meryneko Aprendiz de vuelo
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| Tema: Los hermanos Snape. One Shot. Miér Oct 08, 2014 9:11 pm | |
| Los hermanos Snape. Disclaimer: Los personajes son de J.K Rowling yo los utilizo por diversión.
Resumen:Harry acusado por una gran pena corre al bosque prohibido, allí perdido en medio del bosque se queda dormido... ¿Qué pasará con Harry? Segunda Respuesta al Reto Maratón de One Shots. Clasificación: No para menores de 13 años. Advertencias: El fic puede ser un poco lioso, si tienen alguna duda avisadme para aclararlas. Notas: La letra que se encuentra entre "-" es lo que escribe Severus en la pizarra, la letra en cursiva es un flash back. ************** Y allí me encontraba, en medio de las puertas que daban al gran comedor, de pie, atormentado y sintiendo la mirada ardiente y deseosa del profesor Snape que se colaba como una serpiente en mis pensamientos impidiendo que pensara en cualquier otra cosa que no fuera él.
En medio de la puerta del gran comedor paralizado, de miedo, de ansias por tocarle, de ganas por acercarme a él y reclamar el beso que tanto merecía.
Pero no podía.
No podía porque él era mi profesor.
No podía `porque me aterraba...
Me aterraba decirle las dos palabras que ansiaban escapar de mis labios:“Te amo”.
Atravesé el gran comedor como pude sin desviar la mirada de su mirada, su mirada impenetrable, sin desviar mi mirada de sus ojos negros como el carbón haciendo que temblara de anticipación, ya que al ser jueves teníamos clases de oclumancia. El único momento de la semana que podía quedarme a solas con él y aprovechar sus caricias, sus besos y perderme en su mirada. El único momento de la semana en el que nos uníamos como una misma persona haciendo el amor.
Pero para mi desgracia, yo no era el único que estaba perdidamente enamorado del extremadamente sexy profesor de pociones ya que todas las chicas estaban como locas detrás de él, pidiendo que les firmaran sus famosos libros, de pociones tan complicadas, que ni un alumno de los EXTASIS las entendía, ya que ellas solo compraban los libros para poder conseguir su firma, la firma de un famoso y exitoso pocionista.
Pero yo, Harry Potter, el mejor alumno de pociones que ha habido en la historia de Hogwarts después de mi amado Severus,era el único alumno capaz de entender esas complicadas pociones. Pero, Severus como gran creador de pociones, nunca hablaba de ellas en clase, delante de todos los niños que no eran capaces ni de hacer un simple Felix Felicis, o una Poción Multijugos.
Terminé de desayunar lo máximo que pude meter en mi estómago cerrado y por desgracia tuve que desviar la mirada de los ojos de mi amado que hoy estaba especialmente deslumbrante, con su camisa negra azabache ajustada dejando notar sus músculos de Adonis bien formados, sus pantalones vaqueros pitillo que hacían notar su gran paquete que era únicamente mio y que volvía a todos los adolescentes completamente locos y su capa negra, de profesor de pociones, que le daba ese aire distintivo que tanto me gustaba, junto con su pelo largo atado en una coleta remarcando su mirada penetrante que me hacía suspirar.
Era un Adonis, él lo sabía y sabía como utilizarlo.
Las clases de la mañana se me hicieron, pausadas, largas, pasaron lentamente haciendo que me desesperara, que quisiera gritar para que las horas pasaran y pudiera estar a solas con mi amado.
Las clases de la tarde se me hicieron, inmensas, eternas, pasaron aún mas lentaa que las de la mañana, haciendo que sintiera como cada segundo se alargaba injustamente haciendo parecer que había pasado un minuto, pero no, tan solo había pasado un segundo.
Y así, segundo tras segundo, minuto tras minuto, hora tras hora, el tiempo fue pasando perezosamente hasta que por fin llegó la hora que tanto ansiaba.
Sin perder un segundo, lo más rápido que pude, me dirigí hacia su despacho y abrí apresuradamente su puerta, cosa que habría evitado completamente si hubiera sabido lo que me encontraría en ese momento.
Ron, mi mejor amigo, estaba debajo de mi amado Severus, lamiendo su grandioso aparato y proporcionándole placer mientras este se masturbaba. Sin poder creerlo, me fui, llorando, desconsolado.
Corrí por todo el castillo hasta llegar a los jardines, a partir de ahí comencé a correr sin rumbo fijo, corrí y corrí sin parar de llorar hasta llegar a la entrada del bosque prohibido, pero sin darme cuenta y sin parar de correr entré en él.
