Enfermo de amor. Capítulo 6 El Plan de Snape

Tema: Enfermo de amor. Capítulo 6 *El Plan de Snape* Dom Mar 15, 2009 3:29 pm

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El Plan de Snape

Severus no podía dejar de sonreír, le fue totalmente imposible no hacerlo. Era realmente divertido ver a Harry Potter apoyado sobre su escritorio respirando agitado luego de tragarse su orgullo e ir a solicitar su ayuda. Tal vez en otra ocasión hubiese tenido que actuar molesto y echarlo de su despacho por su irreverencia, pero ahora no podía, estaba enterado de lo sucedido en la sesión de duelo y jamás se imaginó que el resultado fuera tener al chico frente a él, con las orejas encendidas y el mismo tono en sus mejillas… se veía tan…

- ¿Y bien? –le apresuró Harry-. ¿Va a ayudarme o no?

- ¿Y porqué tendría que hacerlo, Señor Potter? –preguntó sin abandonar su sonrisa-. Usted y yo hemos comprobado que no podemos estar juntos en una habitación sin el riesgo de terminar matándonos, ¿porqué viene a pedirme ayuda?

- ¡Porque usted es un mortífago, usted sabe de maldiciones, de engaños, de trampas! ¡Porque usted es el único que puede enseñarme a derrotar por las buenas o por las malas!

- ¿Así piensa convencerme? –le cuestionó aún más divertido-. ¿Piensa insultarme mientras me pide ayuda?

- ¡No quiero insultarlo, por el amor de Dios! –exclamó alzando los brazos desesperado-. ¡Usted es mi única oportunidad de vencer a ese arrogante del profesor Abbatelli!

- ¿Arrogante? –repitió sonriendo aún más-. Creo que en este momento me sentiría privilegiado de tomar lecciones de arrogancia con usted, Potter.

- Ah, ¡ahora es usted quien quiere ofenderme!

- Potter, reconozca que es su orgullo herido el que lo ha hecho venir hasta aquí conmigo, y debe de haber sido realmente humillante lo que sucedió en la clase de duelo para que se atreva a pedirme ayuda.

Harry se cruzó de brazos luchando por encontrar un motivo con el cual debatir ese argumento. No lo encontró. Odiaba tener que darle la razón a Snape cuando éste ni siquiera estaba intentando disimular lo mucho que disfrutaba verlo suplicarle por ayuda… y esa sonrisa, jamás antes le había sonreído. Había burla en ella, es cierto, pero tenía algo más que la hacía diferente y le provocaba cosquilleos bajo la piel. Finalmente sacudió la cabeza, se estaba desviando del tema, así decidió dejar a un lado el orgullo.

- ¡De acuerdo, está bien, lo reconozco! ¡No me gustó que me derrotaran frente a toda la escuela, ahora hasta los estúpidos de Slytherin se burlan de mí!... Me encontré a unas serpientes madrugadoras cuando venía para acá y se atrevieron a recrear la escena con todo y efectos especiales. –se quejó y Severus tuvo que esforzarse como nunca para no reír a carcajadas ante la imagen que se presentó en su cabeza-. ¿Va a ayudarme o no?

- Probablemente, pero yo no hago las cosas gratis, Potter… soy un mortífago, usted mismo lo ha dicho, y quiero un pago por mis servicios. –insinuó inclinándose sobre su escritorio arqueando su ceja izquierda y sus ojos brillando de una manera que a Harry le pareció encantadora.

- ¿Un pago?... Bien, ¿cuánto quiere?

- Bueno, he lamentado mucho enterarme que me perdí su humillación pública, así que me gustaría poder mirarla.

- Perfecto… vea en mi memoria cuando se le plazca. –ofreció abriéndose de brazos, decidido a todo.

