La Mazmorra del Snarry
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La Mazmorra del Snarry... El escondite favorito de la pareja más excitante de Hogwarts

 

 Death Eater takes a Holiday. Capítulo 4. Incluso las hadas vuelan derecho en el viento

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alisevv

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MensajeTema: Death Eater takes a Holiday. Capítulo 4. Incluso las hadas vuelan derecho en el viento   Death Eater takes a Holiday. Capítulo 4. Incluso las hadas vuelan derecho en el viento I_icon_minitimeDom Abr 12, 2009 11:36 am

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—Supongo que las presentaciones no fueron tan bien como esperabas— habló Sev finalmente, rompiendo el silencio. Harry hizo una mueca de dolor ante la elección de palabras.

—Te lo dije, la esperanza y yo no somos amigos— contestó, sacudiendo la cabeza con tristeza—. No, la presentación no fue lo que pensaba que sería. Nos conocemos; de hecho, te he conocido por años. Lamento si no te reconocí antes, pero… Ninguno de nosotros hizo nada que el otro no quisiera, ningún daño se ha hecho. No se lo diré a nadie— terminó su ensayado discurso, con un suspiro.

—¿Eso es todo? ¿Tú lo decidiste? Dijiste que la próxima semana seguiríamos si yo quería estar contigo. ¿Qué te hace estar tan seguro que no querré verte de nuevo?— inquirió, indignado.

—Oh, no te preocupes, me verás. Sólo espero que, cuando lo hagas, no me mates. ¿Ves lo que has hecho? Conseguiste que esperara algo otra vez— dijo el Gryffindor con sarcasmo.

—Dado que es seguro que te mataré, no haría daño si conversamos, ¿verdad?

Harry encontró que le resultaba difícil permanecer en su actitud mientras Sev estaba devolviéndole el sarcasmo. Y también tenía un punto; lo que fuera a suceder el lunes, no haría más que empeorar si era grosero con Snape el resto de la semana.

“Demonios”, pensó. “Y es solo el primer día”

>>Tienes hambre, ¿verdad? ¿Quieres bajar a las cocinas y birlar algo de comer?— preguntó Sev, mirando alrededor para comprobar que nadie escuchara. Harry se veía impactado ante la sugerencia de que rompieran las reglas. Esto debía ser lo que Ron tuvo en mente.

—¿Cómo supiste que estaba hambriento?

—Te observé en la cena y comiste lo mismo que yo.

Harry asintió; era cierto que ahora tenía hambre. Había estado demasiado preocupado antes de la cena. Ni siquiera podía decir por qué ya no estaba preocupado, pero disfrutaba estando con Sev. Le dolía la cabeza sólo de pensarlo. Le hizo una seña para que lo siguiera arriba, a su dormitorio.

—No regresaremos antes del toque de queda, así que será mejor que tomemos algunas precauciones— dijo, hurgando en su baúl. Sev esperó a que encontrara lo que estaba buscando, en un baúl que parecía contener una tonelada de objetos.

—¿Es tuyo todo lo que tienes allí?— comentó jocosamente.

—Sí, es todo lo que tengo. Cuando me gradúe, iré directo desde aquí a mi nuevo sitio.

Parecían muchas cosas para un solo baúl, pero no tanto como para ser todo lo que se poseía, pensó Sev antes de ver algo especial en la mesilla de noche de Harry, algo que no había notado con anterioridad.

Era una condecoración de la Orden del Fénix. Grabado en dorado, se leía ‘Sirius Black’. Se encontraba en una caja forrada de terciopelo púrpura.

>>Ya la hallé, ¿nos vamos?— dijo Harry, sacando una brillante capa del baúl. Sev quedó con la boca abierta—. Hay un sitio esperando por nosotros allí abajo, sólo tenemos que evitar a Filch— terminó, casi riendo al pensar que no tendría que preocuparse porque lo atrapara Snape.

