De cómo Severus y Harry tienen su primera cita
Estaba muerto de nervios.
Ya se comía los dedos, porque ya no le quedaban uñas por el mismo proceso.
¡Hoy por fin tendría una cita con Severus!
Había salido de clases hace no menos de un mes, pero como el Omega obstinado y caprichoso que era le había pedido a su destinado que le llevará a una cifra para celebrar que había salido por fin de Hogwarts.
Severus se rehusó como siempre, pero nada podía hacer a estas alturas cuando Harry pedía más y más.
Se miró por tercera vez en el espejo, algo no le gustaba, no sabía qué.
-Hijo. Te vez hermoso -le dijo su madre apoyada en el marco de la puerta, viendo como su hijo se veía con su cuarta o quinta tenida.
-Pero es que quiero verme diferente, Severus me ha visto con ropa informal antes y no quiero que sea como verme ir a Hogsmeade.
-Como te veas no es lo importante, hijo, si no lo bien que lo pasarán.
Y es verdad, Harry tenías altas expectativas para ese día y no es para menos. Estuvo esperando esto los últimos malditos siete años.
Quería verse perfecto. Entonces una idea llegó a su mente ¿Cómo se vería Severus sin las acostumbradas túnicas que lleva siempre?
-Mamá ¿Tú has visto a Severus con ropa informal? -preguntó poniéndose una nueva camisa, esta vez color granate.
-Claro que sí -dijo divertida por el puchero de si hijo- recuerda que fuimos compañeros y teníamos salidas los fines d semana.
Harry no era feliz con eso. Mucha gente había visto a su destinado con otras ropas, menos él.
-Hijo, saca de tu cabeza cualquier idea loca. Severus es tuyo desde mucho antes de que nacieras, así que tus instintos pueden estar en paz por ese lado.
-Lo sé, pero a veces me cuesta recordar que no tenemos la misma edad y que hubo más gente en su vida.
-Mi bebé – dijo abrazándolo- sólo concéntrate en ser feliz. Es lo más imperturbable en este momento.
-Harry, el bastardo pervertido ya llegó por ti -dijo su padre llegando a la habitación.
-Papá, creo que sería bueno que dejarás de tratar mal a mi destinado- le dijo divertido- mal que mal será tu yerno cuando nos casemos.
-No me recuerdes esa triste parte de mi vida.
Harry ser relajo bastante con toda esa conversación y se dirigió a la entrada.
Entonces su mundo se puso de cabeza.
Severus vestida un pantalón oscuro y una camisa de seda color verde olivo.
-Te vez espectacular, Severus -le alabó mirando de pies a cabeza a su destinado.
-Sí, tú no estás tan mal -dijo haciéndose a un lado para que Harry saliera de la casa.
-Por favor, admite que me veo genial- dijo girando sobre su eje.
-Lo que digas, Potter.
-Mejor dime ¿Dónde piensas llevarme para nuestra primera cita?
-¿Disculpa? -dijo caminando con el chico a la zona de apariciones- Eres tú el que lleva años molestándome con salir. Mínimo haberlo planeado todo.
Harry sonrió de lado, Severus era tan lindo tratando de parecer indiferente, cuando claramente estaba dejándolo elegir a él el lugar donde irían. Le daban ganas de mostrarlo un poco.
-Si por mi fuera iríamos al motel más cercano para que me hicieras el amor hasta perder la concisa y completar el maldito vínculo -dijo divertido por el bufido de Severus-, pero sé que no querrás, así que ¿Qué te parece si vamos a un lindo lugar para tomar un café y conversar?
-Es idea mía o estas siendo razonable -le dijo molestando.
-No me hagas cambiar de opción y ocupar mis encantos omegas para que te tires sobre mí y me folles en el jardín trasero de mi casa.
Severus sólo negó con la cabeza, ya acostumbrado a la lengua suelta de su destinado. No que las aprobará, pero a veces eran altamente divertidas sus ocurrencias.
Fin