Corrí por todo el bosque prohibido hasta encontrar un claro, verde, oscuro, tenebroso, con tantos árboles alrededor que tapaban cualquier camino imposibilitando el conocimiento del camino que había tomado hasta llegar allí. Asustado me senté con la espalda pegada a un árbol mirando hacia todos los lados del claro y sin poder parar de llorar.
Y lloré y lloré desconsoladamente hasta quedarme completamente y profundamente dormido...
Al despertarme me encontré en una cama de sábanas verdes, de madera, con un colchón blando, de esos que hacen que no quieras levantarte nunca, haciendo un esfuerzo para no volver a dormirme, me fijé en la habitación dándome cuenta de que me encontraba en una habitación que seguramente perteneciera a una una cabaña, muy acogedora, con las paredes y el suelo hechos del mismo tipo de madera de la cama, la habitación era muy amplia, pero yo intuía que la habitación había sido ampliada mediante magia.
Me bajé de la cama confundido, sin recordar como había llegado allí y preguntándome por qué no estaba en mis clases de oclumancia. Observando alrededor, sin saber a que atenerme y con el miedo comenzando a inundar todo mi cuerpo, me fijé en una capa negra, idéntica a la de mi querido profesor.
Y ahí recordé la traición de mi amado, al ver como se acostaba con Ron... y sin poderlo evitar, me puse a llorar, sin poder parar, dejando que la inmensa tristeza me rompiera como si de olas del mar se tratara, rompiéndome con tal premura que no pude evitar que mis piernas me fallaran y me fuera a caer estrepitosamente al suelo.
Pero, por la gran tristeza que me corroía por dentro no pude darme cuenta que alguien había entrado en la habitación, sujetándome justo antes de caer. Al mirarlo, solo pude ver a Severus Snape. Gritando, llorando, con una gran tristeza y a la vez con una gran rabia que se apoderaba de todo mi cuerpo, me abalancé sobre él, intentando hacer pagar a esa persona por todas las injusticias que me acababan de ocurrir.
El demostrando una gran fuerza, me hizo una llave de judo que impedía que le siguiera pegando, pero a la vez me abrazó, consolándome, haciendo que me diera cuenta de que aún seguía llorando... llorando la traición de la persona que había amado incondicionalmente.
Al sentirme mas tranquilo, en la misma postura e hipando por todo el rato que había estado llorando, me giré como pude para verle la cara.
Me quedé paralizado... No podía ser él.
Le miré pidiendo una explicación, pidiendo que me explicara por qué había dos Severus Snape, el solo me sonrió, y me señaló la cama.
Cogiendo una pizarrita que había en la mesita de noche y una tiza blanca, comenzó a escribir:
“Se que estas impresionado por ver a dos Severus Snape, pero estás equivocado, sólo hay uno.
Si tienes un poco de paciencia, te puedo explicar toda la historia, pero primero, me gustaría que me contaras por qué estas tan triste”
Mirándolo con extrañeza le pregunté-¿Eres mudo?
Severus dos, que decidí llamarlo así por ahora, me miró sonriendo aunque la sonrisa no le llegara a los ojos y simplemente asintió con la cabeza.
Con ese simple gesto y con otro indicando que le acompañara y sin saber por qué confiaba en él, comencé a contar la historia de cómo me había enamorado perdidamente de Severus Snape.
(Flash back)
El día que cumplí once años, tras estar toda mi vida recibiendo abusos por parte de lo que yo consideraba mi familia, Severus Snape se presentó en la puerta de mi casa con ropa muggle, un traje de chaqueta, indicando que el era uno de los profesores de un internado/correccional público en el que estaban interesados en mi, por todos los altercados que había provocado, altercados, que en ese momento aún no lo sabía pero que poco después descubriría que eran explosiones de magia.
Cuando consiguió sacarme de ese horrible lugar en el que por once años había llamado hogar, intentando tranquilizarme ya que estaba aterrado por tener que irme con un hombre extraño a un internado, me explicó que el internado era un colegio de magia y hechicería que me ayudaría a progresar como mago. Que al ser un mago nacido de muggles tenía una estancia en el castillo hasta que pudiera valerme por mi mismo, por un permiso que habían firmado mis tíos.
Por lo que con toda mi alegría me llevó al colegio. Una vez allí me dieron un uniforme viejo y libros muy antiguos que utilizaría a lo largo de ese año.
Y así poco a poco me fui enamorando de mi salvador y profesor de pociones. Poco a poco, a pesar de ser un nacido de muggles y ser muy mal visto en la sociedad de magos, fui avanzando en todas las materias hasta convertirme en uno de los mejores alumnos de mi clase.
Fui progresando, me fui integrando y conocí a todos y cada uno de los profesores, ya que eramos realmente pocos los que nos quedábamos todo el año.
