Potter, ¿de quién es esta tarea?

Sonidos secos de cuerpos cayendo inertes contra la madre tierra, bañando sus entrañas con sangre dolorosa, voces angustiosas clamando piedad, la cual no llega mientras queman su piel en incontables hechizos y maldiciones, una sombra mortal devora sus vidas una a una, como un mortal depredador en festín de su presa... Una risa funesta se impone ante la suplicas y sollozos de dolor para ser acallados por dos palabras ya dogma de muerte...

correcto

Harry, que aun no estaba dormido, se dio cuenta que Severus se había recostado a su lado y, girándose, se acurrucó junto a él. Como si Severus no tuviera suficiente con aguantar su olor a sexo, su sedosa y tierna piel desnuda y su calor (lo que le dificultaba la acción de dormir y le provocaba más de una ansiosa erección), Potter tenía el descaro de mostrarse cariñoso y abrazarlo con ese maldito oso de por medio, recuerdo permanente para Severus de su doloroso origen muggle.
Miró al oso de felpa con los ojos entrecerrados. Si no hubiera sabido lo importante que era para su Gryffindor, hacía mucho que le habría conjurado un incendio.
Fue el único regalo que los Dursley me dieron para Navidad… no recuerdo cuál, pero…
Severus cerró los ojos y volvió a suspirar, aunque esa vez no fue con exaspero. Harry se estiró y le dio un beso.

Bien

Puntos para Pescadora de Estigia, por una historia que creíamos que era Snarry pero no lo es




Puntos para Majo-san, por Miraje

Larita hermosa... no nos abandones T_T

El reloj que está sobre la repisa de la chimenea marca las once y media. Decido calentarme el cuerpo por dentro con ese whisky que guardo para las ocasiones especiales. Y no es que hoy sea especial. Es que me siento ansioso. Y un poco añorado. ¡Puto Merlín! ¿He dicho añorado? Esta noche voy a necesitar más de un vaso, sin hielo y hasta los topes. Le echo un vistazo a los ensayos que todavía me quedan por corregir. Sé que la sonrisa que se está formando en mis labios no es la de alguien que esté en sus cabales ¡Vais a tener suerte, desgraciados! Ebrio soy mejor persona.

cuando no llegas...?

—Harry .—Susurró, pero no obtuvo respuesta alguna.

Se inclinó sobre la cama, puso una mano en el hombro del muchacho y le zarandeó ligeramente.
>>Harry .—Volvió a probar.

Esta vez, Harry, sí se despertó. Abrió los ojos suavemente a la vez que bostezaba, antes de mirarle.

—¿Pasa algo? —Preguntó medio dormido aún.

—Es la hora de la cena. ¿Quieres bajar o prefieres que te la suba?

Harry no pudo contenerse y se desperozó, estirándose como un gato. La camiseta se le subió un poco, mastrando la morena piel de su vientre.

Concecuencias, de Pescadora de Estigia


*Se sonroja* Gracias Mer.

Puntos para Pescadora de Estigia por El amor todo lo vence



Puntos para Mer Snape por cuando no llegas

Ali, yo me imagino que sí que es mío, porque vamos 'me reconozco' pero estaba esperando a que mer dijera que es correcto. No obstante, aquí va mi trocito.

Pensó que ese sería un bueno momento para regresar a su dormitorio, ya que estaba seguro que los que estaban en el estarían dormidos y no pensando en golpearlo.

Cuando Harry se volvió, de pronto chocó con algo grande y sólido. De inmediato fue consciente del aquí y el ahora y por desgracia, de su dolor. La conciencia se filtró en él cuando escuchó una voz familiar que quebraba el aire.

-¡Potter! ¿Qué está haciendo en las mazmorras a esta hora?

Harry miró directamente a través de los negros ojos de su profesor y se estremeció. Sin embargo, el dolor era demasiado fuerte como para que realmente le importara.

correcto

— Sus ojos verdes… ¿Ese niño cuando llegó aquí que nunca lo vi?

— Señor, hay millones de sirvientes en el castillo, hay muchos que no tienen la fortuna si quiera de salir de la lavandería… un lugar horrible si me permite decirlo. ¿Qué sucede con él?

— ¿¿Qué no lo viste?? Tenía los ojos verdes, el cabello negro, y se llamaba Harry.

— Si, y ha sido un sirviente del castillo durante toda su vida. No cabe posibilidades, coincidencias.

— No me importa si son coincidencias, quiero que investigues todo lo que puedas sobre el sirviente, hay que tomar todas las posibilidades.

— ¿Qué pasará si el chico resulta ser? Le recuerdo que por ahora es un simple sirviente.

bien

Había perdido la cuenta de los días que llevaba allí encerrado. Esperando la muerte. Algo que creía inminente día tras día y que no terminaba de llegar.

Desde que lo habían arrojado a aquella hedionda mazmorra sus recuerdos habían sido su única compañía.

Unos recuerdos que habían estado a punto de volverlo loco. Tan solo su firme determinación de sobrevivir para encontrar a aquel a quien despreciaba más que a nadie en el universo, y hacerle pagar por lo sucedido, lo mantenían vivo.

