MyloveSnape Aprendiz de vuelo
Cantidad de envíos : 263 Fecha de nacimiento : 10/10/1983 Edad : 41 Localización : Mexico y si pudiera en el almacen de pociones Galeones Snarry : 16998 Fecha de inscripción : 15/09/2009
| Tema: Aprendiendo a quererte. Capítulo 1 Sáb Jun 19, 2010 10:33 pm | |
| Resumen: Víctima de una maldición, Harry vivirá una vida completamente distinta a la que pensó tener. El heredero de Voldemort crece dentro de su cuerpo. La muerte no siempre será la mejor solución a los problemas. Snape será el encargado de robarle al primogénito del señor tenebroso. ¿Podrá cumplir con esta cruel tarea o se aliará con el niño que vivió?Titulo: Aprendiendo a quererte. Autor: MyloveSnapePareja: Harry Potter/Severus SnapeClasificación: NC-17Disclamer: Sabemos que los personajes, hechizos y algunas otras cosillas le pertenecen a J K Rowling, lo demás a mi mente que trabaja a mil por hora cuando de Slash y Snarry se trata ^^Advertencias: Chan= Adulto/Menor, sexo explícito, mpreg, muerte de un personaje (No, no es ni Harry ni Snape, respiren XD) Nota: ¡Hola! ^^ Bueno otro nuevo Snarry y el más largo que he escrito hasta ahora. El hecho es que me gustan muchas parejitas del fandom de Harry Potter pero siempre mi favorita será esta. ¡¡Vivan Harry y Snape!! Este es mi primer Mpreg. Tenía miedo de incursionar en estos temas pero espero hacerlo bien y que les guste. Ahora les doy la bienvenida. Muchas gracias de antemano por leer.Valeria El link a Slasheaven es: http://www.slasheaven.com/viewstory.php?sid=34711&warning=5
Aprendiendo a quererte. Capítulo I ***~*~*** Definitivamente no eran normales esos malestares matutinos que sentía al despertarse, corría hasta el baño y vomitaba todo producto de esas nauseas, aunque era poco lo que arrojaba ya que últimamente no comía nada. El apetito de Harry había disminuido exactamente tres semanas atrás. Y las pesadillas, ¡Dios! eran terribles, tanto así que terminaba empapado en sudor y el sabor a fierro en su boca era tan intenso que muchas veces tuvo que lanzarse unos cuantos hechizos para curarse la herida de la lengua. Ya no lo resistía más. Acudió a Dumbledore explicándole el porqué de sus ausencias a clases y porque había dejado repentinamente el Quidditch.
-No sé lo que me sucede -Se quejó al presionar con sus manos su abdomen-. Creo firmemente que Voldemort tiene algo que ver. No pasa ni una noche sin que tenga pesadillas con él.
Tocaron a la puerta después de algunos minutos en los que ellos charlaban y trataban de llegar a una conclusión del porqué del estado tan deplorable del chico.
-Me mandó llamar, director -"Genial" Pensó Harry al ver al profesor Snape entrando al despacho.
-Toma asiento, Severus -Le sonrió amablemente al pocionista, lo más amablemente que podía dadas las circunstancias que lo tenían terriblemente preocupado por Harry.
Snape miró al niño-que-vivió sumido en un aura de oscuridad, realmente se le veía bastante mal. Pálido, más que él mismo, los ojos hinchados, un par de ojeras descomunales se dibujaban debajo de ellos. No obstante, Severus Snape no dijo nada, esperó a que Dumbledore hablara aunque ya podía imaginase de que se trataba todo el asunto.
-Severus, necesitamos tu ayuda -Dijo el anciano mientras con su varita disponía de un servicio de té del que ninguno, excepto él, bebió.
-¿En qué puedo servirte, Albus? -Se cruzó de brazos poniéndose como siempre a la defensiva con un gesto tan simple que no engañaba al viejo porque le conocía a la perfección. Harry mientras tanto, permanecía con la vista clavada en un punto insignificante dando a entender que la presencia de Snape le disgustaba. El sentimiento era mutuo, Severus nunca le dirigió ni una sola mirada más que la primera cuando le echó un vistazo al entrar y le vio sentado o mejor dicho desfallecido sobre la silla.
-Harry ha tenido problemas muy graves estos días por eso ha faltado a clases. Parece que Voldemort le ha lanzado alguna maldición a mi muchacho. Tú sabes que esto puede ser muy peligroso. Necesito que le suministres una poción para dormir sin sueños todas las noches y que prepares algo para las náuseas matutinas.
