Leones y Serpientes (one shot)

Notas del capítulo:
Hola ¡Feliz día Papas!

Esta es la respuesta a un reto de la mazmorra, particularmente me gusta este shot y es dificil que yo me sienta bien con mis escritos. Espero que lo disfruten.

Espero que me haya salido paternal, aunque, no sé mucho de ello.
Leones y Serpientes
Al amor lo pintan ciego y con alas. Ciego para no ver los obstáculos y con alas para salvarlo.
Jacinto Benavente


Disclaimer: Los personajes pertenecen a JK Rowling, yo no gano absolutamente nada con esto, solo satisfacción y el comentario de algún uno que otro lector agradecido. La trama es una loca invención de mi cabeza, y si hay alguna semejanza con algún otro escrito, mera coincidencia.
Parejas: Severus Snape/Harry Potter.
Género: Aventura, Ciencia Ficcion, Romance
Clasificación: PG-13
Advertencias: Chan=Adulto/Menor, Mpreg=Embarazo Masculino
Resumen: Dos gemelos traviesos encerrados en el despacho de un anciano excéntrico pueden causar desastres y más cuando están propuestos a odiarse mutuamente. James y Severus, aprenderán una lección y sus padres tendrán que darle un pequeño empujón.
Notas de Autora: Respuesta al reto de la mazmorra por el día del padre, ¡feliz día papas! Me gusto mucho la idea de gemelos rivales, y más cuando tienen tantas características de sus padres, espero que ustedes lo disfruten.


´´´´´´´´´´´Snarry´´´´´´´´´´´´


Esa tarde en particular los pasillos estaban desiertos, James no le daba importancia, mucho de los profesores estaban en sus vacaciones de verano, y los fantasmas celebrando como siempre por cualquier razón sin sentido alguno. Aunque hoy podrían tener una mejor motivación.

Capturando por decima cuarta vez la pelota dorada que revoloteaba frente a él, alzo una exclamación de triunfo al mismo tiempo que llegaba a la escalera de caracol que les guiaba al despacho del profesor Dumbledore.

—¡Sí! no te irás fácilmente —discutió James con el objeto, con la seguridad que nadie iba escucharle. Más estaba equivocado. Guardando la pelotita en su bolsillo, escucho al otro chico decirle.

—Eso no te lo discuto —arrastro las palabras un joven de los mismo 14 años de James, pero mucho más alto y fornido, con una sonrisa de suficiencia pintada en el rostro y esa mirada terriblemente oscura, que tanto le inquietaba— Tú cerebro no es capaz de captar algo tan básico como lo es una snitch —desestimando importancia recorrió con la mirada a James, reprobando su vestimenta descuidada— Te estoy subestimando, la snitch es más lista que tú.

James puso mala cara y apretando los dientes avanzo los pasos suficientes para ponerse frente a él, tal vez sería más pequeño, pero era mucho más hábil que Severus en defensa contra las artes oscuras.

—¡Cállate! Mantícora venenosa —expresó James, mostrando su rabia y apartando la vista del otro, preguntó— ¿Qué rayos haces aquí, Seth?

—Abuelo quiere vernos a ambos, de otra forma de ningún modo estaría cerca de un Moke —respondió el otro, con la misma molestia y repugnancia que el otro muchacho.

—Bien —dijo el chico de la snitch casi mordiéndose la lengua para no seguir el ritmo de los insultos y obligarse a subir las escaleras con la serpiente tras de él.

No tardaron en apararse frente al anciano que dirigía el colegio Hogwarts de magia y hechicería. James sonrió sinceramente a su abuelo, consiguiendo el mismo gesto de vuelta, mientras que Severus movió la cabeza en señal de saludo y se sentó elegantemente en la silla frente al hombre mayor, esperando impaciente que le explicaran el motivo de la cita.

—Chicos me alegra verlos juntos y vivos... —dijo Dumbledore casi riendo, levantándose sin mucha apuro, empezó a decirles— Quisiera discutir con ustedes el presente que les daremos hoy a sus padres.

—¡Oh no! —se lamento Severus poniendo expresión de inmenso desinterés, mientras que James se sentó en su silla esperando escuchar ideas.

—¿Qué has pensado abuelo? Yo voy regalarle a papi una escoba Nimbus aérea 23, estoy seguro que le emocionara ese regalo pero a papá… —James miro a Severus con evidente disgusto y tuvo que reconocerlo— Tú lo conoces mejor ¿Qué le compraste?

