Y… sus labios se posaron dulcemente sobre los míos, mientras seguían su propio ritmo su lengua delineo suavemente mi labio inferior y soltó un suspiro. Sabía que estaba besando a Sebastián, pero en mi mente apareció la imagen de Severus, su rostro y sus besos, este era un beso muy diferente a los que yo había recibido, no sentía los labios fríos que me enloquecen de Severus.
Un carraspeo se escuchó detrás de mí rompiendo así con nuestro beso.
-Hola Harry- La voz de Lucius sonaba seria y siniestra. Sus ojos observaban hostilmente a Sebastián.
-Lucius hola, ¿Qué haces por aquí?- Mi voz empezó a temblar y mis mejillas se tornaron rojas. Era extraño que Lucius estuviera aquí sabía que algo extraño estaba pasando.
-Oh, tú sabes lo normal- Seguía con la misma cara seria- Diana y Albafica me han mandado, creo que deberías de venir conmigo Harry.- Examino una vez más a Sebastián y volvió su mirada hacia mí. -Así que será mejor que nos vayamos.
-¿Qué? ¿Por qué?- Definitivamente algo extraño estaba pasando.
-Por Bellatrix.- Fue lo último que dijo antes de que yo cayera casi en estado catatónico.
Voltee con Sebastián y me observaba con ojos ansiosos.
-Te tienes que ir ¿Verdad?- Sus ojos tenían una sombra de tristeza.
-Me parece que sí, es que ha sucedido una emergencia- “una vampira intenta matarme” dije en mi fuero interno.
-No importa- Sonrió fugazmente pero la felicidad no le llego a los ojos -Lo entiendo, pero me debes otra salida eh… - Dijo con un tono de voz juguetón -Por cierto, gracias por el beso.- Susurro en mi oído.
-Claro, cuando quieras salimos- Lo tome de la mano y sonreí.
-Bueno pequeño- Me dio un beso en la frente -Cuídate mucho y nos vemos mañana.
Odiaba dejar a Sebastián de esa manera, pero no lo podía poner en peligro a él tampoco, las personas a mi alrededor iban a terminar heridas si no acababa con esta situación de una vez por todas.
-Adiós Sebastián.- Le di un beso en la comisura de los labios, lo mire un poco divertido y me fui.
“Wow, Harry Potter ¡¿Qué demonios acabas de hacer?!” La voz de mi conciencia me estaba gritando cada vez más fuerte me patee mentalmente por lo que había hecho, le acaba de dar un beso a Sebastián y había coqueteado con el de la manera más cínica posible realmente algo andaba mal conmigo y por alguna razón el rostro de Severus me apareció en la mente sentí como si lo estuviera engañando ”lo estas engañando estúpido” la voz de mi cabeza comenzó a gritar, di un largo suspiro.
-¿Listo?- Lucius me saco de mis cavilaciones con su tono sombrío.
-Este, si, ¿Qué vio Diana? ¿Lucius por qué estas tu aquí y no ella?- Entrecerré un poco los ojos.
-Creo que deberías de esperar un poco, hasta que lleguemos a la casa Diana lo explicara todo ahí.- Parecía nervioso.
-Oh vamos Lucius, dime que ocurre. Dímelo- Mi voz sonaba histérica y alterada.
- Harry realmente no lo sé, deberíamos de esperar- Pensó un momento y luego asintió.
-¿Qué Lucius…? Dímelo ya- Puse mi mejor tono de demanda, esto me estaba asustando realmente.
-Pues… no mejor esperemos… no sé si podre ser capaz de decírtelo yo- Sus ojos analizaban mi cara mientras salíamos del cine, yo aún traía el sweater de Sebastián, su olor me impregno, mi corazón latía más rápido que antes y mis manos se empezaron a poner sudorosas al recordar el beso que nos dimos, pero algo más me tenía nervioso, la actitud de Lucius, sabía que algo andaba mal.
-¿Es algo malo verdad? Muy muy malo- susurre. La piel se me puso de gallina mientras una gota de sudor surcaba mi nuca, sabía que algo extraño sucedía.
-Vamos- Me subió en su espalda y echamos a correr.