Casi recorrieron sin problemas todo el camino hasta las cocinas. Cuando llegaron al rellano de un tramo de escaleras, encontraron a Filch, que rodeaba una esquina murmurando incoherencias sobre Peeves y un cubo. Retrocedieron para encontrarse con que las escaleras se habían movido. Se vieron obligados a esperar hasta que Filch secara el agua del piso. No podían arriesgarse a pasar y dejar sus huellas. Harry retrocedió un paso cuando la mopa se acercó peligrosamente a sus pies, sofocando un grito de asombro mientras presionaba contra Sev. Podía sentir la respiración del otro sobre su nuca, y se preguntó si lo estaría haciendo a propósito. Le resultaba demasiado difícil pensar con esa boca tan cerca de su piel.

Se pateó mentalmente.

“Es Snape por quien me estoy poniendo duro”

Con su instinto de conservación en mente, dio un paso hacia delante. Dios, ¿eso iba a durar por siempre? Por Merlín, sólo era un poco de agua, y el piso era de piedra después de todo. Habría amanecido seco si nadie lo hubiera descubierto. Fue sacado de sus reflexiones, muy literalmente. Filch había dado un rápido giro con la mopa y Sev había rodeado su cintura con sus brazos y lo había jalado hacia atrás, alejándolo del celador. Harry pudo sentir una erección presionando por atrás. Cálidos labios tirando del lóbulo de su oreja, succionando sin misericordia. Una lengua punzando su oído, enviando escalofríos a través de su espina dorsal. Los brazos que rodeaban su cintura manipularon para hacerle darse la vuelta y los mismos labios cálidos reclamaron su boca. El saber que estaban haciendo esto frente al celador sólo parecía estimularlo. Cuando rompieron el beso abrasador, Sev rió porque ninguno de los dos había notado que Filch se había marchado.

Harry se alejó.

—No podemos volver a hacer esto.

Sev asintió, pero sabía que de todos modos lo intentaría de nuevo. No presionaría si Harry no deseaba hacerlo, pero mientras se estaban besando notó que el chico estaba tan duro como él. Continuó caminando mucho más cerca de Harry de lo estrictamente necesario. El Gryffindor se estremeció mientras se daba cuenta que la respiración de Snape sobre su nuca ahora tenía todo un nuevo significado.

Cuando llegaron al cuadro de frutas, dejó que Snape le mostrara cómo entrar, no veía el punto de incriminarse más aún. Cuando la capa fue retirada, dos asustados elfos domésticos gritaron y salieron corriendo.

—¡Harry Potter ha venido a ver a Dobby! ¡Dobby está alegre de ver de nuevo a Harry Potter!— el chico enrojeció y saludó con un hola a la criatura—. ¿Quién es el que viene con Harry Potter?

El Gryffindor lo presentó como Sev y preguntó si podría conseguirles algo de comer. Pronto, un enorme montón de alimentos fue traído para ellos. Los ojos de Sev parecían los de un pez.

—Sé que mi memoria está nublada, pero no recuerdo haber conseguido algo así nunca— reflexionó.

El otro se encogió de hombros. Dobby le sonreía, pero lució repentinamente triste.

—¿Se está sintiendo mejor? Hoy coloqué nuevas pociones de Madam Pomfrey en su mesita de noche— Harry le agradeció, suplicando mentalmente que Dobby no dijera mucho más. Pero no tuvo suerte—. Dobby se siente muy feliz de que sólo haya necesitado dos nuevos viales para el dolor de la cicatriz.

El intento de Severus por contribuir a la conversación, sólo enojó al elfo domestico, aunque no tenía idea de por qué. Harry se frotó la aborrecible marca de manera inconsciente, deseando no haber bajado a las cocinas. Dobby estaba gritándole a Sev, y él deseaba que la tierra se abriera y se lo tragara. Tomó la comida, y agradeció a Dobby una vez más. Con los brazos llenos de comida, salieron lo más pronto que pudieron sin herir los sentimientos del elfo.

