El Profeta. Al fin vencio
Autor: Seth Snape Malfoy
Beteado: Dulce_Snape
Genero: Drama
Personajes: Harry Potter, Severus Snape.
Advertencias: Muerte de personaje ; Violencia ; Lenguaje ofensivo
Disclaimer: Los personajes son de Rowling y la idea de la historia mía, una disculpa si se llegara a parecer con la de alguien mas; que por mi bien espero que eso no pase.
Resumen:
(Explicación y versión completa) Un trágico accidente es anunciado en el periódico; La verdad es siempre relativa, a si que no juzgues sin conocer y no ames solo por amar. (léase primero de preferencia, El Profeta)
- - - - - - - - - - - - - - - - - - Escucho pasos; hay cadáveres en el piso y sangre en las paredes. Escucho crujir los huesos rotos por alguna imperdonable. No saben cuan excitante es sentir que yo causo ese dolor insoportable.
Ahí está. No me mira; ni siquiera sabe que estoy aquí. Tendré mi venganza; ese maldito bastardo se retorcerá al toque de mi varita. Ese jodido grasiento de quejicus morirá como la piltrafa de mortífago que es. Río.
Nadie dijo que los Gryffindor son siempre los buenos del cuento, o ¿sí? Se dirige con paso seguro; este es el momento perfecto. Voy a explotar sus entrañar y a ver cómo se derrama esa pútrida sangre.
¡Estúpido de Voldemort! ¿Cómo jodidos se atreve? Ese hombre es mío; solo yo puedo joder su existencia para gozar con la putrefacta esencia de ese ser que no merece ni la mas mínima misericordia.
Quiero joderlo con mi varita; quiero gozar con su sangre; quiero tener un orgasmo con su garganta desgarrada por el sufrimiento de sus órganos siendo destrozados por dentro.
En un intento de reclamo por eso que sólo yo voy a tener el placer de realizar, maldigo al bastardo semidesfigurado del Señor Oscuro. Lanzo una imperdonable que con mi grata satisfacción entra sin fallas haciendo desaparecer el cuerpo de tan espantoso y grotesco ser.
Al segundo, todo mundo parece alegrarse pues la noticia de mi victoria se esparce al instante; yo soy el vencedor. Gané.
- - - - - - - - - - - - - Severus - - - - - - - -
Miro con emoción a aquel hombre por el que he dado mi vida y mi amor. ¡Por fin ha vencido! ¡Por fin todo terminó! Ahora somos libres, la vida acaba de iniciar. Por fin puedo darme la libertad de empezar a intentar amar.
Una luz miro con horror; el no murió y sólo yo lo puedo notar. Todos festejan; nadie lo puede ver; sólo tiene un objetivo: ver morir a quien, por su destino, debe matar. Sólo Harry puede morir.
No esta vez; sólo él puede salvar lo que por destino le fue otorgado. Es su momento; está listo para morir. Entre la luz, el Lord convoca un maldición letal; corro, alcanzo a ponerme en el lugar preciso y sonrío; logré mi objetivo. Cumplí mi promesa, hoy me puedo ir en paz.
Algo anda mal. ¡No! ¿Por qué? Se interpuso en mi camino; yo era el que debía morir. Potter recibe la maldición. Sus ojos me miran vacios; no hay nada que yo pueda hacer. ¡Maldita sea! Yo era quien debía morir, yo estaba listo; era mi deber y tenías que atravesarte.
- - - - - - - Harry - - - - - - -
Una luz me ciega; al principio pienso que es por la cantidad increíble de hechizos luminosos que se realizan para festejar. Veo a un auror novato; su varita esta algo astillada. Ríe; si no tiene cuidado algo puede salir mal. Apunta y sale un rayo potente de luz rumbo a mí. Al mismo tiempo siento arder mi cabeza, pero no puede ser si el señor oscuro murió.
La luz me apunta directo a mí. Tropiezo. No puedo dar unos pasos hacia atrás tratando de evitar la caída, es tarde y no tengo para donde hacerme. En un segundo, siento un dolor increíblemente insoportable que duele intensamente. Después, nada.
- - - - - - - - - Severus - - - - - -
Murió frente a mí.
En un acto de locura tomo su varita; me quema las manos pues se que me rechaza; no me importa. Con un elegante movimiento de muñeca lanzo una maldición oscura, y al segundo un avada.
Es el fin. También el Señor Oscuro ha muerto.
Soy expulsado con una enorme fuerza; la varita de Harry casi me destroza el brazo al arrojarme lejos. Cenizas del cuerpo de Voldemort, un Héroe muerto; todo en segundos y tal vez por coincidencia, tal vez por descuido, el chiste es que no hay más magos poderosos. No hay finales felices en este cuento.
Han pasado dos días; veo que elegiste bien. Tu sala mortuoria está desierta, en tus memorias siempre expresaste que deseabas morir en completa soledad; no lo dudo pues fue difícil entrar… ¿Puedo preguntarte cómo fue morir? ¿Por qué decidiste en esa noche entregarte a los brazos de la muerte, irte lejos y dejarme tu ausencia? Decidiste por mí. Moriste en mi lugar a sabiendas de que hubiera preferido mil veces las torturas que dejarte ir.
