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| Mientras me quedes tú... | |
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gabrielle62
Cantidad de envíos : 2832 Fecha de nacimiento : 02/04/1972 Edad : 52 Localización : Al Norte de España Galeones Snarry : 46957 Fecha de inscripción : 08/01/2009
| Tema: Mientras me quedes tú... Miér Nov 21, 2012 2:15 am | |
| Título: Mientras me quedes tú... Autor: gabrielle62 Personajes: Harry Potter, Severus Snape Género: Romance Clasificación: PG-13 Advertencias: Mpreg=Embarazo Masculino Publicada: 20/11/12 Palabras: 4271 ¿Completa?: No Desafíos: Día Internacional del Snarry 2012 Resumen: Mi respuesta al dia Internacional del Snarry 20012 propuesta por La Mazmorra del Snarry por segundo año consecutivo. Esta es la historia de amor entre Severus y Harry contada por alguien muy especial. Espero que os guste. OoOoOoOo —Tienes mi permiso y el de Severus para contarlo todo Luna— eso fue lo que me dijo Harry, sonriéndome mientras sujetaba con fuerza la mano de la pequeña Jade, la hija de ambos que apenas contaba seis años de edad, tres más que mis gemelos Lorcan y Lysander. Era una niña muy alegre y tan parecida a ambos que parecía hecha con pura magia, bueno… lo era en realidad. Severus Snape había descubierto una poción que permitía que algunos magos en edad fértil, no todos, pero sí los más dotados mágicamente, pudiesen tener un bebé, algo sorprendente que sólo podía darse en un mundo como el nuestro. Jade era el primer bebé concebido de esa forma, pero siendo uno de sus padres el mejor Maestro de Pociones del mundo mágico y el otro Harry Potter el Salvador del Mundo Mágico, ya no parecía tan raro… Bueno, a mí no me lo parecía al menos. Cuando hace unos días les pedí permiso para contar su historia, Severus frunció el ceño y Harry tampoco estuvo demasiado conforme, pero parece que han decidido confiar en mí después de todo. Han pasado quince años desde que su historia comenzó, justo en medio de aquella guerra terrible en la que a la vez, tuvo lugar una de las historias de amor más hermosas y complicadas que conozco, por la personalidad de ambos y por las dificultades que tuvieron que superar para poder estar juntos. Harry era alumno de Hogwarts cuando se dio cuenta de lo que sentía por Severus y Snape era el Maestro de Pociones del colegio. Mi amigo entonces tenía dieciséis años y Severus treinta y siete, algo que en el mundo muggle puede tener mucha relevancia, pero en el mágico es diferente, como tantas otras cosas. No me enrollo más y comienzo a contar lo que realmente interesa tal y como el mismo Harry me lo contó. OoOoOoOoO Ese sábado Harry tenía detención con el Profesor Snape, Hermione le recriminaba por ello, estaba enfadada con Harry y aunque yo aún no sabía por qué, intuí que no iba a tardar en descubrirlo. —Harry ¿Hasta cuando estás castigado esta vez? —le preguntó mientras nos dirigíamos a desayunar al gran comedor, al ver que yo también iba con ellos me miró de reojo, no le caigo bien, creo que, como tantos otros, piensa que estoy loca. —Hasta que acabe el curso, si ya lo sabes…—contestó Harry con cansancio frunciendo el ceño irritado. Ron a su lado miró con cierto fastidio a Lavender que acaba de unirse al grupo pero enseguida se abrazaron. Siempre pensé que Hermione y él acabarían juntos pero Ron no para de tontear con la rubia. —¡Déjale en paz Hermione! ¡Te estás pasando…¡lo haces adrede porque no soportas que te supere en Pociones! —la espetó el pelirrojo sin contemplaciones. Este Ron… Hermione le lanzó una mirada cargada de resentimiento y le contestó con rabia: — ¡Llevándose un mérito que no tendría sin el libro de El Príncipe Mestizo, que por cierto no es suyo y del que copia detalladamente la elaboración de todas las pociones, gracias a las anotaciones que dejó en él su anterior dueño! —estaba fuera de sí y no se había dado cuenta de que varios alumnos de otros cursos se lo estaban pasando en grande viendo la pelea. —Se me ha quitado el apetito— dijo Harry entre dientes rojo de vergüenza, para cuando Hermione cayó del guindo y se dio cuenta de que acababa de poner a su amigo en evidencia ya era demasiado tarde. Le llamó pero no la hizo caso. Mañana el chisme del día sería: “Harry Potter hace trampas en Pociones Avanzadas” Con los ojos llenos de lágrimas Hermione vio cómo su amigo la ignoraba y se alejaba sin decir adiós. —¡La has hecho buena! —la recriminó Ron enfadado. ¡Ya estaban discutiendo de nuevo! ¡Estos dos no tenían remedio! OoOoOoOoO Se aproximaba la hora de cenar, había estado dando un largo paseo por los terrenos, pues el espléndido día invitaba a ello. Estuve buscando Bibblers Maravillosos, pero no he tenido suerte. Se esconden demasiado bien. He visto a Harry salir corriendo del castillo como una exhalación, percibo que tiene problemas y echo a correr tras él, quiero saber qué le pasa. ¡Circe, como corre! Cuando por fin le doy alcance, me duele el costado del esfuerzo, él está sentado cerca del lago, con la cabeza apoyada en el viejo sauce y los ojos cerrados, su mandíbula está rígida. —Hola Luna —me saludó con una breve sonrisa cuando me senté a su lado aún jadeante por el esfuerzo. Sus ojos estaban rojos ¡Vaya! Harry había estado llorando. No le pregunté nada, ya me lo contaría si lo creía oportuno… Anochecía y permanecimos uno al lado del otro contemplando la magnífica puesta de sol que se reflejaba en el lago, el paisaje se transformaba a golpe de naranja y rojo, era un hermoso momento de paz que tenía como fondo el relajante sonido del viento acariciando las aguas en calma... Busqué la mano de Harry y él agarró la mía. —Snape es un cabrón —me soltó a bocajarro sin mirarme, yo acaricié su mano invitándole a seguir, creía que le vendría bien desahogarse, lleva todo el día castigado por atacar a Draco Malfoy en los baños, según me contó el mismo Harry se pelearon, Draco le lanzó un Crucio y él le respondió con un Septusempra, un terrible hechizo que venía en el libro de El Príncipe Mestizo y del que desconocía el resultado, pero… casi mata a Malfoy. De no ser por la oportuna intervención del profesor Snape, la cosa podía haber acabado en tragedia. Afortunadamente Draco Malfoy estaba bien, pero Harry estaba castigado todos los sábados hasta que terminara el curso, no podrría jugar al Quidditch más y era el Capitán del equipo. Pero ahora su cabreo era con Snape. —Lo sabe Luna…sabe que me gusta—su voz suena angustiada. —Pero… ¿Cómo? —pregunto impactada. —Entró en mi mente sin permiso y lo vio ¡Todo! —¡Oh Harry…cuánto lo siento! —¡No podré volver a mirarlo a la cara jamás! ¡Se reirá de mí hasta el fin de los tiempos…! ¿Por qué me tienen que pasar esto? ¡No podré soportar que se burle de mí, no por eso Luna! Quisiera consolarle, decirle que todo va a estar bien, pero no sería sincera, a mí también me parece terrible la situación de Harry, es mi amigo y desearía verle feliz, no así de desorientado. Lo está pasando fatal, el pobre y se comporta como un crio asustado, pero cualquiera lo estaría de encontrarse en su situación. Le comprendo… aunque creo que exagera, el profesor Snape no es tan malo, aunque pone mucho empeño en mostrarse desagradable, a mi parecer sólo es una máscara para ocultar sus carencias. No es un tipo sociable, tampoco es simpático con la mayoría de la gente, esa no es una cualidad que posea todo el mundo y él desde luego no la tiene. Harry en cambio es tan empático…Él se pone en la piel de los demás muchas veces, como si no tuviera ya bastantes problemas. A veces me dice que soy demasiado amable con gente que no me tiene ninguna consideración, lo sé, pero yo soy así, y no voy a cambiar porque otros sean desagradables conmigo, intento que no me afecte. El profesor Snape es inteligente y astuto, sus ojos negros, son como un pozo sin fondo, llenos de misterio y posee una voz fantástica, que alcanza su punto culminante cuando más sarcástico se muestra. Harry dice que tiene que ser realmente sensual oírle cuando… ¡Eso son cosas de Harry, que se muere por él! Aunque creo que tiene razón, ¡Tiene que ser la leche que el profesor te susurre cosas sucias al oído en un momento especialmente íntimo! En fin, estoy desvariando, además es la fantasía de mi amigo, no la mía, de momento no estoy interesada románticamente en nadie, hay cosas que llaman mas mi atención, por ahora…como por ejemplo los Heliopaths, por si no lo sabéis…son espíritus de fuego, unas enormes y flameantes criaturas que galopan por la tierra y queman todo en su trayectoria. Cornelius Fudge tiene un ejército de ellos bajo su mando, pero nadie me