Severus no respondió nada al verlo de pie frente a él en esa posición de franca invitación a hacer de él lo que quisiera… todo cambió entonces. Sus ojos perdieron brillo y alejándose de su escritorio mientras daba la espalda a Harry, cerró sus párpados en un ceño que reflejaba un profundo dolor. Harry no sabía que hacer, le preocupó el silencio, dio un paso hacia delante con toda intención de averiguar qué sucedía cuando el Profesor giró sobre sí mismo, su rostro volvía a ponerse tan serio como antes.

- No, así no… los quiero en un pensadero, de esa forma puedo recrearlo cuantas veces quiera.

- Debí imaginarme que disfrutaría mucho de esto, ¿verdad? –dijo con un tono que parecía demasiado herido-. Pero está bien, no me interesa nada, le regalaré cuanto recuerdo humillante haya en mí, siempre y cuando me ayude a derrotar al profesor Abbatelli.

- Créame, Potter, si sigue mis instrucciones, le aseguro que será capaz de derrotar a quien se le antoje.

“A usted” pensó Harry, le fascinaría poder ver a Snape también bajo él… una imagen acudió a su mente y su rubor se acentuó tanto que no pasó desapercibido para el profesor quien le miró intrigado, tentado de usar la oclumancia para enterarse del motivo, sin embargo, un dolor quemante en su antebrazo le hizo olvidarse de su intención. Harry se dio cuenta de lo que le pasaba y se acercó sin pensar en nada más.

- ¿Porqué lo llama ahora? –preguntó angustiado.

- ¿Y cómo quiere que sepa, Potter? –refutó regresando a su actitud sarcástica de siempre-. Vaya ahora mismo a su sala común, y no diga nada de esto a nadie.

- Profesor…

- ¡Obedezca!

Harry saltó en su lugar ante la voz imperativa de Severus Snape y sin atreverse a volver a replicar salió rápidamente del despacho. Sin embargo, no se dirigió hacia su sala común como se le había ordenado, sino que se quedó oculto tras de una columna hasta que vio a Snape salir del despacho ya con su capa de viaje puesta. Estaba a punto de seguirlo cuando vio que por el pasillo aparecía la figura de Ángelo corriendo apresurado hacia donde encontró a su colega.

- ¡Severus, que alivio encontrarte a tiempo! –exclamó abrazándolo con fuerza.

- Ángelo, ahora no puedo atenderte. –dijo liberándose para continuar su camino-. No sé que diablos te pasa pero vuelve a tus habitaciones.

- ¿Vas a verlo, verdad?

Aquella pregunta hizo que el profesor se detuviera abruptamente y se volvió a mirar a Ángelo con inquietante curiosidad.

- ¿A qué te refieres con eso?

- Severus, quiero ir contigo.

- ¡Estás loco!... ni siquiera sabes nada.

- Vas con quien-tú-sabes, no puedes negármelo y quiero ir contigo, no vas a convencerme de lo contrario, no pienso dejarte solo… ¡algo me dice que no puedo dejarte ir solo, Severus!.

- ¿Cómo sabes tú que…

- Como bien dijiste, no sé nada. Pero estaba en mi habitación y sentí lo mismo que la otra vez, no puedo describirlo pero no me gusta, me angustia y lo único que entiendo es que está relacionado contigo… sé que mi deber es estar a tu lado ahora.

- Tú no tienes ningún deber conmigo y deja de hacerme perder el tiempo.

- ¡Severus, por favor… déjame ir!

- ¡Que no!... ¡Apártate!

Severus lanzó un desmaius que hizo que el otro profesor quedara sobre el suelo, él simplemente se concretó a acomodarlo y se marchó. Harry pasó por encima de Ángelo para poder ir tras el profesor, ahora la angustia que había manifestado el Veela le había sido transferida, aún recordaba la palidez y el miedo reflejado en los ojos de Ángelo la ocasión en que estaban en su castigo, no sabía si fue justificada o no, pero no olvidaba que había ido directo hacia donde había aparecido Snape en los terrenos de Hogwarts, ahora, este otro presentimiento debía estar en lo correcto. Sin embargo, pese a que corrió lo más que pudo no logró alcanzar al profesor y lo vio desaparecer en cuanto cruzó los límites de Hogwarts. Harry se quedó ahí, sin saber qué hacer, y por primera vez en su vida deseó fervientemente tener una conexión con Voldemort y así enterarse del motivo de aquel llamado.