Investigando con Albus Dumbledore, nos dimos cuenta que era hijo de Lili y James Potter, por lo que cambiamos mi apellido a Potter ya que los Dursley me habían tratado realmente mal.
A partir de ahí, Dumbledore y yo comenzamos a investigar mi linea de sangre, dándonos cuenta que era descendiente directo de la casa Slytherin pero, por decisión propia, decidí que por mi propio bien no contáramos eso, ya que estaba en la casa Gryffindor.
Sin saber por qué, al año siguiente, corrió un rumor por la escuela que un alumno era descendiente de Slytherin, siendo la única persona que me apoyaba en mi tristeza y miedo por que esto se descubriera Severus Snape, ya que el también lo sabía porque fue quien me hizo las pruebas de sangre.
A partir de ahí, la relación entre Severus y yo se fue estrechando poco a poco, hasta hace poco que tras una clase de oclumancia, Severus vio uno de mis sueños con él y decidió hacerlo realidad. (fin flash back)
Hasta... hace unas horas... - dije mirando a Severus dos apesadumbrado, que se había parado a mirarme pues ya habíamos llegado a nuestro destino, la cocina.
Durante el recorrido por la casa hasta llegar la cocina, me di cuenta de que era completamente hogareña, toda hecha de madera, con unas escaleras que solo cabía una persona para subir y bajar del primer piso, y por ultimo la cocina, que además parecía un laboratorio de pociones, muy colocado y limpio, con todos los ingredientes bien etiquetados y aireado, de tal forma que no se veía como el típico laboratorio lúgubre,todo lo contrario era alegre y limpio.
Las ventanas y la puerta que daba a un precioso jardín tenían persianas que se podían bajar completamente si querías quedarte a oscuras, muy útil si quieres hacer pociones con poca resistencia al sol o que se podían estropear con la luz solar.
Severus dos, en ese momento señaló el reloj de cocina, mostrándome que había estado toda la mañana allí dormido, le sonreí avergonzado.
Sin darme cuenta, haciendo que saltara del susto, apareció un gran pizarrón haciéndome entender que iba a contarme el por qué de su parecido del profesor Snape.
“ El hombre que tú conoces como Severus y yo somos hermanos gemelos, nacimos en un hogar fragmentado, nuestra madre era maga pero nuestro padre no, por eso él siempre quiso que no fuéramos magos.
Cuando yo tuve el primer despliegue de magia, me pegó una paliza agarrándome tan fuerte del cuello provocando que yo al intentar gritar para que alguien me salvara, me desgarrara las cuerdas vocales.
Mi hermano,que estaba haciendo unas compras con mi madre, al entrar en casa, me encontró tirado en el suelo con la boca ensangrentada.
Mi madre completamente asustada me llevó corriendo a San Mungo, el hospital de magos para que me trataran, pero ya era demasiado tarde, al no operarme a tiempo perdí completamente mis cuerdas vocales, haciendo que no pudiera volver a hablar.
Esa fue la primera agresión de muchas posteriores... Hasta que entramos en Hogwarts, pasamos los años con muchas dificultades,no solo por ser mestizos sino que también porque yo era mudo y mi hermano siempre me defendía.
Al final conseguí hacer la carrera de pociones mientras que mi hermano iba mendigando y viviendo la vida a su manera.
Cuando me licencié, escribí mi primer libro de pociones, que, sin esperarlo fue best seller por lo que tenía que asistir a conferencias... pero... ¿quién iba a dar una conferencia sin voz?
Por lo que acudí a pedir ayuda, como siempre, a mi hermano Tomas Snape, que se hizo pasar por mi en todas las conferencias y entrevistas.
Hasta que, un día me llegó una carta de Albus Dumbledore dándome la enhorabuena por haber conseguido recuperar mi voz y si podía hacerle el favor de ir a Hogwarts y explicárselo ya que estaba con el puesto de director y no podía marcharse.
Apesadumbrado llamé a mi hermano y le expliqué que tendríamos que dejar de estafar así a la gente,que empezaríamos por contarlo a Dumbledore y después haríamos una rueda de prensa para explicarlo al mundo mágico.
Pero Dumbledore nos dio una sorpresa, ya que alagado por nuestra unión como hermanos, nos pidió que trabajáramos los dos para Hogwarts como profesores de pociones.
Yo preparo las clases, corrijo los ejercicios y exámenes, y os miro las pociones para evaluaros y mi hermano Tom os imparte clases con un guión que escribo antes de las clases...por eso siempre lleva tantos papeles...
Pues esa es toda la aclaración Harry, Severus Snape soy yo... y mi hermano, el idiota que te ha hecho daño, es Tom Snape.”