cree cuando se lo digo, ni siquiera Harry. Snape tiene buenas cualidades pero también fallas, es sólo un ser humano como los demás, después de todo. Su mal carácter y su intransigencia ante la ineptitud de algunos de sus alumnos son lo peor a mi modo de ver. Supongo que Harry tendría bastante que decir al respecto pues ha sido, con diferencia, el que más veces ha experimentado la ira del profesor en carne propia, bueno quizá le gana Neville que ha hecho explotar más calderos que ningún otro alumno de Hogwarts, ¡Menudo record tiene el pobre! Cuando Severus descubrió lo que Harry sentía hacia él seguro que se asustó terriblemente por todo lo que implica, pero no debería tener miedo, Harry está deseando entregarle su amor y Snape necesita tanto ser amado… Están destinados a estar juntos, si tan sólo me escucharan, pero lo complican todo tanto… OoOoOoOoO Severus es muy reservado, no le resulta fácil expresar sus sentimientos, por eso… que decidiese contarme él mismo su parte en esta historia me dejó estupefacta. Creo que aún estoy recuperándome de la impresión, pensé que sería Harry quien me contaría toda la historia desde su punto de vista, pero estoy muy contenta de que las cosas se hayan dado de este modo, aunque la verdad es que el profesor es bastante intimidante. No se deja conocer con facilidad y sin embargo… me respeta según me dijo una vez, por ser siempre yo misma y también por mi trabajo, por lo que he conseguido como bióloga, algo que le agradezco sinceramente. Aunque mi amigo es Harry he aprendido a conocer a Severus poco a poco, merece la pena irle quitando todas las capas de autodefensa que tiene de cara a los demás y cuanto más conozco al verdadero Severus, más le aprecio. OoOoOoOoO Supe que me había equivocada de plano cuando al irrumpir en la mente de Harry me encontré con aquello ¡No debí hacerlo! ¡No tenía que haberle invadido como lo hice pero no había podido evitarlo! Aunque jamás hubiese imaginado ver lo que vi, sólo quería averiguar donde había ocultado el dichoso libro, sólo eso de verdad, y en su lugar… ¡Mira lo que me encontré por Merlín! ¡Ni en mis sueños más insólitos habría imaginado que Potter, sintiera algo por mí! Lo único que pensé cuando fui capaz de asumirlo es que era un adolescente hormonal que no tenía claro lo que quería. Sí, tenía que ser eso… Me contó que le había dado mil vueltas al asunto y aún así no lograba entenderlo, no sabía qué diablos le podía gustar de él, cuando podría tener a quien quisiera, y además le había atormentado cuanto había podido desde el mismo día que pisó el castillo sólo porque le recordaba demasiado a James Potter, su padre, al que odiaba. Sin embargo… pronto descubrió que el chico tenía mucho de Lily, su amiga de la infancia, además de sus ojos, y aún sabiéndolo nunca dejó de ponerlo en evidencia, ¡Era superior a él! Dice que le encantaba ver como sus ojos destellaban de ira. Reconoce que era un cabrón cuando se lo proponía, y a veces cuando no, también, pero es que Harry, en aquel entonces Potter, se lo ponía muy fácil… —Sabía que le había hecho daño — me confiesa— pero no esperaba encontrarme algo así, le había lastimado y no era lo que pretendía, quería fastidiarlo como de costumbre, pero había sido todo tan inesperado que no sabía qué hacer al respecto. Harry, era como un libro abierto para mí, siempre sabía cuando me mentía, y lo hacía fatal la verdad. Casi mató a Draco Malfoy, y encima tuvo la desfachatez de darme otro manual diferente al que le había pedido, como si pudiera engañarme… El dichoso libro en cuestión, me pertenecía, yo era El Príncipe Mestizo, un tonto sobrenombre que usé en mi adolescencia, no porque me considerase de la realeza o algo similar, sino porque Prince era el apellido de mi madre. ¡Tantos años que estuvo perdido y tuvo que encontrarlo precisamente él! Aunque… si bien es cierto que sabía perfectamente a qué se debía su repentina mejora en Pociones, no hice nada porque quería ver hasta dónde era capaz de llegar, pero es que… ¡No conocía el límite! ¡El muy… obtuso! Me habría tomado a broma lo que vi si no me hubiese removido por dentro, tampoco era de piedra después de todo, aunque algunos se empeñaran en creer que ni sentía ni padecía, no era así en absoluto ¡Harry sólo era un crío por Merlín! Un crio con una enorme responsabilidad sobre él que no estaba en absoluto preparado para lo que se le venía encima, dijera Dumbledore lo que dijera. Lo más increíble era que ni siquiera era consciente de su atractivo, medio Hogwarts suspiraba por sus atenciones, destacaba cierta Weasley pelirroja a la que yo detestaba profundamente, y él, ni se enteraba subido en su nube. Ahora sé que tenía otras cosas mucho más importantes en las que pensar, como la inminente guerra por ejemplo. Todo el mundo esperaba demasiado de él Luna, y estaba tan agobiado por lo que se le venía encima que no se daba ni cuenta de los y las que revoloteaban a su alrededor intentando llamar su atención. Bueno si él no lo notaba, ya lo hacía yo en su lugar y me encargaba de espantarlos adecuadamente. No puedo contener una carcajada al imaginarme la escena, Severus alza una ceja, sonríe y me quedo embobada mirándolo. Rara vez le he visto sonreír, su rostro se transforma cuando lo hace, tiene una bella sonrisa. Empiezo a comprender que ve Harry en él. —Reconozco que fue divertido aterrorizarles —me dice—protegerle era mi obligación pero la verdad… creo que ya le quería solo para mí, aunque entonces no lo habría reconocido ni bajo un Cruciatus, él era un alumno y yo su profesor que le doblaba la edad, simplemente era algo impensable, pero no, Luna no lo era para mí, de hecho pensé mucho en ello, más aún cuando supe lo que Harry sentía. Severus carraspeó y continuó con su historia, era un buen narrador y la modulación de su voz era simplemente perfecta para lograr que no me perdiera ni una sola de sus palabras, sí, definitivamente entiendo por qué Harry le ama: Dumbledore, me llamó a su despacho cuando se enteró que Harry lleva días sin asistir a mis clases y no sólo a las mías, sino que no iba a ninguna. El muy…había puesto un hechizo de aislamiento sobre su cama, y se negaba a abandonarla. Aunque yo estaba seguro que hacía incursiones nocturnas al baño y a la cocina y que Dobby le suministraba alimentos a escondidas. Harry no era tonto y además le encantaba comer, no había más que observarle como engullía todo lo que le gustaba en el Gran Comedor, la verdad es que aunque su constitución era delgada, siempre cogía peso cuando estaba en el colegio, hacía tiempo que me cuestionaba si esos familiares muggles con los que vivía le alimentaban bien… Sabía que se comportaba así por mi culpa pero se estaba pasando y poniendo a prueba mi paciencia una vez más, no podía tolerar que siguiese faltando a clase. Creo que temía enfrentarme después de lo que había descubierto, seguramente estaba demasiado avergonzado. Tenía que hablar con él y lo haría, lo quisiera o no. Después de todo yo soy era el adulto… ¿verdad? Una vez más le maldije mentalmente por darme tantos quebraderos de cabeza. OoOoOoOoO Pero nunca llegasteis a hablar…—le dije y Severus asintió cerrando los ojos, seguramente, recordando los aciagos días que siguieron en los que los acontecimientos se precipitaron de forma horrible. Asesinaron a Dumbledore, supuestamente había sido Draco Malfoy… Harry se enfrentó a ti, Severus, cuando escapabas con Draco Malfoy, intentando sacarlo de Hogwarts. Nadie podía creer lo que estaba pasando, yo menos que nadie, mientras veía sin poder creerlo el desmadejado cuerpo del Director que yacía en el suelo como un muñeco roto, después de caer desde la torre de Astronomía. Harry temblaba arrodillado en el suelo, tras enfrentarte, después de intentar impedir tu huída sin lograrlo, eras muy superior a él, y le habías dado una pequeña muestra de ello dejándolo molido con tus hechizos y preso de la impotencia y la ira por no haber podido evitar la muerte del Director, ni tampoco que Draco Malfoy y tú escapaseis… Su mirada parecía la de un viejo cuando me dijo que no era capaz de asimilarlo, que a pesar de haberlo visto con sus propios ojos no podía creer que fueras un traidor. Muchas veces las cosas no son como parecen y el corazón me decía que no eras ningún cobarde y menos aún un traidor, pero debo reconocer que tampoco entendía apenas nada y que también tuve dudas, respecto a tu verdadera lealtad Severus, en cuanto a Harry… creo que los dos estábamos asustados, él aún más que yo, ante la terrible evidencia: Si no había podido evitar que huyeras, mucho menos podría