Lucius no dijo nada durante todo el trayecto, ni yo tuve ganas de preguntarle, estaba demasiado preocupado, ensimismado en mis pensamientos como para prestarle atención a otras cosas. ¿Qué habrá sucedido? ¿Bellatrix ya vendría a matarme? ¿Qué habría visto Diana? ¿Estaría en peligro Louis?, esta última pregunta hizo que me diera cuenta de la gravedad de todo esto, sabía que Bellatrix vendría a buscarme, sabía que ella reconocería mi olor en este pueblo, y sabía que todas las personas a mi alrededor estarían en peligro, solo podía pedir que Ron, Draco, Sebastián, Louis y todos estuvieran bien.
Sabía que muy pronto ella estaría cerca de mí, lo podía sentir, sabía que si no se acaba todo esto de una vez por todas las personas que quería resultarían expuestas a este mundo mitológico.
Pero un sentimiento más allá del miedo me volvió a llenar, era culpa, por haber besado a Sebastián, sentía como si estuviese engañando a Severus de alguna manera, sabía que no había hecho nada que él no hubiera hecho frente a mí, pero en mi interior tenía ese sentimiento que me decía que esta vez sí me había pasado de la raya.
Por extraño que parezca seguía teniendo una conexión con Severus, aunque muy poco visible la seguía teniendo, sufría cuando Severus sufría, me alegraba cuando Severus se alegraba, en fin… no soy Diana o Albafica, pero podía sentir sus estados de ánimo, aunque él no sintiera lo mismo.
Sabía bien lo que pasaría después de que los Snape acabaran con Bellatrix, o que en todo caso ella acabara conmigo, de nuevo un escalofrió recorrió mi espalda, y no específicamente porque iba como mono araña de la espalda de Lucius mientras este corría por el bosque, sino por el miedo que me daba este pensamiento que había alejado de mi mente con tanto esfuerzo.
Sabía que Severus se terminaría yendo y haciendo su vida, esto nada mas era una parada en su existencia, pero por más raro que esto pareciera, no me importaba con haber pertenecido por lo menos a una parte de su larga existencia me reconfortaba, con saber que había formado parte en algún momento de su vida y que hice un pequeño cambio me animaba a seguir adelante, así fuera que estaba casi un 50% seguro de que Bellatrix terminaría matándome.
El viaje se me hizo muy corto o seria que yo iba ensimismado en mis pensamientos, que de un momento a otro ya nos encontrábamos frente a la casa Snape, todas las luces estaban prendidas y se veía un gran movimiento adentro. Lucius no se paró hasta que estuvimos en la sala y me deposito gentilmente en uno de sus sillones.
-Vaya, hasta que por fin llegan, me estaban matando del susto- La voz melodiosa de Eileen se escuchaba preocupada.
-Todo está bien mama, nadie nos siguió- Decía Lucius aun serio.
-¿Qué es lo que está sucediendo Diana?- Mire a Diana sentada enfrente de mi observándome tristemente con la cabeza sobre las manos.
- Harry, lo siento mucho- Decía una y otra vez -Enserio que lo siento Harry.
-¿Qué es lo que sientes? Me estas asustando- Mi corazón dio un brinco al ver que sus ojos se llenaban de tristeza.
-Todo va a estar bien, te lo prometo.- Cada vez me empezaba a sentir más nervioso, Albafica al sentir mi estado de ánimo me empezó a mandar hondas de tranquilidad.
-Lou… Louis está en el hospital Harry, Bellatrix lo ha atacado pero por suerte llegamos antes de que lo mordiera- Los ojos de Diana se llenaron de ira.
Y ahí fue cuando me deje ir, no sabía dónde estaba y no me interesaba ir a ninguna parte, me deje ir en el abismo negro que gritaba por mi ausencia…y ahí me quede por largo rato, No, No, Louis no… era lo único que me repetía una y otra vez, ¿Cómo había pasado esto? ¿Por qué Louis? ¿Por qué no yo? mi mente volaba en diferentes direcciones, sentía como si me estuvieran sacando el corazón, el dolor cada vez se fue apoderando de mí y me deje llevar en ese dolor, no quería salir de ahí, lo más extraño era que escuchaba y veía a todos pero sin escuchar ni ver, tenía la vista clavada en algún lugar lejano.
-Diana, ¿Qué le pasa? Hazla reaccionar- Sollozaba Eileen.
-No puedo Mamá, ha quedado catatónica- La voz de Diana denotaba tristeza.
-Hablémosle a Lestat- Dijo Lucius.
