La Mazmorra del Snarry
¿Quieres reaccionar a este mensaje? Regístrate en el foro con unos pocos clics o inicia sesión para continuar.

La Mazmorra del Snarry


 
ÍndicePortalÚltimas imágenesRegistrarseConectarseFacebook
La Mazmorra del Snarry... El escondite favorito de la pareja más excitante de Hogwarts

 

 Un mes para el recuerdo... Juno Snape...4 de mayo

Ir abajo 
AutorMensaje
Juno Snape
Aprendiz de vuelo
Aprendiz de vuelo
Juno Snape


Yo entré 2 (D.I.S. 2014) Juego del verano 2 Juego del verano 1 Tú eliges cómo continuar 1 El pergamino Apolillado-Navidad 2015 Navidad 2015 Yo entré-Mes del amor Yo traje mi regalo
Femenino Cantidad de envíos : 329
Fecha de nacimiento : 13/09/1991
Edad : 33
Galeones Snarry : 68147
Fecha de inscripción : 27/04/2012

Un mes para el recuerdo... Juno Snape...4 de mayo Empty
MensajeTema: Un mes para el recuerdo... Juno Snape...4 de mayo   Un mes para el recuerdo... Juno Snape...4 de mayo I_icon_minitimeSáb Mayo 04, 2013 6:52 pm

a) Título del fanfic: Sueños

b) Autor (a): Crazyfantasia

c) Link a la historia: http://www.slasheaven.com/viewstory.php?sid=25347

d) Fragmento que deseen recordar del fanfic en cuestión:

El sueño llegó tan silencioso como una serpiente y tan imperceptiblemente que no se dio cuenta de lo que estaba pasando hasta que fue demasiado tarde. Cuando por fin se percató de que nuevamente Severus lo había invado fue incapaz de hacer nada más que observar lo que estaba haciendo ese hombre con él. Ambos estaban recostados en el pasto muy cerca de una cascada que apagaba los sonidos de la selva. Harry torció la boca al descubrir esto. Los lugares que escogía ese hombre para hacer sus ‘cochinadas’ eran muy variados.
‘Mágicos y bellos, no hay duda’ –no pudo evitar pensar al ver que ese lugar era hermoso.
La luz de la luna caía sobre ese claro y bañaba de plata a los dos cuerpos desnudos. El sonido del agua era el acompañante perfecto para los gemidos de placer que los amantes se prodigaban sin descaro. Harry deseó dejar de verlos, de escucharlos, pero era imposible. La forma en que Severus lo acariciaba lo tenía completamente hipnotizado. Jamás habría creído posible que esas grandes manos pudieran deslizarse tan delicadamente sobre su piel, que de sus generosos labios salieran tan exquisitas palabras de amor, que su cuerpo blanco y esbelto se pudiera mover de esa manera tan sensual, pero lo que realmente lo impactaba era la expresión de su ‘yo’ El rostro de Harry irradiaba tanto placer y amor que lo hacía preguntarse si era cierto que disfrutaba tanto haciendo el amor con Severus.
‘Eso es mentira. Todo es mentira’ –se dijo mientras seguía con voracidad el vaivén de las caderas del hombre–. ‘Yo jamás disfrutaría de esa manera el estar con Snape. Él pone en mi mente estas imágenes para torturarme. Sólo para eso’
El acto de amor fue largo y muy placentero para su imagen que llegó al clímax gritando el nombre de su amante. Severus también lo consiguió tras embestir con fuerza el interior de su amante.
-¡Oh, Harry! ¡Fue… maravilloso! –dijo Severus entrecortadamente mientras llena de besos el rostro de su pareja.
-¿De verdad? –le preguntó el moreno con una pequeña sonrisa temblorosa.
-Como siempre porque eres perfecto, cariño –se retiró de su cuerpo con delicadeza.
-Tú también lo eres, mi amor –y se fundieron en un beso muy apasionado.
‘¡Ya basta, por todos los cielos!’ –se dijo Harry con frenesí y cerró los ojos con fuerza–. ‘¡Deja de besarlo!’
Ya no soportaba verlos besarse, pero no era porque le pareciera asqueroso. Ese sentimiento lo había desechado desde hacía mucho tiempo. Más bien era porque deseaba que Severus lo besara a él y no a su imagen. Deseaba ser él y no esa vulgar copia la que estuviera entre sus brazos, ser él quién recibiera su dureza. En cuanto pensó esto se dejó caer en el pasto sollozando sin control.
‘Por fin lo lograste, Severus. Hiciste que me volviera loco. ¡Te deseo, maldito seas! ¡¡¡Te deseo con toda mi alma!!!’

