Majo-san Vencedor de Voldemort
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| Tema: Mi deseo (Respuesta al reto libre del DIS 2013) 2. Miér Oct 16, 2013 11:13 pm | |
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Severus llegó a su departamento en el centro de la ciudad, esperando que todo lo que había vivido hubiera sido mentira, parte de su imaginación, de sus deseos de ver a Harry.
-¿Severus? –preguntó Lucius, amigo de Severus y que estaba quedándose con él desde que decidió que vivieran juntos ya que llegaban recién desde el extranjero.
-Nada –dijo caminando a la sala para servirse un Brandi.
-Para no ser nada, estás más alterado de lo que siempre te he visto –le dijo parándose a su lado, con aire presumido-. Así que cuéntame.
-De verdad, Lucius, no es nada.
-Bien –dijo alzándose de hombros-, si no quieres hablar no lo hagas, pero cuando quieras, porque te aseguro que querrás hacerlo, estaré en mi habitación para que hablemos.
-Gracias –le dijo al verlo salir.
Todo lo que pasó en ese día, todo tenía que ser mentira. Él era escéptico y todo eso era ridículo. Amigos imaginarios, seres de luz ¿Ahora aparecería el alma de su abuelo frente a él tomado de la mano de un extraterrestre?
-Es una estupidez –dijo dejando el vaso con fuerza en la mesa- Harry está en su casa, con su esposa o novia y ese niño es su hijo y quiso jugarme una broma, sí, eso es –dijo convencido, mientras se dirigía a su dormitorio, tenía que encontrar su celular y hacer una llamada importante. Cuando lo encontró busco en la memoria el nombre Shacklebolt. El hombre era conocido suyo, muy íntimo de la familia y jefe de la policía de Tokio. Marcó el número y espero que sonara tres veces antes de cortar-. Esto es ridículo –dijo sentándose en la cama, tiró el celular a un lado y se agarró la cabeza a dos manos- ¿Cómo se me puede ocurrir hacer algo como esto? –se preguntó antes de escuchar como el celular sonaba. Era Shacklebolt. Tomó el celular y dejó salir un suspiro-. Snape –se presentó como era costumbre.
-//¿Severus?// -preguntó la voz jovial al otro lado de la línea- //Sabía que habías vuelto a la ciudad, pero no esperaba que me llamaras//
-Sí –dijo rendido, pero por fin se decidió, nada perdía con intentarlo- ¿Puedo pedirte un favor?
-//Claro, Severus, lo que necesites y este dentro de lo legal // -bromeó el sujeto.
-Quiero que busques a alguien en los archivos –dijo decidido-. Su nombre es Harry Potter.
-//Harry Potter// –repitió y por el tono que lo hacía y el sonido de fondo, daba a entender que lo tipiaba en un computador- //¿Estás seguro que ese es el nombre?// -le preguntó.
-Sí –respondió sin titubeo, mientras empezaba a caminar alrededor del dormitorio.
-//¿Qué nacionalidad es?// -preguntó el policía.
-Supongo que inglés. No lo sé en realidad.
-//¿Lo conoces hace poco?//
-No –dijo suspirando con cansancio, mientras llegaba a la ventana y veía por esta-. Lo conozco desde que soy un niño.
-//Nunca me hablaste de él// -decía, pero Severus no estaba seguro de que estuviera esperando una excusa, más bien parecía interesado en seguir tipiando y fue un comentario al azar- //No lo encuentro//
-Busca, por favor. Quiero saber si se casó y tuvo algún hijo, o si tiene un hijo de unos diecisiete años o un poco menos.
-//¿Interesado? –preguntó y por el tonó Severus supo que esta vez si estaba esperando una respuesta de su parte.
-Puede ser –dijo sin más, esperando que el policía encontrara algo.
-//Pues no veo nada sobre el tal Harry Potter// -dijo suspirando- //¿No tienes más datos sobre él?//
-No –dijo resignado-. Gracias por intentarlo.
-//No hay por qué// -respondió- //Por cierto, no te pierdas. Llámame para ir por un trago//
-Claro –dijo antes de colgar.
No podía sacarse la idea de la cabeza, esto estaba cada vez más raro. Recordaba a Harry desde siempre, como un buen amigo, como un compañero de juego, alguien que lo sacaba de su burbuja de frivolidades en las que su familia lo iba envolviendo día con día. Se concentraba en olvidarlo todo cuando estaba con Harry. Trataba de ser feliz, de ser libre, des estar en paz con el mundo.
¿Cuándo fue que dejó de pensar en ese niño de ojos verdes?
Cuando la vida le demostró con hechos que era un adulto, que debía tomar las riendas de las cosas, de su vida. Cuando creció y su padre lo puso al frente de su empresa y cabeza de la familia al morir él y su madre en un accidente aéreo. Se quedó solo. Recordó a Harry.
Pero ahora volvía a la ciudad que le vio nacer, que le dio a su primer amor, pero este se mostraba ante él con la misma apariencia que antaño y diciendo que siempre fue un ser que él mismo creó.
¿Y si Harry decía la verdad?
Eso era imposible, no podía ser que de verdad estuviera tomando en cuenta las palabras de ese niño al que no veía hace años. Tenía que ser mentira, pero por sobre todo, tenía que volver a verlo.