-¿Eso es todo? -Preguntó con apatía, como si para él fuera algo exagerado tanto protocolo-. ¿Por qué no me lo dijiste por medio de una carta o a solas?
-Severus no seas insensible. Harry necesita de todo nuestro apoyo...
Harry resolló, enjugándose el sudor que perlaba su frente.
-Se equivoca, señor. Yo no necesito nada de Snape -Expresó con desprecio.
-Profesor Snape para usted, Potter - Se apresuró a añadir con desdén.
-No es momento para peleas -Intervino el anciano-. Tenemos que trabajar juntos.
-No será posible -Repuso Harry, con voz ronca. Estaba a un paso de saltarle al cuello al idiota de Snape. Verdaderamente le exasperaba-. Como podría serlo cuando este tipo es tan indiferente a los problemas de los demás, y cuando siempre ha demostrado que preferiría verme muerto que...
-¡Cómo te atreves, mocoso! -Estalló colérico, golpeando el escritorio de Dumbledore con la fuerza de su puño-. ¡Si supieras todo lo que he arriesgado por ti...! -Albus le cogió del brazo para calmarlo. Harry apretó la mandíbula, aguantando las ganas de darle un buen puñetazo en la cara. Se lo merecía por gilipollas, pero la punzante cicatriz le nublaba la vista
-Deténganse o me orillaran a lanzarles algunos hechizos que los van a dejar fuera de combate -Amenazó el viejo, dejando en claro que lo haría, no estaba para juegos.
-Es imposible tratar con Potter. Me retiro, Albus -Se encaminó hacia la salida pero la voz apagada de Harry le detuvo en seco.
-Cobarde...
Y cualquiera sabía que a Snape le encolerizaba que le llamaran así. Potter estaba tentando su suerte y él no tenía paciencia de santo.
-¡Retira lo que has dicho! -Lo aferró de la camiseta y lo zarandeó con fuerza. Harry se rió pero sólo un instante porque un segundo más tarde el gryffindor se desvaneció en sus brazos.
-Potter... ¡Potter! ¡Joder, reacciona! -Le abofeteó y siguió sacudiendo ese cuerpo inerte hasta que Dumbledore le frenó. Snape llevó en brazos a Harry hasta un sillón y tomó su pulso, el que consiguió sentir pero muy levemente. Era un golpeteo tan lejano que intercambió una mirada de aprensión con el viejo director. En verdad Potter no estaba haciéndose la víctima y claro que el lord tenía algo que ver en esa situación.
-Llamaré a Pompfrey. ¿Ahora me crees? -El viejo indudablemente siempre tenía razón aunque eso le hirviera la sangre. Un hormigueo se apoderó de su estómago. Harry Potter, el invencible, era como cualquier otro mortal. Siempre pensó que sería testigo en la victoria del chico. Viendo a ese mocoso triunfando al final, levantando la cabeza degollada de Voldemort para dar por terminada una guerra contra el mal. Pero ahora el panorama se vislumbraba negro, devastador para todos, especialmente para Potter.
En tal caso dejaron a Harry a los cuidados de Madame Pomfrey. Los dos magos estudiaron el abatido rostro del niño de oro.
-Tienes que investigar que está tramando Voldemort -Rompió el silencio, Dumbledore-. Ve a verle, Severus. La vida de Harry parece extinguirse lentamente
-Soltó el aire, abatido. Snape nunca le había visto así, pero él mismo se encontraba lleno de confusos sentimientos.
-Esperaré a que el señor tenebroso me llame, si me aparezco antes de que solicite mi presencia podría sospechar.
-No hay tiempo, Severus. Harry se encuentra en grave peligro -Insistió.
Y el viejo tenía razón una vez más. Ahora recordaba que en la última visita al escondite de Voldemort este le había observado muy feliz, o mejor dicho complacido porque felicidad y Voldemort no podían ir en la misma oración.
Todo cobraba sentido. Snape suspiró. Sería una larga noche.*~*~* *~*~* Snape partió hacia el cuartel del señor tenebroso, haciendo una breve parada durante el trayecto. Si se aparecía con Lucius Malfoy, el lord se lo pensaría dos veces antes de lanzar alguna imperdonable o si se atrevía, el rubio recibiría el primer golpe. Snape llevaba tatuado el escudo Slytherin hasta los huesos.
-Severus y Lucius... -Siseó Voldemort-. No les he llamado pero me alegra verlos. Me ahorraron tiempo en convocarlos. En realidad me importan un comino los demás, ustedes son mis más leales sirvientes -Bellatrix que emergió de entre las sombras se aclaró la garganta, simplemente para hacerse notar.
