¿Podrías dejar de cumplir años? Cap2
¡Cumpleaños feliz, cumpleaños feeeliiizzz, te deseamos todos, CUMPLEAÑOS FEEEEEELIIIIIIZZZZZZ!
Los cantos inundaban el salón de la casa que compartían Snape y Potter, habían llenado el salón de globitos de colores, guirnaldas y medias noches de chorizo. Vamos lo típico de una fiesta de cumpleaños de toda la vida.
Sin saber muy bien cómo cabía tanta gente en su sala de estar, se encontraban reunidos los Wesley al completo, Black, Lupin, Hagrid, Mcgonagall, Dumledore, y los amigos de Potter. Eso tenía que ser cosa de la magia si no no se lo explicaba. Tampoco se explicaba que Black y él no se hubiesen asesinado aun, seguro que Albus les había colado unos cuantos caramelos de limón calmantes en sus bebidas. Viejo drogadicto.
Ahora que lo pensaba...¿con qué fines repartía el Director caramelos a los niños? Tendría que decirles a sus Slytherin que nunca aceptasen cosas de desconocidos...¿se lo habrían dicho sus madres ya? Uhm... aunque el Director difícilmente entraba en la categoría de desconocidos... Qué no aceptasen caramelos y punto. Son malos para los dientes. Sï, seguro que eso les convencía de actuar responsablemente, sino siempre podría amenazarlos con que si no se portaban bien Voldemort vendría a buscarles.
...
Mierda... eso funcionaria con el resto de las casas, pero con la suya... era probable que le esperasen sentados con caritas de devoción y un gran cartel colgado de la chimenea. 'Bienvenido Señor Tenebroso' ¡Por qué los Slytherin tenían que ser tan complicados!
Si aceptaban un solo caramelo, les sacaría los ojos, les cortaría la lengua y haría puré con su hígado. Luego utilizaría lo que pudiese para sus pociones. Sí. Eso siempre había funcionado antes. Los viejos métodos siempre eran los mejores.
-¡Severus! ¡Ven aquí, que es la hora de abrir los regalos!
Tan absorto estaba repasando sus métodos pedagógicos que se había olvidado de dónde estaba y ahora Harry le miraba con cara de cachorro cabreado porque quería abrir los jodidos regalos de una vez, muchas gracias, ven y siéntate a mi lado ahora mismo. Amor.
Obediente, se puso a su lado y comenzaron a abrir los presentes que le habían traído al Niño-que-Vivió-y-Comenzaba-a-Hartarse-que-le-Llamasen-Niño-Porque-ya-Tenía-los-Huevos-Peludos.
-¡Abre el mío, abre el mío!
-Espera, antes el de Sev. ¿Sev?
-Sí, mejor, abre el suyo porque yo no te he traído nada.
-¡¡¡¡WHAT THE...!!!!
-Que pueda abrir aquí, no te he traído nada que se pueda abrir aquí, quiero decir.
Merlín... eso había estado cerca. Pero si le hubiese dado el orinal entonces, si que habría explotado...maldito Draco y sus motes... ya no había quién le tosiese a Harry con los juegos de palabras y su apellido.
-¿Y qué se supone que significa que no se lo puedes dar en público, Snivellus?
Severus levantó una ceja indolente mirando a Black.
-¿Te hago un croquis?
-¡Oh mira, mi regalo, Harry ábrelo, que puede derretirse!
El siempre atento Lupin evitó la puesta en marcha de la tercera guerra mundial. Tema principal, sí, Black, me tiro a tu ahijado.
-Uhm... chocolate de HoneyDuks, crema de chocolate con frambuesa, aceite de cacao apto para todos los usos..¿condones sabor chocolate?
-Eh... Remus... ¿no habrás cogido nuestra compra en vez de su regalo?
Una tosecilla avergonzada atrajo la atención de todos, desde su lugar al lado de su amante esposo, Molly Wesley lucía un tono rosado en las mejillas a juego con su pelo.
-Entonces...¿vosotros también sois...hombres alegres?
