La Mazmorra del Snarry
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La Mazmorra del Snarry


 
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La Mazmorra del Snarry... El escondite favorito de la pareja más excitante de Hogwarts

 

 Traducción Invisible Capítulo 38

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Eowyn
Explota calderos
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Eowyn


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MensajeTema: Traducción Invisible Capítulo 38   Traducción Invisible Capítulo 38 I_icon_minitimeSáb Abr 14, 2018 9:43 am

Podeis encontrar la historia original aquí https://www.fanfiction.net/s/3780602/1/Invisible

Nota: Estos personajes no son nuestros, le pertenecen a la multimillonaria escritora J.K. Rowling, y otros que hayan comprado sus derechos. Este fic no es de mi autoría, yo solo estoy traduciendo del idioma inglés, este fic pertenece a DebsTheSlytherinSnapefan.



Capítulo 38. Teniendo una fiesta y revelaciones

La Mansión Prince se había convertido en tan magnífica vista; los elfos domésticos tenían todo el mérito. Incluso el tiempo se había mantenido perfecto para el gran día de Harry. Por primera vez en su vida, estaba teniendo una fiesta. Globos, serpentinas y banderas por todas partes. Todos ellos con 'Feliz Cumpleaños HARRY' escritas a través de ellos. Este era un día donde todo era sobre él, todos los que le importaban iban a presentarse. Harry nunca se había sentido tan afortunado, el amor que sentía por Eileen estaba aumentando. Su hermano había recibido más fiestas de las que Harry podía recordar. La casa llena de gente que apenas conocía, todos realmente venían por que era el niño-que-vivió. Ninguno de ellos había sido de verdad su amigo, solo gente que quería revolotear alrededor, robar fama y también ayudaban a que se sintiera superior. Harry siempre había ido a su habitación, evadiendo las fiestas y a la gente como si fueran una plaga. Nunca le había gustado llamar la atención, incluso en clase o estando con gente. Le gustaba formar parte del entorno, estaba feliz con eso y no entendía por qué la gente quería más.

Harry fue dado el día libre, sin aprendizaje y sin colegio; de hecho durmió hasta las 11. Nunca había sido muy dado a dormir mucho, así que se sorprendió, pero no solo él se sorprendió también Eileen y Severus. Nadie podía negar que Harry no lo necesitara, le había rejuvenecido. Había trabajado tan duramente, tratando por alguna estúpida razón de probarse a si mismo. Habían comido y Harry finalmente pudo abrir los regalos de Eileen y Severus.

Severus le consiguió a Harry su propio set de calderos, oro, bronce, cobre y hierro para las diferentes pociones. Cada poción reaccionaba diferente al metal en que se hacía la poción, además venía bien para experimentar nuevas pociones algo que Harry amaba hacer. Tenían sus propios agitadores con ellos también. Harry estuvo estático, amaba su nuevo regalo, había querido tenerlo y comenzó a hacer pociones, hasta que por supuesto recordó que tenía invitados hoy. Por primera vez en años todos sus amigos iban a estar juntos en un sitio, bajo el mismo techo por una tarde.

Eileen le había comprado una selección de cosas, algunos chocolates, y una variedad de chocolates calientes. Había notado que le gustó el set que recibió por Navidad, y que estaban casi terminados ya. Unos guantes de piel de dragón nuevos, unos caros y raros ingredientes de pociones, ella siempre los encargaba en el callejón Knockturn. Tanto como le gustaban, le gustó más el juego de ajedrez que recibió en Navidad. El grabado que tenía hacía que su corazón se encogiese cada vez que lo leía. 'Un Prince de corazón' significaba más que todo el dinero que tenía en Gringotts. Había estado tan desesperado por amor, aunque había perdido toda la esperanza mucho antes de conocerla. Entonces su vida había cambiado despacio, alguien le habían estado prestando atención a él. Preguntándole cómo había ido su día y cosas así, después ella le dejó mudarse. Las cosas habían ido bien pero cuando se convirtió en aprendiz y vino a vivir aquí fueron incluso mejor. Ahora la misma mujer que le había prestado atención le estaba haciendo una fiesta. A lo mejor prefería su juego de ajedrez, pero Harry amaba todo lo que recibía sobre ella sin importar qué. Sabía lo preciado que cada regalo era, atesoraba a su propia lechuza negra Hermes, el primer regalo que recordaba recibir. Él la había agradecido por mucho tiempo.

