy dios dormido.
Harry apenas era consciente la las aves que gorjeaban en los árboles, ni siquiera de estuviera tirado sobre el césped en el exterior del castillo. Toda su atención estaba enfocada en la mano que sostenía la suya. ¿Y qué era eso? ¿Acaso una lengua deslizándose entre sus dedos? Dejó escaper un somnoliento gemido mientras sentía como la lengua llevaba su dedo a una cálisa y húmeda boca. Abrió los ojos para ver ese dedo siendo succionado, adentro y afuera, por los sonrientes labios de Sev.
-Hora de despertar, Bello Durmiente.
Harry sonrió, para luego darse cuenta de cómo le había llamado.
-¿Cómo sabes toda esa cosa muggle de la Bella Durmiente?
Sev bufó.
-¿Estás bromeando? La comunidad mágica escribe el noventa y ocho por ciento de los cuentos de hadas. Es del conocimiento general entre los magos. Una bruja lanza un hechizo a la Bella Durmiente. Otra bruja da a Blancanieves una manzana envenenada. Sinceramente, Harry, esto es algo que deberías haber aprendido desde pequeño.
Toda la educación de Harry previa a Hogwarts había transcurrido en escuelas muggles. De repente, recordó algo que vio en unos folletos de educación continua de Hermione. Hubiera tenido que echar otra mirada a esos.
>>¿Acaso estuviste viviendo bajo una roca antes de venir aquí?- se mofó Sev.
Harry rió, pensando en el comentario de Sev: Bajo una roca, o bajo las estrellas, da igual
-Voy a extrañarte-musitó suavemente mientras caminaban.
Sev resistió la urgencia de aferrar la mano de Harry, estaban demasiado cerca de la puerta principal.
-Yo también; supongo que tendremos que conformarnos con lo que quede de mañana.
-¿Qué quieres decir con mañana? No tienes que regresar hasta el lunes, ¿cierto?-preguntó suplicante.
-No, lo siento, Harry. Regresaremos el domingo en la mañana; supongo que tenemos que ajustarnos, preparar clases y esas cosas, antes de regresar a trabajar el lunes.
Harry lució positivamente desconcertado, había pensado que tendrían más tiempo. Sev podría regresar a la normalidad y expulsarlo para el domingo al mediodía. Bueno, quizás no iría tan lejos. Tendría que admitir haber tenido sexo con él para meterlo en problemas, y eso lo colocaría en una situación tal delicada como la suya. Severus parecía tan resuelto como él en hacer que eso funcionara, pero eso no contaba para los demás recuerdos y sentimientos de Severus hacia Harry. El Gryffindor se preguntaba si Sev respondería por sus acciones, considerando su estado de ánimo.
Cuando todo reventara, probablemente, Dumbledore sería el primero en la línea de fuego, ya fuera de Severus o del Consejo, dependiendo de cuan lejos llegara todo. A Harry no le gustaba pensar en eso, pero iba a estar preparado para cualquier posible resultado. No había actuado en esto a ciegas, y mientras una parte de él no podía dejar de pensar que Sev tendría que irse antes de lo esperado, la otra parte sabía que tenía que pensar qué hacer, y planear las cosas, si es que quería obtener algún resultado con el profesor de Pociones.
Una vez más, las masas parecían estar congregadas en el Gran Comedor después de cenar. Harry aceptó jugar ajedrez con Filius mientras Ron jugaba una revancha contra McGonagall. Sev rió entre dientes cuando Harry eligió el color de las piezas. Había llevado su tablero particular, porque sus piezas eran más pendencieras que el resto. Harry era de la opinión de que si no podía ganar muchas piezas, al menos debería hacerlo lo más divertido posible. Aparentemente, las piezas de ajedrez habían llegado a conocer a los jugadores después de un rato. Las piezas blancas de Filius estaban a un lado, mostrándose satisfechas y orgullosas, confiadas en ser las ganadoras, mientras las de Harry parecían adquirir sonrisas temerarias, listas para la acción. Por supuesto, las piezas sólo estaban colocadas como en cualquier juego, pero cuando se movían, se podía ver claramente las diferencias.
Sev observó que Harry estaba concentrado, en tanto que Filius se veía muy relajado. Al ser tan buen jugador, tomaba el de Harry como un juego tranquilo, que le proporcionaría algo de descanso antes de tener que enfrentarse de nuevo a Ron o McGonagall. A Harry eso no le importaba, jugar contra alguien tan bueno como Filius siempre le ayudaría a mejorar su propio juego. No era un mal jugador, pero los otros tres eran muy buenos.