Severus recupero su elegante pose y enviando una mirada fría a su hermano, respondió:

—Estoy seguro que apreciará la más reciente edición de historia del descubrimiento de mezclas y soluciones curativas —había ilusión en los ojos de Seth al hablar de pociones al igual que en los de su padre Severus. Bufó, eran idénticos, físicamente iguales y en cuanto a los pensamientos, parecían dos gotas de agua… Para él, agua sucia.

James debió mostrar mucho su disgusto en el rostro, porque su hermano retomo su labor de buscarle defectos.

—¿Has visto como llevas el cabello hoy? Parece que la señora Norris lo hubiese confundido con su bola de estambre —insulto el ojinegro, bufando de modo equivoco que resaltara su desaprobación. Su hermano era la réplica exacta de Harry Potter, su padre gestante, ojos verdes, cabello rebelde y un imán de problemas.

—No es tu problema, mírate la narizota grande que tienes antes de hablar —contesto el ojiverde intentando no sentirse ofendido. Sabía que su cabello era un desastre.

—Al menos ni nariz no arruina pociones, fracasado —contesto Severus sin sentirse amedrentado.

—Pues mi cabello no espanta a las chicas —replico James sonriendo exitosamente.

Albus cansado del intercambio de insulto, se aclaro la garganta, obteniendo la atención de los jóvenes y retomo el motivo de su cita.

—Chicos concentrémonos en sus padres —recordó el mayor, logrando silencio en su despacho— Ellos me han dejado muy claro que es lo que más desean…—Albus se detuvo al ver la chimenea resplandecer, poco después la voz de minerva se escucho en el despacho.

—Albus, ¿Podrías venir a mi despacho? Es un asunto delicado —informo la subdirectora, cancelando la comunicación de forma inmediata, mientras que Albus suspiraba y le decía a los chicos.

—Ya vuelvo, no destrocen mi oficina… Y no toquen nada —pidió el director, saliendo apresuradamente rumbo al despacho de su colega.

Severus se levanto inmediatamente y fue hasta la ventana, buscando alejarse de su hermano. Le molestaba su presencia en cualquier lugar del planeta.

James no se sintió decepcionado por las acciones de su hermano, camino hasta la mesa de dulces, buscando grageas.

No estuvo seguro de que causo el estruendo, seguramente había pisado alguna especie de trampa, pero pronto se dio lanzado lejos de las grageas y la puerta de un armario de abrieron de par en par, mostrándole a los dos chicos un reloj que giraba y giraba de forma casi hipnótica.

James se levanto del suelo sin ayuda, no es que alguien fuera a prestársela, frotándose la cabeza con un dolor punzante en el cuello. Había sido enviando a la esquina opuesta, gracias a Merlín que su trasero había dado contra cortina de la ventana de la cual se aferro fuertemente y pudo caer con algo de decoro.

Para ese momento Severus estaba frente al objeto mirándolo analíticamente, como si fuera algo tan fascinante y al mismo tiempo peligroso.

—¿Qué es? —preguntó James con ansiedad, mirando la característica forma de reloj de arena, pero de gran tamaño y unas perillas que daban vueltas constantes. Había una especie de brillo a su alrededor que la hacía atrayente.

—¿No lo sabes idiota? —respondió el otro cortante, James frunció el ceño y se reprendió mentalmente por preguntar. Severus sin dejar de mirarlo, exclamo— ¡Es fascinante!

El ojiverde ni corto y muchos menos perezoso, alargo la mano deseando tocarlo, estaba seguro que la sensación sería tan prodigiosa como ver el objeto en sí.

Nada y nadie lo detuvo, sintió el calor invadiendo su cuerpo, el brillo aumentar y rodearlo, fue cuando Severus se percato y grito alarmando.

—¡James no! —Tomándolo del brazo e intentado apartarlo de la luz, pero estaba fundido a ella y no mostraba intenciones de liberarlo. Seth suspiro y maldiciendo por lo bajo, se aferro a su hermano dispuesto a reprenderlo después que el viaje hubiera concluido. Merlín los acompañara.



