Réquiem para un Mortifago
Autor: Seth Snape Malfoy
Beteado: Dulce_Snape
Genero: Drama
Personajes: Harry Potter, Severus Snape.
Disclaimer: Los personajes son de Rowling y la idea de la historia mía, una disculpa si se llegara a parecer con la de alguien mas; que por mi bien espero que eso no pase.
Completo: No
Resumen: Notas de un cantico amargo donde la libertad es efímera y la paz no es el descanso.
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Capitulo 1.- Preludio; Introito, et tibi reddetur votum in Ierusalem
Caminando por la oscura calle en un sucio callejón, un hombre de aspecto harapiento se desplazaba sin rumbo hacía ningún
lugar, sin nadie que lo esperara, ni sitio a donde llegar.
Un mago de imponente fuerza que alguna vez llegó a tener el porte de la nobleza mágica, hoy solo recuerdos tenues de tan magnífica historia de vida le quedan ya.
Nuestro mago tomó malas decisiones y por ello tiene que pagar, pues al servicio de un Lord perdió la dignidad y al servicio de un director, la libertad.
Terminó la guerra; muerte, hambre, sed y venganza, cosas que quedaron atrás. Una maravillosa vida comienza para aquellos que son héroes de guerra; mas no para un ex mortífago que no tiene ni dignidad ni libertad, pues ninguno de los amos a los que sirvió le puede devolver aquello que él mismo les entregó.
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Kyrie eleison… Κύριε ἐλέησον
Tosiendo, tapado con una roída túnica que alguna vez fue de color negro o al menos eso pareciera, un ex profesor de pociones camina lentamente para no perder el poco calor que aun queda en su cuerpo.
Aburrido de la vida, aburrido de huir, sabe que no tiene escapatoria y que pronto las notas de su marcha fúnebre sonarán en sus oídos pues ya escucha la tenue música llegar a él y con ello, el anuncio de que el momento ha llegado después de tantos
años de lucha.
Nada queda; todo su esfuerzo de redimirse ha sido en vano pues la gloria no lo tocó en vida; más todavía, tiene un poco de esperanza de que en el infierno tengan un poco de compasión por el tormento que en una vida llevó a cuestas.
Nunca hubo amor; jamás tuvo cariño. Siendo una pieza clave para un éxito seguro, fue utilizado como mujerzuela de calle con pagos poco satisfactorios y sueños de algo más grato tal vez grande. Sin embargo, todo fue una mentira, tanto de su señor como de su mentor. Nada había para él y así sería hasta su muerte.
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Por fin te encuentro. ¿Quién iba a creer que el sádico, grasiento, profesor de pociones, terminaría siendo un vagabundo miserable y rastrero?
Levanta la vista y ahí frente a sus ojos encuentra una mirada fría y calculadora; de haber sido el mismo hombre que era, antes de la guerra, se hubiera enorgullecido.
—¿Qué digna al magnífico héroe de guerra Potter -ex Malfoy- a caminar por tan indecentes lugares? Sus zapatos de piel se pueden manchar con esta podredumbre que, obviamente, no está a su altura. —Nunca dejó el sarcasmo a pesar de ser un vagabundo.
—¿Sabes que está la orden de que en cuanto te encuentren te ejecuten al instante, sin apelación alguna y de preferencia, sádicamente? —Tenía su mirada en el ex profesor de pociones.
—¿Y hay alguna razón para hablar con este cadáver andante? Aunque, por lo que me doy cuenta, todavía respiro y no creo que sea por benevolencia suya.
—Cierto. Sabe perfectamente que soy la única persona en este y cualquier otro mundo que puede darle su libertad, volverlo un hombre limpio, e inclusive, un héroe de guerra más —aparece un brillo particular en sus ojos—, solo tiene que cumplir con unas pocas peticiones mías…
—¿Y tendría qué?
—Tendría que ser mi esposo —sonríe—; claro, aparte de cumplir sus obligaciones maritales, tendría que jurarme lealtad y servirme en todo lo que yo deseara de usted.
—¿Y si me negara…?
—En ese caso, mañana en El Profeta se publicaría la magnifica aportación del Salvador del Mundo al deshacerse de una cucaracha rastrera, ex mortífago e indeseable profesor.
—No tengo muchas alternativas, ¿verdad, señor Potter? —Le dedica una media sonrisa y un tono apagado. Después de todo, tendría que entregar de nuevo su dignidad y su libertad a alguien más. “Ya son tantas veces que debería estar acostumbrado”, se dijo a sí mismo.
—Nunca las tuvo. —Toma del brazo al harapiento hombre y desaparecen.
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Gradual… In memoria aeterna erit iustus: ab auditione mala non timebit.