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- Severus… has tardado demasiado. –le dijo una voz silbante cuando se postró a sus pies quitándose la careta de mortífago.

- Lo lamento, Mi Lord, le prometo que no volverá a suceder.

- Lo sé, de eso me encargaré ahora mismo… ¡Crucio!

Severus cayó de rodillas al suelo víctima de los espantosos dolores de la maldición. Voldemort esbozó una casi imperceptible sonrisa al comprobar una vez más que el hombre recibía siempre sus castigos sin emitir ningún sonido de protesta… él ansiaba escuchar sus gritos pero parecía que eso no sucedería, por lo menos no con tormentos, ahora tenía en mente otra forma de hacer suplicar a Severus Snape.

- Ponte de pie, Severus. –le ordenó cuando dejó de maldecirlo-. Y sígueme, es hora de una prueba más de tu lealtad.

Severus obedeció, al fin la hora que había esperado estaba por llegar. Desde hacía tiempo sospechaba que Voldemort dudaba de él y eso seguramente era por intervención de Lucius Malfoy, quien últimamente se esforzaba como nunca en ser el favorito del Señor Oscuro. Al quedarse a solas con Voldemort, Severus respiró hondo y antes de que su amo lo pidiera se le acercó colocándole las manos en la cintura hundiendo su rostro en el cuello del otro hombre. Voldemort le sujetó por el mentón para hacerlo mirar directo a los ojos. Severus supo que usaría legilimancia con él y estaba preparado, le mostró sólo aquello que era necesario que viera, y para ganarse su confianza decidió enseñarle el momento en que Harry había ido solicitando su ayuda, aunque no lo hizo por completo, de otro modo evidenciaría su posición de espía dentro de los mortífagos.

- Así que Potter quiere que lo instruyas.

- Así es, Mi Lord. –respondió en un sensual susurro-. Me negaré si usted lo ordena, pero considero que sería buena idea mantenerlo cerca.

- De acuerdo, Severus, hazlo. Y dime… ¿quién ese nuevo profesor con el que está tan enfurecido?

- Es un Veela, Mi Lord. Le hablé de él en la última ocasión… ¿lo recuerda?

- Ah, es verdad… aquel que quiere seducirte.

- El mismo, Mi Lord… por supuesto que no se lo he permitido. Mi persona es sólo para usted.

- Bien… no quiero que nadie más te toque, por lo menos no sin mi permiso.

- Así será, Señor.

- Vigila a ese Veela, Severus… intenta averiguar si podríamos tenerlo de nuestro lado.

- ¿A Abbatelli?... Él es un simple Veela, Mi Lord, no representa ninguna utilidad.

- Me temo que te equivocas, Severus. Es un Veela y puede ayudarnos a poner a su raza de nuestro lado, y con su ayuda podemos influenciar a mucha gente, seducirla para que se nos una.

- Lo haré, Señor… haré lo que me ordena.

Voldemort sonrió complacido e inclinándose ligeramente unió sus labios a los de Severus. El hombre tuvo que hacer un esfuerzo sobrehumano para no mostrar las náuseas que sintió y corresponder a la caricia como si hubiera siendo besado por otros labios, unos más rosados, más jóvenes y más deseados. De pronto, la puerta se abrió intempestivamente y Lucius entró, fingiendo confusión y mucha angustia por su supuesto descuido.

- Mi Señor, lo lamento mucho… no sabía que interrumpía algo.

- ¡Largo! –le gritó enfurecido-. Tendrás un severo castigo por esto, Malfoy.