:;:;:;:;:;:;Snarry:;:;:;:;:;:;:;


James se vio lanzado al aire por segunda vez en el día, logrando aterrizar en el frio y duro suelo, emitiendo un grito de dolor involuntario, mientras que Severus aterrizo con galantería a pocos pasos de él, tenía su varita en la mano. Encantamiento de levitación. ¡Qué estúpido era por no recordarlo!

—¡Mira lo que lograste Gryffindor Ignorante! —Insulto Seth sin contenerse, evaluando con cuidado el lugar donde se encontraban, parecía el mismo despacho pero estaba seguro que no lo era.

James se puso de pie con mucho esfuerzo y dando un vistazo al despacho, no vio nada fuera de lugar, excepto el extraño objeto que no estaba en ningún lugar.

—Nada ha pasado serpiente, deja de escupir veneno —pidió intentando masajear su adolorido cuello.

—¡Claro que ha pasado! Era un gira tiempo, insensato, ¡gira tiempo! Estamos quien sabe cuántos años atrás —informo el otro mirando a través de la ventana, los jardines solitarios.

—Pues debiste decírmelo ¿Cómo se suponía que iba saberlo? —cuestiono James asustado a su hermano, no le gustaba la idea de estar en los tiempos de guerra. Sus padres le habían hablado mucho al respecto como eran las cosas antes.

—Pensé que lo sabías… Cualquier chico de primer curso lo sabría —respondió el ojinegro, impresionado por la poca cultura de su hermano.

—¡Gorgonas Galopantes! Estamos metidos en un buen lio —dijo James mirando al lugar con aprensión.

—¿Disculpa? —Interrumpió Severus deseando dejar algo muy claro— Tú estás metido en una grande, que estemos aquí es tu culpa.

—Cierto, tú eres el chico maravilla —dijo con sarcasmo James, mirando de mala manera a su hermano— Nadie tu invito a acompañarme.

—Espero que tengan una buena explicación de su presencia en este despacho jovencitos —habló una tercera voz que ambos reconocieron como la de su abuelo Albus.

—Abuelo —susurro James sin medir consecuencias, Seth lo dio un golpe en las costillas que le robo el aire, como manera de reprenderlo. Severus solo era unos minutos mayor.

—¿Quiénes son ustedes jóvenes? —preguntó el mayor, evaluándolo con la mirada, era obvio que algunos rasgos se le hacían muy conocidos.

Severus dio un paso adelante y con seguridad en cada palabra pronunciada, dejo clara su procedencia.

—Somos James —señalando a su hermano— Y Severus Snape Potter, sus nietos y alumnos de esta escuela, aunque seguramente dentro de muchos años —Seth envió una mirada peligrosa a su hermano y le culpo sin dudar— Mi hermano uso su gira tiempo del armario.

—¡Oh Merlín! —susurro el anciano pasándose una mano por la cara con expresión de cansancio, asombrado por la revelación.

>>—Esto me crea un gran problema —afirmo el hombre de barba blanca, caminando hasta la chimenea mientras apretaba su cabeza como si fuera a estallarle— estamos a horas de la batalla final, es un riesgo tenerles aquí.

James tembló y no le importo que Severus bufara incrédulo por su temor, aunque fuera un Gryffindor sabía lo suficiente de la guerra para no querer estar ahí.

—Abuelo lo lamento mucho, no sabía lo que era ¿Podemos irnos? —preguntó mirando al anciano con disculpa implícita.

Albus suspiro y negó terriblemente afligido, caminando hasta lograr poner una mano en el hombro del muchacho quien se estremeció, aseguró.

—Para regresarlos debemos esperar las doce campanadas del día de mañana a esta misma hora, antes es imposible. Y para mañana la guerra espero que haya finalizado. Podría no haber nadie que los llevara de vuelta —manifestó su problema Albus.

—Si lo habrá —resalto Severus lo obvio— estamos aquí ¿No? Ganamos.

—Pero han regresado, no sabemos cuánto afectara su viaje al futuro —cuestiono Dumbledore con pesadez.

—¡Oh no! Lo lamento —volvió a repetir James sintiéndose excremento, siempre actuando con insensatez.

—Tranquilo chico, si Merlín nos ayuda las cosas saldrá bien —tranquilizo Albus, sonriendo a los chicos, suspirando nuevamente, les pidió— acompáñenme al gran salón, creo que ya que están aquí debemos disponer de algunos miembros de la orden a protegerles. Después de todo son los hijos de los dos hombres que considero mis hijos.