(…)
Severus se despertó sobresaltado y se dejó caer de nuevo en la cama mientras lloraba sin consuelo. Las dos últimas veces que había soñado con Harry habían sido terribles porque su chico de ojos verdes ya había dejado de amarlo. Se sentía destrozado por dentro por esto, pero al poco tiempo se tranquilizó. No debía olvidar que esos eran solamente sueños y que en la realidad, las lluvias ya habían llegado. Suspiró profundamente cuando la esperanza de que Harry iría a buscarlo muy pronto, llenó su ser. Se levantó de la cama y miró con curiosidad la pared que estaba frente a él. Vio que estaba echada hacia atrás y la tocó con cuidado esperando que no se derrumbara. Miró hacia todos lados para avisarle a alguien sobre al estado de la pared, pero recordó que seguía en la enfermería y que estaba completamente solo. De pronto cayó en la cuenta de que si estaba solo, lo culparían de esa pared estropeada y posiblemente lo echarían de ese lugar. ¡No podía permitir eso! Si se iba, entonces Harry jamás lo encontraría.
-Repárate, por favor… repárate, por favor –dijo Severus susurrando mientras mantenía los ojos bien cerrados.
Había descubierto que si deseaba algo con la suficiente energía, ésta se le concedía siempre y cuando tuviera los ojos cerrados. Obviamente había hecho ese intento mientras pedía que Harry apareciera, pero no le había funcionado con él. Abrió los ojos y casi aplaudió al ver que la pared estaba reparada.
-No van a cambiarme, no van a cambiarme –canturreó feliz mientras salía del cuarto, pero no pudo ir muy lejos.
Fuera de ésta se encontraba una enfermera que lo obligó a regresar a su cama y aunque no volvió a dormir, se levantó de un buen ánimo por la mañana.

(…)Llegar a la clínica de rehabilitación no fue ningún problema y se quedaron parados viendo hacia la construcción.
-No detecto ningún escudo protector –comentó Hermione en voz baja–. Sólo espero que Severus no haya dicho una palabra sobre… –pero sorpresivamente se quedó hablando sola.
Harry se había alejado para lanzarle un hechizo a la alta reja que rodeaba al oscuro edificio y que saltó de su lugar dejándole el paso libre. El chico de ojos verdes había alcanzado a distinguir a Severus en la ventana y su ansiedad por él superó a cualquier precaución. Llegó a la cerrada puerta en un parpadeo y repitió el hechizo.
Severus se sobresaltó al ver como la reja se abría con estrépito, pero no pudo distinguir a nadie. Volvió a saltar cuando la puerta a su lado se abrió con brusquedad y no pudo evitar gritar cuando sintió que alguien lo abrazaba con fuerza.
-¡Severus! –dijo Harry lleno de alegría y se abalanzó sobre los entreabiertos labios del hombre que tardó sólo un par de segundo en saber que su chico era el que lo estaba abrazando.
-¡Harry! –exclamó Severus cuando sus labios fueron liberados–. ¡Harry! ¡Sí viniste por mí!
-¿Aún me amas? –le fue imposible detener la pregunta.
-Con toda mi alma –le contestó él con innegable sinceridad.
-Y yo a ti –le dijo antes de volver a abalanzarse sobre sus labios. (…)