>>Ustedes tres -Se corrigió, no que le temiera a la mujer pero soportar sus sollozos era insoportable y estaba demasiado contento por ese grandioso secreto que ahora les revelaría a sus expectantes mortífagos, que consolar a Bella no estaba en sus planes.
-¿Qué sucede, mi señor? -Indagó Lucius, con su impecable porte aristócrata. Su rostro no demostraba nada, igual de impasible que el de Snape.
-Pronto seremos testigos de la caída de un héroe, de todo un mundo asqueroso en el que nos han forzado a vivir, con despreciables muggles y mestizos -Snape contuvo su rabia ante esa palabra, él era uno y mucho mejor que ese idiota semi humano que intentaba gobernar el mundo. Fingió como siempre, su semblante era de total indiferencia.
-Me alegra, mi señor, pero ¿cómo lo ha conseguido? -El rubio tomó asiento aunque Voldemort no se lo ofreciera pero se veía de tan buen humor. Voldemort no dijo nada al respecto. Snape permaneció de pie.
-Harry Potter -Una sonrisa malvada delineó los cuarteados y morados labios de Voldemort-. Harry Potter -Prosiguió-. El pobre chico ha tenido algunos problemas últimamente ¿cierto, Severus? -Los ojos de todos los magos se dirigieron hacia él.
-Cierto, mi señor -Hizo una pequeña reverencia para responder a la pregunta-. Hoy me he enterado que ha sufrido algunos trastornos. Se le ve muy decaído.
-¡Bien! -Estalló en risas. Aplaudiendo enardecido y carcajeándose como un desquiciado-. He logrado entrar en ese mocoso. Lo mejor de todo es que él no lo sabe. Y yo voy a tener un heredero muy pronto.
Un silencio infernal seguido de un viento gélido hizo paralizarse a los tres mortífagos.
-¿Mi señor...? -Lucius pensó que el tipo ya estaba completamente loco. Maldita la hora en que se había creído todo ese cuento. Ahora si echaba de menos a Narcisa y se aventuraba a decir que hasta a sus inútiles elfos.
-Vamos, sonrían un poco, aguafiestas -Buscó la mirada oscura de Snape. Su favorito aunque no lo dijera abiertamente-. Harry Potter está preñado. El imbécil del niño que vivió lleva a mi hijo en sus entrañas. Cuando lo tenga en mi poder se lo voy a sacar y levantaré a mi heredero entre mis manos para mostrarle al mundo quien es el mejor mago de todos los tiempos.
Bellatrix rió y alabó al lord con su chillona voz, comenzó a danzar en círculos alrededor de la mesa. Voldemort y todos la ignoraron, sumidos en sus pensamientos. Snape estaba en blanco, no pudiendo procesar aquella noticia, además que cuando estaba cerca del lord lo mejor que había aprendido a hacer era cerrar su mente o inmediatamente descubrirían su identidad como espía.
-Perdone, mi señor... ¿Cómo lo ha logrado? -Severus no parpadeaba, cualquiera que le hubiese visto ahí parado como estatua se iría a revisar los oídos porque ningún sonido podría salir de esos rígidos labios.
-Una maldición, Severus. Por medio de una conexión... -Rectificó-. Por medio de la conexión que tenemos el mocoso y yo, he mandado ese hechizo. Yo provengo de su repugnante sangre, ¿Recuerdas hace unos años cuando Pettigrew me regresó a la vida? Tomó su sangre y ¡voilà! Un Riddle crece dentro del héroe.
Snape estaba asombrado pero resistió a mostrar algo en su cetrino rostro. De nuevo la máscara bien puesta, únicamente una ligera sonrisa se dibujaba en sus labios, una hipócrita para felicitar a su lord por su gran hazaña.
-Y tú, mi fiel mortífago, serás el encargado de supervisar el progreso de mi hijo, que la gestación sea un éxito, que nadie sospeche de esto o mi heredero corre peligro.
-Sí, mi señor -Severus inclinó su cabeza, extendiéndole sus respetos y se retiró por lo ya pactado. Lucius se fue por su lado, ninguno hubo cruzado palabra alguna del plan de Voldemort, el plan que ya estaba en marcha.
*~*~* *~*~* Snape se encerró en sus mazmorras, tarde o temprano lidiaría con Dumbledore en cuanto sintiera su presencia pero hasta ese entonces se sirvió una gran copa de whisky de fuego, el más añejado y se dejó caer en su sofá. El líquido bajó rápidamente por su esófago, quemándole lentamente y dejando un adormecimiento en la punta de la lengua.