- ¡Perdón, Señor!. –suplicó arrodillándose-. Pero es que tengo noticias urgentes… capturaron a dos de los nuestros, parece ser que les tendieron una trampa y les arrestaron luego de una inspección sobre objetos prohibidos en su casa.

- ¿Y crees que eso me interesa?

- Supongo que sí, Mi Lord, uno de ellos era Avery, y ya sabe que es un cobarde y tiene mucha información. Si no lo sacamos pronto de Azkaban va a terminar hablando.

- ¡Todos ustedes son unos inútiles! –exclamó lanzando un cruciatus al rubio-. Severus, regresa a Hogwarts y haz lo que te digo… no me decepciones tú también.

- No lo haré, mi Señor.

Snape hizo una reverencia antes de salir de la habitación, no envidiaba a Lucius pero tampoco le perdonaba su intromisión. No tenía ninguna duda de que lo había hecho a propósito para echarle a perder sus planes, sabía que Lucius sospechaba de sus sutiles acercamientos al Lord, y ahora que los había descubierto besándose seguro estaría muriéndose de rabia al saberse sustituido.

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Severus se encontraba en silencio frente al escritorio de Dumbledore, le había relatado todo lo concerniente a su entrevista con Voldemort y el mago se había sumido en un estado de retraimiento que Severus no comprendía del todo, no le quedaba más remedio que esperar hasta que el Director decidiera hablar.

- Así que lo hiciste. –dijo finalmente y su voz se escuchó temblorosa como nunca.

- Albus, no creo que eso sea lo más importante de todo lo que te conté, y fue gracias a eso que sigo vivo. Estoy seguro que Lucius pensaba culparme de la captura de Avery, y si no se atrevió fue porque se dio cuenta que ya iba un paso delante de él.

- ¿Hasta dónde piensas llegar con esa locura?

- Hasta donde me sea posible. ¿Es que no te das cuenta que con simples besos he conseguido saber lo que piensa de Abbatelli? Imagínate lo que sucedería si llego a tener toda la confianza del Señor Oscuro… ¡Podría ayudarte de mil formas, Albus, e incluso Potter no tendría que…

- ¡Basta, Severus, te estás dejando de llevar por un poco de suerte que tuviste! –exclamó poniéndose de pie con furia-. ¡Quiero que ahora mismo me prometas que te olvidarás de esa tontería, no quiero que continúes y si es necesario tendré que ordenártelo!

- ¡No! –se negó levantándose también-. ¡Soy tu espía, Albus, no tu marioneta, también tengo voz y voto y como miembro de la Orden puedo…

- ¡Ahora mismo haré una reunión urgente de la Orden y lo pondré a votación!

- ¡No!... ¡No les digas nada, me pondrás en peligro, Albus!... ¡Entiende que es necesario tomar cualquier medida para conseguir que Potter se presente ante él con todas las de ganar, cualquier error puede costarle caro, no está preparado aún, es demasiado imprudente!

- Tanto como tú… y ahora es mi deber cuidar de ti, te estoy dando una orden directa, Severus, olvida ese loco plan tuyo.

- ¡No puedo, no quiero hacerlo!

- ¡Claro que lo harás, Severus!... te veo en veinte minutos en la sala de juntas de profesores, reuniré a la Orden del Fénix.

- Albus…

Dumbledore le ignoró y dirigiéndose hacia Fawkes envió un mensaje a cada uno de los miembros de la Orden del Fénix. Severus supo que ya no tenía más opción, estaba furioso y no se molestaba en ocultarlo. De acuerdo a lo planeado, veinte minutos después de encontraban todos reunidos alrededor de la mesa de juntas, Severus sentado a un lado de la silla que ocuparía Albus y que aún estaba vacía. Se mantenía cruzado de brazos y sus ojos negros destellaban más ira y frustración que de costumbre.

Algunos lo miraban con curiosidad, sospechando que su actitud más áspera que nunca era un indicio del significado de aquella reunión extraordinaria. De pronto, se puso de pie al ver que Albus entraba acompañado por Ángelo.

