QUERIDO SEV. Capítulo 10. Sin esperanzas

Resumen: Harry Potter revela sus sentimientos en una carta de despedida a su profesor de pociones.

Clasificación: PG-13

Géneros: Angustia

Advertencias: Chan=Adulto/Menor

Disclaimer: Como todo el mundo sabe ninguno de los personajes me pertenece, de lo contrario Mione se peinaría y la historia hubiese sido una saga Snarriana.

 

Bueno, al mal paso darle prisa, definitivamente hubiese preferido seguir soñando con mi Sev desde la distancia, pero si el ha decidido que nuestro encuentro sea hoy mismo, pues no puedo evitarlo, solo espero que el fin de la guerra haya ayudado a que su carácter tan sarcástico menguara un poco para que por lo menos mi corazón no se termine de hacer trizas en su presencia, aunque estoy totalmente convencido que con todas esas alabanzas constantemente dirigidas hacia su persona por gente que solo trata de congraciarse con el, incluso hoy fue abordado por varios alumnos que lo felicitaban por su actuación en la pasada guerra, lo deben tener en el limite de sus fuerzas, lamentablemente seré yo con quien se desahogue, pero ya no puedo ni quiero huir de mi triste destino.

Creo que no puedo evitar ser una persona patética, cuando voy en dirección hacia su despacho me detengo frente a la última ventana que hay antes de llegar hacia el pasillo que da a las mazmorras para observar como luzco, es tan estúpido el que me preocupe por mi apariencia como si Severus Snape fuese a interesarse en mi aspecto, ciertamente lo único que debe desear en estos momentos es que yo no hubiese regresado y así poder sacarme de su panorama.

Trato de tomar aire antes de llamar a su puerta, tal vez estos sean mis últimos minutos en que pueda fantasear con el ser algún día correspondido, pues cuando nos veamos todo el castillo de ilusiones que he construido para refugiarme de la realidad estos meses desaparecerán para dar paso a mí odiada realidad en la que únicamente puedo recibir por parte de Severus su odio o en su defecto su total indiferencia y frialdad, definitivamente no se cual de todas esas opciones prefiero, ya ni siquiera podré desahogarme escribiéndole para que pueda conocer mis sentimientos hacia el, aunque solo sea mediante un insignificante papel, cualquier persona pensaría que soy un idiota al creer que siquiera ha leído alguna de las cartas que le he enviado, pero yo sé que él, aunque sea por respeto a quien se ha molestado en comunicarse con su persona lo ha hecho pues es un hombre de exquisitos modales y esmerada educación, aunque nunca se haya molestado en pregonar nada al mundo como lo hacía Malfoy, ambos Malfoy, con todo lo nervioso que estoy me felicito a mi mismo por decidir beber esa poción para los nervios o ya estaría al borde de un colapso o simplemente en cuanto lo tuviese frente a mi me lanzaría a sus brazos dando un espectáculo por lo mas patético al ser olímpicamente ignorado y rechazado.

- Señor Potter, hasta que por fin comprende lo valioso de la puntualidad -ni siquiera me dio tiempo a tocar cuando ya la puerta del despacho de Sev se abría dando paso a la imagen mas esperada por mi persona, mi lindo profesor de pie frente a mi mostrando su hermosa sonrisa de medio lado, su cabello hasta la barbilla tan negro y sedoso como lo recordaba y luciendo una de sus acostumbradas túnicas y capas negras que tanto me gustan, se hace a un lado para dejarme pasar y enseguida cierra tras de mi- ha llegado en exactos 9 minutos y 20 segundos.

- Profesor….yo ¿cómo supo? -pregunto en cuanto me deshago de la capa dejándola sobre el respaldo de un sofá que se encontraba a mi paso.

- Albus no era el único en poder ver bajo ese harapo que usted acostumbra a utilizar para burlar las normas de esta institución -no tengo que estar frente a un espejo para saber que mi rostro está del color de mi casa, ¿acaso no puedo comportarme de manera seria frente a mi tormento de ojos negros?, no se para que me lo pregunto si es obvio que simplemente con estar en la misma habitación que mi Sev me vuelvo un completo idiota, soy un caso perdido, a este paso jamás siquiera podré lograr que tome en serio mis palabras- en todo caso no lo he citado para hablar de mis conocimientos mágicos, deseo que me explique a que viene todo eso.

