Elección del corazón
Capitulo 1
Comandante, Snape.
Lo que seduce nunca suele estar donde se piensa.
Gustavo Cerati
Disclaimer: Los personajes pertenecen a JK Rowling, yo no gano absolutamente nada con esto, solo satisfacción y el comentario de algún uno que otro lector agradecido. La trama es lo único que me pertenece.
Parejas: Severus Snape/Harry Potter; Hermione Granger/ Ron Weasley.
Resumen: Harry es un joven Ingeniero de vuelo que se destaca en el transbordador espacial “El Marinero de espacio” por su rebeldía, pero encontrará que en un mundo regido por estrictas leyes se verá sometido a las del corazón cuando su vida se una a la de Severus.
Notas de Autora: Universo alternisimooooo!! Pero mi muso está tranquilo y satisfecho, espero dejar en ustedes la misma sensación. Perdón por todas las cosas que ignoró del espacio, me hubiera gustado tener mi agenda mas despejada para empaparme más. Gracias por leer a mis fieles lectores. Como no gano ni medio partido por la mitad con esto, SOLO CRITICAS CONSTRUCTIVAS.
/////---/////---/////---/////
Harry era el tipo de persona que se sentía insatisfecho con todo lo que le rodeaba y lo manifestaba abiertamente en todo su ser. Su cabello negro azabache estaba teñido en reflejos de amarillos y rojos sin ningún patrón descifrable, tenía más piercing de los que debía permitirse y un tatuaje de león rugiendo en su espalda pero aún así no sé sentía a gusto con su vida.
Desde hace seis años era el Ingeniero de vuelo encargado de que “El marinero del espacio” no sufriera ningún percance y hasta el momento había desempeñado su labor a la altura de las exigencias, aún cuando no fuera un empleado muy apegado a las reglas y protocolos de la nave. Su inteligencia había destacado desde un comienzo entre la tripulación y aunque era un empleado rebelde había logrado llegar muy lejos.
El marinero del espacio surcaba el espacio buscando un nuevo hogar para la raza humana, aunque había transcurrido ya un siglo en esa búsqueda sin resultados alentadores, con frecuencia Harry soñaba en esa nueva tierra y lo que significaría para él estar allí.
Amaba la nave porque era el único lugar que había conocido pero nada le impedía soñar con un futuro donde no eligieran la vida que debían vivir por ellos, las estrictas normas del gobierno les obligaba a tomar estudios avanzados, casarse con quien un sistema de elección computarizado dispusiera y enfrentar duros castigos por un comportamiento social inestable y hasta para algunos decidían arbitrariamente las características genéticas de sus hijos. Harry sintió su garganta llenarse de amargura ante el pensamiento. Aunque lo odiaba no podría pasar sobre ello porque estaba al mismo nivel que el resto de la tripulación.
Aunque había quienes estaban por encima del terrible sistema, los miembros más viejos y valiosos de la nave, que contaban con cierta libertad, no absoluta, pero para algunos la sola idea de poder elegir que desayunar en la mañana era un regalo inigualable.
Harry esperaba ser lo suficiente importante algún día para contar con un regalo como la libertad, aunque para eso debía conseguir escapar de ser elegido por la maquina y por experiencia sabía que no era un hombre con tanta suerte.
Volvió a sentir el aire llenar sus pulmones cuando emergió del agua dulce del rio de la zona C de la nave, donde había estado nadando, llego a la orilla y rápidamente empezó colocarse el uniforme sabiendo que si no se daba prisa llegaría nuevamente tarde, le gustaba nadar en las mañanas y el ogro de su jefe parecía destinado a prohibirle hacer todo lo que disfrutaba.
Cerró el broche del uniforme espacial y tomo el elevador más cercano ordenándole a la computadora que le llegara a la zona G que era el lugar dispuesto para el área de Ingeniería de vuelo y genética, Harry se alegraba que la segunda especialidad estuviera junto a ellos porque en ese lugar había encontrado a sus únicos amigos, Ron y Hermione quienes eran Analistas genéticos y la mejor gente que se pudiera conocer.