:;:;:;:;:;:;Snarry:;:;:;:;:;:;:;

Albus le dio paso al gran comedor, mostrando la misma seguridad y presencia que tendría años después.

Las miradas se centraron en ellos, había rostros conocidos. Draco, Hermione, Sirius, Remus, Minerva, Neville, Alastor, Kinsgley, Tonks y Ron a quien solo conocían por recuerdos de su padre.

James rápidamente dio con su padre Harry, quien discutía con Alastor sobre los lugares donde estarían ubicados los equipos de ataque y defensa, mientras que Seth rápidamente dio con su copia exacta, Severus, que no estaba muy lejos de donde estaba ahora, ultimando los detalles de los encantamientos de defensa del castillo con Minerva.

—Perdonen que les interrumpa —gano la atención del grupo Dumbledore, hablando con voz recia— Pero hemos ganado compañía, no deseada, pero ahora nos aseguraremos que estén sanos y salvos hasta mañana al atardecer.

>>—Ellos son James y Severus, creo que rápidamente sabrán descendientes de quienes… Nos visitan del futuro, nos unos chicos muy problemáticos —Severus gruño por ser llamado de esa forma, mientras que james sonrió avergonzado.

—¡Oh por dios! Es idéntico a Harry —señalo Hermione lo obvio, mientras apuntaba a James, quien le dirigió una sonrisa a su tía.

—¡Qué gran deducción Mini! —murmuró Seth con malicia mirando a la chica analíticamente, realmente su tía Hermione fue una adolescente muy guapa.

Hermione no se sintió ofendida porque a pesar de la respuesta cruda, fue daba con un tilde de cariño.

—Pues el otro es una versión empeorada de Snape —señalo Ron riéndose a carcajadas, ganándose la mirada de desprecio del maestro y su hijo.

—¿Qué está sucediendo Albus? —preguntó el Severus mayor, sin dejar de ver a los chicos con desconfianza.

—Pídele explicaciones a tus hijos… Son ellos los que han violado todas las reglas ¿A quién me recordara ello? —señalo el director enviando una mirada a Harry que estaba petrificado junto a Moddy.

—¿No está insinuando…? —preguntó Harry recuperándose y mirando a los jóvenes con detalle.

—Es más que obvio.

Severus sin pensarlo dos veces saco su varita y bombardeo a los chicos de encantamiento contra hechizos de apariencia, pero nada cambio.

—Somos tus hijos, papá —expreso Severus acomodándose en una banqueta de la mesa de Slytherin— Ponme un caldero en frente y te lo demuestro, ahora James… —evaluó a su hermano y concluyó—mátalo, es un inepto.

James se harto y tirando su varita arrebato contra su hermano tirándolo de la silla y levantándolo del puño de la camisa, mientras le gritaba.

—¿Qué tienes contra mí? —soltándolo James notó lo exaltado que estaba, miro a los otros con disculpa, nadie había reaccionado, después enfrento los ojos disgustado de su hermano— Que no sepa usar un caldero no me convierte en un inepto.

Seth atrajo hasta su mano la varita de James y entregándosela, respondió con amargura.

—Tampoco sabes usar la varita, eres un mago de pacotilla —Seth estaba lívido de furia, apartando la mirada de James como si no valiera la pena, volvió a su padre.

>>—Lo siento padre, los Gryffindor son unos niños, por su culpa estamos aquí, así que en el futuro recuerda castigarlo a él —señalo Seth la situación, frenando frente a su padre, dejando que pudiera apreciar el negro de sus ojos que nadie más tenia.

James empezó a gimotear, ellos siempre estaban discutiendo, pero los insultos nunca habían llegado tan lejos, realmente no entendía que estaba mal. Eran una familia feliz, sus padres se amaban. No se suponía que fuera así.

Las velas empezaron a explotar y la sillas a temblar, fue cuando Harry tomo partida acercándose a James y susurrándole al oído.

—Tranquilo, tranquilo, nada de eso ayudara… —pasando sus manos por la espalda del joven, quien intentaba tranquilizarse.

James levanto su mirada, haciendo que Harry se encontrara su reflejo de sus ojos en los del jovencito, pudo ver el dolor que había en ellos impreso.

