1) Titulo: Languor aperio
2) Autora: snape white
3) Link:
http://www.fanfiction.net/s/2464195/1/Languor-aperio4) Fragmento:
<<-Bien, y ahora que ya estamos todos aquí, os contaré la idea.- Dumbledore parecía feliz, Snape estaba asqueado, pero aguantaba estoicamente. Harry tenía ganas de echar a correr y seguramente lo hubiera hecho si no fuese por que se sentía clavado en el suelo.- Vosotros dos no habéis empezado con buen pie y he encontrado la solución.
Snape levantó una ceja.
-Tendréis que ayudaros mutuamente- Dumbledore sonrió al ver las caras de sus oyentes- me explico. Pasaréis vuestro tiempo libre, o la mayor parte de él, juntos. No sólo se trata de pasar las horas en la misma habitación, sino de que Harry te ayudará en el laboratorio a ti- señaló a Snape- y Severus te ayudará con los deberes, Harry. Por supuesto también deberéis contar cada uno con la ayuda del otro en lo que necesitéis. Si me entero de que alguno de vosotros no cumple con su parte, seréis expulsados los dos- aquí Dumbledore se puso serio-. Tengo mis medios para saber todo lo que ocurre por el castillo. No lo dudéis, si alguno no se porta de forma debida, lo sabré y ni el cariño que siento por vosotros conseguirá detenerme. Y ahora os dejo para que planifiquéis vuestro tiempo libre.
Dumbledore dio media vuelta y dejó a los dos indignados. Harry pensaba que iba a vomitar y Snape no dejaba de apretar los puños tan firmemente que tenía blancos los nudillos.
Tardaron unos minutos en hablar, y cuando lo hicieron, no se miraron.
-Bien Potter. Los lunes miércoles y viernes usted será mi esclavo. Los martes, jueves y sábados viceversa- su cara se puso rígida.
-¿y los domingos, señor?
-Los domingos hay demasiado tiempo libre. Será nuestro día de descanso. Empezaremos mañana. Le espero en mi despacho a las 6.>>
<<Snape mientras tanto estaba en su escritorio. Ya había terminado los apuntes y ahora se dedicaba a encorvarse sobre un pesado libro. De vez en cuado echaba una mirada a la mesa de enfrente, en donde Harry se afanaba en cortar las impurezas del corazón.
Harry estaba concentrado en su tarea cuando notó una respiración en su nuca. Dando un brinco por el susto, se cortó sin querer en la mano. Su sangre caía y se mezclaba con la del corazón despedazado.
-Es usted un... – no sabía qué era. Seguro que no existía una palabra lo suficientemente desagradable para describir a Snape.
-Y usted es más torpe de lo que pensaba... déjeme ver...
Snape le cogió la mano y la acercó hacia su cara para observar la herida más de cerca.
-Vamos, vamos, Potter. No es tan grave, no sea crío.
-Si usted no me hubiera estado acechando...
-Discúlpeme, pero creía que podía pasear libremente por MI despacho.
-Oh, sí... es SU despacho, y también es SU culpa el que estemos aquí- Harry no se pudo contener.
Snape apretó la mano de Harry que seguía agarrando y sin darse cuenta puso uno de sus dedos sobre la herida, lo cual hizo que a Harry le escociera aún más.
-Sabe muy bien por qué estamos aquí.
-Sí, si lo sé. ¿Se droga usted todas las noches o sólo estaba probando la mercancía para los clientes?
Potter se estaba pasando. Estuvo a punto de pegarle otra vez, pero se contuvo. En vez de eso cogió el cuchillo y lo clavó en la mesa con furia.
-Se cree muy listo ¿No es eso? Siempre haciéndose la víctima, el héroe trágico... No es usted más que un crío patético con un orgullo preponderante. Termine con lo que estaba haciendo. Espere...
Snape levantó la varita y Harry se echó para atrás instintivamente, pero en lugar de atacarle, Snape le volvió a coger la mano y le curó.
-Ya no tiene excusas, Potter. Continúe.
Harry estaba atónito. Él había atacado y no había sido respondido todo lo violentamente que era capaz Snape. Se miró la mano, ya no sangraba, pero tenía una pequeña cicatriz que se terminaría de cerrar con el tiempo.
Cuando al fin acabó, limpió todo, se lo enseñó a Snape, quien dio un gruñido de aprobación y cuando fue a salir por la puerta, se paró vacilante.
-Er... ¿profesor?
Snape levantó la cabeza del libro a cuya lectura había vuelto.