- ¿Qué hace él aquí? –preguntó imposiblemente pálido.

- La información que nos has traído le concierne, Severus. –respondió Dumbledore con suavidad mientras se colocaba de pie tras de su asiento e invitaba al Veela a unírsele-. He invitado a Ángelo a esta reunión porque he decidido proponerles su unión a la Orden del Fénix.

- Pero, Albus… -empezó Ojo Loco-… ¿no debiste ponernos sobre aviso? Ni siquiera le conocemos.

- Es alguien de toda mi confianza, amigos, como la tienen todos ustedes. Y si he pensado en unirlo a la Orden es por cierta información que ha llegado a nuestras manos.

- ¿Qué información? –preguntó Arthur Weasley.

- Tom lo quiere en sus filas para acercarse a los Veelas. Por supuesto he hablado antes con Ángelo y me ha confirmado lo que siempre supe, él jamás se le uniría y su intención es ayudarnos. Algunos de ustedes conocen a su padre, él perteneció a la primera Orden y de él ha heredado sus ideales nobles y admirables que le conocíamos, quiero que piensen en Ángelo como si fuera el mismo Irving

- ¿Irving?... ¿Eres hijo de Irving Abbatelli? –preguntó Arthur-. Era un gran hombre y murió ayudándonos… supongo que puedes contar con mi voto.

- Gracias. –agradeció Ángelo con una sonrisa que a todos los hizo quedarse mirándole con admiración, tanto hombres como mujeres no pudieron más que admitir que Voldemort había tenido una buena idea al querer de su lado el encanto Veela.

- Creo que todos estamos de acuerdo en su inclusión. –comentó Albus con una sonrisa ante el asentimiento de la mayoría, sólo Severus se mantuvo sin decir nada-. Ángelo, siéntate junto a mí, tenemos mucho de qué hablar.

- ¿Puedo…? –preguntó señalando un lugar a la izquierda de Snape.

Dumbledore asintió, más que feliz por la iniciativa de Ángelo y le dejó ir a sentarse junto al profesor de pociones quien ni se inmutó por eso, apenas sí alcanzó a escuchar cuando Ángelo le susurraba algo como “No estoy enfadado porque me hayas dejado abandonado en el pasillo” y ya no oyó más. Sus ojos se desviaron hacia una puerta entreabierta a la que nadie había puesto atención y disimuladamente sacó su varita bajo su túnica apuntando hacia allá. Todos se volvieron a mirar al escuchar un ruido a sus espaldas, Harry Potter aparecía cayendo de bruces sobre el suelo y su rostro enrojecido demostraba su turbación de haber sido descubierto espiándolos.

- Harry… ¿qué estabas haciendo? –le cuestionó Dumbledore ayudándole a ponerse en pie.

- ¿No es obvio? –intervino Severus-. Metiéndose donde no lo llaman, como siempre.

- Sólo quería saber lo que pasaba y si espiar es la única opción pues no me queda de otra. –se defendió Harry-. Creo que tengo el derecho de saber lo que sucede, después de todo también me involucra y ya soy mayor de edad, puedo pertenecer a la Orden al igual que Abbatelli… si a él lo aceptaron ¿porqué a mí no?

- Eres demasiado joven, Harry. –comentó Molly maternalmente-. No es necesario que…

- Para asesinar no me consideran joven y si Voldemort estuviera aquí todos aprobarían que lo hiciera ¿o no? –respondió desafiante-. ¡Quiero pertenecer a la Orden, ya estoy harto de que se me oculten cosas!

- Esto no es un juego, Potter. –gruñó Snape.

- Yo creo que Harry tiene razón. –le apoyó Ángelo-. No hay mejor manera de defenderse que con el conocimiento y creo que todos aquí estaríamos dispuestos a orientarlo sobre lo que se entere. Y como él dice, ya no es un niño, ha cumplido la mayoría de edad y puede formar parte de la Orden.