Sentía lastima por Potter. Gestando una vida sin saberlo y no una cualquiera, la de su enemigo número uno. Nacería el hijo de ese demonio. ¿Se parecería a Voldemort? ¿O sería más monstruoso que él que ni el medimago que atendería el parto soportaría sacar a ese ser de las entrañas de Potter?
Y ahora él era el encargado de vigilar ese embarazo. Cuando se enterara Dumbledore.
-Para que esperar más -Se dijo a sí mismo y salió a paso veloz hasta el despacho del viejo. Era de noche pero ahora era su turno de despertar al alegre director que seguro después de esa noticia moriría de un infarto. "¿Un caramelo de limón?" Qué ironía.*~*~* *~*~* -¿Qué ocurre, Severus? -Bostezó el viejo.
-Tengo hablar contigo, Albus. Esto no puede esperar -Le empujó hacia adentro de la oficina.
-¿Así que ya sabes qué es lo que le pasa a Harry? -Inquirió, invitándole a tomar asiento.
-Sí, y creo que no te gustará. Voldemort... -Eso era tan difícil de explicar, imaginaba sus palabras saliendo de su boca y hasta a él le resultaban algo retorcidas. Era una gran idea, en verdad, pero no para ellos. Sin embargo debía admitir que el señor oscuro por primera vez desde que le conociera tenía un plan extraordinario-. Voldemort ha dejado a Potter embarazado.
Dumbledore por poco y pierde el equilibrio, según creyó Snape, producto de su vejez, de la somnolencia y claro, de la terrible noticia.
-Eso no puede ser... -Se dejó caer pesadamente sobre su silla apoyando sus manos en su enorme escritorio.
-Según recuerdo, los malestares de Potter son mareos, náuseas matutinas, cansancio, dolor de vientre y constantes pesadillas con Voldemort. Tenemos que hacer un examen médico y mágico para estar seguros pero Albus...el lord se veía tan complacido que lo juro, estamos fritos.
-¿Cómo podré decírselo a mi muchacho? -Se quitó las gafas y frotó sus cansados ojos.
-Es importante que se entere cuanto antes para saber cuál es la mejor solución. Él es quien decidirá qué hacer.
-Pero si es sólo un niño -Se recostó sobre el respaldo de la silla y suspiró.
-Potter no es un niño Albus, deja de verlo así o gracias a tú incansable amor paternal lo vas a hundir. Ese joven ha sufrido más que tú o que yo. Mírale, tan sólo mírale un instante, está casi entero. No puedes simplemente darle tus condolencias y ofrecerle un caramelo. Si quieres salvarle aviéntalo al ruedo, que se haga más fuerte.
-Severus... -Lo miró sorprendido, demasiado. Conocía tan bien a Snape que no le asombraban ciertas acciones de su profesor pero sin duda tantas ocasiones en que él se expresara de manera despectiva de Harry le hacían dudar de su bondad y sensatez, ahora se sentía más tranquilo. Al menos contaba con su gran amigo, al que consideraba como su hijo.
-No retrases esto. Ahora mismo llámale.
Minutos después Harry golpeó a la puerta e ingresó despacio. Su pijama arrugada y empapada de sudor les hizo ver que su noche no había sido nada placentera.
-Les dejo solos -Severus se levantó de su asiento dispuesto a salir pero Albus carraspeó haciéndole girar de nuevo.
-No puedes irte, puedes-Aclaró- pero te pido que no lo hagas. Me gustaría que le explicases a Harry todo lo que descubriste.
-¿Yo? -Bramó-. ¿Por dónde quieres que empiece? -Preguntó con sarcasmo.
-Harry, siéntate. Ya sabemos que es lo que te pasa y quiero decirte que siempre vas a contar con todo mi apoyo, tomes la decisión que tomes.
Harry iba a hablar pero las palabras no salían de su boca. ¿Por qué la temblorosa voz de director le decía que algo no andaba bien? Mejor dicho que todo andaba jodidamente mal.
-¡Por el amor de Merlín! Albus, no ves que confundes a Potter -Recriminó Severus.
-No es fácil... -Musitó, alejándose hacia Fawkes para acariciar sus densas plumas.
-Sea lo que sea estoy preparado. No puedo vivir un día más sin saber que me está pasando.
Severus se cruzó de brazos y se recargó en el umbral de la puerta, por primera vez en su vida queriendo huir de ese lugar. No tenía ánimos de ver a Potter llorando. Seguro lo haría al enterarse de su desdichado destino, o tal vez no.
