Penumbras. Capítulo 33: El nuevo orden y ellos aparecen

Última edición por Majo-san el Sáb Jul 05, 2014 8:54 pm, editado 2 veces

Capítulo 33: El nuevo orden y ellos aparecen.

Como era de esperarse. Al día siguiente todo el mundo amaneció con las nuevas noticias. El día lunes más rojo de los últimos tiempos.

Las palabras del Lord se repartían por todos. La gente temía el que los mortífagos fueran a caer en sus casas, reclamando sus valores y sus hijos, pero eso no pasó.

Lord Voldemort proclamó sus nuevas palabras. No podía haber más niños nacidos entre magos y muggle. Bajo pena de muerte para los tres. La sangre mágica no se volvería a contaminar con la inmundicia que significaban los seres no mágicos. Todo bebé mágico nacido de padres muggle, sería llamado como “originario”, sería separado de sus padres biológicos y dado a familias sangre pura para su educación. El fin de todo esto, que el mundo mágico quedará en el más absoluto de los secretos, que nadie en el mundo muggle pudiera juntarse nunca con un muggle y procrear. Si un muggle sabía de la existencia de los magos, sería inmediatamente eliminado.

Dumbledore y la orden del fénix en su totalidad fueron a dar a Azkaban, incluyendo a los hijos de esas familias que sabían la verdad de la historia de lo Potter y el Lord. Neville Longbottom fue confinado a una de las celdas de la mansión Potter a espera de que decidiera que es lo que se haría con él.

Dziban fue llevado a la mansión Malfoy, para que se ambientara poco a poco con todo lo que significaba el ser un mago y aprender a controlar su magia. Draco le ayudaría a entrenar cunado saliera de Hogwarts para las vacaciones, mientras tanto, Sirius se encargaría del entrenamiento de su sobrino mientras tanto.

Sirius recordó cuando volvió a ver a su ya ni tan pequeño hermano.

Remus llegó a la mansión Potter con Regulus en sus brazos. No le había dejado de decir cuanto le amaba desde que lo encontró. Vio a Sirius en la entrada y como corría a ellos.

— ¡Reg! —A Sirius le faltó tiempo para abrazar a su hermanito. —Oh, pequeño.

—Ya no es tan pequeño, Sirius. Y preferiría que entráramos a la mansión, no me gusta que este tanto tiempo a fuera.

Sirius asintió ante las palabras de su amigo y juntos caminaron a la mansión, llegando a una de las habitaciones, la misma que había sido preparada para Sirius cuando terminó el hechizo para recobrar sus recuerdos.

Regulus fue dejado sobre la cama con mucho cuidado, por parte de su pareja y sintió como ahora si, Sirius podía abrazarle con más soltura.

—Hermano —hace años que Regulus quería decir esas palabras y ahora se le atoraban en la garganta. —te amo, hermano.

—Yo también Reg. No sabes cuanto sufrí pensando que habías muerto.

Remus los veía un poco más apartado, con su alma un poco más en paz.

—Iré a dar aviso al Lord. Sirius quédate con él y no lo dejes en ningún momento.

—No te preocupes, que no lo pienso dejar.

Regulus vio cuando Remus salió y esperó un buen rato hasta asegurarse de que no volviera.

—Sirius, tienes que ayudarme.

— ¿Qué sucede? —Le preguntó extrañado por el nerviosismo que presentaba su hermano.

—Remus cree que ahora todo estará bien, pero yo se que no es así. El Lord no me podrá volver a aceptar en sus filas.

— ¿Por qué dices eso, Reg? El mismo Lord dio órdenes para que se trajera aquí.

—El Lord no sabe en que condiciones me encuentro, Sirius. No soy más que un Squid.

—Eso es imposible. —dijo negando con la cabeza.

—Dumbledore se encargó de drenar mi magia en mi embarazo, cuando di a luz a mi hijo, termine con la última molécula de magia en mi cuerpo. —Negó con la cabeza — ¿De qué le serviría al Lord un ser que no es más básico de los que casamos? No merezco estar aquí y sé que Remus se opondrá a cualquier cosa —tomó las manos de su hermano, que se negaba a levantar la vista —encárgate de mi hijo, Sirius. Yo estoy cansado, no puedo más con mi propia alma.

—No digas eso...

—Seré feliz si el Lord me permite morir.

— ¿Y Remus qué? Sabes que tuvimos que retenerlo en una celda por semanas para que no hiciera nada estúpido cuando se enteró de lo que Dumbledore te hacía —estaba muy enojado. Regulus estaba tomando la misma actitud que tomó Remus en su confinamiento — ¿Y tu hijo? No conoce a nadie en este mundo y pretendes dejarlo aquí.

—Remus lo puede cuidar.

— ¡Remus será incapaz de cuidarse a si mismo si mueres!

— ¿Por qué abrías de morir, Regulus Black?

