Título: El mejor cumpleaños de Harry Potter
Autor: gabrielle62
Personajes: Harry Potter, Severus Snape
Resumen: Mi respuesta al reto de La Mazmorra por el cumpleaños de nuestro Harry.
Género: Romance
Clasificación: NC-17
Advertencias: Parafilias, Mpreg
Capítulos: 2
Publicada: 31/07/09
Palabras: 3896
Actualizada: 02/08/09
¿Completa?: Sí
Desafíos:Feliz cumpleaños, Harry
oOoOo
Notas de la historia:
Harry está embarazado, ha sido toda una sorpresa para la pareja, sobre todo para Severus que desaparece cuando se entera de la noticia...OoOoO
El amor muestra dos axiomas de opuesto signo: Amar a quien no nos ama y ser amados por quien no podemos amar. Había dos cosas que Harry ambicionaba en la vida, sobre todas las demás, una era el amor de Severus Snape y la segunda tener una familia propia.
La primera de ellas, había sido una ilusión que había llenado su corazón durante casi un año de convivencia con Severus, un año muy feliz para él, pero al parecer no tanto para el hombre de ojos negros, pues le había abandonado sin ninguna explicación hacía ya dos semanas.
Desde entonces Harry había descubierto que tenía dos serios problemas, uno Severus no le amaba al parecer tanto como decía y… dos, iba a tener un hijo, resultado de su relación.
Sabía que Severus se había atrincherado en su casa en la Calle de las Hilanderas. Además había puesto fuertes protecciones mágicas para impedir el paso a cualquier intruso, especialmente el de Harry. El joven se hartó de intentarlo por las buenas, si bien las protecciones que su pareja había puesto en su casa eran poderosas, él podía deshacerlas fácilmente, pero no pensaba obligarle a aceptar su presencia. No de momento.
Así pues, más quemado que la pipa de un indio, Harry se obligó a recordarse que tenía orgullo, que era un Gryffindor por algo y decidió que si había logrado vencer a Voldemort, sobrevivir tras dejar a Ginny, alguien que decía seguirle amando a pesar de todo y que le había organizado una auténtica pataleta cuando se enteró de que la dejaba porque amaba a Severus.
Harry había aguantado llantos y reproches no solo de Ginny sino también de su madre Molly. El bochorno y la vergüenza que había sentido entonces, no tenia comparación con lo que sentía ahora, pues a diferencia de entonces, ahora no encontraba justificación alguna para lo que estaba sucediendo, no entendía absolutamente nada.
Severus, le amaba ¿no? Al menos eso le había hecho creer noche tras noche, y en cualquier otra ocasión en que estaban a solas, durante el año que llevaban juntos, y sin embargo… fue enterarse del embarazo de Harry y el profesor palideció, como si le faltase el aire y sin dar explicación alguna, se esfumó dejando al joven totalmente desconcertado.
Para algunos hombres, la paternidad no era tan importante como el hecho de tener una pareja, pero Harry no creía que ese fuera el caso de Severus. Algo perturbaba gravemente al hombre que amaba en esos instantes, y pensaba averiguar qué era, como que se llamaba Harry Potter.
Tener un hijo era algo que debían decidir los dos, una elección de la pareja, pero aunque no lo había buscado expresamente, Harry no quería deshacerse de su bebé ahora que el prodigio se había dado. Severus tenía que entender eso…
Podía esperar a que Severus recuperase la cordura y decidiera hablar con él, mañana sería otro día e intentaría hablar con el terco hombre de nuevo, pero no hoy, Harry ya había tenido suficiente para un solo día. Estaba cansado y necesitaba relajarse para poder pensar con claridad y además necesitaba darse una ducha.
Al joven Auror, le resultaba imposible entender las causas por las que Severus podía no querer tener un hijo con él, sobre todo si le amaba tanto como decía. Nunca habían hablado directamente sobre el tema, pero tampoco habían tomado precauciones para evitarlo.
A no ser, que Severus no hubiese imaginado que aquello pudiese llegar a suceder…
El Ginecomago le había explicado a Harry que era imposible que el embarazo se hubiese dado sin una poción pero es que él no recordaba haber tomado ninguna.
Aunque… ¡Merlín! No podía ser posible…
Hacía unas semanas, se había sentido fatal con un dolor de cabeza terrible, de los de antes de que Voldemort desapareciera para siempre… y Severus no estaba para ayudarle. Harry se había acercado al laboratorio de éste, y había buscado en el pequeño armario donde su pareja guardaba la poción para el dolor.
El joven había cogido uno de los frasquitos y se lo había tomado de un solo trago. Sabía asqueroso, como siempre, aunque un poco diferente que de costumbre, en ese momento no le dio mayor importancia, y al parecer se la tenía que haber dado, pero él siempre había sido un negado en Pociones.
