Potter, ¿de quién es esta tarea?

correcto

-¿sucede algo?- pregunto Snape al ver la cara de los dos hombres

Dumbledore lo puso al corriente de lo sucedido, Snape conforme Dumbledore hablaba se ponía cada vez mas pálido, el muchacho lo había desobedecido poniéndose en peligro, cuando termino el anciano tomo la palabra.

- usted sabe que debe cumplir con su deber, sino Voldemort podrá pedir su custodia alegando su poca preocupación por el chico y por no cumplir las normas, y eso hay que evitarlo a toda costa, porque sino el chico lo iba a pasar francamente mal -

- pero creo que con un castigo de nivel cuatro habría suficiente, es un crío y no se suele comportar así - dijo el hombre intentando quitarle hierro al asunto.

Dumbledore carraspeo y Snape lo miro

-¿que pasa Albus? -

- lo siento Severus, no quise decirtelo pero no es la primera vez, yo diría mas bien que es la tercera en esta semana. Primero se escaparon al bosque en busca de las luciérnagas de Orión y el otro día lo pille intentando entrar en la cámara secreta, se que cometí un error al no decirtelo, pero ahora intento rectificarlo. Ya tenemos un aviso - dijo Dumbledore mirando de reojo al anciano - y no podemos dejar pasar esto. Sainty piensa quedarse para asegurarse de que cumplirás con el castigo -

Snape se puso blanco y susurro

- ya entiendo, ¿donde esta el chico?-

- esta fuera, esperando -

- bien, vamos allá, quiero terminar lo mas pronto posible con esto - dijo el hombre con los dientes apretados al saber lo que tenia que hacer. No le agradaba nada tener que hacerlo, pero se veía obligado para salvaguardar al chico.

Dumbledore abrió la puerta y se dirigió a Ron

Mi pequeño heredero por Pichurri

Mi pequeño heredero por Pichurri

y con esto me despido... mi cabeza no me da y tengo ue escribir el capitulo de Penumbras.
xau

Harry pasaba los dedos sobre el teclado de su computadora. Tenía muy claro el anuncio que pondría en la red pero no era muy bueno redactando cosas tan importantes como esas, no era lo mismo escribirle una nota al pesado de Draco diciéndole que era un capullo fastidioso y que por lo visto no gozaba de una vida social fuera de Hogwarts porque sólo se dedicaba a joderle la vida, que escribir una donde dijera que quería conocer el placer en la cama de algún apasionado hombre.

Y bueno, puso manos a la obra. El golpeteo de las teclas comenzó a hacerse más lento, se le acababan las ideas y pulsó la tecla para borrar todo, su cerebro no daba para más, menuda porquería que tenía enfrente. Pero ahora se podía decir que era un chico normal, eso era lo que pensaba Sirius, su padrino, que gracias a Merlín había regresado tras caer por el velo, aunque lo hubiese hecho siendo totalmente distinto, Harry se sentía feliz. A pesar de eso era algo cargante, Sirius estaba empecinado en darle todo a Harry, todo lo que por tantos años le hubieran negado, eso incluía el aparatejo del demonio que usaba para chatear con Hermione y para ligar por la red. Eran ligues sin importancia por eso ahora lo que ambicionaba sin éxito era buscar una relación seria o al menos algo real. Y Harry estaba loco por perder la virginidad que todos juraban era cosa del pasado porque claro él era Harry Potter, la estrella de Quidditch, el que le había pateado el culo a Voldemort de bebé, el que seguía siendo el héroe porque el- que- no- debe -ser-nombrado pasó a ser el fracasado que el niño que vivió se burló en su fea cara de serpiente.

Esas vacaciones Harry las pasaría en casa de Sirius en Grimmauld Place acompañado de Remus, la pareja formal de su padrino. Los dos magos ya estaban comprometidos, Harry se sentía contento por ellos, al fin Sirius le había declarado su eterno amor a Remus enfrente de todos los estudiantes de Hogwarts meses atrás, no temió hacer el ridículo aunque el profesor Lupin quería en ese momento convertirse en lobo y hacer que todos los mocosos y sus risitas desaparecieran con un aullido suyo. Harry los envidiaba, él ansiaba tener algún día lo que ellos.

Y si no al menos un buen polvo, ¿por qué no? En lo que llegaban las ideas a su mente, vio un parpadeante aviso en la página en la que navegaba, era un chat mágico, ¿Cómo coño existía tan cosa? Bueno, se rió con él mismo, eso era imposible, seguramente algún truco muggle para atraer gente, y ni así lo conseguían. Se registró pero fue lo más extraño que haya hecho en su vida. No era ni remotamente un chat normal, no, este era mágico porque había que poner sobre el monitor la varita y supuestamente con eso entrabas, "total confidencialidad" decía la bruja que te daba la bienvenida, "una muy guapa" pensó Harry aunque tirara para el otro lado, él andaba cada vez más caliente.