enfrentar a Voldemort. Me pregunté seriamente cual sería ese misterioso poder que Harry poseía según Dumbledore, porque hasta ahora solo había dado muestras de una gran valentía y mucho coraje, pero eso sólo no parecía suficiente para derrotar al lord Oscuro. Me recriminé mentalmente por pensar así, yo siempre había visto algo especial en mi amigo, y confiado ciegamente en él, en su alma limpia y su fuerza interior… Debía ser algo de eso a lo que se refería el Director, aunque yo ahora no lo viese demasiado claro. Creo que Harry sacaba la fuerza del amor y la confianza que todos los que estábamos de su lado le teníamos y no podíamos fallarle precisamente ahora, cuando más nos necesitaba. Hermione, Ron, Neville, Seamus, Dean, Ginny y yo, estábamos allí ayudando a Harry a incorporarse y dándole ánimos, aunque todos estábamos hechos polvo, porque todos queríamos a Dumbledore y todos, sin excepción, le íbamos a extrañar muchísimo... Ahora, había que preparar su funeral. Después hablaríamos y seguiríamos peleando, era lo que tocaba. Nos miramos a los ojos y asentimos con la cabeza, creo que todos pensábamos lo mismo. OoOoOoOoOMeses más tarde, nos encontrábamos en “El refugio”, la casa de Bill y Fleur, después de escapar por los pelos de la Mansión Malfoy. Todos salimos más o menos ilesos gracias a Dobby, pero Bellatrix lanzó su puñal justo cuando desaparecíamos y atravesó el corazón del pobre elfo. Harry gritó exasperado, pidiendo ayuda a los habitantes de la casa cercana al acantilado, el mismo donde las olas rompían una tras otra, como siempre, como diciendo que nada iba a cambiar por que Dobby hubiese muerto, que a pesar de todo la vida tenía que continuar… No se podía hacer nada, el fiel y buen elfo había muerto y las estrellas chispeaban en las dos vidriosas y enormes esferas que eran sus ojos, ahora sin vida… Después de enterrarlo, llorar hasta quedarse sin lágrimas y honrar al buen elfo lo mejor que podía y sabía, Harry y yo nos quedamos por fin solos, fue entonces cuando mi amigo se decidió a contarme su secreto, ese que hacía tiempo le atormentaba y que no había contado a nadie. —Fue Severus quien mató a Dumbledore en realidad… no Draco Malfoy—dijo con voz ronca mientras clavaba sus ojos en los míos. Me quedé petrificada al ver que me decía la verdad, Harry apenas podía respirar de lo agobiado que se sentía. —Hay algo más que debes saber… Estamos juntos Luna, sólo lo sabemos tú y yo, ni siquiera Ron y Hermione lo saben, se lo contaré cuando me sienta preparado para ello, pero no estoy seguro de que lo entiendan, sobre todo Ron, sé que tú si lo harás. El corazón empezó a latirme más deprisa, de emoción y regocijo, sabía que Harry me tenía una enorme confianza, pero… ¡Aquello era demasiado! Aún así me abstuve de comentar nada, mi curiosidad por lo que tenía qué decirme superaba en esos instantes a cualquier otro temor o duda que pudiese tener, así que le animé a seguir. —Todo empezó en el Bosque de Dean, cuando el patronus de un ciervo apareció, era igual que Cornamenta Luna, con el corazón a punto de salírseme del pecho supe, sin ninguna duda, de quién se trataba… ¡No podía ser nadie más! ¡Dos patronus iguales sólo podían significar una cosa! Y sabes a lo que me refiero Luna…, Severus, me estaba ayudando, protegiéndome una vez más, como siempre lo había hecho sin que yo lo supiera. >>Gracias a él conseguimos la espada de Gryffindor, la ocultó en el fondo del lago, pues yo tenía que conseguirla con valor y esfuerzo para que todo fuera como debía, aunque ¡maldita la gracia…! —hizo una mueca que evidenciaba lo que pensaba al respecto— ¡Vaya que se lució! Casi muero congelado, menos mal que a Ron se le ocurrió volver de donde quiera que estuviera y me salvó, si no… Bueno, el caso es que Severus la robó de la cámara de Bellatrix en Gringotts, y gracias a eso pudimos destruir aquel maldito horrocroux. >>Pero hay algo más que no sabes, y es por qué Severus mató a Dumbledore. Después de la maldición del anillo el Director se moría, Severus logró hacer una poción que retrasó los efectos de la misma pero no acababa con ella, al Director le quedaba menos de un año de vida y sabía todo lo que sucedería después… No me preguntes cómo Luna, pero lo sabía, y no quería morir tampoco a manos de Greyback o algún otro de los Mortífagos que atacaron la Torre de Astronomía aquella noche. Le rogó a Severus que le matase, y él cumplió su última voluntad, a pesar de que sabía que eso le convertiría en un asesino a los ojos de todos. Después de contármelo todo me dijo… que me amaba. —¡Que te amaba…? ¡Circe bendita!, Dime Harry ¿Te besó?—me atreví a interrumpir. Se sonrojó, sonrió de tal forma que pareció iluminarlo todo y asintió. —Lo hizo… más de una vez, y fue…No tengo palabras para describir la sensación Luna, pero entonces supe que todo era como debía ser, que estaba con la persona correcta y que solo quería estar ahí, entre sus brazos para siempre. Mientras nos besábamos sólo existíamos él y yo, todo lo demás podía esperar... ¡Fue tan perfecto! No quería separarme de él, pero era necesario, ahora que sé la verdad, que sé que no es un asesino y que me ama, tengo fuerzas para enfrentar a Voldemort y a lo que haga falta, porque sé que él está ahí para mí y porque acabar con el Señor Oscuro es la única forma de que el mundo mágico tenga paz por fin, y también la única posibilidad de que podamos estar juntos. Pero…para eso primero tenemos que sobrevivir —terminó diciendo con voz apagada, como si no lo viera muy seguro. | |
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| Tema: Capitulo 2 Lloraré cuando tu llores... Dom Nov 25, 2012 3:59 am | |
| LLORARÉ CUANDO TU LLORES… segunda parte Ven y refúgiate conmigo en las paredes de este abrazo y ya verás cómo este frío poco a poco va pasando.
Así que sécate esas lágrimas y agárrate fuerte a mi brazo, y no te asustes de los vientos que yo te espanto a los diablos, que tus dolores son los míos, que tu alegría es mi alegría, que lloraré cuando tú llores y sonreiré cuando sonrías.
EL ARREBATO.OoOoOoOoO Hermione, Ron y Harry entraron en Hogwarts a través del pasadizo secreto que había en Cabeza de Puerco, Aberforth el hermano del fallecido Director, les ayudó a esconderse de los Mortifagos que les perseguían. Era el único pasadizo que aquellos canallas no conocían, se habían salvado por los pelos de que los cogieran. Uno de los horrocroux que tenían que destruir, estaba escondido en Hogwarts, pero no tenían ni idea de dónde. Se sorprendieron al descubrir que los miembros del ED llevábamos bastante tiempo escondidos en la Sala de los Menesteres, oponiendo toda la resistencia que podíamos a los Mortífagos que ahora mandaban en el castillo. Neville que presentaba un aspecto lamentable, lleno de feos cortes y heridas en su cara y brazos, salió a recibirlos, estaba encantado de volver a verlos, todos lo estábamos. —¿Qué te ha pasado, Neville?—le preguntó Hermione, parecía a punto de llorar. —Bueno…—contestó encogiéndose de hombros como intentando quitar importancia al asunto, los Carrow mantienen la disciplina en el colegio. Amycus se encarga de la clase de Defensa Contra Las Artes Oscuras y nos obliga a usar el cruciatus con los que son castigados. Esto —dijo señalándose un profundo corte en la cara—me lo hizo por negarme a echar esa maldición a un compañero. —¡No puede ser, Snape no puede permitir eso…!—exclamó Harry, atónito, Hermione lloraba ahora abiertamente, y el color había desaparecido del rostro de Ron. —¿Es el Director, no? Por supuesto que lo permite, ¡es uno de ellos!—dijo Seamus asqueado. Todos asintieron con la cabeza. Harry me confesó más tarde que en esos momentos sintió que se le iba el alma a los pies. OoOoOoOoO La idea que tenían Harry y sus amigos al ir a Hogwarts, era destruir el horrocroux y a continuación salir pitando, sin que nadie se enterara de que habían estado allí, pero sus planes se habían ido al carajo, no podían decirle eso a Neville que estaba tan feliz, no se atrevían a arrebatarnos la ilusión de un plumazo, cuando todos creíamos que habían venido a luchar, a salvarnos… —No puedo creerlo Luna. No quiero creerlo… —me dijo cuando al fin pudimos apartarnos un poco del resto para hablar. —Yo tampoco lo creo Harry, la verdad es que con el único que hablo últimamente es con Severus, y eso pocas veces… pero sé que él no está de acuerdo con los castigos, ni con muchas otras cosas que están pasando ahora en Hogwarts. —Es que no entiendo cómo puede permitir que algo así suceda. —Yo le pregunté lo mismo Harry, pero son órdenes del asqueroso de Voldemort, Severus hace lo que puede por mejorar las cosas para todos nosotros, pero no es fácil para él, hay veces que tiene que callar o se descubriría. Si fuera cualquier otro de los Mortífagos el que estuviese en su lugar las cosas serían sin duda mucho peores. —¿Has llamado asqueroso a Voldemort? —me preguntas de repente, tus ojos verdes brillan divertidos. —Sí, creo que lo he hecho… bueno lo es ¿no?