Titulo: Esta noche te voy a estrenar
Autora: Araleh Snape
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http://www.slasheaven.com/viewstory.php?sid=25007&chapter=1Fragmento:
<<Quinientos galeones era el premio para aquel que adivinara el número de cumpleaños de Albus Dumbledore aquella noche, grandes apuestas corrían por todos los rincones del gran salón de Hogwarts. Sólo había una persona que ignoraba el juego, él tenía el suyo, muy personal y extremadamente ansiado. Severus logró atrapar a Harry en uno de los oscuros rincones sin que nadie se diera cuenta y lo llevó hacia un corredor vacío donde lo aprisionó contra la pared.
- Severus… ¿qué haces?... deberíamos volver a la fiesta –dijo Harry esquivando sonriente el beso que Severus quería darle-.
- Yo no quiero fiesta… ¡te quiero a ti!
- Pero es el cumpleaños de Dumbledore, es mala educación salirnos así.
Severus no le hizo caso, le miró con lujuria brillando en sus intensos ojos negros, y ante eso, Harry se apresuró a soltarse intentando regresar al salón. Sin embargo, Severus le sujeto del brazo atrayéndolo con fuerza hacia su cuerpo. Aquella cercanía hizo que Harry se ruborizara al máximo. Rápidamente intentó retroceder pero su pareja se lo impidió.
- Suéltame… por favor. –le suplicó tímidamente-.
- Estás temblando, Harry. –le respondió susurrándole sensualmente al oído-. Puedo sentirlo, me deseas tanto como yo.
- No seas malo… no me gustaría que alguien nos vea así.
- ¿De verdad, amor?... ¿De verdad no quieres que te abrace y que te bese con locura?
Severus unió sus labios a los de Harry y pudo comprobar que el muchacho se estremecía de deseo, que su garganta lo delataba emitiendo suaves gemidos de placer que lo hacían enrojecer mucho más. De pronto, una puerta se abrió y Harry aprovechó la distracción de Severus para regresar corriendo al salón, dejando a su novio gruñendo en frustración. La pobre pareja de Hufflepuff pagó las consecuencias de su interrupción y terminaron colgados del techo por sus tobillos, sin siquiera saber lo que había pasado… ellos sólo querían regresar a dormir temprano.
No me dejas que te toque
Ni la sombra de tu pelo
No me dejas que te roce
Tu mejilla con un beso
Minutos más tarde, Severus estaba sentado solitario en una de las mesas, bebiendo copa tras copa de whiskey de fuego. Remus Lupin se le acercó junto con Dumbledore, ambos estaban viendo preocupados el comportamiento del profesor.
- Vas de dejar secos los viñedos si sigues bebiendo así. –bromeó Remus-. ¿No quieres invitarme un poco?
- ¡No! –gruñó Severus-.
- ¿Qué hizo ahora Harry? –preguntó Dumbledore pacientemente, sabía que como siempre, Harry era el dolor de cabeza del profesor, antes por odiarlo, hoy por amarlo-.
- ¡Es un niño necio, insoportablemente necio!
- Siempre lo ha sido, así te enamoraste de él. –comentó Remus divertido del desahogo de su ¿amigo?-.
- No es gracioso, Lupin. –protestó el hombre de cabellos oscuros-. ¡No sé qué le pasa!... ¿Cree que lo voy a tolerar toda la vida? ¡Pues se equivoca, esto se acabó, no va a hacer conmigo lo que se le venga en gana!
....
- ¿Quieres saber cuántos años tiene Dumbledore en realidad?... eso yo puedo decírtelo.
- ¿En serio? –preguntó entusiasmado-. ¿Cuántos?
- Ven, te mostraré algo.
Si bailamos abrazados
Siempre estás diciendo: menos
Si me quedo con tus manos
Las retiras al momento
Severus tomó a Harry de la mano con fuerza para impedir que se soltase, sabía que el muchacho podía resistirse a permitirlo y menos delante de tanta gente con cámaras en busca de un recuerdo del salvador del mundo. Harry se olvidó momentáneamente de todo, le emocionaba saber que podía tomar ventaja ante los demás y ganar la apuesta, era lógico suponer que Severus estuviera bien informado de la verdadera edad de Dumbledore, después de todo eran buenos amigos.
- ¿Y qué es lo que me vas a mostrar? –preguntó Harry impaciente-.
- Esto.
Sin que Harry supiera cómo, se volvió a ver envuelto en los brazos de Severus y los labios de éste reclamaban la entrada en la dulce boca del chico. Por un segundo, Harry no supo cómo reaccionar, abrió los ojos con sorpresa, aquel beso era hermoso e intensamente delicioso, pero no se quedó mucho tiempo a disfrutarlo, se separó de Severus mirando a todos lados apenado de que alguien los hubiera visto en una situación tan íntima, y aún a pesar de eso, sus brillantes ojos verdes relucían más que nunca.
- ¡Sev, no hagas eso, ya te lo he dicho muchas veces! –le pidió con un intenso color rosado en sus mejillas-.
- Y yo te he dicho que llegaría el día que no podría soportar más y te tengo noticias, Harry Potter… hoy es ese día.
- ¿Qué quieres decir? –preguntó intensificando el rubor de su rostro-. Me asustas.