Después de un rato, Harry tomó su primera pieza a Filius. La pequeña pieza de ajedrez giró su arma en el aire unas cuantas veces más de lo necesario, como efecto, y golpeó la torre blanca con todas sus ganas. Además de los habituales pedazos de piedra rota, quedó un montón de polvo en el lugar del tablero donde había estado parada la torre de Filius. Ron y McGonagall alzaron la vista de su juego para ver la sonrisa de Harry, junto a la expresión divertida de Filius.
Severus se acomodó en su asiento, pensando:
No, él nunca fue ‘sólo Harry’.
-…Severus-el aludido se dio cuenta que Filius le estaba hablando, interrumpiendo sus reflexiones sobre Harry-. ¿Te preguntaba si la lo habías averiguado?-repitió Filius. Sev asintió y Harry miró a ambos, interrogante.
-El otro día, estuvimos especulando sobre nuestras posibles ocupaciones-explicó Sev, antes de girar su atención hacia Filius-. ¿Tú averiguaste?
El aludido asintió con una sonrisa
-Sí. Estaba bastante seguro, pero ayer lo confirmé cuando vi la tarea de alguien con unas anotaciones mías al pie, aunque antes de eso no sabía si estaba en Transformaciones o Encantamientos.
-Asumo que eso acabó con sus tus primeras suposiciones, ¿no?
Harry se sorprendió al ver como el pequeño mago se ruborizaba. Al parecer, algunas de sus teorías resultaron bastante absurdas, ahora que sabían la verdad.
Severus estaba riéndose junto a Harry y Filius cuando notó que una lechuza se abatía hacia ellos. La enorme ave aterrizó entre Harry y Ron. Justo cuando Harry tomaba un peón de Filius, la indignada lechuza hinchó sus plumas y se alejó de la nube de polvo que surgió del tablero de ajedrez, desdeñando a Harry y alargando su pata para que Ron recibiera la carta. Cuando éste retiró la misivaagitó las plumas para retirar cualquier resto de polvo y salió volando. Harry puso los ojos en blanco y suspiró; sólo Hermione podía tener una lechuza con esa actitud.
-¡Ey, Harry, es de Hermione! Va a regresar antes. Estará aquí mañana.
-Genial-exclamó su amigo, asiendo la carta. En el sobre, pudo observar el nombre de ambos-. Dice que está ansiando reunirse con ustedes-comentó, mirando a Filius y a Severus.
-¿Con nosotros?-interrogó éste último.
-¿Supongo que ella es una estudiante de esta escuela?-indagó Filius.
-La mejor de nuestro grupo-declaró Harry, orgulloso de su amiga.
Filius sonrió. Ahora que sabía que era profesor, sería divertido ver a su mejor trabajo, por así decirlo. También estaba ansioso de conocerla.
Severus, por su parte, aunque interesado en conocer a una amiga cercana de Harry, no podía evitar ser un tanto cauteloso. Si ella era inteligente, podía resultar una amenaza para su relación con Harry. La mayoría de los estudiantes presentes eran jóvenes, por consiguiente algo despistados, y la reacción de Ron era lo que se podría llamar reservada; no tenía idea de lo que Hermione traería a la mezcla. ¿Ron la habría puesto al corriente de lo que sabía? ¿Y cuándo sabía él?
Harry observaba su expresión con preocupación interesada. Unos pocos y desafortunados movimientos mas terminó con la partida de ajedrez. Filius movió su varita y todas las piezas volvieron a estar intactas, aunque más pequeñas que antes. Siempre quedaba algo de polvo que nunca regresaba. Harry le agradeció por el juego y le dio las buenas noches.
-Sev, ¿quieres que vayamos a ver a Dobby?
“No, pero si eso significa que podemos irnos sin levantar sospechas…”
-Claro.
Harry sonrió y dio las buenas noches a Ron, quien estaba concentrado en su próximo movimiento. Apenas levantó la vista para contestar con un rápido ‘hasta luego, Harry’, antes que los otros se fueran.
Sev y Harry se sentaron en una mesa limpia en las cocinas, mientras Dobby corría a traerles algo de helado. Sev estaba pensando en Hermione, frotando con aire ausente el dedo donde hubiera estado un anillo, de haber tenido alguno. Harry lo observaba; era obvio que quería preguntar algo desde que había mencionado que vendría Hermione. Por esa razón había sacado a Sev del Gran Comedor, para que pudieran hablar. No podía evitar disfrutar la expresión que mostraba el rostro del Slytherin. El Severus que había conocido por años no mostraba tanto. Ya se había dado cuenta que siempre que Sev tenía una duda, frotaba su dedo. Pensó en sus clases de Pociones y trató de imaginarse a Snape en clases. Sus largos y finos dedos girando expertamente una poción. Sí, recordó que Severus llevaba un anillo. Era de plata, con una piedra negra, bastante simple. Hizo una nota mental para observar a su profesor la semana entrante y ver si todavía tenía el hábito.
