a) Título del fanfic: Mi ángel inmortal.b) Autora: MyloveSnape.c) Link a la historia: http://slasheaven.com/viewstory.php?sid=32837&index=1d) Fragmento que deseen recordar del fanfic en cuestión.“Dejó caer sus libros al suelo. Cuando sus ojos verdes encontraron un objeto en su cama se desconcertó. Halló una carta encima del paquete envuelto en papel plateado.
"Un precioso tesoro para un ángel inmortal". No tenía firma, ningún remitente. Rasgó la envoltura hasta descubrir un estuche de piel. Sabía lo que aguardaba dentro. Su garganta se secó. Lo abrió con cuidado, retirando los broches de seguridad. Lo que vio fue impactante. Él no podía creerlo. Lo conocía de simples relatos, de las revistas muggles de música. No podía ser cierto.
-Dios...un...Stradivarius.- Lo acarició un poco temeroso de arruinar el barniz. Era tan suave. Las lágrimas humedecieron su prodigioso rostro.
- Lo podemos cambiar si no te gusta.- La aguda y sensual voz de Severus lo regresó de la enviciante imagen de tan celestial instrumento.
-Profesor, usted...- Musitó con una débil expresión de incredulidad.
-¿Te gusta, Harry?- Caminó hacia su alumno.
-Es...bellísimo. ¿Cómo lo consiguió? Digo...porque son piezas únicas y además...lo siento es que no puedo expresar lo que...Gracias.- Abrazó al vampiro con gratitud. Con un cariño desconcertante pero que no podía dejar de profesarle.
Severus lo estrechó entre sus brazos. No había mejor pago que ese. La felicidad en ese rostro y percibir el intoxicante aroma de su niño. Esa fragancia que nublaba su visión, que le drogaba con su perfumada mortalidad. En sus entrañas florecía la etérea música de sus latidos y la sangre corriendo por las venas de Harry. Como si ese niño fuese su violín y él lo acariciara con maestría para deleite de su desolada existencia. La sonata más exquisita impregnaba cada célula del vampiro.
Harry evocó la primera vez que Snape le había abrazado, no era igual. Ahora anhelaba renunciar a todo para perecer en esos brazos.
Snape se separó de esa calidez para no enloquecer de amor. No quería cometer una estupidez. Prefería tener esos instantes de eterna delicia que ninguno si le confesaba a Harry que le amaba, que le deseaba como su amante, como su dueño.
-Todos los días tendrás clases privadas de violín. Un profesor de música vendrá al castillo. Te reunirás con él en el salón de pociones.
-¿En serio?- Secaba su rostro, el que se había mojado de dicha.- ¿Cómo puedo pagarle? Es que... esto es demasiado y creo que no lo merezco.
-Harry, ven aquí.- Lo llamó a su lado. Posó sus manos en los hombros del ojiverde y clavó directamente sus ojos en las brillantes esmeraldas.- Tú te mereces esto y más. Deja de pensar que no vales nada. Tus tíos -
A los que un día voy a matar - se equivocaron contigo. Eres asombroso. No por ser el famoso Harry Potter ni el elegido. Porque tú eres un ser extraordinario. ¿No te has observado detenidamente? Acompáñame.- Entrelazó su mano con la del Gryffindor y lo guió hasta un enorme espejo.- Mírate. ¿Qué no lo ves? Tus ojos...
-Son los de mi madre, lo sé.- Respondió fastidiado. Fastidiado de que nunca dejaran de ver algo de ella en él. Estaba orgulloso de su madre y le amaba. Pero quería dejar de ser un reflejo de Lily. Deseaba simplemente ser Harry.
-No, tus ojos son como dos majestuosas praderas. De aquellas que reverdecen cada año con más intensidad. Esas que te devoran entre su cálida hierba, colmadas de pastizales rebosantes de paz y placentera tranquilidad. Tu cuello es un tortuoso camino que se abre para explorar el resto de tu fascinante santuario. Tus brazos, los guardianes que resguardan el centro de tu cuerpo. Aquí...- Señaló con su dedo índice el pecho de Harry.-...vive el misterio de la vida. Oscuro y silencioso. Latiendo despacio cuando se siente solitario, llenándose de sangre, de vitalidad, cuando ama, cuando sufre.
-Por favor...no siga.- Echó la cabeza hacia atrás al sentir el ardiente aliento en su mejilla.
-Si todo esto se encuentra a simple vista, dentro de ti se oculta lo mejor. Esos sentimientos que nadie ha explorado. Al que no ha llegado ningún aventurado ser. Dichoso el que logre penetrar en tu alma. Afortunado el que consiga tu amor.
Harry sollozó por esas palabras. ¿Qué le ocurría que sus piernas se doblegaban? ¿Por qué sentía deseos de llorar? ¿Qué hechizo había utilizado ese vampiro para hacerlo enmudecer? ¿Cómo había logrado conquistar su afecto en tan poco tiempo? ¿Por qué esa voz lo hacía alucinar?
El ojiverde rodeó con sus brazos el cuello de Snape. El pocionista juntó más su pecho a la espalda de su niño. Miraba al atractivo joven. El iris verde bajo las simples gafas. Lo liberó de ellas. El Gryffindor veía borroso. Un manto de neblina lo hacían sentir frágil. Snape lo consoló con tiernos murmullos. Depositó un beso en cada parpado. Enterró sus dedos en las suaves hebras oscuras, deteniéndose al ver la cicatriz en la frente de Harry. La rozó con su pulgar, apretándola un poco para sentir la aspereza de la marca, para curarla con su caricia.
Si pudiera borrarla, lo haría...Se arrodilló ante sus pies. Harry se giró para verlo de frente. Sus gafas, las buscó contrariado. Cuando la visión volvió, Snape se hallaba en un estado de pesadumbre.
-Profesor...- Harry extendió su mano hacia el vampiro, pero él deplorable mago no alzó la mirada.
-No me mires, Harry.- Imploraba el pocionista.
-Vamos, Severus...levántate.
Era la primera vez que oía su nombre en esa dulce voz. Unió su mano a la de su alumno y se puso en pie. Harry lo llevó hasta la lúgubre habitación de Snape. Se recostó en la suavidad del edredón que cubría la cama. Snape lo acompañó como su esclavo. Harry lo recibió con ternura apoyando la cabeza del vampiro en su pecho, enredando sus dedos en los mechones de ébano. El pocionista suspiró, escuchaba el latir del corazón de su niño, él le arrullaba con cariño. Pensó que quizás su final estaba cerca y al fin había sido recompensado por su desdichada existencia en el vasto mundo mortal.
-Harry...- La respiración del pequeño león era más lenta, exhausto había caído en sueños.- Duerme mi ángel.”
e) Razones por las que recuerdan ese fragmento en especial.Esta fue la primera historia en la que leí a Sev como vampiro, me encanto mucho. Me gusto la forma de ser de Severus, un vampiro que reniega de su naturaleza inconforme por su conversión pero que tiene una parte muy humana que no se niega a mostrar en sus pensamientos y algunas veces en sus acciones. Y luego está ese Harry inocente, melancólico pero decidido por su amor. En general me pareció un romance muy sublime.