Sirius se puso de pie al instante en que el Lord aparecía por la puerta, seguido de Harry y Remus un poco más atrás, con el rostro desencajado.

—Mi señor —Regulus bajó la cabeza en señal de respeto —no soy digno de tenerlo en mi presencia.

—Eso lo decidiré yo, Black. Lo que quiero saber es el por que de tus palabras.

—Soy un Squid, mi amo —dijo sin levantar la cabeza, pero pudiendo escuchar el gemido de Remus a unos pasos —cuando fui confinado por Dumbledore, este se encargó de drenar mi magia para que Remus no me pudiera encontrar. El nacimiento de mi hijo sólo se llevó lo último que me quedaba de magia.

—Un mago nuca pierde su magia definitiva, Black —dijo el Lord con voz seria —viajaras a China, un antiguo conocido creará nuevos flujos de magia en ti.

—Mi Lord...

—Partirás hoy mismo con tu pareja. El niño quedará a cargo de tu hermano, pues tendrá que empezar a ser incursionado en la magia.

Sirius recordó que Remus luego le había regañado a Regulus por querer dejarse morir. Claro, la cosa se solucionó cuando su hermano le pidió que le besara, fue cuando les dejó solos y en su mente se dijo a si mismo que ese era el cuarto de los reencuentros ardientes.

Harry fue elegido nuevamente por el sombrero seleccionador que no vaciló ni un segundo en mandaría la casa de las serpientes. Claro, las viles viboritas estuvieron felices de tener en su casa al hijo del nuevo ministro de magia y regente del mundo mágico.

Los Weasley menores fueron llevados a su casa nuevamente, Harry insistió en que prefería tenerlos al alcance de la vista. Y a estas alturas ya había decidido que hacer con Longbottom.

Neville no tenía mayores entrenamientos en la magia, por lo que no era peligroso por el momento para el Lord. Así que Harry, enterándose de ciertos datos bastante prácticos en su propia casa, le decidió dar a uno de sus nuevos compañero lo que siempre había querido. El león se había quejado y pedido que le mataran en vez de hacer lo que pretendían, pero no pudo hacer nada cuando Harry llevó a su celda a su nuevo amo. Un Slytherin que siempre estuvo tentado con el verdadero elegido. Fue así como Neville Longbottom pasó a ser el esclavo de Theodore Nott, que iría por él en cuanto salieran de clases para llevarlo a su mansión. Ahí le enseñaría a Neville cuan vil son las serpientes y que cuando su amo lo reclamaba en su cama, era mejor atender a la primera orden.

Había pasado casi siete meses desde que todo saliera a luz y que el mundo entero empezara a adecuarse al nuevo orden. Al principio, como era de esperarse, muchos se resistieron y aparecieron grupos mínimos que querían revelarse contra las nuevas leyes. Hubieron muchos muggle que sabían de la magia y que fueron desmemoriados y mandados a sus mundos. Por esos tiempos, los ministerios y gobiernos de los muggle se vieron asediados por casos de apariciones si explicación, de personas que no recordaban nada de nada.

Con Hogwarts pasó lo que se esperaba, la gente empezó a querer alejar a sus hijos de las garras de los mortífagos, pero el Lord ordenó que los chicos siguieran con sus clases, que se requería futuros magos de excelencia académica. En esos días también, muchos de ellos quedaron por decirlo de alguna forma, huérfanos. Sus padres desmemoriados y ahora ellos estaban bajo el resguardo de grandes familias de magos sangre pura o de los que antiguamente eran mestizos y que ya no tenían ningún tipo de contacto con sus partes muggle.

Severus había asumido completamente el control del colegio, además de tener un pequeño ayudante que lo distraía cada vez que estaba a un paso del colapso por las sobre exigencias laborales, tal y como estaba pasando ahora.

Harry estaba sentado a horcadas sobre Severus, mientras ambos se besaban como si no hubiera mañana. No había avanzado mas allá de lo besos y caricias. Más que nada por que parecía que Voldemort tenía un radar para cada vez que ellos estaban cerca.

Como ahora.

Severus tuvo que alejar el cuerpo de Harry del suyo, ya que la chimenea del despacho comenzaba a crepitar.

—Buenos días, Severus —dijo el Lord, entrando como dueño de casa. Harry le mandó una mirada indignada. Su padre lo sacaba de quicio — ¿Algo que desarme, hijo? —Le preguntó con una sonrisa torcida.

—Eres despreciable —le dijo entre dientes, y besó a Severus en los labios antes de salir —un solo rasguño que tenga Severus...

—No hace falta que me amenaces, Harry —le dijo divertido de los desplantes de su vástago —y mejor retírate, hay cosas privadas que tengo que discutir con Severus —Harry salió dando un portazo, sin importarle que eso fuera a molestar a su padre —es muy impaciente, Severus. ¿Cómo lo haces para controlarte?

