nienna0410 Explota calderos
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| Tema: A tu lado. Capítulo 1. Vie Jul 15, 2016 9:03 pm | |
| Disclaimer: Los personajes de esta historia no me pertenecen, corresponden todos a JK Rowling. Resumen: Severus Snape es descubierto como espía por Lord Voldemort y comienza a estrechar lazos con Harry, mientras que este comienza a estar confuso con su orientación sexual. Snarry. Pareja: Severus Snape/Harry Potter Personajes: Harry Potter, Severus Snape. Género: Romance Clasificación: NC-17Capítulo 1Una noche oscura y lóbrega se había instalado en la región. A pesar de ser verano, a través de las ventanas podían observarse las finas gotas de lluvia cayendo sobre la verde hierba, formando pequeños charcos en el suelo. Las gotas comenzaban a agolparse y a empañar los cristales impidiendo la visión, pero eso no era algo que preocupara precisamente a los individuos reunidos dentro de la mansión.
-Bellatrix, -Lord Voldemort miraba fijamente a la mortífaga con sus ojos de serpiente- voy a encomendarte una misión. Se la había confiado a Lucius pero- sus pupilas se volvieron más terroríficas- parece que no es capaz de cumplir una sencilla orden.
-Mi señor, yo...-el rubio intentó defenderse pero no logró acabar la oración, ya que su cuerpo fue golpeado por un cruciatus.
-¡Cállate! -los ojos del señor tenebroso brillaron con una luz rojiza- ni se te ocurra intentar justificarte, y la próxima vez que falles me temo que no seré tan indulgente. ¡CRUCIO!
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Un joven de dieciséis años se despertó sobresaltado, abriendo sus verdes ojos y tocándose la cicatriz de la frente. Echó un vistazo a lo largo de toda la habitación para asegurarse de que no había ningún peligro aunque esto era prácticamente imposible. Salvo en la cama de al lado, donde se encontraba un muchacho pelirrojo roncando tranquilamente y sin percatarse del sobresalto de su amigo, no parecía haber nadie más en la estancia.
El moreno, tras revisar la recamara por completo, intentó seguir el ejemplo de su compañero y volvió a cerrar los ojos para tratar de dormirse, pero era imposible con los gruñidos de Ron y el fuerte sonido de las gotas de lluvia golpeando el techo, así que se levantó de la cama y salió del dormitorio sin hacer apenas ruido.
Bajó la escalera hasta llegar al salón de La Madriguera que esperaba encontrar vacío, por lo que se sorprendió al hallarlo ocupado por Remus Lupin leyendo en uno de los sillones. El rubio, que había notado su presencia debido a sus sensibles sentidos de licántropo, alzó la vista y le sonrió.
-Harry, ¿qué haces despierto? Son las tres de la mañana.
-He tenido una pesadilla, -mintió el moreno. No quería admitir que no había logrado cerrar la conexión con Voldemort. Su amiga Hermione se enfadaría, y si Snape llegaba a enterarse le daría otra de sus charlas sobre poner en peligro toda la labor de la Orden por ser un inútil incapaz de bloquear su mente, lo que terminaría en un duelo de insultos que Harry no tenía ganas de afrontar, ya estaba demasiado cansado de lidiar con su profesor. Acto seguido, se acomodó sobre otro de los sillones de la estancia y comenzó a pensar en lo que había contemplado en la habitación de aquella mansión. Por lo que había podido captar, Malfoy tenía una misión, mas no había sido capaz de realizarla, por lo que Voldemort estaba realmente enfadado con él y la tarea había pasado a manos de Bellatrix, pero ¿cuál sería ese encargo que Lucius había sido incapaz de ejecutar? Reflexionó sobre el asunto, pero era improbable hallar la verdadera solución sin más pistas, por muchas opciones que se le ocurrieran.
Cansado de tratar de resolver el misterio, procuró apartarlo a un lado y se dedicó a observar al hombre que lo acompañaba en aquella estancia. Remus se encontraba tan enfrascado en su lectura que no se daba cuenta del análisis de Harry. El hombre poseía una expresión de concentración, y el ojiverde no pudo dejar de notar que éste ya no denotaba tanta tristeza como antaño, tras la muerte de Sirius. Para él, el fallecimiento de su padrino había supuesto dejar a un lado la esperanza de poder vivir en su casa en lugar de con los Dursley, de lograr residir en algo parecido a una verdadera familia (aunque los Weasley lo trataban como un miembro más de la suya), por lo que sufrió mucho con su partida. Pero hubo alguien que sufrió aún más que él, y ese era el hombre sentado a su lado.