Cuando el elevador se abrió su rostro instantáneamente se congestiono porque de pie frente a él estaba la peor gente que se puede conseguir en el área de ingeniería, el comandante Snape.
—Tarde otra vez, Potter —dijo Snape con aseveración y disgusto marcados en el tono de voz y Harry tuvo que contener las obscenidades que pasaron por su mente para adornar el momento.
—Lo siento, Señor, no volverá a ocurrir —respondió de forma automática porque la experiencia le había dicho que era la mejor forma de llevar la fiesta en paz con Snape.
—Eso esperamos todos, por el bienestar de esta nave. —Snape le lanzó una última mirada de advertencia antes de tender frente a él una hoja de trabajo en blanco—. Hágame saber nuestros ángulos de vuelos y las observaciones que sean pertinentes, además, espero que usted recupere esta tardanza trabajando hasta la hora de la cena, que tenga un buen día señor, Potter.
Snape le dio la espalda a Harry y se alejó rápidamente a ocuparse de sus labores pero a Harry la amargura le duro por largo rato hasta que se dio cuenta que sus ayudantes le dieron una mirada crítica cuando tiro a la basura la tercera hoja de trabajo con errores que escribía esa mañana.
El resto de la mañana transcurrió con relativa normalidad y el almuerzo junto a sus dos mejores amigos mejoró notablemente su ánimo y aunque la tarde le siguió un poco más amena cuando llego la hora del cambio de turno Harry recobró su amargura al recordar que tendría que quedarse unas horas más. Se concentro en hacer observaciones importantes, de la misma forma se aseguró de verificar el valor de la presión y temperatura espacial a la que habían viajado ese día.
— ¿Ha terminado, Sr. Potter? —Le cuestionó la misma voz profunda que tanto disgusto le había causado en la mañana solo que esta vez le otorgó un tono casual y despreocupado que sorprendió a Harry.
Levantó la mirada y sus ojos verdes se encontraron con los negros de Snape y se hizo un minuto de silencio entre ellos. Un silencio a gusto.
—Sí, señor —contestó Harry apartando rápidamente la mirada porque conocía demasiado bien los juegos de miradas del comandante Snape y nadie salía bien librado de ellos. Era un hombre demasiado recto y duro, incapaz de mostrar un pedacito de su corazón al resto.
Harry cotidianamente se preguntaba si tenía uno.
—Bien, lárguese de mi vista —ordenó Snape como perdiendo la paciencia y Harry no espero que le repitieran la orden para cumplirla. Con Snape era imposible ser indisciplinado.
_&&&_&&&_&&&_Snarry_&&&_&&&_&&&_
Harry llegó a su casa inmensamente agradecido de haber culminado su jornada de trabajo pero apenas pudo disfrutar del ameno silencio antes de que una mujer de cabellos rojos le estrujara en un abrazo y le hablará en su oído.
—Hijo estábamos empezando a pensar que no vendrías a acompañarnos a la cena. Te has retardado. —La mujer empezó a hablar sin tomar en cuenta la mirada cansada y atormentada de Harry aunque ese comportamiento en su madre era tan común que Harry decidió ir directamente a la mesa a acompañar a su padre a esperar la cena—. ¿Cómo ha estado tu día, cariño? —Preguntó al fin la mujer.
—Terrible, mi jefe es un tirano –Harry respondió de forma consciente aún al saber que sería reprendido por su madre.
Harry sintió la dura mirada de Lily clavarse en su nuca aunque en realidad no pudiera verla.
—Pues temo decirte que es nuestro invitado a la cena.
Harry rodó la cabeza y le otorgó una mirada de horror mientras que James se removía incomodo en su silla y se apresuraba a aclarar sin mucho problema.
—Tu invitado a la cena, amor mío. —La pelirroja le envió una mirada recriminatoria y Harry suspiro de forma cansina, la pesadilla de hoy tendría segunda parte.