Por toda respuesta, Severus se inclinó sujetando a Harry por las piernas y de un movimiento lo echó sobre sus hombros con gran facilidad. Ya le era imposible detenerse, deseaba a Harry tanto que dolía, y ese muchachito terco no hacía más que incrementar su turbación con ese sonrojo que lo enloquecía a rabiar.
- ¡Severus, bájame! –pidió Harry con el corazón acelerado-. Por favor, Hermoso, que me da vértigo.
- Ni pareces el gran Hary Potter. ¿Qué dirían tus admiradores si te oyen hablar así? –cuestionó sin poder evitar divertirse de sentir a Harry luchar por regresar su cabeza a una posición vertical sin conseguirlo-. ¿Quieres que se enteren todos que te mareas si te ponen cabeza abajo?... no entiendo cómo pudiste jugar al quidditch todos éstos años.
- No te burles de mí… ¿a dónde me llevas? –preguntó curioso al ver que Severus empezaba a caminar, pero él sólo veía las baldosas acercarse y alejarse a su cara, no podía asegurar a dónde se dirigían-.
- ¿No lo adivinas, precioso?
En ese momento, Harry abrió los ojos como platos, comprendió las intenciones de Severus y pensó que tenía que hacer algo para evitar que se saliera con la suya.
- Si no me bajas, voy a gritar. –amenazó no muy convincentemente-. Te estoy hablando en serio, Hermoso.
- Sí, Precioso, puedes gritar todo lo que quieras –respondió Severus sin inmutarse-. Veremos quien acude a tu rescate.
- ¿No me crees capaz, verdad?... Pues te lo voy a demostrar…. ¡Profesor Dumbledore! –gritó Harry con todas sus fuerzas, provocando que Severus apretara los párpados-. ¡Ayúdeme, profesor Dumbledore!
Ya esta bien de niñerías
Ya está bien de tanto miedo
Ya no soy ningún muchacho
Sabes bien que te deseo
Se que tú sientes lo mismo
En el fondo estás pidiendo
Que te llene de caricias
Como yo lo estoy pidiendo
......
Hasta aquí he podido aguantar
Pero ya no habrá adiós sin mil abrazos
Esta noche te voy a estrenar
Y a beberme tu amor de un solo trago
Harry ya se había cansado de tanto gritar, además, ya no tenía caso hacerlo, estaban demasiado lejos y por las escaleras que habían bajado supuso que pronto estarían en su destino final. El corazón le palpitó expectante cuando el hombre entró con él a su habitación, dejándolo caer suavemente sobre el colchón. Rápidamente Harry retrocedió hacia la cabecera y ahí se cruzó de brazos haciendo un contradictorio puchero.
- Si dejas de respirar te meterás en problemas. –le advirtió Severus cada vez más divertido-.
- Eres malo… cruel… perverso… odioso.
- Ni sigas porque me estás excitando más.
Harry guardó silencio automáticamente, pero al ver que Severus empezaba a quitarse la ropa al mismo tiempo que lanzaba hechizos para atenuar la luz y aromatizar el ambiente, Harry se cubrió la cara con sus manos.
- Sev… Severitus… Severititus… Cosita hermosa, por favor dime que no estás pensando hacer lo que creo que estás pensando hacer. –pidió angustiado-. ¿Cosita?
- Cuando me conozcas del todo, dejarás de llamarme “cosita” –le aseguró repitiendo el sobrenombre con repulsión-.
- Eres un presuntuoso. –respondió sin poder evitar reírse-. Anda, no seas malito y volvamos a la fiesta que perderé mi dinero y… ¡Oh, por Dios! –exclamó al tiempo que sus dedos se entreabrían para espiar entre ellos justo en el momento en que Severus quedaba completamente desnudo, evidenciando su excitación que desafiaba toda ley de gravedad… ¿todo eso es tuyo? –preguntó admirado, e instintivamente terminó de retirar las manos, liberando sus ojos que miraban avariciosos el manjar que se le presentaba-.
- Y tuyo también. –respondió Severus acentuando su mirada lujuriosa, sobre todo porque Harry continuaba totalmente vestido y ansiaba remediar eso-.
- ¿Puedo tocar? –se aventuró a preguntar, no sin antes enrojecer notablemente-. Aunque sea un poquito.
- ¡Por favor! –exclamó Severus abriendo los brazos sin poder evitar un poco de sarcasmo en su comentario-. De eso estoy pidiendo mi limosna.
Harry sonrió, y gateando se fue acercando hacia donde Severus esperaba de pie. Por un momento miró al hombre como esperando una última autorización para actuar y al ver la ansiedad en su mirada, fue acercando el dedo índice de su mano derecha, un poco tembloroso pero decidido a hacerlo. Cuando finalmente pudo comprobar la tersura de su piel y la dureza palpitante, a pesar de sólo haber colocado la yema de su dedo sobre el glande del hombre por un segundo, Harry cayó sentado en la cama, volviendo a esconderse tras de sus manos, pero en esta ocasión para ahogar un grito de emoción que brotó de su alma misma.
- Nunca había tocado uno.
- Más te vale, Precioso. –advirtió juguetón-.
- ¡Es hermoso!... ¡Perfecto! –exclamó ante el beneplácito de su pareja-. ¡Me gusta, sí que me gusta!
- Eso es bueno porque tú también le gustas mucho a él, me lo dijo.>>>
Razón del fragmento e historia: Es sumamente gracioso ver a Harry en esa postura y muy tierno de Severus el aguantarlo... es muy recomendable...