-Está atendiendo a Louis ¿Recuerdas?- Por primera vez después de mucho tiempo escuche la voz de Remus.
Y me deje caer de nuevo en mi mente, no podía hablar ni moverme, me encontraba en un estado de duermevela con cansancio, sabía que estaban hablando alrededor mío, pero no le encontraba sentido a sus palabras, lo único que en este momento me importaba era Louis y saber cómo estaba, quería ir a verlo, pero no podía salir de este estado.
El dolor me envolvió de nuevo y las lágrimas comenzaron a salir por mis ojos, lo extraño es que no las podía controlar, era como si no pudiera mandar en mi propio cuerpo. Y me quede ahí inerte eh inmóvil por quien sabe cuánto tiempo.
Sentí un gélido contacto en mi cara, mis ojos enfocaron dos grandes ojos negros y un mechón de pelo negro, pero aun así no podía salir de mi estado, con forme fueron pasando los minutos, me volví a enfocar en los ojos que tenía enfrente, me observaban con desesperación, ira, ansia y tristeza.
Poco a poco fui volviendo a mi cuerpo, mientras esos grandes ojos seguían clavados en los míos y sus manos gélidas seguían tocando mi cara.
-Harry regresara en sí, en 16 segundos.- La voz antes alegre de Diana ahora era triste.
Y como dijo, justo 16 segundos después parpadee por primera vez después de quien sabe cuánto tiempo estar así, sentía los ojos irritados, pero los ojos de Severus no me dejaban salir del todo de mi estado catatónico.
- Louis - Fue lo que alcance a decir en un susurro casi inaudible.
- Harry cariño, todo va a estar bien- La voz maternal de Eileen se escuchó muy lejana.
Aquellos ojos negros seguían clavados en mi cara y su aterciopelada voz se escuchó casi junto a mi oído.
-Harry, regresa por favor no me hagas esto- Su voz sonaba ansiosa, si es que el terciopelo podía escucharse así.
-Severus,- Enfoque mis ojos con los suyos - Louis, ¿Dónde está? Quiero verlo.
-Calma Harry, Louis va a estar bien.- Mientras lo decía me puso sobre su regazo y empezó a hacer pequeños círculos en mi espalda.
-Quiero verlo.- Mi voz era un simple susurro.
- Lestat lo ha llevado a una clínica en Inglaterra Harry.- La voz de Eileen lleno aquel incomodo silencio.
-Pero va a estar bien-Remus intento poner una sonrisa en su cara, pero esa alegría no le llego a los ojos.
-Severus- Puse mis manos en su rostro -Por favor llévame a verlo, quiero verlo- Empecé a sollozar mientras las lágrimas caían por mis ojos.
-Sssh Harry tranquilo- Me susurro en el oído, su frio aliento me hizo estremecer.
-No- Dije intentando levantarme -Llévame ahora mismo, yo tengo… yo quiero… por favor. Solo llévame por favor.
Me levante como pude e hice ademan de caminar hacia la puerta, pero las frías manos de Severus me tomaron de la cintura y me acercaron a su cuerpo para poder abrazarme, una extraña sensación me recorrió el cuerpo, además del dolor que sentía por Louis, muy en el fondo me sentía feliz, porque aunque fuera por un fugaz momento estaba en los brazos de Severus, del vampiro de mis sueños, aunque él lo hiciera por diferentes razones, por un solo momento sentí que me quería.
- Harry- El solo sonido de su voz me tranquilizo -Louis está bien, estamos esperando a que Lestat nos hable para poder llevarte, pero te aseguro que todo va a estar bien- Todo esto me lo dijo con un susurro en el oído, mientras que una de sus manos me tomaba de la cintura y la otra me sostenía la cabeza contra su pecho.
- Harry, lo siento mucho- Si Diana pudiera llorar, sabría que lo estaría haciendo -Es que no lo vi, pero te aseguro que Louis estará bien, ya lo he visto.
-Si Harry tranquilízate- La voz de Lucius sonaba apagada.
No supe cuánto tiempo pase llorando en el regazo de Severus, lo único que él podía hacer era abrazarme cada vez más fuerte a su pecho, fue una noche demasiado larga, lo extraño era que yo sabía que por la mañana la situación estaría igual, Severus me dejaría de un momento a otro, Louis estaba en el hospital y Bellatrix estaba a un punto de matarme y para mi desgracia tenía el maldito sentimiento de culpabilidad por haber besado a Sebastián, este último pensamiento hizo que tuviera un ataque más fuerte de lágrimas, en el que Severus se asustó y me apretó más a su pecho.