- Eres nuevo aquí, Ángelo, no puedes saber cómo está la situación.

- Y precisamente por eso son las reuniones de la Orden, Severus. –respondió con suavidad-. Supongo que a Harry le vendría bien que se le empiece a mirar como adulto y que tome ciertas responsabilidades.

- Tal vez Ángelo tiene razón. –dijo Dumbledore ante la sorpresa general-. Bien, Harry, podrás formar parte de la Orden, pero no dirás ni una palabra a tus amigos… ¿de acuerdo?

Harry asintió sonriente, pero volvió a ponerse muy serio cuando notó que Ángelo acercaba aún más su silla hacia Severus, de tal modo que no dejaba espacio alguno entre ellos. El profesor de pociones no protestó, quizá ni cuenta se había dado, miraba fijamente hacia Harry y no le quitó la vista de encima ni siquiera cuando el chico ocupó el lugar anteriormente dispuesto para Ángelo, a la derecha de Albus y justo frente a Snape.

- Bien, retomemos la reunión. –propuso Albus ocupando su lugar-. Como les decía, y seguro Harry ya está enterado, Tom quiere a Ángelo en sus filas, así que ha comisionado a Severus para que lo convenza y lo lleve ante él.

- Pero él ya dijo que no aceptaría.

- Así es, mi querida Tonks, pero no podemos mantener las apariencias por mucho tiempo. Tom ha llegado a sospechar de Severus y él ha tomado ciertas medidas para intentar ganarse su confianza otra vez.

- ¿Qué medidas? –preguntó Ángelo sujetando inconcientemente a Severus del brazo.

- Eso no te incumbe, Abbatelli. –respondió Severus con frialdad-. Son asuntos míos y de Albus solamente.

- Por el momento seguirá así. –comentó Dumbledore ante el alivio de Severus-. Pero debemos encontrar un modo de que nuestro espía no corra ningún riesgo, sobretodo ahora que tendrá que aparentar un fracaso ante Tom.

- ¿Y porqué habría de fracasar? –preguntó Ángelo-. Creo que podríamos fingir que Severus logró convencerme y entonces puedo ser un espía más de la Orden.

- ¡Ah, no, eso jamás! –protestó Severus indignado-. ¡Yo puedo hacerme cargo de la situación, no necesito ayuda de nadie, nunca la he necesitado, Abbatelli!

- No lo dudo, Severus, pero tampoco estorbaría ayuda extra.

- ¡No creo que estés preparado para una misión así!

- ¿Y porqué no?... soy bueno en oclumancia, tengo un alto nivel en conocimientos de hechizos y maldiciones, además de un desarrollado arte de la manipulación sexual.

- Ah, entonces piensas acostarte con todos los mortífagos para que confíen en ti.

- Con uno de ellos me basta.

El silencio que habían guardado todos ante la peculiar discusión entre los dos profesores se intensificó con el comentario de Ángelo. Severus había enrojecido como nunca en su vida y Ángelo parecía haberse olvidado de donde estaban pues se acercaba sugestivamente a los labios de Snape. Todos los observaban casi emocionados, como si se tratara de una película donde finalmente los enamorados se besarían, pero alguien no estaba nada contento, respiraba agitado y su mano se aferraba a su varita conteniendo el deseo de enviar cuanta maldición se supiera hacia cierto Veela descarado.

- ¡Que interesante! –gruñó Harry cuando supo que si no hacía algo, Ángelo se saldría con la suya-. ¿Estamos aquí para planear como defendernos de Voldemort o para ser testigos de su felicidad?

- Harry, te voy a pedir te disculpes con tus profesores. –solicitó Dumbledore, frustrado de ver como sus dos muchachos se separaban sin haber concretado el beso ante la intervención de su alumno-. No es manera de hablarles, y no es nada malo que se gusten, al contrario, yo…

- ¡No! –protestó Severus con un nerviosismo extraño en él-. No es lo que piensan, yo…

- Dejémoslo así, mi querido Severus. –pidió Dumbledore guiñándole un ojo-. Harry, no se me olvida que debes una disculpa.

