Salvaje, Valiente y Dulce. Capítulo 17. Merlín… esto nadie lo esperaba

17º Capítulo: Merlín… esto nadie lo esperaba

La familia Snape Potter estaba reunida junto a la chimenea. Eso les daba una calidez única, sólo comparada con el sentimiento que los rodeaba cuando estaban juntos.
Harry se sentaba junto a su pareja, que lo abrazaba posesivamente mientras conversaban con María y Matt.
Los chicos jugaban una partida de cartas. Bien, Levi y Damián jugaban… Rudy y Scorpius se dedicaban a besarse a cada turno desocupado.
María miró el reloj y vio que sólo faltaban unos minutos para las doce de la noche.
Todos se pusieron de pie y se quedaron alrededor del árbol, hasta que dieron las doce y por fin llegó Navidad.
De una cajita, Damián sacó una pequeña figura de cerámica que tenía la forma del niño Jesús recién nacido, y la puso en el pesebre que descansaba a los pies del árbol con cuidado.
Los demás sólo miraban atentos las acciones del menor.
-Feliz Navidad, mi amor -dijo Harry, para luego besar a su pareja. Severus le correspondió encantado.
Todos empezaron a saludar a los presentes, pero el ex espía estaba atento a los movimientos del famoso Matt. Algo en ese tipo no le gustaba para nada, por lo que se apresuró a darles los regalos a los chicos para seguir vigilándolo. Un presentimiento le decía que los necesitarían.
-Bien es hora de los regalos.
Todos se emocionaron y se acercaron al árbol para empezar con la repartición.
El primero fue Scorpius, que les regaló a todos con excepción de Matt, ya que nadie le dijo que el hombre estaría en la cena.
Siguió Harry, quien le entregó a cada chico una caja con un moño del color de sus respectivas Casas.
-Espero que les guste -los chicos sonrieron y empezaron a desenvolver sus paquetes.
-Gracias, papá -Levi miraba fascinado el juego de química avanzada que Harry le había obsequiado. Si bien su hijo era mago, la mayor parte de su vida la había pasado entre muggles y por obvias razones estudió en un instituto en el cual le enseñaron esta materia, que le fascinó y que ahora llenaba de orgullo a Severus, ya que no había nada más parecido a la química que pociones.
-Es realmente hermoso -Damián tenía entre sus manos un calidoscopio. Estaba hecho de plata y en su interior se podía ver el brillo y las figuras que formaban los Diamantes, Amatistas, Jades, Ópalos y Topacios. Algo que atesoraría para toda su vida.
-¡Genial! -Rudy quedó maravillado. Era una consola de juegos que había querido desde hacía mucho tiempo, pero que su papá le había negado hasta el cansancio. Ahora entendía por qué lo hacía. Nada mejor que recibirla como regalo de Navidad.
-Me alegro que les gustara -les dijo abrazándolos y besando sus cabezas.
Severus, que no había dejado de ver a Matt en todo el rato, apretó los puños al ver como se relamía los labios contemplando a su hijo menor. Si antes estaba preocupado, ahora estaba seguro de que ese tipo había llegado con malas intenciones.
Se acercó a los chicos y les entregó los paquetes que tenía.
-Chicos. Quiero que abran los paquetes y me hagan caso enseguida.
Los chicos asintieron y se miraron extrañados. Se notaba que su padre estaba nervioso o algo lo estaba alterando.
Matt también lo había notado y no dejaba de mirar lo que estaban haciendo. Estaba seguro de que su plan funcionaría.
Los chicos abrieron los paquetes y se extrañaron al ver los camafeos que había adentro. Se notaban antiguos y obviamente muy caros.
-Es hermoso, padre -dijo Damián. Al contemplar el suyo más a fondo vio que tenía la figura de un hada de cabello largo y negro, con sus alas extendidas a los lados y un vestido largo de color azul. Parecía real
-Sí, es muy lindo -el camafeo de Levi era también de un hada, pero era un poco diferente a la de su hermano. Tenía el cabello rubio, un tanto ondulado, y un vestido de color rojo con cadenas finas en el frente.
-Es genial -el camafeo de Rudy era más exótico. También de un hada, pero esta tenía largas y blancas alas; el cabello verde rizado y un traje de dos piezas. La pechera iba desde uno de los hombros y bajo la axila del otro lado, la falda era en corte esquinado. Todo de color beige con bordes verdes.
-Me alegra que les gustara, pero ahora quiero que me pongan atención.
Todo el mundo estaba al pendiente de la escena. Todos, claro, pero mucho más Matt.
-Estos camafeos contienen a sus guardianes -los chicos miraron los objetos con incredulidad -. Sólo deben ponerles unas gotas de sangre y aparecerán. Aparte deberán invocarlas al decir “Mi ángel protector, cuida a tu elegido” luego de eso dirán el nombre de su guardián.
-¿Cuáles son los nombre, Sev? -Harry lo miraba atentamente, algo le decía que Severus les daba esos obsequios por una razón. Y rara vez se equivocaba.
-La guardiana de Levi en Laura; la guardiana de Rudy es Raquel y la guardiana de Damián es Dorotea.
Matt miraba a Snape con furia y este lo notó.
-Chicos, acciónenlos… ¡Ahor…!
Pero no pudo continuar, ya que Matt miró a la mesa y se fijó que Severus no había probado el pudín.
-Expulso.
Severus salió disparado por el aire y dio contra el muro de la sala.
-¡Severus/Padre! -El gritó de sus hijos y su pareja, fue lo último que escuchó el pocionista antes de perder el sentido.
Todos se giraron y lo que vieron los impactó.
-¡No! ¡No, no, no! ¡Por favor no! -María cubrió su boca y dejó caer las lágrimas al entenderlo todo.
Frente a ellos Matt sostenía una varita y los apuntaba directamente. Él había sido quien había atacado a Severus.
-Tks Tks Tks… yo no haría el intento de hacer magia, de ser ustedes.
-¿Qué prendes? -Le dijo Harry poniéndose al frente, mientras trataba de protegerá a sus hijos y a Scorpius con su cuerpo.
-Fácil, sólo espero que todo lo que voy a decir quede en sus cabezas.
Su carcajada les congeló la sangre y vio que Levi estaba mordiendo su pulgar para tratar de hacerlo sangrar.
-Incarcero
Las seis personas que se encontraban en la habitación se vieron rápidamente amarradas por gruesas cuerdas.
-Les dije que no hicieran nada tonto -se acercó a Levi y le dio una fuerte patada en el estómago -. Agradece que tu rostro sea tan hermoso como el de Damián, porque si no ya te hubiese roto la cara por tu desafío.
-¡No les hagas nada, por favor!
-Nunca lo hubiese creído. Harry Potter rogando a un enemigo.
-Haré cualquier cosa por mis hijos.
-Es eso precisamente lo que quería oír. Pero no de tus labios.
Se acercó a Damián que lo miraba con terror y lo hizo ponerse de pie. Luego lo dejó sentado en una silla que invocó.
-Ahora, el que hablara seré yo. Y espero que se mantengan callados. Como podrán ver no pueden hacer ni un sólo hechizo, y eso tiene una razón lógica -se comenzó a pasear y fue ayudándolos a sentarse en el piso -. Verán, el delicioso postre que comieron tenía un viejo ingrediente que inhibe el flujo de magia por una hora. Por lo que obviamente no podrán moverse en ese tiempo.
Los seis se miraban asustados. No entendían que era lo que pasaba y al parecer aún no terminaba.