—respondo entre risas—. El tipo es repugnante. —Sí, es feo de cojones —respondiste y entonces nos entró la risa tonta, los demás nos miraban como si nos hubiésemos vuelto locos pero nos daba lo mismo, eso sólo nos hacía reír más con más ganas… reírnos por algo tan trivial era hasta necesario para mantener cierta cordura entre tanto horror, después de todo éramos sólo unos adolescentes abocados a vivir en una situación terrible, la risa era un bálsamo muy bienvenido y aunque fuera en esas circunstancias, era genial estar todos juntos otra vez. —No me iré del castillo sin hablar con Severus —dijo Harry cuando al fin nos calmamos—. Necesito verle… pero antes también necesito que me ayudes Luna, uno de los horrocroux está escondido aquí en el castillo pero no sabemos dónde, tú eres Ravenclaw tal vez sepas de qué se trata, tiene que ser algo que perteneciese a la fundadora de tu casa, algo que tenga un águila dibujada o algo parecido. —Sólo se me ocurre que pueda ser la diadema perdida de Ravenclaw lo que buscas Harry, aunque lleva siglos desaparecida… Dicen que tenía poderes mágicos. —¿Alguna idea de cómo es? —Mejor acompáñame a nuestra sala común, allí está la estatua de Rowena y podrás hacerte una idea clara de lo que buscas. Neville le mostró por donde salir para que no nos vieran. Nos ocultamos bajo la capa invisible de Harry y salimos para aparecernos en medio de uno de los oscuros corredores del castillo. Llegamos a la escalera de caracol unos minutos después, y tras interminables y fastidiosas vueltas nos encontramos ante una enorme puerta de madera y la vieja aldaba de bronce con forma de águila que tan bien conocía, la cogí y golpeé la puerta con ella. Una sedosa y musical voz me preguntó: —¿Qué fue primero, el fénix o la llama? Reflexioné unos instantes. —¿A ti qué te parece, Harry? —¿Qué me parece qué? ¿No hay una contraseña para entrar? —No, tenemos que responder a la pregunta… —¿Y si no conoces la respuesta qué pasa?—preguntó cada vez más nervioso. —Entonces… tendremos que esperar a que venga alguien que la conozca. — Luna… ¡No tenemos tiempo! —Creo que ya lo sé. El círculo no tiene ni principio ni fin — respondí, Harry me miraba con la boca abierta sin entender nada, cuando la misma voz de antes habló otra vez. —Podéis pasar… —y la puerta se abrió facilitándonos la entrada. Le sonreí feliz y Harry rodó los ojos. La sala común de Ravenclaw era circular y la más grande de todas las de Hogwarts. Me gustaban mucho sus enormes ventanas abovedadas desde las cuales se divisaban unas magníficas vistas de las montañas que rodeaban el castillo. El mobiliario era sencillo, se componía de mesas, sillas y estanterías llenas de libros. Lo único que necesitábamos para leer y adquirir conocimientos, en Ravenclaw lo que más se valoraba era la inteligencia. Al otro lado de la puerta se encontraba la estatua de Rowena Ravenclaw tallada en mármol. Su cabeza estaba adornada por una diadema en la que se podía leer una leyenda en letras pequeñas. Harry salió de debajo de la capa invisible y se subió al pedestal de la estatua, para poder leer lo que ponía en la tiara: —La inteligencia es el mayor tesoro de los hombres—leyó en voz baja. —¡Y tú el más estúpido de todos!—gritó una áspera voz de mujer tras él. Harry se asustó y cayó al suelo. La horrible Alecto Carrow estaba ante él, y apretó con un dedo la marca tenebrosa grabada en su antebrazo. Harry se tapó la cicatriz con gesto de dolor, señal de que le ardía terriblemente, vi en sus ojos llorosos lo atrapado que se sentía. La bruja cayó despatarrada en el suelo víctima de mi hechizo aturdidor. —¡Corre, Harry, métete bajo la capa!—le urgí. —Pero… Voldemort viene hacia aquí—me dijo con los ojos llenos de lágrimas por el dolor de su cicatriz, mientras se refugiaba bajo la capa de invisibilidad. —¡Vamos a buscar a Severus! ¡Él nos ayudará! Así lo hicimos, las ganas que tenía de verlo de nuevo y el miedo a que nos descubrieran hacía que Harry casi corriera por los oscuros corredores, ocultos bajo la capa invisible, tratando de ignorar el dolor de su cicatriz mientras me arrastraba tras él. Severus debió suponer que éramos nosotros, porque en cuanto llamamos a la puerta de sus aposentos, él mismo nos quitó la capa, y nos empujó para que entrásemos cerrando rápidamente tras de sí. Parecía descompuesto. —¡Te has vuelto completamente loco Harry? —gritó sin contemplaciones. Harry no le contestó y Severus siguió con su diatriba —.Supe que estabas en Hogwarts en cuando vi que habían llamado al Señor Oscuro—dijo apretando los labios con fuerza y frotándose el antebrazo con saña, estaba claro que acababa de experimentar un terrible dolor en él. —Lo siento Severus pero no tengo más remedio que estar aquí y además hay una razón muy importante para ello —le explicó Harry apresuradamente—, uno de los horrocroux está oculto aquí, y tenemos que destruirlo cuanto antes, necesito toda la ayuda que me puedas ofrecer. —Ven aquí cabeza hueca—dijo el ahora Director de Hogwarts con voz ronca abrazándolo, Harry se refugió en sus brazos sonriendo… —¿Cómo es eso? Me tienes que contar todo con detalle pero antes… te extrañe tanto…—se lo dijo muy bajito para que yo no le oyera. Estaba de más allí y como no sabía dónde meterme empecé a alejarme cuanto pude mirando al techo, a cualquier parte menos a ellos, tampoco podía irme a ningún lado así que me limité a esperar a que terminaran de achucharse. Cuando al fin se separaron a Harry le faltó tiempo para echarle en cara lo que poco antes le había enfurecido tanto, de nada había servido lo que yo le había explicado, al parecer necesitaba oírselo decir al mismo Severus. —¿Cómo permites que castiguen de ese modo a los alumnos Severus? ¡Es inhumano! —Son órdenes del Señor Oscuro Harry, yo hago todo lo que puedo por protegerlos a ellos y al castillo, pero no es tan fácil… —Es tan indigno… —murmuró meneando la cabeza como si algo así no tuviera cabida en ella y casi sin transición le puso al corriente de su misión, esta vez con detalle, no teníamos tiempo qué perder. Los Mortífagos estaban buscándolo por todo el castillo y Voldemort aparecería en cualquier momento. ¡La batalla final se avecinaba! OoOoOoOoO —¡Sé donde está la tiara! —Exclamó Harry sobresaltándonos —¡Por Merlín!, si la tuve en mis manos el año pasado cuando escondí el libro de El príncipe Mestizo en La Sala de los Menesteres… —¡Pequeño granuja! —exclamó Severus— sabía que lo habías escondido. —¡Te lo contaré todo Severus, te lo prometo! pero ahora debemos encontrar y destruir ese horrocroux cuanto antes. —Por cierto… ¿Os he dicho que la diadema de Rowena Ravenclaw tiene sifones de Wrackspurt para aumentar la sabiduría de quien la lleva puesta…? —¿Qué diablos se supone que son los Wrackspurt? —preguntó Severus, parecía muy desconcertado. —No me tomes el pelo Severus—le respondo y alza una ceja, le ignoro y sigo con mi explicación— sabes perfectamente que son unas criaturas invisibles que flotan en los oídos de sus víctimas y que hacen que su mente se vuelva borrosa. —¡Ah!... ¿Sí? Severus pone aún más cara de pasmo y Harry intenta sofocar la risa. Me encojo de hombros, no me creen pero no me importa, algún día les mostraré algunos y verán que tengo razón, claro que primero tengo que cazarlos, son tan escurridizos… OoOoOoOoO ¡Hogwarts estaba siendo atacado! Todo el mundo corría de un lado a otro con la varita en la mano para defender el colegio. Todos, miembros de la Orden del Fenix, Aurores, profesores y alumnos de los cursos superiores formaban un desigual ejército, que defendía el castillo del ataque de Voldemort y sus secuaces los Mortífagos, gigantes y demás criaturas oscuras a sus órdenes. Mientras Severus, Harry y yo avanzábamos a duras penas por los corredores ocultos bajo la capa invisible que apenas nos cubría. Vimos a través de una de las ventanas como los adultos, después de reducir a los Mortífagos que hasta entonces gobernaban el castillo y ponerlos a buen recaudo, reforzaron al máximo las protecciones de Hogwarts. ¡Era algo digno de ver! todos a una…liderados por Minerva McGonagall, ¡Todos! Profesores, Aurores y miembros de la Orden apuntando al cielo con sus varitas lanzando