Severus se mordió la lengua para no gritarle que si no fuera por sus intervenciones, ya se abría llevado a la cama a Harry desde hacia varios meses.

—Mi Lord —dijo levantándose y haciendo una reverencia — ¿Qué es lo que quiere tratar conmigo?

—Es sobre Harry, como entenderás —se sentó en uno de los sillones que había en el lugar —Ya es hora de que Harry le haga una visita a "esos" muggle.

Severus sintió que se estremecía ante la sola mención de que su pareja se enfrentara a esos que tanto daño le habían hecho desde que era un bebé.

>>Imagino que tendrás cosas que decir al respecto.

—Nada, mi señor —dijo con respeto —Harry es su hijo, es usted quien decide lo que es mejor para él.

—Buena respuesta, Severus. ¿Entiendes por que hago la vista gorda por la relación que mantienen? —Le preguntó levantándose de nuevo —se que eres el mejor para él, pero no te confíes, por que si en un futuro veo que lo vuestro no puede llegar a un buen puerto, no dudaré en separarlos.

El Lord abandonó el despacho, mientras Severus aun mantenía su reverencia.

Harry entró en el despacho con rostro férreo y se acercó a su pareja.

—No hagas caso a ese idiota —le dijo besando sus labios y llevándolo al sillón para poder sentarlo y empezar a hacerle un masaje relajante. Cada vez que el Lord se presentaba frente a ellos, era para tratar cosas del mundo mágico o Harry. Él siempre se quedaba para poder tranquilizar a su pareja. Severus no era débil, pero su padre siempre lograba mantenerlo al filo de los nervios con sus comentarios mal intencionados. —sabes que no permitiré que nos separe.

—Eso espero, Harry —le dijo haciendo que se acostara sobre él, mientras se encargaba de acariciar su espalda y sentir el cálido aliento de Harry sobre su pecho —eres lo más importante que tengo.

—Lo se. Tú también lo eres para mí.

Estuvieron por un buen rato así, relajados y esperando a que los ánimos se calmaran, hasta que Severus recordó que tenía muchas cosas que hacer.

—Debo terminar de revisar las solicitudes de cartas para el próximo año.

— ¿Hay muchos niños para entrar?

—Algunos, si, pero nada que no podamos controlar. —se puso de pie, llevándose a Harry con él, y luego de besarlo profundamente volvió a sus labores.

A Harry le gustaba verlo tan ensimismado en su trabajo. Como las manos de Severus se encargaban de separar hoja por hoja los informes, esos dedos que le encantaba sentir sobre su cuerpo. Su cara relajada... la que ahora no presentaba. Se dio cuenta de que su mano temblaba, que no estaba tranquilo como siempre.

— ¿Que sucede? —Le preguntó preocupado.

—Mira por ti mismo.

Harry recibió dudoso la lista de alumnos a quienes se les debería enviar la carta de solicitud de asistencia para el próximo año. Esta estaba separada entre magos nacidos de muggle, magos sangre pura y los pocos mestizos que aun estaban por el mundo, sin saber de las nuevas del mundo mágico.

Se dedicó a repasar cada una de las listas, tratando de ver que es lo que extrañaba tanto a Severus, sin poder encontrarlo. Hasta que su vista se prendió en tres nombres. Uno de ellos hablaba de un chico de dieciséis años, hijo de mago sangre pura y licántropo, y dictaba como nombre desconocido, pero estaba seguro que ese debía ser Dziban, seguramente estas notas se repetían cada año, al ver que no había seguido con sus estudios mágicos en ninguna escuela mágica del mundo. Además de él, mencionada a una niña de catorce años, hija de padres magos sangre pura y la madre originaria. Además de tener un hermano que cumpliría recién los once años en unos meces y sería óptimo para entrar a Hogwarts el próximo año.

—Esto tiene que ser mentira —dijo Harry negando con la cabeza. Leyendo nuevamente los nombres que aparecían en el pergamino —Roxanne y Dominique Potter Evans.

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esto si es muy raro, tambien yo estoy impresionada con los nombre de los chicos

muaaaaaaajajajajja, no sé que decir que no sea muy revelador...

hahahha el cuarto de las reencuentros ardientes hahahaha pa nombrecito... Twisted Evil

si que le queda el nombre....XD oh por dios sensei ese lord si que es un entrometido...¬¬ pobre sev tener de suegro a lord no a de ser nada facil..XD

No, y esperate mas adelante, si como padre es odioso, imaginatelo como abuelo!!!!

» Penumbras. Capitulo 5: Nuevo Hogar.
» Penumbras. Capitulo 1: El nuevo despertar.
» Penumbras. Capitulo 18: Camino a un nuevo hogar.
» Penumbras. Capitulo 6: Conversaciones.
» Salvaje, Valiente y Dulce. Capítulo 21. La orden del Fénix