-No quisiera decir esto, pero me estás poniendo realmente nervioso y no me gusta sentirme así –Severus vio sus piernas frente a él–. ¿Qué es lo que sabes de Harry Potter que no quieres decirme? ¿Será la clave para poder matarlo? Porque como bien sabes, no he podido hacerlo a pesar de que lo he intentado innumerables veces. Algo tiene ese niño que me impide tocarlo y mucho menos lastimarlo o matarlo. ¿¡Cuál es el secreto de Harry Potter!? –exigió iracundo al tiempo que lo tomaba de la túnica para elevarlo a la altura de su cara–. ¡Dímelo ya!
-Púdrete –le dijo en voz baja, pero con firmeza.
-De acuerdo –dijo Voldemort soltándolo y Severus cayó al piso con un ruido sordo–. Si no quieres decírmelo por las buenas, lo harás por las malas –lo amenazó con una cruel sonrisa–. Rogarás porque te mate antes de que termine contigo, infeliz traidor.
Severus ya esperaba ese momento y se preparó para defenderse contra la invasión a su mente. Sabía que iba a ser difícil, pero no le permitiría a Voldemort ver lo que contenía su cabeza. Prefería mil veces perder todos sus recuerdos antes que dejar que él los obtuviera y no… no era porque temiera que encontrara la clave para matar a Harry Potter porque no tenía ni la más remota idea de cómo hacer eso y aún si la tuviera, jamás se la daría. Más bien actuaba de esa manera porque sus pensamientos eran la única cosa que le pertenecían a él y a nadie más. Había anticipado el proceder del mago tenebroso desde hacía mucho tiempo… desde la primera vez que lo vio observándolo con perspicacia, como si intuyera que no era lo que aparentaba. Se pasó muchas horas investigando la Oclumancia para poder defenderse y para su fortuna encontró la forma de evadir la intrusión de su antiguo amo. Sin embargo no podía ponerla en práctica hasta que fuera atacado y ese momento había llegado. Cerró los ojos con firmeza y colocó el primer candado cuando sintió el poderoso embate de la mente de Voldemort. Con cada intento que hacía el mago tenebroso de entrar en su cabeza, Severus enterraba más y más recuerdos a la vez que convertía a su mente en una auténtico laberinto lleno de trampas y mortales hechizos. Sentir la inmensa ira de Voldemort lo ayudaba a hacer cada vez más inaccesibles sus recuerdos. Hubo una pausa en la que los dos tomaron aire para recuperar energías y Severus supo que el fin había llegado. Había guardado para el último las tres únicas cosas que no debía perder por nada del mundo y que eran: un último hechizo para poder huir de una muerte segura a manos de ese desquiciado, la llave para recuperar sus recuerdos, y por último, el más importante de todos… su inmenso amor por Harry Potter. Uno tan grande y desesperado que jamás desaparecería a pesar de que muriera y que tampoco podía ser encerrado ni bajo mil hechizos. Con gran delicadeza puso ese amor en su palpitante pecho sabiendo que Voldemort no lo encontraría pues el mago tenebroso jamás comprendería los secretos que guarda un corazón enamorado.
‘Mi amor… mi corazón… todo mi ser siempre ha sido tuyo, Harry… mi amado de ojos verdes’ –se dijo mientras regresaba a terminar el trabajo en su mente.
El mago tenebroso volvió al ataque y Severus, con las pocas fuerzas que le quedaban, conjuro el hechizo de desaparición. No escogió ningún lugar en especial para no ser seguido ni detectado y aterrizó con fuerza sobre un árido suelo. El sol brillaba con fuerza sobre él y le dedicó un último pensamiento a Harry antes de poner el último candado a su mente, pero dejando a la mano la llave para que algún día pudiera recuperarlos. Estaba oculta, no había duda, sin embargo también bastante accesible. Y esa llave era: Hogar. Cuando supiera que había vuelto a su hogar, los candados se abrirían dejando libres sus recuerdos y por ende a él para luchar por el amor de Harry Potter.


