Pareja: Severus Snape/Harry Potter
Clasificación: PG
Disclaimer: Todo pertenece a J.K Rowling y a Warner Bros.
Resumen:Respuesta al desafío de la Mazmorra del Snarry. "Sev, Harry y un almacén de pociones"
El armario de pociones permanecía cerrado, sellado a cal y canto. Protegido de los alumnos, o protegiéndolos a ellos, los peligrosos ingredientes que contenía -y que solo el hombre que los había guardado allí conocía a la perfección- languidecían en la oscuridad.
El olor a polvo y cerrado impregno sus fosas nasales, pero como siempre que esto sucedía otro aroma distinto se superpuso, alejando al primero de su mente. Era el olor del pasado, de un pasado que no regresaría. De una vida que perdió. Durante largo tiempo se entretuvo pasando los dedos por las estanterías sin importarle el polvo que levantaba o la mancha oscura que se formaba en sus manos. En ese tiempo su vista se adapto, reconociendo contornos en la penumbra reinante. No encendió una luz, nunca lo hacia. De esa forma los recuerdos llegaban más rápido.
Tanteo la estantería hasta tocar la escalera y sus labios besaron la madera, cuyo aroma estaba tan entrelazado a aquel que amaba.
- ¿Por qué tanto apuro, Potter?- susurro recordando una escena, un momento compartido en particular. Subió la escalera, que crujió, en protesta por el uso tras tantos años. Ni siquiera lo oyó, en su boca asomaba una sutil sonrisa al recordar la sorpresa cuando lo descubrió conversando con Karkarov.
Al descubrirlo se miraron. Karakarov se marcho en algún momento, pero no recordaba cuando ni como. Esa fue la primera vez que reparó en sus ojos, que se permitió perderse en ellos. Sabía que se exponía a recibir un castigo pero aún así se acerco confiado.
- Que gran actuación, fue inspirador lo que hizo en la prueba. ¿Utilizó branquialgas?
-Sí, señor.
-Ingenioso. Son bastante raras, las branquialgas.
Podría parecer un demente, solo en la oscuridad hablando consigo mismo y contestándose, pero a él no le importa. Repite el mismo proceso que en aquel instante, tratando de hallar consuelo en los recuerdos, en la repetición mecánica de cada palabra que cruzaron, visitando todos los lugares que compartieron juntos.
- Una planta difícil de encontrar…
Entre los tarros perfectamente alineados localiza el frasco que contenía veritaserum y lo toma.
Vacío.
Es imposible encontrar una gota en ningún rincón de Hogwarts, ya no se fabrica. Él dejo de hacerlo.
-Igual que esto. ¿Sabe qué es?- recita acariciando el frío cristal, y una sonrisa divertida se forma en su rostro al responderse- Burbujas, quizás…
La voz se le quiebra y las lágrimas se derraman. Únicamente a solas, rodeado de recuerdos se permite ser débil y mostrar su sufrimiento. Encorvado sobre la escalera, aferrado a ella con tanta fuerza que los nudillos adoptan la palidez de la muerte, convulsiona todo su cuerpo, temblando al contener los sollozos.
- Poción de la verdad…- continúa con la voz rota y desgarrada. Desciende hasta el suelo inseguro de poder sostenerse y temiendo caer. Sus manos llenas de arrugas y sus huesos viejos no son los de antaño - si vuelve a robarme algo… puede que aparezca un poco en su jugo de calabaza…
-No he robado nada...
Se desplomo junto a la puerta que tantas veces cerró en sus narices, ahogando en lágrimas el resto de su monólogo. Sabe que no hay nadie que le conteste, pero la esperanza es dura. Cruel y traicionera con un pobre anciano que vive a través de recuerdos.
Peleas… reproches… dos cuerpos amándose en una única, dolorosa ocasión. Y lo único que le queda son recuerdos y esperanza. La esperanza de que nunca es tarde para crear más recuerdos.
- Regresa a mí…
Suplica a la oscuridad del cuarto, rogando que alguna fuerza logre que su mensaje le llegue y pueda verlo y decirle lo que nunca se atrevió. Rogando que nuevamente lo encuentre en un almacén de pociones.