hechizos. Poco a poco una cúpula nacarada se fue formando arropando el castillo con un manto de pura magia. Estaban intentando proteger lo mejor que podían la fortaleza pero sobre todo a los que estaban dentro de ella. —¡Vamos Harry! —apremió Severus—¡Tenemos poco tiempo! Al fin llegamos ante la Sala de los Menesteres, Harry pasó tres veces ante la pared y pidió mentalmente que nos dejara pasar, apareció una enorme puerta y pudimos entrar. Voldemort ocultó el horrocroux allí hace muchos años, cuando acudió a Hogwarts a solicitar el puesto de Defensa Contra Las Artes Oscuras a Dumbledore. Nunca se le ocurrió pensar que alguien le descubriría pero afortunadamante, Harry había necesitado un lugar durante el curso anterior para esconder el libro de hechizos y pociones de El Príncipe Mestizo, un lugar donde nadie lo pudiera encontrar y recordaba perfectamente la estatua del horrible mago con peluca y una vieja diadema sobre ella. Harry y yo salimos de la capa pero Severus permaneció bajo ella oculto. Fuimos derechos al armario, encima de él se encontraba el viejo busto con la polvorienta peluca y la deslucida tiara sobre ella. Harry se apresuró a cogerla y nos disponíamos a marcharnos cuando una conocida voz nos sobresaltó. —¡Vaya vaya! ¡El patético Potter y su amiga la lunática!— dijo una voz que arrastraba las palabras. Los dos sabíamos de quién se trataba aún antes de darnos la vuelta. Draco Malfoy y sus dos inseparables gorilas Crabbe y Goyle nos apuntaban con sus varitas. —¿Cómo sabías que estábamos aquí? —preguntó Harry intentando ganar tiempo. —No lo sabíamos, pero te estábamos buscando por todo el castillo y se me ocurrió hacerlo aquí y justo vas y apareces, es el destino Potter. El Señor Oscuro me recompensará espléndidamente cuando te entregue a él. ¿Qué tienes en la mano? ¡Dámelo!—dijo abalanzándose sobre Harry para quitársela. —¿Si? —pregunto Harry escondiendo la tiara tras él, —¿Por qué no me la quitas tú Malfoy? —Harry intentaba distraerlos para que Severus nos ayudase, le vimos salir de la capa y meterla en uno de los bolsillos interiores de su túnica, después se acercó sigilosamente por detrás a los alumnos de su casa. —¿Cómo te premiará tu señor Draco? Dime, ¿Lo hará como hasta ahora? Te obligó a intentar asesinar a Dumbledore, aunque no fuiste capaz. Puedes ser un imbécil arrogante, pero no eres un asesino, no te molestes en negarlo, yo estaba allí y vi lo que pasó realmente. ¿Con que te amenazó Voldemort? —El rubio tembló visiblemente cuando Harry lo llamó así— ¿Torturó a tus padres o te torturó a ti Malfoy? ¿Acaso te amenazó con matarlos? — ¡Cállate! —bramó, temblando de ira—¡Tú no sabes nada! —Sé que me reconociste en tu casa pese a estar desfigurado y no me delataste, eso me basta para comprender algunas cosas Draco… —¡Cállate maldito o te callaré yo…! — gritó el rubio fuera de sí. —¿No le delataste…?—balbuceó Crabbe—pero ¿Por qué? —¿De qué parte estás Draco? —preguntó Goyle a su vez. Harry lo había desenmascarado frente a sus amigos y Draco no podía tolerarlo. Alzó su varita dispuesto a maldecirlo. —¡Suficiente! —la voz de Severus sonó como un latigazo. Draco volteó la cabeza tan rápido que casi se rompe el cuello. Mientras Crabbe y Goyle lo miraban sin poder creérselo. Crabbe echó a correr y nadie lo persiguió. Fue un tremendo error, cuando se dieron cuenta de lo que sucedía ya era demasiado tarde. El chico había invocado El fuego demoníaco un fuego del que brotaban quimeras, serpientes y dragones entre las llamas, y que era sumamente peligroso. Cada uno corrimos en una dirección, intentando escapar de aquel infierno. Harry tomó mi mano y corrimos juntos mientras Severus corría por otro pasillo lanzando hechizos a diestro y siniestro intentando parar aquel pandemónium, buscando una salida o algo que pudiera ayudarnos. Vimos como Crabbe intentaba lanzar el contra hechizo pero erraba en el intento. El hechizo se le había escapado de las manos y ahora no sabía cómo pararlo. —¿No puedes apagarlo?— le preguntó Harry a Severus sin dejar de correr, no había rastro ni de Draco ni de Goyle. —¡No! —grito Severus— ¡No conozco el contra hechizo! ¡Es un hechizo creado por Amycus Carrow! Sólo él conoce el contra hechizo… —parecía desesperado, no sabíamos por donde ir ya, cansados de lanzar diferentes hechizos para intentar parar aquel horror, estábamos agotados y empapados de sudor, el calor era realmente insoportable… —¡Cógedlas! —rugió el profesor de repente, lanzándonos dos viejas escobas primero a mí y luego a Harry, los tres montamos en ellas aliviados y nos dirigimos hacia el alto techo abovedado, buscando la salida, intentando respirar... Desde allí vimos como las llamas se tragaban a Crabbe, ¡Una muerte horrible que nadie pudo evitar! Divisamos a Draco y a Goyle encima de dos inmensas pilas de cachivaches a las que habían trepado intentado escapar de aquel infierno. —¡Tenemos que ayudarlos!—gritó Harry—¡Luna, escapa..! Severus y yo nos encargamos—. Salí disparada hacia la salida y ellos me siguieron poco después, Harry con Draco y Severus con Goyle, Harry dejó caer la diadema sin querer al ayudar al rubio, iba a gritar de frustración cuando ésta explotó devorada por el fuego. De esa manera descubrimos otra forma de destruir un horrocroux. El impacto de la explosión nos expulsó violentamente de la Sala de Menesteres y caímos aparatosamente al suelo, la puerta se cerró detrás de nosotros con un estruendo enorme, y apenas un segundo después la pared volvía a ser completamente lisa. Draco y Goyle se pusieron inmediatamente en pie y se fueron corriendo. Nadie se molestó en seguirlos. OoOoOoOoO Harry sabía que Voldemort había citado a Severus en La casa de los Gritos y estaba muy preocupado por ello, no le olía nada bien. Llegamos hasta allí gateando a través del estrecho pasadizo del sauce boxeador. Éramos cinco, Hermione, Ron y Harry, no querían que los acompañásemos para no ponernos en más peligro, pero no pudieron convencernos y al final aunque a regañadientes no les quedó más remedio que ceder. A esas alturas Hermione, Ron y Neville ya estaban enterados de que Harry y Severus estaban juntos y a ninguno de ellos les había gustado la idea. Ron parecía estar en otra parte, lo que era normal, teniendo en cuenta que acababan de matar a su hermano Fred y estaba desolado. Neville no tenía ningún motivo conocido para que Snape le cayera bien y Hermione… estaba triste y pensativa, pero era imposible saber si era sólo por la muerte de Fred y tantos otros o estaba preocupada por Harry, probablemente, todo a la vez. Harry iba cubierto con su capa invisible y no perdía detalle de la conversación que Voldemort mantenía con Severus. No le gustaba ni un poco el cariz que estaba tomado el asunto. ¿Acaso Voldemort iba a intentar matar a Severus porque le creía el auténtico amo de la varita de Saúco? —La varita de Saúco pertenece al hombre que mata a su anterior propietario y fuiste tú el que mató a Dumbledore Severus, por lo tanto no me queda otro remedio que matarte…—oyó que decía Voldemort. Snape alzó su varita y a Harry se le paró el corazón. Ocurrió todo muy rápido…Un movimiento de varita de Voldemort y Nagini empezó a dar vueltas cerca de Severus. —¡Mátale!—ordenó Voldemort a su serpiente en parsel mientras desaparecía de escena. Severus abrió mucho los ojos y palideció considerablemente cuando vio que la serpiente iba directa a su cuello. Harry la distrajo al destrozar el trozo de madera que obstruía su paso y atacar a Naginni con un Desmaius que la aturdió momentáneamente, pero enseguida se recuperó y se revolvió furiosa para atacarlos, para entonces Harry había convocado la espada de Gryffindor y se la había pasado a Neville que no perdió un segundo y de un solo tajo segó la cabeza de la maldita serpiente. OoOoOoOoO Cuando aparecimos de nuevo en el castillo, nos recibió la desolación más absoluta, los supervivientes habían hecho grupos, por amistad o por familias; en el centro del Gran Comedor, estaban los muertos, colocados en línea recta. Harry no vio el cadáver de Fred porque su familia lo rodeaba, pero vi como cerraba los ojos ante el angustiado sollozo de Ron. Se me llenaron los ojos de lágrimas al ver como Hermione consolaba a Ginny. La angustia era inmensa, me agarrotaba el alma y el corazón y creo que a Harry le sucedía exactamente lo mismo. Thonks y Remus también habían muerto ¡Pobre Teddy! Voldemort le había dejado huérfano, igual que a Harry! Harry trastabilló hacia atrás, se le veía impresionado y agobiado por tanta tristeza. Algún tiempo después me dijo que en esos momentos se sentía