-¿Hermione sabía que yo era tu professor cuando nos presentaste por la chimenea, verdad?
¿Y sabrá que echamos un polvo pocas horas después?
>>¿Ella sabe que estuvimos?
-¿Follando?-Harry rió entre dientes-. Ella debe saber cualquier cosa que Ron supiera la noche que conversamos por la chimenea, pero no haría mención de nosotros por carta. Después del verano pasado, somos muy cuidadosos con lo que escribimos-explicó, recordando cómo su carta a Sirius había disparado el ataque a Pivet Drive, acabando con la vida de su padrino
Dobby entró apurado en el recinto, sosteniendo una bandeja de helado con dulce derretido por encima, que puso fin a su conversación. Harry hundió la cuchara en la salsa de chocolate, tomando ca combinación justa de salsa, nueces y crema.
-Nunca he visto a nadie que disfrute la comida tanto como tú. Bueno, Ron parece perpetuamente hambriento, pero tú, tú transformas el comer en una forma de arte.
Harry sonrió desde su cuchara.
-Una de las mejores cosas en Hogwarts es su comida-contestó, lamiendo la cuchara para limpiarla-. Y cuando alguien pasa tanto tiempo como yo en la enfermería, aprende a disfrutar lo poco que se puede hacer allí.
Sev sacudió la cabeza, divertido.
-¿Fue el último verano?- indagó Severus.
-¿Qué?
-La batalla en tu casa, ¿fue ahí cuando estuviste en la enfermería por tanto tiempo?
-No. Yo… bien, estuve un tiempo entonces, pero estoy hablando en general, a lo largo de los años. He pasado incontables días allí. El mes pasado fui golpeado por una bludger en la cabeza y pasé dos semanas allí. Dobby me consiguió cada comida en la que pude pensar.
-¿Una bludger, y aún así quieres jugar profesionalmente?-bromeó Sev, sabiendo muy bien que los profesionales eran golpeados todo el tiempo.
-En mi defense dire que había tres bludgers ese día. Malfoy, quien juega para el equipo de Slytherin, había lanzado la tercera directo hacia mí.
-¿Dónde va a estudiar él ahora?-preguntó Severus, cómicamente.
-¡Ja! Malfoy tiene tanta posibilidad de ser expulsado como yo. Eso nunca pasará. Además, yo no iba a ir con el chisme; si él fuera expulsado del equipo, yo no podría disfrutar venciéndolo completamente-tomó otro pedacito de su helado, haciendo crujir las nueces-. Hmm, esto es el cielo-suspiró, casi seductoramente.
Sev sonrió.
-Suenas como si estuvieras teniendo sexo. ¿Siempre haces ese tipo de sonidos cuando comes?
Harry se echó a reír, cuidando de no salpicar salsa de chocolate de su boca.
-Una vez-comenzó, pero tuvo que detenerse en medio de la oración para recuperar la respiración a causa de la risa risa-, Hermione vino a visitarme a la enfermería y Dobby apareció y me ofreció un recipiente de natillas. Era lo primero que comía en un tiempo y estaban deliciosas-se detuvo de nuevo, sacudiéndose de la risa al recordarlo.
Harry estaba acostado con los brazos rodeados de vendajes; Hermione estaba sentada en una silla al lado de su cama, sonriendo a su amigo convaleciente, mientras un pequeño elfo doméstico, se sentaba feliz en el abdomen del chico, alimentándolo con una gran cuchara llena de natilla.
-Sinceramente, Harry-dijo la joven, sacudiendo la cabeza cuando él gimió.
-¿Qué?-preguntó con aire inocente. Hermione sólo se ruborizó y sacudió la cabeza nuevamente.
Cuando la medibruja escuchó los ‘sonidos de pasión’ se acercó presurosa, gritando a través de las cortinas.
-¡Señor Potter, señorita Granger! Dificulto que éste sea el lugar…
Se interrumpió cuando Hermione corrió la cortina, dándole una vista completa zumbido de Harry alrededor de la cuchara en su boca, mientras la criatura en su estómago lo alimentaba como si fuera un niño pequeño.
Harry se enjugó una lágrima de risa.
-Se necesita verdadero talento para ruborizar a Pomfrey.
Severus, ahora riendo, afirmó:
-Eres malvado, Harry.
Éste asintió con una sonrisa y una mirada brillante.
-Sólo estaba tratando de provocar a Hermione; lo de Pomfrey fue un bono adicional.
Última edición por alisevv el Dom Ene 24, 2010 4:45 pm, editado 1 vez | |
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