No deseando ser atrapados, permanecieron quietos antes de encaminarse cautelosamente a la Torre de Astronomía.

—¿Cómo iba a saberlo? No quise insultar a la cosa.

—No es una cosa. Su nombre es Dobby y está bastante encariñado conmigo. Debes ser cuidadoso con él— dijo, colocando la comida en una pequeña mesa en la Torre de Astronomía.

—La cosa… perdón, Dobby, comenzó a despotricar y delirar acerca del famoso Harry Potter, y a preguntar bajo qué roca yo estaba viviendo para no alabarte por la vida que tenemos, cuando de repente dijiste mi nombre completo y prácticamente corrió gritando. ¿Por qué me teme un elfo doméstico? ¿Por qué no me dijiste que eras famoso?— Severus se veía genuinamente confundido.

—¡No quiero ser famoso!— gritó, ruborizándose; no había querido decir eso tan alto—. Disculpa. Mira, soy famoso por algo sobre lo que no tuve control. Lo odio. Nadie me trata como a un tío normal. Cuando pido algo a alguien, nunca sé si están diciendo que sí porque les gusto, o porque les gusta quien se supone que soy.

Sev se sentaba en silencio, inseguro de qué expresar pero pensando que debería decir algo, cuando Harry continuó:

>>¿Por qué crees que me sentí atraído por ti? Quiero decir, al principio fue porque eres guapísimo, pero luego me di cuenta que no sabías quién era yo, que podía relajarme y disfrutar tu compañía. Imaginé que tendríamos toda la semana para conocernos. Si nos gustábamos, no importaría que el lunes supieras sobre Harry Potter, porque ya habrías conocido a Harry. ¿Tiene sentido?— en sus palabras había esperanza, pero en su rostro desaliento.

—¿De verdad piensas que soy guapísimo?— preguntó Sev con una sonrisa. Harry no podía creer que después de todo lo que había soltado, eso fuera lo único que había escuchado.

Claro que Sev había escuchado el resto, pero ahora estaba pegado a ese pensamiento.

>>¿Si crees que soy atractivo, por qué no me reconociste? ¿Soy un anciano?

Harry rió ante el pensamiento de un Severus Snape de ciento cincuenta años.

—No, no eres un anciano. Tú, umm… llevas el cabello diferente— tuvo cuidado de no poner cara de asco mientras pensaba en el cabello grasiento de Snape. Estudió sus rasgos—. Tu nariz… Eso es— dijo de repente, como si hubiera resuelto un misterio—. Yo, um… creo que debiste rompértela en algún momento. Lo siento— concluyó, disculpándose.

—Entonces, supongo que simplemente luce peor— comentó, moviendo una mano ante si mismo.

Harry pareció pensar sobre ello durante un rato, como si estuviera reuniendo el valor para decir algo.

—Tu voz.

—¿Mi voz qué?

—Se volverá más profunda— hizo una pausa—. Ahora que lo pienso, incluso puedes hacer que un comentario sarcástico suene mortalmente sexy.

Sev no replicó. Estaba pensando sobre Harry encontrándolo sexy, o a su voz en todo caso, incluso a pesar de que, evidentemente, no le gustaba el Severus mayor. Lo observó zambullirse sobre los bocadillos de la mesa, era asombroso verlo comer a dos carrillos. Harry rió a través de un pastel.

—Pensé que Dobby iba a enloquecer cuando preguntaste si yo era famoso por ser un profesional del quidditch.

Sev rió junto con él, ahora que se encontraban a una distancia segura del elfo, era muy divertido.

—Entonces, ¿tu cicatriz es uno de los puntos de la lista ’no podemos hablar sobre eso’?— Harry asintió con la boca llena de crema—. ¿Has recibido alguna oferta para jugar por Inglaterra?— un nuevo asentimiento.