totalmente responsable y muy culpable por todo lo que estaba sucediendo. Pensaba que tal vez si se hubiera entregado antes todo eso se habría evitado y sus amigos y todos los demás no estarían muertos. Creía que todo era culpa suya y sabía que sólo había una manera de parar todo aquello… Fuimos a buscar a Severus que nos esperaba en su despacho, para todos excepto para Neville, Hermione, Ron Harry y yo, Severus había huido, nadie lo había vuelto a ver desde que el asedio a Hogwarts comenzó. Severus dijo que no era conveniente que apareciese ahora, que ya lo haría más adelante cuando todo hubiese terminado, entonces podríamos dar todas las explicaciones necesarias a todo el mundo y defenderle lo que hiciera falta si así lo deseábamos, pero antes Harry tenía que acabar con Voldemort y sobrevivir… OoOoOoOoO —Harry tenemos que hablar, hay algo que debes saber… Naginni no era el último horrocroux… Mi amigo sonrió tristemente y movió la cabeza. —Lo sospechaba... ¿Soy yo verdad? —preguntó sin tapujos, Severus asintió con pesar. —¿Te lo contó Dumbledore? —Sí Harry, lo hizo poco antes de morir.Todo empezó la noche que el Señor Oscuro te lanzó la maldición asesina cuando apenas era un bebé, mató a tu madre pero no lo logró contigo y de forma totalmente accidental, creó un séptimo horrocroux, uno que no había previsto. Tú Harry. —¿Por eso puedo hablar parsel y sentir lo que él siente en ocasiones? ¿Porque una pequeña parte de su jodida alma alberga dentro de mí? —No pareces sorprendido… —¡Porque no lo estoy!, hace tiempo que lo sospechaba, la noche que Voldemort intentó matarme y no lo consiguió, fue porque mi madre se sacrificó por salvarme. Hermione leyó mucho sobre eso, es magia ancestral, la más antigua que existe y la más poderosa también, la magia del amor, esa de la que Voldemort siempre se ha burlado, esa que ni respeta ni comprende, y sin embargo… Dumbledore siempre decía que esa magia tan blanca, tan pura… sería la que acabaría con él para siempre. >>Hace tiempo que conozco la profecía, esa que dice que ninguno podrá sobrevivir mientras el otro permanezca con vida, así que no creo que lo logre. Tuve mucho tiempo para pensar mientras buscábamos los horrocroux para destruirlos, había muchos días en los que no sabíamos qué hacer o qué camino tomar. Demasiadas horas muertas para pensar, le di muchas vueltas a muchas cosas y saqué mis propias conclusiones. Ahora sólo queda un horrocroux, yo, así que cuando vaya al encuentro de Voldemort, lo único que tengo que hacer es dejar que me mate. Parece sencillo ¿verdad? —su voz es tan serena, parece tan resignado a su destino que me entran unas ganas de llorar insoportables, tengo que animarle. —Creo que tienes razón Harry— intervine sin estar muy segura de cómo decir lo que iba a decir, intentaba mostrarme alegre para dar esperanzas a mi amigo pero no estaba segura de nada, la angustia me mataba por dentro—, pero dudo que Voldemort lo sepa, además tengo una teoría que no os pienso contar porque diréis que estoy chiflada, pero bueno…tú y yo hablamos de esto una vez cuando murió Sirius y sabes lo que pienso al respecto, no tengo ni idea de cómo pasará Harry, pero confío en que él muera pero tú no. —Pero…Luna ¿Cómo puedes decir algo así? Nadie sobrevive a un Avada Kedavra… —Nadie excepto tú Harry, ya lo hiciste una vez. —Mi madre se sacrificó por mí, acabo de decírtelo. —Entiendo el punto de Luna, Harry, lo que ella quiere decir es que si la protección de tu madre te salvó entonces, puede que lo haga también esta vez… Creo que es una cuestión de fe, y no sé si servirá para algo pero quiero creer que será así, de todos modos, no te dejaré sólo, voy a estar ahí contigo. Severus me entendía, sabía lo que estaba intentando hacer y me seguía el juego. Harry necesitaba desesperadamente aferrarse a algo. —¿Estarás a mi lado? —los ojos esmeralda brillaban esperanzados, sentí que era el momento de dejarlos a solas. Harry tendría que enfrentarse a una prueba muy dura dentro de unas horas y necesitaban despedirse, precisaban intimidad para dar rienda suelta a su amor, a sus necesidades, a su deseo... | |
| | | gabrielle62
Cantidad de envíos : 2832 Fecha de nacimiento : 02/04/1972 Edad : 52 Localización : Al Norte de España Galeones Snarry : 46957 Fecha de inscripción : 08/01/2009
| Tema: Capítulo 3 El sol saldrá de nuevo mañana Vie Nov 30, 2012 4:57 pm | |
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Me muero por abrazarte y que me abraces tan fuerte, me muero por divertirte y que me beses cuando despierte acomodado en tu pecho, hasta que el sol aparezca, me voy perdiendo en tu aroma, me voy perdiendo en tus labios que se acercan susurrando palabras que llegan a este pobre corazón, voy sintiendo el fuego en mi interior.
Me muero por conocerte, saber qué es lo piensas, abrir todas tus puertas y vencer esas tormentas que nos quieran abatir, centrar en tus ojos mi mirada, cantar contigo al alba besarnos hasta desgastarnos nuestros labios y ver en tu rostro cada día crecer esa semilla, crear, soñar, dejar todo surgir, apartando el miedo a sufrir.
Me muero por explicarte lo que pasa por mi mente, me muero por intrigarte y seguir siendo capaz de sorprenderte, sentir cada día ese flechazo al verte… que mas dará lo que digan que mas dará lo que piensen si estoy loco es cosa mía y ahora vuelvo a mirar el mundo a mi favor, vuelvo a ver brillar la luz del sol.
ALEX UBAGOUna guerra es una experiencia terrible, traumática… no es buena para nadie, ni para los que ganan ni para los que pierden, pero no todo es necesariamente malo, en situaciones angustiosas como las que vivimos es cuando valoras de verdad lo que realmente importa, a tu familia y a tus amigos. Del amor que sientes por ellos sacas las fuerzas necesarias para seguir adelante cuando crees que es imposible lograrlo. Cuando Harry regresó de la muerte, aún no entiendo cómo, recuperamos la esperanza de nuevo. Aquel fue un aciago día, éramos muy jóvenes la mayoría, pero todos adultos y alumnos defendimos Hogwarts con el corazón, con coraje y generosidad. Esas eran nuestras armas. OoOoOoOoO Ahora es Severus el que me cuenta cómo vivió él lo que pasó cuando Harry va al Bosque Prohibido a enfrentarse a su destino. —Eres una mujer inusual en muchos aspectos Luna, tan diáfana y tranquila como si supieras algo que el resto ignoramos—me sonríe y me ruborizo, sin poder evitarlo. — Sé que soy diferente —respondo— pero… ¿Quién no lo es Severus? Todos somos distintos, quizá yo destaque más porque siempre, o casi siempre hago lo que quiero sin importarme lo que diga el resto, sólo procuro vivir y dejar vivir. —Me gusta como defiendes tus creencias Luna y como luchas por ello aunque la mayoría no entiendan ni acepten tu modo de pensar, posees una dignidad que ya quisieran tener los que te critican —me suelta de pronto—, tal vez por eso Harry confía tanto en ti y si él lo hace yo también, —lo dice como si nada, entiendo que es toda la explicación que va a darme de por qué ha decidido contarme su historia. Me queda bastante claro que no es porque mi amigo se lo haya pedido si no porque realmente quiere hacerlo. —Harry tenido que luchar mucho por salir adelante, —me dice— tuvo que sobrevivir primero a unos parientes que lo maltrataban y despreciaban por ser un mago, muggles absurdos y necios que odiaban la magia y todo lo que tenía que ver con ella. Se las tuvo que arreglar sólo desde muy pequeño, le trataban peor que a un elfo doméstico y nunca le dieron ni un ápice de cariño. Los primeros amigos que tuvo los encontró en Hogwarts como ya sabes, fue el primer sitio donde le reconocieron que podía hacer algo bien, muy bien de hecho, como jugar a Quidditch. Considera el castillo como su primer hogar de verdad porque fue el primer lugar donde se sintió querido y pudo ser él mismo. >>Fue autosuficiente desde muy pequeño, no le quedó otro remedio que aprender a valérselas por sí mismo, tal vez por eso le costaba tanto aceptar las reglas que otros le imponían y se las saltaba siempre que podía. Llevaba toda la vida sometido a la férrea dictadura y maltrato que los Dursley ejercían sobre él desde muy pequeño, por eso me extrañaba que quisiera estar conmigo y dejara que lo cuidase, aunque eso lo había estado haciendo durante años en la sombra, no era lo mismo, entonces él lo ignoraba, pero que ahora que lo sabía me abriese su alma y su corazón, de la forma en que lo había hecho después de lo mal que nos habíamos llevado durante años, era algo muy reconfortante y la mayor prueba de amor incondicional que podía darme. Severus guarda silencio unos