Severus Snape por alguna alineación cósmica extraña era un gran amigo de la infancia de su madre, ambos habían llevado sus estudios de grado juntos y tal vez habrían seguido un futuro juntos sino se hubiera cruzado en el camino de su madre James Potter, quien era un deportista profesional, admirado y deseado por todas pero embobado por Lily quien no tardo en corresponder ese amor y para sorpresa de los dos ese año la computadora les unió definitivamente para gozo de ambos. Harry creció en una familia rodeada de amor.
El timbre sonó y Harry sintió sus músculos tensarse de forma automática mientras su madre se dirigía a recibir a su visitante.
Severus Snape se veía elegante pero despreocupado con una camisa negra de mangas largas y unos jeans ajustados al cuerpo. Había liberado su cabello negro de la tradicional coleta que usaba y eso le brindaba una apariencia más relajada, pero Harry debía reconocer que el hombre siempre se mostraba tranquilo cuando pisaba su hogar aunque distante y muy reservado para el gusto de Harry.
—Pasa, Severus, ponte cómodo en la mesa —Escuchó decir a su madre.
—Buenas noches, caballeros —Pronunció Snape con solemnidad y Harry se estremeció ligeramente al apreciar la ronca voz de su jefe, debía reconocer que era uno de sus principales atractivos.
Se encogió a sí mismo en la silla al evaluar el rumbo de sus pensamientos. Snape era un patán, no había más que decir.
—Buenas noches —se encargó Harry de responder.
Snape tomó asiento frente a Harry y rápidamente se enfrascó en una apasionante discusión sobre plantas curativas con su padre, afición que ambos compartían, para asombro de Harry y su madre que en una oportunidad que no podían creer que dos personas más opuestas coincidieran en algo.
Lily termino de servir la cena y se les unió a la mesa poniendo fin a la conversación de los dos hombres mayores.
— ¿Cómo estuvo tu día, Severus? —cuestionó Lily con expresión de gozo marcada en el rostro para Harry era demasiado obvio cuanto se apreciaban ella y Severus.
En esos momentos Harry recordaba que Severus Snape si tenía corazón, para su sorpresa, solo que Lily resguardaba celosamente la llave.
—Difícil, pero tengo un gran equipo a mi servició —aseguró Snape desestimando su propia labor, que Harry debía reconocer que era extraordinaria, nadie en el Marinero del espacio trabajaba tan arduamente como Snape—. Harry hizo un gran trabajo hoy, quede muy conforme con sus informes finales, es el único que parece conocer e importarle nuestro pedazo de chatarra espacial.
Harry fingió atragantarse por error y no a causa de la impresión que esas palabras le causaron. Lily y James también parecieron sorprenderse porque ofrecieron sonrisas incomodas.
—Estamos muy orgullosos de Harry ha sido un hijo extraordinario a pesar de todo lo difícil que puede ser a veces —comentó su madre mirando con desprecio sus reflejos cobrizos y dorados, ella no tenía que decirlo. Harry sabía que lo odiaba.
—Pero mañana tendremos lotería de corazones así que posiblemente nos quedemos solos una vez más —Intervino James con tono de pesar, Harry sabía cuánto hubieran deseado sus padres tener una gran familia pero el gobierno solo permitía que cada hogar pudiera reclamar un hijo en el departamento genético, donde tomaban los mejores genes y hacían un ser humano perfecto para crecer en la nave y ser uno más de la gran familia.
Los únicos que escapaban a esta regulación eran los humanos perfectos que habían sido genéticamente diseñados y alterados para poder crear vida dentro de su cuerpo, seres humanos como lo era el mismo Harry, sintió sus mejillas sonrojarse ante el pensamiento. Tal vez había nacido un poco más afortunado que el resto, al menos, podría decidir cuántos hijos querría tener o si deseaba tenerlos.
—Esperemos que sea un día con suerte. —Expresó Severus con simplicidad y Harry sonrió de forma sarcástica.
Severus Snape no creía en la suerte.