—Sí, me hicieron algunas ofertas, pero si juego no será por un tiempo. Tengo algunas cosas en mi camino primero… “Como Voldemort”— contestó, aunque sin expresar en voz alta el último pedacito.

—¿Qué quieres decir con si juegas? ¿Por qué habrías de despreciar algo así, una vez que consigas hacer lo más importante, quiero decir?— dijo, refiriéndose a su educación.

—Dumbledore arregló para que pudiera ir a una prueba con dos equipos llevando un disfraz de glamour. Sólo uno de los equipos me aceptó, y ninguno notó que mis movimientos eran dénticos a los que ven hacer a Harry Potter.

—No hables de ti mismo en tercera persona, ya es bastante confuso que me hables sobre mí así— bromeó Sev—. Entiendo lo que quieres decir, pero dado que conseguiste un equipo en la prueba, ¿cuál es la diferencia del porqué te hicieran la oferta? Sabes que eres lo bastante bueno y eso es lo que cuenta.

—Tienes razón, pero sólo quiero asegurarme que el quidditch no se dañe para mí. Amo volar, es una manera genial de alejarme de todo, arriba en el cielo— corrió una mano a través de su cabello—. Y es el único lugar donde mi cabello luce como debería ser, agitado por el viento

Severus se ahogó con el jugo de calabaza y ambos rieron con fuerza. Alargó una mano y la deslizó a través de los rebeldes mechones.

>>No deberíamos— musitó Harry, quedamente, pero no se alejó.

Sev apartó la mano, acariciando la suave mejilla mientras lo hacía. La esperanza no era mala cosa y estaba dispuesto a probárselo a Harry. Inclinó la cabeza hacia atrás y lamió la crema del costado de un pastelillo, logrando manchar un lado de su cara. Harry intentó apartar los ojos de la lengua que intentaba conseguir la dulce bendición pero no fue capaz. Tragó con fuerza cuando Sev birlo un poco más de crema y la retiró de sus dedos, succionando un delicioso dígito a la vez. Harry se removió en su asiento.

—Lo estás haciendo a propósito.

—¿Qué?— fingiendo inocencia, corrió su lengua por los labios.

—Me estás matando— suplicó Harry.

Severus se levantó enfurruñado, tomó un pedazo de pergamino que estaba tirado en el piso y escribió:

Yo, Severus Snape, no mataré a Harry Potter por nada que pudiera haber pasado esta semana

Lo fechó y lo firmó con su rúbrica, entregándoselo a Harry. Éste leyó la nota y la guardó en su bolsillo.

>>Eso no fue lo que quise decir cuando afirmé que estabas matándome— con una sonrisa, Harry bajó la vista a su ahora notable dureza.

Severus saltó sobre él, sus suaves labios presionando con fuerza contra los otros. Harry gimió y arqueó la espalda, presionando su cuerpo contra Sev, quien lo trituró en compensación. El Gryffindor apartó su boca, jadeando.

—Ohh, Dios…— Harry fue interrumpido con otro ardiente beso. Sus lenguas se entrelazaron. Estaba casi perdido en el beso… casi—. Yo… yo no puedo hacer esto— todavía jadeaba—. Al menos antes…— se detuvo buscando aire— no lo sabía. Ahora, no tengo excusa.

Le resultaba difícil pronunciar las palabras mientras Sev le distraía chupando su cuello, y acariciando sus pezones a través de la ropa. Deseaba tan intensamente rendirse; él le hacía sentir tan, tan bien. Cerró los ojos e imaginó a Sev metamorfoseándose en Severus Snape. Casi podía oír sus palabras.

¡POTTER!! ¿Ha considerado las consecuencias de sus acciones?

Se puso rígido. El Snape de su imaginación probablemente estaba muy cerca del real, y le asustaba como el demonio. Se levantó, sorprendiendo a Sev, quien ya había abierto los cuatro botones superiores de la túnica de Harry sin que éste se diera cuenta.

