Penumbras. Capítulo 29: Más verdades, para variar

Última edición por Majo-san el Lun Jul 07, 2014 3:09 pm, editado 2 veces

Capítulo 29: Mas verdades, para variar.

Si alguien podía estar más nervioso que Harry, que por favor se lo dijera, por que juraría que sintió el piso moverse bajo sus pies cuando vio a lo lejos el colegio. Sabía lo que tenía que hacer. Mantenerse alejado lo mas posible del director, y ahora, que iba en esos carruajes en compañía de unas chicas de Hufflepuff de tercero que le miraban casi con adoración, se sintió mas incomodo que antes.

Sintieron como el carruaje detenía y no habían llegado aun al colegio, la puerta se abrió y por ella apareció el profesor Snape.

—Acompáñeme, Potter —dijo con tono imperativo.

Las niñas en el carruaje parecían rogar para que Harry Potter hiciera caso y se bajara. No que quisieran deshacerse de él, pero no querían estar cerca del profesor mas temido de todo Hogwarts.

Harry bajó del transporte y vio como este partía, dejándolos atrás.

— ¿Qué sucede? —Preguntó extrañado.

— ¿Bajas primero y después preguntas? No hagas eso.

—Bien —dijo molesto. Primero le decía que le acompañara y luego le regañaba —fue usted el que me pidió bajar.

—Ven —le dijo volteándose y caminando hacia el interior del bosque.

Harry lo miraba dudoso, pero se tranquilizó cuando llegaron a un claro.

— ¿Qué haremos aquí?

— ¿Realmente confías en mi, verdad, Harry? —Le dijo parándose frente a él.

—No eres Severus —le dijo apuntándolo con su varita — ¿Quién eres?

—Soy yo, Harry —le dijo sonriendo de lado.

—Severus no se atreve a llamarme por mi nombre —le contestó sin bajar la varita — ¿Quién eres?

—Creíste que Albus no tendría más gente que Snape dentro de las filas del Lord, mi príncipe —dijo haciendo una estúpida maniobra y de un momento al otro la poción multijugos que tenía encima y poco a poco se fue revelando al traidor.

—Como no me lo esperé —dijo soltando un bufido — ¿Y dime, Pettigrew? ¿Ya le dijiste a Dumbledore sobre lo que he hecho todo este tiempo?

—Claro que no. La idea es que venga y te encuentre y me de mi recompensa. Conozco al viejo, es capas de matarme luego de darle la información.

— ¿Y que te hace pensar que no lo hará de todos modos?

—Estará demasiado ocupado —dijo refregando sus rechonchas manos —Lord Voldemort, él lo tendrá ocupado.

—Eres asqueroso.

—No es la primera vez que me lo dicen —dijo acercándose —entrégame tu varita, mi príncipe.

—Olvídalo —le dijo apuntándole con mas énfasis —además, Voldemort vendrá aquí, no te permitirá hacer el intercambio. —Vio como se acercaba, le acechaba —no podrás ponerme un dedo encima.

—Oh, pero es que pondré mas de un dedo encima de ti —la sonrisa lasciva del tipo, le dijo enseguida de las intenciones del chico.

Harry entrecerró los ojos y no bajó la varita en ningún momento, pero de repente sonrió de lado.

—No, definitivamente no podrás tocarme.

—Eso lo veremos —dijo acercándose, pero sus pies se trabaron — ¡¿Qué demonios?!

—No, definitivamente no le tocaras ni un cabello.

El traidor sólo alcanzó a voltear cuando un fuerte hechizo le dio en de frente que lo lanzó varios metros antes de chocar contra un árbol y caer inconsciente.

Harry vio todo con seriedad. No podía estar tranquilo, ya estaba cansado de que le intentaran atacar sexualmente. Primero el tipo ese, amigo de su “primo”, ahora Pettigrew y lamentablemente, luego de escuchar todo lo que había hecho Dumbledore, se sintió vulnerable la ultima vez que el viejo le llevó a su despacho.

>> ¿Estas bien?

—Si —respondió como quitándole importancia —Gracias.

— ¿Se puede saber en que estabas pensando cuando lo seguiste a este lugar? Si no hubiera seguido el carruaje…

—Bien. Pensé que era usted —dijo mirándolo a los ojos —no me iría con alguien mas.

—Fue irresponsable—dijo sin apartar la mirada.

—Entonces tendré que desconfiar de usted, incluso —dijo volteándose para irse.

—Espera, Harry. —Harry se quedó quieto, impactado por escuchar su nombre en los labios del hombre. — ¿No fue eso lo que te hizo dudar? Y no es precisamente que no me “atreva” a llamarte así.

Harry se giró, quedando frente al hombre y levantó la varita en su contra.

— ¿Otra vez? Nunca, nunca me ha llamado por mi nombre.

Severus se acercó, sintiendo la varita en su cuello.

— ¿Serás capas de arriesgarte?

Harry veía en sus ojos. Ojos negros como la noche, incluso, más oscuros que las penumbras. Vio lo cerca que estaban. Un poco más, sólo un poco más y lo lograría.

Severus estuvo tentado a terminar con la distancia, probar por fin esos labios que le torturaban en sueños, que le habían delirar cuando lo tenía así de cerca, pero el sonido de un galope lo detuvo. Se volteo y apuntó a la distancia.

Harry tuvo que sacudir su cabeza, ese hombre tenía la facultad de hipnotizarlo cuando lo miraba. Ahora veía su espalda, que lo protegía de un supuesto enemigo.

Firenze apareció entre los arbustos, y no hubo en ellos un alivio tanto para Severus o Harry. El asunto se veía cada vez más difícil.

Severus sabía que el centauro estaba del lado de Dumbledore.

—Profesor Snape, es un gusto saludarle —dijo con ironía, cosa que notaron ambos hombres —he de decir que justamente me dirigía al colegio para informar al director sobre ciertas sombras que se mueven a través del bosque. No es bueno que el chico este aquí —dijera mirando a Harry.

—De eso me encañaré yo —dijo sin dejar de apuntarle —vuelve por donde vienes, centauro.

—El joven Potter esta al tanto de tu lealtad a Dumbledore, ¿Pero sabe de tus otras lealtades? —le dijo desafiante, aplastando las piedras con sus cascos.

—Se todo lo que necesito saber de él —dijo Harry. Otro enemigo doloroso.

—Oh, ya veo —dijo entornando los ojos —entenderé entonces que no te asusta estar solo en el bosque.

—No te acerques —le dijo Severus, viendo como el centauro empezaba a caminar hacia ellos.

—Debo llevar al joven Potter a un lugar seguro, profesor —dijo a unos pasos de ellos — ¿Qué mas seguro que el colegio? El señor tenebroso esta cerca.

Severus vio a la criatura y no tenía demasiadas opciones.

—Creo que tienes razones. Yo debo ir con el director y no puedo escoltar al señor Potter.

— ¡¿Qué?!

Severus sujetó a Harry del brazo y lo llevó hasta donde estaba el inconsciente Pettigrew, asegurándose de que el centauro no les viera.

—Debes ir con él.

—No quiero. Lo que hará es llevarme a Dumbledore.

—Y eso es lo que se supone que tiene que pasar. Yo iré a llevarle al viejo el cuerpo del mortífago —le dijo apuntando a un lado, al cuerpo inerte en el suelo.

—Pero…

Severus vio que iba a seguir reclamando y el tiempo seguía su curso.

—Vasta de excusas —dijo molesto. Atrajo la cara de Harry poniendo una mano en su nuca y le dio un beso que le dejó sin aliento, pero sin ir mas allá —ahora ve con él. —No separó sus labios, habló sobre estos, moviendo en el proceso los labios de Harry —Luego hablaremos de esto.

Harry se quedó tan impactado por lo que pasó que no fue capas de moverse cuando vio a Severus desaparecer con el cuerpo de Pettigrew.

—Eso fue raro —se dijo a si mismo —pero delicioso —puso un par de dedos sobre sus labios y cerró los ojos mientras dejaba entrar el aire en sus pulmones, rememorando el mejor beso hasta ahora —por que no será el ultimo.

Caminó hacia en centauro que ahora le veía de frente.

—El profesor ya se fue, por lo que veo.

—Si. Y es hora de que nosotros también partamos.

El Centauro se inclinó para permitirle a Harry subir sobre su lomo y dirigirse al colegio.

—Es hora de que partamos. Mi hijo debe estar en el colegio en este momento.

—No creo que podamos aparecer en este momento, mi Lord —dijo Severus apareciendo frente a Voldemort y sus mortífagos.

— ¿Y puedo saber por qué? —Dijo molesto por la demora de su plan.

—Este es el motivo —dijo descubriendo el cuerpo de Pettigrew —estaba al servicio de Dumbledore al igual que Greyback. Trató de atrapar a su hijo, mi señor.

—La luna, mi señor —dijo Remus —si no lo hacemos ahora, no podre ir.

— ¿Por qué? —Preguntó Severus, luego de que un par de mortífagos se hicieran cargo del traidor por órdenes del lord. —creí haberle entregado la poción a Dumbledore para que te la entregara.

—Y lo hiso —dijo algo nervioso —pero el vial cayó de mis manos y ahora no lo tengo.

— ¿Pero el de repuesto?

— ¿Cuál de repuesto? —dijo extrañado.

Severus vio en los ojos del licántropo que no mentía y lo entendió.

—Black y tu hijo tienen que estar en un lugar cercano si es que no esta en el mismo castillo —dijo decidido —hace años que Dumbledore me dijo que le entregara dos pociones para asegurarse de que nunca la extraviaras.

—La otra se la da a mi hijo.

—Bien, entonces te quedaras, en tu transformación buscaras por los alrededores a tu hijo y pareja —dijo el Lord —Amycus irá contigo.

El mortífago asintió, no muy convencido de acompañar a una misión a un hombre lobo que estaría completamente descontrolado.

Harry llegó al colegio cuando la luna aun no termina de asomarse por completo en el cielo, esa sería la señal. Estaban cerca de la cabaña de Hagrid, cuando Firenze le hizo descender.

—Hasta aquí llegó yo, Harry Potter. Espero que lo que tu alma haya decidido no traiga consecuencias demasiado trágicas para el mundo mágico.

—No es de tu incumbencia —dijo dándose vuelta —es mejor que regreses con los tuyos.

— ¿Deberé proclamar, entonces, que el hijo del Lord ha vuelto?

Harry sintió como se le congelaba la sangre y se volteó apuntándolo con la varita.

— ¿Quién más lo sabía? —Le dijo con los dientes apretados.

—Todos los que pelearon la primera vez. Cuando James Potter renuncio a la luz y le dio un heredero a Voldemort.

—Dije ¿Quién mas lo sabe? Quiero nombres.

— ¿Pretendes asesinarme, pequeño heredero?

—No hasta que me lo digas.

— ¿Qué sacaría entonces? De todas formas la maldad corre por tus venas.

—Y por todas las de la gente que me engaño, que me mintió sobre mis padres y trató de que matara con mis propias manos a uno de ellos.

—Como el mismo Dumbledore dice —le dijo dándose vuelta —un pequeño sacrifico, por un bien mayor.

Harry vio como volvía al bosque y se giró para poder llegar al colegio lo más rápido posible.

Todos lo sabían. Los Weasley, Kingsley, Tonks, todos. Su puta vida estaba al corriente de los miembros de la “honorable” Orden del fénix.

—Van a pagar. Juro que me pagaran cada golpe, cada caída, cada noche en soledad —decía caminando con paso firme, sin guardar la varita.

Vio en la distancia como Draco le esperaba en la entrada.

—Te demoraste —miró la cara de Harry y notó lo perturbado que estaba —demonios.

En la distancia, el aullar de un lobo les dio la señal. Todo había empezado.

Rápidamente los profesores del colegio se pusieron en alerta y Draco junto a Harry se apresuraron a entrar al colegio. Ellos abrirían desde el interior.

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que malos han sido con Harry pobre sito, nadie le dijo nada y casi hacen que mate a su propio padre y todo por un loco que dice ser mejor que el, es triste que lo apoyen sabiendo las cosas, los merodeadores es justificable sus recuerdos habían sido modificados pero los demás?? bueno veamos que pasa con la pelea que se aproxima.

ohhhhhhhhhhh sí, una lastima pero en la vida real tambien pasa, no todo lo que brilla es oro.

ahhh que lindo beso..aun que yo esperaba que demorara mas tiempo...>/////< siii ya empieza la batalla...^^

» Penumbras. Capítulo 30: El reencuentro y los que se van
» Penumbras. Capitulo 6: Conversaciones.
» Penumbras. Capítulo 31: La conversación
» Penumbras. Capitulo 10: El secuestro.
» Penumbras. Capítulo 28: El regreso.