Empezando con el Réquiem de un funesto contrato…
Maravillosa unión será la que se celebrará entre el hombre que se creía un traidor y cuya verdadera identidad se descubrió hoy, con el hombre mas poderoso del mundo mágico, El Salvador, en un acto del más puro amor. Para demostrar el infinito cariño que hay entre ellos se hará una boda inigualable a donde prácticamente toda la crema y nata de la sociedad mágica acudirá.
Es una noticia increíble pues la declaración del joven Potter ocurrió enfrente del Ministro mismo, diciendo en defensa del amor de su vida, que él lo estuvo protegiendo todo este tiempo. Y claro, pidió su mano en matrimonio enfrente de todo el Ministerio.
Pronto tendremos más noticias de la feliz pareja.
El profeta.
Severus está frente al espejo, vestido con las más elegantes túnicas, arreglado y perfumado con las fragancias más caras, solo en una habitación magnífica, mirando el único cuadro que queda de la ahora inexistente familia Malfoy puesto que se encuentran en la ex-mansión Malfoy.
Draco, su querido ahijado, lo mira con una media sonrisa dándole un poco de ánimos.
“Mi querido niño… te extraño tanto, ojalá hubiera podido acompañarte en tus últimos días.” Observaba significativamente ese bello cuadro, donde la familia lo miraba solemnemente mientras caminaba hacia su muerte.
Era el día; hoy se desposaba con ese hombre arrogante de ojos verdes. De nuevo posa su mirada en el espejo de cuerpo completo que hay frente a él. Túnicas blancas con un enorme vuelo. Sólo alguien como Potter podría humillarlo con cosas como esas; sabía herida su hombría al ser cortejado como una dama y obligado a corresponderle como una.
Un elfo aparece indicándole que la hora ha llegado.
El cuadro de los Malfoy, la única familia que lo había recibido, ahora yacía a su espalda mientras él a pasos lentos y pesados se dirigía a su cruel destino; había una sonrisa amarga en su rostro cansado. Podía escuchar los cantos de índole tétrica que ahora acompañaban su vida pues después de hoy jamás volvería.
Una última lágrima corrió por su mejilla; si existía alguien como Dios debía estarse mofando de él hasta el cansancio pues estaba seguro que no le permitiría la muerte pacífica sino que cada día de su maldita existencia le jodería hasta que clamara por la muerte misma.
Miedo, odio, lástima, resignación.
Acepto.
Día tras día la vida tenía menos significado pues realmente deseaba volver al basurero y morir tranquilamente junto a algún bote de podredumbre en un callejón oscuro donde escuchara gritos de horror; donde pudiera percibir sangre y suciedad… soñaba con que su cuerpo se descompusiera sin que a nadie le importara. Al menos sería libre… libre de él.
El cuadro había desaparecido después de su boda. Ningún recuerdo de su preciada familia; los elfos no eran los mismos. La casa fue remodelada. Y él, encerrado en ese cuarto glamoroso, lo más cercano a la libertad era una ventana que siempre tenía la misma vista, el mismo amanecer, el mismo anochecer; por lo visto, ni el placer de saber qué hora era le concedía su esposo.
Tristemente sabía que la hora se acercaba. Su marido llegaría para follarlo salvajemente, tal vez, golpearlo un poco si algo le había molestado en el trabajo; después le dejaría sucio, tirado en la cama, hasta que algunos elfos vinieran horas después a limpiarlo pues tenía restringida su magia; no tenía cuarto de baño así que su aseo completo, su alimentación y todo lo demás dependía de los elfos.
En su habitación solo estaba la enorme cama, un espejo de cuerpo completo que le permitía ver cuanta tristeza había en sus ojos, un escritorio con papel y tinta, una bacinica para sus necesidades, por que ni el honor de un sanitario le consentía su guardián esposo. Tampoco tenía closet pues no le permitía vestirse así que siempre estaba desnudo. Lo único hermoso que tenía era su maravillosa ventana y aunque el paisaje fuera falso un hechizo solamente, al menos era lo único bello que le habían concedido.
Cada cierto tiempo llegaba su marido con algún traje de gala, para llevarlo a alguna fiesta de alta alcurnia donde lo presumiría como un trofeo, por su restricción mágica no podía más que estar unido a su marido, pues no sabía hacer nada sin su magia.
Para asegurar que no fuera a decir nada impropio le daba un filtro de amor, para que durante toda la velada pareciera que lo amaba.
Y como siempre, al día siguiente amanecería vomitando en la bacinica que está a un lado de la cama; después, solo había que volver a mi rutinaria vida hasta que de nuevo me obliguse a beber la poción para poder exhibirme como su putita adquirida una
y otra vez.
Y esta noche sería una de esas…
Capitulo 2