***

En la mansión Malfoy. Draco se paseaba es un lugar para el otro tratando de pensar, por qué demonios no servía la conexión de la chimenea que mantenía en línea a la mansión Malfoy con la casa de los Potter en Francia.
-Cálmate Draco, nada malo puede estar pasando.
En el salón se encontraban todos los miembros de la familia Malfoy Lupin, claro, todos menos Scorpius.
Lucius y Remus estaban sentados en uno de los sillones, mientras que Lucian miraba por la ventana con un vaso de refresco en la mano. No entendía muy bien el problema de su hermano. Normalmente lo veía sólo para estas fechas, ya que para decepción de su papá Remus, había elegido estudiar en Durmstrang y ya cursaba su sexto año.
Rebeca jugaba con la pequeña Cristina. No eran muchos los años de diferencia ya que Rebeca tenía 15 y Cristina 10. Al igual que su hermano, no quiso estar en Hogwarts, pero ella si dijo la razón que Lucian no quiso dar. No querían tener a Draco como profesor, por lo que ahora era toda una dama educada en BeauxBatons.
Cristina era diferente a todos. Sólo ansiaba que el año escolar pasara rápidamente para entrar a Hogwarts.
-Pero Scorpius dijo que se comunicaría con nosotros al pasar las doce.
-Debe estar concentrado en su novio -le dijo Lucian, uniéndose a la conversación de sus padres y su hermano.
-No sé. Algo no anda bien. Siento que algo malo está pasando.

***

- ¿Qué es lo que pasa, Sirius?
El moreno se volteó. Había estado mirando por el balcón de la mansión Nott y de repente Blaise llamó su atención.
-No sé. Creo que me siento melancólico.
Las sesiones de Legeremancia que había tenido con Theodore habían ido avanzando rápidamente. Nunca se le olvidaría el rostro que pudo reconocer en sus recuerdos. El rostro angustiado de la pareja de Severus. Lo vio abrazándolo y llamándolo Sirius. Lo miró en un combate sin tregua, en el que estuvo a punto de morir. Lo vio dándole la mano a otro joven y diciéndole que lo cuidara.
Aun no podía reconocer al joven que lo besaba, pero pudo recordar que era en uno de los pasillos de Hogwarts.
-Papá, Sirius, ya es hora de abrir los regalos -un entusiasmado Christopher los llamaba desde la entrada.
-No te preocupes, Sirius, no debe pasar nada malo.
-Sí. Quizás sólo es mi imaginación.
Entró al salón, en donde Chris y Theo los esperaban. Una extraña sensación le decía que algo raro estaba ocurriendo, pero no sabía que era.



Continuará…





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menos mal que estoy aqui tambien...mme estaba desesperando en sh porque nadie actualizaba
me dejas intrigada... ese matt...le puedo dar una patada en el culo??? aparezco por alli y se la doy y listo jeejej

besos y gracias

me alegro que les guste... en unos dias pongo la continuacion
un beso

Espero que alguien valla a ayudar a los Snape-Potter, todos saben que lago esta pasando espero que le hagan caso a sus instintos