-¿Hombres alegres?... eh... supongo qué sí, Molly, tenemos sentido del humor y eso.
-Oh...bueno eso lo sé, Sirius... quiero decir... ¿vosotros también tenéis gusto por la decoración?
-Ja...Jaja..-un codazo en las costillas le cortó la risa de golpe a Snape.
-Eh... bueno, más Remus que yo, pero creo que hemos dejado Grimauld Place muy cuca, Molly.
-Creo que no me estás entendiendo...-el rojo en la cara de Molly ya era casi como los colores de Gryffindor.- ¿sois del...otro equipo de Quiddicht?
Mientras un coro de divertidos invitados miraban la expresión de un muy desconcertado Sirius Black.
-Bien, a mi siempre me han gustado los Chudley Cannos, pero a Remus...
-¡Pregunta si sois gays, Black, invertidos, maricas, de la acera de enfrente! ¡Merlin, que obtuso eres!
-¡Snivellus!
-Déjalo, Sirius, por favor. Bueno, Molly respondiendo a tu pregunta, sí, por supuesto. Todos lo somos.
-¿Co...como?
-Hermione y yo no, mamá. Remús, no le des estos sustos a mi madre, por favor.
-Oh, sí es cierto, salvo Ron y Hermione... bueno y Minerva y Hagrid...
-¿Profesor Dumbledore?
-¿Has visto a alguien más alegre que yo, Molly, querida?
-Pues no...¡Oh Merín Bendito! ¿Fred? ¿George?
-Pensábamos
-Que lo sabías
-Y que no te importaba
-Realmente, porque nos quieres
-Tal como somos.
-Sí, sí por supuesto que os quiero como sois... ¿y tenéis pareja?
Los dos chicos se miraron de reojo el uno al otro, mientras el resto de la sala, salvo su madre tosían un poco y miraban hacía otro lado.
-Eh... no.
-No, formalmente.
Encogiéndose de hombros y se sentó al lado de su marido y aprovechó que Harry abría el regalo de Dumbledore para susurrarle:
-¿Es que todo el mundo es gay, Arthur?
-Sí, tu supieras, Mollywebles, si tu supieras...
En efecto, si Mollywebles supiese lo bien que se lo pasaron en el colegio Arthur y Lucius Malfoy probablemente se cogería un cabreo monumental, así que...¿qué necesidad había de causarle al patriarca Wesley un dolor innecesario?
-¡Mira Severus, calcetines!
-A ver si adivino de quién es ese...
-Muchas gracias, Director y a también a usted profesora Mcgonagall, aunque no tengo claro porqué me regala una fusta si yo no monto a caballo...
-Ya le sacaremos uso.- el profesor de pociones se aseguró de coger rápidamente el regalo y guardarlo en algún lugar de sus negras túnicas.- tú de eso no te preocupes.
Y rápidamente fue a la cocina a por algo más de beber. Tendría que hablar con Minerva y con Lupin más tarde ¿qué se creían?¿qué se pasaban fornicando todo el día? él también tenía derecho a descansar, aunque fuese muy viril, sexy y fuese un vivo ejemplo de porque los hombres con narices grandes hacen tan felices a sus parejas.
-Mira, Harry, esto es de parte de todos los hermanos Wesley y Hermione.
-¿Más libros? Anda...un...ahm...planta.
-Bueno es más que una planta, tú sabes.
-No, no sé.
-Es un arbusto mágico
-Que proporciona bienestar.
Todos los adultos miraban la planta extasiados, qué curiosa forma tenían las hojas...¿no las habían visto alguna vez? Un muy sorprendido Snape miraba desde la puerta con una bandeja llena de bebidas.
-¿Por qué hay una planta de Mariuha
-Es un arbusto mágico que proporciona bienestar, Profesor.
O_o
-¿Así lo llaman ahora Granger?
-Siiii, lo llamamos así porque es eso mismo...