Al principio no comprendió del todo el por qué de su aflicción y lo relacionó con los años de amistad vividos juntos, sin embargo más tarde descubrió la respuesta: Remus y su padrino mantenían una relación más allá de la amistad. Ellos fueron pareja en el colegio y luego retomaron su relación, tras la fuga de Sirius de Azkaban. Esto tomó por sorpresa a Harry, quien nunca se habría imaginado la causa ni había oído hablar de ninguna pareja homosexual con anterioridad.
Ahora, el licántropo llevaba dos meses saliendo con Kingsley Shacklebolt , el mismo tiempo transcurrido desde que el ojiverde descubriera el motivo del pesar de Remus. A partir de ese instante empezó a encontrarse profundamente confundido, ya que nunca se había planteado la posibilidad de ser homosexual debido principalmente a la familia en la que se había criado, que tachaba de anormal todo aquello que abandonaba los parámetros de tradicionalidad impuestos por la sociedad. Harry salía con Ginny desde el año pasado, pero sentía que faltaba algo en su relación, que no se hallaba a gusto, aunque esto no se atreviera a confesarlo ante nadie. Creía que su deber era estar con la chica, porque era apropiada para él y no quería defraudar a los Weasley, quienes siempre lo apoyaban y lo trataban como uno de los suyos.
-¡Harry! -el moreno se sobresaltó al oír el alarido- ¿ocurre algo? Te he llamado varias veces y no prestabas atención. -estaba tan sumido en sus pensamientos que ni se percató de la voz de Remus.
-No, no ocurre nada, solo estaba distraído -el licántropo lo examinó con desconfianza, sin tragarse ni una palabra de lo dicho.
-Bueno, fingiré que te he creído, pero recuerda, si tienes algún problema puedes contármelo, yo no te voy a juzgar.
Harry lo observó fijamente. En ese instante se dio cuenta de que realmente podía confiar en ese hombre, quien había sido tan amigo de sus padres y que era como su segundo padrino, así que, en un impulso, decidió sincerarse con él, igual que el licántropo lo hiciera al confesarle su relación anterior y la actual con Kingsley. Ciertamente era una de las pocas personas con las que se sentía cómodo hablando.
-Remus -lo llamó con voz entrecortada.
El licántropo lo miró, cerró el libro, lo soltó sobre su regazo y quedó contemplando su rostro, esperando a que el moreno se preparara para empezar a conversar.
-¿Puedo hacerte una pregunta personal?
-Por supuesto, pregunta lo que quieras, no me voy a molestar.
Harry aclaró su garganta antes de formularla. Se notaba a leguas que estaba bastante nervioso.
-¿Cómo te diste cuenta de que eras gay?
Remus sonrió. Así que ese era el asunto al que Harry no dejaba de dar vueltas, el licántropo por un momento se había preocupado bastante pensando que era algo más grave.
-Harry, ser homosexual no es ningún problema.
-Lo sé, pero yo no soy homosexual. -el rubio alzó una ceja- o al menos no estoy seguro -se corrigió el ojiverde.- Por eso necesito escuchar cómo lo supiste.
-La verdad es que no sé bien cómo lo advertí, solo que desde que tengo memoria siempre me he fijado y me ha atraído más un cuerpo masculino que uno femenino. Confirmé que me gustaban los hombres cuando un vecino mío me besó.
-Pero a mi Ginny me gusta, es decir, pienso que es guapa y me encanta su carácter. Disfruto mucho conversando con ella y me divierto con sus bromas, sin embargo es como si...-intentó ordenar sus ideas- como si faltara algo en la relación.
-¿Algo en qué sentido? -Remus lo escuchaba todo atentamente.
-Verás, es que... -el moreno se sonrojó y se trabó, por lo que no logró continuar hablando, mas el licántropo, contemplando su rubor, averiguó lo que sucedía.
-¿Es algo relacionado con el sexo, Harry? -el silencio del ojiverde lo confirmó-. Vamos, es algo completamente natural, ¿qué ocurre?
El chico aclaró su garganta y continuó. -Cuando Ginny y yo nos besamos se siente bien pero no me termina de excitar, noto como ella quiere avanzar y llegar más lejos pero yo... no llego a tener una erección. -Harry se encontraba completamente rojo y preguntándose el motivo por el que se hallaba debatiendo con Remus por qué se le ponía o no se le ponía dura.
-Puede ser que ella no te atraiga sexualmente aunque sí te gusten las mujeres, o -hizo una pausa, -puede ser que te gusten los hombres, o ambos. Quizá deberías probar alguna vez con un chico, pero no es algo que deba preocuparte en extremo. Cuando llegue la persona indicada te darás cuenta.
-¿Y si no llega? ¿Y si no me percato y me quedo solo?