Me quedé mirando la pizarra anonadado, sin poder creerme la explicación que me había dado este hombre. Lo miré asombrado y volví a mirar la pizarra dándome cuenta que era la misma letra que había en la pizarra cuando Tom Snape daba la vuelta a la pizarra para enseñarnos los componentes que íbamos a usar en esa clase.
En todo momento de mi vida había sido engañado, me sentía mas triste aún, pues el amor que profesaba a Severus, que ahora es Tom, era una mentira. Una mentira creada por estos hombres.
Miré con odio y rencor a Severus Snape real, que estaba borrando en ese momento la pizarra, se giró mirándome con pesar y tristeza. Haciéndome notar que no quería engañarme, pero que esa era su vida, vivir escondido detrás de su hermano pues vivíamos en una sociedad intransigente donde las personas que no entraban en los cánones eran castigados y humillados a lo largo de toda su vida, sin poder quitarse nunca el titulo de “sangre sucia” o de “mestizo” y siendo inferiores a los “sangre pura” ya que por suerte eran hijos de magos aunque tu magia fuera mas poderosa que la suya.
Y si encima como me hacía ver Severus si eras mudo, todo podía ser mucho pero que mucho peor...
Decidí perdonarle, pero solo a Severus Snape, a Tom Snape no lo perdonaría jamas... Por lo que lo miré fijamente y le dije:
-Severus, te perdono, tu situación injusta es por como te ha tratado la sociedad... pero a tu hermano, no lo pienso perdonar nunca, no solo por mentirme, si no por hacerme sentir miserable- y sin poder evitarlo en ese momento se me quebró la voz y me puse a llorar.
A lo largo de los meses Severus se dedicó a cuidarme, hablamos con Dumbledore que me dejó quedarme a vivir en la cabaña de Severus, pero con la condición de no faltar a ninguna clase, excepto pociones que a partir de ese momento me la iba a impartir Severus Snape, el verdadero.
Seguía sintiendo verdadero resentimiento por Tom, pero con los cuidados de Severus comencé a aceptarlo.
Poco a poco Severus comenzó a dar clases a los niños nacidos de muggles que estaban en desventaja de los demás niños, creando una pequeña escuela y poder ser él el profesor.
Todo en secreto de los niños “sangre limpia” pues seguro que lo tomaban como una injusticia.
Además poco a poco Severus fue entrando en mi corazón, pues era amable, cariñoso, dulce y siempre me trataba bien. Podía expresarme ante él con total libertad y sin miedos u opresiones pues a su lado no los sentía.
Y poco a poco también me fui abriendo paso en su corazón, limpiando sus miedos, sus penas, sus ansias y sobre todo apoyarnos mutuamente con cariño, con amor y con respeto. Intentando cambiar el mundo, poco a poco, paso a paso y lentamente ya que los cambios realmente importantes comenzaban con unos ideales que se iban forjando y entrando lentamente en la sociedad.
Poco a poco, comenzamos a inculcar a otros magos las ideas de igualdad entre magos, independientemente de tu procedencia, si eras nacido de muggle o no, teníamos los mismos derechos y las mismas oportunidades.
Poco a poco también intentamos incorporar la igualdad en la sociedad de los Skibs ya que a pesar de ser hijos de magos no poseían magia, pero no se merecían el trato animal que recibían.
Iban a ser cambios muy lentos, pero salían desde nuestro corazón y desde la unión de nuestro amor.
Tom Snape, por su parte, siguió dando clases en Hogwarts como profesor de pociones, ya que la sociedad seguía sin estar preparada para aceptar a personas como Severus. Pero hubo un gran cambio ya que Severus comenzó a aparecer por los pasillos con acompañando a Tom, muchos alumnos sabían que era su hermano (por su obvio parecido físico) pero solo los nacidos de muggles y los mestizos sabían quien era Severus en realidad.
Por mi parte, tras graduarme en Hogwarts inicié la carrera de psicología para poder ayudar a todos esos niños magos que han sufrido. Además de comenzar un proyecto junto a Dumbledore y los hermanos Snape para construir un orfanato mágico y así ayudar tanto a los niños mestizos que han sido abandonados y que viven en un orfanato muggle como para ayudar a los niños que reciben maltrato por parte de sus padres.
Para así poco a poco, conseguir por fin, una sociedad maga mejor.
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Espero que les haya gustado ^^.
Ya saben cualquier fallo, falta ortográfica o alguna parte que no entiendan o crean que esta mal redactada o que podría estar mejor espero que me lo digan, apreciaré mucho que me ayuden a aprender a escribir mejor ^^
Un millón de besos!!!
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