—Lo odio, lo odio mucho —aseguro el Gryffindor, con las manos cerradas en un puño, seguro de que en cualquier momento se desvanecería, el dolor en su cuello estaba empeorando.

James se aferro a su padre, cerrando los ojos fuertemente y deseando volver a ser pequeño y cambiar algunas cosas.

—Te quiero, papá —susurro recordándolo, para caer rendido al cansancio en los brazos de Harry.

Harry lo sostuvo con esfuerzo, hasta que Remus se acerco y lo ayudo, levitando al joven y dejándolo frente a ellos inconsciente. Llamando a Pomfrey para empezar a revisarlo.

—¿Qué se supone que está sucediendo aquí? —preguntó Harry molesto, sin poder creer que esos dos jóvenes afirmaran odiarse.

Seth miraba a su hermano con aprensión estaba tan lívido que Harry temió que fuera a colapsar al igual que el joven.

—De verdad me odia… —El chico parecía afectado, se aferro a las túnicas de su padre mayor, buscando contacto para el asombro de Snape, quien seguía sin comprende la situación— Yo… Él me odia, no quería que me odiara… Lo sentí aquí —el chico se llevo las manos al corazón, eran gemelos compartían mucho del otro— Papá no dejes que me odie —pidió abrazándose a Severus desesperadamente.

Severus en contra de sus instinto naturales, aferro al jovencito a su cuerpo, y mientras retiraba el cabello del rostro del muchacho, le susurró.

—No tengas miedo, es tu hermano. Te perdonara si sinceramente estas arrepentido, todos los Gryffindor son sentimentales. ¿Recuerdas? —le expuso Severus lógicamente el muchacho, quien dejo al drama y compuso su actitud.

Seth se enfrento a los ojos verdes enojados de su padre gestante, tembló. Sabía lo que le espera cuando Harry le miraba de esa forma.

>>—Lo siento, no quise hablarle así…Perdóname Papá, siempre arruinamos días como este, se suponía que comeríamos pavo y ustedes nos harían sentir asco con sus arrumacos, no que meteríamos la pata así, porque yo debí impedírselo. Soy el mayor. ¿Él está bien? —Preguntó mirando con temor a su hermanito menor.

Remus quien junto a madame habían estado examinándolo, asintieron, cosa que relajo al ojinegro.

—¿Realmente somos sus padres? —preguntó Harry sin poder asimilarlo aun.

—Sí —Seth abrió los ojos comprendiéndolo— Lo siento, yo pensaba que estaban juntos ¿Aún no están enamorados? —preguntó temiendo haber metido la pata.

—No, y no creo que eso vaya pasar jamás —respondió Severus masajeándose la sien, su relación con Potter era cordial, pero tan mala como siempre.

—Pues sí va pasar… —dijo James quien acabada de volver en sí con un enérvate, se llevo una mano a su cabeza que había sido vendaba por la enfermera, que le miraba considerada—Al menos lo espero, porque somos una familia feliz. Ustedes se aman.

—Es cierto y lo mejor aparte de ser los héroes de esta guerra que han hecho, es quererse, del resto. Harry es un completo desastre —señalo Seth son una risilla, recordando lo torpe que llegaba a ser su padre.

—¡Oye! Pues tú “querido” papa Severus, no es mucho mejor, metido entre humos y calderos, es mejor lo que papa Harry hace, volar, aire fresco, admiradores… Rata de biblioteca —ofendió James, ya conforme con que la situación con su hermano no mejoraría.

Seth hizo algo que jamás había hecho, corrió abrazar a James quien le miro como si un bicho raro le hubiese picado.

—Me alegra que estés de vuelta Moke, no vuelvas asustarme así —reprendió Seth mientras le daba una sonrisa y delineaba los rasgos de su cara.

—¡Estúpida Mantícora! No te dejare el camino libre —juro James sonriendo de vuelta a su hermano, por primera vez consciente del juego detrás de toda esa peleadera. Realmente había más. Un amor que se haría presente en las dificultades.

—Más te vale, ganarte sería demasiado fácil —respondió autosuficiente Seth.

—Pues si tienes la misma suerte que con el Quidditch, entonces siento pena por ti hermanito —se vanaglorio James, revolviéndose el cabello en un gesto inconsciente.