-Mañana es jueves y er...-No sabía cómo continuar- según su planificación...
-Potter, mañana le ayudaré yo con sus cosas. Ese era el trato y no trataré de evadirlo.
-Eh, bien... Entonces¿dónde quedamos?
-No creo que pueda soportar estar encerrado en la sala de Gryffindor más de 5 minutos, y no quiero que nos vean en la biblioteca, así que, si no se le ocurre ninguna idea mejor, venga aquí con sus cosas a la misma hora.
Harry odiaba ese lugar, pero no quería tampoco que los vieran juntos. Sin duda si el profesor se sintiera observado, le trataría con mayor desprecio y ya era suficiente con cómo se comportaba normalmente con él.
-Bien, señor. Aquí estaré.
Y sin más, se fue a su torre a descansar.>>
<<-Bien, empecemos. ¿Qué es lo que tiene que hacer?
-Tengo que practicar transformaciones, encantamientos, buscar en el mapa estelar las conjunciones de los planetas, redactar un ensayo sobre la revuelta de los duendes y otro sobre las características de los Lethifods.-Recitó Harry con voz monótona.
-¡Y tiene que hacer todo eso hoy!- Snape se había quedado asombrado...
-Sí, señor.
-Bien... bien. Siéntese. Estrictamente hablando no tengo que hacerle los deberes, así que comience por lo que prefiera.- Snape estaba resignado.
Harry decidió empezar por las redacciones, lo más aburrido de todo. Primero hizo la de cuidado de criaturas mágicas. A Harry los Lethifods le parecían criaturas horribles, pero seguro que a Hagrid le entusiasmaban. El semigigante también les ordenó que hicieran un dibujo detallado del mismo, y Harry se dispuso a hacerlo.
-¿Qué se supone que está haciendo?- Snape sobresaltó a Harry, quien estaba muy concentrado. ¿Es que ese hombre no podía ser feliz sin asustar a la gente?
-Hago un dibujo explicatorio.
-¿Y qué se supone que es¿Una especie de gato? Si lo es, dibuja usted realmente mal.
Harry se sonrojó ligeramente.
-Es un Lethifod, señor. A lo mejor usted puede superarlo-. Le contestó un poco picado. A ver si le dejaba en paz de una maldita vez.
-Continúe, Potter.
Mientras Harry seguía en otro pergamino con la revuelta de los duendes, pues de repente se había hartado de los lethifods, Snape había cogido un cuaderno al estilo muggle y se concentraba en él mientras parecía escribir algo con un grafito. A Harry le desconcentraba el rasgueo veloz de Snape sobre el papel y de vez en cuando estiraba el cuello para ver lo que hacía el profesor, pero nunca lo conseguía.
Terminó con el ensayo de Historia y empezó con el de adivinación. Lo que menos le gustaba después de pociones. Harry resoplaba cada dos por tres. Se aburría muchísimo y le daba la impresión de estar perdiendo el tiempo. Al final Snape se hartó de oírle, dejó el cuaderno y se acercó a él.
-Parece usted la locomotora que les trae al colegio. ¿Cual es el problema?
Harry le miró sorprendido. No acertó a responder, así que Snape fijó su vista en el trabajo y dijo:
-Siempre he odiado esa asignatura. Adivinación, vaya una basura.- Snape estaba siendo expansivo. No sólo le había dado su opinión francamente, sino que se estaba poniendo en lugar de Harry. A este se le cayó la mandíbula de la impresión.
-Eh... ¿Podría ayudarme?
Snape le miró. Harry se arrepintió de lo que había dicho. Había sido un estúpido olvidando de repente con quién estaba hablando. Bajó la mirada a su mapa avergonzado. Al cabo de un rato, Snape cogió el trabajo.
-Déjeme ver...
Mientras lo leía iba señalando fallos y errores como: "Tiene usted una letra horrible, por eso dibuja tan mal" o "absorber se escribe las dos con B como en sorBete" lo juro, no me lo estoy inventando o "Su sutileza es mínima, por eso confunde los signos y en pociones es un desastre"... y así todo. Sin embargo, Harry notó que lo hacía con ánimo constructivo, no para ofenderle (o no sólo para ofenderle).
Al final Snape le dijo cosas que podía cambiar para mejorar y Harry terminó haciendo un ensayo de adivinación aceptable.
-Y ahora debería empezar con las prácticas. ¿Qué tiene que hacer exactamente?
-Para transformaciones continuar con la transformación de animales en lámparas y en encantamientos practicar el hechizo desilusionador... eh... con un compañero.