Ahora que se había detenido a pensar en ello, recordaba que el dolor de cabeza no había desaparecido tan rápido como en otras ocasiones y que una sensación de nauseas había asaltado su estómago durante todo el día.
¡Aquello debía haber sido! Ahora lo entendía todo.
— ¡Dios, Severus! ¿Cómo has podido pensar que yo…?—masculló con rabia y sollozo harto de todo, sintiéndose impotente.
Severus debía haber creído que lo había hecho a propósito para cazarle definitivamente o algo así, conociendo como conocía lo retorcido que podía llegar a ser cuando se lo proponía, no le extrañaba ni un poco que hubiese podido pensar algo así…
O tal vez simplemente no quería tener hijos, pero ¡qué mierda! Las cosas se hablaban. Sabía por experiencia que eso resultaba algo muy difícil de lograr cuando su pareja se obcecaba, pero uno no huía a esconderse ante un problema de esa índole, como había hecho Severus.
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Nunca se había planteado el hecho de tener una pareja, pero increíblemente Con Harry esa quimera se había hecho realidad, era tan feliz con él… ¿Por qué había tenido que estropearlo todo? Un hijo… ¡Él no quería ser padre!
Bueno, no exactamente… por un efímero instante se había ilusionado y aterrado con la idea a partes iguales, su rechazo se debía a que a él no se le daban bien los niños, mejor dicho los detestaba, aunque si fuera suyo le adoraría estaba seguro de eso, pero lo que más miedo le daba, verdadero pánico, en realidad era ser un mal padre, o un maltratador, como lo fue Tobias Snape su padre.
Nadie merecía un infierno como el que a él le tocó vivir, mucho menos un hijo suyo. Si Harry decidía tener ese niño…ese pequeño milagro, estarían mejor sin él, el problema estaba en que sin Harry, él se moriría. Se sobresaltó al notar que alguien había roto sus protecciones, pero no se alarmó llevaba días esperando que eso sucediera.
Sabía que era Harry, solo él podía romper sus protecciones con tanta facilidad, y solo Harry conocía la puerta secreta que conducía a la planta superior de su vivienda y a su dormitorio, donde ahora se encontraba.
Su pareja había entrado en su casa, le sorprendía que no lo hubiese hecho antes, pero al parecer le había estado dando tiempo, y después de una semana sin noticias suyas, Harry había pasado a la acción.
Severus sabía que su postura era infantil, cuanto menos muy poco madura, pero no podía evitar sentirse así, necesitaba pensar las cosas y para ello debía estar solo.
Esperaba que Harry le comprendiera y le esperara, él no era un hombre fácil para convivir, y no había sido sencillo lograr ser una pareja.
Los amigos de Harry habían terminado por aceptar la relación pero les había costado meses, y Harry había vivido situaciones ciertamente desagradables, sobre todo con la pequeña de los Weasley, su ex que no llevaba nada bien que la hubiese abandonado por él y seguía acechando, esperando la menor oportunidad, aún no entendía la muy boba que no tenía ninguna. Que el joven de ojos verdes era exclusivamente suyo y de nadie más.
¿Harry quería hablar? Bien, hablarían pero más tarde.
Ver a su joven pareja con las mejillas encendidas, y aquellos gastados vaqueros que se ajustaban perfectamente, marcando mucho más de lo que debería permitir la ley, y que le hacían lucir tan endemoniadamente sexy, era más de lo que Severus podía soportar. Además... otra vez, le estaba mirando de esa forma que sabía que le ponía a mil, suplicando por…
Harry le estaba pidiendo guerra y él estaba más que dispuesto a seguirle el juego. Ciertamente la visita iba a resultar tremendamente interesante. Ya tendrían tiempo de hablar más tarde…Pero ahora era otra cosa la que le urgía satisfacer más que nada y… ¡Lo primero era lo primero…!
—Insolente mocoso!—bramo Severus, que tenía un calentón increíble— ¿Cómo te atreves a entrar en mi casa de esta forma y sin mi permiso? ¡Mereces un castigo…—dijo con su voz ronca y sensual acercándose hasta Harry dejándole sentir su aliento en su nuca pero sin tocarle.
Harry suspiró y un escalofrío recorrió su espalda. El juego había comenzado.
>> ¡Y será mejor que colabores y no me hagas obligarte…mocoso!—decía en ese momento su Sev con su voz más excitante.
Harry sonrió y se lamió los labios con anticipación, bien ya hablarían más tarde sobre el problema que los mantenía separados, ahora Severus quería sexo y…él estaba dispuesto a dejar que hiciera lo que quisiese con él, como tantas otras placenteras veces…
Severus se sentó en una silla esperando y Harry se bajó los pantalones y su ropa interior y se colocó sobre Severus boca abajo, las puntas de sus dedos tocando el suelo y el culo en pompa, dispuesto a recibir la azotaina de su vida…