La Mazmorra del Snarry
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La Mazmorra del Snarry... El escondite favorito de la pareja más excitante de Hogwarts

 

 Requiem para un mortifago 5

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Seth Snape
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Seth Snape


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MensajeTema: Requiem para un mortifago 5   Requiem para un mortifago 5 I_icon_minitimeJue Abr 21, 2011 12:09 am

Requiem æternam dona eis, Domine, et lux perpetua luceat eis.

Cum sanctis tuis in æternum.



(NO BETADO) jijij como siempre eso queda en espera, pero cuando tenga oportunidad corrijo el detalle.



No volvio al cabaret después de la noche tan extraña que habían pasado, se había quedado en casa de Black, escaparon por una ventana para evitar ser vistos por los guardias del lugar, realmente el miedo de ser encontrado era intenso, muchas veces el ojinegro había visto lo que le pasaba a una puta si trataba de escapar, pero por su mente pensaba que era mejor tratar de buscar la libertad con lo único que no le era tan desconocido.

Los castigos no eran tan duros como los que aplicaba el señor tenebroso a sus mortifagos, pero no tan humanos como para querer pasarlos con el cuerpo adolorido; Fue una noche intranquila para ambos hombres que se la pasaron pensando en las cosas que podrían sucederles si los encontraban.

El pocionista dormito en la cómoda cama de Black, en un apartamento calientito, tal vez por el exceso de ratas, o por que tal vez Sirius hubiera puesto un encantamiento del tipo calefactor. El hombre extrañaba su magia, su varita, el poder valerse por si mismo mas trataba de que no se notara, lastima que no engañaba a nadie. Black tardo un poco en darse cuenta que su compañero no podía usar magia pero trato de evitar mostrarse afligido, lo mas que pudo fue simular que no era algo importante, pero era algo triste e inevitable un mago sin varita se vuelve un muggle cualquiera.

Era mas que vergonzoso y humillante que ahora tuviera que depender de Black pensaba el ojinegro incontables veces cada que tenia oportunidad, pero Severus no por ello se iba a dejar vencer. Los días pasaron rápidos y con ellos el miedo a ser encontrado por cualquiera de los dos verdugos dueños, uno moral y el otro carnal.

La depresión era profunda, pero no por ello el hombre se dejaba morir encerrado en una habitación, todo lo contrario la depresión lo obligaba a mantener esa modesta vivienda reluciendo de limpia, o por lo menos lo poco que podía relucir en un lugar tan pobre como ese. Procuraba que todo estuviera en orden, que la ropa estuviera zurcida y limpia, que la comida estuviera caliente, etc.

Es cierto aspecto se le a figuraba que podría parecer la chacha de Black, mas no sabia de que otro modo agradecerle lo que estaba haciendo por el. Su relación se fue estrechando poco a poco, nada mas haya de una amistad, Severus veía por fin una buena persona en Black, y Black seguía viendo a su mejor amigo y su ahijado en esos cabellos negro azabache podía sentir que iba pagando un poco sus pecados y remunerando lo que no pudo hacer por esas dos personas importantes en su vida.

Todo armonizaba lo mejor posible, la noches eran tranquilas y los días calmados. Ese ambiente familiar casi podría parecerles a ambos una buena razón para vivir, mas era solo… un casi.

Lamentablemente la felicidad no llega eternamente y menos para aquellas que el Réquiem a empezado a tocas sus notas suaves para al oído, y en algunos casos es demasiado tarde para un hombre condenado a las musas de la muerte, ahora las voces del final cantan melódicamente en su lugar de eterno reposo, presagiando lo inevitable.

Esa noche Sirius trabajaría horas extras en la fabrica muggle, mientras Severus después de quemarse, cortarse y astillarse había dejado la casa en orden, y ahora se preparaba para preparar una cena humilde; con suerte el otro compañero de casa vendría de humor para poder platicar del día, y quizás conseguir una cerveza, si se lograba un poco mas de dinero, el pelinegro en serio esperaba con ansia poder tomarse un trago.

Se dio un minuto para pensar en sus tiempos de puta, aun que fueron solo unos cuantos meses, gano bastante dinero para el cerdo de su manager, a demás de que ganaba bastante bien para el y para vivir casi en una suite privada. La desventaja era que terminaba cada noche con el culo molido de tanta follada, pero al menos dinero era lo que le sobraba.

“Tal vez debería sugerirle a Sirius que lo dejara trabajar de nuevo, un par de hombres cada tres días y tendrían suficiente para vivir cómodamente en un lugar decente sin que el oji-azul tuviera que partirse la espalda”, pensaba el ojinegro.

La puerta se abrió, parecía que Black al fin llegaba, aun que aun era temprano, en la fabrica cuando el moreno trabajaba horas extra lo tenían hasta después de las 12 y eran alrededor de las 10. Severus apago el pequeño comal y saco el sartén de la lumbre, se quito el delantal “maricon” como le solían llamar ambos hombres cuando lo veían.

Jamás se hubiera esperado encontrar esos orbes de color verde ahí, pensó en correr a la pequeña sala-cuarto de lavado, la casa solo tenia tres cuartos un patio y una letrina, no había mucho donde esconderse, no le serviría, estaba el desventaja pues estaba desarmado.

Se miraron durante unos segundos que realmente para el mayor parecieron horas, mil cosas pasaron por su mente, este era su fin ya no había a donde correr, su marido legal lo mataría y finalizaría con el contrato que los tenia unidos por los cojones.

Para sorpresa el moreno tenia la mirada fija en el, mas no estaba llena de odio ni desprecio, tenia los ojos fríos y sin ningún sentimiento, solo podía preguntarse que es lo que aquel maquiavélico muchacho tenia preparado para el.