instantes ha cerrado los ojos como si buscase en su memoria los recuerdos más adecuados para contarme. Unos instantes después prosigue con su relato. —Harry fue al encuentro con el Señor Oscuro mientras yo le seguía de cerca oculto bajo la capa de invisibilidad, ¡Tenía que estar allí para bien o para mal!, rogaba para que Harry resultara ileso pero el corazón me latía con violencia, me golpeaba las costillas como un pájaro desesperado al saber que se terminaba el tiempo… >>Y así… mientras el hombre que amaba iba al encuentro de Voldemort sentí que me invadía el terror más absoluto, un sudor frio perlaba mi frente y era más consciente que nunca de mi cuerpo, sentía la garganta, la boca y los ojos completamente resecos y si yo estaba así ¿Cómo estaría Harry? más aterrado aún que yo seguramente… y aún así, iba a dar la cara a su destino a pesar de que tal vez muriese en el intento, lo hacía porque creía que era su deber, porque sabía que era lo que tenía qué hacer… >>¿Dolería morir? Sabía que a Harry le preocupaba mucho eso. Apenas hacía unas horas que nos habíamos acostado juntos por primera vez, no quería morirse sin hacer el amor y la verdad yo estaba tan o más deseoso aún que él de que eso pasase, pero el miedo no se me iba del cuerpo —. Era muy íntimo lo que me estaba contando, no me sentía cómoda y me imagino que él lo estaba aún menos pero quería decírmelo, quería que entendiera lo que significó para él, para ambos aquella noche…, clava sus ojos negros en los míos y me dice con voz ronca—, quería estar con él más que nada Luna, pero era muy consciente de que podía ser la primera y la última vez que eso sucediera. Era el deseo de Harry, tal vez su último deseo, y yo no podía… ni quería negarme. Así que procuré demostrarle lo mucho que lo amaba de la mejor forma que podía hacerlo. Creo que lo conseguí pues cuando desperté al día siguiente, Harry me observaba en silencio, no sé cuánto tiempo llevaba haciéndolo pero sus ojos habían recuperado la luz, de nuevo tenían ese brillo especial… >>Yo que creía que nunca encontraría alguien con quien compartir mi vida, lo había hallado por fin en la persona más hermosa e inesperada que la vida podía darme, y ahora que Harry podía morir… si eso sucedía… yo no estaba seguro de poder seguir adelante sin él. Justo antes de dormirse entre mis brazos me abrió su mente y su alma para que viera su dolorosa infancia mientras vivió con sus tíos, creo que lo hizo para que entendiera lo mucho que me amaba era su forma de decirme que estaba completamente a mi merced, que me amaba…Harry, valiente hasta el absurdo, siempre luchando y sobrellevando cargas muy pesadas que muchos adultos no sabrían como lidiar. >>Dumbledore fue muy astuto, le había encargado a Harry destruir los horrocroux, le había encomendado a él esa ardua tarea porque intuía que estaba destinado a morir Luna, porque sabía que Harry no se echaría atrás, que seguiría hasta el final y yo quería creer que eso no iba a ser así, mantener la esperanza hasta el final de que Harry, mi Harry… iba a sobrevivir. Sí Luna quería, deseaba con todas mis fuerzas que por una maldita vez, Dumbledore se equivocara. OoOoOoOoO El mundo parecía haberse detenido después de que Harry cayera tras recibir en medio del pecho la maldición asesina de Voldemort, yo contemplaba la escena estático sin atreverme ni a respirar, totalmente incrédulo de lo que acababa de pasar ante mis propios ojos, tenía los dedos cruzados, esperando… cuando Narcisa se acercó hasta Harry para comprobar si éste aún seguía con vida. Vi como le tocaba el cuello y le decía algo, ninguno de los Mortífagos podía verla puesto que les daba la espalda pero yo desde mi posición podía ver todo perfectamente, también como Harry asentía con la cabeza levemente, y entonces respiré por fin ¡Estaba vivo…! Te juro Luna que no entendía por qué no había muerto, pero me daba igual, ¡Harry había sobrevivido! Y el alma me volvió de nuevo al cuerpo…mientras los Mortífagos estallaron en vítores de alegría celebrando su muerte cuando Narcisa se la confirmó. —Harry me dijo que cuando volvió en sí no se atrevió a moverse, recordaba vagamente que Voldemort le había lanzado la maldición asesina y que él no se había defendido y luego…dijo que fue todo como un sueño, una extraña alucinación en la que lo único que sabía es que había muerto y allí estaba Dumbledore, y una especie de feto horrible y encogido que era todo lo que quedaba del Señor Oscuro. Dijo que allí se estaba muy bien, que era un lugar lleno de paz y de luz y que cuando Dumbledore le aseguró que podía volver si realmente lo deseaba lo tuvo muy claro y regresó por mí y para terminar con la pesadilla de una vez por todas. OoOoOoOoO —¡No estás muerto…! —gritó Voldemort cuando Harry apareció en el Gran Comedor, sin dar crédito a lo que veía, estaba fuera de sí, se le veía terriblemente tenso y yo estaba al lado, oculto bajo la capa pero tan cerca de Harry que casi lo rozaba. —No, no lo estoy —le respondió Harry con naturalidad— pero tenía la intención de morir y eso fue suficiente, no lo entiendes, ¿verdad Tom? —le llamaba así a propósito pues sabía lo mucho que le molestaba—. He hecho lo mismo que hizo mi madre, sacrificarme para que todos ellos pudieran sobrevivir y es cierto, no he muerto, pero mi deseo de morir, mi sacrificio, los ha protegido de ti de tu maldad. Ahora, ninguno de tus hechizos dura lo suficiente, ya no puedes torturarlos ni matarlos… >>Hay algunas cosas que yo sé y que tu ignoras Riddle, y son cosas muy importantes ¿Quieres que te enseñe alguna antes de que cometas otro grave error? —le preguntó. Harry estaba sorprendentemente tranquilo, parecía tan seguro de sí mismo, en cambio yo no lo veía tan claro… Puede que los horrocroux estuviesen todos destruidos y que eso convirtiera al lord Oscuro en mortal, pero así y todo seguía siendo un enemigo formidable. —¿Te refieres otra vez al dichoso amor? —escupió—. Ese amor del que tanto hablas no evitó que Dumbledore muriera…tampoco impidió que cayera desde la torre de astronomía y se partiera en dos. Ese amor no protegió a la sangre sucia de tu madre a la que aplasté como una cucaracha Potter, y ahora ya no queda nadie que pueda interponerse entre nosotros, así que ¿Quién va a impedir que mueras esta vez? ¿Acaso crees que posees un alma tan poderosa que va a impedir que mueras cuando yo te ataque? —Creo que… poseo ambas cosas, Tom—respondió Harry con calma mirándole a los ojos. —¿Acaso crees que dominas la magia mejor que yo?—bramó el oscuro mago— ¿Te crees más hábil que lord Voldemort que ha obrado prodigios que Dumbledore jamás soñó? —¡Claro que los soñó Tom, sólo que era más listo que tú! Sabía lo bastante para no querer caer tan bajo como tú. —¡Dumbledore era débil! —¡No, no lo era, era mucho más sabio que tú, mejor mago y sobre todo mejor persona. —¡Yo provoqué la muerte de Albus Dumbledore!—bramó. —Eso crees pero te equivocas, como en tantas otras cosas…Fue Severus Snape quien le mató y sólo porque Dumbledore se lo pidió. Al intentar destruir el anillo la maldición se apoderó de él, le estaba matando lentamente y prefirió morir de una manera digna antes que a manos de tus adeptos. >>Le pidió a Severus Snape que le matara, más bien se lo rogó y si lo sé Tom, es porque yo estaba en la Torre petrificado por un hechizo del Director cuando todo sucedió. Lo vi todo. Severus te engañó durante años Tom, fue mucho más listo que tú. —Da igual, está muerto…Nagini lo mató —dijo con una sonrisa feroz, ahora fue Harry el que sonrió. —Ahí también te equivoca. Severus está vivo, es tu serpiente la que está muerta y lo sabes, te marchaste de La Casa de los Gritos demasiado pronto, nosotros estábamos allí, escondidos y Neville le cortó la cabeza a tu serpiente antes de que ésta pudiera morder a Severus. Ya no queda ningún horrocroux Tom, yo era el séptimo y tú ni siquiera lo sabías. Cuando intentaste matarme siendo solo un bebé la protección de mi madre lo evitó, pero un trozo de tu alma se coló en mí y tu ni siquiera te diste cuenta. Por eso podía tenía visiones y por eso podía hablar también parsel. Seguro que ahora ya no puedo hacer ninguna de las dos cosas, pero tampoco las voy a echar de menos. Salí de la capa y me coloqué al lado de Harry con la varita firmemente sujeta en mi mano. Por un momento el Gran Comedor fue un clamor, nadie se podía creer lo que estaba sucediendo. —¡Tú…Maldito traidor! —escupió Voldemort. —Nunca he sido un traidor —respondí con frialdad— pero sí era el espía de Dumbledore. He arriesgado muchas veces mi vida para traerle toda la información posible