alisevv
Cantidad de envíos : 6728 Fecha de nacimiento : 15/01/1930 Edad : 94 Galeones Snarry : 241687 Fecha de inscripción : 08/01/2009
| Tema: Death Eater takes a Holiday. Capítulo 11, Mojado Dom Abr 12, 2009 3:18 pm | |
| Death eater takes a holiday Capítulo 11Mojado Harry se echó a reír ante la visión de Sev arrastrándose fuera del lago, con pedazos de vegetación colgando de su ropa y cabello. El Slytherin se estremeció al tiempo que un tentáculo del calamar gigante pasaba rozando sus piernas. Harry rió aún más fuerte, ganándose una mirada de furia. El chico estaba dando los últimos pasos hacia la orilla cuando su expresión cambió de conocimiento repentino a enojo. Harry lo vio inclinarse y hundir la mano en el lago, preguntándose porqué, cuando vio a Severus enderezándose de nuevo, llevando con él su zapato lleno de la mugre del fondo del lago.
En este punto, el Gryffindor explotó de risa, cayendo al suelo mientras se agarraba los costados, sin preocuparse lo más mínimo cuando el fangoso zapato lo golpeó. Severus se paró en medio del terreno, con un zapato en un pie y un embarrado calcetín medio salido en el otro, observando a la histérica figura que se retorcía en el suelo. Harry extendió su mano hacia él; una pequeña sonrisa se formó en los labios del chico de ojos negros, quien también tendió su mano para ayudarlo a levantarse.
Pero Harry tenía otros planes y lo jaló hacia el terreno. Antes que Sev pudiera orientarse, el otro se había dado la vuelta, llevándolo con él. Con el sol iluminando detrás de él, el rostro de Harry tomó una calidad casi etérea. Con la manga de su túnica, secó el rostro de Severus y lo atrajo en un apasionado beso. Al Slytherin no le importó si no volvía a respirar nunca más; su chico lo besaba con dureza, apartándose sólo para jadear por aire y zambulléndose nuevamente. No existía una batalla por dominación; Harry estaba reclamando la boca bajo la suya con intensidad.
Después de algún tiempo, el chico de ojos verdes abandonó sus amígdalas para atacar su largo y esbelto cuello.
—Pensaba que no conseguiría besarte hoy—jadeó Sev.
—Mmm—convino el otro—. Nada personal, pero tu cuello sabe como el agua del lago—bromeó.
—No puedo creer que el Director me haya hundido en el lago. Pensé que iba a mandarme un obliviate. ¿Crees que todavía esté enojado?
Harry rió entre dientes.
—No creo que estuviera demasiado enojado para empezar. Estaba preocupado porque ibas a maldecir a Ron. Y pensándolo, era la primera vez que ustedes estaban divirtiéndose juntos en días—Sev bufó—. Me sorprendió un poco que Dumbledore pudiera ser golpeado de ese modo. No es que me haya sorprendido que protegiera a Ron, pero hubiera esperado que te bloqueara o algo así; después de todo, él derrotó a Grindelwald.
Severus sonrió y se apoyó en un codo.
—Fácil—explicó—. Los hechizos de bloqueo que has aprendido en la escuela impiden todo tipo de hechizos, o la mayoría, dependiendo de cuan fuerte es tu magia en comparación con la del que te está atacando, pero hay mejores hechizos bloqueadores para usar en batalla.
>>Digamos que yo llego y te veo en un duelo en el que has bloqueado hechizos para protegerte. Pero veo que un mago poderoso llega y también te ataca. Hay hechizos que yo podría usar para ayudarte, pero no si me has bloqueado a mí también—Harry asintió, en señal de que hasta ahora entendía—. Si utilizaras un hechizo bloqueador que sólo interceptara maldiciones y hechizos, pero que permitiera aquellos hechizos provechosos o al menos, inofensivos, estarías protegido y no utilizarías tanta energía al lanzarlo. Si yo hubiera tenido la intención de herir a Ron, Dumbledore nunca hubiera sido golpeado por mí.
La sonrisa de Harry se amplió. Severus había explicado todo eso sin darse cuenta que ni siquiera debería tener esa información a su edad.
—¿Qué?
—Supongo que Dumbledore permitió que conservaras recuerdos importantes.
El otro sonrió al comprender.
—Hombre listo.
El Gryffindor le hizo un guiño y retiró una cosa verde y fangosa de su cabello.
—Creo que ahora necesitas una ducha real—comentó, levantándose y jalando a Severus con él.
—Hablando de cuan inteligente es Dumbledore, me sorprende que nos dejara solos. Ha estado vigilándome muy cuidadosamente—caminaron lentamente hacia las duchas—. Es casi como si estuviera dándonos su permiso al dejarnos solos de esta forma, pero ha estado vigilando demasiado cerca como para que ése sea el caso. No creo que esté seguro de si eres gay o no.
