La Voluntad del Lord (Privado, Mortífagos) [Mansión Malfoy, Biblioteca de Lucius]

LORD VOLDEMORT

Una palabra bastó para el fuego apareciera ante sus ojos, con una ligera tonalidad verde. A sus pies, la enorme serpiente alzó la cabeza con curiosidad.
- Muy pronto, Nagini...-le susurró en pársel, una media sonrisa torcida surcándole el rostro, mientras recorría la fría piel del animal con un largo dedo pálido-Tráeme a Bella-ordenó.
Cuando la serpiente hubo desaparecido tras el umbral de la puerta, se apartó de la chimenea y caminó hacia su sillón predilecto.
Su nuevo plan daría comienzo en cuanto Bellatrix llegara.

Cuando Bellatrix estaba ante él, el Lord Oscuro disfrutaba de mirarla en silencio un momento. Eso la ponía ansiosa, como a un vulgar animalito sin voluntad, desesperado por obtener alimento de manos de su amo.
Con un movimiento ágil, se incorporó para acercar su rostro al de la mujer, con sus pupilas rojas perforando la mente que se le ofrecía sin ninguna resistencia.
- Dime, Bella... ¿Eres verdaderamente fiel a tu Señor?- Ladeó la cabeza, acercándose aún más.

- Mientes...- susurró con voz fría, casi a un milímetro del rostro de la mujer-...me has fallado, Bella. No eres leal a tu Señor...- Con la mano izquierda la obligó a alzar el mentón, para mirarla fijamente otra vez. Los dedos extremadamente delgados se clavaron en sus pómulo-...toleras que tu familia ignore mi voluntad, ¡permites que tu propia sangre reniegue de su Señor!- Apretó un poco más el agarre de sus dedos, y luego la soltó, alejando su rostro del de ella.
Se acomodó ligeramente en el respaldo, y respiró profundamente.
- Quiero a tu sobrino entre mis amigos, Bella. Quiero que lleve mi marca en su brazo... pero tu hermana y tu cuñado no parecen comprender el honor que esto implica. Te permitiré demostrarme tu lealtad...- Hizo una ligera pausa, para gozar lo que pediría a continuación.-... siendo tu quien prepare la iniciación de Draco en Diciembre. Pero antes, castigarás a Lucius hasta que comprenda su error.

Los ojos de pupilas rojas brillaron al reflejar el fuego de la chimenea. Sus mortífagos habían estado solos demasiado tiempo, se habían vuelto indisciplinados. Pero él volvería a educarlos, a su modo.
- Cuando Lucius haya... reflexionado- suavizó aquella palabra-, tráemelo. Complace a tu Señor, Bellatrix, y serás recompensada. Puedes retirarte.

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