- Lo lamento. –dijo Harry bajando la mirada.

Harry aún seguía manipulando su varita bajo la mesa, repasando mentalmente cada maldición que se sabía por si ese tonto Veela se le ocurría intentar de nuevo acercarse a su Profesor. Severus por su parte, quería que la tierra se abriera y se lo tragara, no podía creer que estuviera a punto de haberse dejado besar por Ángelo delante de todos, delante de…

- Bien, ahora volvamos a retomar el tema… -continuó Dumbledore interrumpiéndolo de sus pensamientos-… Severus, me parece que la idea de Ángelo es buena, y me encantaría saber que ya no estarías solo en tus misiones.

- ¡Pero, Albus…!

- Creo que dos cabezas piensan mejor que una, y tu plan no era infalible, amigo, así que nos olvidamos de ese y continuamos con el de Ángelo… yo sé que está muy bien preparado para enfrentarse a Tom y además, confío en que ambos se cuidarán mutuamente. Por favor, acepta de una vez… hazlo por este viejo que ya no se siente capaz de soportar verte tan solo siempre.

- Pero…

- Severus, por favor.

- Es que, Albus… -la voz de Severus se escuchó de repente tan dulce y preocupada que todos le miraron incrédulos de que fuera el mismo profesor-… no quiero que se convierta en un mortífago.

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La vez anterior no había notado que dejaste entrever una posible relación entre Lucius y Voldemort... si que tiene buen gusto Voldy primero Lucius y luego Sev jejeje........ Malo pero no tonto jajajaja

Besos Very Happy

¿Me creerías si te digo que yo tampoco me acordaba? jeje
¡que memoria la mía! XD

De verdad que Voldemort sí que tiene buen gusto sarcastic

yo tambien opino lo mismo es malo pero no tonto igual que orochimaru, la diferencia con éste es que voldemort no se anda acostando con niños

No conozco a Orochimaru Razz

Pero de que Voldemort intenta mover bien sus cartas, pues lo intenta, y sus ojitos se van hacia lo bello, como Sev, jajaja... aunque no por mucho tiempo, ufff

orochimaru es un villano que sale en el anime de naruto es muy parecido a voldy ya que le gustan las serpientes aunque como ya habia dicho la diferencia es que a orochi si le gustan los niños y se los estrena agusto Twisted Evil

Oh vaya, Naruto nada más vi el primer capítulo, y me gustó (en realidad quien me gustó fue sasuke) pero luego ya no regresé a mirar la continuación, jajaja
así que le gustan los niños, ese sí que es un villano, Voldy ha de quedar como un principiante a su lado jajajaja

si a todas les encanta sasuke yo me quedo con naruto pero todos sabemos que naruto pertenece a sasuke y éste a naruto hasta el mismo autor lo sabe solo que no quiere aceptarlo

Es lo que luego me da coraje cuando encuentro una pareja que puede ser ideal, como la de ellos... que el autor no opine igual, jajaja

en elk caso de kishimoto es mas complicado su anime esta catalogado como shounen no shounen ai ni yaoi sin embargo dime si no es mas que obvio que a él le gusta este genero, en el primer capitulo has de recordar como " accidentalmente" naruto besa a sasuke, la justificación que dio fue, " quize poner algo de comedia", para mi son solo excusas

siiii, ese beso fue genial, por eso yo pensé que iba a ser yaoi, jajaja
lástima que no tongue

Hola, me estoy leyendo de nuevo la historia.
Ese Angelo me sigue causando gastritis jeje... En fin xD este fue el primer fic donde lei algo de sev con voldy y casi me infarto!! Y pues ahora después de tanto tiempo me sigo infartando xD
Gracias por escribirlo.

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Enfermo de amor. Capítulo 6 *El Plan de Snape*

Enfermo de amor. Capítulo 6 El Plan de Snape