—Creo que no quiere arruinar ninguna oportunidad de que seamos amigos, así que no nos separará completamente—razonó Harry, en el momento que llegaban a la entrada de las duchas—. Deberíamos lanzar un hechizo para cerrar la puerta.
Harry se detuvo cuando un trapeador lo golpeó en los zapatos y Sev siguió caminando hacia él. Pudo sentir como el Slytherin presionaba contra su cuerpo y su polla se endureció como respuesta, a pesar del hecho que acababa de caminar hacia Filch. Por un momento, se perdió en sus pensamientos:
En vista que cada vez que veía a Filch con un trapeador Severus presionaba su erección contra él, ¿podría esto comenzar a convertirse en una enfermiza perversión sexual? ¿Tendría la vista de los trapeadores ese efecto sobre él en los años por venir?
Sacudió esos pensamientos de su cabeza cuando se dio cuenta que Filch estaba hablándoles.
—No necesitan hechizar las puertas, chicos. Me aseguraré de que las damas no entren. Apresúrense, la comida será servida muy pronto.
Se sonrieron uno al otro, entrando en la gran habitación con una fila de regaderas. Filch los ignoró y se quedó cerca de la puerta, secando los restos de agua de la lucha y manteniendo alejadas a las posibles chicas.
Sev eligió la ducha ubicada frente a la de Harry; estaba bastante lejos de ella pero tenía buena vista. Estaba cerca de la puerta, de modo que si Filch miraba hacia allí, podría verlo a él, pero Harry estaba oculto tras una pared. El Gryffindor tomó plena ventaja de ese hecho. Severus se quitó la ropa y miró alrededor para buscar el jabón. Harry había comenzado un strip tease. Para el momento en que, luego de encontrar el jabón, el Slytherin levantó la vista hacia Harry, éste tenía sus jeans abiertos y colgando seductoramente de sus caderas. Mientras se deshacía de su franela, los brazos sobre la cabeza, los pantalones se deslizaron unas pulgadas más abajo por esas deliciosas caderas. La piel sin marcas, una línea tan delgada… Sev hacía lo imposible para no abalanzarse sobre él. Todo lo que podía hacer era admirar la maravillosa figura frente a él, con una mirada ocasional hacia la puerta para asegurarse que Filch estuviera ocupado.
Con la ropa finalmente fuera, Harry comenzó a lavarse, y vaya que lo hacía. Frotó el jabón lentamente por todo su cuerpo, dando especial atención a su endurecida polla. Se dio la vuelta y lavó lentamente el frente de sus piernas, agachándose hasta alcanzar sus tobillos, obsequiando una imagen perfecta de sui firme trasero. Sev continuó con el champú, procurando dar la espalda hacia la puerta para bloquear la vista de su atroz dureza. Estuvo tentado a lanzar un hechizo de silencio cuando empezó a gemir ante la visión que tenía frente a si. Harry se paró bajo el agua, acariciando su cuerpo con el jabón, mientras se masturbaba a si mismo.
Sev no podía apartar los ojos de ese cuerpo, observando su boca ligeramente abierta en un gemido, los ojos verdes que en ningún momento se alejaron de él, la mano que enjuagaba deteniéndose para pinchar un pezón mientras con la otra mano continuaba masturbándose. Era una tortura, y sabía que Harry realmente estaba disfrutando el torturarlo. Mientras observaba, deseaba tocarlo con desesperación, pero el desagradable celador todavía seguía trapeando al lado de la habitación.
Mirando de nuevo el rostro del Gryffindor pudo ver como una O se formaba en su boca, su labio inferior temblando ligeramente. Sus ojos se reunieron una vez más y Harry bajó la mirada. Sev siguió la dirección de su vista justo para observar como alcanzaba el clímax. Después de ordeñar hasta la última gota de su polla, Harry inclinó la cabeza contra el azulejo y dejó que el agua corriera sobre su rostro. Severus cerró los ojos con la esperanza de fijar con fuego ese recuerdo en su cabeza.
Cuando Filch gritó que se estaban tardando demasiado, rápidamente lanzaron un hechizo para limpiar sus ropas. Harry se puso sus apretados jeans y Severus su túnica, cepillando el frente y observándose en el espejo de cuerpo entero para verificar cuan obvia era su erección. No sería fácil caminar.
Se dirigieron al castillo, caminando delante del conserje.
—Eres malvado—susurró Sev.
Harry sonrió.
—Te amo—declaró, lamiéndose los labios.