Sabía que les estaba haciendo demasiado daño a las personas que estaban a mi alrededor, a los Snape, a Louis –Y en el que más me dolía pensar- a Severus, sabía que él no se merecía ni tenía por qué estarme cuidando, el ahorita debería de estar con Andre.
Un pensamiento empezó a rondarme por la cabeza. Seria todo más fácil si me entregara a Bellatrix, en si nada me detenía aquí en Londres o más bien nada me detenía en esta vida para irme, Louis estaría mucho más seguro y Severus por fin podría ser feliz.
Y ahí en medio de los brazos de mi amado fue cuando lo decidí, lo mejor sería entregarme a Bellatrix para que todo esto acabara, no sabía bien ni cómo ni cuándo hacerlo pero sabía que habría alguna posibilidad, tenía que haberlo.
Una sensación de Deja vu me llego al cuerpo, esto era casi lo mismo que cuando estuvo la situación de Tom, solo que ahora si nada me unía a la vida.
Mientras estaba perdido en mis pensamientos sobre el regazo de Severus, sentí que se puso rígido y todos a mí alrededor también, la voz de Diana me saco de mi ensimismamiento.
-Harry James Potter, ¿Qué demonios te ocurre?- Su voz sonaba enfadada y cuando Diana se enfada, había que tener miedo.
-¿A qué te refieres Diana?- Intente sonar de lo más casual.
-Lo acabo de ver, tu decisión- Sus ojos flamearon.
-¿Alguien nos puede explicar que está sucediendo?- La voz de Lucius sonaba cansada.
Mientras que Sentía las miradas de todos sombre mí, Severus acercó sus labios a mi oído y murmuro.
-Podríamos hablar afuera ¿Por favor?- Lo conocía demasiado bien como para saber que debajo de esa tranquilidad se cocinaba algo.
Asentí, Severus me levanto del sillón y me tomo de la mano, mientras gruñía.
-Diana, explícales a los demás, voy a tener una plática con Harry.- Hizo una mueca.
Diana asintió mientras Severus me jalaba hacia la puerta trasera aun tomándome de la mano, su tacto hizo que tuviera una descarga eléctrica en todo mi cuerpo, como la primera vez que me toco en aquel salón de clases.
Caminamos hacia el rio y hay en el borde nos sentamos en unas piedras, todo estaba en silencio. Severus tenía dos dedos tomándose el puente de la nariz y respirando entre cortadamente, no supe cuánto tiempo paso hasta que abrió los ojos y me miro firmemente.
-Harry, ¿En qué demonios pensabas?- Su voz sonaba sombría y enojada.
No dije nada y me quede en silencio observando las hondas de agua que se formaban en el rio. Una de sus manos tomo mi barbilla para obligarme a verlo.
-Contéstame- Su voz sonaba demandante y ansiosa.
-Todo sería más fácil así Severus,- Me zafe de su mano y voltee a ver el rio- Sabes que sí, dejaría de estorbar.
Todo se quedó en silencio por algunos minutos hasta que sentí unos brazos que me levantaban y me abrazaban. Recargo su barbilla con mi cabeza y suspiro.
- Harry, ¿Cómo se te ocurre pensar una cosa así? ¿Qué no sabes que eres demasiado importante? ¿No te ha quedado claro aún?- Su voz sonaba dulce y ansiosa a la vez.
-Severus, por favor… eso lo dices para que no me sienta miserable en este momento pero sabes bien lo que va a pasar cuando ustedes se vayan y yo me quede con Louis, mi existencia va a volver a ser vacía y sin sentido.
Me apretó más contra él y suspiro.
-¿Y qué hay de Sebastián? ¿Acaso no es tu novio?- Su voz tomo un matiz de enojo.
-No, solo somos amigos.- Murmure contra su pecho. Mis mejillas se tornaron un poco más rojas.
-¿Y entonces por qué lo besaste?
Eche mi cabeza para atrás para poder observarlo, tenía los ojos cerrados y la mandíbula apretada, tenía una suave arruga en la frente.
-Para poder olvidarte- Susurre.