-Ah...ah claro, claro.- estaba seguro que ninguno se habría dado cuenta del desliz, al fin y al cabo era un espía.- ¿Y te han explicado ya tus compañeros, Harry que una de las cualidades de la planta, es que de vez en cuando, sus hojas y esos pequeños montículos de ahí, esos cogollitos, desaparecen? Periódicamente. Más o menos en octubre y en mayo.
-Qué curioso ¿y qué más hace?
Mientras los gemelos le explicaban que era muy relajante y que con un poco de tiempo haría que Snape tuviese un mejor carácter, aunque era posible que le entrase la risa tonta, Harry realmente se convenció de que debía de ser muy mágica, pues para conseguir que su pareja tuviese buen carácter hacían faltas muchas mamad...que llevaba mucho tiempo. En una esquina del salón, dos cabezas, una pelirroja y otra castaña con el pelo alborotado confabulaban.
-Este chico es tonto..auch, no pegues Hermione.
-Cállate Ron.
-Vale, pero muy espabilado no es.
-Es por culpa de su conexión con Voldemort, que le pega el atontamiento. Nos lo explicó el Director Dumbledore el año pasado.
-¿En serio? ¿Y estaba yo?
-Merlín... no debería pegarte tan de seguido en la cabeza...
-...
-...
-¿Mione?
-¿Qué?
-¿Nos enrollamos en el balancín de la entrada?
-... Vale.
Era una insufrible sabelotodo, pero qué coño, tonta no era.
-¡Ronnie, si vais a hacer manitas en la entrada cerrad la puerta que si no la protección contra Mortífagos y gente con malas intenciones que pusimos el mes pasado no funciona!
-¡Sí mamá!
En el porche una sugerente Hermione, esperaba a su macho haciendo morritos.
-¿Qué decía tu madre Ron?
-¿Eeehh..?- que venía a significar: teta.
-Nada déjalo.
Entretenidos como estaban magreándose no se percataron del grupo de figuras amenazadoras que estaban tras los arbustos observándoles con gesto taimado.
-¿Atacamos ya?
-No, aun, no, el plan de nuestro señor lleva un poco de tiempo, pero ya falta poco.
-¿Atacamos ya?
-¿No me has oído? He dicho que no
-Vale. ¿Atacamos ya?
-Cagüen, qué no, que no atacamos aun.
-Vale, no te pongas así, Lucius.
-...
-...
-¿Atacamos ya?
-¡Qué no coño, que no atacamos ya y si vuelves a preguntármelo nos damos la vuelta y volvemos a la Mansión!
-Bueno...sniff...vale...sniff...jo...sniff...lo..lo...snifff....siento...
-Mira lo que has hecho Lucius, ya estarás contento, has conseguido que Wormtail llore.
-Merlín..-el señor de los Malfoy rodó los ojos mirando al cielo cuando vio como Crabble y Goyle atraían a Pettigrew en un abrazo de oso para consolarlo.- qué cruz...
Desde detrás de las figuras una voz siseante les llegó cargada de maldad, alevosía y nocturnidad.
-¿Essstaísss lisssstossss missss fielessss mortífagossss?
-Sí, amo.
-A sus órdenes, my Lord
-...Snniifff...buuuaaahhh...
-Mierda...¿quién ha hecho llorar a Peter?
-¡Ha sido Lucius!
-Acusica...
-Bien, Bellatrix, essssto comienza a compenssssar tu anterior error. Osss tengo dicho que no le hagaisss llorar que desssspuésss no hay quien le calle. ¡Crucio!
Desde detrás de los arbustos los gritos agónicos de Lucius Malfoy asolaban toda la calle, las luces de las casas circundantes comenzaron a encenderse paulatinamente, habiendo sido despertados sus habitantes por aquellos tremendos aullidos de dolor. Justo en ese momento Ronald Wesley, levantaba la cabeza de lo que estaba haciendo, alarmado.
-¿Has oído algo, Mione?
-Calla y vuelve a hacer eso con la lengua.
-Oh...vale.