_&&&_&&&_&&&_Snarry_&&&_&&&_&&&_
Esa mañana le había costado desayunar y le estaba tomando el mismo trabajo o más amarrar las trenzas de los deportivos que pensaba usar, así nervioso y pálido como estaba, se encontraba a sí mismo frágil y patético.
— ¿Cariño, estás bien? —Harry levantó la mirada para conseguirse unos ojos verdes iguales a los suyos observándole con preocupación.
—No puedo creer que este día ha llegado, apenas he cumplido 24 años hace unas semanas y ya debo enfrentar mi destino con alguien más, sea cual sea. —Harry hizo especial énfasis en las últimas palabras porque sentía temor de no conseguir la felicidad que había conocido en su hogar.
Lily dejo su mirada en el suelo por largo rato pero cuando la volvió a subir se veía tranquila y despreocupada.
—Esa máquina leyó mi corazón, Harry y estoy convencida que también podrá descifrar el tuyo —Lily le transmitió mucho cariño en esas palabras—. A veces nos sumergimos tanto en la cotidianidad que olvidamos que de vez en cuando ocurren eventos inesperados llenos de magia y se puede hallar el amor si tenemos el corazón dispuesto a recibirlo.
—Envidio enormemente tu fe en ese pedazo de metal, madre.
Lily le regalo una sonrisa y Harry pudo devolvérsela, atar sus zapatos y salir a enfrentar su futuro.
La sala de reuniones estaba ubicado en el centro de la nave y era un gran espacio abierto con vegetación y una amplia tarima en el centro y el día de la mal llamada “lotería de corazones” todos se disponían hacer filas a entrar a ese lugar y al pasar eran etiquetados por la maquina con un brazalete que apenas cruzabas el umbral comenzaba a destellar filamentos de luz en hermosos tonos y cada uno de ellos eran únicos y solo podrían encontrarlos una vez mas y en quien estaba destinado a ser su compañero en la vida. Muchos nunca lo encontraban.
Harry había deseado por muchos años pertenecer al grupo de quienes permanecían esperando en vano que apareciera el color que les hiciera par pero en ese mismo instante no estaba seguro de estar preparado para sufrir esa decepción. No encontrarlo por unos años estaría bien pero no hallarlo nunca sería renunciar a la felicidad y era una posibilidad que jamás había sorteado.
Harry se le hacía imposible creer en el amor verdadero en una nave y un gobierno como en el que vivían, pero a menudo pensaba que debía aferrarse a la idea de que era posible porque de otro modo la raza humana se habría extinguido. La humanidad seguía naciendo para luchar por un futuro donde vivir y amar.
Idealista, le gritaba con frecuencia la consciencia a Harry pero eso solo le hacía sonreír. Lo era.
Harry se maravillo con los tonos que emitía su brazalete, el color negro que se difuminaba desde las esquinas y formaba en el centro un exuberante y brillante color turquesa, jadeo y sonrió encontrándolo correcto. El color negro era sin duda la parte más rebelde y sobria de su ser que a menudo estaba en discordia con el mundo pero el turquesa representaba a su familia y la felicidad que había compartido en su compañía.
Trago grueso, al saber que no podía retrasar el momento por más tiempo así que levantó la vista con valentía buscando encontrar un destello igual.
Su vida cobro un nuevo significado al ver una luz igual a pocos metros de donde se encontraba, sumergido en un mar de ideas y dudas camino hasta llegar al hombre que le había estado esperando por largo tiempo.
Allí frente a él estaba alguien que jamás hubiera imaginado por lo que con dificultad logró articular un saludo.
—Comandante, Snape. —Susurró quedamente y sintió perdida su voz y a sí mismo en esa oscura mirada.
_&&&_&&&_&&&_Snarry_&&&_&&&_&&&_
Notas finales:
Notas de autora:
Hacía mucho tiempo que no escribía capítulos con prisas! Espero que no se note con demasía lo quemada que estoy. La historia solo tiene 3 capitulos, intentaré subir uno a la semana.
Gracias a Ross Potter (Rosita Guerrero, para las amigas) por corregirme las fallas.
Muchas gracias por leer.
Valethsnape.
Capitulo siguiente