Snape suspiró.
-Entonces, vamos allá. ¿Tiene sapo?
-Er... no. Se me olvidó.
Snape puso los ojos en blanco.
-Espere aquí- y salió del despacho, pero volvió para asomar la cabeza -- . Y no toque nada -. Se fue definitivamente.
Harry empezó a pasear la vista por el despacho pensando que después de todo, no le estaba yendo tan mal. Snape estaba desconocido para él... ¿Por qué sería? Se fue fijando en los tarros repugnantes de la estantería con sus correspondientes etiquetas mientras paseaba por la habitación para estirar las piernas. Llevaba mucho tiempo sentado. Luego echó un vistazo a algunos títulos de la biblioteca privada de Snape. Se sorprendió al ver que no sólo había libros de pociones y de DCAO, si no novelas, revistas... Sus ojos fueron atraídos por un grueso volumen de tapas de cuero negro atado con un cordel fino de color verde. Lo cogió y se sorprendió al abrirlo: era un álbum de fotos.
Como siempre, a Harry le pudo más la curiosidad que el sentido común y empezó a hojearlo.
Vio imágenes en movimiento de un Snape bebé con los que indudablemente eran sus padres, un Snape niño y un Snape adolescente. Estas últimas le interesaban más. Había fotos hechas en Hogwarts, incluso en alguna le pareció ver por detrás de la figura de Snape a alguna cara conocida. Por fin descubrió en una a su padre, quien miraba con cara de pocos amigos cómo Snape abrazaba a una chica muy guapa mientras ésta le daba un beso en la mejilla. James parecía de verdad molesto, hasta desapareció de la foto por un extremo. Cuando esto ocurrió, Harry se fijó en Snape. Era mucho más atractivo que ahora... Tal vez fuera porque no paraba de sonreír y se movía con gracia y sin afectación. En general todas las fotos mostraban a un Snape feliz y Harry no acertaba a comprender cómo su profesor había cambiado tanto. Miraba a la chica con embeleso y ella le devolvía la terna mirada... con unos ojos idénticos a los de Harry.
Harry cerró el álbum de golpe y lo colocó en el estante rápidamente.
Volvió a su asiento en la mesa alejada del escritorio. Estaba pálido. No comprendía cómo era posible, pero las fotos no debían estar trucadas... lo que había visto, había sucedido en el pasado.
-Creo que esto valdrá.
Harry se dio la vuelta y encontró al Snape actual, envejecido antes de tiempo, desaseado, cruel y cerrado en sí mismo. Harry no sentía odio por él, no en ese momento, sino lástima.
-Gracias, profesor.
Snape le dio el sapo. ¿Qué le pasaba al chico? De repente tenía una mirada triste y melancólica... Bah, adolescentes.
Harry intentó transformar el sapo en lámpara, como McGonagall les había dicho, pero le era imposible concentrarse por mucho que lo intentara.
No paraba de darle vueltas al asunto. Snape y su madre... ahora entendía por qué Snape le miraba así siempre: era idéntico a su padre, pero con los ojos de su madre... o sea, que veía el triunfo de James sobre él y encima los ojos de ella estaban siempre presentes en una cara idéntica a la de su enemigo... Debía despertar recuerdos muy dolorosos al profesor.
-Eso no está bien, Potter- Harry pegó un brinco al descubrir que Snape estaba mirando por encima del hombro lo que hacía.
-Lo estoy intentando.
-Es usted un vago redomado. Tiene que concentrarse más. Observe.
Ante los ojos de Harry, el sapo se convirtió en una lámpara de pie gótica labrada en ónice con la pantalla de color verde y luego volvió a su forma original.
-Ahora es su turno.
Harry lo intentó. No le salió y Snape le obligó a practicar hasta que por fin lo logró tres veces seguidas. A Harry le extraño que el profesor pusiera tanto empeño en que aprendiera.
"Supongo que se toma su trabajo muy en serio"- pensó.
-Cuando regrese a su torre, devuélvaselo a Longbottom.
Harry miró al sapo.
-¿Es Trevor?
Snape le miró con malicia. Era Trevor. Lo que Harry no podía imaginar era cómo había caído en manos del profesor. Seguro que se le había escapado a Neville, como siempre, y Snape lo había guardado hasta entonces con la esperanza de usarlo para algo.
-Y ahora... encantamientos.