Viktor había venido trayendo a su nueva pareja Lukas, solo después de preguntarle a Harry por supuesto. Harry estaba muy feliz por que Viktor trajera a su nueva pareja. Siempre amaría a Viktor a su propia manera; compartieron algo especial por un breve periodo de tiempo. Había renovado la fe de Harry en la gente. De toda la gente que podía tener, había elegido a Harry y había ayudado a su auto confianza. Sabían que terminaría, Viktor no pertenecía a RU, pero tenían un vínculo especial eso nunca cambiaría. Ambos eran felices de quedar como amigos, y siempre se mantenían en contacto.

Fleur y su novio estaban viniendo, le había contado sobre él mucho. Fleur y Gary, diminutivo de Garrison, eran vecinos. Fueron amigos desde que eran pequeños, Gary era prácticamente inmune al influjo de los velas. Pasando tanto tiempo alrededor de Fleur no era una sorpresa realmente. Gary finalmente tuvo el valor de pedirla salir cuando volvió de Hogwarts. Cedric y Fleur se quedaron como amigos; era básicamente la misma situación que la de Harry y Viktor, sólo un romance de verano.

Cedric había comenzado a citarse con Cho Chang, había cambiado desde entonces. Ya no era más la sombra de una chica. A Cedric no le gustaba eso así que había cambiado, evolucionó y se convirtió en una chica callada que estaba feliz con lo que tenía,. Cedric se unió a la academia de Aurores y había estado en ella por un año. Le quedaba otro año para convertirse en un Auror novato.

Normalmente solo requería un año de entrenamiento, pero con la situación tal y como estaba, lo pusieron por dos años. Los mortífagos sabían un montón, y si querían que los Aurores tuvieran una mínima oportunidad, debían saber más que magia blanca. Era probablemente lo mejor que Cornelius Fudge había decidido como Ministro de Magia. Cho acababa de terminar su sexto año en Hogwarts, quedándole solo el último año para terminar.

Entonces estaba por supuesto Luna su mejor amiga, y su novio Neville Longbottom. Habían venido por red flu, la cual estaba abierta solo por una hora para después volver a cerrarse. Severus no cedía cuando se hablaba de sus vidas, cuanto más tiempo abierta más riesgo. Cho y Cedric se aparecieron, o más bien Cedric les apareció a ambos. Fleur y Gary usaron traslador así como Viktor y Lukas.
"Hola Harry," dijo Fleur dándole un gran abrazo, "Te he echado de menos." Declaró, su acento francés mostrándose rompiendo el inglés. Su novio estaba parado justo al lado de ella. Mirando alrededor de la Mansión Prince con alabanza, le habían contado sobre Harry y sentía como si ya le conociese.

"¡Te he echado de menos también!" dijo Harry estaba muy feliz, podías verlo en el brillo de sus ojos. Eileen asintió positivamente al ver la mirada en la cara de Harry, todo su trabajo duro no era para nada. Si alguien apreciaba el trabajo hecho, era Harry.
"Hola Harry, es bueno conocerte por fin, he oído mucho sobre ti...todo bueno te lo aseguro," dijo Gary sonriendo, sacando su mano para introducirse. Harry se rió y apretó su mano asintiendo con la cabeza en saludo. Su inglés era mucho mejor que el de Fleur pero todavía tenía acento francés.

"Encantado de conocerte también Gary, y he oído mucho sobre ti," dijo Harry. "Aquí, feliz cumpleaños," dijo Gary dándole el gran paquete.

"Gracias chicos," dijo Harry pareciendo un poco vergonzoso, incluso después de años recibiendo regalos todavía no se acostumbraba a ello.

"¿Has usado ya la escoba Harry?" preguntó Viktor haciendo su entrada sonriendo con felicidad como siempre, su cara y sus ojos se calmaron al ver a Harry. Siempre lo hacía, pero ahora su pasión faltaba en su cara. Abrazó a Fleur, Cedric, Luna y Neville antes de apretar las manos de Cho y Gary puesto que no les conocía muy bien.