(…)-Sólo los débiles y los tontos lloran, Potter –escuchó que le decía una dura voz y el chico levantó la cabeza con rapidez–. Y haz el favor de soltarme. No tienes mi permiso para tocarme.
-¡Severus! –Harry se alejó trastabillando y se le quedó viendo con los ojos desorbitados.
-¿Severus? –el hombre levantó una imponente ceja que hizo temblar a Harry–. No recuerdo haberte dado mi autorización para llamarme de esa manera.
-Pero… pero… ¿no recuerdas nada de lo que… que… hemos hecho juntos? –le preguntó aterrado cuando una horrible idea se le ocurrió.
-No sé a qué te refieres –el hombre se bajó de la cama–. Nuestra relación siempre ha sido de profesor a estudiante y jamás será de otra manera. ¿Qué haces aquí? ¿No deberías estar en clases?
-¡Severus, no! –dijo con voz desfallecida al confirmar que su amado no recordaba nada de lo que había sucedido entre ellos las últimas semanas–. ¡No me hagas esto, por favor! –se aferró al hombre, pero éste lo aventó lejos de él.
-¡No vuelvas a decirme Severus, Potter! ¡50 puntos menos para Gryffindor por faltarle al respeto a un profesor! –y le regaló una despreciativa mirada como en antaño–. Ahora vete antes de que te ponga una detención.
-Está bien –aceptó Harry sintiendo como su mundo se acababa.
Caminó hacia la puerta sintiendo que todo giraba a su alrededor sin control. Antes de salir se atrevió a mirar sobre su hombro para ver si su amado cambiaba de opinión, pero Severus permanecía quieto e imperturbable como siempre lo había sido. Sus hombros cayeron irremisiblemente y ahogó un sollozo cuando al fin comprendió que lo había perdido para siempre.
-Debo hacerte una pregunta antes de que te vayas, Potter –la voz de Severus lo hizo detenerse y se giró para mirarlo–. ¿Qué opinas sobre la traición?
-¿La traición? –preguntó confundido.
-Sí… la traición –Severus se acercó al chico sin dejar de mirarlo a los ojos–. ¿Traicionarías a la persona amada? –y sorpresivamente lo tomó de la cintura y lo jaló hacia su cuerpo–. ¿Serías capaz de traicionarme, Harry?
-N-no –contestó el chico de ojos verdes impactado.
-Yo tampoco, mi amor –le dijo antes de besarlo apasionadamente.
A Harry le tomó algunos segundos darse cuenta que Severus había fingido que no lo recordaba y eso lo llenó de enojo. Aventó al hombre y se le quedó mirando echando chispas por los ojos.
-¿¡A qué estás jugando, Severus!?
-A lo mismo que tú, mi amor –le contestó él riendo sin evidenciar ningún remordimiento–. Quise que sintieras lo que sentí cuando me encontraste siendo babeado por la sabelotodo de Granger. No es nada agradable pensar que puedes perder a la persona que amas más que a ti mismo, ¿verdad?
-Eres un… un… ¡ser despreciable, profesor Snape! –le gritó más enojado.
-Lo sé –volvió a tomarlo de la cintura–. Siempre lo he sido y jamás cambiaré, pero a pesar de eso me amas, ¿no, Potter?
-¡Suéltame! –forcejeó, pero jamás pudo separarse del cuerpo del hombre.
-Jamás, cariño –le contestó él al tiempo que bajaba la cabeza para besarlo en el cuello–. Jamás te soltaré y ahora menos que nunca que ya recuperé mis recuerdos. Y te juro que estás en todos y cada uno de ellos… por siempre y para siempre. Te amo con locura, Harry.
Harry dejó de luchar y le ofreció sus labios que fueron tomado de inmediato. ¿Qué importaba una pequeña y tonta broma? Había vuelto a nacer al saber que Severus no lo había olvidado y que seguía amándolo.
-¿Y cómo recuperaste tus recuerdos? –preguntó Harry antes de arrastrar a su amado hacia la cama que minutos antes había abandonado.
-Es una larga historia –le contestó Severus con los ojos brillantes de deseo–. ¿Quieres escucharla ahora o hacer cosas más interesantes?
-Lo dejaremos para más tarde –le contestó él con una pícara sonrisa–. Lo único que me interesa ahora es que me ames y que me digas que nunca, nunca me dejaras ni me olvidarás.
-Nunca te olvide y jamás te librarás de mí, Harry Potter –le prometió Severus de corazón.
-Ni tú tampoco, Severus Snape –le confirmó a su vez el chico antes de sumergirse en un mundo de caricias y besos que no pararon en mucho tiempo.
Cuando ya Harry descansaba sobre el fuerte pecho de Severus, dio gracias al cielo de que los sueños existieran porque muchos de ellos se hacían realidad.

e) Razones por las que recuerdan ese fragmento en especial.
Este fic es bastante bueno, me gusto por ser sorpresivo y original, unir a Harry y Sev por los sueños, como se enamoro nuestro pequeño héroe, me gusto bastante aunque hay que reconocer que usan a un Severus diferente mas débil y sensible es encantador igual, mas cuando vuelven sus recuerdos y se comporta tan el jajajaj Este fic lo recuerdo bastante y por eso quise ponerlo como el elegido para hoy Very Happy
Volver arriba Ir abajo
 
Un mes para el recuerdo... Juno Snape...4 de mayo
Volver arriba 
Página 1 de 1.
 Temas similares
-
» Un mes para el recuerdo... Juno Snape...31 de mayo
» Un mes para el recuerdo... Juno Snape...16 de mayo
» Un mes para el recuerdo... Juno Snape...8 de mayo
» Un mes para el recuerdo... Juno Snape...29 de mayo
» Un mes para el recuerdo... Juno Snape...21 de mayo

Permisos de este foro:No puedes responder a temas en este foro.
La Mazmorra del Snarry :: Biblioteca de la Mazmorra :: Fanfics Snarry-
Cambiar a: