La Mazmorra del Snarry
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La Mazmorra del Snarry


 
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La Mazmorra del Snarry... El escondite favorito de la pareja más excitante de Hogwarts

 

 . Tregua . (One shot)

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Mavitomo
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Mavitomo


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MensajeTema: . Tregua . (One shot)   . Tregua . (One shot) I_icon_minitimeJue Ago 06, 2009 11:28 am

Pareja: Severus Snape/Harry Potter

Clasificación: R

Disclaimer: Todo pertenece a J.K Rowling y a Warner Bros.

Resumen:Respuesta al desafío navideño de la Mazmorra del Snarry. "Realmente es Navidad"





Realmente es Navidad.

Tregua




El paisaje que veía desde la ventana se le presentaba árido y triste en aquellas fechas. La mitad de las casas del pueblo permanecían silenciosas y oscuras y los pocos transeúntes que paseaban por sus calles se apresuraban en realizar sus compras para regresar a la relativa seguridad de sus hogares. La escasa nieve se arremolinaba a ambos lados del camino, sucia por las pisadas y los días transcurridos desde la última nevada. No se asemejaba en nada al lugar que había conocido durante su adolescencia.

Los días en que jóvenes de todas las edades recorrían las tiendas en busca de regalos, llenando el lugar de su vital alegría, habían quedado opacados por la dureza de la guerra.

Hogsmeade parecía una ciudad fantasma y la población contenía el aliento, sumidos en un compás de espera.

Desvió la mirada cuando las primeras farolas alumbraron los pasos de una pareja. Los cabellos rojizos destacaban aun a la escasa luz del farol, sentados bajo el umbral de una casa, las cabezas muy juntas en actitud conspiradora.

- Tus hermanos traman algo- comento al joven que emergió de la nube de vapor del baño.

Este por respuesta se encogió de hombros y continuo abrochando la camisa y colocando una túnica negra por encima. Mientras su amigo terminaba de arreglarse tomo asiento en una butaca observándolo silencioso, el ceño fruncido y los labios apretados.

-¿No vas a hacer nada? – trato de nuevo.

- Son adultos y es Navidad…

- Y no quieres que nada estropee tu cita, ¿verdad?

- Harry- lo interrumpió antes de que iniciara de nuevo una discusión.

- No me parece bien Ron, sabes que esta tregua es un ardid para conseguir recursos y aliados. Tras la lucha en el ministerio Voldemort…

- Harry…- musito el pelirrojo con gesto herido- Es Navidad. Trata de relajarte y disfrutar.

- ¿Por qué lo haces? No vayas, podrían tenderte una trampa.

-Ya hemos hablado de esto- suspiro Ron cansado. Aun así no detuvo sus preparativos y tras ponerse los guantes y la capa enrollo una bufanda en su cuello- Voy a ir digas lo que digas, llevo meses esperando. ¿Me prestaras tu capa de invisibilidad?

El ceño de Harry se pronuncio aun mas, su mirada volviéndose tan intensa que casi podría abrir un agujero en el empapelado de la pared que miraba.

- Harry…

- Si, maldita sea, sabes que si. Cógela y piérdete de mi vista.

No quiso mirar a su compañero mientras este fue hacia una de las camas y busco en el baúl hasta dar con ella. Ni cuando lo llamo en el umbral del cuarto que compartían para despedirse.

El silencio obstinado del moreno lo hirió. Empezaba a hartarse de la actitud que había tomado desde que descubrió quien era su pareja.

- Si quieres enfadarte en Navidades eres un estúpido Harry. Aprovecha la tregua, déjate imbuir por el ambiente navideño y celebra que…

-¿El qué Ron? ¿Qué debo celebrar? ¿Qué aún no he muerto? ¿Qué vamos perdiendo? ¿Qué la gente esta tan desmoralizada que deserta por las noches y cuando menos lo esperemos tendremos un nuevo traidor?

- En serio Harry, me gustaría que por un segundo disfrutaras lo que tienes y nos dejaras disfrutar a los demás. No se cuantas ocasiones de estar juntos tendremos, esta paz es un regalo.

- El único regalo que me daría paz seria encontrar el cadáver de Voldemort a los pies de mi cama.

-Te voy a dar un consejo Harry- bufo el pelirrojo- Sácate esa frustración de encima por un solo día. Busca a alguien con quien discutir hasta que lo saques todo… mejor todavía, busca a alguien a quien echar un buen polvo. Falta te hace.

- ¿Esa es tú solución a la guerra?- le preguntó con un dejo de incredulidad- ¿Follar?

- Mi padre siempre dice que si la gente pasara mas tiempo follando lo haría menos peleando.

Un rubor de indignación le subió por el rostro. No imaginaba al patriarca de los Weasley dándole esos consejos a ninguno de sus hijos, dudaba incluso que usara la palabra “follar” delante de cualquier persona.

- No estoy como para perder el tiempo buscando un polvo de una noche, iré a entrenar.

Un nuevo suspiro surgió tras la marcha del moreno. Los años de guerra lo habían vuelto una persona arisca y reservada que se pasaba las horas entrenando y se obsesionaba preparando planes. No se comportaba como los demás jóvenes de su edad, no se relacionaba abiertamente con nadie ni buscaba ansioso compañía nocturna para soportar el tedio y la desazón de la espera.

Estuvo a un paso de seguir el camino de su amigo y olvidar su cita, pero el moreno no podía seguir chantajeándolo de esa manera. Necesitaba pasar unas horas en compañía de su amante, y olvidar en ese tiempo las carencias y miserias, la lejanía que ese cruel conflicto les había impuesto para poder aguantar cuando la tregua terminase. Necesitaba vivir.

- “Y tú también amigo mío”- pensó desapareciendo de la vista de todos bajo la capa de invisibilidad.

La nieve estaba lo suficiente reseca para no delatar su presencia a ojos indiscretos hasta salir de la protección del pueblo y llegar al lugar donde funcionaria el traslador. En la cima de la montaña fuera del límite marcado saco un pequeño broche, pensando aun en la reciente discusión. Él había sido lo suficiente afortunado para encontrar alguien con quien compartir sus noches y cuyo carácter obstinado y caprichoso le proporcionaría una vida repleta de peleas y reconciliaciones. Entendía que su amigo había interpretado su consejo como la salida de una mente simple a un problema. Un alivio momentáneo que haría más duro el golpe al regresar a la realidad, y le dejaría un amargo sentimiento cuando la euforia del placer pasara. Pero también sabía que cada día que pasaba se encerraba mas en si mismo y añadía un nuevo peso a sus espaldas. Lo veía sufrir, repitiendo en las noches de insomnio los nombres de las personas inocentes que habían muerto por su causa.

- “Necesitas vivir Harry”- fue el último pensamiento que tuvo cuando la magia empezó a chisporretear a su alrededor- “Necesitas encontrar un apoyo en esta guerra… Desearía que fueras feliz, que llegaras a tener lo que tengo yo”

Un discreto resplandor y Ron Weasley desaparecía de la cima de la colina para caer directamente en los brazos de un angustiado enamorado, en el momento exacto que una estrella fugaz surcaba el cielo sobre su cabeza.





xXx




El amanecer llegaba para Harry Potter sin sorpresas ni emociones. Desde la ventana esperaba a que el astro rey ascendiera por el cielo, como cada día, con una sensación de vacío.

Aun era temprano, pero un madrugador Severus Snape apareció cojeando en la periferia de la ciudad. El cabello se le mecía al paso cuando se detuvo bajo el umbral en el que los gemelos habían estado esa misma madrugada. Apoyando la espalda en el muro estiro la pierna derecha, dejando que los rayos de sol la calentaran mientras la masajeaba. Permaneció en su sitio observando al hombre mayor hasta que este le descubrió, e intuyendo el gesto de desagrado en su rostro lo siguió mientras partía.

- “…Seamus Finnigan…”- continuo enumerando cuando desapareció al final de la calle- “… muerto en el ataque al Expreso de Hogwarts a los 17 años bajo la maldición cruccio. Lo torturaron hasta que los órganos internos reventaron… Terry Boot, muerto al instante. Una maldición perdida le destrozo la mitad de la cara…”- y así continuo hasta que las sombras del cuarto desaparecieron por la salida del sol y cerro los ojos doloridos por su resplandor.

Los rayos calentaban su cuerpo pero no eran suficientes para llegar a su alma.







xXx





Desayunar en el comedor junto a miembros de la orden del fénix y la familia Weasley se había vuelto una obligación diaria para estar informado de las últimas novedades. Un par de niños se le cruzaron en el camino, jugando con varitas falsas a grandes duelos, sus risas sonando extrañas al resonar por los pasillos. En una esquina de la cocina un triste abeto cumplía las funciones de árbol de navidad decorado con lo que parecían recortes de papel. Una niña de menos de diez años canturreaba arrodillada a sus pies con una galleta reblandecida en las manos.

¿Desde cuando había tantos niños?

En cuanto puso un pie en el comedor las conversaciones cesaron y todas las miradas se centraron en él, hasta que tomo asiento junto a la chimenea. Estiro la pierna adolorida en dirección a las llamas y permaneció contemplando el crepitante fuego sumido en sus pensamientos.

La espera estaba minando su moral.

La de todo el mundo, maldición. Si la traición de Granger había supuesto un duro golpe para la Orden esta calma aparente estaba acabando con ella. Nadie decía nada pero solo era necesario echar un vistazo a las caras desmoralizadas de las mujeres. Ellas siempre eran las primeras en percibir la desgracia.

Todo había empezado a ir mal tras la muerte de Dumbledore. Cerró los ojos dolido aún con el recuerdo del asesinato de su mentor. Dolía como el primer día, cuando le contó lo que le sucedía y le pidió que acabara con su sufrimiento, por su bien y el de su lucha. Muerto por sus propias manos en lo que le aseguro que era un acto de amor, pero que solo veía como un asesinato. Parte de un plan para reforzar su papel de espía… papel que menos de un año había podido mantener antes de ser descubierto. Casi murió en esa ocasión, la suerte le acompaño y cuando la verdad salio a la luz el Lord estaba lejos. Solo tuvo que enfrentar la ira de sus secuaces. Pero su esfuerzo mereció la pena, consiguió información y contactos importantes, e introducir en el nido del Tenebroso dos serpientes que volver en su contra. Le habían descubierto pero dos espías nuevos ocupaban su lugar, únicamente termino con la pierna destrozada y noches repletas de pesadillas atroces. Meses de trabajo de medimagos y pociones para no perderla le habían asegurado que con la correcta rehabilitación solo perdería algo de movilidad.

Y así había sido. Casi por completo.

Los días fríos y húmedos rabiaba y cuando, como en aquella ocasión, pasaba la noche arrodillado sobre la fría losa de una tumba el resto del día cojeaba aparatosamente.

Eventualmente el lugar donde reposaba el cuerpo de Dumbledore se convirtió en lugar de peregrinaje del mundo mágico. La tumba fue rodeada de parterres y jardines donde la gente se sentaba y pasaba el día. Los niños jugaban junto al nicho sin muestra de temor, cubriéndolo de flores y cartas. Él apretó los dientes al ver en lo que se convirtió la tumba de aquel a quien había respetado, amenazo y despotrico a todo el que quisiera escucharle y por las noches visitaba la tumba para poner orden en el caos que causaban los visitantes.

Tardo semanas en darse cuenta que lo único que dejaban eran muestras de afecto.

Aquella noche fue buscando consuelo e inspiración. Si seguían así perderían la guerra. Todo el esfuerzo y sufrimiento no habría servido de nada. Aunque no tenía fe rogó por un milagro, alzo la vista al cielo estrellado pidiéndole a alguna fuerza superior que le mostrara el elemento necesario para dar la vuelta a las tornas.

Una estrella fugaz cruzo el firmamento y el bajo la vista a la tumba de su amigo, leyendo de nuevo el epitafio del mago mas grande de todos los tiempos.

“No lloréis mi muerte, celebrad mi vida”

Junto a la lápida el envoltorio de un caramelo de limón se mecía por el viento.




.


Última edición por Mavitomo el Jue Ago 06, 2009 11:31 am, editado 1 vez
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MensajeTema: Re: . Tregua . (One shot)   . Tregua . (One shot) I_icon_minitimeJue Ago 06, 2009 11:30 am

xXx






Paso toda la mañana junto al fuego recordando lo que había sentido al encontrar el papel y el día en que el Lord Tenebroso volvió. ¿Cuáles fueron las palabras de Dumbledore en el discurso de aquel año? Llegara el día que tendréis que elegir entre hacer lo fácil y hacer lo correcto…

Cuando Lupin llego y se sentó a su lado, aun convaleciente con el brazo en cabestrillo, respondió su saludo con un gesto que, lejos de mostrar su desagradado como venia siendo habitual, fue comedido y prudente. Si al otro le sorprendió el cambio no lo demostró, le ofreció una taza de té y pasaron cerca de una hora hablando acerca de los asentamientos de magos de Voldemort.

Mas tarde llego el turno de Potter de aparecer en el comedor. Su llegada fue recibida de la misma forma que la suya, pero el sentimiento que brillaba en los ojos de los presentes era muy diferente en el caso de ambos hombres. Igual que en cada encuentro el más joven fue a su lado en cuanto lo vio en la sala, sentándose frente a él con gesto hosco. No tardaron mucho en unírseles algunos de los presentes e iniciar una desenfada charla sobre la próxima celebración.

El ambiente general era distendido y relajado, Snape se mantuvo prudentemente en un segundo plano consciente que no levantaba muchas simpatías en el grupo. Por primera vez en semanas los notaba alegres y animados y las risas de los niños que seguían jugando bajo el árbol no se le antojaron tan estridentes.

Fue el propio Potter quien lo rompió. Lanzando un insulto abrupto y descarnado que provoco el alejamiento de sus compañeros y que varias mujeres se llevaran a los niños del salón.

Snape no tenia que ser un estratega o tener una mente brillante para darse cuenta que el mayor problema al que se enfrentaban en cuanto a la escasa motivación provenía principalmente de Potter. Tras la desaparición de Dumbledore todo el mundo había volcado sus esperanzas en él, esperando que los guiara con la misma entereza y entrega que el gran mago. Pero Potter era un crío cuando esa responsabilidad cayó en sus hombros y no estaba a la altura de Dumbledore.

Nadie lo estaba.

Potter podía ser la esperanza de la lucha contra Voldemort, pero no se daba cuenta que la mayor baza a su favor es que debía ser su corazón. La gente que se refugiaba en Hogsmeade necesitaba reunirse en torno al ideal de que el chico podría vencerle y ofrecerles un futuro mejor.

- Debería relajarse Potter- medió en tono pausado cuando Lupin termino de recriminar su arranque de mal genio.

El ataque se produjo con rapidez, con las defensas bajadas no previó que la respuesta de Potter fuera darle acceso a su mente. Se vio a si mismo tal como había estado el día que lo descubrieron como espía, la pierna doblada en un ángulo imposible y el cuerpo lacerado por las maldiciones. Apretó los labios hasta que quedaron reducidos a una delgada línea y noto el principio de una jaqueca tras los ojos.

- Eso es lo que sucede cuando la gente se relaja Snape- prácticamente escupió- Se confían y se vuelven vulnerables.

- Somos humanos Harry- hablo Lupin frotando la venda que cubría su brazo- Necesitamos descansar en algún momento, incluso los mortífagos aprovechan la tregua. Han olvidado los conflictos para estar con sus seres queridos y…

- El único mortífago bueno es el mortífago muerto- lo interrumpió Harry- No comparto vuestra suicida idea de permitir que miembros de la Orden se reúnan con claros partidarios de Voldemort. ¿Quién sabe cuantos serán puestos bajo la imperio? ¿Quién nos venderá solo por una promesa de indulto?

- Harry, son sus familias no creo…

- No crees, claro. ¿Tú crees que a un mortifago le temblara el pulso a la hora de maldecir a un hijo, un primo o un hermano? ¿Debo recordarte a Sirius? El murió bajo una varita de su propia sangre.

- Eso es injusto Harry…- musito Lupin.

- La muerte de Sirius fue injusta.

- Suficiente Potter- intervino Snape sujetándolo del brazo y apartándolo del hombre lobo- Muestra respeto.

El nuevo fogonazo de recuerdos no lo pillo desprevenido pero no fue capaz de bloquearlos. Cientos de recuerdos de Harry, recuerdos donde él mismo lo insultaba y menospreciaba desfilaron por su mente en un instante. En esa ocasión no cedió, sujeto con más fuerza el brazo del muchacho y lo obligo a retroceder y salir de su mente.

- ¿No te cansas de estos absurdos juegos mentales Potter? – gruño escocido al ser pillado nuevamente con la guardia baja.

- ¿No te cansas tú, Snape, de caer en ellos?

- Basta…- Lupin apoyo una mano en el hombro del maestro de pociones que relajo el agarre. Harry no dijo nada, pero fijo su mirada en la mano del castaño- Tenemos pocos motivos para celebrar Harry. Hoy es una noche especial, al menos por los niños ven y comparte la mesa con todo el mundo.

- No tengo ningún motivo para celebrar.

- Harry, por favor.

Lentamente, casi como si no quisiera Harry alzo la vista de la mano de su antiguo profesor de Defensa hasta sus ojos. Durante un instante Remus tuvo la sensación de que accedería, pero la melancólica mirada mostró una chispa de ira y desasosiego al mirarlos a ambos. Con una sacudida se libro del agarre del profesor de pociones y se alejo unos pasos de ellos.

- He dicho que no.

Y sin decir más dio media vuelta y se marcho.




xXx





Camino por los pasillos hechizando el muérdago y la decoración que encontraba hasta que quedaban reducidos a cenizas. A su alrededor todo el mundo ayudaba para la cena de esa noche, la gente iba y venia y el aroma de la comida flotaba en el ambiente abriendo el apetito.

Los niños lo miraban todo exultantes y nerviosos, procurando por una vez, no meterse en el camino de los adultos y estorbar. Las parejas compartían besos en los oscuros rincones e incluso alcanzo a ver a Molly acariciar con cariño la mejilla de su esposo antes de darle un beso y un vaso de ponche. Todo el mundo parecía contagiado por el espíritu de paz y amor propio de la fecha.

¿Porque no podía él sentir lo mismo?

Entro en el amplio salón donde se reunían para entrenar y mejorar sus habilidades, incluso allí alguien había colgado adornos en las paredes. Saco la varita y practico un par de movimientos, transformando lo que hallaba a su paso.

No podía concentrarse.

Dejo la silla que trataba de transmutar y probó con algunas maldiciones, afinando su puntería y precisión. Una chispa dorada salto a su mano, produciéndole una quemadura y un ataque de rabia que termino con él pateando el mobiliario hasta destrozarlo. De nuevo perdía los estribos. Sabía que se comportaba como un crío, igual que en su quinto curso, cedía a la presión y se desmoronaba. Hacía semanas que no sentía el enlace con Voldemort, algo por lo que debería estar agradecido pero en su lugar sentía que le faltaba algo. Tras tantos años se habituó a las continuas incursiones en su mente, a los repentinos flashes de pensamientos por parte del otro… y de repente nada. Desde la tregua no sentía nada.

Y se dio cuenta de que no tenía nada.

A su alrededor la vida seguía, sus amigos formaban parejas, algunos se peleaban, tenían hijos o morían pero continuaban sus vidas de la mejor forma posible en sus circunstancias… él no tenia nada. Solo una lista de nombres.

Noche tras noche repasaba los nombres de los muertos, a la mayoría no los conocía ni sabía como había sido su final. Eran nombres sin rostro. Tras cada lucha buscaba a los supervivientes y le preguntaba por los muertos, siempre encontraba a alguien que conociera y le contara algo de su vida. Y la lista aumentaba.

Pero cuando la guerra terminara… Si terminaba y el continuaba vivo… ¿Que le quedaría? ¿Seguir recordando esos nombres cada día?

Se llevo una mano a la frente, frotando la sien antes que subiera y se perdiera entre su pelo. ¿Acaso no merecía también un poco de amor y consuelo? ¿Por qué él no se daba cuenta?

- ¿Me estas vigilando Snape?

Por muy silencioso que el hombre fuera siempre era consciente de cuando aparecía. Sin volverse a mirarlo se acerco hasta una ventana, tocando el pequeño farol dorado que la decoraba. El susurro de la tela a sus espaldas se detuvo muy cerca, pero no tanto para que pudiera ver su rostro reflejado en el cristal.

- No me gusta que me espíen.

- Y al dueño de esta casa no le gusta que se la destroces.

El mismo tono de siempre, desapasionado, frío y seco.

Cerro los ojos y se abrazo a si mismo sintiéndose helado por dentro. ¿Hasta cuando iba a seguir así? Giro el rostro para mirarlo, encontrándose los ojos negros que le nublaban el juicio. ¿Por qué él de entre todas las personas? Tuvo que elegir al ser más terco, necio e imposible. Tuvo que interesarse en el único hombre que nunca lo vería de la misma forma.

Se odiaba cuando lo buscaba, limitándose a observarlo en la distancia y odiarlo por no corresponderle.

- Contrólate Potter.

Pero más aborrecía que el otro leyera en él como en un libro abierto. No lo rechazaba, no le daba ninguna esperanza… no hacia nada. Se sentía como un animal atado con una cuerda muy corta. No era tan estúpido como para no darse cuenta que se había obsesionado, se tomaba la inactividad de Snape como algo personal. Un reto, un desafío. Estaba obcecado.

- ¿Por qué?- pregunto, sintiendo un chispazo de excitación al verle entrecerrar los ojos por el cambio en su tono- No hacéis más que repetirme que es Navidad. ¿No queréis todos que me relaje?

Ando la distancia que los separaba, notando como la tensión se apoderaba del cuerpo del mayor.

- Conozco una forma de lograrlo- susurro alzándose para besarlo.

El movimiento del otro hombre lo desestabilizo. Dando un paso lateral, Snape se puso fuera de su alcance y él trastabillo hasta recuperar el equilibrio.

Humillado. Así se sentía cuando, en ocasiones como esta, ante una insinuación le desairaba y luego actuaba como si nada hubiese sucedido.

Al menos agradecía no ser lo suficientemente atrevido para colarse en su habitación desnudo, aunque la idea se le había pasado por la cabeza, para que él otro le echara. No quería pensar en la vergüenza de que su humillación fuera pública.

- La cena ya ha comenzado- comento Snape andando en círculos a su alrededor. Harry lo fulmino con la mirada, un comentario desagradable preparado para salir a la menor mención de un posibilidad de que se uniera a ella- Y no siento la menor tentación de pasar horas en una habitación llena de niños alborotadores y adultos borrachos.

- ¿Y que es lo que te tienta Snape?- le cuestiono con una mueca burlona, aunque interiormente reconocía que hubiera dado todas sus pertenencias por saberlo.

El eco de numerosas voces cantando un villancico hizo que se volviera hacia la doble puerta de entrada, topándose al regresar su vista con la punta de la varita de Snape apuntadole. Una gota de sudor bajo por su espalda y la mueca marcada se borro de un plumazo.

- ¿Un duelo Potter?

El desafío estaba implícito en su voz, que por una vez sonaba gloriosamente viva y llena de matices. Sintió de nuevo la excitación recorriendo su cuerpo al levantar su propia varita y adoptar una posición de ataque.

- En guardia, Snape.





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MensajeTema: Re: . Tregua . (One shot)   . Tregua . (One shot) I_icon_minitimeJue Ago 06, 2009 11:32 am

xXx




Si en algún momento pensó que vencer a un hombre lisiado le seria fácil pronto se dio cuenta de su error. Snape se movía sin dar muestras de debilidades, y sus hechizos certeros y letales se abrían paso entre sus defensas poniéndole en serios apuros.

Se maldijo nuevamente cuando una maldición rozo su mejilla produciendo un escandaloso corte del que mano la sangre. Paso la manga de su túnica limpiando la sangre y el sudor de su rostro y lanzo otra andanada de hechizos que le dieran tiempo a cubrirse tras una mesa volcada y pensar un plan.

El duelo se había alargado por lo que le parecían horas, pero no podía ser posible. Detestándose por lo que estaba apunto de hacer salto tras su barricada y lanzo una maldición que dio de lleno en la pierna derecha de Snape arrancandole una exclamación de dolor. Vio como caía, e iba a lanzar un hechizo aturdidor para finalizar el combate cuando un rayo amarillo le dio de lleno en el pecho lanzándole varios metros hacia atrás.

“Hechizo no verbal”- tuvo tiempo a pensar mientras caía y veía al otro acercarse para derrotarle.

Pero la sorpresa y admiración no duraron mucho, reponiéndose lanzo por instinto un sectumsempra, del que se arrepintió apenas el sonido salio de sus labios.

- ¡NO!- grito cuando el rayo impacto en la capa de Snape creando un agujero enorme.

Abrió los brazos listo para recibir el cuerpo herido, siendo lo único que cayo sobre él la capa del moreno. No le dio tiempo a entender que pasaba, el dueño apareció detrás y lo derribo de un puñetazo devolviéndolo al suelo. Sujetándolo por las muñecas apoyo la rodilla en su cuello, apretando hasta dejarlo sin aliento y con los ojos llenos de lágrimas.

- Suelta la varita- le ordeno ejerciendo más presión.

En otras circunstancias alabaría la trampa del hombre, usando su propia ropa como señuelo, pero en el suelo con la nariz sangrando y el rostro amoratado por la falta de oxigeno su orgullo salio a flote. Negó con la cabeza apretando los dientes.

- Suéltala

En respuesta gruño desafiante usando sus últimas fuerzas para quitarse al hombre de encima, pero estaba bien sujeto e inmovilizado y su intento solo consiguió una sonrisa burlona del de los ojos negros.

- No me haga repetirlo por tercera vez.

Quiso negar de nuevo pero sus dedos se abrieron dejando caer el trozo de madera y pudo respirar al fin. Cerró los ojos lastimado en su orgullo, esperando que Snape se levantara y lo dejara solo para dar rienda suelta a su frustración. Tan concentrado estaba rumiando su fracaso que el roce del cabello largo en su mejilla y las manos que le desabrochaban el pantalón lo sobresaltaron.

- ¿Realmente quieres saber que me tienta Potter?- el aliento acariciando su oído.

La voz le fallo y únicamente pudo jadear anonadado al sentir una caricia en su miembro. El calor que emanaba de los largos dedos hizo que terminara demasiado rápido, apenas un roce y se derramo avergonzado en la mano que lo envolvía como si fuera un adolescente sin experiencia.

Claro que él era un hombre sin experiencia.

Aun sin resuello y sumamente abochornado sujetó la mano que permanecía rodeando su carne para que no la apartara. Llevaba tanto tiempo esperando por el otro hombre que no pensaba permitir que su propio cuerpo lo traicionara.

Alzo el rostro buscando los labios de Snape, que lo evito centrando su atención en su cuello, cubriendo con besos la zona que antes maltratara. Levanto las caderas para que pudiera terminar de quitarle el pantalón y la ropa interior, y aprovecho que se levanto para, entre tirones y juramentos, arrancarle los botones de la chaqueta y camisa. Coló las manos entre la tela, acariciando los oscuros pezones y el torso, helado en contraste con sus manos que podrían arder en cualquier momento, y lo abrazo atrayéndolo de nuevo a su lado.

Sintió en la piel el susurro de una palabra y algo frío subió por sus nalgas. Por primera vez gimió asustado de lo que vendría a continuación y trato con todo su ser de prepararse. Un dedo abrió el camino y aunque se tenso no dolió tanto como imaginaba, aunque el segundo fuese mas incómodo. La lengua que recorría su pecho y la sensación del cabello rozando su piel eran mas placenteras.

- Potter, tú…

- No hagas preguntas de las que conoces la respuesta- le espeto. El dilema en los ojos negros hicieron que el pánico y la rabia hicieran aparición- Cinco años Snape…- musito cuando pudo tragar el nudo que se había formado en su garganta- Llevo esperando cinco años… en los que me has ignorado y humillado. No tengo fuerzas para aguantar otros cinco más.

Los ojos negros se cerraron cuando recargo la frente en la del joven, las manos en su rostro, sosteniéndolo y acariciándolo, llevándose la sangre que había vertido. Con un extremo de la capa limpio la que aun corría por su nariz y probó por primera vez sus labios

El gemido que se inicio en una boca murió en la otra. Los dientes chocaron con el ímpetu que Harry imprimió a su abrazo, enredando una lengua con su compañera en una apasionada danza. No importaba que no tuvieran aire, se negaba a abandonar las sensaciones que tanto había anhelado y recién despertaban zonas de su cuerpo y mente que desconocía.

Su mano recorrió una espalda húmeda hasta enredarse en los cabellos de Snape. El sabor de su boca lo enloquecía aumentando la sed que había incitado su piel salada. Beso las manos que le provocaban esas sensaciones, amoldándose al cuerpo posicionado encima suyo lo rodeo con las piernas ofreciéndose sin recato. El corazón latía descontrolado en su pecho, y tras tanto tiempo insensible sentía que el calor se regresaba al mismo tiempo que Snape irrumpía en su interior.

Dolió y lloro.

Siendo mas joven soñaba con una vida tranquila y un amor agradable. Pero su vida se limitaba, ahora lo veía, al día presente y lo agradable le resultaba superficial. Las personas como él solo sabían que las cosas eran reales cuando veían el dolor.

Su amante lo guió en una montaña rusa de dolor y placer. Se entrego a las sensaciones, a los sentimientos olvidando quien era y donde estaba, simplemente sintiendo el cuerpo y las manos del hombre amado. Esa noche estrellada repleta de estrellas fugaces olvido el dolor, las muertes y las miserias de esa guerra.

Por una noche olvido nombre y listas y creyó que sanaría. Porque algunas cosas para sanar deben doler.




xXx






Cuando la respiración de Harry se hizo profunda y pausada Snape lo desenredo con suavidad de su cuerpo y lo dejo en el suelo cubierto con su capa. Cerrando la chaqueta se acerco a una de las ventanas y se sentó en el marco, frotando la rodilla que le había estado molestando desde que Harry se la maldijera. Dirigiendo la vista unos segundos al muchacho dormido pensó que merecería la pena que le doliera el resto de su vida.

¿Cinco años habían pasado ya desde que se le declara en una clase de oclumancia?

Cinco años simulando que no sentía nada por Harry, ignorando su insistencia, su presencia. Negándose a ver como le hería con su actitud. Era demasiado mayor para estas cosas, pensó frotándose el puente de la nariz. Había pasado tantos años fingiendo no tener sentimientos y aborreciendo a todo el mundo que a veces se metía demasiado en su papel, se había convertido en algo cotidiano y fácil. Demasiado.

Un movimiento en las sombras de la calle llamo su atención. Tenía la varita en la mano y un pie en el alfeizar antes de notar que se trataba de los malditos gemelos Weasley que trataban de pasar desapercibidos. Frunció el ceño cuando los vio colocar un enorme paquete en mitad de la plaza, dándose demasiado tarde cuenta de lo que planeaban.

La explosión retumbo en todo el pueblo.

Harry rodó fuera del lío de ropas con la varita en la mano, se encogió gruñendo adolorido apenas un instante y se levanto en el acto. Se echo por los hombros lo primero que alcanzo y corrió a su lado.

-¿Nos atacan?

- Son los gemelos Weasley – lo tranquilizo Snape señalando el punto donde los pelirrojos habían alzado el vuelo en sus escobas. La calle se estaba llenando de gente con las varitas a la vista, la mayoría con el pijama puesto, que miraban asombrados como el cielo se iluminaba con los cohetes y fuegos artificiales que los gemelos manejaban desde el cielo. Apenas se dieron cuenta de lo que pasaba niños y adolescentes salieron de sus casas, gritando alborozados mientras perseguían los animales mágicos y mitológicos que el par de hermanos hacían aparecer.

No se dio cuenta de quien lanzo la primera bola de nieve, pero cuando un par de niños empezaron a montar un muñeco de nieve noto que durante la noche había nevado y el pueblo estaba cubierto por un tupido manto de nieve blanca y pura. Unas cuantas personas se unieron a los niños en el juego, otros entraron a buscar ropa de abrigo y alguien empezó a repartir chocolate caliente entre la gente.

A su lado Harry lucia inexperto y vacilante envuelto en su capa, mirándolo fijamente. Tal como venía haciendo en estos años de guerra, en los que nunca había dejado de mirarle. Se sentó de nuevo, señalando el lugar a su lado para que le acompañara y se permitió devolverle la mirada abiertamente.

- Estos últimos años- empezó tomando la joven mano entre las suyas. En la zona entre el pulgar y el índice tenia una quemadura reciente y mientras la acariciaba se pregunto si la habría provocado él en el duelo - me he guiado por estrictas normas de conducta. Cuando un muchacho de diecisiete años dijo que me quería la moral y el sentido común me recordaron quien era y quien era yo, y cual era el camino correcto que debía seguir. Y mis principios me lo han estado recordando todo este tiempo, cosa nada fácil contigo persiguiéndome, obsesionado por llevarme a la cama.

- Me desespera ver como malinterpretas mis sentimientos- le reprocho

- ¿Lo hago?- en esta ocasión fue él quien lleno de recuerdos la mente del mas joven. Situaciones difíciles donde lo abordaba en zonas apartadas o Harry montaba en furiosas rabietas al no obtener lo que quería. Incluso le mostró una idea fugaz de si mismo encontrándoselo desnudo en su cuarto. Harry tuvo la decencia de enrojecer, aunque esa fue su única reacción.

- Así que ahora que he conseguido lo que quería debo dejarte en paz – afirmo mordiéndose el labio.

- No he dicho eso- apretó con mas fuerza la mano que retenía entre las suyas inspirando lentamente- La moral y el sentido común no evitaran que esta guerra me mate –le pidió silencio antes que el otro hablara- Es muy posible que pase, al traicionar al Lord pinte una diana sobre mi cabeza. Soy un objetivo. Ambos los somos.

Harry le devolvió el apretón con fuerza, mostrando una resolución y valentía en la mirada que le hizo comprender porque Albus y el resto del mundo depositaron sus confianzas en los hombros del joven.

- Esta guerra nos puede matar- continuo- pero vivir negándome lo que deseo, la oportunidad de estar contigo, verte y no tocarte es morir cada día.

La mirada que le devolvió Harry era tan intensa y sugestiva que tuvo que desviar la vista para no perderse en ella.

- Este tiempo de tregua es un regalo poco común- murmuro- Nosotros también deberíamos firmar una hasta que acabe la guerra, olvidar quienes fuimos, yo dejare la moral de lado y tú compartirás tu carga.

- ¿Y después de la guerra?

Recorrió el contorno del joven rostro con las yemas de los dedos, la piel tersa y firme apenas salpicada por unas ojeras fruto de largas noches de insomnio. Se sentía tan viejo a su lado.

-Soy mayor Harry. No se si sepa… si pueda hacerte feliz.

La mano de Harry se poso sobre la suya y tras mucho tiempo sin hacerlo, una pequeña sonrisa cruzo el rostro del niño que vivió.

- No deseo ser feliz. Solo quiero que me ames.





xXx




Los niños se habían calmado y comían pastel de navidad bajo los últimos cohetes que volaban por el cielo. Molly conjuraba una nueva provisión de chocolate caliente cuando sintió a su nieta mayor tirarle del abrigo.

- Feliz Navidad abuela- le sonrió la niña pelirroja sujetando su mano y dejando algo en ella- Santa me ha dejado caramelos en los calcetines.

Al ver los caramelos de limón el rostro se le desencajo por la sorpresa, tomo uno, sintiendo el escozor de las lágrimas al comerlo. Devolvió la sonrisa a la niña alzándola en brazos y dejo que las lágrimas corrieran por su rostro cuando su marido las envolvió en un abrazo.

- Feliz Navidad




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gabrielle62

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MensajeTema: Re: . Tregua . (One shot)   . Tregua . (One shot) I_icon_minitimeMar Oct 27, 2009 6:48 pm

No había leído nada tuyo hasta ahora, y me ha encantado este fic. ¿Tienes más? Me gustaría leer algo bueno antes de irme a dormir^^.
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Ela Snape

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MensajeTema: Re: . Tregua . (One shot)   . Tregua . (One shot) I_icon_minitimeLun Ene 31, 2011 2:40 pm

Esta Hermoso..!
Aunque Me Quede Con Ganas De Más..!
Jaja..!
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MensajeTema: Re: . Tregua . (One shot)   . Tregua . (One shot) I_icon_minitimeMiér Jul 08, 2015 8:29 am

T_T el sentimiento en este fic es tan fuerte que me has dejado muda. Me ha gustado mucho, me has dejado con ganas de verlos vencer, sobrevivir y vivir sus vidas...
Escribes precioso.
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MensajeTema: Re: . Tregua . (One shot)   . Tregua . (One shot) I_icon_minitime

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