"¡Es brillante!" exclamó Harry "¡Muy rápida! Es como montar la tuya."


"Harry este es Lukas, Lukas este es Harry," dijo Viktor presentando a su pareja a su ex.

"Hola, encantado de conocerte, espero que te lo pases bien," dijo Harry educadamente, sonriendo a Lukas viendo como el hombre se relajaba. A lo mejor estaba preocupado de que a Harry no le gustara o se pusiera celoso. De cualquier manera Lukas no tenía nada de lo que preocuparse; Viktor era simplemente un amigo ahora.

"Gracias, estoy encantado de conocerte," dijo Lukas su acento tan fino que Harry casi tuvo problemas de entenderle.

"Hace un día precioso, ¿qué hacen todavía ahí? ¡Id a donde la piscina y disfrutad del día!" Eileen les regaño juguetonamente, "Los elfos domésticos han puesto un bufet y algunas bebidas frías."

Así pasaron su tarde, poniéndose al día después de un año separados. Aunque Harry mantuvo su camiseta puesta, muy consciente de las marcas que atravesaban su pecho, cortesía de McNair. Era el único momento en el que pensó algo negativo esa tarde, ni siquiera pensó en los Potter ni una vez. Ese era su maldito día, y debía estar loco si permitía que los recuerdos le amargasen el día.
Poco después se calmó; salieron de la piscina y se secaron. Harry finalmente abrió los regalos de sus amigos. Fleur una vez más le dio mucha ropa, y unas nuevas botas de piel de dragón. Unas muy estilosas que le encantaban; le explicó que era la última moda en Francia. Era ropa de verano por supuesto, en vez de ropa de invierno.

Viktor le consiguió un kit de viaje para su escoba, una bolsa y pinzas para poner en la parte de debajo de su escoba. Aparentemente los equipos de Quidditch las usaban mucho, aunque Harry no entendía muy bien por qué usaban una bolsa y no la encogían y se la metían en su bolsillo. No iba a decir nada claro está, por que el regalo daba mucho que pensar. Nunca se sabía cuando iba a ser necesario.

Luna le consiguió más libros de misterio Muggle; había amado el otro set que le consiguió. Su amor por la literatura Muggle era bien sabida entre sus amigos. Nunca había conseguido entrar en una librería Muggle y comprar más. Demasiado ocupado con todo lo que tenía que hacer, pero sabía que le iban a gustar los libros que Luna le había dado. ¡No quería más que leer libros y hacer pociones! Pero también quería pasar todo el tiempo posible con sus amigos. Que mal que no pudiera dividirse en 3.

Neville le consiguió muchas hierbas, había un montón de ellas en la larga caja. "No compré nada, pero son todas frescas de mi invernadero, si alguna vez necesitas algo solo pregúntame. Mi abuela me dejó tener un invernadero cuando se mostró mi magia. No le importa que me gusten más las plantas, simplemente estaba feliz de que fuera un mago." Dijo avergonzado.

"¡Es el pensamiento lo que cuenta!" insistió Harry sonriendo excitado; había algunas que no tenía. "Me encantan Neville, hay algunas aquí que no tenemos." Todas estaban seguras en jarras de cristal.

"¡Me alegra que te gusten!" exclamó Neville, se había sentido mal por no regalarle nada hasta ahora.

"Lo hacen," dijo feliz. "Y por el tuyo Luna gracias." Mirando a sus amigos con adoración. Amaba a todos y cada uno de ellos.
"Aquí tienes, este es de Cho y mío," dijo Cedric cogiendo su regalo y dándoselo a Harry.

Estaban sentados fuera, con una mesa llena de comida ahí todavía, la mitad de ello terminado. Habían estado comiendo de ello al azar durante toda la tarde; los elfos domésticos sabían lo que poner. El día estaba comenzando a oscurecerse, aunque continuaron sentados y hablando.

"Gracias Cedric," dijo Harry, abriéndolo y encontrando un nuevo libro de defensa, acababa de salir a la venta hoy. Había estado curioso sobre él, se hablaba mucho de el. Parecía que no iba a tener que comprarlo después de todo. La tarjeta se abrió y apareció un vale regalo, seis galeones para gastarse en cualquier sitio en el callejón diagon.