De nuevo han decidido por mí; como Albus, como mi madre, como Lily. como todos. ¡Me has usado! ¡Todos han jugado con mi vida! Debiste entender que era yo quien debía cumplir mi destino. Yo debía morir.
No era yo quien debía sobrevivir; me paseo por la sala y mis lágrimas salen sin control; te miro recostado y no puedo evitar el torrente de recuerdos tuyos. Es tan difícil aceptar que no te volveré a ver.
Quizás no eras el perfecto héroe que todos querían que fueras; eras impulsivo y obstinado como buen Gryffindor, cumplías tu palabra e inclusive, por los tuyos, diste la vida en esta pelea.
Pienso en cuánto daño causé y cuánto daño me hicieron y creo que con esto saldo mi deuda pues algo más grande no me pudieron haber quitado; bastante he sufrido: penitencia de una jodida vida que me ha tocado llevar.
Miro al cielo por la ventana; odio aquello que es considerado Dios, con su supuesta benevolencia que al final reiterara tu sufrimiento.
¡Púdrete maldito bastardo! ¡Dios que te has llevado aquello que mi alma anhelaba; llévate al estúpido de Voldemort que con mis manos he matado! Maldigo el cielo por que se que jamás podré tocar al hombre que robaba mis sueños y la verdad es que ni si quiera deseo el perdón y el cielo eterno.
Miro la habitación que está tan sola, esperando el momento; ¡cuánto desearía que mi cuervo trajera alguna nota diciendo que todo esto es mentira, que no has muerto!
Pienso un momento y espero que allá donde tu alma repose te encuentres bien; pues no puedo evitar enojarme porque no pensaste en mí y me dejaste solo. Aunque se que me engaño porque nunca supiste lo que yo sentía por ti.
Solo yo en mis sueños fantaseaba con probar tus labios y saber cómo era la sensación de perderme entre tus brazos. Ahora jamás lo sabré.
No puedo creer que durante tanto tiempo nos hayamos odiado; te fastidiaba la vida para que me notaras; pero también tenias la habilidad de sacarme de mis casillas con una gran facilidad.
Pero con sólo mirar esas enormes orbes de color verde intenso todo cambiaba; ahora yo muero por la falta de tu presencia y tú vives en el recuerdo que quedará marcado por esta celebración de la valentía que mostraste en el campo de batalla, donde supuestamente mataste al que no debe ser nombrado.
Lo lograste. Lo mataste e inclusive me salvaste la vida, cuando por la única persona que yo hubiera muerto gustoso eras tú. Pienso en lo maravilloso de tu inocencia y la felicidad que te caracterizaba aunque sólo tus allegados se dieran cuenta de que eras así realmente y no sólo el niño de oro rompe reglas.
Recordando todas estas cosas me convenzo de la razón por la que estoy aquí, ya no me importa nada, no sé si realmente me salvaste porque sentías algo por mi; yo creo que sí, aunque nunca me diste la oportunidad de hacerte feliz.
Veo el cuadro que esta sobre tu cama mortuoria; eres tú que me mira con insistencia y de forma rencorosa. Sé que es un simple hechizo que deposita tus recuerdos, pero aun así me da mucho dolor ver la mirada que me diriges, sin dignarte a hablarme. Sé que si te hubiera dicho todo lo que sentía, tu cuadro no me miraría así ahora, o mejor, no estarías muerto.
Me sigue mirando esa imagen de ti, y disfruto ver la cara de rencor y asombro que refleja, pues la poción letal con veneno de Nagini que cargo en mi mano no merece una mueca menor.
Déjame decirte cuanto te amo. Te susurro al oído y te aplico el último beso que tus labios fríos no pueden negarme. Me recuesto a tu lado esperando que vengas por mí y me lleves contigo para compartir la muerte por el resto de la eternidad.
El fuego nos llevará a donde por siempre podamos amarnos, ya que locamente expresaste en tu testamento que deseabas la cremación, ahora moriré rodeado de llamas y mis cenizas estarán siempre unidas a las tuyas. No tomé la poción; deseo sentir el calor quemando mi piel, imaginando que así hubiera sentido tus ardientes caricias. Lamentablemente, hoy para nosotros ya es demasiado tarde. Jamás supiste cuánto te amé.
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Harry Potter derrotó al que-no-debe-ser-nombrado logrando la libertad del mundo mágico y cumpliendo la profecía. Quizá por vivir toda su vida bajo su influjo, Harry no fue consciente de sus actos una vez muerto el Señor Oscuro y concluida la profecía, pues en un trágico accidente, murió.
Hubo muchas bajas, pero el único cuerpo que no se encontró fue el del profesor de pociones y ex mortífago, Severus Snape.
Se cree que este hombre tenía más cargos de conciencia de los que podía sobrellevar y no pudo concebir la idea de ser condenado al beso del dementor; por eso, huyó hacía algún lugar donde cobardemente jamás pudiera ser encontrado.
Los pecados que se cometen en vida son la condena de la muerte. La vida es constante equilibrio y siempre se paga hasta el último suspiro, aún después de la muerte.
Lamentamos en el alma la pérdida de uno de los mayores héroes del mundo mágico; por siempre lo llevaremos en el alma y en nuestros corazones; a donde quiera que su alma haya ido, deseamos que encuentre el camino y la compañía que en su vida siempre deseó.
Rita del Profeta.
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