De como Harry pide matrimonio… y no resulta
Todos los miraban expectantes.
Algo como esto no pasaba todos los días, mucho menos teniendo como protagonista a su profesor de pociones.
Las chicas estaban al borde de las lágrimas, los chicos, algunos, miraba a un costado por la vergüenza ajena.
El mismo profesor estaba conteniendo la rabia, pero la vena en su frente no le dejaba muchas opciones al imaginar que es lo que estaba sintiendo el profesor. Rabia.
-Por favor, profesor Snape, cásate conmi…
-¡No!
Las chicas rieron por lo bajo y los chicos con un poco de menos disimulo. Pero es que el mocoso era tan adorable…
-¡¿Por qué no quieres?! -gritó al borde de las lágrimas.
-Punto uno, Potter, sólo tienes 12 años -dijo apretándose el puente de la nariz-, por si no lo notaste, podría ser tu padre.
-Pero no eres mi padre, eres mi alfa.
La exclamación se escuchó por todo el gran comedor, donde el chico Potter quiso dárselas de galán y conquistar a su destinado, pero… Bien, Harry no se esperaba un rechazo en frente de todos.
Severus suspiró derrotado, tendría que mandar a llamar a los padres del chico para que le explicaran que no podía casarse a los doce años, y mucho menos con él.
-Me llevo pésimo con tu padre.
-Te casas conmigo, no con papá.
-Insisto, eres un niño, con suerte recordaras este bochornoso incidente el próximo año.
-Somos destinados, profesor, lo recordaré el resto de mi vida… vida que pienso vivir a su lado.
Severus lo iba a regañar nuevamente, pero los ojos de Harry mostraban tanta determinación que prefirió salir el gran salón antes de ponerse a arrullar al mocoso. En cierta forma era adorable, pero que le hiciera vivir ese tipo de situaciones bochornosas, no se lo podía permitir.
-Si que lo estropeaste esta vez, Potter.
-Cállate Malfoy -dijo a su compañero de casa-. Me casaré con Severus, aunque sea lo último que haga.
-Sí, claro -dijo el rubio revolviendo los cabellos negros-, serpa mejor que vayamos a entrenar, tu padre pretende entrenar al equipo de Griffindor sólo en venganza.
-Mi papá aun no supera que su hijo sea como soy -dijo divertido.
-¿Cómo?, pero si eres el ejemplo de hijo para el gran James Potter -Harry sabía lo que venía, pero aun así le divertía-. Omega, de Slytherin y además enamorado de su archienemigo del colegio.
-No sólo enamorado, Draco, es mi destinado… papá tendrá que acostumbrarse a que Severus en algún momento será su yerno.
-¡Veinte puntos menos para Slytherin!
Harry no se iba a reír por la cara de espanto de Draco, tampoco se pondría a reclamarle a su padre el que le haya quitado tantos puntos, ya los volvería a recuperar en clases, era bueno en ellas.
-Será mejor que vayamos a entrenar, Potter, o tu padre nos dejará en números negativos si sigue escuchando tus delirios de enamorada.
James Potter entre tanto lloraba en los pasillos el terrible destino que le toco vivir.
Fin