Y como todos en Hogwarts sabían que la más lista del trío de Oro era Hermione y más que ninguno eso lo sabía su novio, pasó del ruidito aquel y siguió a lo suyo, que si no luego se cabreaba y sacaba una fusta que curiosamente se parecía muchísimo a la que le había regalado Mcgonagall a Harry...
Mientras ese pensamiento pasaba por la roja cabeza del menor de los Wesley una larga fila de a uno de Mortífagos con malas intenciones iba desfilando delante de la pareja que se hacía arrumacos sin enterarse de nada.
-...sí, y si os vais marchando Harry podría ir jugando con todo lo que le habéis regalado.
-¿Harry o tú Snape?
-Eso depende, Black. Con la fusta yo, con el lubricant
-¡Calla! ¡Calla! ¡Callaaa! ¡Habla chucho que no te escucho, habla chucho que no te escucho!
Siruis se paseaba frenéticamente por el salón con las manos en las orejas y canturreando lo más alto posible mientras el cruel Snape le perseguía describiéndole de la forma más gráfica que se le ocurría las posiciones que nunca jamás llegaría a practicar con Harry ni con nadie, porque para empezar no era tan flexible y además eran una guarrada que sólo Lucius Malfoy era tan pervertido como para querer hacer. Pero eso Black no tenía porqué saberlo.
-...y entonces se mete el...
-¡Severus déjalo ya!
-Uhnf...aguafiestas...Pero en serio no quiero ser desagradable, pero... idos a vuestra casa ya.
-¡Severus!
-Por mucho que repitáis mi nombre no voy a tener mejor carácter.
Las luces de la casa se apagaron de pronto, todo quedó en silencio por unos instantes hasta que las puertas se abrieron de pronto dejando entrar a una horda de figuras encapuchadas que empezaron a lanzar rayos con precisa puntería, las luces verdes y plateadas inundaban todo el salón haciendo haces y figuras.
Una potente voz gritó lumos y tan rápido como había comenzado el estruendo cesó, un gran foco de luz se centró en lo alto de las escaleras y los rayos de colores seguían volando de un lado a otro. La silueta de un poderoso y malévolo mago se irguió cual alta era en medio de aquella luz central. Y todo comenzó.
-¡¡¡AGRADECIDAAA, EMOCIONADAAA, SO-LA-MENTE PUEDO DECIIIR...
Todas las figuras embozadas comenzaron a quitarse las máscaras y las capas dejando ver sus preciosos vestidos de starlettes, con gráciles movimientos y una ensayada coreografía comenzaron a bailar por el salón, dos de los bailarines, Lucius y Bellatrix, se encaminaron hacia el pie de las escaleras, esperando a su señor que bajaba insinuante, primero una pierna albina y después otra mientras cantaba a voz en grito.
Con todo el sentimiento del mundo Voldemort quedó en el último escalón con los brazos extendidos , sus dos bailarines principales le cogieron de los brazos y avanzando le daban vueltas, mientras el resto de Mortífagos bailaban detrás de ellos, hasta quedar al final sentado en las piernas de ambos que estaban arrodillados frente a Harry.
-...GRACIAS POR VEEENIIIIRR!!!
Y los aplausos comenzaron y no pararon en mucho, mucho rato. Bajo amenaza de Abadacabrar al que parase antes de tiempo.
Al fondo un emocionado Harry Potter aplaudía como loco y Snape como de costumbre aguantaba el tipo a su lado.
-¡Gracias, gracias Severus, oh muchas gracias, me encanta mi regalo! ¿Te costó mucho convencerle?
-Pues sí, me ha costado muchas mamad...que me ha costado mucho tiempo.
-Muchas gracias, de verdad. Cada año que pasa me sorprendes más con tus regalos, siempre sabes lo que quiero y me ahces taaaa feliz.
-Sí, bueno es parte de mi contrato como Profesor de Hogwarts.
-Jajaja...bromista.
-No, en serio, Dumbledore puso una clausula por la que me comprometía a hacerte feliz y a salvarte la vida.... Pero en serio, Harry... si me aprecias un poquito...¿me harías el favor de dejar de cumplir años?
FIN^^