Los primeros días se había rebelado salvaje y violentamente contra su cautiverio. Había aporreado la puerta, intentado forzar la cerradura con la montura de sus gafas. Había arañado las paredes, entre los enormes bloques de piedra, hasta destrozarse los dedos. Había gritado y luchado contra sus carceleros, mordiendo, golpeando y arañando hasta que finalmente le habían lanzado un desmaius.

correcto

— Se… — no pudo continuar, la negra mirada le indico que no dijera su nombre. – Mi niño, hace tanto que no te veía.
— Minerva, yo también te extrañé, mira te presento a Harry.
— Mucho gusto. –
— El gusto es mío, ¡oh vaya! eres un chico bastante guapo… pero que modales los míos, pasen, pasen, acabo de hace un asado que seguro les encanta, y de postre, el favorito de mi niño, pastel de chocolate.
Comieron tranquilamente, platicando de cosas sin importancia y en un momento que Harry fue al baño, Severus puso al tanto a Minerva de que Harry lo conocía como Tobías Prince, y los ojos de la anciana adquirieron el típico brillo de su esposo cuando quería entrometerse en algo.
— Harry, Tobías me decía que se conocen del trabajo.
— Bueno no exactamente, pero sí, quiero decir sólo habíamos cruzado palabras en una ocasión.
— ¡Oh! Eso es sorprendente.
— ¿Sorprendente? ¿Por qué?

bien

-Harry…tengo hambre-
-Los embarazados parecen un barril sin fondo…- decía al tiempo que lentamente se levantaba del reconfortante colchón.
-Quiero…helado de chocolate…con mucho chocolate arriba con cacahuetes y trozos de durazno…ahhh también quiero leche tibia…una jarra completa – sus manos hacia formas de cosas que sólo Harry le miraba sorprendido – también de esos ricos chocolates con relleno que tiene Dobby…algo de crema batida y un pedazo de pie de manzana de la cena de hoy…-
-Bien…chocolate…con mas chocolate…leche…ahh- trataba de recordar la rara lista de antojos- …chocolates de Dobby…crema batida y un pedazo de pastel…-

correcto

—Potter, soy yo. ¿No estaba buscándome? No me diga que es una coincidencia que haya caído medio muerto de congelación precisamente en mi puerta.
Sus ojos se abrieron durante un instante de claridad, con aquel verde tan llamativo y el parecido a su madre que me acusaba siempre. Entonces, se cerraron de nuevo, mientras mecía mi mano contra él como si fuera un peluche.
—Snape —susurró, antes de caer en un profundo sueño.

Puntos para Pescadora de Estigia, por Consecuencias




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Puntos para Majo-san, por La prueba más dura

bien

—No se que me pasa contigo, Harry —susurró Severus en el oído del ojiverde, para después morderle el lóbulo de la oreja—. Nunca me había fijado en un hombre, hasta que apareciste tú de nuevo y empezó nuestra amistad —volvió a susurrar el hombre.

Los susurros del pocionista se vieron interrumpidos por los leves gemidos que empezaron a salir de entre los labios del ojiverde. Ambos estaban disfrutando dejándose llevar, porque era lo que deseaban en esos momentos, y porque por una vez en sus vidas estaban haciendo lo que realmente querían, sin pensar en las consecuencias de lo que estaban haciendo y de lo que estaban a punto de hacer. Sin saber cómo, Severus y Harry habían llegado a la habitación del primero, en la que entre caricias leves y besos suaves se desvistieron, jugaron y se divirtieron. Para ambos, compartir aquel momento de intimidad resultó ser algo normal, no tuvieron vergüenza de quedar desnudos frente a frente, ni tuvieron vergüenza al tocar el cuerpo del otro, porque ambos eran hombres y ambos eran adultos experimentados y seguros de si mismos, aunque a veces tuvieran sus miedos y sus inseguridades, que era lo que les convertía en personas humanas.

correcto

Pero entonces, en los pocos días que quedaban para la batalla final, Harry y Snape no se separaron el uno del otro. Ni una sola vez. ¡Ron empezaba a preguntarse si incluso iban al lavabo juntos! Espeluznante, eso es lo que era. No era natural. Completamente raro. Justo la noche antes del monte Belvedere, Snape incluso había seguido a Harry a su habitación y había cerrado la puerta, y Ron estaba completamente seguro de que el cabrón se había quedado allí toda la noche. ¡Puaj! ¿Qué habían estado HACIENDO?
Desde la semana siguiente más o menos, habían empezado a tener un poco de vida propia, al menos. ¡Buena falta que les hacía! Pero a Ron todavía le parecía que su mejor amigo estaba pasando más tiempo con ese gilipollas que con sus amigos de verdad. Y ¡joder si no iba a descubrir qué demonios estaba pasando!

bien

Incapaces de ver solo se podían guiar por el tacto.

Pero eso era algo que poco la importaba a Harry. En esos momentos su cerebro solo registraba una cosa... y era el increíble olor de la otra persona. No tenía ni la más remota idea de quien podía ser el otro... pero eso no parecía tener demasiado, por no decir ninguna, importancia.

Por su parte Severus era tan poco consciente de lo que le rodeaba como lo era Harry. Al hombre tan solo parecía importarle el delgado cuerpo que tenía entre sus brazos, el embriagador aroma que emanaba de esa dulce piel. Incapaz de resistirlo mordisqueó el cuello, obteniendo un suspiro placentero que envió un estremecimiento a sus terminaciones nerviosas.

correcto

—¿Vamos a dormir? –preguntó Severus, llevándolo a rastras a la cama.

—Te amo. –dijo Harry, abrazando a su esposo con calma- Sé que lo has oído muchas veces, pero ahora, que no somos dos solamente –recordó tocándose el vientre por un momento- quiero que sepas que tú eres el hombre que amo y eres la única persona que aun sin tener un motivo para odiar, odié, e igual amé, y sea como sea que nos encontremos, eso no cambia. Aquí está el resultado. –le recordó al mayor, colocando una de las manos de Severus en su corazón y otra en su barriga, el otro, solamente dijo:

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Puntos para Majo-san, por Cuarto oscuro

bien