Severus. – Se tono era frio. – Al fin dejas de esconderte tras mi padrino.

“¡¡¡Por Merlín, lo sabia!!! Ahora Black estaría en problemas” no podía dejar de mirar esos estoicos ojos verdes tratando de que su rostro no reflejara el terror que estaba sintiendo en ese momento.

Vámonos a casa Sev. – le tenido la mano suavemente. – Te extraño tanto, perdóname por todo el daño que te he hecho yo solo quería que tu estuvieras conmigo.

Ese tono suave de suplica le recordaba a aquel niño de 13 años que conoció, el pequeño nuevo merodeador del colegio, recordó cuando aun le mantenía un poco de respeto a su persona; tenia mucho tiempo que no escuchaba esa suave voz.

Yo… . – no sabia que decir, “No podía perdona tantos años de maldad y abuso a la primera o ¿si?”

Valla, valla a si que la putita pelinegra esta casada y además con este increíblemente apuesto joven, quien lo diría. – Detrás de el otro hombre esperaba escondido entre las sombras, justo cuando lanzo su mordaz comentario se dejo ver.

Pareciera que aquellos hombres que tanto odiaba solo habían esperado a que Black estuviera fuera de casa y realmente no se había equivocado. No tenia escapatoria sabría lo que vendría después, no estaba preparado para morir pero que mas daba ya era un cadáver con patas, igual y seria un mejor final de lo que posiblemente le esperaba en una vida con alguno de esos dos.

¿Quien eres tu? . – Pregunta mi estricto esposo mientras levanta su varita a la yugular del hombre.

¿Me amenazas con una vara de madera?, dios que les pasa e los muchachos de esta época. – baja su mano al revolver que llevaba en el cinto. – Soy el dueño de esa preciosidad, es la estrella de mi burdel.

“Estaba hecho. Simplemente moriría lentamente a manos de el que alguna vez fuera su carcelero. Pero en lugar de maldecirme a mí como esperaba solo dos palabras suaves y tranquilas salieron de sus labios de mi frio marido”; De nuevo pensó Sev.

Avada kedavra. - Un cuerpo callo como plomo en media sala, “el padrote que me obligo a prostituirme cada noche, que me había humillado y partido el culo con enormes pollas estaba simplemente muerto, rápido, fácil, sencillo y limpio, sinceramente al ver esa escena solo podía hacerme extrañar mas mi magia”.

Puto cabron, no solo pones el culo a mi padrino, si no que aparte se lo das a medio mundo muggle por unos centavos. - “De nuevo esos ojos fríos, me imaginaba que después del comentario tan impertinente del cadáver que esta a media sala, era obvio que mi dueño se enfureciera, algo maquiavélico se estaba formando en sus ojos, yo lo sabia”. – Vámonos a casa Sev, dejemos a Sirius, es mejor que no sepa nada, en casa estarás seguro.

No. – se recargo levemente en la pared, una negativa no esta en el diccionario Potter, por lo menos no ahora y el mayor lo sabia. – No volveré contigo.

No te estoy preguntando. – Levanta su varita, pensaba llevárselo a la fuerza y no cavia la duda de que el menor lo iba a disfrutar.

¿Ahijado no entiendes un no por respuesta? . – de pie en la puerta se encontraba Sirius con su pelo desalineado y algo pegajoso, se notaba que había corrido bastante.

No pensaba eliminarte tan pronto, pero ya que insistes. – Una imperdonable voló hacia la puerta, ambos magos empezaron una feroz batalla, cosas tiradas, golpes y ruidos de objetos rompiéndose por doquier hasta que finalmente un cuerpo callo.

Potter estaba mal herido casi inconsciente, dirigió una última mirada de odio y desapareció. El cuerpo que estaba tirado era lo que quedaba del mejor amigo de Severus, por la forma en que su cuerpo estaba acomodado por un segundo parecía que aun se encontraba con vida, pero la esperanza se desvaneció cuando el pelinegro vio los ojos vacios y secos de su amigo, tal vez por eso Potter no insistió en el ataque, tal vez se engaño como el hombre, habíendo creído que Black seguía con vida.

La lograste engañar, me salvaste una vez mas… gracias. – Soltó una lagrima para después sollozar por la vida de un amigo que le entrego todo lo que el podía desear… libertad. – Una vida por otra… Cuida a Draco por mi, salúdame a Lucius y Remus, espérenme por que algún día los volveré a ver.

"Pasaron un par de días desde que deje a Sirius en su cama pues no tenía dinero para enterrarlo y menos para un funeral, queme la casa como una ultima despedida antes de irme, vi unas fotos que estaba en la sala de estar, Remus y Sirius en la escuela, Remus y Lucius abrasados.

Ellos tres me dieron libertad, tome mi poco equipaje saliendo antes de que las llamas consumieran todo el lugar, aprendí de ellos a vivir y también a sobrevivir, me quede sin magia pero en este caso es una gran ventaja, pues sin ella no me encontraran, además Sirius me dio otro regalo antes de partir, me enseño a como sostenerme en este mundo y a perder el miedo a luchar y seguir.

Dure gran parte de mi vida en viaje por el mundo, mochileando, explorando nuevos lugares y experimentando muchas nuevas emociones; jamás encontré el amor pero encontré una vida llena de tranquilidad, mi Réquiem ya estaba escrito, las notas de mi muerte estaban tocadas, pero al menos las disfrute feliz… solo me quedo una duda…

¿Que abra sido de aquel que fue mi verdugo esposo?..."





FIN

Disculpen apenas me estoy poniendo al corriente Embarassed Razz
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