Remus rió suavemente. -Harry, tienes dieciséis años, aún eres muy joven, te encuentras todavía en una etapa de experimentación.
-Pero tú a mi edad ya salías con Sirius, ¿no? -el rostro del licántropo se ensombreció un poco-. Lo siento, no quería hacerte recordar.
-No, no te disculpes, tienes razón. Con tu edad ya gozaba de una relación formal con tu padrino, pero mírame ahora. Estoy saliendo con Kingsley, que es también otro hombre maravilloso a quien he descubierto con treinta y siete años. ¿Ves como aún tienes tiempo? Eres uno de los chicos más prodigiosos y fantásticos que he conocido nunca Harry, no vas a quedarte solo.
-No puedo dejar a Ginny -Remus lo miró con ojos interrogantes-. Le haría daño a ella y decepcionaría a los Weasley. No soy capaz de fallarles, ¿entiendes? no después de todo lo que han hecho por mí.
-Harry, no debes vivir intentando complacer siempre a todo el mundo, hay veces en las que tienes que anteponer tu felicidad a la de los otros. Además, dudo que la familia Weasley te juzgue negativamente por algo que, a la larga, va a beneficiar a tu novia. Le harías más daño si continuaras dándole esperanzas infundadas y manteniendo una relación en la que ambos seréis infelices. Piénsalo, y si necesitas ayuda no dudes en consultarme. -El licántropo miró el reloj situado en la pared-. Ahora creo que te corresponde ir a dormir, son ya casi las cuatro. Y anima esa cara, que falta solo una semana para tu cumpleaños.
Harry sonrió y agradeció al hombre antes de subir escaleras arriba en dirección al dormitorio que compartía con su amigo Ron con el objetivo de lograr conciliar el sueño. Una vez que lo escuchó cerrar la puerta, el licántropo dirigió la mirada hacía a cocina en penumbras.
-¿No te ha dicho nunca nadie que es de mala educación escuchar conversaciones ajenas a escondidas?
-¿Cómo sabías que estaba ahí?-Preguntó Kingsley fascinado acercándose a Remus.
-Sabes que tengo el sentido del olfato muy desarrollado, aun más con la cercanía de la luna llena. -El auror llegó hasta su lado y le plantó un beso que le robó el aliento por unos instantes.
-Así que nuestro futuro salvador está preocupado por ser gay. -Rió Kingsley.
-No te burles de él -le reprendió Remus-. El chico está confundido, algo normal a su edad, y es más comprensible aún con la presión a la que se encuentra sometido constantemente. Apenas le queda tiempo para centrarse en temas correspondientes a su edad, pensando solo en la guerra venidera. Aunque si me pides mi opinión, creo que sí que es gay. Me he fijado en cómo sus ojos siguen a Charlie cada vez que viene, aunque parece que no se ha dado cuenta. -Los ojos del rubio brillaron.
-Bueno, si necesita alguien para experimentar, yo me ofrezco voluntario -el licántropo lo fulminó con la mirada mientras el auror reía-. Vamos, es una broma, pero debes reconocer que Harry es bastante apetecible. ¿Has visto el cuerpo que tiene?
-Sí, es tan atractivo como James a su edad. Quizás más, aunque yo solo lo puedo ver como un hijo.
-No obstante, a ti no te cambió por nadie, así sea un joven con unos deslumbrantes ojos verdes. Tú eres simplemente perfecto.
Seguidamente lo alzó, logrando que Remus enroscara las piernas alrededor de su cintura, y comenzó a subir hacia su habitación para hacer algo más que hablar.
-¿Sabes lo mejor de haber espiado la conversación? Escuchar como dices que soy maravilloso. -Ah, eso solo lo dije porque sabía que estabas oyéndonos.
Ambos rieron y entraron a la recamara lanzando un hechizo silenciador tras ellos.
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A kilómetros de distancia de ese lugar, en el interior de una fría mazmorra, se encontraba durmiendo un profesor de pociones con no muy buena reputación. El silencio del lugar era perturbador, hasta que se vio quebrado por el ruido de una chimenea. El dueño de la habitación despertó de su liviano sueño buscando al causante del estruendo que osaba penetrar en su lugar de descanso. Se sorprendió al localizar a un hombre con la melena rubio platino.
-Lucius, ¿qué estás haciendo aquí?
-Severus, debes andarte con ojo, me temo que el señor tenebroso te ha descubierto. Notas: Espero que os haya gustado el capítulo. No ha habido un acercamiento entre Harry y Severus, pero en el próximo sí lo habrá, lo prometo.
Me gustaría que dejarais vuestros comentarios para saber qué os está pareciendo la historia.
Besos
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