—Eres la copia exacta de Harry Potter —expreso Severus ganándose la mirada de todos, el hombre no se dio por aludido y siguió hablando a los jóvenes— estamos en pie de una guerra, ustedes deben esconderse y creo saber donde ¿Qué tal el escondrijo suyo del séptimo piso, Potter? —sugirió Severus, mirando al Gryffindor que le observo en el mismo segundo y asintió complacido con la sugerencia.

—Allí nos los encontraran a menos que hagan la pregunta exacta y dudo que alguien más de nosotros se imagine algo así —susurro Harry mirando con interés al joven que tenia los mismos ojos negros de Snape, se veía tan guapo con su cabello largo y peinado. Claro, Snape también vestía y se peinaba del mismo modo, enviando una mirada a su maestro. Sí, bueno… Definitivamente era un hombre atractivo ¿Sería posible?

—Síganme… —demando Severus, tomando a los jóvenes del brazo y guiándolos a través de los pasillos como a niños pequeños. Harry fue tras de ellos con expresión de diversión.


:;:;:;:;:;:;Snarry:;:;:;:;:;:;:;


Una vez en el lugar que resulto ser una habitación cómoda y no una mazmorra como hubiese supuesto en un principio por venir de Snape, los chicos estaban frente al maestro escuchando sus indicaciones.

—Ni se les ocurra abandonar este lugar durante la noche, mañana vendremos a sacarlos de aquí, si alguien llegara a entrar que no fuéramos nosotros, entonces… escóndanse, solo usen la varita si los atacan directamente —indico Severus concientizándolos de cuan peligroso podría ser.

—Estaremos bien, lo cuidare —Afirmo Seth a su padre, sin duda, James bufó, como si no supiera defenderse, pero de alguna manera enternecido no replico.

—Chicos tal vez es hora de legar un objeto de gran valor que me dejo mi padre —empezó a decir Harry, agrandando la capa que saco de sus bolsillos se le dio a los chicos, explicándoles— Es una capa de invisibilidad, si alguien viene, escóndanse con ella, les aseguro que no los encontraran.

>>—James, a ti aparte quiero entregarte el mapa del merodeador, te será útil cuando estés nuevamente en su casa, podrás hacer travesuras sin ser descubierto —Harry guiño el ojo, mientras se lo daba. James sonrió agradecido y lo miro, intentando abrirlo— Debes decir “Juro solemnemente que mis intenciones no son buenas” Tal vez esta noche con él puedan saber cómo terminan las cosas para nosotros.

—Terminaran bien —aseguro Seth, tomando las manos de Harry, las llevo hasta su pecho, temeroso— Sé que no pueden saberlo, pero ustedes juntos tendrán la vida que tanto han deseado y eso solo lo conseguirán si sobreviven esta guerra.

—Además, es cierto que nosotros no somos perfectos y muchas veces hemos arruinado buenos momentos, pero hay cosas buenas… —James miro a su hermano y admitió— Severus es un experto en pociones como papá, se ha ganado una beca con solo 14 años para ir Universidad Internacional de Pociones y aunque es patéticamente más sarcástico que papá —James miro a Severus con amor y respeto— Mucha veces su mismo ingenio nos hace reír y cuando quiere puede hacer cosas buenas como intentar que yo aprenda pociones.

Severus se acerco a su hermano, halagado por esas palabras y se dio cuenta que era su turno de ser sincero.

—James es patético —el nombrado rio de sí mismo— Es desordenado y un inepto en Herbolaria y Pociones, pero nadie sabe más de defensa y encantamientos que él… Le gusta volar y hacer cosas ridículas como abrazarte… Eso hace que nuestra familia sea equilibrada, porque papá y yo somos Slytherin, pero papa Harry y James, ellos son los Gryffindor modelos, cariñosos y siempre dispuestos a sacrificarse.

>>—Vale la pena ganar —concluyo Seth mirando a Severus y Harry que no apartaban la vista de ellos, complacidos.

—Lo haremos, ¡Ganaremos! —aseguro Harry abriendo sus brazos para recibir a los jovencitos, ellos no eran mucho menores que él, pero aun así sentía un instinto protector que iba más allá de lo explicable.

James corrió hasta él gratamente, mientras que Severus lo hizo al ver los ojos negros que le reprendían desde la distancia. Harry abrió sus ojos y sin hablar expreso a Severus que se uniera al abrazo, quien dejando todos sus cuestionamientos de lado. Encerró entre sus brazos a las que serian las tres personas más importantes de su vida.