—Ow— el Gryffindor frotó un pezón magullado. Sev levantó su mirada con expresión culpable.

—Disculpa, no sabía que ibas a levantarte— había jalado el pezón que estaba entre sus dientes. Esto perturbó a Harry, quien sintió que su polla saltaba como respuesta a la sensación. Agradeció la distracción cuando Hedwig entró volando en la torre.

Harry

¿Dónde están? Se fueron sin terminar el juego. ¿Snape te ha hecho algo?

Ron


Rió entre dientes y escribió la respuesta, sin importarle que Sev estuviera leyendo por encima de su hombro.

Ron

Estamos bien. Conseguimos comida. Te llevaremos algo cuando regresemos

Harry

Incluso las hadas vuelan derecho en el viento


Sev levantó una ceja.

—¿Incluso las hadas vuelan derecho en el viento?

Harry rió

—Ron está comprobando. Si no escribiera eso al final, sabría que lo estaba haciendo obligado— rió de nuevo—. Fue su turno este mes para elegir la frase. Ron es un homofóbico recuperado (*)— Sev bufó—. Él tomó la noticia bastante bien, pero no me permite darle detalles.

—Es muy protector contigo. ¿Estás seguro que es hetero?

Asintió.

—Ha estado saliendo con Hermione todo el año; él se cree que guardan el secreto— puso los ojos en blanco—. Habitualmente me apoya cuando estoy en problemas, pero las últimas veces no estuvo y siente que me abandonó cuando las cosas iban mal— suspiró—. No fue su culpa. Nos protegemos uno al otro.

Sev sólo sonrió y asintió. En cierta forma, había conocido a Harry el día anterior, así que no tenía sentido que sintiera una punzada de celos. Sentía la urgencia de protegerlo, ignorante de que lo había hecho durante años.

Cuando más tarde regresaron a la Torre Gryffindor, Ron sonrió ante la gran bandeja de golosinas que entraban a la sala común. Sólo estaban ahí Ron y Flitwick. Harry agrandó el jugo de calabaza mientras Ron se zambullía en los bocaditos. Filius observó la comida con indecisión. Harry tenía la impresión de que no era del tipo de romper las reglas. Afortunadamente, había sido idea de Sev. Éste se sentó en un gran sillón frente a la chimenea.

—¿Van a volar mañana?— preguntó a nadie en particular.

—Mañana es un día ocupado— contestó Ron con la boca llena de pastel.

—Es el Martes de Empollar— aclaró Filius.

Harry lanzó a Ron una dura mirada que claramente decía: ¿Por qué se lo dijiste?

—El primer día de vacaciones se relajan; el segundo, Martes de Empollar, hacen todas las tareas asignadas, dejando el resto de la semana libre.

Sev rió ante la explicación.

—¿Qué tienen que hacer?— preguntó, refiriéndose a la tarea.

No reconoció la mirada que recibió del pelirrojo. Harry contestó.

—Tenemos dos encantamientos que perfeccionar, y ensayos de Pociones y Transformaciones— explicó, chequeando la lista con los dedos.

Severus comento que estaba bien en Encantamientos, pero que era excelente en Pociones, aunque odiaba lo que ellas hacían con su cabello. Harry y Ron rodaron por el piso de la risa.




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Última edición por alisevv el Sáb Jul 02, 2016 3:48 pm, editado 4 veces
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MensajeTema: Re: Death Eater takes a Holiday. Capítulo 4. Incluso las hadas vuelan derecho en el viento   Death Eater takes a Holiday. Capítulo 4. Incluso las hadas vuelan derecho en el viento I_icon_minitimeJue Oct 01, 2015 9:29 pm

Jajjajja me encanta Harry poniéndose remilgoso pero bien que le encanta el manoseo y el besuqueo con Severus jajajaja. Lo de la nota que le da Severus a Harry es un toque encantador y la imaginacion de Harry es muy vivida eso resulta bueno para algunas cosas jajaja
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