Harry sabía que había dejado al otro chico en una posición incómoda. Cuando había estado eludiéndolo días atrás, perecía que todo el tiempo se quedaban a solas, pero ahora que deseaban algo de privacidad, parecía imposible de conseguir. Después del almuerzo fueron a la Torre de Astronomía, para encontrar a varios alumnos de primero en una competencia sobre escupir desde el borde. Su lugar especial cerca del lago también estaba descartado ya que Hagrid andaba por la zona. Eventualmente, establecieron la promesa de que Harry lo compensaría y se fueron a volar con Ron, quien había traído su escoba y la de Harry, con la esperanza de que pudieran ir a volar. Juntos, fueron a buscar la mejor escoba posible para Severus.
—Ey, Harry, mira esto—Ron levantó una cámara oculta detrás de unas escobas—. Olvidé que la escondimos aquí la semana pasada. Tenemos que devolvérsela a Colin cuando regrese el lunes—comentó, apuntando a Harry y Sev—. Digan queso (*)—Harry puso su brazo sobre los hombros de Sev y sonrió a la foto.
Alrededor de una semana antes, Colin Creevey había decidido entrevistar a los jugadores de quidditch en los vestuarios, tal y como hacían en los deportes muggles. Harry y Ron le habían quitado la cámara, explicándole que si aparecía alguna foto de Harry desnudo, éste lo mataría, así que en el mejor interés de Colin era preferible que ellos conservaran la cámara. La habían guardado en el armario de las escobas con la intención de regresársela eventualmente, pero lo habían olvidado por completo.
Esa noche, después de la cena, Filius les contó que luego de hablar con las chicas en el lago, Minerva le había preguntado si podía unirse a sus partidas de ajedrez. Ron recordó que fue ella quien había realizado el ajedrez gigante que protegiera la piedra filosofal años atrás, así que pasaron el resto de la noche en el Gran Comedor en lugar de su sala común. Resultó que McGonagall era una jugadora formidable. El comedor estaba empezando a lucir igual que si se estuviera desarrollando un torneo de ajedrez.
Harry se sentó contra la pared, con un bloc y un carboncillo. Levantó la vista hasta Ron y la volvió a bajar, agregando detalles a su dibujo.
—Ey, ¿puedo sentarme aquí?—preguntó Sev tímidamente.
—Claro.
La altura de Severus le facilitó observar el dibujo. Harry levantó la vista hacia él y la regresó a lo que estaba haciendo. De repente, el otro chico se mostró nervioso y se removió en su sitio. Harry rió ante esto.
—Está bien, Sev. Lo sé.
—¿Saber qué?—preguntó, sonando inseguro.
Harry resopló.
—Sé que estás nervioso porque has visto mi dibujo y piensas que estoy esperando tu opinión, y no quieres decirme cuan malditamente horroroso es.
Por un breve momento Severus pareció aliviado, pero luego pensó que debería discutir esa declaración para no insultar el dibujo de Harry. Que era bastante malo.
—Pediste permiso antes de sentarte a mi lado, ¿por qué?
—Te veías absorto en tu trabajo y no quería interrumpir.
Harry sonrió.
—Exactamente. Mi objetivo era parecer menos accesible… pero no para ti—agregó—. De este modo, puedo sentarme y relajarme en una habitación llena de gente, y aislarme si así lo deseo.
Sev asintió, comprendiendo.
—Sin embargo, me gusta el concepto de tu pintura—comentó, mirando nuevamente el dibujo—. Mi primera idea fue que era Ron sobre un caballo, pero ahora veo que es una pieza del juego de ajedrez, el caballo. Ron está en su elemento. Es un modo muy creativo de pintarlo.
Harry sonrió, sabía que en realidad no era tan creativo pues él ya había visto a Ron como el caballo, pero no iba a desilusionar a Sev justo ahora. Mirando hacia el otro extremo del salón, observó como el pelirrojo mordía su labio, preocupado, antes del siguiente movimiento.
Ron estaba en su elemento, y cuando su amigo tenía oportunidad de brillar, él se sentaba y disfrutaba observándolo.
—Buenas noches, Harry, Severus—saludó el Director a ambos chicos, que estaban sentados en un confortable silencio.
—Hola, profesor Dumbledore—contestaron casi al mismo tiempo.
Albus les sonrió.
—Harry, me estaba preguntando si podrías pasar por mi oficina esta noche, antes de retirarte a tu sala común—el anciano siempre tenía un modo de hacer que sonara como una petición cortés en lugar de una orden. Nadie sería capaz de decirle que no.
—Sí, señor.
—Bien, te veré más tarde. Buenas noches, Severus.
| |
|
elamordesnarry Buscador de Quidditch
Cantidad de envíos : 1331 Fecha de nacimiento : 31/10/1987 Edad : 37 Galeones Snarry : 265240 Fecha de inscripción : 25/12/2011
| Tema: Re: Death Eater takes a Holiday. Capítulo 11, Mojado Vie Oct 02, 2015 4:39 pm | |
| | |
|