para poder destruirte algún día y ha merecido la pena, al fin veré tu final. —Estás a tiempo de arrepentirte de todo el mal que has hecho —intervino Harry— he visto en lo que te vas a convertir Tom, y créeme ni siquiera a ti te deseo un final como ese… Era consciente de lo inútil de su petición pero tenía que intentarlo. Riddle no podía ganarle, ahora no, y Harry lo sabía… —La varita de Saúco no funciona bien contigo Riddle, porque mataste a la persona equivocada—dijo mientras sujetaba con fuerza la varita de espino que había arrebatado a Draco y que ahora le pertenecía— Severus Snape nunca fue su dueño, mató a Dumbledore sólo porque éste se lo pidió, fue algo que planearon los dos juntos. Si las cosas hubieran salido como el Director quería, el poder de la varita hubiese muerto con él porque nadie se la habría arrebatado jamás. —¡Yo robé la varita de su tumba, se la quité y por eso me pertenece! —Veo que sigues sin entenderlo Tom, es la varita quién escoge al mago y la varita de saúco reconoció a su dueño antes de morir Dumbledore. Draco se la arrebató de las manos sin querer, sin ser consciente de lo que hacía, nunca supo que la varita más peligrosa del mundo le había otorgado su lealtad. El verdadero dueño de la varita era Draco Malfoy. —¿Y qué importancia tiene eso? Tú ya no tienes la varita de fénix así que cuando te haya matado me encargaré de Draco Malfoy. —Siento decírtelo, pero te tomé la delantera; hace semanas que derroté a Draco y le quité esta varita— dijo, sacudiendo la que tenía en su mano— así pues… la varita de Saúco me pertenece. Es mía. —¡Avada Kedavra!—gritó Voldemort fuera de sí. —¡Expelliarmus!—gritamos Harry y yo a la vez. El rayo verde lanzado por Voldemort chocó contra nuestros hechizos y la varita de Saúco saltó por los aires girando sobre sí misma retornando a su verdadero dueño. Harry la atrapó con destreza con su mano libre, mientras Voldemort caía hacia atrás muerto al fin por su propia maldición al rebotar su hechizo. Harry se quedó inmóvil con las dos varitas en la mano, contemplando a su enemigo, luego me miró a mí y se abalanzó a mis brazos buscando mi boca con ansia, le correspondí con el mismo ímpetu sin importarme que todos nos vieran. El silencio más espeso invadió todo un instante en un mutismo conmocionado que terminó por explotar jubilosamente unos segundos después, las exclamaciones y ovaciones de todos los presentes fracturaron el aire. El sol entraba a raudales por las ventanas poniendo el broche de oro a aquella hazaña. Nos dejamos abrazar y felicitar por todos, sobre todo Harry que era muy consciente de que en esos momentos era parte indispensable del dolor y la felicidad de todos los que le rodeaban. Todo había terminado por fin… OoOoOoOoO Harry no ha dormido nada, veo que a pesar del cansancio se siente obligado a hablar con todos, intentar consolarles de algún modo, recibir su agradecimiento… —Yo estaría deseando un poco de tranquilidad—dije sentándome a su lado. —Hola Luna…—me saludaron los dos casi a la vez. —La verdad es que lo estoy deseando… —me confesó Harry. —Yo los distraeré, ponte la capa y vete con Severus— y antes de que ninguno de los dos pudiera objetar nada, exclamé: — ¡Ohhhh! ¡Mirad… un blibber maravilloso!—y señalé a los jardines. Todos se volvieron a mirar, Harry me sonrió agradecido y aprovechó para taparse con la capa de invisibilidad y abandonar el lugar junto con Severus. Había una última cosa que tenía que hacer, que para él era muy importante. Severus se fue a sus aposentos y Harry volvió a buscarnos a Ron Hermione y a mí instándonos a seguirle, según él nos debía una explicación, creía que merecíamos saber toda la verdad de lo que había pasado en el Bosque Prohibido cuando estaba dispuesto a morir. Nos contó todo y, cuando aún no lo habíamos empezado a asimilar, llegamos al despacho del director. Harry le dijo al retrato de Dumbledore que la piedra de la resurrección se le había caído en algún lugar del Bosque Prohibido y que no tenía la menor intención de ir a buscarla y que pensaba quedarse con la capa invisible para siempre. El Dumbledore del retrato le sonrió. —Y luego está esto— dijo alzando la Varita de Sauco. La miramos con una veneración que Harry vio perfectamente a pesar del sueño que tenía y no le gustó nada—.No la quiero—dijo. —¿Te has vuelto loco?—saltó Ron de inmediato. —Ya sé que es muy poderosa—dijo Harry con voz cansada—pero era más feliz con la mía. Hermione y yo nos miramos y ambas asentimos comprendiendo. Harry rebuscó en el monedero que llevaba colgado del cuello y sacó los trozos de su antigua varita que seguían conectados por una delgadísima hebra de pluma de fénix. Hermione le había dicho que no podía repararse, pero supongo que tenía que intentarlo… Colocó la varita rota encima de la mesa del despacho y dijo — ¡Reparo! La varita de acebo queda como nueva, me dijo que cuando la cogió notó un repentino calor en los dedos, que era como si su mano y la varita celebraran su reencuentro. —Voy a dejar la varita en su tumba de donde nunca debió salir—le dijo a Dumbledore que le sonreía con cariño—Esto… si muero de muerte natural, perderá su poder ¿no?—preguntó. —¿Estás seguro de esto Harry?—le preguntó Ron con algo de pena. —Harry tiene razón—dijo Hermione en voz baja. Yo me limité a asentir, por supuesto que tenía razón. —Esta varita trae más problemas que beneficios y, francamente, ya he cubierto el cupo de problemas para el resto de mis días. —Harry respecto a Snape ¿Vais en serio? —Ron estaba rojo como la grana al preguntarlo. —Le amo Ron y espero que lo entiendas y aceptes… —¡Joder Harry! ¿No podía ser otro…? —al ver la cara de Harry se encogió de hombros resignado. —¡Vale! Pero me costará asumirlo que conste… Harry, Hermione y yo reímos abiertamente ante las palabras del pelirrojo, Ron jamás cambiaría… OoOoOoOoO Me doy cuenta de lo cansada que estoy, mi esposo y yo somos biólogos y acabamos de volver de un largo viaje por África con nuestros gemelos y dos de nuestros kneazles. La verdad es que ¡Me encanta mi trabajo! a pesar de que nunca encontré el Snorckack de Asta Arrugada, del que tanto hablaba mi padre, ahora pienso que se lo inventó. Ha pasado mucho tiempo desde que la guerra terminó, quince años… En los que han sucedido muchas cosas, como ya dije al principio Harry y Severus tienen una preciosa hija de seis años que se llama Jade. Su nacimiento fue posible gracias a los conocimientos de Severus Snape, su padre el mejor Maestro de Pociones del mundo mágico y actual Director de Hogwarts. Harry es el Jefe de Aurores más joven de la historia. Hermione y ron se casaron y tienen dos hijos Rose que ya tiene once años y que este año ira a Hogwarts y el pequeño Hugo. El sol ha vuelto a salir esta mañana de nuevo, como todos los días. La vida sigue su ciclo y el Mundo Mágico vive en paz. | |
| | | marissa02
Cantidad de envíos : 22 Fecha de nacimiento : 22/11/1974 Edad : 50 Galeones Snarry : 12045 Fecha de inscripción : 29/12/2013
| Tema: Re: Mientras me quedes tú... Dom Dic 29, 2013 7:21 pm | |
| me encanta, escribes muy bien. felicidades | |
| | | Cuqui.
Cantidad de envíos : 16 Fecha de nacimiento : 02/02/1988 Edad : 36 Galeones Snarry : 11893 Fecha de inscripción : 28/03/2014
| Tema: Re: Mientras me quedes tú... Vie Oct 03, 2014 6:01 pm | |
| Muy lindo, Gaby, no lo había leído y me gusta como lo has ido encajando. Felicidades <3 | |
| | | gabrielle62
Cantidad de envíos : 2832 Fecha de nacimiento : 02/04/1972 Edad : 52 Localización : Al Norte de España Galeones Snarry : 46957 Fecha de inscripción : 08/01/2009
| Tema: Re: Mientras me quedes tú... Vie Oct 03, 2014 6:24 pm | |
| Muchísimas gracias a las dos, y Cuqui me encantó escribirlo, es genial saber que os gusta. | |
| | | elamordesnarry Buscador de Quidditch
Cantidad de envíos : 1331 Fecha de nacimiento : 31/10/1987 Edad : 37 Galeones Snarry : 265240 Fecha de inscripción : 25/12/2011
| Tema: Re: Mientras me quedes tú... Sáb Oct 04, 2014 12:53 pm | |
| Hola Gaby Hoy lo volví a leer y me sigue fascinando lo que mas me encanta es que tu si pusiste el final de la varita, y como Harry repara la suya no como en la película, (donde la rompen y la lanzan a que coraje medio, pero bueno tu si respetaste esa parte importante y por eso GRACIAS!!!!)
Cuidate y ojala y te animes a escribir algo para este mes de celebraciones. | |
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| Tema: Re: Mientras me quedes tú... | |
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| | | | Mientras me quedes tú... | |
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