De como Severus perdió el control… o casi
Lo sintió en cuanto abrió los ojos, impresionado con lo que estaba sintiendo en ese momento, lanzó un hechizo para saber la hora, estaba aun oscuro, pero no podría decir que hora era. Las cuatro de la madrugada, demonios.
Sabía que es lo que pasaba, lo tenía claro, sabía también que es lo que tenía que hacer, pero esto se lo pagaría, claro que sí.
Se levantó rápidamente y caminó a la puerta de su habitación.
-Tienes que estar malditamente loco par salir de tu habitación.
El joven al otro lado de la puerta le daba una mirada intensa, sudaba, jadeaba.
El maldito omega estaba a un paso de tener su celo.
-Necesito ayuda, profesor -dijo jadeando-, lo necesito a usted.
-Claro que no, tú necesitas una maldita ducha de agua fría.
El aroma del chico lo estaba ahogando, le estaba haciendo perder el control. Le picaban las manos, pero no lo haría, no, claro que no, no iba a dejarse llevar por el encanto obvio que el chico estaba teniendo en ese momento.
-Por favor, Severus…
-No te atrevas a llamarme así, le dijo molesto-, no estás ni cerca de tener el derecho a hacerlo.
-Profesor -dijo acercándose con rapidez y colgándose del cuello del profesor.
El profesor estaba acercándose por su propio merito, los grandes ojos de ese chico, lo estaban hipnotizando de manera alarmante, estaba tan cerca, sus manos estaban a sólo unos milímetros de tocarlo, pero entonces cerró los ojos y a su mente vino otro rostro, uno que estaba molestándolo hace tanto. No iba a caer. Se lo iba a decir, lo iba a echar de su habitación, pero…
-¡Detente ahora mismo, maldito mocoso calenturiento!
El chico en brazos del maestro sintió en su cuello una barita. Abrió los ojos impresionado, no podía ser que el profesor lo estuviera rechazando, pero entonces…
-Ya era hora, Potter.
El chico se vio alejado del profesor de un solo tirón, pero no esperaba que fuera Harry Potter quien lo hubiera alejado de su objetivo.
-Harry…
-Cállate ahora mismo Kings -dijo el moreno, parándose entre el profesor Snape y el adolescente hormonal.
Severus, de haber sido otra persona, hubiera estado impresionado de que Harry Potter lo estuviera defendiendo de otro omega que llegara a su cuarto, siendo que el mismo Potter hacía de todo para meterse en sus pantalones los ultimo seis años de conocerlo.
-Profesor, me llevaré a este maldito a la sala común de su casa… después hablaremos usted y yo.
Severus hubiera reído de no estar casi con la boca abierta viendo a Potter llevarse de la oreja al muchacho, obviamente a Potter no le afectaba el celo del chico, por que el mismo Potter era un omega, así que podría resistirse, pero…
No, si no había caído en los encantos de Potter que era su “alma gemela”, no lo haría por un mocoso calenturiento sólo por que sí.
-¿De verdad te ibas a acostar con ese enano? -le reclamó Harry que venía dando zancadas hasta donde él seguía quieto después del “ataque”.
-Por favor, Potter, no iba a tocarlo.
-¡Menos mal! -dijo molesto haciendo un puchero.
-Sólo cálmate -dijo tratando de entrar, no era bueno, que Potter estuviera en su cuarto a esas horas.
-Mejor me quedaré aquí esta noche, por si se atreve a volver…
-En tus sueños, Potter -dijo cerrándole la puerta en la cara.
Fin