-Verás, Harry. Voldemort ha lanzado una maldición sobre ti.
-Vaya, ¿otra? -Ironizó-. Tengo digamos, experiencia en eso. Pero esta vez es diferente ¿no?
-Sí. Harry, Voldemort ha logrado por medio de una magia oscura muy poderosa que quedes embarazado, llevas probablemente a su hijo en tu cuerpo.
-¡¿Qué?! -Saltó de su silla haciéndola caer-. Eso no es... -Se agarró la cabeza con ambas manos, no era la cicatriz la que punzaba, era un dolor terrible que recorrió su cuerpo entero, alojándose dolorosamente en su estómago-. Dígame que es mentira... ¿Cómo lo sabe?
-Tenemos que realizar unos exámenes de sangre y otras cosas para descartarlo pero de su propia boca ha salido esta información. No puedo decirte mi fuente pero es confiable...
-¡Tengo derecho a saber quién trae esa noticia! ¡Quien quiere arruinarme la vida con esas mentiras!
-Yo -Snape se paró justo detrás de él. Sin sonrisa de maldad, sin alguna mueca de satisfacción por la desgracia del niño que vivió. Pero estaba bien erguido, mostrando la diferencia de altura junto al Gryffindor.
-No confío en usted -Respondió mirándole con odio y salió del despacho dando un portazo. Albus pretendía alcanzarle pero Snape fue más rápido diciéndole un "yo me encargo" antes de desaparecer de la vista del director.
Severus lo atrapó y cubrió su boca para que el chico no gritara. Lo arrastró hasta las mazmorras y cruzaron ambos las barreras hacia su despacho. Snape lanzó un hechizo de silencio a su alrededor y por fin soltó a Harry.
-¡Maldito! -Sacó su varita apuntándole directamente al corazón. Snape no se movió pero no por miedo, estaba de alguna manera poniéndose en los zapatos del chico.
-Baje su varita, Potter, no soy su enemigo -Y se alejó hacía su fina colección de licores. Alcanzó su botella de Brandy y sirvió dos vasos, llenos, casi desbordándose. Le ofrecería uno al mocoso pero en realidad podría estar embarazado y era riesgoso para el feto. Entonces él se bebió el líquido de un trago. Sacudió la cabeza al sentir el alcohol embriagando sus sentidos. Harry seguía de pie con la varita en alto, en completo estado de shock.
>>Potter, siéntese un momento y beba este vaso con agua. Yo le voy a explicar todo. ¿O prefiere ir con el director?
Harry se giró sobre sí para tomar el vaso y tragó todo. Se secó los labios y se acomodó en el sofá. Severus le imitó, atrayendo hacia él la botella de licor para servirse otra copa.
-Entiendo que sea difícil de creer, pero yo he estado espiando para los dos lados. Aunque claro, al señor tenebroso le llevo únicamente información irrelevante haciéndole creer que es valiosa. Albus me ha enviado a estas misiones para enterarme los pasos que ha dado Voldemort. Puedes creerme o no, lo dejo a tu criterio. Pero te pido que esto no lo divulgues, no por mí, por Dumbledore.
Harry quien hasta ese entonces tenía la mirada perdida abrió sus ojos de par en par y en ellos Snape vio danzar las llamas de la chimenea.
-¿Entonces es cierto? -Susurró no pudiendo asimilarlo-. Estará muy contento el puto de Voldemort y usted también. No se prive de la diversión. Por fin Harry Potter, el mártir como usted me ha nombrado, va a morir dando a luz al bastardo de Tom Riddle o en una sala de operaciones cuando lo aborte. Ni crea que voy a tener a ese monstruo, dígaselo. Dígale que... -Sus mejillas se encendieron de furia-. ...nunca va a ver a su hijo. ¡Primero muerto, me escuchó!
-No te precipites y deja de actuar como un niño. No me siento feliz por lo que te está pasando, y no me interesa si me crees. Pero piensa con la cabeza fría como él. Anda, mata a su hijo, si es que en realidad lo llevas dentro, porque para estar seguros hacen falta estudios médicos y mágicos, sabes que puede ser un arma contra él.
-¡Jódase, Snape...! -Se encaminó hacia la salida pero al tirar de la manija de la puerta esta no cedió-. ¡Déjeme salir!
Severus lo vio tan alterado que con un toque de su varita rompió las barreras mágicas para dejarle ir. Parpadeó y en ese segundo Harry había desaparecido de su despacho.
Continuará... | |
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