"Espero que no te importe el vale regalo, me temo que no sabía que cogerte," dijo Cho, todavía no estaba muy a gusto con su compañía. Todos se habían juntado y ella les había observado durante el año, sobretodo a Cedric. Aunque todos la estaban haciendo sentirse cómoda, y sabía que les gustaba. Era solo que ellos se conocían tan bien, y ella no. Aunque estaba ahí, eso era lo importante. Estaba acostumbrada a ser la popular y la habladora, a la que todos miraban.

"No tenías por qué, pero gracias." Dijo por lo que parecía ser la decimoquinta vez hoy.
"Está bien," le dijo sonriéndole amablemente.
"Así que...¿alguien quiere algo de beber?" preguntó Lukas trayendo una botella de Whiskey de fuego sonriendo salvajemente. "Esto no es buena idea," dijo Luna en una voz cantarina.
"Vamos, solo unos pocos," dijo Viktor, solo serían adolescentes una vez en la vida.

"¿Por qué no Luna?" preguntó Harry escondiendo su precaución, él y Neville eran los únicos que conocían la habilidad de Luna.
"Todos tendréis un mal despertar mañana," dijo Luna misteriosa, pero también sabía que debía dejar que esto ocurriera. Algo importante iba a pasar, así que se mantuvo callada y decidió divertirse. No podía cambiarlo todo, y eso era algo que Harry le había dicho eso.

Harry relajó y sonrió, bueno él no tenía problema con eso.

Viktor creó unos vasos en los que Lukas vertió la bebida. Dándoselos, a pesar de saber que eran demasiado jóvenes para eso. Luna solo tenía 15 años, la más joven del grupo. Desafortunadamente los adolescentes estaban siempre probando cosas nuevas, y no siempre se adherían a las normas.

Así pasaron el resto de la noche, riéndose de bromas, bebiendo y de verdad divirtiéndose recordando su tiempo en Hogwarts y su amistad. Cedric y Cho fueron los primeros en irse, después de todo Cedric tendría que ir al Ministerio al día siguiente. La academia no te daba el verano de vacaciones, así que estaba ocupada casi todas las semanas.

"Te veré luego Harry, tenemos que reunirnos más a menudo, ¡a lo mejor por mi cumple!" gritó Cedric, había bebido un podo de más. De hecho todos lo habían hecho.

"Buena idea," dijo Luna.

"Sí," estuvieron de acuerdo todos, despidiendo a Cedric, como consiguió aparecerse era lo que todos se preguntaban.

"Creo que debería ir yéndome" suspiró Viktor, Bulgaria estaba a dos horas, así que pasaba de la media noche. Viktor no tenía un juego que jugar pero Lukas tenía que trabajar.

"Me lo pasé muy viene esta noche," admitió Harry, "Os he echado de menos."

"Te hemos echado de menos también Harry," dijo Viktor, Luna asintió de acuerdo.

"Ced tiene razón, deberíamos reunirnos más a menudo, incluso si es en una rara semana." Harry les dijo. Estaba siendo más abierto con sus sentimientos de lo normal; Harry normalmente era reservado sobre ello. Nadie podía culparle, sabían como se sentía pero él seguía embotellándolo todo.

"Sí, deberíamos." dijo Viktor, sacando el traslador de su bolsillo, "Escribiré pronto." Dijo abrazando a Harry, Luna y Neville una vez más antes de ir hacia Lukas abrazarle y desaparecer con el traslador.

"¿Vais a estar bien?" preguntó a los amigos que quedaban.
"Estaremos bien," dijo Neville sonriendo de lado a Harry, nunca se lo había pasado tan bien antes. "Creo que simplemente deberíamos dejarlo por esta noche," dijo Harry.

"Sí, mi padre comenzará a preocuparse pronto, sabes como es." Luna se rió.

Xeno amaba a su hija, era su razón para vivir y respirar. Harry admiraba a Xeno por eso, le gustaba mucho, y sinceramente estaba un poco celoso. Habría dado todo lo que tenía por haber tenido una relación como esa con su padre. Se sacudió los pensamientos; no tenían sitio esta noche. No le importaba, simplemente estaba feliz por Luna; había perdido a su madre siendo pequeña, y lo había visto.

"Entonces vamos," dijo Harry levantándose, agarrándose mientras el mundo daba vueltas. Muy bien, igual había bebido demasiado, pensó para si mismo mientras andaba. Fue hacia la mansión, su vuelta se le hizo muy larga, él solo quería su cama. Los tres anduvieron pensando todo el camino, sobre cosas que de las que solo podían preguntarse.

"Me voy a quedar un rato, ¿vale?" susurró a Neville para que solo su novio lo oyera. "Me va a necesitar."

Neville la miró sorprendido antes de asentir; siempre podría obtener respuestas mañana. Obviamente ella pensaba que era importante y eso era suficiente para él. Simplemente esperaba que no fuera algo malo, Harry no se lo merecía, especialmente en su cumpleaños.

"¿Te lo pasaste bien?" preguntó Eileen su cara reflejaba el orgullo, mientras miraba a Harry.

"Lo hice," dijo Harry casi cayéndose de lada, y hacia la puerta.

"Has estado bebiendo," dijo Severus cogiendo al joven, estaba sorprendido por eso. No debería haberlo estado; Harry al fin y al cabo era un adolescente de 16 años. Todos lo hacían, sobretodo en Hogwarts en sus cuartos donde no podrían ser cogidos por los adultos. Una parte de él estaba enfadado por la conducta de Harry, ¡y la otra estaba de hecho agradecido de que estuviera actuando como un joven! Era ridículo.

"Hola, Sev," dijo Harry, su crecimiento le había hecho estar casi ojos con ojos con Severus. Ya no era el joven delgado y pequeño que había traído a la mansión, eso seguro. Harry amaba la forma en que Severus le estaba cogiendo, le recordaba a la vez que le había abrazado en las mazmorras. Cuando había estado aterrorizado de perder a Eileen. Había tenido sueños de Severus abrazándole así.

Severus se enderezó ante lo cerca que Harry estaba, incluso más cuando Harry comenzó a besarle. Por supuesto que no habría deseado nada más que devolvérselo, pero Harry era su aprendiz, sólo tenía 16 años. Ni siquiera mayor de edad en el mundo Mágico, le doblaba la edad. No sería bien visto, especialmente considerando lo joven que era Harry ahora mismo. Sería algo distinto si Harry tuviera 17, la edad legal para hacer lo que quisiera, ver a quien quisiera. Parte de él también se rebelaba ante el pensamiento pues había tenido alumnos de la edad de Harry.

La mente bebida de Harry procesó despacio el hecho de que Severus no le estaba besando de vuelta. Mordió su labio, todo su ser enfriándose y el alcohol pasándosele. Dándose cuenta de lo que había hecho corrió alejándose de la mansión de las repercusiones de lo que había hecho. Su mente aterrorizada conjuró distintos escenarios, desde ser echado de la Mansión Prince y su aprendizaje parado, a Eileen nunca volviéndole a hablar.

Las lágrimas cayendo por su cara mientras corría hasta el establo de la mansión. Se metió dentro temblando y aterrado. Había sido duro aguantando las torturas, pero esto...esto era otro juego distinto. Sentándose en la banca se encogió, las lágrimas seguían bajando como un torrente por su cara. Lo había estropeado todo, ¿por qué siempre lo estropeaba todo? ¿Cómo habían pasado las cosas de ser genial a emborronarse todas en un segundo?

"¡Severus! ¡Ve tras él!" lloró Eileen sus ojos ónix llenos de miedo, ¿qué si salía de la mansión? Los mortífagos puede ser que no estuvieran en pleno rendimiento pero eran un daño potencial. No se podía creer que su hijo hubiera actuado así. ¡Ella sabía como se sentía! Casi se estaba arrancando el pelo de desesperación. Había estado tratando de unirles por un tiempo ya, el segundo que vio que Harry mostraba sus sentimientos ¿su hijo se callaba? ¿De qué narices iba todo eso? "Mierda Severus ¡Se que te gusta también!" dijo la exasperada enfadada madre.

"Tiene 16 años," dijo Severus a través de los dientes. Solo por el bien, se sentía lo suficientemente mal por tener sentimientos por alguien tan joven como para actuar. Incluso peor que a Harry parecía gustarle también, simplemente hacía la situación diez veces peor. Estaba perdido con qué hacer; había pasado su elemento y sobre pasado su área de confort.

"Perdónenme," dijo Luna saliendo en la misma dirección que Harry, sabiendo exactamente donde estaba. Había visto esto pasar, pero también se dio cuenta de que esta visión tenía que pasar, era la única forma de que se diese el futuro que había visto. Sin Severus Harry no tendría una verdadera razón para sobrevivir a la guerra.

Suspiró tristemente, el camino que le esperaba estaba lleno de baches, pero Harry sería feliz, eso era lo importante. A veces de verdad odiaba sus visiones, pero no se podía arrepentir de ellas. Entró en el establo sonriendo a los caballos; ella de verdad amaba a todas las criaturas, fueran grandes o pequeñas.

"¿Harry?" preguntó Luna yendo hacia él, estaba oscuro pero ella sabía exactamente donde estaba. "Luna," dijo Harry roncamente, su cara levantándose mirando en su dirección.

"Todo estará bien, lo prometo," dijo ella, subiendo hacia la planta de arriba y abrazando a su amigo. Necesitaba todo el cariño que pudiera recibir, el pobre Harry probablemente estaba aterrorizado.

"La cagué," admitió Harry sus lágrimas todavía cayendo.


"No lo hiciste," dijo Luna, secando las lágrimas de Harry gentilmente,

"Las cosas mejorarán, solo espera y verás."

"¿Cómo?" preguntó escondiéndose hacia su lado, queriendo que el mundo desapareciera.

"¿Le amas Harry?" preguntó Luna. Ella ya conocía la respuesta, por lo menos en el futuro.

"Sí," Harry le dijo después de unos segundos de silencio.


"¿Lo suficiente como para esperar a que él este listo?" le preguntó ella.

"¿A qué te refieres?" preguntó Harry sus lágrimas parando con su confusión. La esperanza comenzando a aflorar en su corazón, ¿querría decir Luna lo que él pensaba que quería decir? ¿Podría tener él esperanza de que sería amado? ¿Qué no iba a ser echado? ¿Que Eileen todavía le amaba? ¿Qué con una acción no lo había destrozado todo?

"Piénsalo de esta manera Harry, eres lo suficientemente joven para ser su, eres lo suficientemente joven para ser su estudiante, si todavía estuviera enseñando. Tiene una moral Harry, no puede simplemente saltar y abandonarla... no es tan fácil." Luna explicó, "Si te lo pidiera...¿esperarías un año?"

"Lo haría." dijo Harry en voz baja, su mente procesando la información que Luna estaba trayendo a la luz. Era un chico listo; entendía y aceptaba lo que Luna le estaba diciendo.

"¿Eso significa que no me van a echar?" el terror era evidente en su voz, haciéndole sonar más joven de lo que era.

"No Harry, no te voy a echar," dijo la voz de Severus de la entrada del establo, el pequeño hechizo localizador que había usado desapareciendo. Sonaba exhausto y un poco derrotado. "Vamos, volvamos a la mansión, hace demasiado frio aquí. Consigámoste un café y debemos hablar."

"Está bien," dijo Harry, preocupado, temblando como si tuviera un gusano vivo dentro de él, quitándose las lágrimas que Luna no había quitado. Respiró profundamente y salió del establo. Luna se levantó también, y acompañó a los chicos silenciosos, er hombres, de vuelta a la Mansión. Se fue hacia el salón, cogió un puñado de polvos flu y sonrió alentadoramente hacia Eileen, todo iría bien, lo había visto.

"Dobby, trae café y comida por favor, tomaré el mío en la habitación," dijo Eileen una vez que el elfo se apareció. Asintió antes de desaparecer, Eileen entonces abrazó a Harry estrechamente, y le aseguró que sin importar qué siempre le amaría. Besándole en la mejilla se fue escaleras arriba a su habitación. Todo dependía de ellos ahora, ningún tipo de mediación se llevaría a cabo si su hijo no dejaba de lado su terquedad.


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