:;:;:;:;:;:;Snarry:;:;:;:;:;:;:;


Las campanadas empezaron a sonar y tanto James como Seth se levantaron sobresaltados, ambos se había rendido ante el cansancio a horas tardías de la noche cuando la guerra no había culminado. Gratamente sonrieron al ver a Harry y Severus frente a ellos.

—Están bien… —susurro afirmativamente James, corriendo abrazar a Severus, quien lo sostuvo ya acostumbrado a los arranques de los jóvenes.

Seth se dejo envolver con Harry quien no tardo en jugar con su cabello, como si fuera un chiquillo. Tal vez lo sintiera así.

—Gracias por vivir —expreso Seth aferrándose más fuertemente a Harry y clavando sus ojos negros en los verdes que se mostraban cansados y afectados por la perdidas— Vale la pena… Me gustaría ser un poco parecido a ti, tan valiente y temerario, pero es algo más semejante a James.

—Claro que no, tú eres idéntico a Severus y él es el hombre más valiente que he conocido —afirmo Harry, volviendo a envolver a su hijo entre sus brazos.

James sonrió mirando a Severus que tenía su vista puesta en Harry, como si por primera vez en la vida estuviera observándole. Hermoso y sincero como solo él podía ser.

—Debemos irnos, para la última campanada debemos estar en el despacho del director —señalo james, rompiendo la magia del momento, pero era necesario.

—Vamos —dijo Harry pidiendo polvos flu y lanzándolos a la chimenea de la habitación mientras decía su destino.

James aprovecho que estaba a solas con Severus y expreso su propio temor.

—Papá júrame que no me vas querer menos por ser tan distinto a ti, sé que nos soy bueno en pociones, pero… puedo aprender —intento remediar James, sacando a flote cuanto temía no ser querido por su padre.

Severus comprendió todo rápidamente y agachándose, situándose a la misma altura de su hijo, le aseguró, sorprendiéndose de cuan decidido estaba en ello.

—No quiero que intentas cambiar lo que te gusta ser, yo te voy a querer igual… es más estoy seguro que te querría por solo tener tanta chispa como Harry —mirando los profundo e interminables ojos verdes de James, aseguró— Si en verdad tanto lo amo… Sera tu parecido una razón más para quererte, eres la imagen constante del hombre que trajo felicidad a mi vida y eso tiene mucho significado, así que no te abrumes por no tener cosas en común conmigo. Mi amor será incondicional.

—Gracias Papá —susurró James sin dudarlo más y abrazándose al hombre, entraron a la chimenea rumbo al despacho de su abuelo.


:;:;:;:;:;:;Snarry:;:;:;:;:;:;:;


La vuelta no fue tan traumática como la partida, esta vez Severus le sostuvo antes de que cabeza diera contra el piso y James agradeció el gesto con una sonrisa.

—¿Así que aprendieron algo importante? —Preguntó Harry mayor que estaba sentado en el mismo sitio que James en su momento, mientras Severus permanecía de pie cerca de la mesa de grageas, mirándoles intensamente.

—Sí, habíamos estado buscando cosas en nosotros mismos que no tenían importancia, defectos, cualidades para sentirnos bien y ustedes siempre nos han querido por lo que somos, sin más o sin menos… Yo metiéndome en problemas y Severus sacando notas perfectas ¿No es así? —expreso James, corriendo hacia su padre, que beso su frente y respondió.

—Por supuesto mi niño, yo no quiero nada distinto en ti, el mejor regalos que ustedes podían hacernos eran aceptarse, como son y de ahora en adelante, en vez de disputarse sus habilidades, compartirlas y enaltecerlas como los hermanos que son —murmuro Harry mirando amorosamente a Seth quien estaba acurrucado entre las túnicas de Severus.

—Por cierto James, estas castigado y tú Seth nada de pociones por una semana, fueron irresponsables—reprendió el ojinegro mayor, ganándose los reclamos de los jóvenes. Severus miro a Harry quien se levanto, llevando a James aun abrazado a sí.

—Ya basta de castigos, hoy es un día especial, nuestro día como padres—recordó Harry a Severus, besándole.

—¡Puaj! —gritaron James y Seth al unisonó, corriendo escaleras abajo del despacho, mientras intentaba alejar la imagen de su mente.