Harry asintió. Se le hizo un nudo en el estómago, iba a tener que practicar un hechizo que no dominaba del todo con el profesor y no sabía qué pasaría si le salía mal... Hoy por lo menos no le había amenazado de muerte, y dudaba que intentar algo como desilusionarle fuera a ser algo provechoso.
Viendo la indecisión de Harry, Snape cogió a Trevor otra vez y le dijo:
-Practique primero con él.
Harry lo hizo tres veces seguidas bien (el hechizo y el contrahechizo), así que a Snape no le quedó más remedio que ser desilusionado.
Estaba en posición frente a Harry cuando éste estornudó. Snape le miró con desagrado.
-Lo siento. Ayer me resfrié con la lluvia.
-Espero que no le pase mientras intenta camuflarme... o lo lamentará.
Harry se sintió ofendido y le lanzó el hechizo sin avisar. Lo había hecho a la perfección. Snape sintió como si algo helado bajase por su cuerpo y al instante vio como su apariencia se asemejaba a la de la pared del fondo. Harry no pudo evitar sonreír. Se imaginó a Snape convertido en camaleón, reptando por las paredes y sacando la lengua...
-Bien, estoy esperando-. La fría voz del profesor le sacó de sus pensamientos. Parecía un poco molesto.
-Eh, sí.
Harry tocó con su varita a Snape y el encantamiento se rompió.
-No está mal del todo, Potter.
A Snape le había impresionado de verdad que Harry lo hubiera hecho a la primera, aunque no lo hubiera reconocido ni siquiera bajo tortura. Harry aceptó el comentario orgulloso. Viniendo de Snape, eso era casi un elogio.
Como ya había terminado, se agachó para meter sus libros en la mochila. Tosió.
"Maldito resfriado"
Snape estaba sentado tras su escritorio de nuevo. Observaba cómo el chico recogía sus cosas. Se parecía mucho a su padre... y a su madre. Lily... No quería olvidarla por nada del mundo, aunque no le hacía ningún bien recordarla. Desgraciadamente, Harry le recordaba mucho a ella.
Cogió un trozo de pergamino y garabateó: "Harry Potter ha estado bajo castigo en mi despacho hasta las 23.30. Severus Snape."
-Potter, tome. Si alguien le para por el camino para pedirle explicaciones por rondar fuera de hora por el castillo, enseñe esto.
Harry lo cogió y se dirigió a la puerta. Estaba cansado. Se despidió sin ser respondido pensando en lo que había visto en la foto... no le molestaba, pero le intrigaba. ¿Qué había pasado realmente entre sus padres y Snape? Tal vez nunca lo sabría.>>
<<Harry intentó que no se rozaran sus manos mientras duró esa explicación. No sabía por qué, pero no podía tocar a su profesor. Le daba vergüenza, como si fuera a violar la intimidad del hombre.
Snape se dio cuenta y le pareció muy divertida la reacción del chico ante su proximidad, así que, sin apartar su máscara de seriedad y profesionalidad, le rozó la mano aposta con la excusa de quitar otro pétalo y descubrió con deleite que el otro la apartaba.
"Vaya, vaya... qué tímido y vergonzoso es este Potter. Ni que temiera contagiarse si me toca."- pensó Snape.
Así que el profesor ya tenía otra nueva distracción que además servía para atormentar al pobre chico. Cada vez que veía a Harry elegir una flor del montón, él iba "distraídamente" a por la misma y de paso aprovechaba para rozarle. Era una chiquillada, pero a Snape le gustaba molestar, y molestar a Potter era su especialidad. ¿Cómo podía ser tan simple el chico?
Harry no podía creerlo. ¿Lo estaba Snape haciendo aposta¿Estaba cogiendo las flores a por las que él iba¿Y no podía alejarse un poco más? Si hubiera sido cualquier otro, le habría seguido el juego... pero jugar con Snape debía de ser peligroso. Así que, simplemente, hizo como que no se daba cuenta.
Siguieron trabajando en silencio hasta que no quedó una sola flor entera encima de la mesa. Cuando por fin terminaron, Snape volvió al escritorio con gesto malhumorado a coger el periódico y Harry se despidió del profesor ligeramente desconcertado.
Cuando Snape escuchó cerrarse la puerta, una vez solo y sin sentirse observado, se permitió relajarse y esbozar una pequeña sonrisa.>>
5) Esta es la primera historia snarry que lei .. tiene muchas partes buenas, pero estas en particular llamaron poderosamente mi atencion... es muy buena, muestra a un Severus un poco agresivo y un Harry a la par sin dejar de ser tierno y sinceramente me encantan.. adore la historia asi que la recomiendo al 100%...