Salió de su habitación con las llaves de su Mercedes y caminó raudo al estacionamiento donde esperaba su preciado regalo. Fue el último que su padre le había hecho, por eso lo valoraba más que cualquiera de los otros tres autos que tenía. Se dijo que iba a ser precavido, pese a que moría por dentro por ver a Harry otra vez.
El trayecto que normalmente le hubiera llevado cerca de cuarenta minutos, sólo le llevó poco más de quince. Llegó a su mansión y estacionó, pero no se bajó del auto. Apoyó la cabeza en el manubrio sin atreverse a bajar aún.
-Estaba esperando que vinieras por mí –dijo alguien a su lado.
-¿Por qué? –preguntó sin levantar la mirada y sin preguntar como subió al auto sin que la puerta se abriera.
-Creo que tú mismo lo sabes –le dijo el joven.
-Quería que estuvieras aquí –dijo seguro y lo miró- ¿Cómo puedo creer en lo que dices?
-¿Aun quieres verme como un niño? –le preguntó sonriendo.
-No te recuerdo de otro modo.
-Sólo cierra tus ojos –le dijo tomándolo de la mano y Severus lo hizo-. Ahora, imagíname mayor, no como un anciano, por favor –le pidió divertido.
Severus se concentró, recordaba el rostro infantil de Harry y pudo visualizarlo en su mente como si estuviera con los ojos abiertos. Era increíble como recordaba cada detalle. Por eso no le costó mucho imaginarlo un poco mayor, con su rostro algo más maduro. Sus ojos seguían siendo del mismo verde increíble que lo absorbió de niño. Su cabello desordenado, pero su cuerpo sólo lo imaginó un poco más alto.
-Ahora abre los ojos, Severus –le pidió el joven.
-Esto no puede ser –se dijo a sí mismo, cuando efectivamente vio a Harry mayor frente a él, sin que este hubiera soltado su mano en ningún momento.
-¿Pudiste cambiar mi apariencia y no me quitaste los lentes? –le preguntó divertido- Según recuerdo me decías cuatro ojos cuando te molestabas por mis bromas.
-Me gustas así –admitió el mayor. Con algo de temor estiró la mano para tocar ese lindo rostro que aún lo cautivaba- ¿Esto es real?
-Tanto como lo es en tu mente –dijo Harry.
-¿Nadie más puede verte? –preguntó sin quitarle la vista de encima.
-Eso lo decides tú –el dijo-. Soy parte de tu mente, mi amor –le dijo sonriendo ante la cara de bobo que tenía Severus-. Si quieres que alguien me vea, lo verá. Si quieres que alguien me odie, lo hará.
-¿Y si quiero que me beses? –le preguntó sin dejar de mirar esos bellos ojos que ahora le miraban con tanto amor. Con ese amor que antes le hubiera gustado que le brindara, cuando era un niño.
-Eso no tienes que desearlo, eso es algo que yo mismo estoy deseoso de darte –le dijo Harry acercándose y besándolo.
Severus por fin tenía lo que siempre quiso, lo que anhelaba más que nada en el mundo. Por fin podía abrasarlo, como a un humano normal, no como el ente de luz que Harry decía ser, no como un recuerdo de su niñez, si no como lo que era ante sus ojos, un hermoso hombre que ahora devoraba su boca. Lo sentía tan cálido, tan pleno, algo que nunca vivió antes con ningún amante, pero que ahora le daba la alegría y satisfacción que siempre buscó.
Se separaron pues Severus era un humano normal, quería respirar, quería decir tantas cosas, pero no hallaba la forma de empezar su dialogo. Fue entonces que alguien golpeó la ventana de su auto, Severus se volteó y vio a Poppy Pomfrey, la más anciana de las trabajadoras de la mansión quien le sonreía del otro lado.
-Joven –le saludó como siempre, pese a que Severus rosaba los cuarenta.
-Hola, nana Pomfrey –saludó.
-Qué bueno que viniera –le dijo de corazón, pero entonces notó la presencia de Harry al lado de Severus-Oh ¿Quién es este adorable muchacho?
-¿Lo puedes ver? –preguntó sin pensarlo mucho.
-Por supuesto que sí, joven, no estoy ciega, por lo menos aun no –dijo divertida.
-Mucho gusto –dijo el menor-. Soy Harry Potter, el novio de Severus.
-¿Su novio? –preguntó divertida por la cara de Severus que miraba al joven Harry con cara de bobo enamorado.
-Sí –dijo Severus, mirando fijamente al menor-. No nos quedaremos por mucho tiempo, nana.
-Claro que nos quedaremos –dijo Harry.
-Bueno, voy a decirle a las cocineras que preparen tu plato favorito –dijo la mujer entusiasmada, mientras caminaba de vuelta a la casa.
-¿Por qué le dijiste eso?
-Creo que no recuerdas que te dije que estoy ligado a esta casa, Severus –le dijo con pesar-. Lo siento, pero si algo tienes que tener claro es que nunca podré dejar estos terrenos.
-¿Entonces qué es lo que sugieres? –preguntó sin saber muy bien que hacer.
-Di que estoy algo enfermo, que no puedo salir de la casa. Eres un hombre inteligente, Severus, sé que lo puedes hacer.
Severus asintió antes de volver a besarlo, haría lo que fuera por ese ser. Y si era necesario enclaustrarse en su propia casa, lo haría.
Fin
Continuará…
N/A: Bien, el segundo capítulo y final. Me falta el epilogo y habrá bebé. Sí, un bebé místico jejeje. Un beso Majo
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