Pasó su varita por la pantalla y sólo era cuestión de elegir un seudónimo, ni pensar en el elegido, el niño que vivió, Slytherin sucks...no, tenía que sonar algo serio. Un nombre vendría bien, un nombre falso por supuesto, ni loco se presentaba como Harry Potter.

-Stephen cook... -Corrigió- cock*

chat mágico de mylovesnape

Chat mágico de MyloveSnape

—¡DEJA DE HACERLO, POTTER! —le berreó, furioso. Aterrorizado por lo que estaba sintiendo y lo poco controlado que se percibía a él mismo—. ¡TE LO ORDENO! ¡Deja de hacerlo!

Potter, obviamente, lo ignoró y en vez de obedecer, sonrió ampliamente.

—Entonces, ¡es verdad! —dijo con esa enorme y engreída sonrisa—. Soy como Fleur, y si yo quiero, puedo…

Desesperado, Severus rodeó el escritorio y se paró ante él.

—¡No sé de quién me estás hablando, Potter, pero usar tus poderes para engatusarme y librarte del castigo no te servirá de nada! —le siseó entre dientes—. Más te vale que obedezcas, o mucho me temo que tu castigo se verá extendido durante tanto tiempo, que tendrás que quedarte aquí aunque hayas terminado tu séptimo año para poder cumplirlo.

Pero Potter no dejó de hacer lo que fuera que estuviera haciendo. Descaradamente, como era su costumbre, se puso de pie de manera desafiante, quedando parado justo enfrente de Severus. Éste, más por orgullo que por otra cosa, no se atrevió a moverse hacia atrás aunque lo estuviese deseando.

Potter lo miró entrecerrando los ojos. Si Severus no hubiera estado tan seguro de que era un inepto para la Legeremancia, hubiera creído que estaba tratando de leerle los pensamientos. De todas maneras, por si las dudas, Severus intentó dejar de pensar en lo mucho que le apetecía callarle sus impertinencias a besos y mordidas.

—¿Qué es lo que se siente, señor? —se atrevió a preguntar Potter con toda la frescura del mundo a su disposición—. ¿Cree que soy guapo, o siente algo más, como deseos de besarme…? O, mejor aún, ¿deseos de…?

—Eres un insolente, Potter —masculló Severus, temblando de rabia y de algo más que se negaba a ponerle nombre—. ¿Cómo te atreves a tratar de seducir a un profesor? Esto te valdrá la expulsión del colegio si…

—Si se enteran, por supuesto —completó Potter por él, mirándolo de un modo extraño—. ¿Quiere saber quién era la persona en las gradas? ¿La que yo quería que me mirara durante el partido? —preguntó Potter usando un extraño y perturbador tono ronco en su voz.

Quid por Perla Negra

sipes

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Mi trocito:

—Ey, Remus, ¿dónde está Sirius?

Harry miró sobre el hombro de Remus, esperando ver a su padrino no muy lejos. Era su Baile de Graduación de Hogwarts; mañana estaría viajando en el Expreso de Hogwarts con el resto de los estudiantes, listos para comenzar sus nuevas vidas de adultos. Dado que era el Profesor de Defensa, Remus había asistido, y Sirius había prometido que asistiría también.

—No pudo venir, Harry, lo lamento.

—¿Por qué?

—Hoy se cumplen dos años desde que tuvo el aborto— logró explicar Remus sin que su voz de quebrara, aunque no era la primera vez ese día que había tragado el bulto que parecía cerrar su garganta.

—Oh, Remus, yo… yo debería haberlo sabido.

—Está bien. Sirius deseaba venir pero esto lo afectó más de lo que pensaba.

—Es tan injusto. Hay tantos idiotas que se dejan preñar y ni siquiera quieren a su bebé, y tú y Sirius, que serían los mejores padres del mundo… simplemente, esto no debería pasarles a ustedes.

—Gracias, Harry. Todo lo que hemos deseado es tener una familia propia, pero llevamos ya tres años intentándolo. Puede que tengamos que aceptar que nunca pasará para nosotros, que nunca… tendremos un niño.

—¿Han conversado la opción de adoptar?

—Lo hemos hecho y desafortunadamente, debido a mi condición de hombre lobo, nunca podríamos ser considerados.

Harry ni siquiera sabía qué decir. ¿Qué podía decir? En lugar de eso, dio un abrazo a Remus.

—Sólo voy a quedarme para la cena, luego regresaré con Sirius— dijo Remus mientras se separaban.

Ambos se dirigieron al Gran Comedor, que había sido transformado y decorado. Las mesas habían sido ordenadas y agrupadas para el estupendo festín. Harry encontró a Ron y Hermione y se sentó entre ellos. Simplemente, sentía que esa sería la mejor noche de su vida.