- ….. -giro mi rostro siguiendo el movimiento de su mano y solo puedo sorprenderme ante lo que hay sobre su escritorio, sabía que Sev es una persona realmente organizada, pero no pensé que a estos niveles cuando solo llevamos unas horas de haber regresado a Hogwarts y ni siquiera se ha dado comienzo a las clases formalmente- ¿qué tengo que ver yo con esos exámenes?

- No son exámenes señor Potter -creo que mi pregunta lo ha puesto de mal humor nuevamente, pues aunque estaba serio cuando llegué su voz era algo cordial- esos pergaminos son todas las misivas con las que usted me invadió todos estos meses.

- Yo….bueno…. -me mira del mismo modo en que siempre lo hacía durante las clases y esa mirada solo me anuncia que su paciencia está llegando a su límite.

- Siempre tan locuaz ¿no Harry? -hace un giro provocando que su capa ondee y roce mi brazo al pasar a mi lado, como extrañaba sentir el aroma que tanto lo caracteriza, con paso firme se dirige hacia su escritorio en donde toma una carta al azar y sé que se dispone a leerla en voz alta, sabía que nunca podría haber estado preparado para la humillación de la que voy a ser objeto en estos momentos, pero no dimensioné la opresión que me causaría en mi pecho, no creo que pueda respirar con normalidad mientras esté frente a el- no sabe lo cansador que resultaba recibir a su lechuza diariamente, usted se ha comportado como un acosador cuando yo solo deseaba que….

- Por favor no….por favor se lo ruego no diga nada, por lo que más quiera -no se de donde he sacado fuerzas para acercarme hasta su lado y tomar su mano para detener su acto y mucho menos tomar su rostro entre mis manos para así mirarlo directamente a esos hermosos ojos negros que tanto me fascinan y que hace meses no podía contemplar en todo su esplendor- sé que no tenía derecho de hablarle de lo que siento, si no hubiese sido por la profesora McGonagall jamás me habría atrevido a incomodarlo con mi presencia, nunca pensé en regresar a Hogwarts, realmente no pensaba poner siquiera un pie en Inglaterra -solo me mira como no comprendiendo de lo que le hablo- olvide todo lo que esas cartas dicen.

- ¿Por qué habría de hacer eso? -se acomoda colocando su cuerpo recostado en su escritorio mientras cruza sus brazos mirándome como si se tratara de un depredador hambriento observando a un estúpido animal que tuvo la mala suerte de cruzarse en su camino, pero aún así no aleja mis manos de su rostro.

- Son solo las fantasías de un loco enamorado -como decirle que mi primera intención fue dejar aquella misiva como despedida póstuma y que cada vez que las ganas de desaparecer de este mundo me invadían le escribía en forma de desahogo, me separo de el lamentando enseguida tal acto que me aleja de su calor, pero es mejor no prolongar mas mi sufrimiento- por lo que más quiera en este mundo piense como si nunca le hubiesen llegado, prometo no incomodarlo -siento como las ganas de llorar tratan de ganar a mis fuerzas, pero me resisto a dejarlas salir y solo trato de controlarme, sé que a Severus no le agradan dichas muestras de debilidad- ya hice todas las averiguaciones para que nada afecte el funcionamiento normal de Hogwarts -con un movimiento de mi mano hago desaparecer cada pergamino sobre la mesa de mi amado profesor y me dirijo hasta la salida- así que solo durante tres meses compartiremos el mismo techo y luego no tendrá que volverme a ver.

- ¿A qué te refieres con que solo estarás tres meses? -de un rápido movimiento se acerca hasta donde me encuentro ahora sí que está enfadado y tomándome fuertemente del brazo me hace girar para quedar frente a frente- y ¿por qué lo haz hecho?, eran mías no tenías el derecho de arrebatármelas.




CONTINUARA.....