Harry sonrió a Severus y consciente de que sus hijos ya estarían lejos, afirmo.

—Ese día ellos hicieron más de lo que imaginaron… Nos unieron para siempre, hubiera sido imposible de no ser por esos chicos problemáticos.

—Sí, dignos del apellido Potter —aseguro Severus acercando a Harry más a su lado.

—No puedo castigarlos como merecen, porque les estoy agradecido, ellos te trajeron a mi vida el día más terrible de mi existencia y cambiaron totalmente mi destino, me hicieron un hombre feliz —susurro Harry acurrucándose en el pecho de su marido, como si temiera perderlo.

—Dos hombres felices… Porque yo empecé amarte desde que vi reflejado en otros ojos el amor que algún día sentirías por mi —Severus aspiro el aroma del cabello de Harry y viendo como el sol se ocultaba a través de la ventana, reconoció— Fue un buen regalo.

—Somos dos anegados padres —respondió Harry orgullosamente, conforme con las caricias en su espalda.


:;:;:;:;:;:;Snarry:;:;:;:;:;:;:;


Momentos después, Harry y Severus encontraron a sus hijos sentados en la mesa de sus respectivas casas, seguramente esperándoles para cenar.

James tenia sobre su estomago y sujetada firmemente entre sus manos, una escoba que Harry reconoció como la más moderna del mercado. Ahora su hijo dormía plácidamente con la boca abierta y tirado en la banca de la mesa de Gryffindor. Parecía muy cómodo en su abandonada posición.

Severus por su parte, estaba sentado apropiadamente en su silla, pero dormido sobre sus brazos cruzados, a su lado la nueva edición de la historia del descubrimiento sobre mezclas y soluciones curativas. Estaba en su sueño profundo.

Ambos jóvenes por separado habían hecho una gran elección para uno de sus padres, pero juntos, formaban el regalo ideal.

Harry fue con James y soltó la escoba que estaba sujetada firme entre sus brazos mientras que Severus tomo el libro de la mesa donde estaba Seth.

Ambos leyeron al mismo tiempo.

Feliz día Papá, te amo

Juntos o separados esa verdad era única e irrefutable y entre cualquier cosa lo más importante.

Fin



:;:;:;:;:;:;Snarry:;:;:;:;:;:;:;
Notas finales:
Notas de autora:

Creo que me excedí, bueno, ¿Cómo se controla a la inspiración? Espero que les guste esta historia, realmente disfrute con esos gemelitos.

Aclaro, llamaba a uno de los gemelos Seth porque así lo apodan para no confundirlo con el Severus mayor, porque su nombre real es Severus Brian Snape, James espero que no existiera confusión, así que deseo que no se hayan enredado mucho con esto de los personajes. Estoy convencida que el principio pensaron que sería algo de los merodeadores, por James y Severus.

Por cierto, dejo la referencia de lo que es las criaturas mágicas: Moke y Mantícora.

Mantícora
Clasificación del MM: XXXXX
La mantícora es una bestia griega sumamente peligrosa. Posee la cabeza de un hombre, el cuerpo de un león y la cola de un escorpión. Tan peligrosa y rara de encontrar como una quimera, la mantícora es conocida por canturrear suavemente mientras devora a su presa. La piel de la mantícora repele casi todos los encantamientos conocidos y la picadura de su aguijón causa una muerte instantánea (AF).

Moke
Clasificación del MM: XXX
El moke es un lagarto verde plateado que alcanza veinticinco centímetros de largo y se encuentra por todo el Reino Unido e Irlanda. Tiene la habilidad de encogerse a voluntad y, en consecuencia, nunca ha sido detectado por los muggles.
Su pies es muy apreciada en la comunidad mágica para la fabricación de carteras y monederos, porque el material escamoso se contrae cuando se acerca un desconocido, justo como hacían los verdaderos dueños de la piel con su cuerpo. Los monederos de piel de moke son, por lo tanto, muy difíciles de localizar para los ladrones.

Bueno, saque la información del diccionario de magos, que es como una biblia mágica para los escritores de este fandom, en muchas ocasiones. Jeje…
¿Notaron que mate a Ron? es un trauma que me dejo Araleh por su última historia, jeje… Matarlo antes de que fastidie el Snarry.
Gracias por leer.

Valethsnape.